
Ayer fui a la piscina. Cuando salí de mi tercer round con El Sargento de Hierro ( va ganando él ), me duché y cuando fui a vestirme..se me había olvidado la ropa interior en casa..casi lloro. ¿Cómo puedo ser tan desastre?.
Hay otras cosas que creí que no volvería a hacer en la vida pero ahora ya no lo sé, si voy sin bragas por la calle todo es posible:
- dormir en litera. No sé si sería capaz de trepar arriba como antes y además con 40 palos es un poco ridículo tener un dormitorio con litera.
- Echar un polvo en un coche. Tenía su gracia y su romanticismo ( o eso te parecía) cuando tenías 20 años, pero ahora la verdad es que creo que no soy tan flexible..lo veo físicamente imposible. Creo que habría alguna probabilidad si fuera un monovolumen..pero ¿hay algo peor para enfriar la pasión que tener que quitar las sillas infantiles y despejar el asiento de migas antes de ponerse?. No creo. Para cuando tienes el coche preparado, supongo que te miras y piensas: ¿Qué coño hacemos aquí?.
- Morrearte en un portal. ¿Qué necesidad?. Además con 22 años te pilla el vecino y te puede mirar con cara de “ si yo fuera tu padre”…pero con 35…seguro que los pensamientos del vecino van más en plan “ a tu edad no te da vergüenza”.
- Ir a fiestas cutres en garajes. Siempre pensaste que cuando tuvieras tu casa harías unas fiestas geniales…ahora ya tienes la sabiduría de saber porqué no hay que hacer fiestas en casa: copas por el suelo, canapes por el suelo, gente que no se va..etc. Una fiesta en un garaje con música ratonera, cerveza y gente amontonada…allá voy.
Hay otras que pensé que nunca volvería a hacer y sin embargo ya las he hecho: tener miedo a un profesor. Sargento de hierro, no digo más. Ayer nadé a mariposa como una campeona…vale..hoy no puedo mover los brazos…pero ¿ qué más da?. Prefiero parálisis a que me grite.
La foto es del archivo de Life.