En mi humilde opinión al mundo del libro le está pasando un poco como le pasó al de la música, anda como pollo sin cabeza.
El negocio hasta ahora estaba claro: conseguías a un autor consagrado, editabas sus obras, hacías una campaña de publicidad en prensa escrita, en especiales culturales, en algún programa de radio o tele y cruzabas los dedos a ver si sonaba la flauta y las ventas iban bien. Si el autor por el que habías apostado era un completo desconocido, entonces cruzabas los dedos, ponías velas, rezabas todo lo que sabías y esperabas que sonara la flauta
Los especiales culturales, las críticas de libros y las reseñas en los periódicos cumplían su misión: daban noticia de la publicación de novedades, recomendaban libros y criticaban otros.
Todo este esquema de negocio se ha ido resquebrajando y ahora mismo está completamente desarticulado.
Para empezar cada vez se venden menos libros. La gente lee poco, los libros son caros y con la llegada del libro electrónico el sector editorial no ha sabido adaptarse y ha favorecido la piratería, pretender que se paguen 14 euros por un libro electrónico es empujar a la gente a buscarse la vida.
El siguiente problema es que ya no hay hueco en los medios para la promoción literaria. A la prensa escrita no le interesa un artículo sobre libros nuevos, ni la crítica literaria. (De la tele y la radio ni hablamos). Es un tema que ha quedado relegado a los especiales culturales.
Y ahí llegamos al siguiente problema, esos especiales culturales están en manos de empresas editoriales que en una mano controlan el especial encargado de las críticas y en otro la editorial que publica el libro a reseñar. Obviamente la objetividad queda si no fuera de la ecuación, digamos que en un segundo plano. El resultado de esta combinación es que las reseñas literarias han pasado a tener cero credibilidad: si son de mi mismo grupo editorial el libro mola mil...y si es de otro grupo...sencillamente no existe. (1)
En resumen, actualmente se venden pocos libros, no se encuentran canales de promoción con impacto en las ventas y las publicaciones sobre libros digamos que han sufrido bastante descrédito y al lector avezado le resultan poco o nada creíbles en sus opiniones.
Al mismo tiempo en internet hay una enorme cantidad de blogs donde se recomiendan, critican, vapulean o despellejan libros. Son blogs de gente anónima a la que sencillamente le mola leer y decide un buen día dejar su opinión por escrito en la red, tanto para recomendar algo que le ha gustado muchísimo como para avisar a posibles incautos contra lecturas espantosas. Esos blogs tienen mucho público y sus opiniones sirven a muchos lectores a la hora de elegir sus lecturas.
Hasta ahora el mundo editorial había pasado millas de esos blogs, supongo que los grandes gurús editoriales y de marketing, veían aquellas páginas como un club de lectura de biblioteca, y no eran capaces de cuantificar el valor que las críticas de esos blogueros tenían en para otros lectores. Digo “no eran capaces de cuantificar” por ser políticamente correcta porque sinceramente creo que las editoriales directamente menospreciaban o ignoraban esos blogs. Supongo que pensaban algo del tipo: ah sí...hay unos mataos que comentan libros…pues muy bien.
El negocio hasta ahora estaba claro: conseguías a un autor consagrado, editabas sus obras, hacías una campaña de publicidad en prensa escrita, en especiales culturales, en algún programa de radio o tele y cruzabas los dedos a ver si sonaba la flauta y las ventas iban bien. Si el autor por el que habías apostado era un completo desconocido, entonces cruzabas los dedos, ponías velas, rezabas todo lo que sabías y esperabas que sonara la flauta
Los especiales culturales, las críticas de libros y las reseñas en los periódicos cumplían su misión: daban noticia de la publicación de novedades, recomendaban libros y criticaban otros.
Todo este esquema de negocio se ha ido resquebrajando y ahora mismo está completamente desarticulado.
Para empezar cada vez se venden menos libros. La gente lee poco, los libros son caros y con la llegada del libro electrónico el sector editorial no ha sabido adaptarse y ha favorecido la piratería, pretender que se paguen 14 euros por un libro electrónico es empujar a la gente a buscarse la vida.
El siguiente problema es que ya no hay hueco en los medios para la promoción literaria. A la prensa escrita no le interesa un artículo sobre libros nuevos, ni la crítica literaria. (De la tele y la radio ni hablamos). Es un tema que ha quedado relegado a los especiales culturales.
Y ahí llegamos al siguiente problema, esos especiales culturales están en manos de empresas editoriales que en una mano controlan el especial encargado de las críticas y en otro la editorial que publica el libro a reseñar. Obviamente la objetividad queda si no fuera de la ecuación, digamos que en un segundo plano. El resultado de esta combinación es que las reseñas literarias han pasado a tener cero credibilidad: si son de mi mismo grupo editorial el libro mola mil...y si es de otro grupo...sencillamente no existe. (1)
En resumen, actualmente se venden pocos libros, no se encuentran canales de promoción con impacto en las ventas y las publicaciones sobre libros digamos que han sufrido bastante descrédito y al lector avezado le resultan poco o nada creíbles en sus opiniones.
Al mismo tiempo en internet hay una enorme cantidad de blogs donde se recomiendan, critican, vapulean o despellejan libros. Son blogs de gente anónima a la que sencillamente le mola leer y decide un buen día dejar su opinión por escrito en la red, tanto para recomendar algo que le ha gustado muchísimo como para avisar a posibles incautos contra lecturas espantosas. Esos blogs tienen mucho público y sus opiniones sirven a muchos lectores a la hora de elegir sus lecturas.
Hasta ahora el mundo editorial había pasado millas de esos blogs, supongo que los grandes gurús editoriales y de marketing, veían aquellas páginas como un club de lectura de biblioteca, y no eran capaces de cuantificar el valor que las críticas de esos blogueros tenían en para otros lectores. Digo “no eran capaces de cuantificar” por ser políticamente correcta porque sinceramente creo que las editoriales directamente menospreciaban o ignoraban esos blogs. Supongo que pensaban algo del tipo: ah sí...hay unos mataos que comentan libros…pues muy bien.
Ahora esos dos factores se han encontrado...y supongo que en las editoriales han tenido un diálogo de este estilo.
- oh vaya...parece que no vendemos un libro ni para atrás y lo que es peor, ni siquiera conseguimos que se hable de ellos en ninguna parte. A ver si al final a resultar que vamos a necesitar a los mataos con blogs porque resulta que tienen tirón y que si recomiendan un libro eso repercute en las ventas.
- Pero...será una repercusión mínima, ¿no? Mucho mejor ir a Ana Rosa a que hable del libro.
- Si, pero Ana Rosa dice que tururú, que si no lo ha escrito Belen Esteban ni de coña. Y solo si el libro es de amoríos, autoayuda o hay misterios pseudoreligiosos con tensión sexual no resuelta.
- Pues de esos no tenemos ninguno...porque publicamos autores nuevos, recuperamos clásicos, recopilaciones de cuentos.
- Ya...somos culturetas.
- Y ¿que hacemos?
- Lo que te digo...los de los blogs…si hablan del libro pues eso será publicidad.
- Bueno, no perdemos nada. Les mandamos el libro gratis, sabemos que se lo leerán porque son mataos con blogs pero tienen pinta de honrados y que hablen del libro.
- Venga.
“Los editores buscan blogueros que reseñen sus libros”
Leo esta noticia que me llega por el twitter de Alba Editorial y me parece buena idea. Antes de que alguien entre a llamarme listilla y demás, yo no estoy en la categoría de “mataos con blog de libros”...asi que no pensaba en que me tocara a mi este tema, pero por puro espíritu ciéntífico pregunte a Alba Editores.
“ esto es verdad? Te dejarán reseñar un libro aunque la reseña sea un despelleje?”
Albaeditores contestó:
Publicar un libro es un proceso largo y complejo, debes sentirte orgulloso del trabajo realizado y no supone garantía alguna...
Con todos mis respetos a Albaeditorial… ¿qué tiene que ver el tocino con la velocidad? Por supuesto que publicar un libro es un trabajo de mil pares y hay que dar palmas con las orejas si se consigue...pero... ¿que tiene que ver eso con lo que pregunto? Me está dando a entender que como ha sido mucho trabajo ¿no se puede criticar?
Pregunté otra vez porque no quiero ser malpensada.
“Lo que pregunto es si la editorial va a admitir que al reseñar un libro seas crítico o solo aceptará publicidad positiva”
Albaeditorial me contesta
“La crítica debe ser constructiva, lo importante es el debate y el blog debe estar abierto a opiniones de otros usuarios”.
Vale. Así que lo que quieren es que hagas algo “Constructivo” entendiéndose constructivo como “chupi”.
Tras estas averiguaciones tengo una serie de reflexiones sobre el tema:
Primero, leo varios blogs de listos con gafas que hablan de libros. Unas veces estoy de acuerdo con lo que opinan y otras veces discrepo. Me resultan útiles y creíbles precisamente porque no son “constructivos” por definición. Y desde luego, si alguno de ellos empieza a deslizarse por la pendiente de “constructividad” directamente sale de mi reader. Sencillamente no me creo que todo lo que leas sea estuplendido, y que todo te guste, así que mientes y si mientes no me sirves como referente de lecturas. Si la editorial exige una crítica constructiva, el valor que tiene el criterio del bloguero se esfuma.
Segundo, si tú eres una editorial, apuestas por un libro y lo publicas tienes que confiar en el criterio que tienes como profesional del ramo. Y precisamente por esa profesionalidad tienes que saber que unas veces acertarás y otras no. Y que a veces habrá que lidiar con la frustración de comprobar que te equivocaste o que una obra que tú encuentras valiosa no encuentra el eco que esperabas. Las críticas “no constructivas” no son inútiles, pueden servirte para reafirmarte en tu criterio porque realmente crees en él o para replanteártelo. Si todo es “constructivo” y “chupi”...perderás el criterio que tengas...todo lo que haces mola y ya está.
Tercero, desde un punto de vista puramente mercantilista...cualquiera sabe que cualquier publicidad es buena...incluso la destructiva. Hay mucha gente que encuentra un placer insano en llevar la contraria: ¿qué molinos ha dicho que los ojos de los cocodrilos es una mierda? pues me lo voy a comprar solo para poder decir que a mí me gustó.
Cuarto, basándome en mi experiencia y a pesar de que, repito, yo no tengo un blog literario...si a mí me llamaran de una editorial para que reseñara uno de sus obras señalándome que “la critica debe ser constructiva”, declinaría educadamente el ofrecimiento, así que supongo que con esas premisas no van a encontrar muchos blogueros dispuestos...a no ser que estén dispuestos a pagar las críticas constructivas con una cantidad de pasta suficiente como para compensar la pérdida de prestigio que el “constructivismo” acarreará para esos blogs. Y si, todos tenemos un precio...yo también, pero que te paguen pasta por escribir críticas constructivas no hace esas críticas valiosas.
Quinto, estoy de acuerdo en que debe haber debate y distintas opiniones. Si tienes un blog público en el que admites comentarios, tienes que estar dispuesto a aceptar críticas. Limitándome al tema literario, cuando yo pongo un libro a parir o lo ensalzo hasta la estratosfera, me parece completamente lógico que alguien llegue y diga “Cannery Road me ha parecido soporífero”, “A mí La caja negra me ha parecido un coñazo” o “El último encuentro no es para tanto”. Son opiniones tan valiosas como la mía aunque no las comparta. Eso sí, si alguien viene y me dice que “El amor patético”, “El vestido rojo” o el libro ese horroroso de japos que leí el año pasado es una obra maestra...me preocupo...y pienso...Dios mio... ¿pero quién me lee?
Sexto, no soy tan ingenua como para pensar que la editorial va a dar palmas con las orejas si dices que su libro no te ha gustado o que te ha parecido malo. Entiendo que eso no es lo que buscan, pero reconocer desde el principio que solo podrán ser críticas constructivas, creo que les restaran voluntarios. Sinceramente, como estrategia para conseguir que les lean, era mejor mentir “Oh si, podéis escribir lo que queráis”…y luego si no les gusta pues con tachar al bloguero de su lista lo tenían apañado.
Por último, en este año he tenido trato con tres editoriales que me han enviado sus libros. A las tres les pregunté lo mismo “Si lo leo y no me gusta ¿podré despellejarlo en mi blog? Porque si la respuesta es no, no me lo envíen”. En las tres ocasiones, las editoriales contestaron que confiaban plenamente en que me gustara y que podía decir lo que me apeteciera.
Y si, me ha quedado muy largo...y admitiré todo tipo de críticas.
(1) Como los grandes grupos de comunicación engloban radios, tvs y prensa escrita..el factor “los de mi grupo molan mil y los otros no existen” ocurre igual en radio y tele.