miércoles, 29 de agosto de 2012

LEER. ESCRIBIR.

Leer me enseña.

Escribir me enseña.

Leer me sirve para escapar de mi, para no ver lo que soy, lo que(me) pasa, lo que siento, lo que me duele, lo que me preocupa. A veces no funciona, y cuando trato de escapar de lo que quiero no quiero ver, me lo encuentro de bruces en las páginas que estoy leyendo.

Escribir me sirve para encontrarme, aunque a veces no lo consigo. Me busco en lo que escribo y unas veces lo encuentro y otras no. Unas veces doy con algo que no buscaba y me sorprendo ¿ Eso lo he pensado yo sola? ¿ He sido capaz de escribir esa reflexión? Otras busco, busco y busco y no lo encuentro: mierda, está ahí, lo veo pero no se deja atrapar.

Leer es una actividad que me envuelve. Me hace redonda, me protege y crea una concha a mí alrededor. Me separa del mundo, de lo que me rodea, de los que me rodean y me aísla. Corta los hilos con el exterior. Leyendo me hago bola.

Escribir me conecta. Extiende hilos que parten de mí hacia el exterior, unas veces hacia los demás, otras hacia alguien en concreto, otras solo hacia mi cuaderno. No es algo absoluto , igual que leer no me desconecta de todo, escribir no me hace accesible para todos, pero me saca de mí, saca lo que pienso, lo ordena y lo coloca haciéndolo más interesante o convirtiéndolo en una completa majadería. Escribir me hace tela de araña.

Escribir me libera espacio de la memoria, deshace el nudo y equilibra mis pensamientos. Escribir se acaba.

Leer me desborda. Acumulo ideas, referencias, pensamientos, conexiones, sentimientos y necesidades. Necesito seguir leyendo. Cada vez me ocupa más espacio, físico y mental.

Para leer no necesito concentrarme. Sin importar el entorno o el ruido, leo sin esfuerzo aparente. Mejor dicho, he aprendido a leer sin esfuerzo aparente, mi mente se concentra, desconecta de todo mágicamente, hace clic y ya está, no quiere estar haciendo otra cosa.

Escribir me distrae, me exige un esfuerzo de concentración. Mi mente tiende a querer hacer otra cosa, a buscar excusas, a escapar o peor, a bombardearme con más ideas de las que soy capaz de escribir. Me frustro porque por un lado quiero atrapar todas esas ideas y esos hilos que mi mente ha hecho revolotear por mi cabeza y por otro lado quiero distraerme, quiero pasar de ellas. Quiero levantarme y no escribir, pasar de ese impulso.

Leer me da placer y escribir me incomoda, me perturba y me frustra.

Leer tiene el hueco hecho en mi vida, escribir se lo está haciendo.

Leer me sale solo. Escribir me cuesta.

A leer me enseñaron y aprendí…a escribir estoy aprendiendo.

Leer me concentra y escribir me dispersa.

Leer me protege, me acoge. Es la abuelita del bosque.

Escribir me asusta. Es el lobo.

El placer de la lectura es antes, es durante y es después. Saber que tendré un libro para leer, que encontraré el hueco para leerlo es casi tan placentero como la lectura en sí misma. Nunca quiero terminar de leer, es el peor momento, pero cerrar el libro no acaba con el placer de su lectura. Si es bueno, me deja un poso que voy rumiando y al que voy dándole vueltas aunque esté haciendo otras cosas y retroalimenta a su vez el placer de la anticipación de la lectura, el placer de saber que volveré a retomar la lectura en cuanto pueda y me dejen.

El placer de la escritura es al terminar. Rara vez es durante y casi nunca antes. El temor a perder la idea, a no ser capaz de aprehenderla, de fijarla con palabras para que suene como me parece que tiene que sonar me provoca más ansiedad que placer. Terminar de escribir es el mejor momento. Si he conseguido escribir lo que quería me siento bien, contenta y satisfecha y si no lo he conseguido, me queda la mísera satisfacción de haberlo intentando y haberme peleado con ello, no es mucho, pero consigo que el gusano de “ te tienes que sentar a escribir” se calme por unas horas, tengo un tiempo de tregua hasta que empiece a roerme diciendo “ vuelve a intentarlo, enfócalo de otra manera..”.

En algunas ocasiones leer y escribir confluyen. Leo algo que he escrito, y mágicamente deja de ser algo que yo he escrito y pasa a ser algo que leo, las palabras que yo escribí, se transforman en lectura. Lo releo, me gusta, me hace bola, me protege, me sorprende…y entonces pienso..no hay nada que me guste más que esto.

lunes, 27 de agosto de 2012

BRAVE O QUE PEREZA DE PELIRROJA

Resulta que Merida es una princesa pelirroja y escocesa. Eso es lo que dice la peli y Pixar porque en realidad se parece muchísimo más a un electroduende, lleva exactamente el mismo (des)peinado. Se pelea muchísimo con su madre que quiere hacer de ella una princesa guay y que sin embargo se pasa toda la película sin peinarla y dejando que vaya con esos pelos atroces por ahí alegremente. Eso no se lo cree nadie, cualquier madre porculera que se precie se pasaría el día diciéndole “o te recoges esos pelos o te rapo”.

La cuestión es que a Merida o Miranda o Meridiana, le gusta tirar con el arco y hacer el gañan y como es pelirroja y despeinada pues es molona. Si le gustara tirar con el arco, hacer el gañan y llevar el pelo corto y negro, seria la protagonista de Millenium y molaría menos porque desconozco el motivo, pero el pelirrojismo está muy arriba en el top ten de atractivo femenino.  “ Las tias pelirrojas molan sencillamente porque tienen el pelo rojo y da igual que sean unas absurdas”. Las morenas asistimos a esto con estupefacción por una parte y con alivio por otra, siempre es mejor pasar desapercibida hasta que quieres dejar de hacerlo a que vean tu “llameante cabellera” llegar y se creen falsas expectativas.

Eso es Brave. Merida o Mirinda, es una petarda absoluta. Además del puto arco y de ser una gañana y por supuesto comer como una bestia y estar hiperflaca, resulta que no quiere hacer caso a su madre y se pelea con ella. Vaya, en esto se parece a todas las mujeres primogénitas del mundo. Se pelea porque ¡oh sorpresa!..”quiere vivir su propia vida”. La madre que lleva unas trenzas ideales ( un dato más que hace incomprensible el look electroduende de la pelirroja) quiere que sea una princesa y siga la tradición y elija entre los primogénitos de los otros clanes para que así la tradición blablablablabla….

La madre es una petarda absurda como la hija y las peleas que tienen entre ellas son de risa. O el guionista es hijo único o los americanos son tan políticamente correctos que no se han atrevido a meter una verdadera discusión entre una madre y una hija.

No todo son “peleas” maternofiliales. Pasa alguna cosa más. El padre del electroduende es un gañan escocés simpaticón y bobo de capirote que da una brasa increíble con un oso que le ataco hace mil años y le comió una pierna. Curiosamente se parece muchísimo a Abraracurcix y lo mismo pasa con los otros clanes que vienen a presentar a los candidatos a casarse con Merida o Mirinda o como se llame,que están digamos “ muy inspirados" por Asterix.

Tras una pelea gorda, Mirinda o Merida o como sea, sale en su caballo corriendo ( directamente inspirado en los de Velázquez) y esto es fascinante, vaya a donde vaya, da igual la dirección, el viento siempre sopla para que su llameante cabellera vuele libre hacia atrás. Nada de soplar en contra y que se le llene la cara de rizos y trague pelo y piojos ( recordemos que los escoceses no usaban champú tan alegremente como nosotros)…todo es como un anuncio de champú barato.

Bueno, pues ahí va y siguiendo unos fuegos fatuos ( sin comentarios) llega a una cabaña donde se encuentra con el único personaje medianamente gracioso de la película y que ¡oh sorpresa! Sospecho que también está ligeramente inspirado en el fabuloso Max de La Princesa Prometida…Tras la única escena divertida de toda la película, Mirinda o Merida sale de allí con un pastel hechizado para su madre que “cambie su destino”…vamos, que lleva allí un problemón enorme y que lamentablemente tú ya sabes que va a complicar las cosas tanto como para que la película dure mucho más de lo que te gustaría.

Y eso pasa. La madre se toma el pastel y se convierte en oso. Si, en oso. Así porque si. La hija se acojona, porque sin su arco y tal se viene un poquito abajo y además es una mierda de primogénita, se convierte la madre en oso y ella empieza a decir “yo no he sido..ha sido una bruja”. Muy mal, lo que hay que hacer es echarle la culpa a los hermanos. A la madre le da un jamacuco cuando se da cuenta de que ha perdido las trenzas ideales, la cinturita de avispa y está recubierta de pelo y con unas uñas que parecen garras..ah claro..que son garras.

Salen pitando del castillo ayudadas por los trillizos diabólicos hermanos de Mirinda y que resulta que también son pelirrojos pero en vez de ser “ideales” son unos cabrones. ( Inciso.- es curioso como el panochismo capilar en ellas se percibe como “molon, atractivo y misterioso” y el panochismo en ellos se percibe como maldad o rareza, cuando debería ser al revés..no hay mas que mirar a Nicole Kidman) El padre que es muy gañán y tonto va con toda la tropa de piratas clanes escoceses persiguiendo sombras por el castillo porque lo del oso que le ataco le tiene obsesionado.

Aquí ya estas aburrido hasta el infinito y sabes que queda muchísima película. Se van al bosque a buscar a la bruja cabrona y por lo menos sabes que habrá otra escena divertida y así es, la aparición de la bruja en plan teleoperadora y diciendo “ la tallista lista le atiende” es tronchante, aunque a Mirinda o Miranda o Merida y a la mama oso no les sirve de nada porque les dice palabras supuestamente misteriosas “ restaurad el vinculo" y se hacen las tontas porque todo el mundo sabe lo que eso quiere decir “ vais a volver a ser amigas y juraros amor eterno y las dos os entenderéis y todo volverá a ser de color de rosa”..osea..un coñazo políticamente correcto.

Pasan aventurillas, la madre osa aprende a cazar salmones, llegan a un castillo y aparece un oso verdaderamente malvado que resulta ser el que se comió la pierna del padre pirata y entonces salen por patas y vuelven al castillo para “restaurar el vinculo” que quiere decir que van a coser un tapiz que el electroduende rasgó cuando se enfurruño con su madre. Aprovechando que tienen que atravesar el salón del trono donde está el rey pasándoselo teta con sus amigotes contando batallas, Miranda o Merida suelta un speech muy Disney y muy de vomitar rollo autoayuda “ seamos todos un reino, las leyendas molan, dicen cosas de nosotros pero tenemos que seguir nuestro camino y a nuestros corazones”…blablablabla…para vomitar las palomitas vamos, pero allí los piratas escoceses aplauden a rabiar y están tan enfervorecidos que no se dan cuenta de que uno de los osos disecados se mueve porque resulta que es la madre reina.

Al final el padre ve al oso, se encela con él y aunque Mirinda le dice entre sus rizos rojos que no le haga daño, que es su madre, al padre le resulta chungo de creer….salen al monte, se persiguen, atacan al oso, le atan y entonces aparece el Oso Verdaderamente Malvado. A la vez Mirinda o Merida llega cabalgando en su caballo velazqueño mientras hace punto de cruz para restaurar el tapiz y echárselo a la madre por encima. El oso Verdaderamente Malvado ataca a Mirinda…la madre oso se encabrona y luchan muchísimo muchísimo…y ¡oh sorpresa! Gana la madre…

…pero se está haciendo de día y aunque Mirinda le ha echado la labor encima a la madre, está parece transformarse definitivamente en oso.Todos lloran..Mirinda porque se siente malvada, el padre que no se entera ni del nodo, los escoceses piratas que flipan con todo y ¡oh sorpresa! De repente donde antes había una zarpa ahora hay una mano grácil que acaricia el pelo ensortijado y bellamente rojizo de Mirinda y todo es amor y buen rollo.

Todo es estupendo…la hija es buena..la madre va sin peinar y los 3 enanos pelirrojos siguen siendo malísimos…

La tortura peli termina con la madre e hija a caballo por un precioso paisaje escocés y la voz de Mirinda diciendo que hay que seguir a tu corazón…Olvidaba comentar que toda la pelicula esta ambientada por algo que suena entre Mocedades y canciones de misa..

En resumen, he aprendido muchísimo de esta película: la única princesa que mola es la prometida y  no pienso comer nada que me preparen mis princezaz, aunque no sean pelirrojas.  Yo de osa no me veo y tampoco se coser.

viernes, 24 de agosto de 2012

LOS CONDESCENDIENTES

Pocas cosas me revientan más en la vida que la gente condescendiente. Me atacan, me cabrean y me hostilizan muchísimo.

Te puedes poner condescendiente o serlo.

Ponerse es inevitable. Todos somos capaces de usar un tono condescendiente y dañino de vez en cuando. A veces sin querer y otras a conciencia, para joder, siendo plenamente consciente de estar haciendo algo malo y del daño que se está causando al otro.

Cuando te pones condescendiente con alguien a propósito, te mueve un afán por ser dañino, por mostrarte superior. “ Sé que sé más que tú sobre esto, sé que no sabes de qué estás hablando y te lo voy a demostrar, pequeña piltrafilla”. Lo haces para ponerle en su sitio, aposta y esa conciencia mitiga lo dañino de tu condescendencia. Normalmente además, lo usas como respuesta a algún tipo de agresión previa, alguien se pasa de listillo y entonces tú le atrapas contra la pared y te pones condescendiente para defenderte y devolver la jugada. Usas un recurso, un tema, un estilo, con mayor o menor acierto, pero sabes qué estás haciendo y para qué.

Eso es ponerte condescendiente.

Ser condescendiente es otra cosa. Los condescendientes congénitos lo son siempre, permanentemente, con cualquiera, por cualquier tema, en cualquier ocasión, hablando, escribiendo, cantando o por tuiter. Siempre condescendientes.

Ser condescendiente implica siempre un desprecio absoluto por las opiniones, sentimientos y pensamientos del otro. Mejor dicho, ni siquiera es desprecio,es algo peor, es "no-aprecio". Para que haya desprecio primero tendria que considerar la existencia previa de esas opiniones, sentimientos o pensamientos.  Un condescendiente  ni siquiera contempla la posibilidad de que existan. En el hipotético caso de atisbar una opinión   o un sentimiento pertenciente a  otro, siempre, siempre será considerado improcedente, absurdo, carente de cualquier tipo de valor o fundamento y estará situado a años luz de la opinión, pensamiento o sentimiento del condescendiente que siempre está en posesión de la verdad absoluta y el conocimiento total.

Un condescendiente tiene cero empatía porque no hay nada más en el universo aparte de su persona. Considera que estar en posesión de la verdad absoluta le permite usar un tono cortante, frio, seco, desconsiderado, carente de cualquier atisbo de educación pero cargado de un tono que dice " pequeña piltrafilla ni considero que existas pero me estoy tomando la molestia de contestarte o de hablar contigo asi que por favor idolátrame y aprecia en lo que vale lo magnánimo de mi gesto, el que te dedique mi valioso tiempo"  Si el otro se ofende, mostrará la más absoluta de las sorpresas porque ese otro se fije en el tono en vez de centrarse en el mensaje. Un condescendiente sabe hasta porque te ha afectado su tono…y nunca es porque haya sido dañino si no porque te “jode” que él tenga razón….Si, también son egocéntricos nivel “ el universo gira a mi alrededor” y “soy el sol que alumbra tu pobre caminar”.

Un condescendiente nunca quiere tu opinión o tus aportaciones cuando te cuenta algo o te hace partícipe de sus ideas. Incluso cuando parece que está pidiendo tu colaboración lo que busca en realidad es que te vistas de palmero, te ates la camisa a la cintura, cojas la guitarra y le jalees. Busca siempre aplauso, ovación, la vuelta al ruedo y salir a hombros. Su sorpresa será mayúscula si no recibe este premio a su ego y se pondrá muy muy hostil rozando la agresión verbal si osas decirle algo del tipo “no estoy de acuerdo y creo que quedaría mejor si….” Puede que tu aportación sea valiosa, ajustada, con criterio y mejore notablemente la idea original del condescendiente, pero él será incapaz de verla. No la vería ni aunque le golpeara en la cara como un satélite caído del cielo. Es una aportación que no es suya y por tanto no existe. No es nada.

Un condescendiente cree que te conoce, que sabe quién eres, qué haces, qué piensas o que sientes. ( Si es una madre no es condescendiente..es otra cosa), cuando en realidad no tiene ni puta idea. Y no la tiene no porque tú no se lo hayas querido contar, mostrar o enseñar ( que también puede ser) sino porque ni se le ocurre que tú puedas ser, sentir o pensar algo diferente a lo que él ha considerado que tú eres pienses o sientes. Si un condescendiente ha decidido que tú eres una madre frustrada, una corredora amargada o un mindundi sin opinión, ya pueden nombrarte madre del año, ganar un maratón o que te den el premio nobel que él siempre dira..” Si..pero en el fondo”….Un condescendiente jamás se apea de su burra….aunque la burra le tire.

Un condescendiente, te ve, te encasilla y ahí te quedas para siempre..porque por supuesto, su primera impresión es infalible.

Un condescendiente aburre siempre.


La característica más especial de los condescendientes sin embargo, es el efecto que causan en la gente que te quiere o que provocan en ti cuando son condescendientes con alguien a quien tú aprecias.

Cuando chocas con un condescendiente piensas “ que gilipollas, siempre está igual..con ese tono, no le aguanto”, y después de un breve momento de incandescencia hostil, directamente pasas y lo olvidas. Sin embargo, si alguien que te quiere presencia ese intercambio, ese "no-aprecio", le duele más que a ti. Ese alguien que te quiere sabe quién eres, conoce el valor de tus pensamientos, de tus sentimientos y sabe la ilusión que has puesto en esas opiniones. La condescendencia del otro y el desprecio que conllevan hacia lo que tú eres o has dicho o sientes, le duele en el alma. Primero le duele,  luego se cabrea hasta el infinito, después le hierve la sangre, aprieta los dientes y se controla para no plantarse delante del condescendiente y decirle:: ¿quién cojones te crees qué eres?

Por eso podemos soportar que alguien regañe a nuestros hijos pero no que sean condescendientes con ellos, ni con nuestros hijos ni con los que queremos.

miércoles, 22 de agosto de 2012

PEQUEÑOS JUEGOS DE TODOS

En vacaciones pasamos mucho tiempo en el coche. Bueno, yo siempre paso mucho tiempo en el coche...dos horas al día como poco.
Mola mirar por la ventanilla, escuchar música, escuchar la radio, pensar, llorar, cantar a voz en grito. Son pequeñas cosas que haces mientras vas en el coche.

Si vas con niños además hay que hacer algo para entretenerles, algo que les entretenga y no te vuelva a ti loco. Por salud mental, conviene evitar las sesiones interminables de veo veo o de palabras encadenadas. Para no llegar a cumbres de excitación infantil dificilmente soportables en un coche,  conviene no abusar del juego de " Ni si, ni no, ni blanco ni negro" porque se desesperan al comprobar que tú eres mucho mejor que ellos a ese juego.

Sumar matrículas, jugar a los personajes, asociar personas a las canciones que van sonando en la radio o en el mp3...o simplemente jugar a  contar lo que se ve por la ventanilla..también molan mucho.

Este video mola, va de esos pequeños juegos mentales que todos hacemos cuando vamos en el coche..o por la calle.." No vale pisar raya", " cuando llegue a 3 el semáforo se pone rojo", " a ver quien es más rápido dándole al cronómetro"..." a ver quien aguanta más el equilibrio en el bordillo" " a ver quien toca esa rama"....

...mola..somos todos muy parecidos...