
Cuando decides embarazarte y lo consigues, no lo sabes, pero de repente entras en una dimensión nueva, el consumismo de bebés.
Cuando es la primera vez, TODOS queremos que nuestro retoño estrene cosas. Si, nuestro retoño es especial, nosotros también, viva el amor y queremos los trastos nuevos. Cuando es la segunda vez te das cuenta de que te sobran la mitad de los trastos que heredas del primero y piensas en que deberías haberlo pedido todo prestado, para ahora, no tener que romperte la cabeza pensando dónde coño vas a guardar todo esto que ya no utilizas.
No sé por qué extraña razón lo primero que la gente se lanza a comprar es el cochecito. Yo creo que es pre orgullo maternal, en plan: tengo que comprarme el cochecito para enseñarle a todo el mundo como mola mi churumbel cuando salga a pasear.
Cuando no tienes hijos puede parecer fácil, vas a la tienda, eliges uno y te lo llevas. Pues no.
Para empezar hay cientos de modelos: ¿quieren el carrera? ¿El cross? ¿Con 3 ruedas? ¿Con 4? ¿El bagoboo? ¿El no sé qué?
Luego ¡¡ tienen accesorios!! El capazo, el portabebés, la silla, el toldo, la sombrilla, la bandeja para poner las cosa abajo, el maxicosi, la bolsa para colgar…etc., etc. Por supuesto estas cositas no van incluidas en el precio.
Y para terminar la faena cuando te decides por uno, te dicen: tardan un mes en dártelo. Joder, ni que me hubiera comprado un coche de verdad.
Por supuesto, cuando te vayas a casa con tu flamante cochecito te darás cuenta de varias cosas:
- El vendedor estaba especialmente entrenado para hacer parecer que se pliega fácil y cómodamente con una mano. Es tan falso como los abdominales de los tios de la teletienda. Para ti plegarlo será un trabajo de titanes que te hará sudar y cagarte en los inventores del cacharro y en ti por querer reproducirte.
- El espacio que ocupaba tu flamante cochecito en la tienda es inversamente proporcional al espacio que ocupa en la entrada de tu casa. Es decir, en la tienda parecía pequeño y manejable, en tu casa es un armatoste.
- Los accesorios que parecían imprescindibles, resultan ser completamente prescindibles pero ocupan una cantidad de espacio de almacenamiento indecente.
- El maletero de tu coche ES pequeño.
- Engancharlo con el cinturón de seguridad es tan complicado como hacer un nudo marinero.
Luego hay que comprar la cuna dónde crees que el churumbel dormirá. Parece fácil, pero no: ¿MOISES? ¿Mini cuna? ¿Directamente cuna grande? El horror de opciones, y además todo el mundo tiene una opinión: mejor cuna pequeña para tenerla al lado de la cama y así no duermes pero no te tienes que levantar, no, mejor cuna grande ya directamente para que se acostumbre…blablablabla.
Utillaje alimentario: biberones, esterilizadores, tetinas, cepillos para limpiar biberones….todo un mundo de cacharros infernales dispuestos a petar los armarios de tu cocina. Y como todo, con un millón de opciones: biberones ¿anatómicos o normales? ¿De boca ancha o estrecha? ¿Tetina de caucho o de silicona? ¿Esterilizador de microondas o en pastillas? Da igual lo que hagas siempre vendrá alguien a decirte: ¿Qué has comprado eso?? Eso es malísimo para el bebé, termina con su capacidad succionadora o con su instinto de nosequécojones…o cualquier otra majadería.
Luego está el utillaje superfluo, absurdo, consumista o completamente idiota. La mayoría de este utillaje viene con un manual de instrucciones en el que siempre aparecen las palabras: desarrollo, comunicación, favorecer, crecimiento…todas esas cosas que si te las dicen en el tele tienda sobre cualquier producto te carcajeas pero que increíblemente si vienen asociadas a algo para bebés, la gente se lo cree.
Por supuesto, y antes de que alguien me salte al cuello como el conejo asesino de los Monty Phyton, cada uno puede creerse lo que quiera, comprar lo que le salga de las narices y llenar su casa de los trastos que le apetezca.
Lo único bueno del utillaje superfluo es que sirve para responder a la pregunta: ¿Qué necesitáis? ¿Que os hace falta? ¿Qué queréis que os regale?
La hamaquita. De todo lo frívolo, es lo que más me mola. Contra lo que puedas creer antes de tener hijos, al bebé le gusta estar en la cuna pero no todo el día. Lo que gustaría de verdad es estar en brazos, pero como es implica no poder hacer nada más en todo el día, pues alguien inventó “la hamaquita” para bebés..Los dejas ahí y bueno...se entretienen un poco. Ya digo que de todo lo superfluo es lo que más me mola.
La alfombrita de juegos. Te imaginas a ti mismo vestida de azul celeste, sobre tu sofá beige, leyendo tranquilamente y sintiéndote colmada de felicidad maternal, mientras tu bebe regordete en su alfombrita suelta lo que a ti parecen graciosas carcajadas a la vez que con su manita le da a la jirafa de colores. Sencillamente eso no pasa. Para cuando lo dejas en la alfombrita e intentas ir a hacer lo que sea...el bebé berrea...le da pánico la jirafa morada. Cuando al bebé le mola la alfombrita de los huevos hay que vigilarle porque es posible que repte fuera o directamente se coma la jirafa.
La bañera. Vamos a ver, se puede bañar a un bebe en una bañera normal. No pasa nada. Si te compras un trasto es por tu comodidad, para no dejarte los riñones al agarrarlo y para no pelearte con tu pareja en un acceso de histeria colectiva: agárralo bien...que no se te escurra…asi no lo cojas...pues cógelo tú…mañana lo baña rita….etc, etc. Si decides comprar algo para mejorar este momento hay millones de opciones, para mí la más absurdas es la “bañera maceta” o su nombre científico “Tummy tub”..Por supuesto mejora el bablablabla..y es fabuloso para blablablabla. Yo solo planteo una pregunta: ¿de verdad que alguien cree que puede resultar cómodo bañarse así? Joder, si lo que mola del baño es estirarse….pero en fin...para gustos los colores.
El cambiador. Estamos igual. Es un aparato para no desriñonarte cambiando al bebé encima de la cama. Los hay complicadísimos con cajones, bañeras, puertas y de todo o sencillísimos de Ikea por 25 euros. Le pasa como a todos, una vez que dejas de usarlos ¿dónde coño lo guardas? El de 25 euros de ikea mola porque lo puedes tirar o reconvertirlo en un mueble horrible..como haría uno que yo me sé.
Mochilas, bandoleras y demás artilugios para llevar al bebé como si fueras un marsupial. Va en gustos. Parece molón al principio, pero si el churumbel es de buen comer y empieza a engordar adecuadamente, enseguida te das cuenta de que llevar 7 kilos colgando no es buena idea. Mejor al cochecito y aquí volvemos al principio…
- Cariño..hay que comprar una silla de paseo.
- ¿para qué? No compramos el cochecito con el portabebés, el maxicosi, el capazo, la silla de paseo, la sombrilla, el impermeable, la funda de forro polar y la bolsa para que le sirviera mucho tiempo?
- Sí, pero es que es un trasto. Necesitamos una que se pliegue más.
- ¿Pero no elegimos esta porque se plegaba mucho?
- ¿A ti te parece que se pliega? Si siempre estás protestando de “lasilladeloscojonesquemeocupatodoelmaletero”?
- Vale..pero esta vez la elijo yo.
Y vuelves al principio..porque las sillas plegables son otro mercado que va desde los 35 euros a las 300…fascinante.
Me temo que voy a tener quejas de fundamentalistas del utillaje.