Pues pensé que no, que había leído poco y podía prolongarlo más en el tiempo, pero ayer miré la lista...y ¡¡he leído 10!!
Son muchísimos.
Si, una pasada.
La primera lectura del año fue “Léxico familiar” de Natalia Ginzburg. Lo saqué de la biblioteca. No estaba en mi lista de pendientes, simplemente paseaba mirando las estanterías, mientras laz princezaz estaban en un cuentacuentos y me llamó. No es una novela, ni un libro de memorias. Son los recuerdos familiares de esta escritora italiana, sus hermanos, sus padres, el Turín entre guerras, la llegada del fascismo, la IIGM, la posguerra. No es una crónica, ni una historia familiar, es una recopilación de recuerdos que cualquiera podríamos hacer de nuestras familias. Las pequeñas cosas que no parecen importantes en el día a día, pero que nos diferencia de cualquier otra familia: las expresiones que sólo entendemos nosotros, las anécdotas que se repiten en cada reunión, los chascarrillos familiares, los piques eternos que vistos desde fuera son un sinsentido. Se lee como si estuvieras espiando a su familia por el ojo de la cerradura. Es un libro entrañable.
Me ha gustado este párrafo dónde habla del escritor Cesare Pavese, amigo de la familia que se suicidó en 1950. Natalia escribe sobre él:
“ Pavese cometía errores más graves que los nuestros, porque los nuestros se debían a la impulsividad, a la imprudencia, a la estupidez y al candor. En cambio los suyos, nacían de de la prudencia, de la sagacidad, del cálculo y de la inteligencia. No hay nada más peligroso que esa clase de errores. Pueden ser mortales, como lo fueron para él, porque de los caminos en los que uno se equivoca por sagacidad es difícil regresar. Los errores que se cometen por causa de ésta se enredan estrechamente: la sagacidad echa en nosotros raíces más fuertes que la irreflexión o la imprudencia. ¿Cómo liberarse de esas ataduras tan tenaces, tan fuertes, tan profundas? La prudencia, el cálculo, la sagacidad tienen el rostro de la razón, su voz amarga, que argumenta con su lógica infalible, a la que no hay nada que responder, sólo se puede asentir”.
“La vida secreta de una madre estresada” de la absurda de Fiona. De esta bazofia ya lo dije todo.
“El verano mágico de Cape Cod” de Richard Russo. Me lo trajeron los Reyes. De este autor ya había leído “ Empire Falls” y “ El puente de los suspiros” que me habían gustado mucho. El problema es que siempre escribe el mismo libro. Si, esto le pasa a muchos...a Philip Roth, al estafador de Auster...etc, pero es que los de Russo son tan parecidos que se te mezclan en la cabeza. Todos tratan de hombres de mediana edad...digamos entre 45 y 65 años, casados o divorciados, solitarios y que arrastran unos recuerdos de su infancia y de su relación con sus padres que les lastran todas sus actuaciones. A ver, que parece que lo estoy criticando y no es así. Son unas novelas, muy bien escritas, con grandes personajes y que se leen muy bien. Son... ¿como decirlo?....agradables. Tiene algún breve destello qué te hace pensar...pero en general son como un paseo por un bosque, como sentarse a ver un lago, como ver nevar…algo así. No sé explicarlo mejor.
En esta novela, cuenta la historia de un profesor universitario que vuelve al sitio mágico dónde pasaba los veranos con sus padres y repasa su vida pasada y su situación actual con su mujer. Es una novela tierna, con un poso amargo pero contada con ironía y humor. La vida en común, la relación con los padres, el desgaste de lo que no fue, todo eso gira alrededor del protagonista haciéndole replantearse toda su existencia.
“Jesús me quiere” del impresentable de Safier. El segundo despropósito del año. También lo dije todo ya.
“La Regenta” de Leopoldo Alas Clarín, también regalo de reyes. Tenía esta laguna en mi cultura literaria. No es que vaya rellenando lagunas, porque por ejemplo no he leído El Quijote ni pienso hacerlo, pero La Regenta me apetecía. Ha sido duro de pelar. En las 500 primeras páginas no pasa absolutamente nada, sólo aparecen personajes y más personajes y más personajes….pero pasar, lo que se dice pasar...no pasa nada. Cómo además ya sabes de qué va la historia, estás esperando a que “pase” algo...a que de una vez por todas dejen de marear la perdiz. Esas 500 páginas se hacen largas y son arduas de leer...aunque estén escritas de puta madre. A partir de ahí, lo que tiene que pasar, pasa y el resto de la novela se lee casi del tirón. No me ha entusiasmado y desde luego no la recomiendo para nadie que quiera recuperar las ganas de leer. Además, no he conseguido en ningún momento entender a la tonta de Ana, La Regenta, me resulta un personaje estúpido, es tonta y sabiendo que es tonta la ves meterse en la boca del lobo y me iba poniendo de mala leche.
Sin embargo el personaje del Magistral, con toda su maldad, su egoísmo, su orgullo, su desprecio hacia los demás…es increíble. La pasión que siente por Ana es turbadora por lo que tiene de arrasadora, de fuerza imparable. Si alguien quiere leer algo sesudo sobre el tema…Di hizo 3 divagues muy sesudos sobre el tema.
La Regenta me llevó casi un mes de lectura, pero en los últimos 10 días he recuperado terreno porque he leído 5 libros más.
La Regenta me llevó casi un mes de lectura, pero en los últimos 10 días he recuperado terreno porque he leído 5 libros más.
“La sociedad literaria y el pastel de pie de patata de Guernsey” de Mary Ann Shaffer y Annie Barrows. ¿Por qué dos autoras? Os preguntaréis...pues porque la tal Mary Ann se tiró la vida para escribir este libro y al final estaba ya muy viejuna y le tuvo que ayudar su sobrina Annie...no sé si desinteresadamente o con aviesas intenciones. Yo siempre pienso mal. Esta novela, es regalo de pobrehermano mayor por Reyes y dado el éxito de “Jesús te quiere” me lancé a él temiéndome lo peor…pero después de las honduras de La Regenta, necesitaba algo ligero e intrascendente.
La novela es ligera e intrascendente pero agradable de leer. Es una historia sencilla, dónde todos son monísimos y tiernos y simpáticos y te dan ganas de adoptarlos. Es como ver un capítulo de la señorita Marple o algo así. La acción transcurre en 1946 en Inglaterra, la escritora de una columna de éxito en un periódico durante la guerra, traba amistad con los habitantes de la isla de Guernsey, que había estado ocupada por los alemanes desde el principio de la IIGM. Todo el libro es un intercambio de cartas entre la escritora, los distintos habitantes de la isla que forman la sociedad literaria, el editor, amigos, etc. Amor, excéntricos ingleses y hasta Oscar Wilde van apareciendo por las páginas de este libro que se lee sonriendo. Un poco de descongestión tras La Regenta.
“Esto es lo que me encanta de la lectura; en un libro encuentras un detalle diminuto que te interesa, y ese detalle diminuto te lleva a otro libro, y algo en ese te lleva a un tercer libro. Es matemática progresivo: sin final a la vista y sin ninguna otra razón que no sea por puro placer”
“Cada siete olas” de Daniel Glattauer. Segunda parte de otro que leí el año pasado “Contra el viento del norte”…no digo nada ahora, solo que os lo podéis ahorrar…tengo que hacer un post sobre estos dos libros. Este lo leí en la tablet.
“Diario de un ama de casa desquiciada” de Sue Kaufman. Antes de que alguien crea que he tropezado dos veces con la misma piedra literaria en el mismo mes, debo decir que esta novela no tiene nada que ver con la absurdez perpetrada por Fiona. Es una novela escrita en 1967, así que para empezar retrata la vida de un ama de casa que tiene poco que ver (o no) con la actual. Es algo así como ver el diario de Betty Drapper de Mad Men, aunque la autora tiene bastante más mala leche que Betty y mucho más humor negro. Oh...acabo de caer en que la protagonista también se llama Betty. Tiene un matrimonio perfecto, dos hijas estupendas, la casa que siempre quiso tener y de repente se encuentra en mitad de su vida sin saber qué es lo que falla pero sabiendo que algo no va bien. Es un libro que te deja un regusto amargo pero no desagradable. Bucea en lo que somos cada uno dentro de la imagen que proyectamos al exterior. Las dudas, los miedos, las inseguridades, con las que luchamos cada día y que a veces nos ganan la partida dejándonos indefensos y asustados. Éste también me lo trajeron los reyes.
Y después...he leído una maravilla….MAUS. Si, un comic. Si, de la II Guerra Mundial. Y sí, es espectacular, buenísimo, increíble e impresionante. Me ha encantado. Saltaría y saltaría y saltaría diciendo: corred a leerlo, corred a leerlo...
Tras este ataque de entusiasmo brasístico, voy a contar un poco de qué va. Maus es el comic creado por Art Spiegelman a partir de la historia de su padre, Vladek Spiegelman. Vladek era una judío polaco que vivió la invasión alemana de Polonia, la vida en el gueto, pasó por Auschwitz y consiguió a base de ingenio, tesón y mucha suerte sobrevivir y llegar a América donde inició una nueva vida con su mujer, que increíblemente consiguió también sobrevivir al Holocausto. El comic no cuenta sólo la historia de Vladek, cuenta también las complicadas relaciones entre padre e hijo y cómo la condición de superviviente de Vladek empaña toda su vida y sus relaciones con los demás. Incluso condiciona la forma de ver la vida de Art que nació en América años después de terminar la guerra. Yo no tengo ni idea de dibujo ni nada de eso, mi cultura de tebeos no es amplísima...pero Maus es una maravilla, no solo por la historia sino por cómo decide Spiegelman reflejarlo en el papel. Los judíos son ratones, los nazis son gatos, los polacos son cerdos, los suecos son renos…etc.…Es el único comic que ha ganado el Premio Pultizer...pero eso da igual….es una maravilla y espectacular. Corred a leerlo. Ah… fue regalo de Juan por mi cumple.
Terminé el mes con Auster y su nuevo libro...pero no quiero empañar el buen gusto que me ha dejado recomendar Maus...asi que lo dejaré para despellejarlo a gusto.