martes, 2 de marzo de 2010

DETRÁS DE LA BARRA

Cuando eres joven e imbécil y además te estás revolcando en una relación totalmente autodestructiva se pueden hacer dos cosas:

A) Pasar el verano lejos de la relación autodestructiva, haciendo algo útil con tu tiempo, como por ejemplo aprender francés en Bruselas.

B) Creerte que lo sabes todo y buscarte un curro en un bar de Los Molinos a tiempo completo para pasarte 3 meses si poder salir de allí y poder así convertir tu vida en un culebrón.

La opción A era la favorita de molimadre.
La opción B es la que escogí yo.

Cómo no siempre he sido la tía inteligente y con criterio que soy ahora, aquello me parecía fabuloso. 3 meses currando en el bar donde normalmente pasaba 4 noches a la semana, la mayoría de los aperitivos y alguna tarde. Estupendo, estaría allí todo el tiempo, no me perdería nada y además bebería gratis. Era imbécil y me parecía guay trabajar en un bar.

- Voy a trabajar en “La Galería”
- ¿y eso porqué?
- Pues porque si, además así ganaré pasta.
- ¿Pasta para qué? Si no vas a poder moverte de aquí.
- Bueno, pues para lo que sea.
- Hija, no vas aguantar ni 15 días.- dijo mi padre.

Y allí que me fui yo muy digna. Todos los días a tiempo completo. Mi vida era un descojone. O estaba durmiendo o detrás de la barra, porque claro una vez que sales de currar, no te apetece irte a casa, y menos si para aguantar a todos los memos que venían te has ido bebiendo botellín tras botellín. Sales y claro, con el subidón nos íbamos a bailar.

Cuando conseguía acostarme, eran las 7 de la mañana, estaba borracha y la mayoría de las veces hecha un mar de lágrimas. Al ratito, en pié otra vez porque molimadre no estaba muy receptiva a ese estilo de vida, así que me hacía levantarme para colaborar en las tareas del hogar. ( Este requermiento “ a mi me da igual donde trabajes pero en casa hay que hacer algo” pasó a la historia cuando mis hermanos empezaron a trabajar en bares, por supuesto)

Aquello era fabuloso. Era una combinación de Cenicienta y una mema de un culebrón.

Además de no dormir, tenía siempre la sensación de oler a bar. El olor a bar es asqueroso, y no se te quita nunca, ni de las manos, ni del pelo, ni de la ropa, 3 meses apestando a bar.

Tampoco comía porque a la hora de comer en casa sólo tenía ganas de vomitar y cuando tenía hambre estaba currando y nada de lo que había allí me apetecía. Creo que nunca he estado tan delgada.

Y luego está la leyenda urbana que te hace creer que de camarera se liga mucho.

Destruyamos esa leyenda.

La camarera odia al cliente. Es el tío que ha venido a romper su ocio laboral pidiendo todo tipo de gilipolleces y encima se permite hacerte bromitas:

- Quiero 6 cañas, 3 dobles, 3 claras con limón, 3 con casera, 2 Coca-Colas y un trina.
- Vale
- ¿Lo tienes?
- Sí, claro.
- Te lo repito, 3 cañas, 6 Coca-Colas , 8 claras todas con casera y un zumo.
- Eso no es lo que has pedido.
- Sí, claro que si, además yo soy el cliente.
- Ya…lo que tu digas. ¿Y de comer?
- ¿ Te puedo comer a ti?
- ¿ Perdona? ¿ Qué has dicho?
- 4 canapés de cangrejo, 3 de bonito, 2 de atún y 4 de camembert con anchoas.
- Vale
- Ah. Y si no te importa bonita..me cortas cada canapé en 8
- Sí, claro, con escuadra y cartabón.
- ¿Perdona?
- Que te doy un cuchillito y te lo cortas tú. (
aversitecortaslasvenas)

Y así noche tras noche. Y aperitivo tras aperitivo.

- Hola 2 cañas.
- Toma
- Perdona, ¿me pones más patatas?
- No, ya te he puesto con las dos cañas
- Es que quiero más
- Pues consume
- Es que no quiero nada de beber
- Ya, pues no hay patatas
- Quiero hablar con el jefe
- Estás hablando con él, no hay nadie más. O sea que o asaltas la barra o te pides otra caña.
- Eres una borde.
- Si.

Creo que nunca he estado tan cerca de asesinar a alguien.

Me tuve que dar a la bebida. Mi amiga B y yo currábamos mano a mano y nos dimos al alcohol. Probamos todas las cervezas del mundo, todos los licores. Cada noche era temática: hoy gin tonics, hoy whiskazos, hoy ron, hoy cerveza negra. Hacíamos todo tipo de locuras, nos disfrazábamos con bolsas de basura y nos hacíamos antenas con papel de aluminio. Bailábamos en la barra, nos gritábamos, nos perseguíamos con la fregona al cerrar, nos reíamos muchísimo.

Mí día a día pasaba más o menos así:

Despertaba con holgura craneal y llorando. Juraba no volver a dirigirle la palabra.
Bronca con molimadre.
Me arrastraba al curro, aguantaba a absurdos, bebía cañas para acabar con la resaca, hacía humor negro con mi turbulenta relación y salía apestando a bar.
Llegaba a casa. Me desplomaba a dormir la siesta.
Bronca con molimadre.
Ducha y al curro con la promesa de: cuando cerremos me vengo a casa.
Curro, curro, curro..cañas, cañas, cañas…
Cerraba.
Juerga, llanto, rollo, juerga, llanto, a casa a dormir.

Fue un verano increíble: adelgacé, no me dio el sol ni de refilon, desarrolle una tolerancia extrema al alcohol, y hasta gané dinero.

lunes, 1 de marzo de 2010

EN BLANCO

Estoy empezando a acojonarme.

Se me está secando el cerebro.

Mis neuronas se están apagando. Creo que no hacen conexión.

Desde el miércoles no se me ocurre nada. Lo de los libros del jueves era un recurso fácil, siempre están ahí y rellenan un post.

El viernes lo solucioné con la cita de Ford y además tengo excusa porque tengo menos tiempo.


Ayer colgué una cancioncita molona, a ver si así se me calentaba el cerebro y tenía una idea genial.

Le doy vueltas a la cabeza, pero NADA DE NADA.

¿Y si nunca más se me ocurre nada?

¿Qué hago?

Y si ¿Me hago la misteriosa? Algo que preocupe y que les de por pensar: ¿Le habrá pasado algo a moli? No, eso no cuela. Demasiados descerebrados conocidos que me petarían el correo.

Escribo algo críptico del tipo: la luz sobre ti me hace pensar en lo que seremos o fuimos mientras somos y queremos. Y si entonces ¿pierdo descerebrados y gano en tristes místicos? Eso sería una catástrofe. Además, tendría que poner las letras blancas sobre fondo negro que es lo que pega a ese tipo de blog. Y además nadie se creería ese misticismo por mi parte.

Piensa, piensa. ¿Y si dibujo algo y lo cuelgo? Oh fabuloso, un poco más de autoescarnio. Se me ocurre algo mejor, envuelvo algo, lo fotografío y lo cuelgo y directamente seré el hazmerreir de la blogosfera.

Algo seguro sería colgar mi video del ridículo..pero no puede ser. Una lástima, sería un éxito seguro.

O el bañador transparente. Tampoco, tendría poner una advertencia de contenido solo para adultos.

Mierda, voy a tener que seguir pensando.

domingo, 28 de febrero de 2010

viernes, 26 de febrero de 2010

EL PERIODISTA DEPORTIVO.- Richard Ford

Ayer, hablando con alguien salió este tema y para variar, estábamos de acuerdo.

"De todos modos, no creo que en ningún caso sea buena idea intentar averiguar qué está pensando la gente (). Seguro que hay un montón de razones convincentes para no intentar averiguarlo. La gente nunca contesta la verdad y la mayoría, incluyéndome a mi, no tiene muchas cosas en la mente que valga la pena explicar, así que se limitan a inventar algo ridículo en vez de reconocer que no pensaban en nada. La otra cara del asunto es que te arriesgas a que te digan la verdad de lo que estaban pensando. A veces, es una verdad que preferirías no oír o que quizá te moleste, y que, en cualquier caso debería mantenerse en secreto."


" Entonces aprendí que uno no es responsable de lo que piensa, y que en general, no ganas nada con saber lo que piensan los demás. Abrirse totalmente a los demás no es bueno para nadie, y en cualquier caso en el mundo hay muy poca gente tan consciente de si misma como para que ese tipo de confidencias sea de fiar. Además, es meterse en un terreno muy resbaladizo, en el que hablar puede hacer daño a todos"


El periodista deportivo.

Estoy culturetas...ya lo compensaré con alguna chorrada.