lunes, 18 de mayo de 2009

SATURACION DEPORTIVA

Me cae bien Nadal aunque me parece más simpático Djokovik y Federer tiene más clase y es más elegante.
El tenis resulta entretenido un rato y sobre todo es buenísimo a la hora de la siesta. Te tumbas, empiezan con la pelotita a un lado y a otro, te adormilas y cuando te despiertas, al cabo de 2 horas, ahí siguen sudando como cerdos y destrozados y tú totalmente reconfortada de tu sueñecito. Lo que ya me parece excesivo es que para ponerte un partido de Nadal el previo dure una hora y te lo pongan desde que sale de su casa. Pobre hombre, con la cámara a la chepa todo el día. Los comentaristas de tenis solían tener bastante clase pero últimamente están cayendo en el lado oscuro y se están convirtiendo en frikis, Nadal gana y entonces los demás son unos mierdas, y no se dan cuenta de que menospreciando al enemigo le restan valor a Nadal. Si los demás son malos ¿qué mérito tiene Nadal? En fin, supongo que esto es un pensamiento complejo alejado de la capacidad intelectual de cualquier comentarista.

El germen de esta lacra de comentaristas está en el calvo de Tele5. Todo empezó como una broma. “Tío, hemos comprado unos derechos de Formula 1 que no quería nadie en España porque esto no lo ve ni panete. Por lo visto hay un tio de Asturias que le ha caído en gracia Briattore y le ha dado un cochecito, a ver si lo vendemos bien y los domingos por la mañana nos ve alguien. Lo importante es venderlo como si fuera bueno, que parezca que nos creamos que el tío es la pera”.

Y les salió bien. Supongo que hicieron un casting y el calvo ganó. Le pusieron los auriculares y le dijeron: véndenos la formula 1 y lo hizo de puta madre, tan de puta madre que se lo creyó y se le caían las lágrimas al acercarse a su héroe. Patético.

Además del calvo metieron unos expertos ( jajajaja) y tuvieron suerte porque allí ya había muchas tías neumáticas más o menos desnudas o enfundadas en monos de lycra, de esos que a los tios les sugiere romperlos con su herramienta. Calvo y tias en cueros= éxito asegurado. Lo único que no consiguieron fue que el asturiano fuera simpático y que al verle no pensaras inmediatamente en una estufa. ¿ cómo se puede tener tan poco cuello?

Tuvieron suerte porque al asturiano le tocó un coche que corría así que ganaba todo, el calvo se emocionaba, los tíos se emocionaban y a los de tele 5 se les ponían los ojos como al tío Gilito. Ahora que se ha visto que el asturiano no es tan bueno y que el éxito tiene más que ver con lo tuneado que lleves el coche, ya da igual porque los tíos han cogido la inercia y se levantan a cualquier hora a ver la carrera o los “ entrenos”.

¿Entrenos? ¿Por qué ahora de repente se dice entrenos? Toda la vida diciendo entrenamientos y ahora es entrenos. ¿ Porqué motivo? Ni idea, será para ahorrar letras.

¿ El futbol? Soy del Real Madrid pero con criterio. ¿ Qué quiere decir eso? Pues que si gana me parece estupendo pero si pierde me da exactamente igual. Por supuesto no organizo mi agenda en función de si hay o no partido y siempre prefiero ver otra cosa antes que un partido de futbol en la tele. Podría verlo con un buen plan, merendola, cervecita, y charleta y el fútbol de fondo. Pero no, ahora hay que ver jugar a Messi o al que sea cómo si fueran pasos de semana santa. Silencio sepulcral, hay que tener cuidado hasta cuando masticas las patatas y además sólo puedes comer de lo que tienes cerca, cómo te incorpores para probar el guacamole que te pilla más a desmano e impidas la visión del banderín del corner durante medio nanosegundo todo tipo de exabruptos caerán sobre ti: la próxima vez a un bar..aqui no hay quien vea futbol..así no hay manera.

Por supuesto el silencio sepulcral no incluye la radio. Los comentarios de una panda de descerebrados que parecen tener la misma actividad cerebral que una lagartija en hibernación se escuchan como si fueran el oráculo de Delfos: “ lo importante ahora sería marcar”, “ es importante mantener la portería a cero”, hasta el final no se termina…etc. Yo me subo por las paredes pero los que supuestamente necesitan oirlo no son permeables a ese tipo de sandeces.

He comprobado que además cuanto más deporte se ve, más deporte se quiere ver. Crea adicción. Ya no es solo el Madrid es cualquier partido de futbol, ya no es Nadal, es cualquier partido de tenis desde cualquier torneo de mala muerte, ya no es Alonso, son las carreras de coches de cualquier sitio. A cualquier hora. Da igual.

A ver si comemos pronto que quiero ver la final de esgrima con florete entre el representante de Azerbayan y el de Bielorrusia. Y luego ponen el previo del partido de mañana y los entrenos de Alonso. En medio a ver si me da tiempo a ver como Nadal se ata el pañuelo a la cabeza”.


Cariño, llevamos a las niñas al cine a las 4”.
¿ a las 4? ¿ a la hora de la siesta? ¿ hay que ir? Bueno, ve tú y yo os recojo al final.


Voy a ver si afeitándome la cabeza y embutida en un mono de cuero tengo más éxito la próxima vez.

sábado, 16 de mayo de 2009

MÁS BRUCE: FIRE

Dentro de exactamente 2 meses y medio estaré otra vez viendo a Bruce en Valladolid. Ya estoy empezando a ponerme nerviosa.

viernes, 15 de mayo de 2009

SAN ISIDRO LABRADOR Y PIENSA EN GUIRI

Cuando vives en una ciudad y trabajas en otra vas a contracorriente, no tienes las mismas fiestas que tu familia y tus amigos y eso tiene sus ventajas y sus inconvenientes.

Hoy por ejemplo es San Isidro, fiesta en Madrid y pueblos adyacentes que hayan decidido ajustar sus festivos a los de la capital. En la ciudad en la que trabajo por supuesto no es fiesta, 86 km no lo podemos considerar adyacente y además es otra comunidad autónoma con sus costumbres particulares y su hecho diferencial y blablablablabla.

El mayor inconveniente de no compartir los festivos es que cuando es fiesta en Madrid, me levanto en una ciudad fantasma. Vivo en el centro de Madrid, en una calle ruidosa con mucho tráfico y muchísima gente pasando. Normalmente cuando salgo de casa, veo hordas de gente salir del metro, conductores estresados y muchas personas con cara de vivir en las afueras y haber madrugado muchísimo para llegar temprano al centro de Madrid. Hoy sin embargo me levanto para descubrir el silencio, no hay coches, nadie sale del metro y cuando salgo al portal soy la única pringada que se va a currar, me siento desgraciada.

A esto se suma que las princesas se han levantado y están en éxtasis porque el ingeniero está en casa a la hora del desayuno. Me ignoran. El ingeniero es mucho más divertido, hace el tonto ( porque no está estresado con llegar tarde) y además les da para desayunar nocilla, porque cómo él se zampa 16 galletas untadas con nocilla no puede decirles que no. Así que descubro que yo soy algo así como la Srta Rottenmayer y el ingeniero es el Abuelo de Heidi. Desagradecidas. Creo que cuando he cerrado la puerta se sentaban a ver La sirenita los tres juntos, no me han dicho ni adiós.

Otro de los inconvenientes es que llevo semanas oyendo hablar del puente de San Isidro.
- ¿ qué vais a hacer?
- Nada, yo no tengo puente
- ¿ y eso?
Me preguntan asombrados a pesar de que saben que llevo 8 años, 5 meses y 15 días trabajando en otra comunidad autónoma. Cuando ven mi mirada de odio conectan el cerebro y dicen…ahhh , claro que allí no es fiesta.

El último de los inconvenientes es que, cuando llego a casa de currar, cómo el ingeniero ha estado todo el día con las princesas, según abro la puerta me dice:
- bueno, ahora encárgate tú que yo llevo todo el día.
Y por el tono que lo dice parece que vengo de un balneario y que él es el que ha estado currando.

Las ventajas son que hay cero tráfico y que no suena el teléfono porque si en Madrid es fiesta todo se para. Alucinante.

Por el contrario cuando es fiesta en donde trabajo por los problemas son otros.

En primer lugar, cuando digo:

- el martes no trabajo.

La gente me mira y me dice:

- joder, cómo vives.
- ¿ Joder como vivo?, te recuerdo que ni he tenido san isidro, ni el puente de mayo para mi es como una semana santa ni tengo fiesta el día de la Almudena.

Suelo poner un tono bastante amenazador cuando digo esto porque la gente se acojona, cuando quiero puedo dar muchísimo miedo.

En segundo lugar como sólo estoy yo de fiesta el ingeniero y mi madre consideran que es el día ideal para los “podrías”: podrías ir a mirar lo del seguro del coche, podrías acompañarme al médico, podrías ir venir conmigo a comprar visillos, podrías ir a la compra.
Es decir, que si les haces caso y les dejas que te minen la moral, tú día de vacaciones se convierte en un día de recados de Maruja. Un asco.

La táctica para no caer en las garras de los “podrías” es “pensar en guiri”. ¿ Qué harías en tu ciudad si fueras guiri? Desde luego no irías a pasar la ITV porque no tendrías coche, no irías a recoger a las niñas al colegio porque habrías viajado sin hijas y no irías a la compra porque estarías en un hotel.
Descartado lo que no harías hay que pensar en guiri. Os lo recomiendo, es una técnica genial. Mi último día festivo no compartido con la ciudad de Madrid lo aproveché yendo a desayunar a una cafetería con el periódico, atravesé el Retiro andando para llegar a ver el Caixa Forum, me compré libros en la cuesta Moyano, entré al Thyssen a ver una exposición, comí con una amiga y fui al cine. Llegué a casa a mi hora habitual para reengancharme a mi rutina de madre.

- ¿ Qué has hecho hoy?
- El guiri.

El próximo día 1 es fiesta en mi curro y ya tengo pensando lo que voy a hacer.

jueves, 14 de mayo de 2009

ENVIDIA

envidia.
(Del lat. invidĭa).
1. f. Tristeza o pesar del bien ajeno.
2. f. Emulación, deseo de algo que no se posee

Soy envidiosa, lo reconozco. No lo tengo por una de mis virtudes como el rencor o el afán de venganza pero tampoco creo que sea tan malo. Creo que la envidia tiene mala fama. Todo el mundo niega ser envidioso igual que niega ver los programas del corazón.

A mi me parece imposible no ser envidioso. Es imposible no “emular, desear de algo que no se posee”. Si se pudiera entonces todos iríamos por la calle sintiéndonos los tíos más afortunados del planeta y mirando por encima del hombro a los demás, así que seríamos unos engreídos y estaríamos otra vez en el mal camino. Los engreídos caen mal porque son unos chulos, los envidiosos son más poquita cosa, van encorvados y te miran con el rabillo del ojo a ver si no te has dado cuenta de que te tienen envidia.

La envidia se tiene desde pequeño, viene de serie. Si eres el hermano mayor tienes envidia de tus hermanos pequeños, si eres el pequeño tienes envidia de la ropa que estrenan los mayores y que tu usas de cuarta mano, si eres hijo único tienes envidia de los que tienen hermanos con quien pegarse y los que duermen con 4 más tienen envidia del hijo único con el cuarto para él solo.

Cuando vas al cole tienes envidia del que consigue ser amigo del líder de la clase, tienes envidia de que la profesora haga caso a otro niño, tienes envidia de la mochila nueva de tu compañera, tienes envidia de que a fulana la lleven a Eurodisney y a ti no, tienes envidia de que tu compañera sepa saltar a la goma sin dejarse los piños y tú seas un pato mareado y te partas un diente la primera vez que lo intentas, ( si, tengo un diente roto).

Ser envidioso es lo normal. Uno siempre mira más a los que le parecen mejores así que se pasa la vida deseando cosas que no posee o tratando de mejorar para parecerse a alguien o conseguir algo. Si fuéramos más listos miraríamos a los que nos parecen peores pero eso no nos mola, nos gusta más la autocompasión en plan: “fulano, que suerte tiene es tan alto/ listo/ guapo/ con una mujer tan estupenda o hijos tan buenos etc”.

La envidia es “de ida y vuelta”, a ti te da envidia alguien pero no te paras a pensar en que hay otro alguien por ahí al que tú le das envidia. Si por un casual caes en la cuenta de este hecho, te dices a ti mismo: “ me tiene envidia porque en realidad no sabe como es mi vida/trabajo/relación/hijos ( lo que sea)” y te quedas tan pancho, pero no aplicas ese pensamiento al objeto de tu envidia.

Me explico, si por ejemplo envidias las vacaciones de un compañero tuyo de trabajo en pongamos por ejemplo Marina D´Or…no se te ocurre pensar que se va allí con su suegra, sus primos políticos y la niña búlgara de intercambio y que probablemente para él sean las peores vacaciones de la historia, tú te obcecas con lo guay que es Marina D´Or y lo desgraciado que eres tú en Talamanca del Jarama. Solo vemos lo que queremos ver para sentirnos peores y desgraciados porque cómo mola la autocompasión.

La envidia tiene otra cosa curiosa y a mi modo de ver buena. Si tienes envidia de algo o de alguien puedes sentirte desgraciado, pero si tú provocas la envidia, aún a sabiendas de que nada de lo que eres o tienes es merecedor de ella, te sientes reconfortado y un puntito mejor.

Bueno pues a pesar de todas estas estúpidas reflexiones y de saber que el objeto de mis envidas no es perfecto, ni mucho menos, confieso que: tengo envidia de las madres que llevan a sus hijas perfectamente peinadas, del coche de mi amigo F, de los profesores que tienen 3 meses de vacaciones, de la gente que es capaz de controlarse y no abrir la boca y soltar todo lo que se les pasa por la cabeza, de los que no son impulsivos, de los que saben coordinar la ropa con los complementos, de todos los que leen y son capaces de retener citas y párrafos años después de haber cerrado el libro, de los que no tienen su memoria ocupada en retener datos inútiles, de los que trabajan cerca de su casa, de los que tienen cara de buenas personas, de los que son buenas personas, de los que comen y no engordan, de los que hacen deporte y les gusta, de los hermanos pequeños, de los hijos únicos, de los que tienen 7 hermanos, de los que tienen un chalet en la colonia del Retiro y de los que no se preocupan por una hipoteca. Ah, y de los que saben pintar.

Pero hoy, sobre todo tengo envidia de Robin Wright…¿ se puede ser más estupenda?, y aún así el tonto de Sean Penn ( otro al que mucha gente tendría envidia por estar con ella) ha preferido a otra.
Cosas de la envidia.