jueves, 11 de febrero de 2010

MI “NO VIDA AMOROSA” (VI): La época dorada.

Pues allí estaba yo, con 24 años y hecha una piltrafa humana tras ser expulsada del planeta del amor a leches.

Como a pesar de todo, me quedaba alguna neurona en funcionamiento, decidí hacer algo por mí para salir de la autocompasión y la pena suprema.

- Me corté el pelo. Mucho. Parece una chorrada, pero si al mirarte al espejo ves a otra persona, no sé porque mecanismo te das menos pena.
- Me quedé en la raspa.

Una vez puesto en pie el proceso de reajuste emocional, lo importante y que saben todas las abuelas es que “un clavo saca otro clavo”. Se trataba de encontrar un nuevo fiche, pero esta vez con la intención de ligar con él, no de hacer el gilipollas.

Fracasé. No me hizo ni puto caso, prefirió sus oposiciones a Inspector de Hacienda.

Sopesé los errores cometidos, vi los pasos erróneos y decidí que había que dejar de lado el patetismo.

Aquello no podía ser. Si todo el mundo ligaba no podía ser tan difícil.
Había demanda de chicas tontas, feas, estúpidas, sosas hasta desear la muerte, bobas sin saber escribir, paletas sin lecturas, encefalogramas planos, lobotomizadas…¡¡ TENIA QUE HABER DEMANDA DE TIAS LISTAS, INTELIGENTES, CON SENTIDO DEL HUMOR Y PELÍN ACIDAS!!

Y me lancé a buscar el mercado adecuado.

Y los encontré.

Y tuve un éxito impresionante.

Descubrí que lo que yo creía que era la táctica adecuada: esto es poner cara de panoli, ojitos de cordero degollado y decir a todo que si, a la vez que eras dulce y cariñosa, no funcionaba. Probablemente porque no lo hacía bien y nadie se lo creía. " Moli, te falta sumisión" me decía F.

Era mucho mejor una actitud en plan: puede que me gustes o no. Y si me gustas puede que me enrolle contigo o no. Y si me enrollo contigo es muy probable que no me apetezca repetir.

Funcionó.

Funcionó muchísimo.

Caían como chinches.
Y cuanto más cabrona era, más caían.
Tengo anécdotas para parar un tren. Incluso ligué con uno que tenía novia y vivía con ella. A mí eso me daba igual, él pensaba que yo debía estar supercelosa y como no lo estaba, se ofuscaba. Pobre, era mono. A mí me daba igual, no lo quería para casarme con él.
Lo mejor de todo es que el tío sólo podía escaparse de su casa, los domingos por la mañana. Yo había salido de farra y me había acostado a las 6 de la mañana:

- Moli, soy X.
- Ehh…¿qué pasa?
- Que voy para tu casa para estar juntos un rato.
- Ni se te ocurra, me he acostado hace 2 horas.
- Pero, pero, pero..es que si no…voy para allá para desayunar juntos.
- Que noooo.
- Te llamó en dos horas.

A las 2 horas.
- Moli, estoy en la puerta con croissants.
- Pues yo estoy en la cama con una resaca de muerte.
- ¿No me vas a abrir?
- No.
- Pues me voy. No pienso volver a llamarte.
- A ver si es verdad.

A las 4 de la tarde.
- Moli
- ¿Otra vez?
- He conseguido escaparme. ¿Puedo subir ahora?
- Buenooo..vengaa.. ( unos mimos en la siesta siempre sientan bien)

Era alucinante.

Tengo vagos recuerdos de algunos. Uno tenía un porsche. A otro lo abandoné en un cine de madrugada. Ese miso me mandó un poema escrito a máquina donde hablaba de “pechos enharinados”, creo que lo guardé en algún sitio por si en alguna ocasión servía para algo. Debería buscarlo y colgarlo aquí.
Con otro descubrí que los polvos playeros no me van.
Otro era tremendamente divertido, nefasto como amante pero muy divertido.
Oh, otro era profesor y tenía una novia pero no me lo dijo, fuimos a su casa y al día siguiente quería echarme sin desayunar, era tan mono verle todo agobiado.

Mi autoestima se recuperó completamente, descubrí que el pelo corto me favorece, que es estupendo estar sola y que si le dices a un tío que solo quieres rollo y nada más, literalmente cae en tus brazos. La parte mala es que al día siguiente tienden a creer que era mentira , que te has enamorado y que cuando les dices " ya te llamaré", de verdad esperan que lo hagas

En fin, me lo pasé en grande, siendo joven y alocada.

miércoles, 10 de febrero de 2010

LA MISERIA DE APARENTAR

A la gente le encanta aparentar.
A mí me parece ridículo, pero cada uno tiene derecho a perder el tiempo como le apetezca. Lo que me saca de quicio es cuando pierden el culo por aparentar pero pretenden hacer que no.

Ejemplo práctico.

Magno evento en los libros de colores. Esto significa lo mismo que en todas las empresas. Con una excusa barata se organizan unas jornadas con un título rimbombante seguido de un número en cifras romanas y se adjunta un programa con muchos logos, mesas redondas, coloquios y coffee breaks.

Todo el mundo sabe que es una pérdida de tiempo y de dinero.
Todo el mundo quiere ir.
Todo el mundo quiere ir pero hace como que no.
Todo el mundo quiere ir, hace como que no, y considera que si no consigue ser invitado es un menosprecio horrible que la empresa le hace.

Todo el mundo quiere ir, hace como que no y considera que tiene más derecho que el de al lado.

Con estas premisas, llevo asistiendo 10 días, a un baile de mails, invitaciones, conspiraciones y rencores absurdos que me están haciendo mucho más llevadero mi curro.

Me llama el de los libros azules.

- Moli, ¿sabes algo del XXX Simposio sobre libros de colores colocados en horizontal?
- Sí, claro. Ese magno evento.
- Ya..y ¿sabes quién va a ir?
- Pues no sé, creo el de los libros rojos y su equipo, y el de los libros verdes que va solo.
- Ya. Que coñazo. Yo paso de ir.
- Pues muy bien.

Viene el de los libros rojos.

- Moli, sabes que voy a ir al simposio.
- Vaya, pues lo siento por ti. Menudo coñazo y además no sirve para nada.
- Ya, yo no quiero ir, pero claro es trabajo.
- A mí no me cuentes rollos. Vas porque quieres. Si no te apetece no vayas.
- Tengo que ir aunque no me apetezca.
- Pues muy bien y exactamente ¿qué quieres?
- Es que verás, me gustaría llevar a alguien del departamento de los azules, pero no me quedan invitaciones y era por si tu puedes gestionármelas.
- Pero si el de los azules me dijo que no quería ir.
- Ya, pero si quiere. Te lo dijo para ver si tú le invitabas.
- No se puede ser más absurdo. Pero vale, te lo gestiono para que podáis ir en pandilla a la barra libre.
- ¡¡ es trabajo!!
- Si, y yo la madre teresa de Calcuta.


Viene el de los libros amarillos.

- Moli…tía..me han invitado al simposio. Qué horror, que pereza, no quiero ir.
- No vayas.
- Tengo que ir. Es curro. Además, claro represento a esta magna casa.
- ¿ah sí? Al final ¿no van los de los rojos, verdes y azules?
- ¿Han conseguido invitación?
- Claro, se las di yo.
- ¿Y a mí no?
- No, a ti no. Tú dijiste que no querías ir. Lo hablamos hace meses y dijiste literalmente: yo paso millas de ir a esa chorrada.
- Pero si van todos…o sea..¿que se lo has dicho a todos y a mí no?
- …mmmm..técnicamente si. He pasado de ti.
- Estoy ofendido.
- Pues no respires pero déjame tranquila.

No entiendo a la peña. Si quieres ir ¿porqué no reconocerlo? Oye, si yo quiero ir a eso porque es una juerga gratis y me mola.

¿Para qué hacer como que no quieres ir cuando estás perdiendo el culo por ir?

¿ Porqué cuando consigues ir, en vez de decir: de puta madre, voy a esto y me mola. Te pones en plan digno: no me apetece nada, pero claro tengo que ir.

¿Porqué la gente se indigna porque le han invitado después que a otro? El resultado es el mismo. Vais a la misma cena absurda, ¿qué más da el orden de las invitaciones?

No consigo entenderlo.

A mí me han invitado pero por supuesto no voy. Prefiero lapidación. Y además estoy quemando mis naves porque yo SI quiero ir a una chorrada de esas pero en Estados Unidos que hay en mayo. Lo veo chungo..pero lo mismo suena la flauta.

martes, 9 de febrero de 2010

TENER O NO TENER

No hay nada científico, razonable ni lógico en tener o no tener hijos.

Hace tiempo era una cosa puramente física para asegurar la continuidad de la especie.

Ahora no.

Ahora creemos que sabemos lo que hacemos teniendo o no teniendo hijos. Somos guays y valoramos la situación para decidir, los pros y los contras y todas esas chorradas.

Cuando uno decide tener hijos no tiene ni la más remota idea de dónde se mete. Tener hijos no tiene nada que ver con tener hermanos pequeños, sobrinos, una guardería o ser Supernanny. Nada de lo que hayas vivido antes te prepara para saber lo que es tener hijos.

Tienes una pareja y decides que es el momento de tener hijos. Al tomar esa decisión, crees que sabes lo que haces. “Somos una pareja estable, llevamos tiempo juntos, nos queremos, tenemos la edad adecuada, un entorno estable y creemos que es el momento”. ( Por supuesto, también esta la opción, no tengo pareja, quiero ser madre soltera, pero para mi razonamiento da igual una cosa que otra). Todos esos planteamientos previos, son perfectos si fueras a comprarte una casa o un perro. Tener hijos es otra cosa, da igual todo lo que hayas dado por supuesto antes, nada te prepara para lo que es.

Cuando tienes hijos tienes menos tiempo libre, mucho stress, discutes más con tu pareja, el dinero te cunde menos, tu casa parece una leonera en cuanto te descuidas medio minuto, pierdes capacidad de improvisación, pierdes autonomía y sobre todo sabes lo que de verdad es pasar un miedo atroz.

Tener hijos da muchísimo miedo.

Empieza desde el principio con cosas absurdas y provocadas por tu estupidez paternal y el entorno de “consejos para ser padres”.
“Hace mucho que no llora, mira a ver si respira.
Cuidado no se atragante.

No ha querido comer, Dios mío se quedara malnutrido, no crecerá..¿Lo estaré haciendo bien?
¡Se ha dado la vuelta durmiendo! ¿Y si le da la muerte súbita?


Esto es el principio. Si eres medianamente inteligente y no te dejas atrapar por el lado oscuro de la maternidad, consigues salir de esas absurdeces y es entonces cuando viene la parte peor. Cuando realmente eres consciente de todo lo malo que puede pasarle a tus hijos y de lo que no serás capaz de protegerles.

Pensar en todo lo malo que les puede ocurrir provoca una sensación de pánico tal, que hasta te deja sin respiración. Es el miedo más horrible que se puede experimentar. Y si no tienes hijos, es imposible que ni siquiera te hagas una remota idea de lo que es.

De la misma manera, no sabes lo que es querer a alguien, hasta que tienes hijos. Querer más allá de todo.

También puedes decidir no tener hijos. Perfecto.

Lo que hay que saber es que tu decisión se basa en el mismo desconocimiento que el que decide tenerlos. No tienes hijos, no porque sepas lo que es y no quieras eso para ti. No los tienes porque no. Así de sencillo y perfectamente respetable.

Yo me lanzo a tener hijos y no tengo ni puta idea de lo que eso significa.

Tú no los tienes y tampoco sabes lo que haces.

Es así.

lunes, 8 de febrero de 2010

CATCH MY DISEASE.- Ben Lee

Probablemente no lo sabéis, pero esta canción es perfecta cuando vas por el largo 25. Te da la animación justa para seguir nadando a buen ritmo pero sin matarte porque todavía te queda la mitad del camino.

Hoy me he enterado, que también sirve para correr. Por supuesto me lo han contado, para mi, nada merece la pena tanto como para correr tras ello.







Ben Lee parece un mensajero y la del pelo lánguido, está pidiendo a gritos una guitarra y cantar en bolas.