miércoles, 8 de febrero de 2012

MOLIDOCUMENTALES: ALIMENTOS REVIENTACITAS

Cita: dícese de los  primeros encuentros con un alguien que te gusta, hay química y una promesa en el ambiente de que aquella atracción evidente pueda concretarse en algo menos etéreo y más físico. Por definición, cuando tienes la suficiente confianza como para decir: perdona, voy a lavarme los dientes o ¿te importaría lavarte los dientes? ya no es cita…

Cuando tienes una cita, visualizas toda la situación y te preparas. Qué te vas a poner, dónde vas a quedar, cómo vas a ir teniendo en cuenta cómo esperas que termine el plan, si llegarás temprano o llegarás tarde y todo tipo de cosas para intentar tener la situación mínimamente controlada.

Como tenemos ya una edad, hay cosas que ya sabemos, bien por sabiduría innata, bien por haber aprendido de errores anteriores. Uno de los grandes campos de aprendizaje son los alimentos capaces de arruinar una cita. Las causas para evitar esos alimentos son variadas, y no van solo asociadas al mal aliento.

- Marisco. Puede parecer una buena idea invitar a tu cita a una mariscada. Algo espléndido, especial y delicioso. Peroooo… ¿estás seguro de cómo chuperreteas y succionas? Es un riesgo enorme. El otro puede verte chupar la cabeza de un carabinero y decidir que aquello definitivamente no tiene futuro por un paralelismo con otro tipo de chupamientos. Además, el marisco tiene otro problema y es que enfrascado en sacar hasta el último hilillo de sabor de la pata de una cigala es facilísimo perder el hilo de la conversación. Y además… ¿quieres ver a tu pareja mordiendo la cabeza de un percebe? ¿Vas a poder concentrarte? Mala idea.

- Alitas de pollo. Pajaritos con pinta de pajaritos. Nunca hay que comer cosas que haya que coger con la punta de los dedos y sacar dientes de ardilla. Sin olvidar el factor “hebra de carne de pájaro” que queda entre los dientes y que te hará estar con la lengua rebuscando por tu cavidad bucal y perdiendo el hilo de la conversación mientras piensas: por dios...tengo que sacarme esto.

- . Casi todo el mundo es lo suficiente avispado como para no pedir spaghettis en una primera cita. Es un clásico visualizarse con toda la boca llena de spaghettis colgando, incapaz de tragar e incapaz de morder para acabar con esa humillación, mientras por otro lado te concentras en el plato porque no quieres levantar la vista y ver al otro mirándote con incredulidad y pensando...”¿Cómo se ha metido todo eso en la boca?” y “¿Qué hago para superar este momento de incomodidad? ¿le digo que no pasa nada? ¿le ayudo? ¿Me ofrezco a cortárselos?” Es un momento muy duro para una cita, pocas sobreviven a él.

- La pasta no suele ser amiga de las citas, no solo los spaghettis. Unos macarrones parecen inofensivos, pero si nadan en tomate hay muchísimas posibilidades de que acabes con la camisa llena de lamparones o la barbilla chorreando de grasa. Que puede que ambas situaciones sirvan para distender el ambiente y provocar unas risas…pero también puede que no…así que mejor dejarlo para más adelante, con más confianza. Sin olvidar el factor salpicador que es de mucha vergüenza también…mejor obviar las salsas con cualquier plato.

- Alimentos que provocan mal aliento: quesos fuertes, morcilla, cebolla, gulas, ajo a mansalva…etc. El problema de estos alimentos es que parecen fáciles de evitar pero te los pueden colar en cualquier plato sin que te des cuenta hasta que sea demasiado tarde. Pides una carne y lleva una salsa de queso, pides unas judías blancas y llevan morcilla desmenuzada, pides una pizza marinera y lleva gulas muy aliñadas con ajo…” Ha sido sin querer...lo siento”…es lo que tendrás que decir.

- Alimentos que no sepas comer. Nunca, nunca, nunca hay que innovar en una primera cita. Si no sabes cómo se come el foie, los dátiles, la pierna de velocirraptor o cualquier otro alimento...lo mejor es no pedirlo. No porque pase nada, con suerte el otro tampoco sabrá comerlo…pero a ti te entrarán sudores fríos al pensar en cómo afrontar ese reto y te desconcentrarás de lo verdaderamente importante.

Cualquiera que haya tenido un mínimo de vida sentimental ha ido asintiendo al leer todo lo anterior, pero aquí llega mi sabiduría suprema para advertir sobre dos alimentos que parecen inofensivos y que sin embargo son altamente peligrosos.

Los filetes rusos. Esa bomba de repetición.

Pocos alimentos tienen tal capacidad para repetirse durante horas y con tanta intensidad. Los comes y durante horas y horas te sientes como un rumiante volviendo a masticar la comida que has engullido en casa de tu tía Carmen, a la que has ido a visitar y que ella con toda su buena voluntad te ha hecho “hijo mío...tu comida favorita...filetes rusos”. A ti te encantan, te los has comido tan ricamente y ahora a las 8 de la tarde, una hora antes de quedar con tu cita, remasticando los filetes rusos de tu tía Carmen y pensando en anular la cita porque además, aunque evitarás los besos, cosa que sin duda generaría mal rollo porque ella espera que la beses…no servirá de nada. Los filetes rusos además de repetirse con densidad se repiten con intensidad, con muchísima intensidad…y aunque no hablaras en toda la noche, opción ésta que también has valorado…da igual…con la boca cerrada el filete ruso se las apaña para salir con todo su esplendor por la nariz y si me apuras por los oídos.

Decides que los filetes rusos han dejado de ser tu comida favorita. Y anulas la cita pretextando enfermedad grave.
Con todo, el peor alimento posible sin embargo, parece inofensivo, se agazapa en forma de tapa, en el aperitivo: las cortezas.

Todos los alimentos anteriores pueden ser más o menos apetecibles, pueden haberse elegido con una finalidad loable (agradar a tu tía Carmen por ejemplo) y pueden haberse comido por error….pero ¿Las cortezas?

Las cortezas son asquerosas, con un aspecto muy desagradable, de un color indefinido nada atractivo y a veces ¡¡hasta tienen pelos!! Pelos que hay que sacar de la boca cuando uno se da cuenta de lo que se ha tragado. Las cortezas no alimentan y dejan las puntas de los dedos grasientas. Las cortezas además...son como una bomba fétida...su olor lo impregna todo de manera inmediata, se mete en la pituitaria y perdura horas.

Nadie come cortezas por error.

Nadie las come porque estén deliciosas.

¿Por qué alguien come cortezas y arruina una cita? ¿Es a propósito? ¿No tiene olfato? ¿No le gusto y no sabe como decírmelo?

Desde aquí lo digo...pensad en cuantas relaciones frustradas tenéis en vuestro curriculum por culpa de las cortezas.

martes, 7 de febrero de 2012

MOLIDOCUMENTALES: EL "NORUEGUISMO" EN LOS TIOS.

Trond Espem Seim es noruego.

Los noruegos como concepto me molan. Los noruegos, ellos. Me molan muchísimo. No les veo más que ventajas. Esto es una cuestión de gustos, un tema personal. Entiendo que haya mujeres a las que les molen los tíos de la Guayana francesa, de Onteniente o de Brasil…a mi me van los noruegos.

Definamos el concepto.

Noruego, de Noruega. Obviamente, pero hay más. Ser noruego es una actitud vital. Por extensión lo aplico a cualquier tío que viva en una zona considerada “norte”, donde llueva, al mirar por la ventana se vean nubes, niebla, charcos y donde sea imposible el concepto “sudor de canalillo”.

EL norueguismo es un concepto que si se lo puedo aplicar a un hombre, ese hombre adquiere un valor añadido.

Los “noruegos” por tanto molan. Por varias razones.

Primero, suelen ser grandes. Lo sé, no todos son grandes, los hay bajitos como en todos lados, pero como concepto te hacen pensar en un tío grande. Un tío con brazos que te abarcan y te aprietan…un tío...si, exacto...con pinta de poder empotrarte si se pone a ello.

Segundo, van vestidos. Esto puede parecer una perogrullada pero no lo es. Tú ves llegar a un tío con camiseta, jersey, chupa abrigada, gorro y guantes y piensas...”parece que está estupendo, no puedo esperar a ver que habrá debajo de todo eso. Espero que sea lo que parece”. Hay emoción e intriga y posibilidades de éxito. Hay un algo erótico festivo en pensar en quitarle todas esas capas e ir descubriendo qué hay debajo.

Al contrario, un tío llega en bañador y chanclas y a mí la verdad es que no me sugiere nada. Que si, que lo mismo está tremendo...pero... ¿dónde está la emoción si ya lo he visto todo según llega? Y además, no es secreto. Como va medio en bolas todo el mundo ve lo estupendo que está, no va a ser mi descubrimiento.

Por supuesto estamos hablando de primeros encuentros. Una vez que has comprobado la mercancía, mola que venga en bañador y chanclas de vez en cuando…y recrearte pensando: si que tuve buen ojo y moríos de envidia. Pero para empezar...los prefiero con ropa de abrigo.

Los noruegos llevan guantes y gorroy puede que bufanda..pero jamás llevan paraguas. 

Los noruegos viven en casas con suelo de madera y poca luz y sofá con mantitas. Llueve mucho y lo ves por la ventana. Ambiente para acurrucarte con cualquier excusa con la mantita en el sofá y que venga el noruego y te mime y te haga entrar en calor. En los ambientes sureños te tumbas en el sofá y empiezas a sudar antes de que se te haya acercado nadie...mal. Mola el sudor provocado…el espontáneo no tiene ni puta gracia.

Van de oscuro. Son tíos elegantes. Han aprendido que el negro es un acierto seguro y no se permiten veleidades absurdas con rosas fucsias, palmeras ni estampados. Van de negro con pinta de elegantes y sobrios. El negro, ya lo dije hace siglos…es un acierto seguro en tíos. Saben llevar ropa ruda y a la vez si se calzan un traje, no puedes esperar a quitárselo.

Los noruegos no saben lo atractivos que son. Eso mola mucho. A un brasileño o a italiano por ejemplo eso no le pasa, son conscientes de su atractivo (lo tengan) o creen tenerlo (si es que carecen de él). Un noruego no, un noruego no se ha parado a pensarlo…es atractivo sin saberlo. Incluso puede pensar que no lo es para nada, y quedarse completamente sorprendido cuando te pilla mirándole completamente arrobada pensando “madre mía, no puede ser más atractivo”. Prueba a hacer eso con un “italiano”…

Los noruegos tienen barba atractiva. Barba de no me ha dado tiempo a afeitarme porque te estoy haciendo muchísimo caso. Barba de me he entretenido cortándote leña para la chimenea y luego me he tirado contigo en el sofá y no me ha dado tiempo. Barba de la llevo pero si te molesta me la afeito y seguiré siendo atractivo. Por supuesto, un noruego ni se plantea la perilla.

Los noruegos tienen pinta de saber poner las cadenas si te quedas en medio de la carretera con una gran nevada. A lo mejor no saben, pero tienen pinta de saber.

Los noruegos hablan poco, no porque no tengan nada que decir...si no porque te escuchan y si les dejas hablan y muy bien.

Los noruegos tienen la cara fría. Dan besos fríos que arden.

Los noruegos viven en sitios con bosques, los bosques son sitios acogedores, con sitios escondidos donde poder...donde poder…Esto es una fantasía personal, pero necesito un bosque para cumplirla...y no, a mí en la playa no me gusta.

Por supuesto, no todo es bueno en un noruego, tienden a ser rubios y creo que comen arenques. Y un arenque puede arruinar una primera cita…pero esto ya es tema del post de mañana.

lunes, 6 de febrero de 2012

MI REFUGIO. Intensismo francés a la enésima potencia.

“Una visión opuesta de la maternidad
Mi refugio va de la oscuridad a la luz sin perder nunca el hilo de un embarazo en tiempo real”.

En mi día del masoquismo, no podía dejar pasar esos dos titulares. Tenía que ver esa peli, sabía que iba a sacar lo mejor de mí...y efectivamente...no me ha defraudado.

Espectacularmente horrenda. Increíblemente ridícula. Espantosamente intensa.

Eso habría puesto yo si me dedicara a hacer frases lapidarias sobre películas. No me duraría mucho el curro pero molaría.

Antes de destripar la no trama. Unas apreciaciones. La peli es francesa. Las películas francesas son de dos tipos:

- Muchos personajes hablan sin parar y sin parecer escucharse, normalmente alrededor de una botella de vino o algo de queso. Hablan y hablan, ellos no se escuchan y el espectador no se entera de lo que es importante o no. Al final de la película se da cuenta de que nada era importante. O a lo mejor el queso.

- A los franceses les parece que ver a alguien acariciar hierba mientras mira a lo lejos, ver a alguien beberse una cerveza en tiempo real y ver a un actor mirando al infinito con cara de estar pensando “ ¿Cuándo fue la última vez que fui al baño? es un recurso que transmite muchísimo. El espectador mira fijamente la pantalla intentando captar lo que hay que captar. Al final de la película se da cuenta de que no había nada que captar.

La trama. ( o algo así)

Un piso de Paris. Un piso grande, con molduras blancas, uno de ricos pero vacío. Un tío con un gorro de lana negro encasquetado (o es un malvado o un tío terriblemente atractivo), que resulta ser un camello de medio pelo, llega al piso y le vende a un tío con una guitarrita 6 gramos de heroína. El de la guitarrita se llama Louis, y se mete un chute estupendo. En un colchón en el suelo, hecha una piltrafa está Mousse que es rubia, lánguida y está hecha una cerda y que también quiere su dosis. Se duermen. Louise se despierta, se echa una rebequita por los hombros y se mete otro chute.

Una señora francesa con muy buena pinta y gafas de sol en la cabeza llega con alguien al piso diciendo “es un piso estupendo y está fenomenal, solo la cocina necesita una mano de pintura”…y claro se encuentra que el que va a necesitar es una manita de lo que sea es su hijo Louis que está tirado en el suelo con una sobredosis de 3 pares de narices.

Louis muere y Mousse está embarazada de él.

¡Que sorpresón eh!..Un giro de guión impresionante.

En el entierro de Louis, Mousse va hecha una pija francesa con el pelo planchado y unas gafas de sol que ya no se quita en toda la película y tiene unas palabritas con la madre del novio muerto y otras con el hermano. La madre no quiere que tenga el niño porque “no quería que los genes de Louis continuaran”…Ignoro el motivo, creo que no lo dijeron pero puede que sí y yo estuviera extasiada con la música de piano de fondo. Mousse pone morritos y dice algo de que se va a pensar tener el niño pero el espectador ya sabe que va a tenerlo. Todo es así de emocionante y sorprendente.

En la siguiente escena, el hermano que se llama Paul, llega a una casa chulísima. Por fin le hacen un plano decente y resulta que el tal Paul está TRE MEN DO. Mausse le abre la puerta de la casa con las gafas puestas, la tripa de preñada (oh me oui que sorpresa) y un poquito hostilizada en plan “vale que has venido pero no vamos a ser amigos”…y dice cosas de intensa como “esta casa es como si fuera de mi familia, es de un viejo que me follaban con 16 años”. El bueno de Paul pregunta...” y que opina de tu embarazado” Y dice “no lo sabe...está casi ciego”.

Ella se acuesta y vaya por Dios el tal Paul se pone a tocar el piano. Ella se indigna, se pone las chanclas para echarle la bronca pero entonces recapacita y entra en trance o algo con la música.

A la mañana siguiente ella desayuna. Él aparece. Ella no le ha puesto taza, es así de siesa. Él dice: voy a ir a la playa. Ella dice yo paso a mi no me gusta.

Pero luego después de comer se le ha pasado la tontería y se va a la playa con él.

Él está tremendo (esto ya lo he dicho) y ella lo mira con ojos lujuriosos mientras toma el sol. Se pone tontorrona y se va a la orilla a dar un paseo de esos que dan en las pelis que van como arrastrando los pies y moviendo los brazos y mirando las olas con mucha intensidad. Se le acerca una señora y empieza a decirle: “estas estupenda con tu tripa de embarazada. El embarazo es un regalo, ¿le hablas al bebe? Háblale y dile que le quieres mucho y que el parto será doloroso pero que el dolor del parto es tu regalo para él”. Confieso que en este momento dije: tengo que escribir un post de esta peli.

Mousse se acojona claro y sale despavorida. Mejor estar calentorra con el hermano de su ex muerto por sobredosis que con una vieja agarrada a su tripa diciéndole que el parto doloroso tiene un significado espiritual.

Luego viene ya lo interesante.

Paul sale por la noche. Mousse está con ganas de mimos, va a buscarle por la mañana y ve 4 pies en la cama de Paul…¡¡mecachis,  llega tarde!! Se cabrea y se va con las gafas de sol puestas al jardín y tampoco le pone taza para el desayuno: es muy renconrosa. Sale Paul estupendo…

Buenos días...
Hemos hecho mucho ruido...lo siento.
“Hemos”.- dice ella con retintín...pero un retintín francés que queda patético.
Si...vine acompañdo.
Que morro tienes Paul...te plantas en mi casa y encima invitas gente.

Eso dice Mausse cuando lo que quiere decir es “te plantas en mi casa,..tengo un calentón y en vez de apagármelo,  tu vas y te tiras a otra”.

Aparece la compañía de Paul y resulta ser un hombre…¡¡ohh sorpresón!! Y además es el chico de los recados de Mausse…Madre mía, que sinvivir de emociones.

Mausse por un momento flipa pero luego se hace la digna pensando que vale, que ella no ha chuscado pero no porque no sea ideal con su barriga y sus gafas de sol puestas, sino porque a Paul le va más el rollo jugar a los fontaneros.

Mientras medita eso en una terraza, un pavo la invita a una cerveza y le dice que tiene una habitación con una vista estupenda del océano. Ella pregunta: ¿te van las embarazadas? Y él dice: Si, siempre que yo no sea el padre.

Un festival del humor.

Se van a la habitación...y ella allí empieza con remilgos y le pide al pavo que “la acune”.

Vuelve a casa acunada y se va de farra con los gays y se frota con uno en una discoteca...o algo.perdí el hilo...tanta acción me estaba matando.

Ah sí...Paul le cuenta algo en algún momento. Le dice que él no es hermano biológico de Louise, que a la madre de Louise cuando nació él le quitaron el útero y fue una pena terrible y decidió adoptar pero sin que lo supiera nadie, estuvo 9 meses escondida y luego apareció con un bebe y dijo que era hijo suyo. Paul cree que Louise siempre lo supo…para mí que Louise se dio a las drogas por eso…

Van y vienen. Susurran. Se oye un piano. Van y vienen. Se oye un piano otra vez. Miran al infinito. Paul se echa la colonia de Louise. Van y vienen. Mausse va teniendo cada vez más calentura...lo que se conoce en este lado de los Pirineos como " está más salida que el pico de una mesa". 

Paul sale con su gay. Se emborracha. Vuelve a casa, Mausse le acuesta y tachán….follan.

Al día siguiente Paul se pira porque claro los dos han reflexionado sobre lo que supone eso, o no...o nadie lo sabe y le dice que irá a verla a Paris cuando nazca el bebe.

Nace el bebe. Mausse sentada en la cama. Aparece Paul con un ramo de flores y un gorro de lana negra encasquetado (en este caso es un tío bueno). Ella le dice ¿tienes cigarros? Bajo a fumar.

Sale en camisón semitransparente marcando pezones.

Fuma.

Se las pira.

Va en metro mirando al horizonte con mucho sentimiento. Es increíble que previsión...llevaba pasta en el camisón transparente...no sabia que los hacían con bolsillos.

Voz en off en la que explica que vio a Paul con la niña y supo que estaban hechos el uno para el otro.

Paul con la niña en brazos manejándola como si fuera una tarántula de kriptonita…lo que viene siendo un padrazo.

Fundido en negro.

O esto es una mierda de peli o es que me falta el gen francés.

viernes, 3 de febrero de 2012

LOS MUNDOS DE CEDRIC (III)

Reconociendo mi maestría.
Moli, eres como una hermana mayor.
Eso es lo más horrible que me has dicho nunca.
A ver Moli, no querrás que esté todo el día encima de ti.
¿Es pregunta? Déjame pensarlo.
Moli…tú sabías hacer esto antes que yo...
Pues claro…pipiolo.


Comentarios estéticos.
Moli... ¿quien es esa?
Soy yo.
¿Y ese pelo?
Antes lo llevaba largo…
A mi es que el pelo corto…
¿Qué le pasa? ¿No te gusto con el pelo corto?
Yo no he dicho eso.
Si, si lo has dicho.
No, he dicho que estarías mejor con el pelo largo que no es lo mismo…
¿Así no te gusto?
Mierda...me rindo.
Ja.

Aprendiendo.
Moli... ¿esto lo has revisado tú?
Si, coño...te lo he dicho mil veces. Qué guerra das…
…y placer…
¿Qué has dicho?
No te hagas la tonta…que me has oído...

Sorprendiéndome.
Uy...este noruego está tremendo, menudo pedazo de tio...
Como yo…
Anda ya, tú no tienes esos hombros...
Yo empotro mejor.
¿Qué?
Ya me has oído.
¿Tienes sábanas negras como el noruego?
No, pero tengo unas sábanas twister.
¿Unas sábanas qué?
Unas sábanas twister. Moli, coño, ¿no has jugado nunca?
¿Tienes unas sábanas como el juego del twistter?
Si...y las almohadas tienen una cuerdas para atar...
¿En serio? Un tio de tu tamaño jugando a las sábanas twistter en una cama..es una imagen..como poco perturbadora..
Cuando quieras te las enseño… ¿A que soy mejor que el noruego?


En anteriores entregas:
Presentando a Cedric.
Los Mundos de Cedric (I) y Los Mundos de Cedric (II)