viernes, 23 de marzo de 2012

UN POST: SE LEE, SE ESCRIBE.

Un post. Un lector.

Te salta el aviso en el Reader, te llega la actualización al mail, ves el aviso en twitter o por fin cuando entras en el blog por enésima vez en el día, hay un post nuevo. Puedes sentir una punzada de animación, un pensamiento de guay, una sensación de me apetece leerlo. Puedes lanzarte a leerlo en ese mismo momento con avidez e interés o es posible que en ese momento no puedas leerlo y entonces digas…mierda...con las ganas que tenía. O puede incluso que decidas no leerlo justo en ese momento porque sabes que no lo saborearás bien…y entonces prefieres dejarlo ahí, como “unread” o marcado en favoritos de twitter para luego cuando sea el momento, leerlo como corresponde.

A un post se le pide que te enganche. Que empieces a leer y no quieras dejarlo, que empieces a leer y no te distraigas con otra cosa. Puede ser porque es divertido, porque es triste, porque es emocionante, porque estás aprendiendo algo, porque te sientes identificado, porque te horroriza, porque estás de acuerdo, porque estás en desacuerdo...por lo que sea...pero que esté escrito de manera que te enganche.

Se lee un post pensando en si tú podrías aportar algo. A veces es imposible, el post te ha flipado, has aprendido, te ha parecido genial pero sencillamente no tienes nada que decir…pero otras veces se te ocurren mil cosas, las dirás o no las dirás...pero mola que se te ocurran. Y mola más cuando ese post hace que se te ocurran cosas en las que jamás habías pensando…o un chiste genial. Eso da muchas satisfacciones…casi tanto como cuando conoces al bloguero y se te ocurre la puya perfecta…pero para eso has tenido que leer el post y volvemos al principio...ha tenido que engancharte.

Un post también se relee. No todos, pero hay veces que uno vuelve sobre aquel post que le gustó en su momento. Y pueden pasar dos cosas…que le flipe como la primera vez y piense...” ya sabía yo en su momento que era bueno” o al revés…que no vea nada de lo que conservaba en su memoria y piense: ¿cómo me pudo gustar en su momento?

Un post. Un bloguero.

El que escribe el post, lo escribe y lo lee.

Un post se escribe con sangre, sudor y muy poca vergüenza. Lo peor es antes...el prepost. Cuando andas rebuscando en tu memoria, en tu día, en tu experiencia, cuando andas brujuleando por la red en busca de inspiración, miras twitter, miras a tus compañeros, piensas en tu familia, tus amigos, tu pasado, lo que estás leyendo, lo que sabes, lo que no sabes, lo que opinas, lo que no opinas, los viajes que has hecho, los que te gustaría hacer…y no sale nada. Y entonces dices…vamos a ver...que no pasa nada…no escribo y ya está. O piensas…tranquilízate que algo se te ocurrirá...siempre se te ocurre algo.

Y sí, siempre se te ocurre algo, pero ese pensamiento tranquilizador...como todos los pensamientos tranquilizadores del mundo no sirve para nada. Provoca lo que todos los pensamientos tranquilizadores del mundo...el efecto contrario...el efecto: me estoy autoengañando y nunca jamás en la vida se me va a volver a ocurrir nada. 

Pero como al fin y al cabo, es solo un post...y es solo un blog...te pones a hacer otras cosas más urgentes de tu vida diaria…como por ejemplo cortar tomates para la ensalada de la cena. Y cuando estás ahí meditando sobre el origen de los tomates cherry, sin comerlo ni beberlo…tienes un flash...”escribe un post sobre cómo se lee y como se escribe un post

Y ya está. Una vez que te ha saltado la chispa, el milisegundo de inspiración…suspiras aliviado, se te olvida el bucle de no inspiración en el que has pasado tus últimas horas y dices… ¿ves? Siempre se me ocurre algo.

Y entonces viene la mejor parte. Cuando partiendo de la idea, empiezas a tirar del hilo, te empiezan a saltar argumentos, ideas, frases, giros y te disfrutas el post. Por supuesto como estás cortando tomatitos cherrys, lo almacenas todo en la cabeza…pensando que te acordaras cuando te sientes a escribir. Por un momento, te acuerdas de un post que leíste hace poco y piensas...coño, ya que tengo un supermovil debería cogerlo y ponerme una nota con todo esto, o grabarme para que no se me escape la idea. Pero no lo haces. Nunca. Ni siquiera después de haber jurado el día anterior que a partir de ese día lo harías…no lo haces, confías en tu memoria y en ser capaz de recordar todas esas ideas geniales que se te han ocurrido.

Cuando te sientas a escribir por supuesto no recuerdas ni la mitad de las ideas geniales. Lo peor es que sabes, que en cuanto le des a publicar saldrán del oscuro rincón de tu cabeza donde se han escondido...pero ya no servirán...porque ya no tendrán hueco...asi que con lo que recuerdas y tu poca vergüenza te pones a escribir. Unas veces del tirón y otras yendo y viniendo a hacer otras cosas. Sin releer lo escrito. Da igual. Que salga como salga…total, no es más que un blog y lo escribes para ti.

¿Qué esperas de un post cuando lo escribes? Que se termine. Llegar al final, sin haber caído en la tentación de “paso, paso, paso...esto es una chorrada…bórralo todo”. Llegar al final, releerlo y tener el valor para darle a publicar.

No todos los posts son iguales. Ni en cómo se escriben, ni en cómo se leen ni en lo que esperan de ello el lector o el bloguero. Ni siquiera coinciden en gustos la mayoría de las veces. Muchos son fabulosos para el bloguero y dejan al lector indiferente y otros que para el bloguero son una mierda pero que escribe porque es lo que toca y si no los saca harán tapón eternamente…son acogidos con gran éxito por el lector.

¿Qué se deduce de todo esto?

Que los misterios de un blog...son inescrutables…

…y bueno vale...si… sé que a veces escribo mierdas.

jueves, 22 de marzo de 2012

LOS MUNDOS DE CEDRIC (VI)

Cedric es un crack. Eso no lo voy a negar, pero creo que la compañía adecuada de Morenaza, Sonrisas y yo misma saca lo mejor de él. Bueno, lo mejor de todos. El resto de la pradera nos mira con envidia…

En caso de catástrofe.

En la isla que forman nuestras 4 mesas tenemos todo un tenderete compartido: caramelos, tazas, un calentador de agua. Morenaza tiene un frutero y Sonrisas guarda en su cajón toda una despensa...que yo no había visto hasta el otro dia.

- Joder Sonrisas…vaya despensa que tienes ahí metida.
- Claro, es para sobrevivir en caso de catástrofe nuclear. Ya sabes que soy un superviviente nato.
- Bueno...venga...que si...que te operaron del corazón...pero tampoco es para tanto. En cualquier caso...obviamente lo que haremos en caso de catástrofe será comerte a ti…
- Con lo flaco que está como mucho nos daría para chupar algo.- apunta Morenaza.
- El primero que tendría que comer sería Cedric que es el más grande, sería el que te comería.
- Queridas...no os equivoquéis…Lo primero que comería Cedric..no sería a mí.. Y no voy a ser más explícito.

 
Una de piropos o algo así.

- Mierda de calor.
- Moli, es la primavera.
- Cedric, odio la primavera y me sienta fatal.
- Pues yo creo que te sienta fenomenal.

- Moli…vas de rojo hoy.
- Si…que observador.
- No voy a decirte con que parte de mi cuerpo vas a juego…
- Esto está lleno de tías buenas.
- ¿Cómo tú?
- Joder Cedric, has venido en todo lo alto este lunes.
- Es para compensar la falta de empatía que dices que tenemos los tíos.
- Ohh...que bonito...si hasta nos escuchas y todo.
- Bueno...si...es empatía y rencor porque no me hacéis ni puto caso.

A tres: Morenaza, Moli y Cedric.

Morenaza revisa libros verdes...y está sentada justo enfrente de mí.

- Tía...estás poniendo una cara de horror con ese libro.
- No, no...está interesante, consigue engancharte a pesar de ser de ciencia ficción.
- Pues como yo.- apostilla Cedric.
- ¿Tú eres ciencia ficción?
- Yo te engancho….y no te suelto.

Discutimos la edad adecuada para un libro verde.

- Morenaza, yo creo que este es para adultos.
- Sí, yo creo que sí.
- Joder, sois unas censuradoras.- dice Cedric.
- A ver Cedric, ¿Te decimos nosotras algo de cómo gestionas el control de stocks de libros verdes? Cómo dijiste el otro día...somos tus técnicos. No te metas con tus técnicos.
- Qué más quisiera yo que meterme con mis técnicos…a fondo.

La frase del día.

Tenemos un calendario absurdo con la típica frase idiota. Todos los días la leemos cuando estamos todos juntos y decimos alguna gilipollez.

- Moli... ¿no habrás leído la frase antes de que llegara yo?
- Pues sí, has llegado tarde.
- Joder…me he dormido… ¿cual es?
- “Córtalo más grande y mételo a patadas”. No digas nada que veo tu cabeza bullir de asociaciones perversas.
- A ver moli: grande y patadas es un cebo demasiado provocador. No puedo evitarlo.
- Se te olvida “meter” querido….Grande + meter+ patadas= empotrar.
- ¿Y yo soy el que hago asociaciones perversas?

Y así hemos pasado otra semana…

miércoles, 21 de marzo de 2012

COSAS DE LAS PELIS DE LOS 80 Y 90 QUE HAN ENVEJECIDO FATAL

Es un hecho. Todos estamos mejor ahora que entre 1985 y 1995. Es así.

Estamos más mayores. Algunos más calvos. Otros más gordos. Casi todos con más responsabilidades pero en conjunto estamos mejor, mejor de lo que estábamos y mucho mejor que muchas películas de esa época.

Y sobre todo, hemos envejecido muchísimo mejor que algunos aspectos de esas películas. ¿La prueba? Tu miras ahora una foto tuya con 20 años y te das vergüenza ajena...pero ni comparación con la vergüenza ajena que te provoca ver una de esas películas que te encantaron en esa época.

Empecemos por lo más obvio: la moda. Calentadores, pantalones sobaqueros, hombreras como para alojar una familia entera debajo, colores fosforitos, estampados, estampados, estampados… ¿he comentado los estampados triangulares? Para ellas chaquetas de una talle enormeeee y cruzadas con dos filas de fotones y faldas largas de novicias. Zapatones. El oro…los taconazos en zapatos de señora.  Para ellos estampados de palmeras, trajes de colores imposibles como ¡¡verdes y azulones!!...musculosas, pantalones tobilleros, cazadoras cortitas…un espanto absoluto. Te pones ahora mismo a ver por ejemplo Top Gun, Karate Kid o Algo para recordar...y no consigues meterte en la historia porque la ropa atrae toda tu atención, no eres capaz de abstraerte de ese espanto. Empiezas a pensar: La Virgen qué pinta...quien engañaría a Meg Ryan para ponerse ese traje…bueno...a Meg Ryan y a mí porque yo tenía uno igual….

Otra cosa interesante son los peinados. En teoría parece que los peinados no han cambiado tanto. Error. Para empezar en aquella época, los tíos no se peinaban...se esculpían el cabello: horas de laca y peluquería os contemplan. Y además, les molaban los accesorios: sombreritos de todas clases, gorras en todas las posiciones e incluso pañuelos en la frente. Cualquier despropósito molaba.   Para ellas, entre 1985 y 1995 lo que se llevaba de verdad era el pelo largo y fosco...cuanto más fosco mejor. Se trataba de que tu cabeza abultara el doble de lo normal. Y además, habia que complementarlo con un flequillo potente..a ser posible hasta las cejas y con las puntas hacia dentro.  En un maravilloso movimiento pendular, con el siglo XXI eso desapareció y nos fuimos al otro extremo. Las tías mueren por tener el pelo cuanto más liso mejor, lo que mola ahora es el languidismo y el pelo fosco ha caído en el máximo descrito y ahora se conoce como pelo polla. Sin comentarios.

La música. En los 80 se descubrieron los sintetizadores y les entró un flipe alucinante, les molaba tanto tanto que nunca les parecía excesivo. La música atruena todas las películas. En las pelis de los 80 no hay silencio...nunca. Es agotador. Desde la visión de 2012 es muy muy perturbador. Además, es una cuestión que no solo afectaba a películas ambientadas en esa época...sino que destrozó buenas pelis de época como por ejemplo: Lady Halcón.  Es una película buenísima, con una historia de amor preciosa y no consigues creerte la historia porque eres capaz de abstraerte de la asociación banda sonora atronadora con organillo de tiovivo de feria o música de la Oreja de Van Gogh.

La tecnología. Es acojonante, pero tú ves ahora un portátil del año 97, un teléfono móvil de los primeros años 90, un fax,  un contestador automático, una pantalla con las letras en blanco sobre fondo negro y te parecen de mentira, de attrezzo. Has vivido con esos aparatos, los has usado y sin embargo los ves en la pantalla y no te los crees. Sin embargo, ves una peli de los años 60, con una máquina de escribir, una de los años 40 con teléfonos de rosca o un revolver en una película del oeste y te los crees...no te extrañan...te resultan más creibles cosas con las que nunca has tenido trato que ver a tu primer fax en pantalla.

Las parejas. Se llevaba el viejunismo en ellas. Todas las tías buenas de los 80 eran mayores, se comían con patatas a los galanes. Por favor...Elizabeth Sue en karate Kid...vamos a ver. Ella tiene cara de saber chino  y él de estar jugando todavía con los madelman. ¿Y Kelly MgGuilis en Top Gun? Por favor...tiene pinta de haber echado su primer polvo el día que a Tom Cruise le regalaron su primer avión de juguete… Es un rollo un poco…” ven que te amamanto”.

Y ¿ellos? Los que han sobrevivido están mejor ahora…y los que no...¿Cómo es posible que nos parecieran atractivos? ¿Qué hacían nuestras hormonas con nuestros gustos estéticos?...mmm...me temo que no teníamos criterio.

Los besos. Qué espanto de besos por Dios. Jamás en la historia del cine se han dado besos con menos química (1:38). Se nota tanto que no quieren parecer mojigatos pero que en el fondo no están convencidos que no hay manera de resultar creíbles. Lo peor es que en su momento, con nuestras hormonas campando libremente por nuestros tiernos cuerpos adolescentes nos parecían la bomba…y ahora los ves y dices…madredelamorhermoso que cosa más antilujuria.

El sexo. En esa época, todas las películas tenían una escena de sexo exactamente igual besos torpes y apresurados de pie que terminaban en una cama a contraluz, delante de una ventana con persiana entrecerrada por la que entra una luz que da un ambiente o rojizo o azulado…él empuja mal ( nada de empotradores)...ella echa los bracitos para arriba en plan dejándose hacer ….y después es la mañana siguiente y la luz es rosa…Además, después de eso la relación se consolidaba siempre.

Esto último ha hecho mucho mal en las tías, muchas pensaron que chuscar te llevaba a conocer al padre de tus hijos, fue chungo salir de esa idea y algunas  no han salido aún.

Uy..casi se me olvida mencionar..lo horribles que eran las camas...

martes, 20 de marzo de 2012

MATERNITY (XCIII): SAN HUEVO FRITO UN AÑO DESPUÉS.

Hoy hace un año que M se comió su primer huevo. Y hace 6 meses que conseguimos dejar la medicación.

Un año comiendo huevo. Es una chorrada, pero es una chorrada que nos ha hecho la vida más fácil a todos y le ha permitido un mundo nuevo de alimentación a M. Le ha permitido además, relajarse mucho cuando come algo fuera. Un mundo nuevo de alimentos para celiacos que contienen huevo ahora son accesibles para ella. Le ha permitido incluso, comer en el colegio…una ocasión que a ella le hizo muchísima ilusión y a mí me provocó pesadillas.

Por supuesto hemos probado el huevo en todas sus posibilidades: huevos fritos, huevos duros, huevos al plato, huevos escalfados, tortilla de patata, tortilla de atún, tortilla de queso, tortilla de jamón, huevos pasados por agua. Hemos comido mayonesa como si no hubiera mañana, hemos vuelto a rebozar las cosas con huevo (pero sin gluten), hemos podido clarificar los caldos con huevo y la repostería sin gluten ha ganado mucho pudiendo añadirle huevo. Un día incluso le di tortilla francesa y por supuesto fue rechazada con “esto no sabe a nada”….obvio.

Las opciones favoritas son por este orden: huevos fritos, tortilla de patata y huevos al plato.

Hemos adquirido costumbres nuevas, los días se diferencian en los que toca huevo y los que no. Las que mejor llevan la cuenta son ellas.

- Mami...acuérdate que hoy es día de huevo.
- Mamiiiiii….que hoy toca huevooooo…que no te enterassssss. Asi que nada de verdura..¡¡huevo!!!¡¡huevo!!!¡¡huevo!!

Cada 48 horas un huevo xl…por encima de esa dosis lo que sea, pero eso es lo mínimo.

Hemos pasado de no tener huevos nunca en la nevera a comprar 3 docenas de golpe. A todo nos apetece echarle huevo.

Hay cosas que sin embargo no han cambiado. No he conseguido dejar de leer las etiquetas y sobresaltarme si pone huevo. No he conseguido dejar de mirarla cuando comemos fuera pensando que algo le va a dar alergia.

Es un gran día. Celebramos en Molicasa “San Huevo”. Es una ocasión especial: cenaremos huevos fritos con una fuente enorme de patatas fritas. El ingeniero y laz princezaz creo que le echarán también salsa de tomate (frito en casa)…si, un festival de fritos.

Y lo mismo después, me tomo un gintonic.

Feliz Día de San Huevo.