Mark Knopfler, es viejo. Siempre ha tenido cara de viejo. Es serio, muy serio y tiene una voz muy regulera..pero en esta canción me pone los pelos de punta.
sábado, 7 de noviembre de 2009
viernes, 6 de noviembre de 2009
DE CAÑAS CON LA TERCERA REPÚBLICA

Me mola que la chusmilla de montes sea tan animada. No necesitan un millón de mails y proponer 20 fechas para quedar, de un día para otro nos juntamos 8 a tomar cañas y copas y tan contentos.
Me mola que unos amigos míos montaran un bar estupendo donde tiran bien la cerveza, sirven unas copas de lujo y dan de comer de muerte, exactamente a 100 metros de mi casa.
Me mola que losdemontes hayan decidido que es un sitio estupendo para quedar. Me encanta poder ir andando con el ingeniero como si fuéramos novios.
Me mola la clarividencia de mi ingeniero. ¿ hemos quedado a las 8:30? ¿ Porqué tan pronto? Eso tendría sentido si nos fuéramos a ir antes, pero ya nos conocemos..cuanto antes quedemos, más bebemos y la hora de recogerse va a ser la misma pero con más alcohol en sangre”. No se puede ser más listo.
Me mola que tengamos pasta suficiente como para aparte de beber como limas pagar un kilo de entraña y varias raciones de anchoas para empapar el alcohol.
Me mola que algunos de losdemontes me lean y cuando piden algo en la barra me digan: esto es para tu holgura craneal.
Me mola salir de Santoña a las 11 diciendo todos muy convencidos: una copa más en el otro garito y prontito a casa. Me encanta cómo lo decimos en alto a ver si así nos lo creemos.
Me mola llegar a un bar de copas y que haya un concierto.
Me mola la ginebra London no se qué, que E. pidió ayer en mi gintonic.
No me mola que el concierto sea de dos mataos con guitarrita dando la brasa con canciones tristes del tipo: nos miramossss y ella se fueee y yo sufroooo porque soy un tio sensible, aunque canten bien y hagan armonías.
No me mola que canten como si fueran Los Secretos cuando no son los Secretos.
No me mola la camiseta de lenguas de los rolling espantosa que llevaba uno de los mataos marcándole toda la tripa en la que apoyaba la guitarrita. Un poquito de dignidad.
No me mola escuchar hora y media cancioncitas penosas aunque cantéis bien y entonados.
No me mola y no hay necesidad de introducir cada canción contando la historia. En el bar estamos los 8 ingenieros y todos vuestros amigos, vuestra madre y vuestro jefe que os han visto cantar 25 veces. Ellos saben la historia y a nosotros nos la pela. Sois hilo musical.
No me mola que vuestras gruppies, que deben estar escogidas entre las hermanastras de cenicienta, vengan a decirme: ¿ te quieres callar, guapa? Cuando estoy charlando con mi amigo P.
Me mola tener que darme la vuelta y decirle: No, no quiero. Esto es un bar de copas, no el auditorio. Y esos tíos no son Ainhoa Arteta.
No me mola que vengan Papá Pitufo y pitufina a decirnos: ¿ os podéis callar que están trabajando?
Me mola que mi ingeniero se dé la vuelta y le diga: ¿ trabajando? Pero si llevan hora y media llorando con la guitarra. No se ofusca nunca pero cuando se ofusca, es más mono.
Me mola que todo el bar nos odie y nosotros no podamos parar de descojonarnos en la cara de todos los gruppies ofendidos.
Me mola preguntarle al dueño del bar como se llama el grupo y qué me diga: No tengo ni puta idea.
Me mola preguntarle al papá pitufo con camiseta negra indignado con nuestro descojone como se llaman los mataos para poder escribir este post.
Tercera república, sois unos brasas. Y además habéis perdido dinero, si ibais a comisión de copas, os perdisteis las otras dos rondas que nos tomamos en el bar de al lado.
Joder, qué bien me lo pasé.
jueves, 5 de noviembre de 2009
MI “NO VIDA AMOROSA” I : El principio

“En la época de ligoteo, los tíos salen a la caza de las tías (gacelas Thompson). Primero se fijan en la más guapa, la Gacela jefe y obviamente no todos son capaces de cazar/ligar a la más estupenda. Una vez comprobado este hecho por activa y por pasiva, se busca otro objetivo, esto es: la gacela herida. Entre las tías, la herida es la que no liga nunca porque pasa totalmente desapercibida. Está tan agradecida cuando alguien se le acerca que el esfuerzo que hay que hacer para ligársela es prácticamente nulo”
Yo soy una gacela herida de mentira. NO ligaba nada, pero cuando algún incauto se me acercaba creyendo que sería un objetivo fácil yo abría la boquita y los ahuyentaba.
Éxito tras éxito, noche tras noche.
En los orígenes de este desastre podemos situar a “Costi”, ligue de campamento de verano que intentó darme un beso con lengua. Creo recordar que me resistí con fuerza. Supongo que esperaba algo más sugerente que un morreo en medio de la niebla en el Naranjo de Bulnes, supongo también que pensaba que podía desechar esa oportunidad porque tendría miles y por supuesto desconocía la teoría de la gacela Thompson. Creía en mi atractivo, en una palabra.
Bueno, pues allí estaba yo a mi tierna edad de 14 años, desechando oportunidades amorosas. Dejé al pobre “Costi” y me lancé a los brazos de P. que a lo mejor él no lo sabía, pero era gay. Aún así, cuando llegamos a Madrid y por supuesto juramos mantener el contacto desapareció de la faz de la tierra.
Los siguientes años mis padres me mandaron a Irlanda, país en el que debería haberme quedado a vivir porque mis éxitos amorosos fueron francamente impresionantes. Tres años, 4 ligues. Espectacular. Jamás he vuelto a tener ese porcentaje de éxito. Analizado años después, debía ser porque mi sarcasmo en inglés pierde mucha gracia. Estuvo bien, fue divertido y aprendí muchísimo sobre la técnica del beso adolescente de tornillo y el magreo sin control. Recuerdo vagamente a 3 irlandeses y muy intensamente a un francés increíblemente guapo con el que mis problemas de comunicación eran espectaculares porque él no hablaba inglés y yo no tenía ni idea de francés…pero lo menos importante era lo que hablábamos.
Durante 3 años mi vida amorosa era exitosa un mes al año y para mí era suficiente, ¡ menos da una piedra”!
La vuelta a mi rutina molinera, era francamente decepcionante porque el resto de mis amigos/as había sufrido una revolución hormonal en la que parecía que sus hormonas se habían puesto de acuerdo para gustarse y todos se emparejaban con todos. Un sin vivir de fulano sale con mengana, mengana se ha enrollado con zutano, zutana está con fulano. Y yo en medio, viéndolas pasar. La verdad es que estaba peor que pasar, era la confidente de todos los tíos que me molaban: “moli, me gusta mengana”, “moli ayer me enrolle con zutana pero a mí la que me gusta es la otra” y otras cosas peores como " tu es que eres tan maja" que quiere decir no me planteo enrrollarme contigo aunque fueras la única tía sobre la faz de la tierra. Por otro lado como mi vida amorosa era inexistente me compensaba viendo la de los demás. Por supuesto durante este tiempo, me molaron varios que no me hicieron ni el más mínimo caso, probablemente ni me vieron. Otros sin embargo se liaron con mis amigas.
Un buen día de fiestas en Los Molinos, bueno, una noche, acabé enrollándome con un tío conocido como “El Gato”. Fui gacela Thompson total. El tío en cuestión acababa de ser abandonado por una amiga mía y sufría muchísimo, escribía cartas para ella y todas esas cosas patéticas que se hacen con 18 años. Sufría mucho, pero el rollo es el rollo y las hormonas son las hormonas, así que allí estaba yo. El hombre necesitaba un hombro en el que llorar y alguien con quien enrollarse y empezamos lo que por aquel entonces se conocía por “salir”.
Salir, lo que se dice salir, salíamos poco, porque vivíamos a 3 trasbordos de autobuses, íbamos a distintos colegios y como mucho quedábamos un día a la semana.
Nuestra más exitosa cita fue en un concierto de Nacha Pop en Jácara. Recuerdo perfectamente que acudí a dicha cita acarreando mis libros de 2º de BUP, especialmente el de latín que estaba forrado con un ¡¡papel de corazones rosas!! ( quien era yo, madre mía). En fin, durante el concierto no nos separamos de la pared del fondo y creo que conseguí estar un par de horas sin respirar.
Para mi, todo parecía ir sobre ruedas después de ese maratón hormonal. Sin embargo no tenía ni idea de nada. La siguiente vez que me llamó, era para “hablar”. Ahora ya sé que eso siempre es malo, pero en aquel entonces no me lo pareció.
En los orígenes de este desastre podemos situar a “Costi”, ligue de campamento de verano que intentó darme un beso con lengua. Creo recordar que me resistí con fuerza. Supongo que esperaba algo más sugerente que un morreo en medio de la niebla en el Naranjo de Bulnes, supongo también que pensaba que podía desechar esa oportunidad porque tendría miles y por supuesto desconocía la teoría de la gacela Thompson. Creía en mi atractivo, en una palabra.
Bueno, pues allí estaba yo a mi tierna edad de 14 años, desechando oportunidades amorosas. Dejé al pobre “Costi” y me lancé a los brazos de P. que a lo mejor él no lo sabía, pero era gay. Aún así, cuando llegamos a Madrid y por supuesto juramos mantener el contacto desapareció de la faz de la tierra.
Los siguientes años mis padres me mandaron a Irlanda, país en el que debería haberme quedado a vivir porque mis éxitos amorosos fueron francamente impresionantes. Tres años, 4 ligues. Espectacular. Jamás he vuelto a tener ese porcentaje de éxito. Analizado años después, debía ser porque mi sarcasmo en inglés pierde mucha gracia. Estuvo bien, fue divertido y aprendí muchísimo sobre la técnica del beso adolescente de tornillo y el magreo sin control. Recuerdo vagamente a 3 irlandeses y muy intensamente a un francés increíblemente guapo con el que mis problemas de comunicación eran espectaculares porque él no hablaba inglés y yo no tenía ni idea de francés…pero lo menos importante era lo que hablábamos.
Durante 3 años mi vida amorosa era exitosa un mes al año y para mí era suficiente, ¡ menos da una piedra”!
La vuelta a mi rutina molinera, era francamente decepcionante porque el resto de mis amigos/as había sufrido una revolución hormonal en la que parecía que sus hormonas se habían puesto de acuerdo para gustarse y todos se emparejaban con todos. Un sin vivir de fulano sale con mengana, mengana se ha enrollado con zutano, zutana está con fulano. Y yo en medio, viéndolas pasar. La verdad es que estaba peor que pasar, era la confidente de todos los tíos que me molaban: “moli, me gusta mengana”, “moli ayer me enrolle con zutana pero a mí la que me gusta es la otra” y otras cosas peores como " tu es que eres tan maja" que quiere decir no me planteo enrrollarme contigo aunque fueras la única tía sobre la faz de la tierra. Por otro lado como mi vida amorosa era inexistente me compensaba viendo la de los demás. Por supuesto durante este tiempo, me molaron varios que no me hicieron ni el más mínimo caso, probablemente ni me vieron. Otros sin embargo se liaron con mis amigas.
Un buen día de fiestas en Los Molinos, bueno, una noche, acabé enrollándome con un tío conocido como “El Gato”. Fui gacela Thompson total. El tío en cuestión acababa de ser abandonado por una amiga mía y sufría muchísimo, escribía cartas para ella y todas esas cosas patéticas que se hacen con 18 años. Sufría mucho, pero el rollo es el rollo y las hormonas son las hormonas, así que allí estaba yo. El hombre necesitaba un hombro en el que llorar y alguien con quien enrollarse y empezamos lo que por aquel entonces se conocía por “salir”.
Salir, lo que se dice salir, salíamos poco, porque vivíamos a 3 trasbordos de autobuses, íbamos a distintos colegios y como mucho quedábamos un día a la semana.
Nuestra más exitosa cita fue en un concierto de Nacha Pop en Jácara. Recuerdo perfectamente que acudí a dicha cita acarreando mis libros de 2º de BUP, especialmente el de latín que estaba forrado con un ¡¡papel de corazones rosas!! ( quien era yo, madre mía). En fin, durante el concierto no nos separamos de la pared del fondo y creo que conseguí estar un par de horas sin respirar.
Para mi, todo parecía ir sobre ruedas después de ese maratón hormonal. Sin embargo no tenía ni idea de nada. La siguiente vez que me llamó, era para “hablar”. Ahora ya sé que eso siempre es malo, pero en aquel entonces no me lo pareció.
Allí que me fui, tan ufana con mis hombreras y mis vaqueros nevados, a la cafetería “Chiquito” de Madrid. Llegué y me soltaron el repertorio entero de clásicos: no eres tú, soy yo, te mereces a alguien mejor, no estoy preparado…blablablá. Salí llorando y pensando qué era superdesagraciada.
Lo que nunca pensé, es que 20 años después me descojonaría al contarlo en mi blog.
Y hasta aquí la primera parte de “mi no vida amorosa”. A lo mejor continúa.
Y hasta aquí la primera parte de “mi no vida amorosa”. A lo mejor continúa.
Conocidos que me leeís de aquella época..dado que no tengo vergüenza, admito comentarios aclaratorios sobre ese momento tan patético de mi vida.
miércoles, 4 de noviembre de 2009
RENDEZVOUS.- Bruce Springsteen.
Hoy he ido a nadar con mi nuevo más mejor amigo, mi mp3 acuático. Me he hecho 50 piscinas más feliz que una perdiz. La última canción que ha sonado, es ésta, de Bruce, que me encanta y me anima mucho.
He salido de la piscina muy contenta y me he ido al vestuario llena de buen rollismo. Dos provectas ancianitas de la ciudad imperial estaban sentadas en bañador en los bancos, haciendo cuentas con dinero y pasándose papeletas de alguna asociación: " puri debe 50", " yo te doy 40 y tu a mi 20", " guarda estos 30".
Voy a la ducha, vuelvo cantando y siguen con sus dineros y sin saber cómo he abierto la boca y he dicho:
- ¿Qué? ¿ Echando las cuentas de la vieja?
He salido a vestirme al pasillo, no sé si podré volver a la piscina. ¿ Me dejaran vestirme en el de tíos?