miércoles, 18 de mayo de 2011

NADAR Y CORRER

Empecé a nadar por salud física. Resulta que he heredado de mi padre un gen chuli que favorece que se me formen trombos... “No pasa nada, pero mejor que no fumes, te mires la tensión, no engordes y que hagas ejercicio moderado” me dijo el médico. Me acojoné, que te digan eso y “cuando cumplas 40 si eso te vas al cardiólogo” pues acojona. Así que me puse a nadar. Sin convicción, sin ganas y por miedo a caer fulminada de un infarto.

Empecé a correr por salud mental. Demasiadas cosas en la cabeza y demasiada energía bullendo sin ir a ninguna parte. Necesitaba moverme, cansarme, obligarme a hacer algo. Así que me puse a correr. Por agonía, con ganas y con rabia.

Nado sin cansarme.
Corro al borde del desfallecimiento y luchando permanentemente contra las ganas de dejarlo, pero no quiero dejarlo. Quiero seguir corriendo pero mi cuerpo no quiere.

Cuando nado sólo estamos el agua y yo. No hay nada más. Agua deslizándose por mi cuerpo y el fondo de la piscina. Cuadritos azules con una raya azul más oscura que marca la calle a la mitad. Recorro la raya hasta el final...vuelta y otra vez lo mismo. Una y otra vez.
Cuando corro hay mil estímulos alrededor. La calle, la gente, las montañas, los semáforos, el agua del rio, las vacas pastando, las flores, el ruido de la calle, la lluvia, el sol, las nubes, otros corredores, gente paseando. Todo me distrae del esfuerzo de correr. No consigo centrarme en mis pasos, corro por inercia sin ser capaz de abstraerme de todo lo que hay alrededor.

Nado escuchando música. No puedo estar parando a darle a saltar de canción si la que sale en ese momento no me apetece. Me adapto a la música que salta.
Corro escuchando música. Llevo el mp3 en la mano…y cambio de canción si la que salta no me gusta. Le doy varias veces seguidas hasta que sale una que se adapta a mi estado de ánimo.

Para nadar me desnudo.
Para correr me visto.

Nadando consigo no pensar en nada. Si lo estoy haciendo bien, estoy a gusto y sin que las putas gafas me hagan la vida imposible soy capaz de no pensar en nada. Es más, sólo soy consciente de mi cerebro cuando al llegar al final de la piscina y dar la vuelta...pienso en el número de largo que llevo…17...33...42...51. Jamás pierdo la cuenta.
Corriendo soy un hervidero de ideas y cuando consigo centrarme...solo pienso en una cosa. Intento poner la mente en blanco, distraerme, lo que sea para abandonar ese pensamiento pero no hay manera.

Siempre nado a la misma hora.
Corro al amanecer, por la mañana, a mediodía..por la tarde o anocheciendo.

Nadando controlo mi cuerpo. Las piernas van deprisa sin necesidad de ordenar que se muevan. Me concentro en los brazos, en dar brazadas más largas, empujar el agua para avanzar más y hacer el recobro pegado el cuerpo...rozando con el pulgar mi costado cuando saco el brazo del agua. Me concentro en hacer eso y lo que es más alucinante es que mi cuerpo me responde y hace exactamente lo que quiero que haga. Cada día nado mejor.
Corriendo me concentro simplemente en seguir avanzando, en no pararme. Mi cuerpo va a su puta bola y cualquier intento por mi parte de controlarlo se traduce en algo así como “mira...ya estamos haciendo el gilipollas corriendo por correr...asi que no pidas más”. Me resigno a correr mal.

Nadando controlo como respiro, una vez cada tres brazadas. Cada vez a un lado. No me ahogo, no me asfixio...respiro tan natural como si estuviera sentada.
Corriendo toda mi preocupación es conseguir que llegue oxígeno a mis pulmones. Si por un momento intento controlar la respiración, al momento siguiente me habré desconcentrado al ver una vaca, al intentar esquivar un charco o cualquier otra chorrada.

Nadando me puedo permitir hacer virguerías: ahora voy a respirar cada 5 brazadas, ahora voy a sprintar, ahora voy a intentar hacer el largo dando solo 20 brazadas.


Corriendo ni virguerías ni nada. Un pie detrás de otro y pasando de preocuparme por el estilo, la forma o si estoy dando bien la zancada...lo importante es seguir adelante.

Nadando se me ocurren cosas para escribir.
Corriendo sólo una vez.

Nadando no me adelanta nadie.
Corriendo...sin comentarios.

Nadando molo.
Corriendo doy pena.

Nadando me siento poderosa.
Corriendo me siento una piltrafilla.

Nadar es una costumbre saludable.
Correr es un vicio desagradable.

El deporte es absurdo.




Y por favor..si alguien me ve subirme a una bici que me encierre.

martes, 17 de mayo de 2011

MATERNITY ( LXI): LAS HORAS DEL HORROR

Todos queremos muchízimo a nuestros churumbeles.



A todos nos gusta pasar mucho tiempo con ellos.

Nuestros churumbeles nos adoran.

A nuestros churumbeles les encanta pasar tiempo con nosotros. Cuanto más mejor.

Los padres tenemos una fuerza física y una capacidad de aguante limitada.


Los churumbeles tienen una fortaleza física y una capacidad de aguante que sobrepasa con mucho la de sus padres.


Todos en algún momento del día luchamos con esa sensación de “por favor que se acabe esto...que alguien se los lleve...que venga Maléfica y los duerma durante 100 años”.

Ese momento del día...suelen ser “las horas del horror”. Las fuerzas de padres y churumbeles se encuentran…y casi siempre ganan los churumbeles.

Cuando no tienes hijos y en un extraño momento de rapto mental te pones a elucubrar sobre cómo sería tenerlos...te visualizas llegando a casa y disfrutando de esa cosa que parece tan molona que es bañar al bebé, jugar con los enanos, preparar la cena mientras ellos juegan o charlan y cenando todos en armonía familiar para que luego ellos se despidan rollo la familia Von Trapp y tú puedas dedicarte a disfrutar del planeta del amor con tu pareja.


Vale...eso es como creer en el Ratón Pérez, la chica de la curva o el alargador de pichas.


Las horas del horror son el infierno para cualquier padre. Para empezar se desarrollan al final del día, cuando estás más cansado. Llegas de currar después de haber madrugado, conducido, echado mil horas en el curro…y llegas a casa. Antes de tener churumbeles, ese era el momento más molón del día. Abrías la puerta… ¿holaa?? Vaya...no hay nadie. Te quitabas la ropa de faena, una cervecita, alguna tarea del hogar...planear una cena apetecible…todo un mundo de tiempo para ti.

Ahora con churumbeles, tú sabes que esa situación no existe...pero tu subconsciente es muy cabrón y guarda un recuerdo imborrable de esos momentos y todos los días...según llegas a casa y metes la llave en la cerradura...tu subconsciente te hace creer que hoy será distinto…que las horas del horror molarán y que a lo mejor tienes suerte y todo vuelve a ser como antes de reproducirte.

Y todos los días...tu subconsciente se da de leches con la realidad. Y tú te das de leches con el hecho de reconocerte como un padre altamente defectuoso a esas horas.

Estás agotado, física y mentalmente. Tus niños no. Tus hijos te ven llegar y saltan a tu alrededor y no paran de hablar: ama de llavez… ¿qué hay de cena? ¿Me has comprado el sobre de cromos? Mañana tengo que llevar una gorra. Te he traído 3 circulares. ¿Qué vamos a comer mañana? C. me ha pegadoMamiii...a que tengo el pelo larguizimo. ¿Me corriges las tareas? ¿Me corriges las tareas?? ¿Me corriges las tareas???

No has avanzado ni 3 metros y ya estás sepultado en maternidad. Y no puedes más.

Como buenamente puedes y por supuesto con espectadores…te cambias de ropa para dejar de ser la profesional eficiente y te pones la ropa de lidiar con las fieras.

Al baño.

Ja. Qué idílico. Ya hablé en su momento de cómo evoluciona ese fabuloso mundo de la higiene personal con tus hijos. Yo estoy ahora mismo con las princezaz en ese momento en que primero no quieren ducharse: Noooo…otra vez nooooo….Zi estoy limpízimaaaaa. Y luego se hacen fuertes detrás de la cortina de la ducha y la única manera de sacarlas es consiguiendo ser miss camiseta mojada.

Y luego empieza el momento álgido de las horas del horror. La cena y demás cositas molonas.

Como todos somos padres altamente preocupados y concienciados con la alimentación infantil...intentamos no darles todos los días lo que te pide el cuerpo que es leche con cereales o un sándwich mixto. Por alguna extraña razón de conciencia paternal...entras en un bucle en el que preparas de cena algo que no te apetece para dárselo a tus churumbeles a los que por supuesto tampoco les apetece. Tú te resignas a cocinar cosas que no te gustan...pero los churumbeles vienen sin gen de la resignación y se resisten mogollón.

- ¿Judías verdes??? Noooooooooooooooo
- ¿Pescado????...Noooooooo
- ¿Otra vez huevo frito??...Noooooo ( ahora que hemos pasado de considerar el huevo un veneno mortal a comerlo obligatoriamente cada 48 horas...tenemos problemas de “aburrimiento” con el huevo…es todooo tan perfecto)




A estas alturas de las horas del horror…estás ya funcionando en automático. Intentas no darte cuenta de que estás gritando y perdiendo la paciencia…por supuesto después de haber puesto en práctica todas esas cosas que se supone que hay que hacer antes:


Ser firme: esto es lo que hay de cena. O lo comes o te vas a la cama sin cenar. Ves como tus palabras rebotan en tus hijos sin provocar la más mínima respuesta.


Ser persuasivo: a ver chicas...hay que comer de todo porque si no no creceréis. Tus conocimientos nutricionales son escasos y no suenas convincente. Además ya tienen respuesta para todo: mami...tú comes de todo y eres bajita.

Dialogar: vamos a hacer una cosa. Si termináis antes de las 8 y media…luego podemos leer un cuento. (Esto es como pagar tu rescate y seguir secuestrado pero ahora mismo parece buena idea)

Has probado todas esas cosas, juntas y por separado. Has bailado la sardana, te has puesto como Cruella de Vil…has valorado incluso recurrir al llanto…pero una vez más te rindes al hecho...de que en las horas del horror…ellos ganan y tu eres un padre muy defectuoso.


Cenarán, pero a su ritmo que nunca es el que tú desearías. Te sientes egoísta y mal padre...porque estás deseando que las horas del horror terminen. Que se acabe este suplicio..quieres dejar de ver todos tus defectos como padre tan claramente al aire como si alguien los hubiera escrito con rotuladores lavables en el pasillo. Quieres hacerlo bien..pero estás agotado..necesitas tiempo para ti..aunque solo sean 10 minutos..


Quieres que se acabe la agonía, se laven los dientes y pasar a lo verdaderamente molón de ser padre.

El momento del día en que con ellos cogidos de la mano, vas por el pasillo hacia su habitación…los metes en la cama...les das un beso…les arropas…dices “buenas noches”...apagas la luz y te vas al sofá con el olor a sueño en tu nariz, colmado de amor maternal y pensando: mañana seguro que no es tan horrible...

…lo dicho...tu subconsciente es muy cabrón.

viernes, 13 de mayo de 2011

MOLIDOCUMENTALES: LA TEORIA DEL EGOMAKER

El mundo es un sitio horrible donde como dijo Woody Allen no puedes enamorarte de la persona que quieres ni puedes hacer que la persona que quieres se enamore de ti. Una putada. Vas por el mundo y te enamoras de quien no debes o quien no debe se enamora de ti. Un despropósito absoluto.

Para intentar canalizar todos esos enamoramientos/ enganches/ adicciones o como quieras llamarlo hay distintas figuras: el amigo, el amante, el follamigo, los ex con derecho a polvo de regresión y el egomaker.

Para empezar hay que aclarar porque he visto algún malentendido en los comentarios del post anterior, que hacer el capullo en plan calzonazos con los primeros enamoramientos no es ser un egomaker. Eso es llegar de nuevas al planeta del amor y no saber qué hacer y nos ha pasado a todos.

Un egomaker tampoco es un amigo. Normalmente es una figura que viene siempre de fuera de tu círculo. No conoce a tus amigos, no conoce a tu familia, no es de tu trabajo. Es externo. Ha llegado a ti por algún extraño cauce: es amigo de un amigo, es un compañero poco frecuente de curro, es el vecino de arriba como en DCD, es alguien que conociste en tu pasado y que de repente te encuentras…alguien así. Pero no es un amigo.

Un egomaker no es un tío pesado que te da la brasa. Un egomaker te cae bien. Es majete, simpático, con conversación e incluso puede ser bueno o muy bueno en la cama.

Con un egomaker todo es perfecto excepto que no hay eso que tiene que haber. No hay química, no hay chispa y jamás la habrá.

A un egomaker no se le miente. No se le jura amor eterno ni se le hacen falsas promesas provocadas por la culpabilidad. No. A un egomaker se le dice la verdad: me lo paso muy bien contigo, eres un tío encantador pero no estoy enamorada ni voy a estarlo. Un egomaker sabe la verdad...si es bueno bueno…se resignará a esa suerte. Si es de los que todavía está en proceso de serlo...albergará una mínima esperanza de que veas la luz y acabes enamorándote de él. Si se le miente prometiendo amor eterno...deja de ser egomaker y se convierte en un enamorado engañado que es una cosa feísima.

No se puede tener un egomaker con menos de 25 años porque no tienes ni idea de por dónde vas y tienes un batiburrillo emocional lamentable donde metes en el mismo saco a los amigos, los follamigos, los amantes, los ex y todo ese tipo de cosas. Además, con menos de 25 puedes llegar a confundir los beneficios que proporciona el egomaker con un enamoramiento y eso es fatal, para ti y para él.

A un egomaker no se le cuentan trolas del tipo: no puedo quedar porque tengo que llevar a mi abuela ancianita a jugar al Bingo. No. A un egomaker se le dice: hoy no quiero quedar porque no me apetece o no puedo ir contigo al cine porque voy con otro. Contra lo que alguno quiera creer esto no es crueldad. Un egomaker no tiene celos si te enrollas con otro...sabe cuál es su papel.

El egomaker se desarrolla en un entorno determinado. Si estás en una etapa brillante de tu vida, sintiéndote de puta madre, feliz y contenta...no hay sitio para un egomaker. Su hábitat natural es un entorno de bajón emocional, descolocada, sin saber muy bien dónde andas, recuperándote de un desengaño amoroso, tras un palo laboral...lo que sea...algo que te haga sentirte una piltrafilla. Según mi teoría...en las tías la figura del egomaker aparece siempre antes de los 35...a partir de ahí ya no suele hacer falta. Un egomaker te hace buena.

Un egomaker considera que eres estupenda, maravillosa, fabulosa, lista, divertida y que estás buenísima. Considera todo eso a pesar de que tú delante de él te muestres tal como eres, sin disfraces: cabrona, egoísta, idiota, manipuladora y tonta. NO es que no vea cómo eres, es que debajo de toda esa mierda ve lo bueno que tienes. Ve lo bueno que tienes debajo de esa capa de “soy una piltrafilla”. Y eso mola, mola aunque sepas que jamás te enamorarás de él. Mola porque consigue que tú lo veas que es lo más importante y además, piensas...coño...con lo mierda que yo me veo y a pesar de todo ve lo bueno que hay en mi. El egomaker como su propio nombre indica arregla egos...los hace más fuertes.

Un egomaker tiene fecha de caducidad. No es para siempre. Es para un determinado momento. Llega hace su función y aunque los dos creáis que no...al final esa etapa se acaba. Cuando dejas de sentirte piltrafilla y tu ego ya está robustecido y sintiendo que puede comerse el mundo, él deja de dar lustre a tu ego para dárselo a otra o se pira porque finalmente encuentra a alguien con el que si tiene esa chispa. En DCD ese beso atroz que se dan no es el principio de una historia de amor maravillosa…es un error como una casa.

A un egomaker se le desea lo mejor. Y si pasado el tiempo te enteras de que tiene pareja, jamás se sienten celos.

A un egomaker no se le echa de menos. Llego, hizo lo que tenía que hacer y se acabó.


Esta teoría ha sido elaborada gracias a mi fabulosa capacidad de observación. Jamás la he llevado a la práctica.
Su aplicación al revés, es decir siendo él el piltrafilla y ella la masajeadora de ego..no se encuentra documentada pero es posible que exista.






Intentaré recuperar los comments que habíais dejado en el dia de ayer..pero podéis repetirlos si quereis ahorrarme el trabajo.

martes, 10 de mayo de 2011

DESAYUNO CON DIAMANTES.-

Este post me va a costar una o varias lapidaciones. Lo sé y lo asumo..pero alguien tiene que decirlo.

“Desayuno con diamantes” es una peli claramente sobrevalorada.

¿ Por qué digo esto?


El domingo por la noche volví a verla. Enterita y en versión original. Durante toda la película iba pensando..yo no sé que le ve la peña a esta película..para mí que no merece tanto la pena. Me fui a a la cama con este pensamiento y como estoy siendo bendecida con una nueva temporada de insomnio me dediqué a darle vueltas a esa idea y conseguí sacar una serie de conclusiones que apoyan mi teoría.



1.- Cuando has visto una película clásica más de 4 veces y siempre te deja fría..obviamente no es una peli muy emocionante. Esto me pasa con DCD…siempre que la veo me deja fría. Una peli molona es esa que a pesar de haberla visto 20 veces cuando va a llegar determinada escena piensas y “ ahora es cuando él llega y la mata”..o “ ahora es cuando él se da cuenta de que ella está paralítica”…” ahora es cuando él cuelga la cruz del retrovisor”, " ahora es la escena de los cocos" y sientes la misma emoción que la primera vez que la viste: lloras, suspiras, te ries, pasas miedo..lo que toque. La verdad es que en el caso de DCD eso se cumple..me provoca la misma emoción, es decir, ninguna.

2.- Audrey. Sí, vale, todos queremos a Audrey. Es monérrima, flaquérrima, estilosa y tiene eso que hace que sea tannn adorable. Ellas quieren ser como ella y ellos quieren protegerla, cuidarla y mimarla. Un amor de tía. Si, pero en esta peli esta para abofetearla. El personaje es completamente imbécil, una bobaina, una niñata egocéntrica idiota, una manipuladora y como guinda encima va de misteriosa. Una combinación mortal que me saca de quicio. Me paso la película pensando…¿cómo es posible que este personaje tan idiota deje a la gente babeando de emoción?


3.- Sam. Tras mi visionado del otro día lo tengo cristalino: Sam jugo a los fontaneros con Truman Capote y éste en agradecimiento por jugar a cosas de machotes con el futuro Hannibal Smith se empeño en darle a él el papel protagonista. Sam es cualquier cosa menos un actor. Tiene la misma expresividad que un ficus y a lo largo de toda la película solo piensas: madre mia..le debió de doler lo de los fontaneros porque tiene cara permanente de algo me molesta por detrás y no sé qué hago aquí. Su personaje además, es también completamente idiota. Conoce a una tia en el descansillo y empieza a fantasear, cuando se da cuenta de que no es trigo limpio en vez de salir por patas ¿qué hace? Se queda en plan Mesias redentor y yo te sacaré de eso con mi amor a prueba de bombas. Anda ya por favor..que lo que quieres es chuscártela y lo que te jode es que ella se acuesta con tios por dinero y tú no tienes donde caerte muerto. Porque esa es otra..le parece mal que ella vaya con tios por la pasta mientras él es mantenido por una feísima que se pasa la película disfrazada de Maléfica con turbante y capa..pero claro..es que él lo hace por su arte y la otra por las habichuelas.

4.- La historia de amor. Bazofia. Ella es misteriosa y flaca y pasa de él..ergo él se cuelga de ella intentando cambiarla. Puag, puag, puag. Ella pasa de él olímpicamente..lo coloca enseguida en el grupo de “amigos”..pero él se resiste a esa posición, asi que se dedica básicamente a dar la brasa y que se vea que está ahí para lo que sea. No puede creer que no vaya a conseguirla…no se resigna a su suerte asi que se dedica a ser un calzonazos y a poner su hombro para que la otra llore. Porque esa es otra..ella es una campeona del egoísmo. Solo quiere estar con tios que tengan pasta, pero Sam hace compañía y le dice monerías. Lo que se viene conociendo como un “egomaker”(1)…un alguien que no te gusta, pero no te molesta ni te perturba y que se dedica a hacerte sentir bien, cuidarte, decirte monerías y suspirar de amor por ti. Uno no engaña a un “egomaker” desde el primer momento se le dice: oye..que tú a mi no me gustas. Pero el “egomaker” suele ser inmune a esa afirmación, lo que resulta conveniente para ambas partes. El adulado, en este caso la absurda de Audrey, tiene la conciencia tranquila porque se lo ha dicho, y el egomaker está tan feliz creyendo que con esa campaña de cuidado y mimo conseguirá la presa.



5.- Estilismos. Gran parte del atractivo de la película para el sector femenino viene del estilismo de Audrey. El otro día me fijé..Ella es flaquérrima asi que se puede poner lo que quiera porque le entra. Otra cosa es que mole. En una de las escenas lleva un total look fucsia con peineta a lo española incluida que es para matarla. ¡¡¡Lleva mechas rubias!!! Y en una joven alocada, “natural” y espontánea..esos recogidos con andamio resultan ridículos. Eso sí, al cesar lo que es del cesar,en la ventanita con el turbante de toalla cantando con voz meliflua y guitarrita…está monísima. Irreal pero monísima.

6.- La historia es una estupidez. No estoy en contra de películas estúpidas..lo que me cabrea de esta es que esté sobrevalorada. Me fascina que gente que opina que Sexo en NY retrata lo peor del género femenino considere que Desayuno con Diamantes es estupenda. Ella se acuesta con tios por dinero, solo le interesa la juerga, no tiene ningún escrúpulo en acostarse con su marido por pena para luego largarle alegremente y manipula a todo el colectivo masculino de la película con un juego de pestañas. Y como colofón..se queda con el egomaker porque se da cuenta no de qué le quiere si no de que se le está pasando el arroz de ser alocada, misteriosa y molona.



7.- El final. Sale NY y llueve y hay beso. Podría ser un final perfecto para mi, tres cosas que me gustan. Pues no…me saca de quicio. Ella es idiota y merece pirarse a Río de Janeiro para terminar en una favela o viviendo con un brasileño tremendamente machista que no la deje salir ni a la puerta de su casa. Él debería pasar millas de ella..y por lo menos hacerse el digno cuando la otra sale del taxi con la excusa de buscar al puto gato. Encima eso, un gato en la escena final. Sam coño....un poco de dignidad..una tía que se pasa la película llamándote por otro nombre, te hace ¡¡ robar unas caretas en unos chinos!!, le echas el speech de tu vida para enamorarla...y la muy mema sale del taxi a buscar un gato??? Hazte de rogar un poco. Pues eso, los dos atontolinaos con el gato dando por culo. Ella le besa por pena y él por agradecimiento..lo que da lugar a un beso atroz mientras cubos de agua les caen por encima. Ni siquiera la escenografía está lograda.


Pues eso, que DCD está claramente sobrevalorada.

Me ha molado esto..proximamente más clásicos destrozados.

(1) No puedo creer que en 3 años y medio no haya hablado de este concepto.