jueves, 27 de febrero de 2014

Mis 8 derechos del bloguero.


Por supuesto, me los he sacado de la manga, pero a mí me valen.

1.- Tienes derecho a escribir lo que te de la gana cómo te de la gana.
Un blog no es un periódico, ni un portal web ni una revista ni un foro. Es tuyo y puedes escribir lo que quieras y como quieras. Puedes escribir un texto tan largo como los de Jotdown o incluso más (si es que eso es posible) o  puede ser corto. Puede ir en párrafos o sin puntos y aparte. Puedes ser divertido, gafapasta, crítico, irónico, triste, misterioso. Puedes contar toda la verdad, o sólo una parte o elaborar una gran mentira. Puedes enseñar, divertir, hacer llorar. Puedes mostrarte, ocultarte o disfrazarte. Puedes hacer listas. Enseñar recuerdos, tus conocimientos, tus historias, tus pensamientos, tus idas de olla. Tu música, tus fotos. Las cosas que odias, las que te apasionan, aquellas que dominas y también puedes escribir de lo que no sabes. Puedes no opinar de nada u opinar de todo.

2.- Tienes derecho a publicar cuando quieras.
Mucho, poco. Compulsivamente. A cuenta gotas. A una hora fija o sin ningún tipo de horario. Los días impares. Los pares. Una semana sí y otra no. A todas las horas del día. De madrugada. Por la noche. Cuando todo el mundo lo esté esperando y cuando nadie lo espere. Puedes dejarlo sin decir adiós. Puedes borrarlo. Desaparecer. Empezar de cero o no dejarlo nunca.

3.- Tienes derecho a contestar comentarios o a no hacerlo.
Y puedes cambiar de idea en cualquier momento. Puedes contestar a todos, o sólo algunos. Unos días sí y otros no. Contestar sólo los buenos o sólo los malos. Contestar para agradecer y contestar para discutir.

4.- Tienes derecho a estar feliz.
Tienes derecho a que tu ego revolotee cuando un post que a ti te gusta encuentra una buena acogida. Tienes derecho a estar feliz, a bailar alrededor de tu ordenador con los brazos en alto agitando la cabeza. Tienes derecho a sonreír cada vez que recibes un comentario amable, agradecido, entrañable, cariñoso, bonito, motivador, sentido, provocador, inquietante, curioso, especial. Tienes derecho a releer esos comentarios y recrearte en esa sensación. 

5.- Tienes derecho a no ser humilde. 
Si escribes algo, lo que sea, que te ha costado mucho o te ha salido sólo pero de lo que te sientes increíblemente satisfecho y contento, tienes derecho a defenderlo con uñas y dientes. Es tu blog, tu escrito y te parece que está muy bien, así que no tienes porqué ser humilde sino quieres serlo o no te sale. Hay que guardar la humildad para cuando leas lo que han hecho otros y pienses "joder, qué bien está esto....ojalá yo pudiera hacer algo así, ojalá yo supiera hacer eso". En tu blog, la humildad no sirve para nada. Y por supuesto, ser humilde no tiene nada que ver con aprender de opiniones y comentarios. 

6.- Tienes derecho a cabrearte. 
Tienes derecho a enfadarte cuando te das cuenta de que lo que has escrito no estaba bien expresado. Cuando te das cuenta de que te has equivocado. Cuando eres malinterpretado. Cuando te insultan en los comentarios. Cuando te "buscan" en los comentarios para provocarte. Cuando te plagian. Cuando un post no consigue lo que tu pretendías. Cuando sabes que lo has hecho mal. 

7.- Tienes derecho a que te afecten los comentarios a mala leche. 
Más que un derecho es que es inevitable. Tienes derecho a sentirte dolido, a que te duelan los comentarios pensados para hacer daño, para incidir en la herida, para provocarte, para joder. Queda muy bien decir que no te afectan, que pasas, que te da igual...pero no es verdad. Primero tienen que dolerte, porque hacen daño...y luego hay que ignorarlos. Cogerlos y lanzarlos contra la pared. Por supuesto, tienes el derecho de moderar esos comentarios y no publicarlos. Una cosa es que te duelan y otra cosa es hacer el gilipollas.  

8.- Tienes derecho a que lo que escribes sólo te guste a ti. 
Si tiene sentido para ti, si lo que escribes es lo que quieres escribir y te ha servido para lo que sea, lo demás no importa.  

Continuará con la parte contratante de la segunda parte:  "Mis 8 derechos del lector de blogs". 

martes, 25 de febrero de 2014

Vosotras

Nos sentamos después de cenar. Tú M a mi derecha, y C a la izquierda. Os apoyáis en mi y ponemos un corto o dos, según el día y el tiempo que tengamos.

Ayer fue éste. Nos encantó, nos reímos muchísimo.



Mientras nos reíamos y C se limpiaba las gafas moradas de mentira que le gusta ponerse por casa pensaba que estáis muy mayores. Sé que 8 y 10 años no son muchos, pero ya tenéis la edad que quería que tuvierais cuando eráis bebés y me aburría con vosotras. Cuando no veía el momento en que hicierais algo más que ser un cálido bulto al que poder abrazar. Yo no sabía que quería que tuvierais 8 y 10 años...lo sé ahora.

Os acuesto. Os arropo. Apago la luz. Últimas palabras susurradas antes de dormiros: "despiértanos antes de irte", "trae el agua" y salgo de la habitación.

Pienso en vosotras. En mi tiempo con vosotras.

Sois curiosas. ¿Qué es instagram? ¿Cuánto cuesta una casa? ¿Qué es una hipoteca? ¿Cómo se cuecen las judías? ¿Qué es una patria? No puedo contestar a todo, hay cosas que ya no sé, pero lo que no hago es mentiros. Hay veces que creo  que la respuesta no os va gustar, os va a doler o no vais a entenderlo y dudo si contestaros con una generalidad absurda o con la frase "es algo de mayores", pero entonces me arriesgo y descubro que sois personas independientes de mí, con criterio e ideas y que no sois de mantequilla...y os veo encajar mi respuesta, masticarla y seguir adelante.

Me flipais.

Os reís muchísimo. Nos reímos juntas y con otra gente. Hacéis el payaso y me muero de la risa, como cuando M se ha disfrazado después de cenar de "empollona" con mis gafas de directora de cine catalana y los pantalones del pijama por los sobacos... Contáis unos chistes malísimos con los que os troncháis, aunque lo que más os hace reír son mis historias de cuando era pequeña o cuando os cuento las cosas que hacíais de más canijas...

Me desesperáis.

No nos echamos de menos cuando no estamos juntas y me parece estupendo. Nos encanta estar juntas pero también nos mola estar separadas. Me encanta que seáis independientes de mí y me encanta serlo de vosotras. No sé si cuando tengáis 18 esto me preocupará algo más...pero ahora mismo disfruto cada minuto con vosotras y también cada minuto sin vosotras. Y sé que vosotras también.

Me conocéis.

Me conocéis y sabéis que no soy perfecta ni mucho menos. No es sólo que lleve el pelo corto y rara vez me ponga falda o que mi lasaña no sea tan buena como la congelada de celiacos, es que sabéis mejor que nadie todo lo que hago mal y en muchos casos lo sufrís pero me deja sin respiración lo mucho que a pesar de eso me queréis. Incondicionalmente.

Me queréis.

Muchísimo. Y con criterio. Ya no es cómo cuando eráis pequeñas y os preguntaba cuanto me queríais. Ahora os ponéis muy serias, me miráis fijamente y me decís: Te quiero mamá. Es un amor incondicional que nadie más me da.

Os preocupáis por mí. De verdad.

"¿Estás bien?", "Ten cuidado con el coche", "¿Has dormido bien?", "¿Estás triste?" "¿Qué libro estás leyendo?" "¿Ya lo has terminado?" "¿De dónde lo has sacado?" "¿Qué escribes?" "¿Dónde vas?" "¿Con quién?" "¿Qué tal el trabajo?" "No me gusta que estés sola...pero si me dices que es lo que quieres, entonces me parece bien"

Hacéis cosas solas, cosas que antes tenía que hacer con o por vosotras y que ahora os salen solas. Vais y venís del colegio, os abrocháis los cinturones en el coche,  os vestís, preparáis la mochila del colegio, preparáis la mesa del desayuno  la cafetera, os untáis las tostadas...aunque os sigue dando miedo sacar los panes del tostador.

No echo de menos ningún momento anterior. Ninguno. Cada día con vosotras es el mejor y además miro hacia delante y sé que todo lo que venga será mejor. No será fácil ni todo será divertido. Vais a odiarme muchísimo y yo me tiraré de los pelos con vosotras y lamentaré amargamente (una vez más) los impulsos reproductores de mi yo del pasado...pero sé que será mejor, porque siempre ha sido así.

Porque me hacéis mejor. Porque sois especiales. Sois unas personas increíbles y me queréis.

No puedo pedir más.

Bueno sí, que cuando os de permiso para leer el blog...no me odiéis mucho.

lunes, 24 de febrero de 2014

La tv es mentira y la red está llena de listos.


La televisión es MENTIRA. El 90 % de los contenidos de la televisión son mentira. La televisión es manipulación, son  intereses empresariales y políticos, son medias verdades, es espectáculo...es ficción. El que no sepa esto ¿en qué mundo vive? 

Twitter es un nicho de escepticismo, un ecosistema de listos que desprecian la televisión como concepto pero que pasan horas hablando de ella, teorizando. En Tw se santifica lo que se debe ver y se demoniza lo que no. En twitter se pontifica sobre lo bueno en televisión y lo malo.  

Por suerte o por desgracia, la televisión llega a muchísima más gente que Tw y los blogs y la red en general, aunque los que tenemos twitter y blogs creamos que no. 

La mayoría de la gente se sienta a ver la televisión sin superioridad y sin pretensiones. Se sienta y se traga lo que le echan, sin pensar, sin meditarlo, sin darle una segunda revisión. Se tragan lo que sean, algunas cosas les dejan huella, otras no. No hay más. No digo que esto sea bueno, pero es la actitud de la mayoría de la gente ante la televisión y desgraciadamente ante casi todo lo que ocurre a su alrededor. En twitter la superioridad moral y de criterio está a la orden del día. Y se hace una bola de nieve y 20 mil reflexiones de casi todo. 

Évole hace un programa de ficción sobre el 23F, en teoría para demostrar como se puede manipular a la gente y como nos la cuelan todos los días. Ja.  ¿De verdad somos tan ingenuos como para creer que el resto de los programas de Évole no están manipulados, cuentan medias verdades, hay intereses de cadena, empresariales y políticos de por medio? ¿El programa del 23F era mentira y todos los demás verdad? 

Ja.Ja.Ja. 

Como ejercicio de televisión, el programa era impecable: guión, interpretación, narrativa, ritmo, montaje, producción. 

Como ejercicio de programación de la cadena ha sido una apuesta impecable. Día, hora y tema. 

Jordi Évole hace un programa de televisión muy bien hecho. Un programa cojonudo televisivamente hablando pero no cuenta toda la verdad, ni desenmascara nada espectacular. Tiene el mérito de haber conseguido que en un horario de prime time una cantidad considerable de público se siente a ver un programa sobre impuestos, tarifas eléctricas, sistemas electorales, corrupción o cualquier otra cosa....pero NO cuenta la verdad. Cuenta la verdad que le interesa. Elige a los protagonistas, elige las preguntas, elige las tomas, monta las respuestas para que cuenten la historia que él quiere contar. ¿Es esto malo? No es ni bueno ni malo. Es televisión. 

La televisión es MENTIRA. Siempre. Toda.

No sé a qué viene la sorpresa.

El programa de ayer de  Évole   no demostró nada ni fue un ejercicio de nada. Fue simple y llanamente televisión.  No hay más.  Évole manipuló como todos los días y como todos los programas que se emiten ahora mismo. A ver si nos caemos del guindo de una vez.

Lo más verdad que hay en la tele...es la retransmisión en directo de un partido de fútbol.

sábado, 22 de febrero de 2014

Escribir es poner una palabra tras otra.

Hay mucha gente que escribe, mucha más de la que creemos. De  hecho, uno no empieza a pensar en cuánta gente habrá escribiendo hasta que se pone a hacerlo. Piensa, ¿cuántos estarán escribiendo ahora mismo? ¿Cómo lo harán? ¿Les costará más o menos que a mí? ¿Escribirán sobre lo mismo? También, al sentarse a escribir, uno es consciente de lo complicado que es y ve desde una nueva perspectiva las novelas, los artículos, los reportajes y por supuesto los blogs que sigue.

Por supuesto, se miran con nuevos ojos esos grandes libros que nos han acompañado y a sus autores como auténticos prodigios de la naturaleza, ¿Cómo fueron capaces de escribir esa historia? ¿Cómo lo hicieron?

Escribir es sentarse a intentar plasmar una idea, una sensación o un concepto que tenemos dentro. A veces ni siquiera hay una idea o sólo hay el atisbo de un pensamiento que se escapa y que parece completamente imposible de fijar.

¿Cómo hacerlo? ¿Cómo se escribe?

En este video montaje, Neil Gaiman, da una serie de consejos para escribir.

Los consejos de Gaiman  se pueden resumir en dos:

- Escribe lo que sea. Siéntate y escribe lo que te salga.
- Ten siempre presente que nadie puede escribir como tú ni contar tu idea como tú mismo.



"Para mí, (escribir) siempre ha consistido en tratar de autoconvencerme de que lo que estoy haciendo en el primer borrador no es importante. 

Recuerdo la increíble liberación que fue pasar de la máquina de escribir al ordenador. Ya no haría más basura de papel, no emborronaría más folios y papeles. Escribir era más una noción, algo más imaginario. Escribía esas palabras pero no importaban y después, una década más tarde,  recuerdo la nueva liberación que fue pensar “Podría escribir en cuadernos”, porque nada de lo que escribo es real hasta que no lo tecleo. Seguir escribiendo en cuadernos es una de las cosas que sigo haciendo,  escribo en viejas y grandes moleskines. Escribir a mano no es real. 

Una vez que pasas el muro, tienes que autoconvencerte de que no importa, nadie va a ver nunca tu primer borrador, a nadie le importa tu primer borrador. Y este es el punto clave, tú estás agonizando para escribirlo pero honestamente cualquier cosa que estés escribiendo se podrá arreglar, podrás corregirlo mañana, podrás corregirlo la semana que viene...pero ahora lo que hay que hacer es sacar las palabras, sacar la historia, escribir lo que puedas y luego corregir. 

If you’re only going to write when you’re inspired, you may be a fairly decent poet, but you will never be a novelist — because you’re going to have to make your word count today, and those words aren’t going to wait for you, whether you’re inspired or not. So you have to write when you’re not “inspired.” … And the weird thing is that six months later, or a year later, you’re going to look back and you’re not going to remember which scenes you wrote when you were inspired and which scenes you wrote because they had to be written.

Si solo vas a escribir cuando estás inspirado, podrás ser un poeta bastante decente pero nunca serás un novelista, porque tendrás que pensar cada día en cuantas palabras has escrito y esas palabras no van a esperarte, estés o no estés inspirado. Así que tienes que escribir cuando no estás inspirado. Y lo más extraño de todo es que seis meses después o un año después, mirarás atrás y no podrás recordar que párrafos escribiste inspirado y cuáles escribiste simplemente porque había que escribirlos. 

El proceso de escribir puede ser mágico. Hay veces en las que es como asomarse a la ventana de un último piso y salir a caminar por el aire...y eso es felicidad suprema. La mayor parte de las veces,  sin embargo, es un proceso que consiste en poner una palabra detrás de otra. 

Se parece a lo que ocurre en el Peak District, en Inglaterra, cerca de Escocia. Allí hay gente que se dedica a hacer muros de piedra y los han estado haciendo durante generaciones. Tienen montones y montones de piedras y van colocando una piedra, y otra y otra y otra más que encaje y otra que encaje. Ellos saben como hacerlo y de alguna manera construyen esos muros absolutamente estables sin más técnica que ir colocando una piedra tras otra y al final tienen una pared. Es así como se hace una novela, una palabra tras otra. 

Asi que cuando la gente viene y me dice  “Quiero ser escritor, ¿qué tengo que hacer?” Yo les digo “ “Tienes que escribir”.  A  veces me dicen, “Ya lo estoy haciendo, ¿qué más tengo que hacer?” y yo les digo  que tienen que terminar lo que escriben y de ahí aprendes, Aprendes al terminar las cosas. 

Hay más consejos, hay otros consejos para escritores, particularmente escritores que quieran escribir de cierto género. Yo les digo “Mira, lee todo lo que haya sobre ese género, lee para entender lo que otros autores han estado haciendo en ese género pero después lee fuera de tu zona de confort”. 
Si te encanta cierto tipo de películas y quieres hacer pelis de acción de Hollywood ve a ver otro tipo de películas, documentales, ve otras cosas, todo lo que puedas. 

Si te gustan los libros de fantasía y quieres ser el siguiente Tolkien, no leas solo grandes libros de fantasía al estilo de Tolkien. Tolkien no leyó grandes libros de fantasía al estilo de Tolkien, él leeía libros de filología finlandesa. Hay que leer fuera de nuestra zona de confort, hay que aprender otras cosas. 
Tell your story. Don’t try and tell the stories that other people can tell. Because [as a] starting writer, you always start out with other people’s voices — you’ve been reading other people for years… But, as quickly as you can, start telling the stories that only you can tell — because there will always be better writers than you, there will always be smarter writers than you … but you are the only you.

Y luego está lo más importante. Cualquiera, una vez que ha adquirido una cierta calidad, en el momento en que está preparado para escribir y puede escribir...tiene que contar su historia. No hay que tratar de contar las historias que otros pueden contar. Cualquier escritor cuando empieza lo hace con las voces de otros, has estado leyendo durante años y vas a contar las cosas que les han pasado a otros pero tan pronto como puedas hay que empezar a contar las historias que sólo tú puedes contar. Porque siempre habrá mejores escritores que tú, y siempre habrá escritores más inteligentes y siempre habrá gente mejor que tú haciendo una cosa u otra pero tú eres el único tú. Siempre habrá gente ahí fuera  que sean mejor escritores que yo y más listos pero no hay nadie que pueda contar una historia Gaiman como yo"  


Post publicado en PisandoCharcos.