
2.- Son feos, desangelados, están en sitios inhóspitos dónde hace 40 grados a la sombra en verano y en invierno sopla un viento polar. Los “jefes de mantenimiento” contratados por el demonio tienen el poder del “clima”. Lo ideal es que en en invierno su intención sea que quieras desnudarte del calor que hace, y en verano adquieras un bonito tono azul y oigas tus dientes entrechocar por el frío polar que ellos consideran adecuado. Todo esto está enfocado a que te apetezca comprar bikinis en diciembre y forros polares y orejeras en agosto.
3.- Los aparcamientos están pensado por arquitectos beodos y empastillados de éxtasis que consideraron que poner el mismo número de columnas que en la Mezquita de Córdoba, pintar las paredes de colores chillones y numerar todo como si estuvieras jugando a los barcos sería confortable para conducir. Las plazas, por supuesto, están pensadas para gente que sabe conducir, como no es el caso, la mayoría de las veces un tío ocupa dos plazas y otros se dejan medio coche contra la columna. A mí que la gente no sepa conducir me da igual, pero doy vueltas buscando un sitio dónde mi pobre Ibiza no vaya a sufrir los embates de alguna absurda cuando llegue con su monovolumen y no sepa encajarlo en su sitio.
4.- Las puertas de “acceso al centro comercial” son como la Isla de Perdidos, .se mueven en el espacio y en el tiempo. Jamás conseguirás dejar tu coche cerca de la puerta por donde quieres entrar en esa ocasión. Al final, después de dar 20 vueltas buscando un sitio en la “zona azul”, siempre acabarás subiendo por la escalera mecánica que no es y dirás: mierda...yo quería salir a la plaza del Zara y estoy en el McDonalds, para acabar de darte cuenta de que no estás en el centro comercial “Planetarojo” sino en “orillaverde”...porque son todos perfectamente intercambiables. Y esa es otra..¿Quien les pone los nombres? Son todos tan absolutamente imbéciles que creo que responden a algún plan malvado de marketing. Los estoy viendo, un grupo de expertos en marketing reunidos decidiendo si “ Isla Azul” provocará más compulsión compradora que “ Princesa de Éboli”, o “ Planetocio” moverá más a comprar chuches y palomitas que “ Diversia”. Son todos horripilantes.
5.- Da igual que seas sherpa en el Everest, nómada en el desierto o hayas atravesado el outback de Australia. En un centro comercial te conviertes en una zombi sin dirección. Tienes que mirar bien porqué escalera has salido del parking para memorizarlo y saber encontrar luego la salida, hay pensar que estas empezando la vuelta hacia la derecha para saber por dónde volver. Yo recomiendo comprar pan e ir dejando miguitas para saber el camino de vuelta. Recomiendo trazar una ruta y jamás jamás jamás cambiar de planta dentro de una tienda. Es decir si entras en la fnac en la planta 1...no subas jamás a la 2ª planta por dentro de la tienda..tú no lo sabes, pero tu cerebro no lo ha registrado ( está atontolinado con el hilo musical, pero eso lo cuento luego) y cuando sales arriba crees que estás en la planta 1, y entras en un bucle espacio temporal muy desagradable: "pero..la zapatería no estaba por aqui?" " ¿ Yo venía por la derecha o por la izquierda? ", Pero..mmm..yo..¿ qué hago aqui?". Todo esto por supuesto está pensando por “ expertos en actitudes compradoras” con una vocación frustrada de ser científicos de esos que miran ratones en laberintos. Apuesto a que algunos de esos están en la sala de cámaras del centro comercial descojonándose: “ ahí va otra vez el de la camisa azul…lleva 3 vuelas y ni se ha enterado” , “ Seguro que es de los que luego hay que ir a acompañar a por su coche porque no sabe ni dónde está”.
6.- Se pierde la percepción estacional/temporal y espacial. Entras en una dimensión en la que puedes creer cualquier cosa: que fuera llueve, que hace bochorno, viento huracanado, no sabes si es de día, de noche, por la mañana, por la tarde. Todo es artificial. Por supuesto a esa sensación contribuyen los estanques interiores, las plantas de plástico, la nieve artificial por navidad. ¿De verdad que a alguien le molan esas cosas?. Supongo que al colectivo de expertos en decoración de centros comerciales: “ ¿No creeis que aquí quedaría fenomal un estanque tropical con palmeras y al otro lado un bosque de pinos artificiales?" El horror.
7.- A nivel práctico, todas las tiendas son iguales. Todos los locales idénticos, entras en una de esas tiendas y cuando sales tienes que mirar la bolsa para ver qué tienda era…pero... ¿dónde he estado? Y otra cosa que no soporto es que no haya puertas, a mi me gusta abrir las puertas de la tiendas y oir como se cierran. Será una manía pero me gustan.
¿Y los restaurantes? No concibo que a alguien le pueda gustar sentarse en un pasillo a tomarse una caña mientras choca codos con la mesa del al lado, dónde se están comiendo un kebab, mientras ve pasar hordas de familias empujando carritos, todo huele a cocina y el ruido es ensordecedor.
8.- El hilo musical. Otro invento del demonio. El colmo de la perversión. Por las zonas comunes va sonando un hilo musical que te está taladrando el cerebro “teníaaaa tantoooo que darteeeeee tantas cosassssss” y que además se combina de una manera aterradora con el hilo musical particular de cada tienda “ nochesss de bohemia y de ilusiónnnnn”. Esta tortura llega a ser inhumana, en Navidad, cuando vas escuchando Blanca Navidad por el pasillo y al entrar en una tienda pasas abruptamente al tamborilero de Raphael. Los programadores del hilo musical son los peores expertos del planeta, yo creo que son los que están arriba en la cúspide del poder del centro comercial..tienen el poder para enloquecer al personal.
9.- La gente. ¿Por qué la gente pasea por un pasillo en círculos en vez de irse a un parque? ¿ No es mucho más placentero andar "hacia algúna parte" que dar vueltas? ¿ La gente tiene querencia por sentirse en la carcel? ¿Por qué se sientan debajo de una palmera de plástico en vez de debajo de un árbol de verdad? ¿¿Por qué prefieren escuchar el hilo musical y no el silencio de un parque? ¿Porqué no prefieren ir paseando por la calle, cada una distinta y entrar en locales cada uno diferente? ¿Por qué no prefieren pasear por la calle con la ropa adecuada para cada estación? No lo entiendo. Bueno, si vives en Toronto y sales de compras en enero..entiendo que prefieras un centro comercial, a 35 grados bajo cero, ni siquiera yo soy partidaria de pasear por la calle.
10.- Por supuesto, jamás hay que llevar a los churumbeles. Las posibilidades de que algo salga mal son aterradoras: que los atropelle alguien al intentar esquivar una de las miles de columnas del parking, que se pillen los dedos en las escaleras de subida, por supuesto que se hagan pis mientras frenéticamente intentas orientarte buscando los baños y diciendo “ pero si estaban por aquiiii..Yo los he visto, acabo de ver los carteles”, que los pierdas de vista 7 segundos y te pongas histérico y veas pasar por tu mente imágenes de la cámara de seguridad con un malo malísimo llevándose a tus churumbeles, que se quieran subir al carro, que se quieran bajar del carro, que cojan la rampa de bajada para subir y la de subida para bajar mientras tú te pones histérico, que tengan sed, que tengan hambre y por supuesto que acaben con tu reserva de paciencia con: ¿me compras? ¿Me compras? ¿Me compras? ¿Me compras? ¿Me compras?
Los odio. No entiendo como llevo dos años y medio sin dedicarles una entrada.
Lo único que me gusta de los centros comerciales es Mall Ratts.
He dicho.
He dicho.