
Elija cuidadosamente la exposición. Tiene que ser algo variado, entretenido y adecuado. Han de cumplirse los tres requisitos. Veamos esto con unos sencillos ejemplos, tengo el día didáctico.
Una exposición monográfica de monedas romanas del siglo III antes de Cristo es adecuada...pero no es ni variada ni entretenida. Para ellos vistas 3 monedas vistas todas y además, en esas exposiciones numismáticas los elementos físicos están contra usted. Las vitrinas de exposición no están pensadas para nadie que mida menos de metro y medio así que tendrá que llevar a sus hijos en brazos si aun a pesar de lo inadecuado de la exposición persiste en su afán divulgativo.
Una exposición de fotografía sobre la situación en los orfanatos de Siberia, es variada y entretenida pero no adecuada...a no ser que pretenda demostrarles a sus hijos la suerte que tienen. A mí me parece un método excesivamente traumático…pero para gustos los colores.
Estos consejos no se aplican a ingenieros que consideran que visitar la sala de turbinas del metro de Madrid es una experiencia fascinante para niñas de 5 y 6 años. (1)
Paso segundo.
Adecué sus expectativas a su situación actual.
Antes, y con ese antes me refiero a cuando usted se levantaba una mañana de domingo, bajaba en pijama a comprar la prensa, desayunaba tranquilamente hojeándola y sólo después de haber consumido esas horas de ocio...decidía que la 1 de la tarde era una hora fabulosa para acercarse a ver una exposición, llegaba a su destino y simplemente se dejaba llevar por la contemplación, adecuando el paso a sus gustos y disfrutando de la experiencia para decidir a las 3 y media de la tarde que ya se había culturizado bastante y que podía marcharse a comer tranquilamente.
Olvídelo. Borre ese recuerdo. Ahora la situación es distinta y lo mejor es amoldarse. Hay que tener un plan. Para empezar la 1 de la tarde ya no es hora de ir a ninguna parte, se le echa encima la hora de la comida y es malísima idea tener a sus churumbeles hambrientos en una sala con más gente: mamiiiiiii tengo hambreeeeeeeeee, mamiiii ¿no haz traído nada de comer? No querrá que le quiten la custodia ( mmmmm..vamos a pensar que no), entre los culturetas museísticos hay mucha gente comprometida con la infancia...sobre todo con la infancia de los demás…y si su hijo continúa gritando es posible que vean la aparición de servicios sociales como una solución para que la paz vuelva a la sala.
Por supuesto, olvide la idea de vagabundear por la sala sin prisa y detenerse por un espacio de tiempo que supere los 2 minutos delante de lo que sea. Entiéndalo, son pequeños y son impacientes y curiosos...ellos quieren ir más deprisa, quieren ver más, quieren verlo todo rápido.
No sea ambicioso. No pretenda ver el Prado entero, mejor exposiciones pequeñas que no le dejen con la frustración de saber que se ha perdido la mayor parte de lo que quería ver, mucho mejor pensar que sólo se ha perdido 20 ó 30 obras...que 20 ó 30 salas. La avaricia rompe el saco.
Paso tercero.
Venda la moto. Saque ese talento como comercial que nunca se ha atrevido a explotar. Sea imaginativo, venda el perrito piloto. Tenga confianza y no dude, eso es fundamental.
Ejemplo práctico. Nunca diga: “vamos a ir a ver cuadros”. Mal Reconozca que suena horrible, aburrido y sin la más mínima emoción.
Mucho mejor empezar con una campaña de promoción adecuada desde mediados de semana, los anuncios por etapas siempre funcionan.
“Este fin de semana vamos a hacer un plan sorpresa” …mejor concrete para no alimentar falsas expectativas...”Este fin de semana vamos a hacer un plan sorpresa que no es ir al país de Mickey, ni comprar una mascota ni pasar la tarde en un parque de bolas pero va a ser chulísimo”. Haga hincapié en chulísimo.
El día anterior continúe la campaña: mañana vamos a ir a un sitio muy chulo y además es un poco de mayores…los pequeñajos no pueden ir, pero vosotras ya sois mayores y por eso os llevamos porque es un sitio especial.
El día del evento, le tocará madrugar: ¿nos vamos ya? ¿Nos vamos ya? ¿Nos vamos ya? Son gajes del oficio, no se puede tener todo. Consuélese pensando que caerán antes dormidos por la noche.
Ya en el lugar de la exposición, dele todo vendiendo la moto: Chicas, esto va a ser divertidísimo, va a ser como una aventura...y lo vamos a pasar genial, porque además jugamos los 4. (Si tiene usted 12 hijos…en fin…sin comentarios. Pida descuento por grupos)
Paso cuarto.
Más le vale tener un plan para cumplir con las expectativas que haya generado. No hay nada peor que que el cliente se de cuenta de que el jet stender es una burra. No querrá que sus hijos empiecen a gritar: ¿y ezto ez divertido??? Me aburrooooooooooo..
Como hoy además de didáctica, estoy generosa..voy a dar unos ejemplos que funcionan porque están contrastados con varios casos prácticos. (Si me pongo en modo científico no hay quien me gane)
- Coja todos los folletos que haya sobre la exposición en cuestión. Por supuesto hay que coger suficientes para que todos los churumbeles tengan el suyo propio…no es momento ahora de sandeces de esas de lo importante es compartir y blablablá...además los folletos son gratis, coño.
- Repártalos con misterio: “chicas, esto es el mapa del tesoro, el mapa que nos dice por donde tenemos que ir, nos sirve para ir por esas salas misteriosas que hay al otro lado”. No se ría, ponga cara de que se lo cree.
- Cuente el plan. “Lo que tenéis que hacer es ir buscando todos estos cuadros que vienen en el mapa por las salas, poco a poco...asi sabremos por donde tenemos que seguir y además sumareis puntos según los que vayais encontrando”.
- Siga contando el plan. “ Otra cosa que hay que hacer es fijarse mucho porque hay que elegir un cuadro favorito, el más favorito del mundo mundial, el que más os guste de todos…por eso hay que mirarlos con mucha atención….y cuando lo hayáis elegido tenéis que mirarlo mucho porque esta tarde lo pintaremos en casa con pinceles y todo”. Ya se preocupará más delante de cómo quedará la cocina con las témperas, ahora no es momento.
- Si hay audioguía, coja una para ellos. Si son gratis coja tantas como hijos tenga…si hay que pagar ,con una que se apañen. “Chicas, esto es para ayudaros a buscar el que más os guste…algunos cuadros tienen un numerito al lado...lo buscáis, dais al número aquí y escucháis lo que cuenta de los cuadros".Si quiere rizar el rizo, puede coger la audioguía en inglés, pero sinceramente me parece tentar a la suerte.
Paso quinto.
Visite la exposición orgullosa de ver como su plan está funcionando. Compruebe como los culturetas museísticos miran enternecidos a sus hijas tan monas, con sus folletos y sus orejitas pegadas a la audioguia. “mamiiiii he encontrado el trez y la zeñora ez feízima pero han dicho que ez una dama”.
Paso sexto.
No se entretenga, esto es como el hechizo de Cenicienta pasado el tiempo correspondiente empieza a fallar. Igual que a la cursi esa la carroza se le volvía calabaza y los caballos ratones...aqui la audioguia puede convertirse en un arma arrojadiza y los folletos en espadas.
Paso séptimo.
Fíjese atentamente en el cuadro que hayan elegido sus churumbeles, más tarde lo necesitará. El que ilustra este post fue el elegido por laz princezaz el domingo. Se titula "Sol rojo" de Arthur G. Dove.
Paso noveno.
Deje pasar un tiempo prudencial hasta la próxima excursión.
Paso décimo.
Comparta generosamente estos consejos.
Deje pasar un tiempo prudencial hasta la próxima excursión.
Paso décimo.
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(1) La sala de turbinas les flipó, es más, quieren volver.
PS: 60 maternitys. Madre mía.