martes, 4 de junio de 2013

MATERNITY (CXX): EN LA ORILLA.

¿Damos un paseo?
¡Si!..pero vamos hasta el final y luego volvemos y vamos hasta el otro final.
No hay dos finales, hay un principio y un final.
¿Ah si? Y cual es el principio y cual el final? Son dos finales, el principio es la mitad que es por donde empezamos. ¿A que sí mamá?
A ver chicas...¿podemos dar el paseo tranquilamente sin empezar a discutir antes de salir?
¡Si!

Mami...
Dime C.
No tengo nada de hambre.
¿De verdad? No me lo creo.
Mamá...era ironía.
¿Ironía? Pero ¿qué dices?
Eso me explicaste tú el otro día, que cuando decías una cosa y querías decir lo contrario...eso era ironía. Pues eso no tengo hambre...pero lo que quiero decir es que me muero de hambre.
Jajajajaja...vale, pero no era así como te lo expliqué.
Claro que si, te levantaste y dijiste...”Joder, con el veranito”...y lo que querías decir era que hacía mucho frío.
Bueno, pero no era exactamente lo mismo...
A mí me parece lo mismo...no veo la diferencia.
Mamá..
Dime M.
¿Qué estoy haciendo a estas horas en Madrid?
¿Qué?
Si, si estoy en Madrid que estoy haciendo a estas horas.
Pues supongo que estás en clase.
¿Mi yo de Madrid está en clase?
A ver, no hay ningún yo tuyo en Madrid. Tú estás aquí en la playa y en Madrid no hay nadie en tu puesto.
Ah no, a mi me gusta más pensar que hay otro yo mío en el cole, sufriendo mientras yo estoy aquí.
Ya, pero eso no es así.
Mamá...
Dime M.
¿Qué vamos a hacer el fin de semana que viene?
A ver, hoy es viernes..¿ya estás pensando en el siguiente fin de semana?
¿Tenemos planes?
Si. Os vais a pasar el fin de semana con la chusma de Montes.
¿Qué es chusma?
Pues gentucilla.
¿No te caen bien? pero si ¡¡son tus amigos!!
M...es ironía...
Exacto. Son mis amigos y son majísimos pero los llamo la “chusma de Montes”.  
A mí lo de la ironía no me convence...
¿Quienes vamos a lo de Montes?
Pues vais todos...20 adultos y 22 niños.
¿Viene Pablo?
No, Pablo no va...como no tiene hijos no le apetecía.
¿Por qué?
Pues porque son muchos niños juntos.
Pero nosotras sí le gustamos.
Si, vosotras sí...pero 22 son muchos.
A mí me gusta Pablo...
¡Y a mí también! Y no es ironía.


C..¿quieres dejar lo de la ironía??
¡Hala!...¡¡mira mamá!!
¡No lo toques! es una medusa enorme...que asco.
¿Qué pasa si te pica una medusa?
Que te escuece mogollón...y pica.
A tí te pico una una vez en el culo...me lo contó papá.
Si, hace mil años...en Menorca.
¿Y una anguila como pica?
¿Una anguila? Yo qué sé...no sé si pica o muerde.
Da una descarga eléctrica...
¿Ah si? Me suena de algo...anguilas que dan descargas.
Y si te encuentras una de esas ¿se te ve el esqueleto?
Jajajajaja....¿como en los dibujos? No.
¿Qué son paparazzis?
Me vaís a volver loca...¿no estábamos hablando de anguilas eléctricas?
Yo no, eso C y tu...Yo iba pensando en mis cosas.
Y ¿pensabas en paparazzis?
Ya ves...¿Qué son?
Pero ¿cómo puedes pensar en algo que no sabes qué es?
No sé..me sale solo. ¿Qué son paparazzis?
Son fotógrafos que persiguen a la gente famosa para hacerles fotos normalmente cuando ellos no quieren.
¿Nosotros vamos a tener paparazzis?
No, claro que no.
¿Por qué no?
Porque no somos famosas y además no queremos que nos pase eso.
Yo sí quiero...y no es ironía.
¡Deja la ironía ya!
A lo mejor te haces famosa con el libro.
No, no me voy a hacer famosa con el libro...
¿Qué vamos a hacer esta tarde?
Tenemos que ir a compraros braguitas.
¿Por qué?
Porque se me ha olvidado traeros de Madrid.
¿NOS TRAES 20 CAMISETAS, BAÑADORES, PANTALONES, LAS MEDICINAS, LOS LIBROS Y NO TRAES BRAGUITAS?
No...¡¡se me han olvidado!!! Pero tampoco pasa nada....
Al final va a ser verdad que no tienes superpoderes...

lunes, 3 de junio de 2013

LIBROS ENCADENADOS.- MAYO








Mayo,  como todo el mundo sabe, es un mes asqueroso  y  me convierte en bicho bola, como sabe todo el mundo que me conoce. El modo "bicho bola" es muy desagradable para la gente que me rodea pero es fabuloso para el ritmo lector: 5 libros y 4 relatos de Cheever.














Para empezar el mes, un comic. “Berlín Ciudad de humo.2” de Jason Lutes. El año pasado leí la primera parte “Berlín. Ciudad de piedras” y por mi cumpleaños cayó la segunda parte de esta trilogía que aún no ha visto publicada su tercera parte. La primera parte terminaba con la manifestación del día del trabajo, el 1 de mayo de 1929, en Berlín donde varios manifestantes fueron asesinados por la policía de la República de Weimar. “Ciudad de humo” no es exactamente una segunda parte porque aunque ciertas historias y personajes de la primera parte continúan también aparecen nuevas historias. Ciudad de humo es más denso y más agobiante. En el primer tomo, a pesar de los problemas y de lo mal que iba todo, había una cierta esperanza, una cierta jovialidad en las ganas de la gente, una fe en la lucha obrera y un interés de los medios por creer en una época nueva, por creer en la República de Weimar. En este tomo el ambiente se va haciendo más denso, más agobiante, más incómodo. Se dirigen hacia lo inevitable, hacia lo trágico. El ascenso nazi se percibe por unos personajes como algo inevitable, otros lo ven venir y se quedan paralizados esperando que en realidad no pase y otros deciden lanzarse por la pendiente del hedonismo, las drogas y el desenfreno sexual.

Me ha gustado muchísimo aunque tenía que dejarlo a ratos porque era demasiado angustioso. Lo recomiendo muchísimo para todo el que le interese Berlín y esa época.  Me gusta además el dibujo seco y sin mucho texto.




La casa del mirador ciego de Herbjorg Wassmo. Este libro me lo regaló mi fantabulosa prima A por mí 40 cumpleaños con una preciosa dedicatoria en la que me decía que le había encantado. A mí me ha espantado…pero mi prima sigue siendo fantabulosa.

El libro es un horror, una historia previsible y que además se parece muchísimo a “Purga” que también me horrorizó el año pasado  (pero Anónima Marta aún así me aprecia). Tora es una niña que vive en una isla en el fin del mundo en Noruega en los años posteriores a la II Guerra Mundial. Vive con su madre, Ingrid y el marido de ésta, un borrachín violento que ¡oh, sorpresa! abusa de ella.  La niña se refugia en sus pensamientos y blablablablabla. Aparecen y desaparecer los edificios del edificio donde vive “El hormiguero”, aparecen sus tíos que son felices, un niño mudo con el que Tora se lleva bien y mil tonterías más. La historia ni avanza ni tiene el más mínimo interés hasta que por fin termina. Se lee deprisa, en diagonal y además no sé si por la traducción o porque Herbjorg es así de mal escritora, el libro no está bien escrito, pasa de una voz narradora a otra y lo que es peor al lector le da igual. Y encima de todo esto…es cursi.

El humo de las pipas y el tabaco de liar se condensaba en torno a la lámpara de petróleo que crepitaba entre las vigas como un animal irritado y somnoliento. La redecilla de la lámpara relumbraba malignamente dentro del cristal formando relámpagos en el brillante gancho de metal”

¿Relumbraba malignamente?? ¿Una redecilla?? Herbjorg…pírate.



La tierra sin alma de James Stern de Ediciones del Viento (me mola esta editorial). No sé cómo llego este libro a mi lista de “Libros pendientes” pero allí estaba y me lo trajeron este año los Reyes.  Es un libro escrito en 1932 con los relatos que James Stern escribió en los años en los que estuvo viviendo en Rhodesia, son en parte ficción pero basados en sus experiencias allí y no sé hasta qué punto algunos de los personajes de los relatos no serán realmente personas que él conoció. 

Los relatos dan una imagen de África alejada de la visión llamémosla más moderna de Kapuscinsky en “Ébano” y más cerca de la mentalidad colonial de “Memorias de África”. Mientras Kapuscinsky ve África intentando comprenderla, los protagonistas de los relatos de Stern simplemente se ven desbordados por África, por su inmensidad, por el calor, las distancias, la soledad, la sequía, el calor, el paso de tiempo tan diferente al europeo. Las relaciones con los negros son siempre de servidumbre y las relaciones con otros blancos están condicionadas por la obligatoriedad de relacionarse, porque no hay opciones. Gente que no tiene nada en común, que en Europa no se dirigiría la palabra se ve abocada a ser “amigos” simplemente porque son blancos. 

Me ha chocado mucho que a los negros se les llama “cafres”, no sé si es porque se ha traducido así, me gustaría ver el original en inglés. ¿Cómo se dice cafre en inglés? 

El libro me ha encantado y me ha gustado mucho el estilo de Stern. Es sencillo, claro, sin florituras pero sabe transmitir la sensación desasosegante y de profunda incomodidad que África causa en los europeos. Puede ser también muy poético.

“Sin embargo, no era fácil seguir durmiendo durante aquellos amaneceres que llegaban tan rápido: era de noche, y de pronto ya era de día. Pero me resistía a despertarme del todo en un instante, aunque sólo fuera por el pensamiento inconsciente de que un día, como una vida, a menudo es más placentero en sus comienzos que en su plenitud o su final”. 





“El club de los optimistas incorregibles” de Jean Michel Guenassia. Morenaza y yo nos traemos un trapicheo de libros y éste me lo ha dejado ella.  

Todos los autores franceses se parecen. Si empiezas a leer un libro de un autor francés aunque sea sin ver la portada se reconoce su estilo y su tono, todos tienen el mismo “color” y hablan igual de las relaciones familiares. Lo mismo ocurre con los americanos, Roth, Russo, Ford, Updike y demás…pero se habla poco de que exactamente igual les ocurre a los franceses.

Es la historia de Michael Marini, un chaval de 12 años que va contando una época de su vida, su llega a la adolescencia; su relación con sus padres, con sus hermanos, los secretos que todas las familias tienen, sus amigos, la relación con la ex novia de su hermano y su contacto con una serie de refugiados soviéticos en un club de ajedrez.

Es una novela muy irregular que va avanzando como a trompicones y dejando historias sin terminar, como si Jean Michel se hubiera aburrido. Algunas partes son directamente increíbles, por ejemplo, la relación de amistad entre Michel con 12 años y la ex novia de su hermano que tiene 20…en fin...eso no se lo cree nadie.  Hasta la mitad más o menos, la novela avanza dando tumbos, sin centrarse y yendo de un tema  a otro sin mucha convicción. No se abandona porque se lee fácil y  quieres creer que Jean Michel quiere contarte algo medianamente interesante.  A partir de la mitad mejora mucho, Jean Michel por fin se centra, deja de un lado las tonterías de Michael y se centra en los refugiados soviéticos y sus historias consiguiendo encontrar el ritmo y enganchar. 

“Hay en la lectura algo que tiene que ver con lo irracional. Antes de haber leído el libro, intuyes enseguida si te va a gustar o no. Lo husmeas, lo olfateas, te preguntas si merece la pena pasar el tiempo en compañía suya. Es la alquimia invisible de los signos trazados en una hoja que se nos quedan impresos en el cerebro. Un libro es un ser vivo”

“Usar el deporte para escaparse es una forma trivial de falta de comunicación”

A pesar de todo lo que he dicho, he llenado un montón de páginas de mi cuaderno con párrafos copiados.




“De mujeres con hombres” de Richard Ford. Este libro lo compré en la Feria del Libro Antiguo del mes de abril en Madrid.

Todo el que me haya leído sabrá que soy muy fan de Ford pero entiendo que no es para todo el mundo. En este caso son tres relatos largos, dos ambientados en París y otro en Montana. El primero “El mujeriego” y el último “Occidentales” se parecen mucho. Dos hombres adultos en París pensando y repensando sus relaciones con distintas mujeres y haciendo mucho el tonto, como casi todos los personajes masculinos de Ford. Ahora que lo pienso, los hombres de Ford piensan tanto y le dan tantas vueltas a todo que muchas veces parecen mujeres…El segundo, el que está ambientado en Montana no se parece nada. Trata de un chico, Larry, que con 17 años emprende un viaje con su tía para ver a su madre que está separada de su padre.  Este relato se parece muchísimo a los que Ford incluyó en “Rock Springs”. 

Como ya he dicho, a mi Ford me flipa pero si queréis empezar a conocerle no recomiendo este libro, mucho mejor “El periodista deportivo” o el que escribió dedicó a su madre. En este me ha recordado muchísimo a Richard Russo en Alto riesgo y también a algunos relatos de Ethan Canin en “El emperador del aire”.  

He leído también 4 relatos de Cheever: “O City of broken dreams”, “The hartleys”, “The Sutton place story” y “The summer farmer”.  En todos aparecen niñas pequeñas, curioso. 

Conclusión del mes,  hay que leer “Berlin. Ciudad de Humo”, a James Stern y por supuesto a Cheever.

miércoles, 29 de mayo de 2013

MOLIDOCUMENTALES: GRANDES MENTIRAS DE LA PUBLICIDAD DE COMPRESAS Y TAMPONES


Ya expliqué en su día con todo lujo de detalles lo chulísimo que es tener la regla y como las mujeres damos saltos de alegría y éxtasis emocional cada 28 días por el milagro de sentirnos mujeres mientras nos desangramos. También dije en su día que con el tiempo te vas acostumbrando y lo llevas lo mejor que puedes, pero hay  una cosa que no llevas bien nunca:  la publicidad de compresas y tampones.

Es acojonante. Cada campaña que sacan es más idiota que la anterior. Todos sabemos que la publicidad es mentira, es una burda patraña pensada para manipular a la población y hacer que compre cualquier cosa vendiéndole las supuestas bondades del producto. Correcto. Aceptamos pulpo como animal de compañía, pero joder, un poco de respeto. Somos público cautivo, no tenemos más cojones que comprar compresas y tampones, no podemos alegremente decir “este mes paso”. Hay que comprarlas y usarlas. ¿Qué tal si invertimos el dinero en hacer algo bueno y no en publicidad de mierda altamente ofensiva y cutre?

Para empezar algunas memeces de concepto. 

La regla es roja, en una amplitud  cromática de tonalidad que va  desde el rojo  muy pálido hasta el más oscuro rojo coágulo digno de una peli gore. Nunca es azul, JAMÁS. ¿A quién se le ocurrió que fuera azul? ¿Cuál es el propósito de ponerla azul? ¿A quién se engaña? Cualquiera que tenga la regla sabe que es roja, cualquier adulto sabe que es roja. ¿El propósito maquiavélico es engañar a las niñas que todavía no tienen la regla? Ya. Hay sesudos estudios diciendo que tras unos tests con gente, los participantes se mostraban más receptivos al color azul. ¿Y?

La regla NO es líquida. Tiene consistencia, unos días más y otros menos, pero no es un líquido ligero y amigable. Es un líquido espeso y que puede llegar a borbotear y por eso mismo esas imágenes con unas gotitas que caen a que unas “pearls” (¿Qué tipo de cursilería es “pearls?) que las absorben dichosas es MENTIRA. La regla cae sobre las dichosas “pearls” que hacen lo que buenamente pueden (sin asomo de emoción) hasta que saturan y aquello empieza a resbalar. Si, resbalar, resbalar por dónde no debe provocando el famoso efecto: ”¡Mierda! No puede ser, no puede ser, no puede ser! A ver cómo me levanto ahora de esta reunión y voy al baño”. Resbalan las compresas y resbalan los tampones, hay días en que la vida útil de un tampax es de 10 minutos y hay que llevar una sabia combinación de ambas cosas para evitar parecer una escena de Tiburón fuera del agua. 

Sigamos con los lemas idiotas. 

Las compresas y su lema “No se nota”.  ¿Cómo que no se nota? ¿Cuándo no se nota? ¿Drogada? ¿Borracha? ¿Dormida? ¿En coma?  Llevas algo entre las piernas pegado a la ropa interior SE NOTA SIEMPRE. Otra cosa es que te acostumbres o lo lleves con resignación porque no hay otra opción, pero notarse se nota SIEMPRE. ¡Ah ya!, que no lo notan los demás. ¿Y qué importa que lo noten los demás?  ¿Qué problema hay con ello? Ya se han dado cuenta de la mala leche que gasto, de mi llanto incontrolado y la tripa hinchada que tengo ¿de verdad se van a poner a mirarme el culo? Y si me lo miraran y “notaran” que llevo una compresa ¿Qué problema hay? 

En los anuncios de compresas y tampax por alguna extraña razón que se me escapa las mujeres siempre van vestidas de colores pastel, ponen caritas con la misma expresión de inteligencia que Candy Candy y hablan como si usaran el mismo cerebro por turnos. ¿De verdad es necesario? ¿Cuál es el mensaje? “Hola chicas, hace 10 años por lo menos que tenéis la regla pero hoy vamos a explicároslo como si fuerais idiotas para convenceros de que compréis un producto que ya lleváis comprando 10 años y que tendréis que seguir usando otros 30”.

Aunque a algún creativo o gurú del marketing de compresas le resulte inconcebible (como diría Vizzini), las mujeres no tenemos como prioridad vital vestirnos de blanco con minishorts ajustados que no nos lleguen a la entrepierna los días que tenemos la regla. Tampoco sentimos un impulso vital incontrolable por salir a bailar poniendo el culo en pompa y contoneándonos justo el día que te estás desangrando con un dolor bastante incapacitante. Además, siempre es mala idea mover mucho las piernas y sobre todo despegarlas mucho una de otra…

Y cuando ya creía que lo había visto, me encuentro esto.


Exacto. ¿Qué mierda es esta?

Todo es un despropósito. Para empezar por el principio “Tampax Pearl”, ya el nombre es de un cursilismo vomitivo. Segundo, Amaia Salamanca es guapa…pero en los años de su vida se pondría ese bañador. ¿Por qué? Pues porque aunque las revistas de moda se empeñen todos los años en decir “vuelve el traje de baño” “vuelve la elegancia del bañador” “envuelve y marca tus curvas”, el bañador es malísima opción si tienes la regla. ¿Por qué? Pues porque para cambiarte el “tampax pearl” tienes que quedarte en bolas, en el baño cutre de la piscina, con todo el suelo mojado y encima preocuparte de que el bañador que cuelga entre tus piernas no toque el  váter ni el suelo. 

Tíos en un anuncio de tampones. ¿Por qué? ¿Cuál es la idea genial? “Eh, ellas están hartas de ver mujeres en los anuncios de tampones, seamos originales…pongamos tíos”. ¿Para qué? Cualquiera sabe que los tíos han desarrollado  con los años y a base de sufrir mucho, una sabiduría suprema  que les hace pasar de puntillas sobre esos días y esos temas sino quieren llevarse un bufido. No pintan nada en un anuncio de tampax, pero si os empeñáis en ponerlos, ¿Qué tal alguno que no parezca lobotomizado?

Tíos que meten la mano en el bolso de una tía. ¿Qué estupidez es esta?

“Cariño, dónde están las llaves del coche?
En mi bolso. Cógelas.
Ni de coña…a saber qué llevas ahí. Te traigo el bolso y me las das tú.

Un tío jamás mete la mano en el bolso de una tía a no ser que sea un ladrón y si es un ladrón, un carterista o un espía…¿ de verdad que va a coger un tampax? Intento ver el posible mensaje oculto: un tío ve una chica guapa y mete la mano en el bolso y coge lo más valioso que encuentra ahí…¿UN TAMPAX?

Vale, creo que no sé ver mensajes ocultos, pero voy a seguir intentándolo.

En mi universo de realidad cualquier tío mete la mano en el bolso y coge un tampax pensando que es, yo qué sé,  un puro Habano y nada más sacarlo y verlo lo soltaría como si fuera kryptonita, pero en el universo “Pearl” no pasa eso. Allí, un tío con pinta de tener canas en los huevos, necesita una explicación pormenorizada sobre el proceso de colocación de un tampón con frases supuestamente ¿ingeniosas y con doble sentido?

Nunca antes un tampón había sido tan fácil de introducir”
“¿ves? Hasta aquí”

Y mi favorita…

“Y nunca antes había sido tan fácil de colocar en el lugar correcto”

¿El lugar correcto? ¿Es que hay otro lugar? ¿Hay gente que hace pruebas en otros “lugares”? Es más, hay mujeres que cuando están sangrando por el “lugar correcto”…¿se equivocan de lugar?

Suponiendo que el mensaje oculto e ingeniosamente elucubrado por los genios de la publicidad sea hacer un símil entre los tampones y el sexo, sólo se me ocurre una explicación: los creativos publicitarios son vírgenes.


Dado que yo sí se cual es el lugar correcto de colocación del tampax, me quedan solo dos dudas. Primero   ¿cuantas mujeres han corrido despavoridas a comprar tampax pearls para poder “mojarse” este verano?  y segundo, ardo de impaciencia por conocer qué nueva memez estarán pensando los creativos para el otoño.  

martes, 28 de mayo de 2013

MATERNITY (CXIX): UNAS CUANTAS COSAS QUE ME GUSTARÍA QUE RECORDARAN.



Me gustaría que recordaran que fueron mis princezaz.

Cuando M sea ingeniera de montes y policía y C lo que quiera que vaya a ser y que todavía no tiene claro, cuando sean adolescentes y les de muchísima vergüenza, cuando sean mayores y piensen que soy una pesada o cuando ya no esté con ellas, me gustaría que se acordaran de que fueron mis princezaz. Cada una tiene su nombre y mil distintos y también las llamo bichos y brujas…pero siempre serán mis princezaz.

Me gustaría que recodaran cuando les leo en alto.

Mientras yo cocino, se duchan y se ponen el pijama. Ponen la mesa peleándose. ¿Os habéis cepillado el pelo? ¿Os habéis cepillado el pelo? ¿Las zapatillas? Poneos las zapatillas. La cena en la mesa y corren a por el libro. Se sientan cada una en su sitio.

Sigue por dónde lo dejamos ayer.

Bajo el fuego de lo que estoy cocinando para el día siguiente, apago el móvil, apago la radio y me siento en mi sitio. Empiezo a leer, cenan y escuchan concentradísimas. A veces creo que no me escuchan y me paro...

¡¡Sigue!! ¡No te pares!

Levantan la mano cuando no entienden una palabra:

¿Qué es taciturno?
¿Qué es jactarse?
¿Qué es un umbral?
¡Eso ya lo ha explicado 5 veces!

La primera que termina lee una página. M se desespera porque C lee más despacio…

Lo dejamos aquí para mañana.
Pero es que está muy emocionante…
Por eso, así mañana lo cogemos con más ganas.

El año pasado fue “La historia interminable”, este año estamos terminando “El hobbit”, el siguiente va a ser “La princesa prometida”.

Me gustaría que recordaran los paseos en bici.

Salir las tres a montar en bici por Los Molinos, con un destino fijado como comprar el periódico o ir a casa de alguien o sencillamente dar una vuelta. El frío, el viento, el sol, el calor, La Peñota, Siete Picos, La Bola del Mundo que vemos mientras pedaleamos. Esperamos a C que siempre se queda la última aunque le encanta montar en bici, le encanta pero va “de paseo”. M es más “deportista”, pedalea más deprisa, se adelanta, vuelve a buscarnos, me hace mirar cómo va sin manos, como se pone de pie o cómo atraviesa los charcos.

Me gustaría que recordaran que les enseñé a jugar al hilo.

Ese hilo blanco con el que atan los paquetes de dulces en las pastelerías y que no sé muy bien cómo ha llegado a casa. Les he enseñado a atarlo y jugar con él haciendo figuras. No quieren jugar entre ellas, quieren que yo juegue con cada una de ellas para ver quien llega más lejos y quien hace más figuras. Antes de que se acuesten a leer, todas las noches, juego una vez con cada una.

Yo aprendí cuando era como ellas y no se me ha olvidado.

Me gustaría que recordaran las lilas.

Las lilas marcan (en teoría) el principio del buen tiempo que yo odio pero que tiene algunas cosas buenas como que Los Molinos se llena de lilas por todas partes. Hace 60 años debió ponerse de moda en todas las casas de Los Molinos plantar lilos que son superresistentes. Cuando yo tenía 5 ó 6 años la casa de mis abuelos se llenaba de lilas y de su olor. En casa de Molimadre plantamos un lilo hace unos años y éste ha sido el primero que ha dado lilas, concretamente 2, pero nosotras vamos a pasear y nos colamos a “robar” lilas para hacer (5) ramos enormes que colocamos en casa.

Mami... ¿robar no está mal?
Sí, pero esto no es robar. Es nuestro vecino y no le importa.-digo mientras salto la valla.

Me gustaría que recordaran las moras.

Las moras marcan el final del verano. Las moras son septiembre. Casi no podemos bañarnos y casi no queda gente en Los Molinos entre semana. Cuando llego de trabajar me están esperando con una lecherita antigua que debe tener 100 años porque Molimadre siempre dice que las moras no se pueden echar en una bolsa de plástico. Discutimos si salimos en bici o andando. El problema de la bici es que hay que ir dejándola tirada por ahí para acercarse a las zarzas mejores que están lejos de los caminos, pero si vamos andando tenemos menos radio de acción. Salimos. M recoge moras con empeño, intentando encontrar la más grande, cuantas más mejor…C también pero menos y además se las va comiendo.

“No me he comido más que una” me dice con todas las manos manchadas de mora.
¿Y esas manos?
Limpísimas, dice mientras se las pasa por la camiseta.

Por la noche las toman de postre con leche o Molimadre hace mermelada que por supuesto no les gusta.

Me gustaría que recordaran las absurdas conversaciones que tenemos cuando llamo a mediodía desde el libro de colores.

C siempre es la que coge el teléfono, pone voces y yo le pregunto quién es.

-Soy C.
¿C qué más?

Y ella me suelta toda su ristra de apellidos.

¿Qué haces?
Hablar contigo
Que se ponga tu hermana.

M se pone hablando con voz grave como de señor mayor.

¿Has comido ya?
Estamos en ello.
¿Qué estás comiendo?
Lo que preparaste tú ayer…ya lo sabes.

Todos los días es la misma conversación que no sirve para nada, pero si algún día se me olvida o no puedo, lo primero que me dicen al verme es

¡Hoy no nos has llamado!
Pero si luego no hablamos de nada.
Hoy era importante…

Me gustaría que recordaran el cineclub de princezaz.

La negociación semanal de la película, ellas proponen yo digo que ni de coña otra de Harry Potter. Yo propongo y me preguntan con suspicacia ¿De qué va? ¿Salen monstruos? ¿Hay héroes? ¿Hay chicas? ¿Es de miedo? ¿Tiene libro?

El ritual, terminar de comer el sábado y el domingo. Sitios fijos en el sofá. La fruta cortada para cada una y luego chocolate. Apagar el móvil.

Empieza la peli y dos millones de preguntas. Los cojines tirados si es de mucha emoción, los cojines de parapeto viendo “Los pájaros”, las risas y las carcajadas con los hermanos Marx y Luis de Funes.

Terminar y que me digan ¿la vemos otra vez?

Apuntar la peli en la lista y empezar a pensar en la siguiente.

Me gustaría que recordaran los paseos a la biblioteca.

Salir del colegio. Merendar y dejar las mochilas en casa. Recolectar los libros que ya han terminado. Siempre falta uno. La bolsa azul. Unos días van en patinete y otros andando a mi lado, depende de lo que quieran contarme. Se pelean por contarme algo, se interrumpen y a veces se susurran cosas que no me cuentan. Después de cruzar el último semáforo, compiten a ver quien llega a la puerta de la biblioteca impulsándose menos veces con el pie. Dejan los patinetes en la puerta y entramos. No tardamos más de 10 minutos en elegir tres libros para cada una, les gusta ir con su carnet al mostrador pero eso sí, los libros los cargo yo.

Ayer fuimos a la biblioteca. Al sacar los libros para devolverlos, me encontré con “Una madre SIN superpoderes” en la bolsa.

¿Qué hace esto aquí?
Lo hemos traído para darlo a biblioteca y que la gente pueda leerlo.
Os dije que lo traeríamos otro día.
Ya, pero eso fue hace muchos días.
Yo sé quién es la directora, es fea y con el pelo corto. Se lo voy a dar.
Pero...pero...pero...
Tú no digas nada. Ya vamos nosotras.

Me gustaría que recordaran que son la leche, pero por supuesto recordarán lo que les de la gana.