
No es un post de nostalgia ni nada de eso…pero son cosas que ya no hago o ya no están o ya no se pueden hacer.
Oh…acabo de acordarme de cuál ha sido el detonante del post. He leído un comment de Efe esta mañana en el post anterior que solo decía “ Tentempié”…y mi fabuloso proceso mental ha sido: Tentempié que me lleva a Tentetieso y de ahí a Guibol….los guibol ya no existen. Es más, el otro día intenté hacerle a alguien una referencia a ese juguete de mi infancia y me miró como si estuviera de atar….TENGO QUE ESCRIBIR UN POST SOBRE COSA QUE YA NO ESTÁN. Vale..gracias a Pablo sé que se llaman Weebles.. ( Gracias Pablo, un detalle)
Guay. Que peso me he quitado de encima al recordar la chispa del post…no saberlo me estaba reventando un poquito.
Empecemos desde el principio.
Cuando yo era cani, antes de que pobrehermano pequeño naciera, cuando solo éramos 3, en casa de molimadre compartíamos habitación. Esto molaba mucho porque montábamos unas juergas por la noche muy divertidas hasta que molimadre venía gritando y nos acojonábamos hasta el infinito. Lo que más molaba de compartir cuarto es que podíamos tener otro cuarto con el sugestivo nombre de “La leonera”…nada de mariconadas de cuarto de juegos ni nada de eso: “Leonera”…que quedara cristalino que era un cuarto para hacer el cabra, jugar sin tener que recoger y nuestro territorio salvaje hasta que los juguetes impedían ver el suelo y entonces molimadre hacía una incursión y cuando volvíamos del colegio todo estaba en su sitio.
Molaba tanto.
Entrabas y se veía el suelo.
Los clicks estaban todos colocados en posición en el fuerte. Los vaqueros tenían su pelo, sus gorros, pistolas y hasta los puños esos blancos que tenían los que eran del 7º de caballería. Los indios tenían arcos y hasta las plumas del tocado…se te caían las lágrimas de la emoción al ver tus juguetes recompuestos. Era casi como un anuncio.
Los Geyperman estaban alineados con todas sus armas y los Madelman tenían todas sus cositas y los pantalones puestos.
Y la familia de guiballs se mantenía en hilera en la estantería. ¿Nadie recuerda a los guiballs?..Ni siquiera sé si se escribe así y en google no salen…que disgusto.
Por supuesto, no teníamos argamboys…porque eran feos y porque los clicks eran sus enemigos y porque los clicks eran superchulos y los argamboys no nos gustaban nada y eran antipáticos. Alguno nos regalaron y siempre hacían de malos hasta que los descuartizábamos.
Baby Mocosete y la Nancy estaban peinados, lavados, olían bien y ¡¡tenían ropa puesta!!! La bañerita estaba limpia, su ropa en los armarios e incluso el armario baul de Nancy tenía la ropa colgada en perfecto orden. ( Creo que molimadre la planchaba y todo....en fin...que fraude de madre soy)
Había también un banco de herramientas de pobrehermano mayor y por supuesto, los tornillos estaban con los tornillos, las tuercas con las tuercas y todo lo demás en perfecto orden de revista. Daban ganas de ponerse a construir lo que fuera….
¿Y los lápices? La noche anterior te habías metido la gran leche al pisar una colección de plastidecor roñosos que había por el suelo…pero por arte de magia, esa tarde, todos estaban afilados y colocados por colores. Incluso yo, que dibujo con la misma habilidad que una babosa abisal me entraban furores artísticos.
Y entonces venía molimadre y nos llamaba a merendar. Cada día había algo distinto. Unos días te gustaba más y otros menos pero eso daba igual, te lo tenías que comer por narices y por los santos cojones de molimadre. Nos daba bocadillo( siempre con pan de pan...el pan de molde era para días especiales, un capricho) de queso con membrillo… ¿quién merienda eso hoy en día? , sobrasada, chorizo de pamplona con mantequilla, foigras (puaggg...lo odiaba) y mi más favorito…bocadillo de mantequilla con nocilla. Siiii...una plasta inmunda pero estaba tannn rico. Por supuesto nocilla solo negra. Ahora en mi casa se toma nocilla (no tiene huevo ni gluten) pero es de dos sabores porque al ingeniero le gusta lo blanco…y solo se come lo blanco. A mí me gusta hacerme una tostada y cuando el pan está todavía caliente ponerle la nocilla encima para que se funda un poco….mmmmmmm…que gusto.
Acabo de acordarme de otra merienda guay que me encantaba. Leche con galletas de vainilla fontaneda. Venían en una caja roja y dentro estaban ordenadas en dos pisos..con un papel transparente por encima. Me encantaba sacarlas de la caja, contarlas, dejarlas en un montón al lado de mi vaso y luego abrirlas para comerme primero la tapa que no tenía vainilla y que estaba seca y que era muy sosa pero que te comías igual...sabiendo que la parte buena venía luego….la tapa con la vainilla…mmmmm..a veces me lo comía en tres bocados, otras veces lo raspaba con los dientes para ver que huella dejaban en la vainilla y otras chupaba la vainilla. Me flipaban esas galletas...pero ya no las fabrican…
Merendábamos en una barra de madera que había en la cocina. Mirando a la pared…subidos a unas banquetas enormes en las que por supuesto estaba prohibido columpiarse…y en las que por supuesto nos columpiábamos y nos metíamos unas leches de campeonato…pero no podías quejarte: ¡¡ Os he dicho que no hicierais eso..Ahora si te duele...te fastidias!!!
Y además te llevabas un capón...por listo.
Más adelante, cuando ya éramos más mayores, nos sentábamos ahí a merendar, pero con un Asterix cada uno…pero eso es ya para otro día.