lunes, 28 de diciembre de 2015

Mujeres y sufragistas

Su fra gis tas. ¿Qué es eso?
Entradas para el cine.
Eso ya lo veo pero, ¿qué son sufragistas?
Sufragistas fue el nombre que les pusieron a las mujeres que hace 100 años lucharon para que las mujeres, para que yo, para que tú, podamos votar. 
¿No podíamos votar?
No
¿Por qué? 
Porque los hombres no querían, no nos dejaban. Pensaban que no sabíamos votar. 
Pero... ¿Cómo no vamos a saber votar? Si eso es facilísimo. Eliges cuál te gusta más, pones su papeleta y la echas. 
Ya, pero ellos pensaban que nosotras no íbamos a saber elegir. 
Eso es una tontería y no lo entiendo.
Lo sé, pero es que hace 100 años no podíamos votar y hace 35 no podías abrir una cuenta en el banco sin que tu marido te autorizara y no podías trabajar y no podías separarte de tu marido aunque quisieras. 
Pues qué suerte tengo... yo voy a poder hacer todas esas cosas. 

*************

Después de esta conversación me fui al cine a ver Sufragistas. La sala estaba llena y al terminar la película, al fundirse a negro la pantalla y aparecer los rótulos mostrando el año en que las mujeres consiguieron el derecho a votar en distintos países, nadie se movió. Tímidos aplausos y después toda la sala aplaudiendo y algún grito de bravo. 

Sufragistas no es una gran película cinematográficamente hablando pero consigue llegar al espectador, consigue llegarte a ti, sentado en tu butaca de 2015 con tus derechos conseguidos. Derechos que sin pensarlo has dado por hechos, como si fueran obvios, como si fueran evidentes, como si fueran tan de cajón que es imposible no tenerlos. 

Es una película muy dura que quiero que vean laz princezaz. Quiero que la vean y se den cuenta de la suerte que tienen y de que lo que tienen, lo que disfrutan sin pensar, sin poder creer que otra cosa sea posible, lo tienen porque hubo otras antes que nosotras que pelearon por ello. Otras y otros que pensaron "Eh, esto no está bien, no es justo" e hicieron todo lo posible por cambiar una situación establecida e injusta. 

Al salir del cine pensé en mi conversación con C por la mañana. Por un lado me preocupa que mis hijas den cosas por supuesto, que las den por hecho, que no las aprecien ni valoren. Por otro, me alegro de que vean el absurdo de la desigualdad, que les parezca inconcebible y completamente idiota que hombres y mujeres no tengamos los mismos derechos, que las mujeres cobren menos o que uno no pueda casarse con quien le dé la gana sea del sexo que sea. 

***********

Al llegar a casa vi Querido papá, un video promocional de una asociación noruega para alertar, concienciar, prevenir contra la violencia de género. 


Lo he visto varias veces y no sé si me gusta. Tengo sentimientos encontrados. Me parece necesario, me parece muy realista en muchas de las situaciones que presenta de manera muy cruda pero, a la vez, me parece que se queda corto unas veces y se pasa de frenada en otras. 

Nacer mujer tiene muchas desventajas ahora mismo. Lo sé perfectamente, de hecho siempre he dicho y lo he escrito aquí: que si volviera a nacer me gustaría ser hombre; pero no todo es tan terrorífico. Lo fue, lo ha sido, lo es en muchas partes del mundo, lo es para muchas mujeres en nuestro entorno, pero no naces mujer y estás abocada a sufrir maltrato, insultos y vejaciones. Puede pasarte, claro que si, pero puede no pasarte. ¿Quiero decir que no es necesario este tipo de campañas? Para nada, pero me gustaría que igual que se hacen estos mensajes terroríficos, se pudieran hacer otros, igual de reales, que en vez de asustar reafirmaran a las mujeres, a las jóvenes en su personalidad, sus derechos y en una posición en la que sepan que deben defenderse y no aceptar una realidad que muchas veces será machista, que las denigrará o lo intentará, y contra la que tienen que rebelarse. 

Otra cosa que no me gusta y que llevo pensando desde ayer es: ¿por qué no hay campañas hacia los hombres? La campaña noruega se articula como un mensaje de su hija hacia su padre, para que su padre la cuide y cambie una realidad amenazante para ella. Creo, y sigo dándole vueltas, que el mensaje hacia ellos no debe ser "cuida de tus hijas, tu mujer, tu madre..." debe ser "no seas un mierda, ni un troglodita". Un tío que llama puta a una mujer que no quiere estar con él, llamará maricón a un homosexual, pensará que los inmigrantes son escoria y se verá a sí mismo como un ente superior. 

Una campaña para que los niños no sean trogloditas y se avergüencen de sus padres y una campaña para que las niñas y las mujeres sean conscientes de sus derechos y su valía. 

Hay que llevar a nuestros hijos a ver Sufragistas. A todos. 

martes, 22 de diciembre de 2015

El síndrome de la Señora Robinson

Hace muchos muchos años, en uno de esos momentos absurdos e idiotas de mi vida, decidí autoimponerme una norma. 

"Nunca me gustará, ni me liaré, con alguien que sea más joven que mi hermano pequeño". 

Me sorprende que ya tuviera claro por aquel entonces que puedes liarte con alguien que no te gusta. Por otro lado, teniendo en cuenta que esta decisión la tomé hace muchos años y que me llevo 10 con mi hermano pequeño, supongo que en su momento era una norma para no lanzarme a corromper menores. Repasando aquel momento vital me doy cuenta de que debía estar borracha o extrañamente eufórica para creer que cualquier menor iba a fijarse en mí. 

La cuestión es que han pasado un porrón de años desde aquel entonces. Pobrehermano Pequeño y yo seguimos llevándonos 10 años pero, ahora mismo, los hombres que son como él tienen la edad que yo tenía cuando nació mi segunda hija. 

Antes de que este post se desmande, quiero aclarar que no me gustan los hombres más jóvenes que yo, nunca me han gustado. Bueno, vale, mi primer novio era casi dos años más joven que yo pero de eso hace mucho, fue una mala idea desde el minuto 1 y yo era idiota. Me gustan los hombres mayores, no vetustos pero mayores que yo desde luego, y la cuestión es que últimamente no paro de encontrarme con jovenzuelos. 

El proceso es más o menos así:

- Conozco a un hombre o leo una entrevista o le escucho en la radio, o cualquier otro encuentro casual. Ni me planteo cuántos años tendrá, porque doy por hecho que su rango de edad estará entre los 38 y los 58. 

- De pronto el susodicho, en el transcurso de una reunión de trabajo, unas cañas con amigos, un par de mails o lo que sea dice algo que hace que me ponga como un perro de caza. "Estoy terminando la carrera", "Cuando yo hice la ESO", “¿Qué es un hulahop?”, "Jennifer Anniston es vieja" o "Yo jugaba con los Pokemon". Se me eriza el pelo, las orejas se me despegan de la cabeza y dejo de prestar atención a la conversación, porque mi cerebro empieza a hacer conjeturas. A lo mejor tiene hermanos pequeños o un síndrome de Peter Pan muy agudo, o es capaz de viajar en el tiempo...

- Para salir de dudas no queda más remedio que aplicar el Test de Pobrehermano Pequeño, que es como el Test de Bechdel pero adaptado a mis circunstancias. 

Pero, ¿cuántos años tienes? 

28, 30, 27. 

Oigo mis engranajes cerebrales chirriar calculando fechas de nacimiento. Por mi cabeza pasan efemérides: Naranjito, Barcelona 92, mi primer novio, mi primer pol... mi primer coche y entonces llego a una conclusión espeluznante: Dios mío, estoy tomando cañas con alguien que se lleva más años conmigo que con mi hija de 12 años. 

Automáticamente, ese hombre deja de ser un hombre y se convierte en un tipo entrañable al que me veo poniendo un colacao. Al mismo tiempo, una banda sonora toma posesión de mi cerebro: Simon y Garfunkel y sus armonías vocales suenan en mi cabeza a todo volumen: Hey, hey, hey, hey.... 

Me visualizo con canas (visibles), cruzando las piernas, fumando y por un nanosegundo pienso si ese jovenzuelo me ve como una vieja corrupia, aunque yo me sienta joven y estupenda. Después visualizo al susodicho mirando a mi hija y, antes de que me entren ganas de matar, tarareo el estribillo y me reengancho a la conversación de curro, las cañas o lo que sea, pensando que a lo mejor la norma de Pobrehermano Pequeño fue algo inteligente que mi yo del pasado hizo por mi. 

El test del Pobrehermano Mayor como cura del Síndrome de la Sra. Robinson y de la tentación de empezar a fumar. 



jueves, 17 de diciembre de 2015

12 años

Soy realista, de aquí a los doce años y medio serás más alta que yo y habrás llegado mucho más lejos que yo. Jamás he sido más alta que Abu y ella está extrañamente orgullosa de eso. A mí me gusta que seas más alta que yo y más guapa, y que nada te perturbe mucho ahora que eres casi casi adolescente. 

Cada año por tu cumpleaños, o cada vez que haces algo nuevo, recuerdo el día en que llorabas como un pequeño gremlin cabreado encima de la cama. Tenías una semana y yo te miraba, sobrepasada y desesperada por la maternidad, y pensaba ¿cuándo serás mayor? ¿Cuánto queda? ¿Cuánto falta? 

Puedo recordar las miles de veces que, durante estos doce años, he pensado ¿cuánto falta para que seas mayor? 

Ya no falta nada. Hemos llegado. Casi eres más alta yo, tienes llaves de casa, eres capaz de ducharte sola y, por fin, de lavarte el pelo sin dejarte espuma en él. Ha llegado el día en que podría heredar tus zapatos si no tuvieras el increíble superpoder de desintegrarlos hasta su completa desaparición. En un tiempo récord, además. 

El día que naciste era miércoles y hacía mucho frío. Hoy es jueves y si esto es un invierno yo soy Halle Berry, pero recuerdo perfectamente la estupefacción con que te mirábamos en la cuna. Eras minúscula y estabas gris. 

Han pasado doce años y no lo han hecho deprisa. Tu vida h cambiado, ya no eres minúscula ni gris. Nuestra vida también ha cambiado, pero seguimos mirándote con estupefacción. 

Me sorprende conocerte tanto y a la vez no conocerte nada. Cuando repaso lo que he escrito durante estos años sobre ti, cuando recuerdo las cosas que he pensado o las sensaciones que he tenido contigo, me doy cuenta de que he acertado en algunas cosas que pensé sobre cómo serías con 12 años y en otras he desbarrado por completo. 

Te miro caminar por la calle, andar por el pasillo o dormir, y me alucina la inconsciencia que tienes hacia tu cuerpo. No te miras al espejo, no pones posturitas de adolescente, te da exactamente igual la ropa que llevas y, por supuesto, no te peinas. No sé si es dejadez, inconsciencia o, muy al contrario, madurez y seguridad en ti misma. Pareces estar extrañamente cómoda con tu cuerpo y tenerlo todo bajo control. Me deja estupefacta porque mi yo de doce años hubiera vendido su alma al diablo por un transplante de cuerpo. 

Continúas perfeccionando el superpoder de ignorarme. Definitivamente, no hablo en una frecuencia sonora que tú percibas o, directamente, tu mundo interior es mucho más interesante que lo que yo te cuento, pido o, muchas veces, grito. 

Tu mundo exterior ha comenzado a ser muy interesante. La parte buena es que lo compartes conmigo; la mala, que me lo cuentas en tiempo real. He perdido la cuenta de todas las anécdotas que empiezan por algo como "¿Sabes que a Santiago le han puesto un parte?" y terminan con tu hermana y conmigo dándote un ultimátum 25 minutos después, diciendo: "tienes hasta la siguiente esquina para terminar con esto". 

Me fascina mirarte. Cuando no estás de cháchara estás abstraída en tu mundo. Desayunas cada mañana frente a mí, las dos calladas, en un silencio cómodo. Devoras tus tostadas, te bebes el Nesquick dejándote churretes de chocolate por toda la cara y sales disparada al colegio después de haber calentado el abrigo en el radiador. 

Adiós mami, que tengas buen día. 
Adiós princesa. ¡Lávate la cara!

Te vas y pienso en lo mayor que estás. Y me encanta. 

Feliz cumpleaños de la docena,  Princeza de los ojos azules. 

martes, 15 de diciembre de 2015

No hago posts patrocinados


Casi todas las cosas que (me) pasan con el blog empiezan por un mail. 

"Estaríamos interesados en colaborar contigo. Nos gustaría publicar un artículo promocional en www.cosasqmepasan.com para uno de nuestros clientes. En caso se de ser así ¿Podrías decirme el precio de un post patrocinado, por favor? Más o menos ¿Cuánto tardas de media en publicar una vez se os da el aviso?"

El típico correo de agencia para pedir que escribas un post patrocinado. Por lo menos ofrecen pasta, la mayoría de ellos directamente pagan con "visibilidad" y el "beneficio de interconectar nuestras redes", que es más o tan valioso como una sesión de reiki curativo montada a caballo de un Unicornio. 

Es novedoso también que me pregunten precio, normalmente ofrecen unas tarifas tan atractivas como 25 euros haciendo que el reiki en unicornio parezca irresistible. 

¿Qué querrán que promocione que hasta me preguntan precio? 

"Nuestro cliente es una web dedica a los servicios de scorts de lujo, por lo que la temática del artículo estaría enfocada sobre escorts de lujo (en Barcelona)".

Scorts de lujo. O ¿es escorts de lujo? ¿Son cosas distintas? ¿Son lo que creo que son? y lo que es más importante ¿Por qué han pensado que mi blog es un sitio para escribir un post patrocinado sobre este tema? 

Con la boca abierta y los ojos fuera de las órbitas sigo leyendo:  

"No es necesario que hables directamente de ello, te dejo algunos ejemplos del blog del cliente para que te hagas una idea de qué temáticas escribir".

¿Escribir un post sobre scorts o escorts de lujo sin mencionarlo? Pero, ¿qué podría decir yo sobre eso? No sé absolutamente nada sobre el tema. Lo único sesudo que podría escribir no creo que fuera del agrado del comercial despistado que me contacta. 

Si  me pusiera en plan chistosa, hablaría  sobre sexo en un Ford Escort, experiencia que no he tenido nunca. Quiero decir en un Ford Escort porque sobre experiencias sexuales en coches algo sé. Que levante la mano el que no ha pasado por ese momentazo del después automovilístico en el que te das cuenta de que has encajado la pierna en un escorzo imposible entre la palanca de cambios, el freno de mano y el asiento en un espacio en el que normalmente no te cabe un dedo cuando buscas una moneda. 

Fuera de bromas empiezo a pensar ¿Cómo funciona el marketing por internet? ¿Quién hace los estudios para los clientes y les aconseja un blog u otro? ¿Por qué esas empresas que supongo no cobran barato no se dan una vuelta por los blogs, por este en concreto y se dan cuenta de que no hago posts patrocinados?  ¿Por qué ese alguien ha pensado que a pesar de eso ofrecerme escribir un post pagado sobre scorts o escorts de lujo me parecería una buena manera de empezar?

¿Qué tipo de pensamiento enrevesado y retorcido tiene el que cree que un usuario de scorts de lujo en vez de teclear "escorts de lujo" en google para encontrar lo que quiere, se dará un rulo por un blog personal por si acaso?

¿Alguien cree que un lector de un blog personal va a linkar un enlace encubierto y al descubrir una web de scorts de lujo, descolgará el teléfono y llamará? 

No sé nada de marketing pero a mi me parece que algo huele a podrido en la venta que hacen las agencias del gancho que tienen los posts patrocinados. 

Contesto  "No hago post patrocinados".