jueves, 18 de septiembre de 2014

¿#Escribescomounamujer o mejor #Mujeresqueescriben?



Libros leídos en los últimos 6 años: 356.
Libros leídos escritos por mujeres en los últimos 6 años: 66. 

Hago este recuento después de encontrarme en twiter con el hastag #escribescomounamujer y que remite a una iniciativa chula que ha puesto en marcha una asociación de Bilbao, Skolastika, para dar visibilidad a las mujeres escritoras. Me parece una gran idea. Si yo, que me considero una lectora razonablemente buena, tengo ese porcentaje de lectura de escritoras o yo soy muy parcial, o efectivamente hay muchas menos mujeres. 

Aparco ese pensamiento por un momento y repaso la noticia sobre la campaña.

"La literatura de las mujeres se ha catalogado como intimista, sensiblera, sentimental, afectada o incluso histérica, quejumbrosa, romántica, blandengue... etiquetas que se aplican sin explicarse, de manera mecánica y muy poco profesional y que, además, no se ajusta a la realidad".

¿Quién dice esto? Vamos a ver. Esto es una estupidez, cualquiera que tenga un mínimo de gusto literario, de criterio lector y dos dedos de frente jamás diría algo así de la "literatura de las mujeres". 

A todo esto, ¿qué es la literatura de las mujeres? ¿hay una literatura de los hombres?

Hay novelas horribles, espantosas, ofensivas, mal escritas y con historias absolutamente idiotas. Son bazofia sin más. 

¿Lo cursi es de mujeres y lo violento de hombres? ¿A quién le importa para quién sean las novelas mediocres o directamente horripilantes? ¿Es mejor que lo de mujeres sea cursi que zafio? ¿Es menos malo que la literatura de hombres se asocie con la violencia gratuita? ¿Es peor una mala comedia romántica que la saga de Torrente?

En mi opinión no hay una literatura de mujeres y otra de hombres. Hay buena literatura, buenas historias, novelas que son un placer para todos y luego hay bazofia infame catalogada por las empresas y la sociedad para tratar de encontrar nichos. Exactamente lo mismo pasa con las revistas (¿The New Yorker es para hombres o para mujeres? ¿Science? ¿Yorokobu?), con las series (¿Breaking Bad es de hombres? ¿The Sopranos? ¿Mad Men?) o el cine. 

¿Quiere esto decir que no sea necesario hacer un esfuerzo para dar más visibilidad a las mujeres escritoras? (Como lectoras creo que somos un sector muy potente y con mucha visibilidad...). No, sí me parece necesario, muy necesario. 

Me parece fundamental desde el momento en que en varias de las noticias en las que se informa sobre esta estupenda iniciativa de Skolástica los ejemplos de escritoras que se ponen son los siguientes:

"Se subrayará así que 'escribir como una mujer' también puede ser un sinónimo de calidad o un motivo de orgullo. No en vano los más grandes éxitos comerciales de los últimos años llevaban la firma de una mujer (desde Harry Potter a Crepúsculo, pasando por 50 Sombras de Grey)"
"J.K Rowling, Stephenie Meyer y E. L. James son algunas de las figuras más destacadas de la literatura de la última década".

¿En serio? ¿De verdad que de la última década estas son las tres escritoras destacadas? ¿DE VERDAD? Acepto con gusto a Rowling que es una gran escritora y cuyos libros no son ni de mujeres, ni de hombres, son para todos y ha conseguido el mérito inmenso de hacer que millones de niños (y de adultos) se aficionen a leer. Es un ejemplo claro de que se puede escribir buena literatura y tener un gran éxito de ventas. No todos tienen que ser Tolstoi, Borges o Jane Austen. 

Aceptamos Rowling pero que las dos perpetradoras de las Sombras de Gray y Crepúsculo aparezcan en todas las notas de prensa es completamente absurdo. Sus libros no son un ejemplo de nada, no son literatura de mujeres, son novelas infumables, con tramas idiotas, personajes imbéciles y muy mal escritas. 

¿Dónde está Alice Munro, Premio Nobel de Literatura este año? ¿Margaret Atwood? ¿Zadie Smith? ¿Joan Didion? ¿Ana María Matute? ¿Marguerite Duras?

Ya sé que en los flyers de Skolastika aparecen estas autoras pero ¿por qué no han controlado las notas de prensa? ¿Nadie ha visto que mencionar a las dos autoras de las probablemente peores novelas de los últimos tiempos era totalmente incongruente con lo que se pretende con la iniciativa?

"Vamos a poner en marcha una iniciativa para revalorizar el valor de la comida casera; MC Donalds, Telepizza y Teleshusi con sus recetas caseras han triunfado en el último año".

Exactamente igual de absurdo. 

Me parece necesaria, útil e interesante una iniciativa que haga que al pensar en escritoras el mejor ejemplo que se nos ocurra no sea el de una mala escritora de novelas eróticas. Aplaudo con las orejas la iniciativa de Skolastika y me encantaría vivir más cerca para poder ir a alguno de sus cursos. La idea me ha hecho replantearme mi criterio lector y haré un esfuerzo por descubrir alguna autora nueva. Sin embargo,  no me entusiasma el eslogan; lamentablemente, "escribescomounamujer" suena a escribir de una manera determinada, diferente de un hombre y más lamentablemente aún tiene unas connotaciones muy peyorativas.  Me hubiera gustado mil veces más algo como "descubre una escritora" o "mujeres que escriben". 

Y, además, sigo sin saber qué quiere decir  "escribescomounamujer".

"Está la página en blanco y el tema que te obsesiona. Está la historia que quiere dominarte y está tu resistencia a que eso suceda. Está tu deseo de liberarte de aquello, de esa servidumbre, hacer novillos, hacer cualquier otra cosa. Hacer la colada, ver una película. Están las palabras con sus inercias, sus matices, sus insuficiencias y su grandeza. Estás los riesgos que corres y la serenidad que pierdes, y la ayuda que te llega cuando menos lo esperas. Está la revisión minuciosa, las tachaduras, las páginas arrugadas que inundan el suelo de papeles para tirar. Está la frase que sabes que vas a conservar. 
Al día siguiente la página en blanco. Te entregas a ella como una sonámbula. Algo te empuja, que luego no puedes recordar. Miras lo que has escrito. 
Es inútil. 
Empiezas de nuevo. Nunca es más fácil." (Margaret Atwood)

Para mí esto es escribir muy bien. Sin más. 


lunes, 15 de septiembre de 2014

Cuéntame una peli: Begin Again.

Keyra Knightley es una bicicleta y Marc Ruffalo es pegajoso. Nueva York es una ciudad maravillosa y la música soft para adultos es casi siempre un vicio al que es muy difícil resistirse porque tiene una increíble capacidad para incrustarse en la parte más recóndita de tu cerebro. 

Keyra es una chica que tiene más ángulos que el cuadro de una bicicleta. Pincha.  Te pongas como te ponga algo te clavas. No pasa nada, unas son bicicletas y otras somos un sillón de orejas, tirando a mullidas. Keyra anda por Nueva York perdida dentro de un jersey azul 20 tallas más grande que ella y unos vaqueros en los que cabe ella, su guitarra, un par de gatos callejeros y sobra sitio.

Keyra tiene un gran amigo, regordete y simpaticón que es un buenazo y para animarla la invita a subir a un escenario a cantar una cancioncita lánguida con una guitarra. 

¿Cómo canta Keyra? Desconozco si canta ella realmente en la peli o la han doblado pero ese dato no es importante ni relevante. Lo importante es que si te fijas bien en Keyra te das cuenta de que la pobre cree que si se relaja se le va a caer la mandíbula inferior al suelo y por eso siempre mantiene un rictus de tensión sacando el mentón hacia delante. La miras, la remiras, la miras de lado y te dan ganas de decir "Keyra, chica, relájate que la mandíbula se sujeta sola". Sospecho además que debajo de la lengua cree tener un agujero negro o un depósito de veneno o sus dientes dan calambre porque jamás deja la lengua en reposo, siempre la sostiene en vilo entre los dientes. 

He probado a hacerlo y no soy capaz de mantener la posición más de 2 segundos antes de olvidar completamente que tengo lengua y dejarla caer. Menos mal que yo no tengo veneno entre los dientes. (Ejem, sobre esto hay opiniones encontradas)

A pesar de todas estas distracciones, conseguí no perderme nada del complejo (Modo ironía ON) argumento de la película. En el antro en el que Keyra canta aparece Marc "pegajoso" borracho como una cuba y en medio de su borrachera tiene un rapto de inspiración y le dice a Keyra que ella puede ser una superestrella de la canción, porque él ha oído "cosas" en su cabeza. 

Marc Ruffalo es asquerosete siempre y en esta peli más. Para darle pinta de "qué tiradísimo y desesperado estoy" lleva un pelo repugnante que da la sensación de albergar un par de nidos de cigueña, se embute en unos trajes negros con pantalón pitillo sólo aptos para tíos 20 cms más altos y 10 kilos más delgados y le brillan los labios. 

A Keyra, sin embargo, que está tan concentrada intentando evitar que su lengua toque los dientes, no parece repugnarle tanto como a mi y se hacen coleguitas. 

¿Por qué anda Keyra perdida por Nueva York? ¡Oh sorpresa!  Su novio la ha dejado plantada. ¿Por qué? Pues porque es un cabrón con pintas. Los dos llegaron en amor y compañía y con sus  guitarritas a la gran ciudad y resulta que él se convirtió en una gran estrella y se la pegó con otra. 

Tras esta presentación de la trama tan novedosa y sorprendente, el espectador, o sea yo, ya está completamente en el modo pensamiento plano necesario para contemplar esta película sin inmutarse. No hay dolor, ni criterio, ni sentido ni nada de nada. Solo bonitas imágenes de NY que sirven de fondo para el desarrollo de mis más absurdos pensamientos. 

Mientras ellos dos, la bicicleta y Pegajosoman, montan un grupito musical y van grabando temas por NY con un Mac y un micrófono, yo me dedico a pensar en quién decide los estilismos de las pelis. 

- Moli, he leído por ahí que le pusieron esos estilismos a Keyra porque no querían que pareciera una tía sexy.

Vamos a ver. A mi Keyra me cae bien y me parece guapa de cara, pero me resulta complicadísimo imaginármela como una chica sexy le pongas la ropa que le pongas. Keyra como actriz es limitadita, básicamente se limita a hacer de ella misma diciendo cosas de piratas, de intensa o de lo que toque. 

En cualquier caso, si a sus limitaciones actorales le sumas unos estilismos chirriantes, directamente me disperso de lo que me cuenta y me dedico a pensar que alguien le debería decir a los estilistas del mundo que sólo Diane Keaton puede vestirse de Annie Hall con pantalones anchos de talle alto, mocasines masculinos y camisas. Keyra con esos pantalones, esas camisetas que le escurren por las jaboneras y esos vestiditos camiseros que  le caen desde las clavículas hasta las pantorrillas parece una huérfana de la II Guerra Mundial y dan ganas de darle un mendrugo de pan. 

Bueno, pues cantan mucho por la ciudad. Se rien. Marc hace mucho el motivao, tanto que da pelín de vergüenza ajena.  Se pelean un poco y con bastante poca credibilidad, con tan poca credibilidad que a la media hora andan paseando por la noche de NY compartiendo la música que guardan secretamente en su librería musical del teléfono. 

¿Estoy a favor de compartir música? Si. Me parece muy romántico a la vez que bastante arriesgado pero es algo que me mola. Hay que tener mucho valor, mucha confianza,   ser completamente indiferente a la opinión del otro o estar directamente drogado para compartir esas canciones horteras, cursis, patéticas o directamente horribles que todos escondemos en lo más recóndito de nuestras listas. 

El problema de bicicleta y Pegajosoman es que nadie se cree que esas canciones sean sus "secretos": ¿Frank Sinatra? ¿Stevie Wonder? Pero ¡qué mierda de placeres culpables son esos! ¿Donde está Shakira? o ¿Cher?, o ¿Enrique Iglesias? o ¿John Denver?, o ¿Los Carpenter?  (que conste que no todos estos están entre mis placeres culpables). 

Cuando todo va sobre ruedas y están a punto de algo, de algo que el espectador no se cree ni de coña porque no existe la más mínima  química entre Bicicleta y Pegajosoman, Keyra ve a su exnovio recibiendo un premio en la televisión. 

Keyra se queda en shock y yo también. El novio se ha convertido en Parada, le ha salido una barba tupidísima que le cubre toda la cara haciendo destacar los labios como dos morcillas.  Ahora que lo pienso en Begin Again consiguen que las barbas sean algo repugnante y nada sexy... a lo mejor es un alegato antibarbas. 

Para superar el shock de ver a su novio convertido en Parada, Keyra se emborracha y compone en una canción. Y  le llama y se la canta en el buzón de voz. 

Inexplicablemente al día siguiente ni tiene resaca ni quiere morirse por haber hecho semejante estupidez y también inexplicablemente el exnovio cabrón la llama desesperado de amor verdadero. 

Esto está quedando muy largo. Resumiendo: 

- Keyra va a encontrarse con Parada y se da cuenta de que es un horror de pavo y además canta con falsete sin ser uno de los Bee Gees.

- Pegajosoman deja de beber y toma pepsi. Definitivamente se queda sin curro. Jamás va de sport. 

- El disco que han grabado queda chupi pero como ellos son muy chupis y ya no están desesperados, deciden subirlo a la red porque compartir es vivir.

- Keyra es totalmente arrítmica, se pasa un poco de vergüencita viéndola bailar. 

Salgo de cine pensando en que ni de coña voy a ponerme pantalones de talle alto y tarareando una de las cancioncitas de la peli que sin duda pasará a mi lista de placeres culpables y ultrasecretos. 


*El amigo regordete tiene un piso como la maleta de Mary Poppins. La primera vez que lo enseñan parece una caja de zapatos donde a duras penas Keyra bicicleta va a conseguir acomodar su chasis... pero mágicamente al final consiguen celebrar una fiesta para 40 personas. 

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Lecturas encadenadas.- Agosto.

En el mes de agosto cayeron 6 libros: 2 comics, un ensayo, y tres novelas curiosamente de tres autores ingleses, una de ellas mujer.

Empecé el mes con un libro que tenía muchísimas ganas de leer. La edad de los prodigios: Terror y belleza en la ciencia del romanticismo de Richard Holmes. Llegué a él por una recomendación de Sergio Palacios en su blog y lo apunté en mi lista. Antes de seguir, me pongo en pie y agradezco a Sergio, desde lo más profundo de mi ser, haberme descubierto este libro.

¿De qué va el libro? Holmes te lleva de la mano recorriendo las vidas, los descubrimientos y el ambiente social en el que se movieron algunos de los científicos más importantes del finales del siglo XVIII y principios del XIX. Joseph Banks, "científico" (de hecho, he aprendido que esta palabra se creó en ese momento de la historia para definir a esas personalidades curiosas), que acompañó a Cook en su vuelta al mundo y pasó seis meses en Tahiti, se convierte en  el hilo conductor de todo el libro porque cuando volvió de su viaje se convirtió en un personaje central en el desarrollo de casi cualquier actividad científica ocurrida en Inglaterra. Es un libro ameno, entretenido, muy interesante y con el que he aprendido un montón de cosas. De hecho, me hizo pensar tanto que escribí un post con todas mis reflexiones sobre el libro que la Cátedra de Cultura Científica de la Universidad del País Vasco tuvo a bien publicar en su Cuaderno. (Me pongo en pié otra vez y agradezco profundamente a Juan Ignacio Pérez Iglesias que aceptara mi post).

Una de las cosas que más me gusto, es que estamos acostumbrados a pensar en los científicos como personajes fríos y centrados en sus investigaciones (es un estereotipo pero es así) y sin embargo en el libro de Holmes, muchos aparecen "poseídos" de vez en cuando por raptos poéticos y literarios, algunos de los cuales me parecieron increíblemente románticos.
"Tú eres mi imán (aunque te diferencias de un imán en que no tienes puntos de repulsión y diriges mi rumbo" 
Watchmen de Alan Moore y David Gibbons. Alguien que me quiere mucho me regaló este comic por mi 40 cumpleaños diciéndome que era una obra cumbre del género. ¿Cómo es posible que siendo un regalo tan especial no lo hubiera leído? Pues porque estaba en inglés y no encontraba el momento. De hecho, comentando este regalo que no había leído, ese alguien me dijo "tendrías que leerlo en castellano primero...no se si me arrepiento de habértelo regalado en inglés". Y como mi vida es así y está llena de casualidades (supongo que como la de todos pero yo las veo como le pasa a Paul Asuter), al día siguiente de esta conversación, mientras esperaba a que Juan saliera de lavarse los dientes y mientras cotilleaba la estantería de su casa por enésima vez, encontré Watchmen en castellano. ¡Me lo llevo para leerlo! grite y me piré. No salí corriendo porque la edición que tiene Juan es en tapa dura extragrande y pesa un quintal.

Watchmen es un comic alucinante. Una historia de ficción tan compleja que me impresiona que alguien sea capaz de pensarla y otro alguien sea capaz de plasmar en imágenes esa historia que sólo existe en la cabeza de otro.

La historia va de superhéroes, de superhéroes en decadencia. Están en sus horas bajas de popularidad y de repente se ven enfrentados a una especie de asesino que va a por ellos mientras el mundo en el que viven, en 1985, asiste asombrado al peor momento de la guerra fría y la amenaza nuclear es cada vez más real.  Watchmen no es sólo una historia de superhéroes y asesinos, es muchísimo más. Es una historia tétrica, agobiante, desasosegante, deprimente a ratos, solitaria, desesperante, compleja, rica en detalles, en conceptos y sensaciones que se te quedan pegadas una vez que lo has leído. Terminas y sabes que te has perdido la mitad. Terminas y sabes que podrás releerlo 20 veces y siempre encontrarás algo nuevo. Lo terminé y supe que ya podría leerlo en inglés y agradecerle al alguien que me quiere mucho ese regalo. Gracias.

"Ven... Seca tus lágrimas, porque res mi vida, algo más excepcional que un quark y más impredecible que lo que Heinseberg soñó jamás: la arcilla en la que las fuerzas que dan forma a todas las cosas dejan sus huellas de un modo más claro. Seca tus lágrimas... y volvamos a casa."

Lo superhéroes con dilemas morales también pueden ser románticos. Muy románticos.

Amigas con hijos de Mónica Drake. Vamos a ver, yo quería que este libro me gustara. No necesitaba que me marcara la existencia, ni me volviera del revés pero quería que un libro que según la editorial es "un cruce entre la maternidad traumática de Richard Yates y el hedonismo profundo de la serie Girls, es una ácida y desternillante novela que desafía el cliché de la maternidad, ese debate polarizado en el que dar a luz se ve como una carga eterna o como una bendición salvadora", me entretuviera y por lo menos me hiciera reír. También quería que me gustara porque la editorial muy amablemente me había enviado el libro y estaba deseando poder decir algo bueno y contribuir a que las pequeñas editoriales subsistan, pero no puedo. 

Amigas con hijos es un espanto y está a años luz de poder ser calificada de desternillante. No es que sea una historia absurda, que lo es. No es que sus cuatro protagonistas parezcan compartir el uso del cerebro a ratos,  que lo parece.  No es que la historia no tenga ni pies ni cabeza, que no los tiene. Es que es un coñazo. Se lee rápido porque tiene exactamente la misma enjundia que un cuento de Pepa Pigg. Señores de Blakie Books, lo siento. Siento muchísimo no poder decir nada bueno de esta novela pero compararla con Richard Yates me parece hasta ofensivo para el pobre Yates. Supongo que nunca más querrán enviarme un libro pero les juro solemnemente que si lo hacen estaré en la mejor disposición posible para leerlo sin que la tortura que ha supuesto Amigos con hijos enturbie mi criterio. En cualquier caso, gracias por enviármelo, nunca más me tomaré la palabra desternillante tan a la ligera. 




Justine (I. El cuarteto de Alejandría) de Lawrence Durrell. Relectura a la que me he enfrentado con más miedo que otra cosa. En su momento, cuando El cuarteto cayó en mis manos por primera vez, recuerdo que sentí que era demasiado joven para entender lo que contaba...ahora al releerlo me he dado cuenta de que tengo la edad y la experiencia vital justa.


Voy a ser sincera, El Cuarteto es una historia de intensos y Justine es una misteriosa de libro pero me ha gustado releerlo. De hecho, creo que ha sido como si lo leyera por primera vez. Lawrence Durrell es preciosista en su manera de escribir pero tiene algunas imágenes y descripciones muy brillantes que se con seguridad que mi yo de 20 años no fue capaz de apreciar. Veremos como sigue la relectura.  

"Su vida en común era semejante a la de un cable eléctrico enterrado en la arena que, inexplicablemente, se rompe en un punto imposible de ubicar, sumiéndolos en una insólita e impenetrable oscuridad." 
"Comprendí que ese tráfico estéril de ideas y sentimientos había abierto un camino hasta las selvas más densas del corazón, y que allí nos convertiríamos en siervos de la carne, dueños de un conocimiento enigmático que sólo podía ser transmitido, recibido, descifrado, entendido por los pocos seres que son nuestros complementarios en el mundo (¡cuán pocos y qué raras veces se los encuentra!)

Dandole Vueltas  de Frederick Peeters. Segundo comic del mes y  préstamo de Pobrehermamo Pequeño. Recoge 26 historietas escritas y dibujadas por Peeters de quien en su día leí "Píldoras azules" y me gustó mucho. Las historietas son muy irregulares, algunas me han encantado como la que recuerda a su amigo de infancia al descubrir que murió atropellado por un tren y otras me han dejado fría. Peeters tiene un dibujo "sucio",  muchas veces me echa de la historia o me impide conectar con lo que quiere contar. A veces me transmite la sensación de no querer contarme la historia, de no querer estar haciendo lo que está haciendo. 


NW London  de Zadie Smith. Comprado por recomendación de Nán y reservado para leer durante mis vacaciones francesas. Vamos a ver, me ha gustado regular. Creo que es un experimento formal de Zadie y que es intensamente local. Si conoces Londres y la problemática de cada barrio, la zonificación por etnias y grupos de la ciudad, seguramente la historia te transmita mucho más.  Sin ese conocimiento, es una novela entretenida y bastante chula por la manera en la que está contada pero que como historia resbala bastante. La olvidas fácilmente al terminar de leerla. Resbala, no sé explicarlo mejor.

"Ese momento posee un carácter peculiar. Es breve y temporal, ciertamente, igual que todos los momentos; es transitorio, igual que todos los momentos; y es pasado, igual que todos los momentos en el momento siguiente. Y sin embargo, es decisivo y contiene lo eterno. Ese momento debería tener un nombre distintivo, llamémoslo "plenitud del tiempo"." 
Si alguien quiere conocer a Zadie  recomiendo como lectura "Sobre la belleza", me gustó mucho más.

Y con esto y un bizcocho, hasta las lecturas encadenadas de septiembre.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Ensayo (absurdo y prejuicioso) sobre "el cantautor".


La palabra "cantautor"  automáticamente crea en mi cabeza (y en la de casi todos) la imagen de un tío con una guitarra sentado en una banqueta, entonando una canción de amor desconsolado. La imagen es en blanco y negro. Cuello vuelto o camiseta. 

¿Cómo se hace un cantautor? ¿Nace o se hace? 

Con mi mente calenturienta me pongo a imaginar absurdeces. 

Imagino al cantautor de turno en su más tierna infancia con su guitarrita, escuchando a Bob Dylan y tocando canciones de misa o de boy scouts. Le imagino viniéndose arriba un día y tras haber traducido un par de temas de amor de Police y comprobar que la vecina no le hacía caso, lanzarse a escribir una canción. 

Ya tiene la canción y ¿ahora qué? 

Hasta aquí no es cantautor, es un tío con una guitarra que ha escrito una canción. Todavía puede ser líder de una banda. 

Aquí justo está la encrucijada: el camino de la derecha lleva a tener un grupo con colegas para hacer el memo y el camino de la izquierda lleva a comprarte una banqueta dónde nunca estés cómodamente sentado. 

Los que van directos a la sección de banquetas de Ikea son los que no tienen amigos. 

En mi hilo de pensamiento absurdo, digo adiós a los líderes de bandas y me quedo con los que tienen una guitarra, una canción y no tienen amigos y voy más allá. 

¿Por qué no tienen amigos a los que abrasar con su canción y su plan maestro de formar un grupo musical?

Aquí tenemos otras dos opciones, (vale, puede haber mil opciones pero es mi hilo de pensamiento absurdo y lo manipulo como quiero)

Opción una que encaja con el estereotipo de cantautor; nuestro héroe es un brasas. No tiene una sola canción, tiene 2500 tonadas sobre amor no correspondido, sobre amor consumado, sobre la paz en el mundo, sobre el medio ambiente y sobre la crueldad de la vida. Tuvo amigos pero los perdió por pesado porque todas esas canciones han salido de su impresionante vida interior que se empeñaba en contar en los corros del patio, los fuegos de campamento (todos los cantautores han hecho fuegos de campamento...aunque fumaran porros en vez de cantar canciones de misa), tomando copas y en las barbacoas. 

Opción dos. Nuestro héroe se cree lo más de la creación. Tiene amigos y los valora pero no lo suficiente como para que le acompañen en la gloria que sin duda le acarreará su genio musical. No quiere ser el líder de una banda, no quiere que le hagan coros (a no ser que sean muy muy al fondo del escenario y escasamente iluminados), no quiere tener que discutir el orden del set list o ¡quien sabe!, lo mismo hace una banda y por alguna extraña carambola del destino el bajista es más alto, más guapo y más listo y la banda acaba deshaciéndose con gran disgusto de sus fans y él acaba sólo y sin banqueta. Nuestro héroe es muy precavido. 

¿Qué efecto provoca un cantautor? 

En mi, (repito que es mi bucle absurdo) hay dos opciones: pereza mortal que me da ganas de torturar y asesinar o amor absoluto, desinteresado, sin medida ni criterio. 

Los que me provocan amor absoluto y descontrolado cantan en inglés. Esto es así, pueden ser unos cursis redomados, de hecho algunas de sus letras sólo las murmuro porque hasta en la más absoluta de la soledades hay cosas que me da vergüenza decir (a ti, no) pero a mí me flipan. 

Los de la pereza mortal cantan en español y me resultan cansinos hasta el infinito. He desarrollado un "dedo gatillo" que hace que si por casualidad saltan en la emisora de radio que tengo de fondo en el coche, mientras cocino o dónde sea tarda medio segundo en cambiar de emisora. 

¿Todos los que cantan en español me dan ganas de hacerme profesional de la introducción de cañas bajo las uñas de las manos? No. 

Los identificables con una sola palabra, su apellido normalmente, pueden gustarme más o menos pero no me dan cansancio vital: Sabina, Serrat, Loquillo (este es un poco líder de banda), Ariel...

Todos los demás, los de nombre y apellido, me hostilizan. (Vale, Antonio Vega es la excepción que confirma la regla pero también era un líder de banda con quizás demasiados amigos) 

¿Cómo son las canciones de un cantautor? 

Muy parecidas. Digamos que el mundo del cantautorismo no está tocado por la varita de la originalidad y yo lo entiendo. Subirte solo, a sentarte incómodo en una banqueta, con la guitarrita como único escudo (los que tienen un piano son de otra liga) frente a un público entregado u hostil es una tarea para valientes. Si resulta que has dado con un estilo que hace que la gente te aplauda, compre tus discos y te haga ligar...habría que ser muy tonto para cambiar de estilo y arriesgar. ¿Para qué? A lo sumo, se contrata una banda profesional controlando que no sean ni más altos, ni más guapos, ni más listos, ni con más carisma ni que canten mejor que el cantautor y se hace un disco "más potente" con la base de las mismas canciones. 

Con todo esta teoría muy prejuiciosa y absurda sobre los cantautores el viernes me "liaron",(me amenazaron de muerte y con maldiciones varias sobre mi vida sexual) para ir a ver un cantautor español de los  de nombre y apellido y que cantaba sentado en una postura tan incómoda que pensé que a él también le habían amenazado con matarle si no daba ese concierto. 

Con todos mis prejuicios y mi pereza mortal y pensando en palillos me senté contra una tapia de piedra a escuchar ese concierto y...me gustó. 



"Princesa sientes la fuerza, estoy seguro cuando mi espada laser entra en tu lado oscuro" 

Me reí. Risa con un cantautor, una nueva experiencia. 

- Moli, ¿has visto que guapo es?
- No, no me he traído las gafas y veo una camiseta gris que sujeta una guitarra. 
- ¿A que te ha gustado?
- No ha estado mal.
- Pues le he hablado de ti y de tu blog. Ven que os voy a presentar. Rafa, Moli. Moli, Rafa. 

Me pregunto qué pensarán los cantautores de las blogueras que saludan y se quedan sin nada medianamente inteligente que decir.  

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Hecha de libros.

A principios de verano  encontré un maravilloso artículo de Zadie Smith  que empecé a leer a la defensiva porque trataba el absurdo tema de las "lecturas de verano". Dado que yo leo igual en verano que en invierno, en la playa que en la montaña, en un sofá que en una tumbona, la clasificación de lectura de verano siempre me ha chirriado. 

Me disperso. Empecé el artículo a la defensiva, pero según lo leía iba asintiendo y pensando "es justo eso", "es así", "es tal cual", y si hubiera sido un poco más friki y un poco menos vaga, al terminar me habría puesto en pie y habría gritado ¡Bien por Zadie!, puede que incluso hubiera bailado en círculos. 

"Quite often I am asked to recommend, as a practice, the habit of "reading." I like to do this, though I always feel a little phony. To recommend something implies that its presence in your life is a positive choice, like playing tennis or avoiding gluten. For me, being a reader, in summer or at any other time, isn't a "lifestyle choice".

"En muchas ocasiones me animan a recomendar, como una práctica, el hábito de leer. Me gusta animar a leer aunque siempre me siento un poco falsa. Recomendar algo implica que su presencia en tu vida es una elección acertada, una opción, como jugar al tenis o no comer gluten. Para mi, leer, en verano o en cualquier otro momento, no es un "estilo de vida".

Exacto. Para mi, leer no es un hábito recomendable, no leo porque me entretiene, porque hace que nunca me aburra, porque amenice cualquier espera,  porque me haga llorar, reír, sentir, aprender, emocionarme, indignarme, conocer nuevas palabras, nuevos países, otras épocas, otras experiencias, otras vidas. No leo porque me calme, me centre, me ayude o me inspire. Ni siquiera leo porque me guste. Leo igual que camino, como o respiro. 

"I think that if I were a very good swimmer, I would be proud to be so, but being proud of being a reader, in my case, is like being proud you have feet".

"Creo que si fuera buena nadadora estaría orgullosa de ello, pero estar orgullosa de leer, en mi caso, es como estar orgullosa de tener pies."

Exacto otra vez, pero un poco menos. 

Estoy con Zadie en que leer no es algo de lo que estoy orgullosa porque, sencillamente, no sé no leer. Habrá mucha gente que considere que esta afirmación es excesiva pero es un hecho. En las peores épocas de mi vida he estado sin comer, sin hablar y sin dormir... Jamás sin leer. 

No estoy orgullosa de leer, de ser una lectora. Estoy orgullosa de la lectora que he llegado a ser. No quiero decir con esto que cuando empecé a leer, que a lo largo de todos mis años de lectura caótica, sin rumbo, saltando de libro en libro simplemente porque me apetecía, tuviera en mente convertirme en una buena lectora... Pero me he convertido en eso. 

Soy una buena lectora. Igual que soy una buena nadadora capaz de nadar 14 km a la semana. Nunca pensé que diría ninguna de estas cosas. 

¿Por qué me considero una buena lectora? O mejor dicho, ¿por qué me considero mejor lectora que cuando empecé?

Porque escribo sobre lo que leo. Porque leer me empuja a escribir y al escribir mi visión sobre lo que leo y como lo leo se amplía. No es ni mejor ni peor que cuando no escribía... Es diferente, más grande, más amplia. 

Porque sé cuando un libro es una basura pero será comercial y le gustará a todo el mundo. 

Porque sé qué autor me gusta y porqué me gusta. 

Porque sé reconocer cuándo un autor que me encanta ha pinchado y no lo defiendo como si fuera una hooligan. 

Porque cuando reconozco que un autor que me gusta ha escrito algo malo, eso no me hace despreciar todos sus textos anteriores ni olvidar los buenos momentos que he pasado leyéndole. 

Porque si un autor me gusta, aunque pinche, le doy otra oportunidad. Porque no doy segundas oportunidades. Y no me importa. 

Porque sé cuándo algo no me gusta y no hay nada que hacer. 

Porque sé cuándo algo no me gusta porque no he sabido leerlo. 

Porque sé reconocer cuando estoy leyendo con prejuicios, siendo injusta, a la defensiva y sin embargo lo que leo me está gustando. 

Porque sé cuándo algo que leo me pilla demasiado joven. 

Porque siento que soy demasiado mayor para que una lectura me impacte,  pero entiendo que a mi yo de hace 20 o 30 años le dejara del revés. 

Porque he empezado a releer por el placer del reencuentro. 

Porque releo para descubrir. 

Porque si algo no me gusta aunque le guste a todo el mundo soy capaz de defender mi opinión sin que me importe lo que van a pensar los demás. 

Porque soy capaz de percibir una evolución en los libros de autores que me encantan. 

Porque soy capaz de enlazar lecturas, libros y autores. Encontrar similitudes y diferencias entre ideas, personajes y situaciones. 

Porque veo lo que falla en un libro. 

Porque he aprendido a maravillarme con la maestría que encierra un libro bueno. 

Porque recuerdo citas y pasajes... Tras haberlo copiados en mi cuaderno de lecturas. 

Porque tengo un cuaderno de lecturas, porque llevo años escribiéndolos y me gusta releerlos y pensar porque justamente copié ese párrafo. 

Porque soy capaz de leer libros malos igual que soy capaz de comerme una hamburguesa y encontrarle la gracia.

Porque dejo un libro a la mitad sin remordimiento. 

Porque puedo recomendar un libro para todo el mundo. 

Porque sé qué libro te gustará sólo a ti. 

Porque le tengo cariño a todos los libros que he leído y que me han hecho quien soy. También a los malos y a aquellos que odié profundamente. 

Porque como dice Zadie,

I find it hard to name the one book that was so damn delightful it changed my life. The truth is, they have all changed my life, every single one of them—even the ones I hated. Books are my version of "experiences." I'm made of them.

Exacto. 

Porque estoy hecha de libros. 

lunes, 1 de septiembre de 2014

Vacaciones a la francesa (y IV).




Inicio. Una maleta enorme y prestada, muchos "por si acaso" que han resultado ser fundamentales. 2 libros y 2 cuadernos. 

Hacia el Norte. Olor a verde, a lluvia, a nubes, a gris. Verde, verde, verde. A menos de un orden de magnitud. La frontera. Escuchamos a los Beatles pero no vale poner temas categoría "A", valen más los C y D pero admitimos alguno de categoría B. 

Toulouse. Un cuadro de Audrey Hepburn sobre la cama y vistas a la basílica. Carpaccio de buey con gratinado de patatas en The Winter Garden. Puertas correderas en los baños de las habitaciones. Nada más sentarte en un restaurante agua en la mesa. ¿En qué momento en España dejamos de beber agua en jarra y nos volvimos unos repijos bebiendo agua mineral? ¡Reivindico la jarra!

Un claustro con unas tumbonas para descansar del paso turista. "Groucho. Vintage". Me compro un vestido de princesa de los años 60. Lluvia en un paseo junto al río. Despertar con un rastrillo junto a la basílica que han colocado tan silenciosamente que me llevo un susto al verlo. 

Carcassone. Exin Castillos. Un chal blanco y verde. Un comic para M. A las princesas les hubiera flipado el castillo. Una boda, él de uniforme, es guapo y parece tan joven. Me recuerda a alguien. 

Carreteras comarcales, oscuras y llenas de bosques. Equilibrios sobre el verde. Albi. Una wifi desesperante. Crumble con frutos rojos. No me gusta la creme brulé aunque venga el chef que se parece a Popeye y con tatuajes en los brazos a darnos la receta. Albi de noche. Pasos que resuenan. El puente viejo, pierdo la cuenta de todas las veces que vamos a cruzarlo. Un desayuno con vistas. Me cuelgan los pies del vater del hotel ¿Estas cosas no son estandar? 

Santa Cecilia. Bóvedas azules. El infierno con todos los pecados; creo que los tengo todos. Aprendo lo que es un jubee, mejor dicho, un vago recuerdo almacenado en una lejana neurona de mi cerebro recuerda mis apuntes de Gótico de la carrera. Una contractura en el cuello, un concierto de órgano. Tagliattele a la trufa. Tatin de manzana que hace que casi caiga de rodillas y pida matrimonio al cocinero. Decido hacer una cata de tatin de manzana en este viaje (No volveré a encontrar un restaurante con tatin de manzana en su menú) 

Toulouse Lautrec. Ambialet. Caloreta y sudor de canalillo. 

Monestries. Cordes sur Ciel. Una pulsera de piedras azules que ya no me he quitado. Curvas, cuestas y flores. En mi próxima casa pondré contraventanas de colores. Spider Juan. Lluvia, lluvia y lluvia. Niebla. Por la carretera suenan los Everly Brothers, Ray Charles y los Jackson Five, jugamos a adivinar el cantante. 

Sarlat. Noche oscura, niebla y luz dorada. Omelette con patatas típicas. Juan pide islas flotantes y por supuesto yo conecto las islas flotantes, con Diane Keaton en Misterioso Asesinato en Manhattan y hablamos de Woody Allen. Siempre es buen momento para hablar de Woody Allen. 

Apartamento Cabaret. Cama con dosel y unos sillones morados tan enormes que me atrapan y en los que parezco de Lilliput. Por supuesto me cuelgan los pies. Por fin un wifi decente. 

Mercado de Sarlat. Ni la Gran Vía en Navidad está así de abarrotada. Callejeamos sorteando a la multitud. Leo en francés y a la vez traduzco. He descubierto que se muchísimo más francés del que pensaba pero cuando intento hablar me sale todo en inglés. 

Dome. Mi pueblo favorito del mundo mundial. Aquí quiero retirarme a escribir y leer. Incluso podría cultivar hortensias. Una puesta de sol en el mejor mirador en el que he estado jamás. Descubrimos la función "sonrisa" de la cámara de mi teléfono y que tengo una mueca que no es sonrisa pero que la cámara detecta como si lo fuera y me retrata. Es una mueca en la que levanto mucho las cejas. 
Foie con mermelada de higos. Los americanos. 

Descubrimos un sitio con "Formule Petit Dejeneur":cafe, zumo, queso blanco y dos bollos. Lo llevan tres mujeres con gafas imposibles y tan francesas que parecen una caricatura.

Estreno el vestido blanco. Comprobado, las cosas con vuelo me hacen sentir como una princesa...o una cursi, según se mire. Cuevas y abrigos prehistóricos. Lascaux impresionante. El castillo de Losse, el primero de muchos. Parmentier de oca en La Rapiere. Yo no como confit porque parece pájaro pero si la oca está desmigada me la como tan ricamente y se me caen las lágrimas de gusto. La camarera nos recuerda de hace un par de noches; Juan es inconfundible. Todo el mundo es encantador.

Me despierto por la noche del susto. Un ruido ensordecedor me ha hecho sentarme en la cama, resulta ser un trueno. ¡Bien! Me levanto y contemplo la tormenta con rayos y truenos desde la ventana. Me pregunto que tipo de sueño narcótico tiene Juan que ni se ha inmutado. 

Mañana gris. Manga larga y paseo en gabarra por el Dordoña. La voz en castellano de la audioguía es la misma que en la catedral de Albi y nunca ganará un Oscar por su interpretación de un gabarrero del siglo XVIII que cuenta la historia de la zona. Museo de la guerra en el castillo de Castenauld. Compro un tirachinas de madera para M. Descubro que mi visión de la Edad Media está muy contaminada por los caballeros de la mesa cuadrada de los MOnty Phyton, "Tenemos un grial" grito desde cada muralla. Aprendo de ballestas, mosquetes y catapultas. Paseo por los jardines del Marqueyssac; un mirador volado a 192 metros altura, no apto para gente con vértigo. Un delantal recursi para C y un libro de jardines para el Ingeniero. Lápices. Raviolis de setas. 

Compras de último día. Salchichones y foie. Un juego de la oca para las princesas. 2 sombreros de paja y protector solar. 

9 km remando al compás (¡Mary Poppins al compás!) Dordoña abajo casi sin hablar. Amistad en estado puro. Bocadillos de salchichón en la orilla y siesta al sol. Por la tarde descubro mi dulce de manzana más favorito del mundo mundial. 

Última puesta de sol en Dome. Volvemos a ver a los americanos. 

El coche huele a trufa. Escribo este post mientras volvemos. Música y paisaje y la cabeza funcionando sin parar. 

¿Qué pinta Wilco en una lista de música para madres? 

Te hubiera encantado este viaje. Fin.



Gracias a Elena Rius por todas sus recomendaciones para el viaje y a P por aguantarnos tantísimo.

viernes, 29 de agosto de 2014

Vacaciones a la francesa (III): Dos encuentros.



Sarlat nos recibe con una densa lluvia.La plaza de los canónigos en Sarlat es el típico sitio que al visitarlo piensas: como molaría tener un apartamento aquí. Llegar a Sarlat y darte cuenta de que es justo ahí dónde está el apartamento Cabaret que tuvimos la suerte de alquilar hace 10 días es sencillamente increíble. 

Sarlat es tan bonito que parece mentira. Los días de mercado está tan abarrotado que te dan ganas de tirar bombas fétidas o salir huyendo despavorido...pero una vez que el mercado se cierra, queda un pueblo tranquilo, lleno de casas maravillosas en las que sólo viven 600 personas de las 10.000 que componen su censo. (esto lo aprendí en el ascensor panorámico de la torre de la antigua iglesia desde el que fiché la casa que quiero para retirarme a escribir). 

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Suena música, música alegre, de la que me hace mover los pies. Nos acercamos y hay ocho músicos, todos distintos y peculiares. El cantante viste una especie de chaqué antiguo y un sombrero calado hasta las cejas, recita y canta con voz rasposa. Hace de maestro de ceremonias para que la multitud congregada a su alrededor siga la fácil coreografía: levantar los talones para ponerte de puntillas y dejarte caer sobre ellos al compás. Observo una perrofláutica rubia que es con mucho la persona más arrítmica que he visto en mi vida; baila en primera fila tan absolutamente fuera de ritmo que me da hasta pena. Eso sí, ella está encantada. 

Detrás del cantante está el batería, pequeñajo, rubio, con barba y bigote y grandes gafas de concha cuadrada; para animar se sube encima de la banqueta a dar palmas. A su derecha, otro tipo delgado, con una camiseta azul y pantalones de pana arremangados (hombres del mundo...¡la pana en verano es mal!) y descalzo toca el triángulo, un timbre de hotel con dedales puestos y una especie de plancha acanalada. Lleva sombrero y tiene los ojos azules. El acordeonista, que no puede ser más francés ni más tierno,  lleva boina, pantalones bombachos y tirantes. También es guapo y deambula delante del público con una bonita sonrisa. Un guitarrista bajito que toca sentado una guitarra española, un contrabajista con un turbante en la cabeza, un trompetista con gafas rayban y una horrorosa chaqueta amarilla forman el flanco izquierdo. 

El que maneja el cotarro es un tipo con pinta de estereotipo francés, con pinta de llamarse Pierre y llevar una baguette en el bolsillo. Con barba, gafas de concha, camiseta de rayas y gorra toca una especie de okulele y da instrucciones. 

A su lado está él. Chaleco negro, camisa blanca, sombrero negro, pelo largo y unos ojos azules impresionantes. Toca el saxofón y se llama Jimmy. Me he enamorado. 

En primera fila con mi sonrisa de estar feliz muevo los pies al compás y disfruto de la música. Son muy buenos, espectaculares. Cuando terminan compramos el cd, quiero recordar siempre este momento en Sarlat. 

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Él está sentado a mi izquierda, ella enfrente de él queda en diagonal conmigo. Los dos llevan pantalones cortos, él calza unos zapatos mephisto de trekking y ella unas zapatillas deportivas. Él lleva un jersey azul marino y ella sobre una sencilla camiseta blanca se echa una chaqueta por los hombros de esa manera que sólo se aprende a hacer cuando tienes más de 60 años. 

Cuando nos sentamos nosotros, ellos están por el segundo plato. Él come pájaro y está trajinando con los cubiertos como si estuviera operando a corazón abierto. Ella ha optado por un entrecot gigante. Encima de la mesa una botella de vino blanco casi terminada. 

Les escucho hablar y se que son americanos. Escucho retazos de su conversación: hablan de cine, de personajes que les han marcado, de la manera en que deben contarse las historias, de recuerdos de la universidad....Se rien. 

- Juan, ¿has visto a la pareja de al lado?
- No me avergüences, que se oye todo.
- No seas paranoico, no me oyen y además no me entienden. Deja de poner cara de susto que así es como llamas la atención...
- ¿Qué les pasa?
- Son pareja desde hace poco...
- ¿Cómo lo sabes?
- Por como están sentados, como se hablan, porque desprenden esa sensación de "estoy justo donde quiero estar y con quien quiero estar, aquí y ahora". 
- Te montas unas pelis en la cabeza que alucino contigo...eso es una memez, yo no percibo nada. 
- Tú no lo percibirías ni aunque te diera en la cabeza...  

Queso con fresas del Perigord de postre, me relamo de gusto y sonrío...y me encuentro con la sonrisa de la desconocida americana mirándome fijamente. Él se ha levantado, supongo que al baño. Sonrío más sin saber muy bien que decir, por un momento me entra pánico al pensar que a lo mejor si entiende el español.

- Hola, buenas noches. 

Lleva el pelo corto, rubio casi blanco y unas gafas con una finísima montura dorada. Es guapa, tuvo que ser guapísima cuando era más joven, aún lo es. Muy guapa y simpática.

- ¿Sois franceses?
- No.- estamos paralizados por la sorpresa.
- ¿De dónde sois?
- Españoles.
- ¡Ah, españoles! Yo nunca he estado en España pero él sí. 
- ¿De dónde sois vosotros?
- De California, de San Francisco.
- Bonita ciudad, me encanta.- dice Juan. 
- ¿Lo conoces?- ella lo pregunta como si viviera en un pueblo perdido del Amazonas y fuera extraordinario que alguien lo conociera. 
- Si, he estado tres veces.- contesta Juan. (esto si es un poco extraordinario)
- ¡Ah! y ¿Qué relación tenéis vosotros?
- Somos amigos.- contesto. 
- ¡Como nosotros!

Nos reímos. 

- ¿Qué tiene de gracioso que seamos amigos como vosotros?- pregunta él que ya ha vuelto.

Obviando alegremente esa pregunta cuya respuesta iba a sonar difícil de creer comenzamos una conversación sobre el Perigord, los tres viajes a San Francisco de Juan, los parques naturales de Estados Unidos y hablamos de nuestras intenciones de coger una gabarra y hacer canoas en el Dordogne.

- ¡Oh! Nosotros también vamos a hacer canoas. Nunca lo hemos probado.- dice ella mientras no para de reír. 
- Es muy divertido, seguro que os gusta.- contesto. 
-  Bueno, a nuestra edad hay que probarlo todo ahora, no tenemos toda la vida como vosotros. 
- Seguro que sí. - contesta Juan que está en modo diplomático "on".
- ¡Qué va! Él tiene 84 y yo 76.- susurra ella para luego estallar en carcajadas.

Cuando aún estamos con la boca abierta por la sorpresa de su edad, ella dice:

- Sí, somos muy mayores pero estamos felices. Los dos tuvimos una vida antes de conocernos y estar juntos. 

Sin reponernos del todo de la sorpresa, intercambiamos unas cuantas reflexiones sobre viajar, el Perigord y el Gran Cañón y nos despedimos entre sonrisas, encantados de habernos conocido. 

Enfilamos la preciosa calle principal de Dome...

- Moli...
- TE LO DIJE. 
- Tenías razón...tienes un puto radar para estas cosas.
- Te lo dije, estaba segura. 

Cuando cogemos el coche para volver a Sarlat, los veo caminando abrazados hacia el cottage que han alquilado y en el que pasarán diez días antes de volar a París. 

 Por el retrovisor, los veo una última vez. Sonrío y pienso que quiero volver a encontrármelos, pienso  que ojalá les queden muchos años de vida para disfrutarse y pienso que yo también quiero eso...



miércoles, 27 de agosto de 2014

Vacaciones a la francesa (II)

Albi. No hemos dejado piedra sin pisar, calle sin pasear, vista sin ver ni puente sin cruzar. No sabíamos muy bien qué nos íbamos a encontrar pero nada más llegar y ver la alucinante vista desde el hotel decidimos que habíamos sido lístisimos al reservar 3 noches allí. 

Albi es el paisaje que querrías ver cada día al levantarte al vivir en una ciudad, un paisaje que cambia cada día, a cada rato y del que es imposible cansarse. 

Tiene la que es desde ahora mi catedral más favorita del mundo mundial. Es la más grande de ladrillo de todo el mundo. Por fuera es tan inmensa, tan increíblemente grande que a su lado y al mirar hacia arriba te mareas y te sientes canijo. Esa inmensidad no te prepara sin embargo para lo que vas a encontrarte dentro y que es sencillamente alucinante. Pasamos más de hora y media deambulando mirando los techos (pintados hace 500 años y que jamás han sido restaurados, se conservan tal cual fueron pintados con unos azules brillantes increíbles) y repasando con detalle el Juicio Final que decora el altar mayor y que está pintando al temple. 

Como todo en este viaje está saliendo redondo tuvimos la increíble suerte de asistir a un concierto de órgano en la catedral. Si, ya lo se, ¿un concierto de órgano? Menudo rollo. Yo también habría dicho eso hace 3 días pero fue espectacular. Un órgano de 1736, con 5 teclados de manos y un par de ellos de pies, sonando en la nave de una catedral mientras descansas los pies del "paso museo" y el cuello de desnucarte mirando bóvedas. 

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- Juan, el organista tiene 31 años, ¿no alucinas con que sepa tocar ese órgano?
- Piénsalo así Moli. ¿Qué ha hecho ese tío con su vida para saber tocar así ese órgano con 31 años?
- ¿Qué quieres decir con eso? 
- Ese chico no sabe nada de la vida, no ha hecho otra cosa que tocar el órgano...no es como nosotros. 
- Jajajajaja, vale...visto así vale...pero tú seguro que te has tocado mucho el órgano.
- Touché. 

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Otra mañana entera en el museo de Toulouse Lautrec que también está en Albi porque resulta que nació allí. Me gusta Toulouse Lautrec desde que era enana porque vi una película sobre su vida, Moulin Rouge de John Houston , que me impactó muchísimo. Luego crecí, estudié arte y me siguió gustando pero siempre he mantenido ese vínculo con Lautrec gracias a esa pintura. 

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- Tengo una contractura brutal en el cuello. 
- ¿Quieres que te de un masaje?
- ¿Es una prueba de amor absoluto para ver si ganas la competición?
- No joder, lo hago desinteresadamente. 
- Vale, entonces si. 
- Joder, pero ¡cómo tienes el cuello! Es un puro nudo. 
- Pero vamos a ver, ¿no te he dicho que tenía una contractura?
- Ya pero normalmente las tías os quejáis y luego no tenéis nada. 
- Primero yo no soy "las tías" y segundo ¿a quién más le das masajes?
- A nadie y cállate o lo contamos como prueba de amor. 

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Carreteras comarcales. Pueblos en medio de un meandro inmenso. Iglesias perdidas. Carreteras entre árboles que acaban en medio de unos campos desde los que se ve a 40 km a la redonda y en los que echo de menos no llevar una falda de vuelo para salir a correr y cantar como Julie Trinos. Un castillo en ruinas que fue quemado por los nazis y en el que me adentro a pesar del peligro de derrumbe. 

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- Moli, ahí hay otro sitio perfecto para que hagas tu equilibrio y nos avergüences a todos.
- Yo no avergüenzo a nadie.
- Nos mira todo el mundo.
- Eso no es avergonzar, es llamar la atención y nos miran por tu culpa, eres demasiado alto y se te ve mucho.
- Ya claro, y la loca subida jugándose la vida no llama la atención ¿no?

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Cordes sur ciel es tal y como dicen las guías y más. Un pueblo medieval construido a partir de 1222 en siete años, con unas cuestas increíbles, unas casas preciosas y flores en cada rincón y esquina. 

- Moli, hazme aquí fotos saltando. 

Montamos tal espectáculo que la gente se para, aplaude y saca fotos a "SpiderJuan".

- Una cosita,  nos han aplaudido, nos han hecho corro y los niños querían copiarte la foto y ¿LUEGO SOY YO LA QUE TE AVERGÜENZO? 
- La culpa es tuya que me das ideas. 
- Touché. 


Bajo una lluvia torrencial ponemos rumbo al Perigord mientras escuchamos una lista de Spotify creada por Juan con el sugerente título de "música de madres". 

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