lunes, 24 de noviembre de 2008

EL ALIENTO DEL CIELO

Este es el libro que acabo de terminar. Recoge todos los cuentos de Carson McCullers y sus tres novelas cortas.


McCullers tuvo una vida un poco excéntrica. Nació en el Sur de Estados Unidos (Georgia) y murió a los 50 años en Nueva York. La mayor parte de su vida estuvo enferma. Se casó con Reeves McCullers con el que tuvo una relación muy turbulenta básicamente porque ninguno de los dos tenían claro si eran heterosexuales, homosexuales o bisexuales y además le daban mucho a la botella. Se casaron, se separaron, volvieron a estar juntos, miles de peleas hasta que él se suicidó. Carson estuvo también enamorada de otra chalada de la que también he leído libro este año Anne Marie Clarac-Schwarzenbach ( una misteriosa en toda regla) y a la que dedica una de las tres novelas cortas, “Reflejos en un ojo dorado”. Fue amiga de Tenesse Williams, y amiga/enemiga de Truman Capote al que no perdonó que no la invitara a su famosa fiesta “Black and White”.

Pues nada. Que lo recomiendo. No hay mucho más que decir. Y además estoy enferma.

Los recuerdos infantiles poseen una extraña cualidad volandera, y zonas de oscuridad rodean los espacios de luz. Los recuerdos de infancia son como velas encendidas en una hectárea de oscuridad, e iluminan escenas inmóviles, separándolas de la negrura circundante”.
Del cuento “ El orfanato”

En primer lugar, el amor es una experiencia común a dos personas. Pero el hecho de ser una experiencia común no quiere decir que sea una experiencia similar para las dos partes afectadas. Están el amante y el amado, y cada uno de ellos proviene de regiones distintas. Con mucha frecuencia, el amado no es más que un estímulo para el amor acumulado durante años en el corazón del amante. No hay amante que no se dé cuenta de esto, con mayor o menor claridad; en el fondo, sabe que su amor es un amor solitario. Conoce entonces una soledad nueva y extraña, y ese conocimiento le hace sufrir. No le queda más remedio que una salida: alojar su amor en su corazón del mejor modo posible. Tiene que crearse un nuevo mundo interior, un mundo intenso, extraño y suficiente. Permítasenos añadir que este amante no ha de ser necesariamente un joven que ahorra para un anillo de boda, puede ser un hombre, una mujer, un niño, cualquier criatura humana sobre la tierra.
Y el amado puede presentarse bajo cualquier forma. Las personas más inesperadas pueden ser un estímulo para el amor. Por ejemplo, un hombre que es ya abuelo que chochea, y sigue enamorado de una muchacha desconocida que vio una tarde en las calles de Cheehaw, hace veinte años. Un predicador puede estar enamorado de una perdida. El amado podrá ser un traidor, un imbécil o un degenerado, y el amante ve sus defectos como todo el mundo, pero su amor no se altera lo más mínimo por eso. La persona más mediocre puede ser objeto de un amor arrebatado, extravagante y bello como los lirios venenosos de las ciénagas. Un hombre bueno puede despertar una pasión violenta y baja, y en algún corazón puede nacer un cariño tierno y sencillo hacia un loco furioso. Es sólo el amante quien determina la valía y la cualidad de todo amor.
Por esta razón, la mayoría preferimos amar a ser amados. Casi todas las personas quieren ser amantes. Y la verdad es que, en el fondo, convertirse en amados resulta algo intolerable para muchos. El amado teme y odia al amante y con razón; pues el amante está siempre queriendo desnudar al amado, aunque esta experiencia no le cause más que dolor
.”
La Balada del Café Triste
No sé si es la fiebre, pero le encuentro parecido a Carson con Agatha Ruiz de la Prada.

domingo, 23 de noviembre de 2008

MATERNITY (V): EN EL PARQUE


Cuando eres treinteañero y no tienes hijos, aparte de disfrutar de mucho tiempo libre, cuando paseas por un parque..lo miras con nostalgia y piensas cosas como: que buenos lotes me he dado yo en ese banco, que porros más estupendos me he fumado ahí o si eras de los que no ligabas y además eras sano: que pringado era esperando a que me admitieran en la pandilla de los malotes.

Cuando eres treinteañero y tienes hijos el parque es una putada.

El parque mola en plan qué de tiempo libre tengo, no sé si leerme el periódico tumbado en el sofá de casa, desayunando tranquilamente o venga, me voy a tomar el aire y me voy con mi lectura al parque. Eso si que mola.

Con niños es un coñazo. Da igual la edad que tengan.

Cuando estás sumida en la putada postparto te obligas a salir de casa con el cochecito, la bolsa, el niño y todas las neuras. De camino al parque paras a comprar el periódico en un intento un tanto patético de mantenerte en contacto con la vida más alla del bebé y con tu intensa vida intelectual interior. ( da igual que fuera una mierda de vida intelectual, al lado de la que tendrás en esos primeros meses era intensa y plenamente satisfactora).

Bien, a lo que iba.

Llegas al parque, te sientas, el bebe duerme, hace solecito y abres el periódico...durante unos minutos crees rozar un estado un pelín satisfactorio y sobre todo un estado "para ti". Pero se jode enseguida, siempre llega una madre que no tiene nada en común contigo y empieza un diálogo de este tipo:

- Hola. ¿es tuyo?. ( mirando el cochecito de bebe que tienes sujeto con un brazo).
- Si. ( al tiempo piensas..como coño no va a ser mio???)
- Que mono. ¿cuanto tiempo tiene?.
- 1 mes.
- ayyyyyyyyyy.
- Ay qué??? (no me jodas.)
- Pues el mío...blablablablablablabla..cháchara de fundamentalista de la maternidad.
- .....
Coges el cochecito, el periódico y tus ganas de disfrutar de la lectura y huyes, pensando que cuando el niño sea un poco mayor la experiencia en el parque será un poquito mejor porque el niño estará a su bola jugando y tu podrás desentenderte y vigilarle desde la distancia.

¡Qué error!. Cuando son medianamente autónomos para empezar bajas al parque que parece que te mudas: la silla, la pelota, los cacharritos, los coches, la merienda, algo de beber, el abrigo y una muda. Yo además siempre llevo lectura.

Llegas al parque. Sueltas el equipaje en un radio alrededor de tu banco lo suficientemente amplio como para que a las otras madres no se les ocurra acercarse. Abres el libro y muy importante evitas cualquier tipo de contacto visual con el resto de progenitores.

Tus hijos corren por el parque, gritan, se tiran por el tobogán, van a los columpios, se llenan de tierra, cogen piedras...da igual, no hay dolor..más o menos estás disfrutando de la lectura. Por un momento piensas que por fin le has cogido el truco al parque...ja.

- Mamiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii me da miedo el tobogannnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn
- mamiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii eze niñooooo ez tontoooooooooooo y ze ha hecho pizzzzzzzz
- mamiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii me hago cacaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Yo intento hacerme la sorda. Valoro las opciones. ¿Qué es lo peor que puede pasar?: que no se tire por el tobogan, que una madre se ofenda y que haya que cambiarla. Puedo soportarlo, sigo leyendo.

- Perdona.
Levanto la vista. Ya me había percatado de que una fundamentalista venía hacía mi, pero intentaba ignorarla.

- Tu hija le ha quitado los cacharritos a mi hija.
o
- ¿las dos de azul son tuyas?...que monas. Qué poco se llevan. La mía tiene xx meses y estoy esperando el segundo y claro mi marido quiere que sea niño pero yo prefiero niña porque en el primer parto tuvieron que hacerme cesarea y claro prefiero niña porque así las dos son iguales. ¿ y a qué colegio las llevas?.

Ahí me doy cuenta de que era mejor haberme levantado a ayudarla en el tobogán. Ahora estoy atrapada en el banco con una psicópata sin amigos.

Ahora temo la siguiente etapa cuando G. y yo bajemos al parque a espiar con quien se están dando el lote nuestras hijas.

viernes, 21 de noviembre de 2008

I ME MINE (II)

Soy susceptible.

Soy impulsiva. Para todo. Para lo que digo y para lo que hago. Intento corregirme y obviamente no lo consigo.

Soy desconfiada, muy desconfiada. Yo soy mala y lo reconozco, los demás no lo reconocen pero tampoco son los santos que fingen ser, así que mejor estar atenta.

Soy intuitiva. A veces me digo, déjate de chorradas con el instinto que te lo estás imaginando, pero no..casi nunca fallo. Si creo que me la estás pegando, al final siempre resulta que tenía razón. Este momento creencia en el instinto femenino me lleva a unas comeduras de tarro que gracias a Dios nadie ve porque serían para internarme con camisa de fuerza en una celda acolchada y tirar la llave.

Siempre creo que todo va a ir mal. Me pongo en lo peor. Sin embargo esto lo disimulo bastante bien porque la mayoría de la gente opina que soy una tía optimista y que transmito buen rollo. Asi que deduzco que me como yo todo mi pesimismo y luego lo destilo en mala leche e ironía…ole, la teoría que me he sacado de la manga. También puede ser que soy una falsa..

Soy una contradicción andante. Quiero hacer planes pero al mismo tiempo no quiero hacerlos, quiero saber que puedo hacer lo que quiera..o por lo menos tener la sensación de que eso es posible.

Dentro de 10 años quiero que todo siga igual pero también quiero que mañana me pase algo que cambie toda mi vida.

Soy obsesiva compulsiva, muchísimo. Lo único que me libra de lo que me obsesiona es ponerme a leer, asi que llevo el remedio siempre encima, un libro, para leer donde sea, en el atasco, en el curro, esperando a quien sea y donde sea, cocinando, en el sofá, en la cama, en el parque..donde sea. Me pongo a leer y lo que sea que me obsesione desaparece.
Soy divertida aunque a lo mejor a alguien no le hago maldita la gracia..pero para gustos los colores.

Digo tacos, luego me arrepiento, sobre todo ahora que mis hijas me miran con ojos desorbitados cuando voy en el coche y parezco un camionero. Intento corregirme.

Tengo las orejas y los pies pequeños.. Llevo gafas de directora de cine lesbiana catalana. No tengo culo. No me peino. Llevo las uñas cortas.

Como ya dije hace meses, soy un fraude. No soy de fiar.
La foto está tomada en Helsingør ( Dinamarca). Acaba de meter la mano en el Mar del Norte y estaba feliz antes de saber que se me pondrían los dedos morados del frio.

jueves, 20 de noviembre de 2008

NO PIENSO IR

Que no. Que este año no me lían para ninguna. No me gustan. Son un coñazo. No me gusta la gente que quiere que vaya con ellos. Me dan pereza. Además si no quiero quedar con vosotros en todo el año ¿porqué iba a querer ahora?. Que no y punto.

No quiero ir. Yo no necesito una excusa anual para tajarme como un piano y hacer el ridículo. Ya lo hago en incontables ocasiones a lo largo del año y a las pruebas me remito. Cualquier día del año me parece perfecto para beberme el agua de los floreros y a mi querido G. también, así que no entiendo esa urgente necesidad por salir a cenar en Navidad.


Yo tengo amigos. La mayoría de la gente no.. Las cenas de navidad le sirven de excusa para creer que si. La pesadilla empieza a principios de noviembre. Mails con asunto: “chicos animaos”, “ decidimos que nos quedamos sin sitio", " que no nos pille el toro".. o algo tan cansino como eso. Y lo peor es que aunque digas que no vas a ir desde el mail numero 1, nadie te quita de la cadena, asi que enteras de todo. De si el restaurante tiene aparcacoches, de si la mesa es de fumadores o no, de si después van a ir a un karaoke o a la plaza mayor….un auténtico coñazo. Lo único bueno es que te alegras de haber dicho que no en el minuto 1.

Lo de las cenas del trabajo me fascina.

Gente que jamás comparte mesa en el comedor gratuito de la empresa sueña con esa cena . Yo creo que es por ligar. La gente se desinhibe y decide que somos super colegas y como nos queremos..y si es contra la puerta del baño de las tías mejor que mejor y si una lleva puesto un gorrito de papa noel y el otro unos cuernos de reno ya es el colmo del éxito sexual. Eso sí, luego se encuentran en la oficina y no se dicen ni hola..pero claro el tamborilero de Raphael en versión hip hop es una cosa que pone muchísimo. Y contar la anécdota del polvo salvaje da por lo menos hasta marzo…

Estas cenas además normalmente siempre son en un restaurante al que normalmente no irías ni muerto. Siempre hay un cabecilla que suele ser bastante ratero que dice la frase que odio: negocio un menú.

Pues no coño. No me gusta eso. Un menú significa que te van a soplar 40 euros como mínimo por una comida en serie que están zampando todas las otras mesas y que probablemente no te guste. Si ya incluye la bebida échate a temblar…el vino será de vomitar y las copas de luego garrafón. Y para otras cosas me da igual, pero la ginebra que sea buena. No curro para luego beber como si tuviera 17 años y 300 pesetas en el bolsillo.

El restaurante siempre está en el sitio más incómodo de la ciudad. NO hay parking y como todo el resto de la humanidad ha decidido ir en taxi, tampoco hay taxis.

Si te decides por el metro, te sumerjes en un mundo de surrealismo que ni Almodovar. Gente emperifollada como si fuera a recibir el Oscar, con unos cuernos fluorescentes de los que sale Jinglle Bells a todo trapo, agarrados unos a otros tambaleándose y vomitando.

Resumen, vas a una cena con gente que no quieres, a gastarte una pasta en comer algo que no te gusta, a tomar copas infames que te darán una resaca de espanto, con suerte ligarás con “algo” de lo que te arrepentirás para siempre y además volverás a casa andando.

No pienso ir y punto.