viernes, 4 de mayo de 2012
jueves, 3 de mayo de 2012
LA CRISIS ES.... (II)
La crisis es desayunar a las 7 y media de la mañana escuchando la radio y tener instintos asesinos combinados con ganas de llorar.
La crisis es empezar a ir a fiestas de despedida de amigos tuyos que se marchan a trabajar al quinto coño, con o sin la familia a cuestas, después de haberse dejado la piel currando aquí durante 20 años.
La crisis es comprar 2 rodillos para pintar una habitación. Terminar con uno sin estrenar. Coger el coche e ir a devolverlo.
La crisis es pensar que si tú que tienes dos sueldos estás devolviendo un rodillo de 10 euros, es posible que no sepas mucho de economía pero obviamente la economía no se va a reactivar, porque tú no consumes y podrías. Si a los que están como tú les sumamos los casi 6 millones que no pueden…en fin...no soy ministro pero no me salen las cuentas.
La crisis es mirar tu coche con 417.000 km y pensar que estás cerca de sentir lo que sienten los que gastan coches de gama alta. Se ha convertido en un lujo. A ver si puedes permitirte pagar los peajes para venir a currar y los 4 céntimos el litro que han subido la gasolina en Mordor.
La crisis es que los viernes hayan pasado de ser un día molón a ser el terror. Te levantas pensando que nueva cuchillada van a pegarte. Y según se acerca la hora de salir del curro te pones a temblar y hasta te da miedo poner la radio en el coche…casi prefieres seguir en la ignorancia un poquito más. Te permites hasta ser iluso y pensar: lo mismo este viernes no recortan nada.
La crisis es ver el tercer par de zapatillas de deportes rotas de tu hijo y pensar…mmmm...estamos casi a final de curso...lo mismo aguantan. Para luego pensar que 7 euros no te van a llevar a ninguna parte y peor será si tu hijo acaba destrozándose la uña jugando al futbol y tienes que llevarlo al centro de salud…
La crisis es el absurdo de que quieras que gane un socialista francés con cara de dependiente de farmacia bonachón, con la absurda esperanza de que algo cambie.
La crisis es pensar que tus hijos son pequeños y no pueden irse, pero que si tuvieran 22 no tendrían ningún futuro aquí y alegrarte de que sean pequeños. Quieres que se vayan cuando sean mayores, que salgan fuera y conozcan mundo...pero no porque los echen si no porque quieran.
La crisis es calcular todos los días la indemnización que te darán si te echan. Sabiendo por supuesto que elucubrarán algo para no pagártela.
La crisis es echar cuentas y darte cuenta de que ir en autobús o en metro a ver a tus suegros te sale más caro que ir en coche.
La crisis es que cada vez que escuchas lo de la “herencia recibida” pienses…Coño, pues si no querías la herencia no haberte presentado… ¿o es que encima te las estás dando de superhéroe sacrificado? ¿No sabías lo que había? ¿Acaso has caído aquí desde Ganímedes??? Eres Gurb?? ¿Te despertaste un día siendo ministro/ vicepresidente/ presidente y con un problemón y no sabes solucionarlo? Estás ahí porque has querido, porque te has presentado, porque era lo que más querías en la vida….pues ahora apechuga cojones. Y sobre todo no te hagas el mártir…que tú no tienes ni un puto problema.
La crisis es escuchar “este gobierno lo está haciendo fatal” y pensar...” Cómo coño tienes la poca vergüenza de decir que tú lo harías mejor si has tenido 8 años para hacer algo y te dedicaste a decir memeces...” todo va bien...vamos fenomenal...no os preocupéis” y gastarte el dinero que ahora no hay”. Abandona el tono de falso compungido...porque tú tampoco tienes ni un puto problema.
La crisis es saber que los dos partidos mayoritarios harían exactamente lo que hace el otro si cambiaran las posiciones mañana. Y ambos defenderían con su vida lo que ahora mismo critican si lo hiciera su partido.
La crisis es darte cuenta de que lo peor de todo es que realmente creen que somos gilipollas. Aunque peor es pensar…que lo parecemos...porque están ahí por nuestra culpa. Todos.
La crisis es...(I)
miércoles, 2 de mayo de 2012
UNA DOCENA DE SEÑALES PARA VER SI VAS CAMINO DEL VIEJUNISMO
Vas por la vida tan contento y tan feliz o por lo menos bastante contento y feliz. Ya no eres un adolescente inseguro, tampoco eres un joven desbordado por los acontecimientos si no que tienes unos treintaitantos bastante molones con los que has conseguido estar a gusto. Vas por la vida con cara de saber por dónde andas.
Has llegado a la edad donde comprendes mejor a tus padres y ya no luchas con ellos. Eres mayor, pero no tan mayor como eran ellos. Tú te mantienes joven y haces cosas de joven. Tú no haces cosas de señor.
Pero te equivocas. Un buen día haces algo inconscientemente y de repente un resorte salta y dices: ¡¡Dios mio!!! ¿Qué estoy haciendo?
Entras en pánico… y ves cómo los 30 se alejan por el horizonte y tú corres descontrolado hacia los 50.
1. Agarrarte en el asiento del copiloto
Vas sentado en el coche, tan feliz, mirando por la ventanilla, charlando o escuchando música y de repente alguien te dice: ¿por qué te agarras ahí? ¿tienes miedo? Por un momento no sabes a quién se dirigen. Y entonces te miras y vas agarrado al asidero de encima de la ventana, ese que nunca has sabido para qué estaba ahí. Ya lo sabes, eres tu madre. Es el principio del fin.
2. Ver Informe Semanal
Sábado por la noche, preparas la cena, te sientas, zapeas…y te quedas viendo Informe Semanal. Puede que ni siquiera el reportaje de ese momento te interese mucho, probablemente sea sobre la transición…pero te da igual..te quedas por si el siguiente te engancha más. Eres tu padre.
3. Ordenas la despensa
Quieres comer algo. Abres la despensa, coges lo que quieres y sin saber cómo te encuentras ordenando las latas con las latas, las galletas con las galletas. Da igual, es TU despensa, no va a venir nadie a echarte la bronca… pero no puedes evitarlo aunque quieras. El ketchup no puede ir con las almejas machas, es superior a tus fuerzas.
4. Cambias las cosas a un tuper más pequeño
Comes arroz, ha sobrado. De primeras, en vez de guardar el arroz en el mismo plato en la nevera que es lo que hubieras hecho en tus tiempos mozos, buscas un tuper para guardarlo. Oh vaya… demasiado grande… ¿Qué haces? Lo pasas a uno más pequeño… Es el fin, 3 cacharros manchados cuando antes solo hubieras manchado uno. Eres tu madre otra vez.
5. Lees las páginas salmón del periódico
Este es un paso mágico. Un domingo como otro cualquiera, tras años de apartar el suplemento negocios del periódico… te encuentras leyendo esas páginas. No eres tu padre… no sabes quién eres pero te das mucho miedo.
6. Eliges la comida en la nevera por la fecha de caducidad y no por lo que te apetezca
Ese pensamiento tan de madre. “Me como esto que si no se va a poner malo y habrá que tirarlo” ¿Por qué? Años esperando para comer lo que te apetezca y ahora comes brécol desechando unos deliciosos spaghettis carbonara.
7. Usas zapatillas de estar en casa
Años de huir de tu madre “no andes descalzo que te vas a poner malo” no han servido para nada. Un buen día te encuentras que sin tus zapatillas de estar en casa no eres nadie… y lo que es peor, ya no sabes disfrutar del placer de ir descalzo. Una catástrofe.
8. Pedir la vez
La primera vez que dices “¿Quién da la vez? O ¿Quién es el último? Inmediatamente te visualizas con un pañuelo en la cabeza y un carrito de la compra lleno de acelgas.
9. La obsesión por la predicción meteorológica
Conocer qué tiempo va a hacer en tu ciudad se convierte en una prioridad absoluta. Ver el parte meteorológico es un ritual cada noche… ”calla que empieza el tiempo” ¿Y qué? Esto es España… no hay ciclones, ni tifones, ni huracanes… no va a pasar nada emocionante. Eres tu abuelo… pero él salía al campo. Tú no tienes excusa.
10. Ten cuidado. Llámame cuando llegues
La primera vez que le dices esto a un amigo o tu pareja… tu madre nota una corriente mágica que le llega por la espalda, deja lo que esté haciendo y sonríe satisfecha sin saber el motivo. Tú te pones a llorar.
11. Escuchar Radio 5
Si, si… todos tenemos la excusa de que en mitad de viaje es lo único que se escucha, que si necesitas conocer la noticias, que si el tráfico, que si tienen programas culturales muy interesantes. Ja. Hace 10 años antes de escuchar Radio 5 hubieras sacado un tenedor por la ventanilla para captar lo que fuera.
12. Jugar al apalabrados
No os engañéis, el apalabrados no es cool, ni moderno, ni guay por mucho que juguemos en nuestros smartphones. El apalabrados es el scrabble de toda la vida, es más, es el intelect de tu abuela, ese que cuando veías que lo sacaban en las tardes de invierno te hacía pensar: mira que hay que estar colgado para jugar a eso. Pues ahí estás tú…totalmente enganchado. Y lo peor es que tu abuela te pegaría una paliza…
¿Cuantas de estas cosas te has descubierto haciendo? No disimules. Da igual que nadie te vea, tú lo sabes. La parte buena es que puedes intentar quitarte de alguna… la parte mala es que han llegado para quedarse.
lunes, 30 de abril de 2012
DECORANDO
La casa de cada uno es un mundo. Vas de visita y compruebas que hay gustos muy dispares e incluso que hay gente que carece completamente de él. Las prioridades decorativas y de confort de cada uno son una cosa muy personal…y todas son completamente respetables, pero hay una serie de cosas que no entiendo y que sobre todo me perturban sobremanera cuando voy a visitar a alguien.
- Las casas sin cortinas, visillos, stores o cualquier cosa que cuelgue por dentro de la ventana y que “tape”. Solo tolero esa ausencia si vives en una casa con vistas a Central Park, el Retiro, un bosque noruego o una playa espectacular. He dicho “tolero” porque no lo entiendo..¿ qué te cuesta poner algo que tape la ventana aunque no lo uses nunca? Reconozco que en esto soy muy incongruente, porque en mi casa hay cortinas y stores que yo me dedico sistemáticamente a tener abiertos provocando ataques en el ingeniero de “intimidad”. Me gusta tenerlos aunque no lo use, saber que si me da un ataque de quiero aislarme del mundo exterior puedo hacerlo.
- Las casas donde al llegar la noche, se bajan las persianas hasta abajo no dejando ni una rendija de luz. Es curioso porque estas casas me perturban incluso cuando son de desconocidos y las veo desde la calle. Siempre pienso que hay una panda de apandadores con antifaz organizando un robo, un atentado o cualquier otra cosa horrible...aunque seguramente haya alguien que necesita oscuridad total para dormir..
- Los salones donde todo y especialmente los sofás están tapados con sábanas, fundas o colchas porque “ el sofá es de un color clarito que se pone sucísimo enseguida”. No lo entiendo. ¿Compraste el sofá a ciegas? ¿ te levantaste un día y había cambiado de color? ¿Me estás llamando guarra? Si te compras un sofá blanco, OBVIAMENTE se notarán más las manchas, el uso y el simple roce diario..y sí, si le pones algo encima será eso lo que se manche pero entonces qué sentido tiene comprarte un sofá blanco porque era el que más te gustaba ¿ Por qué no comprarse un sofá más sufrido que por lo menos veas? Además,esa colchas, sábanas o lo que sea nunca están bien colocadas, el invitado siempre piensa que por las arrugas que tienen el anfitrión acaba de levantarse de echar un polvo en ese sofá….
- Los sofás de cuero. Si, sé que son guays. Sé que son supercaros. Sé que son italianos y sé que tienen su público..pero no me gustan. A mí un sofá tiene que decirme: mira que confortable soy, mira que acogedor soy, mira como me adapto a ti, mira como molo que en cualquier postura soy cómodo…( estoy pensando que un sofá tiene que ser noruego). Un sofá de cuero dice: mira como molo en catálogo…mira que frio soy…y mira cómo te vas a escurrir. Un sofá de cuero dice…” con esa sudadera mugrienta ni de coña te tumbes aquí” y “ como tengas los pies frios yo paso de calentártelos”. Los sofás de cuero y yo no estamos hechos el uno para el otro de ninguna de las maneras. Ni siquiera elucubrando sexo salvaje consigo encontrarles la gracia…el sudor resbala en el cuero. Ahí lo dejo.
- Los salones con síndrome de Gulliver. Me flipa la gente que tiene un salón pequeño y no lo sabe. ¿Como se nota eso? Pues porque lo ha atestado de muebles de un tamaño descomunal. Obviamente en ese espacio no caben dos sofás..pero se empeñan en meterlos. El resultado es que te sientas y las paredes se te vienen encima, o el paso que queda entre el sofá y la mesa de centro es puramente testimonial porque sencillamente no se puede pasar por ahí..hay que saltar por encima de la mesa. No contentos con meter dos sofás descomunales, colocan un aparador del tamaño de salón de bodas. Por supuesto para abrir las puertas del aparador, es necesario mover la mesa, los sofás y contener la respiración. ¿ No hubiera sido más fácil poner solo un sofá y un mueble de tele tamaño casa normal?
- Las casas donde creen que la pantalla de televisión es como un espejo. Poner una pantalla como un campo de futbol no hace tu salón más grande, ni te hace más guapo ni más alto ni más atractivo. Lo que dice de ti es “ Este tio es idiota…se gasta la pasta en esta pedazo de tele y en este mini salón se ve de angustia, me siento como en fila 1 del cine y creo que me estoy mareando”
- Asociado al fenómeno anterior está la acumulación de gadgets tecnológicos: home cinema con dolby sorrund, dvd con 5 altavoces, equipo de música conectado, proyector, tdt con disco duro, teclado de portátil y unos 250 mandos a distancia. ¿ Es tu salón o los mandos del Halcón Milenario?
- Mira como molo, mira lo que colecciono. Las colecciones son como los hijos, el que la tiene le parece que su colección es el top de la creación pero los demás solo vemos una acumulación absurda de pilas bautismales, soldaditos de plomo, casitas del mundo o reproducciones de frascos de perfumes. Que no digo que no las tengas, que por mi estupendo..pero la vitrina con todas ellas expuestas…no es bonito. Ah y si vas a tenerlo porque tú lo vales..¡¡quítale el polvo!!!
- Los todo completo, todo combina. Conjunto mesa de comedor, sillas, aparador, mesita auxiliar, estantería y sofás con un sugestivo nombre como “Mediterráneo cálido”. Conjunto: mesillas, cabecero, cómoda y descalzadora con otro sugestivo nombre: “ Sueños de pasión”. No puedo con esas cosa, siempre me siento como si me fueran a sacar una foto y salir en el catálogo de Todo Mueble.
- Las casas donde la única luz viene de lámparas de techo, me da igual que sea una araña rococó o unos focos de led. No me molan nada, me dan sensación de oficina, de colegio, de sala de espera, de quirófano. ¿ Qué te cuesta poner una lamparita de mesa o de pie? ¿Qué tipo de persona no necesita una lamparita en la mesilla?
- Las casas donde parece que no vive nadie. Entras en el salón y no hay nada fuera de lugar, el sofá está perfectamente mullido, impecable. Las revistas apiladas en perfecto orden sobre la mesita, la alfombra perfectamente alineada con el sofá sin esquinas despellejadas. Los libros colocados perfectos en las estanterías, las cortinas en su justa posición. Todo. No hay ningún detalle que identifique a las personas que viven allí, si tienen fotos puestas..hasta las fotos parecen de otros. Todo está perfecto, impoluto y, exacto, como sin usar. Da grima.
Me gustan las casas dónde al entrar pienso, yo podría vivir aquí.