miércoles, 17 de junio de 2009

DESDE RUSIA CON AMOR

Cuando era cani hice una función en la guardería en la que íbamos disfrazadas de cosacas. Por supuesto yo no tenía ni idea qué eran cosacas pero me encantó el disfraz: una falda larga, una camisola blanca y unos lazos rojos en la cabeza en los que mi madre me había cosido unas flores de papel pinocho que me encantaban. Creo que tengo foto de esto, la buscaré.

Ese fue mi primer contacto con Rusia, algo me debieron contar en la guardería porque cuando me preguntaban a dónde quería ir yo ( que era muy repipí) contestaba: "quiero ir a Moscú a pasear en un trineo tirado por caballos". Lo dicho, para abofetearme.

Más tarde leí “La Reina de las Nieves” de Andersen y para mí aquello con tanta nieve y tanto frío tenía que ser Rusia. Estaba deseando ir allí.

Después vi “Guerra y Paz” con Mel Ferrer, Audrey Hepburn y Henry Fonda. Me encantó la película y Mel Ferrer me pareció el tío más atractivo del mundo. Reconozco que era repipi y con un gusto para los tíos muy raro. El caso es que allí estaba otra vez: Rusia, Moscú, los nobles, los palacios, las estepas y los trineos. Me encantaba. Los franceses podrían creerse el centro del mundo pero los rusos eran unos valientes que habían acabado con ellos y tenían un país precioso. Así era yo, repipi con mal gusto para tios y basando mi juicio histórico en una peli de Hollywood.

Cómo además también era gafapasta me lancé a la literatura rusa: “Guerra y Paz”, “ Crimen y castigo”, “Anna Karenina”, “ Los hermanos Karamazov” ( no leáis este último, es un coñazo impresionante), “ El idiota”, “El jugador”. Festival de literatura rusa. Aquello estaba muy bien para empaparte de buena literatura y para aprender algo de historia rusa pero poco práctico porque del país que retrataban estas obras no quedaba nada.

Después, por supuesto, vino “ Doctor Zhivago” y aquello fue el acabosé de amor a las estepas. Yo quería ir a morirme de frío allí ( por cierto en la Alhambra el otro día entre novia y novia me encontré con Omar Sharif). Con esta peli aprendí que la infidelidad pasa incluso entre los mejores y que no todos los rusos eran buenos, es más, algunos podían ser malísimos.

Con la típica inconstancia veinteañera abandoné a mis rusos y me lancé a por América, pero esa es otra historia.


Hace un par de años leí “ Stalingrado” de Anthony Beevor y descubrí varias cosas: que no tenía ni idea de la historia de la II Guerra Mundial, que Ucrania está aproximadamente a unos 8000 km de dónde yo creí que estaba y que Rusia es un país durísimo. Me encantó el libro y aprendí muchísimo y pensé que los alemanes eran unos cabrones con pintas. Después leí “Berlín” y la cosa se equilibró bastante porque los rusos tampoco eran unas señoritas Pepis. Pero de esto ya hablé aquí.

El caso es que ahora estoy leyendo “ El imperio” de Ryszard Kapuściński ( si, si, el mes pasado leí otro suyo, ahora además de repipi soy un pelín obsesiva). Trata sobre la Unión Soviética porque está escrito en 1990 justo cuando se desmoronó todo ese conglomerado y se formó la Federación Rusa y un montón de repúblicas desconocidas se independizaron.

Puede que alguno de los que me lee sea un erudito en la materia, pero es obvio que yo con mis antecedentes tenía un desconocimiento absoluto sobre esa inmensidad que comúnmente llamamos Rusia y estoy fascinada con el libro. He tenido que sacarme un mapa por internet porque no sabía dónde estaban las ciudades, ni las provincias. En el cajetín de geografía rusa de mi cabeza solo había imágenes de gente en trineo arropados con mantas de pieles y gorros ideales.

He aprendido que Bakú, la capital de Azerbayan, está asentada sobre un inmenso pozo de petróleo y que fue allí donde los hermanos Nobel, ( los de los premios) hicieron su fortuna, es más la calle principal de Bakú se llama Nobel Pros. Había tanto petróleo y cómo no sabían como encauzarlo, rodeaban los pozos de diques y hacían pantanos de crudo que muchas veces desbordaban y provocaban ríos de petróleo que llegaban al mar.

He aprendido que también en Turmekistán, sus dos millones de habitantes viven en torno a los 5 oasis que hay en el desierto que es todo su territorio. Buscadlo en google maps y flipad. La capital es Ashjabad. Ahora sé que hay una región en Georgia, que se llama Abjazia y que es como Mónaco, como la Riviera francesa.

He flipado con la historia de Kolymá, región noreste de Siberia dónde durante el stalinismo murieron 3 millones de personas en la explotación de minas y en el intento absurdo por parte de Stalin de construir una carretera entre Magadan y Yakust. Está contado aquí, ( en el blog de Anfrix).

Y para cerrar el círculo, he aprendido como la historia no terminaba con el “ The end” de la peli de Guerra y Paz. A raíz de la victoria de los rusos, el zar Alejandro I acometió la construcción del Templo del Cristo Salvador, los trabajos duraron 45 años y el resultado fue una mole impresionante con la altura de un edifico de 32 pisos ( se terminó de construir en el año 1883) , los muros tenía 3, 2 metros de espesor, estaba cubierto de mármol y cobre, con una enorme cúpula coronada por una cruz del tamaño de 3 pisos. Dentro ardían 3000 candelabros y había un iconostasio hecho con 422 kilos de oro. Existió 48 años porque Stalin mandó demolerlo para construir el Palacio de los Soviets que nunca llegó a hacerse.

En resumen, es un libro estupendo del que se aprende muchísimo a pesar de que desde que fue escrito en 1900 muchas cosas han cambiado allí aunque me temo que no para mejor. Es un libro excelente para cualquier lector con un mínimo de interés por algo más que su propio ombligo.

Poco a poco y gracias a la literatura creo que superaré mi atracción por Mel Ferrer.

martes, 16 de junio de 2009

RUTINA QUEBRADA

La rutina está mal vista. Los perroflautas, carajipis y demás chusma que vive por la cara disfrazándolo de libertad se permiten mirarte por encima del hombro y decir cosas como: “ yo es que paso de caer en la rutina, a mi me gusta la aventura y poder hacer mil cosas”. Por supuesto esa libertad y aventura está normalmente financiada gracias a la capacidad parasitaria del mencionado carajipi. Además, les gusta la aventura pero si pueden quedarse a comer en tu casa de gorra hoy y mañana en la de tu prima y pasado en la de la abuela del tío que han conocido en el metro pues mejor que mejor.

Aunque pueda parecerlo, no es un post contra los jetas, estoy demasiado cansada. Es un post reivindicativo de la rutina, de mi rutina. A mi me mola saber qué voy a hacer cada día. Tener claro mis actividades me da calma y tranquilidad. Eso no quiere decir que sea una Rottenmayer y que si alguien me llama para algo inesperado vaya a decir que no, o me niegue porque “rompe mis costumbres”. Todo en su justa medida.

La rutina me permite descansar. Sé lo que tengo que hacer y cuando, y por lo tanto sé que rato tendré para leer, dormir, rascarme el dedo gordo del pie o desnucarme en el sofá hasta que babee. Me mola mi rutina.

Cuando se me rompe me pongo de mal humor, si además se rompe en varios aspectos y para rematarlo hace 40 grados directamente me pongo intratable.

Ayer fue un día de esos.

Volvimos de Granada el domingo machacados. Princesas al sobre rápidamente y nosotros al sofá. A las 12 a la cama, pero paso por el cuarto de las princesas a saborear ese momento en el que son tan monas y a Urgencias con M. A la mierda la rutina, empiezo a estresarme.

Vuelvo a las 2 de la mañana, me desplomo a dormir para descubrir a partir de las 3 y media que esta noche no me toca dormir. M. está mala, así que festival de la maternidad, arriba y abajo, cambia sábanas, pon termómetro, vasos de agua, mimos y caricias todo intercalado con breves cabezadas y todo tipo de juramentos contra el ingeniero y su sueño a prueba de responsabilidades paternales.

A las 7 de la mañana es obvio que M. está bastante mala, lo que quiere decir que la rutina del lunes no se va a cumplir. Ante esta perspectiva yo opto por cabrearme y sufrirla, el ingeniero es más de la opción “ obviemos los síntomas que no nos convienen y sigamos con nuestra rutina”.

- Yo me tengo que ir a trabajar
- Yo también
- Que no vaya al colegio
- Ya, y aparte de lo obvio ¿ cómo vamos a organizarnos?

Asi que a las 7 y 15 ya hemos tenido pelea. Fenomenal. Sin rutina, sin dormir y hostilizada..lo mejor para empezar el día.

Las princesas se levantan. C. que está bien no quiere ir al cole, y M. que está a morir si quiere ir. Estupléndido. Gritos, discusiones, termómetros, fármacos e instrucciones.

Al coche. No funciona la aguja de la gasolina, o eso o mi coche está a régimen, con un tercio del depósito me he hecho 900 km. Lo que me faltaba, quedarme tirada.

Llego al curro. Llamo a casa, M. sigue mal, el ingeniero me llama para saber cómo está M. Me hostilizo más.

Muchos pesados en el curro, “¿qué te pasa? Estas seria” “ pues ya ves no estoy de humor”. Ni les interesa ni quieren saber que me pasa pero cómo estoy cerca del poder me tienen miedo y más si estoy de mala leche. No saben que cuando estoy simpática soy mucho más peligrosa.

Por fin me dan hora en el pediatra, me voy antes del curro dejando colgada a mi compañera. Llego a casa, recojo a M, la llevo al médico: “ puede ser que sea celiaca, que no coma gluten, ni patatas, ni arroz”. Teniendo en cuenta que no puede comer ni huevo ni pescado tengo una visión de mis menús en un futuro y lloro.

Llego a casa, baño a las princesas y el ingeniero me llama que no se encuentra bien y que no puede ir a la compra.

Me voy yo. En el supermercado deben regalar las cosas o la gente no tiene amigos porque está absolutamente petado. Lleno el carro, busco cosas sin gluten, sin huevo, ni pescado y que no sean derivados del petróleo, por un momento busco la cámara oculta porque tengo el síndrome del concursante: por 2 euros intente llenar el carro cumpliendo todos estos requisitos.

Salgo con el carro, pesa mucho..es cuesta abajo, las sandalias patinan, intento hacer contrapeso, el carro se descontrola, me abro de piernas y me meto la gran leche empotrando el carro contra un coche.

Me pongo de pie, me sangra un dedo del pie, lloro. Lloro muchísimo.

Llego a casa, saco las bolsas, hago dos viajes a casa y cuando por fin cierro la puerta de casa, me miro en el espejo y descubro que del espatarramiento para intentar evitar la caída y el choque contra el coche se me han rajado los vaqueros y voy enseñando el culo.

En días así me gustaría ver a un perroflauta disfrutando de la aventura de mi rutina.
Eso sí, a escribir el post me dió tiempo.

lunes, 15 de junio de 2009

MALAS IDEAS.

El sábado, por circunstancias familiares que no vienen al caso, estaba a las 7 y media de la tarde a 40 grados a la sombra sentada debajo de un arbol en la Alhambra. A mi alrededor, aparte de mi amplia familia política, hordas de guiris paseaban con la lengua fuera admirando los Palacios Nazaríes, el Palacio de Carlos V y la Alcazaba.
Rojos como langostinos, vestidos con exiguos pantalones y camisetas de tirantes que permiten ver sus hombros carbonizados son inconfundibles. Los pobres quieren disfrutar de lo que ven, pero pasado un rato a esa temperatura sus funciones neuronales empiezan a bloquearse y los ves caer rendidos delante de las máquinas de refrescos que oportunamente están dispuestas a lo largo del recinto.

Pues allí que estaba yo observando esa fauna cuando empecé a ver gente trepada en unos tacones imposibles, mujeres pintadas como si se acabara el mundo y hubieran dicho “ me voy a poner todos los potingues porque total mañana se acaba el mundo y va a ser una pena que esta raya azul celeste para el ojo y este rimel verde fosforito se queden sin usar”, hombres con chalecos morados a juego con corbata a tono y pañuelito….todo era muy raro.

Hasta que todo cuadró. Calculo que el sábado vi a todas las novias de Granada hacíendose fotos en la Alhambra Qué espectáculo, los pelos como escarpias.

Las bodas son un terreno abonado para cometer errores garrafales de los que no te vas a poder olvidar en tu vida porque para empezar has contratado a un tío que te retrate desde que te vistes hasta que tus invitados vomitan por las esquinas. Ese es el primer error, contratar un fotógrafo.

El fotógrafo de las bodas es un tío al que le pagas un pastizal indecente y encima no puedes hacer lo que quieres, porque él es “artista”. Los artistas son peligrosísimos. Sin saber cómo, de repente, te ves posando de espaldas al novioen un escorzo anatomicamente imposible, el velo extendido por el suelo poniéndose asqueroso ( una de las novias literalmente se quedó pegada a la fanta que mi hija C. convenientemente había esparcido antes) y con tu ramo posado sobre ese velo mientras los dos lo mirais arrobados como si fuera un prodigio de la naturaleza. El tío de la cámara dice que es “ artístico” y tú te lo crees. Y lo que es peor, le vas a pagar las fotos a precio de oro.

El otro día, en la Alhambra, vi a un fotógrafo que hizo posar a los novios, ella sentada en un poyete y él con la pierna apoyada en ese poyete y quitándose las gafas mientras la miraba por encima de ellas como si la acabara de descubrir. Espeluznante.

Se me olvidaba hablar de las invitaciones de boda: sencillez. A mi modesto entender enviar papel imitando pergamino con letras grabadas en oro que reproduzcan un mensaje supuestamente cálido y original del tipo “ el mar y la orilla se encontraron y nunca más pudieron separarse” o “ yo no sabía dónde quedarme hasta que tu me encontraste” debería estar penado con la cárcel.

Otro error es dejar libre albedrío al novio para vestirse. A él le da igual, pero probablemente la madre quiera que vaya como un príncipe…de Bel Air claro. Ya lo he dicho más veces, la originalidad mal entendida es peligrosísima: corbatas moradas a juego con chalecos, cuellos de la camisa a juego con calcetines, pañuelos de fantasía anudados al cuello y pajaritas fosforescentes pueden hacer que te replantees muy seriamente si de verdad te quieres casar con un tío que tiene tal confusión cromática.

El tercer error es muy común, las novias creen que cualquier vestido las hará más guapas. Falso. Si eres una cuerpo estufa y te pones un vestido con más capas que una cebolla parecerás un hobitt, si tienes los brazos de Stallone y llevas un vestido palabra de honor darás miedo y si tienes cara de pajarito y te pones un tocadito con plumas parecerá que has anidado. No olvides nunca que la gente miente: “ estás guapísima”..es casi siempre mentira.

Todos sabemos que para ti es un día importante, pero para los demás no lo es tanto. Probablemente lo pasen bien y les gusta estar contigo en ese día..pero no va más allá. Regalitos de boda en plan “ chuchi e isa” inscrito en dorado en un bloc de papel reciclado es mala idea, la cesta de caramelitos rancios con la figurita de los novios es innecesaria completamente y la flor de plástico con el menú grabado en rosa es directamente para ir al infierno.

No sé porqué la gente se empeña en hacer esta mierda de regalitos, ¿ para compensar el gasto a los invitados? No me parece bien, te gastas pongamos por ejemplo 150 euros y ¿ esperan que te compense por el set de manicura en funda de polipiel? Me parece poco realista.

Por supuesto estoy totalmente en contra de cosas como permitir que los camareros se pongan en pasillo encabezados por el maitre y los novios desfilen para ir a su mesa al son de la marcha nupcial, estoy en contra de cortar la tarta con sable y de brindis casposos del tipo: “ Pepe, te quiero..eres la luz de mi vida y espero que seamos muy felices”. Cursilismos los justos.

Si has decidido casarte con un tío vestido de verde botella que lleve los zapatos a juego con tus pendientes, has contratado al fotógrafo más artístico de tu barrio, te has hecho fotos mirando a dos jilgueros de plástico piar y vas a cortar la tarta con una katana..te deseo que seas muy feliz pero a mi no me invites.

Mira el lado bueno, te ahorraras mi bolsa de lavanda seca para perfumar el armario.

viernes, 12 de junio de 2009

MATERNITY (XXIX): A la playa


Consejos para ir a la playa y no terminar con un ataque de nervios y llorando en la orilla
  • Borra de tu mente cualquier recuerdo de experiencias anteriores en la playa. Tómatelo como si fuera la primera vez que vas a la playa. Si no lo haces, y comparas tu actual experiencia playera con cualquiera que hayas tenido anteriormente, incluídas las que tuviste cuando tenías 6 años, acabarás llorando de frustración.

  • Vete a Ikea y compra una bolsa de playa que tienen por 0, 95 que no es ni bonita, ni estilosa, ni cómoda de llevar pero en ella cabe "casi todo" lo que tienes que llevar en esta fascinante y nueva experiencia.

  • Olvidate de " me levanto y en media hora estoy en la playa". Ahora desde que te levantas hasta que llegas a la playa pasarán facilmente un par de horas, es más tendrás la sensación de que más que bajar a la playa te mudas de casa cada día. Tienes que preparar bolsas y bolsas de cosas que obviamente no son para ti.

  • Olvida la experiencia de coger la toalla, el libro, la crema y a la playa. Si persistes en no olvidar experiencias anteriores, cogerás el libro, la toalla y la crema, para descubrir al final del día que no has leído nada, tu toalla no ha salido de la bolsa y estás totalmente abrasado porque a pesar de tener la sensación de llevar todo el día con crema en las manos, te has olvidado de darte a ti mismo.

  • No olvides llevar suficiente ropa como para vestir a tus fieras durante una semana. Si cometes el error de olvidar este importante paso lo pagarás caro. A la media hora de estar en la playa tendrás a tus fieras "en culos" porque la arena en la que se han rebozado les pica y después de gritar " mamiiiiiii me picaaaa el culooooooooooo", se habrán quitado los bañadores. Además como no te ha dado a quitarles la camiseta y se han lanzado rapidamente al agua tienen la camiseta empapada, asi que ya los tienes sin camiseta para llevarlos al restaurante y en culos. Si además tus hijos son muy como las mías, resultará que de buenas a primeras tienen frío en la playa así que entre la media docena de camisetas acuerdate de llevar alguna de manga larga. Por supuesto hay que meter gorra, pañuelo ( por si pasan de la gorra) y gorro...al final querrán ponerse el que lleves tú pero da igual, si cometes el error de no llevar su gorra de Pokemon te darán la barrila todo el día.

  • La arena no es tu enemiga, eso era antes, cuando eras ideal y monísima y bajabas a la playa a ponerte morena y relajarte en tu toalla. Por aquel entonces no entendías que la gente se alquilara una tumbona, total " estiro la toalla y me tumbo y no tengo nada de arena en la toalla". Jajajajaja, prueba a tumbarte en la toalla a ras de suelo ahora. En 2 nanosegundos tendrás a tus fieras encima rebozados de arena y tú con ellos. Tienes dos opciones, intentar que los adopten los de la sombrilla de al lado ( cosa que puede que hagan si continúas llorando) o dejarte llevar y resignarte a tener arena hasta en el píloro. La opción alquilar hamaca puedes contemplarla, pero que sepas que los que se tumbarán serán las fieras.

  • Hacer castillos, tuneles, piscinas, enterrar gente, moldes de tortugas, lagartos, cangrejos, delfines y flanes de arena es un plan divertidísimo. Intenta acordarte de lo que te gustaba cuando tenías 5 años. Sé que es una etapa que queda lejos, pero recupérala porque te lo vas a pasar bomba.

  • El baño, ese gran momento. Olvida cuando te levantabas de tu toalla, apartabas el libro o el periódico, mirabas al horizonte y tranquilamente caminabas hasta la orilla mientras mirabas al inmenso azul que te iba a acoger y refrescar, tú no lo sabías pero no era para siempre. Ahora tienes dos opciones: arrastrar a tus fieras vociferando y gritando como si fueran a despellejarlas al tiempo que aletean intentando quitarse los manguitos porque " nooooooo....me da miedoooooo", " no me quiero bañarrrrrrr"...o la opción dos, recuperar esa sensación de dedos envejecidos porque llevas en el agua 2 horas, no hay manera de sacar a las fieras " otraaaa olaaaaaa". Están tan a gusto en el agua que incluso te planteas que puedan desarrollar agallas.

  • Desaconsejo muchísimo ir a la playa con menores de 1 año. Sólo la impedimenta para intentar pasar medio día en la playa es suficiente como para desanimar a cualquiera: sillita para que duerma, hamaquita para que se siente, bañerita por si se quiere mojar, toalla para tumbarle, una legión de juguetes, el biberón del agua, el biberón de la leche, media docena de chupetes, los pañales, el cambiador, las toallitas, la muda, el gorrito y cualquier otro gadget que como padre primerizo crees que vale la pena llevar para que tu fiera pase un buen rato y sobre todo te deje tranquilo un rato. Olvidalo, no funciona. La playa será una tortura china y además te habrás provocado una lumbalgia de cargar con tanto peso. Por supuesto la pelea conyugal está garantizada: " ¿ qué no has traído la tienda de campaña especial para bebes que permite el paso de los rayos Gamma que favorecen el crecimiento capilar? " "No, estaba cargando con la nevera especial contenedor de comida infantil". " Mañana no vengo" " Pues yo menos". No merece la pena, la piscina está más a mano y no necesita tanto trasto.

  • Lo que se te va a poner más moreno es la espalda, eso pasa cuando en vez de estar todo el día tumbado leyendo estás todo el día en la orilla haciendo castillos. Date protección 30.

  • Olvida cuando la gente te miraba con admiración. Bienvenido a que la gente te mire o bien con pena si la que lloras eres tú de desesperación, o con cara de odio si son tus niños los que berrean a la hora de la siesta.

  • Si consigues algún momento de calma porque caen dormidos, no te confies, los elementos están contra ti: se nublará y se levantará una desagradable " brisa antiprensa" que impedirá que leas el periódico. Resignate.

  • Recoger conchas es divertidísimo. Tener conchas como para alicatar tu salón es fascinante. Encontrar conchas en las sábanas cuando te acuestes es estupendo. Tirarlas porque estás hasta el moño de las putas conchas es mala idea. " Mamiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii ¿ y miz conchazzzzz?????, ¿ laz haz tirado?????".


Las buenas noticias es que a partir de los 3 años la situación mejora muchísimo, así que adoptadlos con 3 o hasta entonces pasad las vacaciones en la montana.