Las de curro.
Una proporción mínima de llamadas en el curro son buenas, interesantes, divertidas, enriquecedoras y dignas de ser recordadas. Sólo un número muy reducido de ellas apetece hacerlas, bien porque vas a solucionar algo, bien porque vas a hablar con alguien molón o bien porque te van a servir para vengarte, la típica llamada de “yo tenía razón”. Al colgar, uno se queda con sensación de satisfacción y deseando que todas fueran así.
La mayoría, sin embargo, son cansinas, dan pereza, cabrean, son un diálogo de besugos y una pérdida de tiempo en el mejor de los casos y en el peor tiran por tierra horas de tu curro. Hay que pensar que por lo menos te pagan por ello.
Las de “De hoy no pasa”.
De hoy no pasa que llame a pedir hora al médico, de hoy no pasa que llame a pedir hora al taller, de hoy no pasa que llame a apuntarme al gimnasio, de hoy no pase que llame para pedir cita al DNI…etc.
Son cosas que no se quieren hacer, pero que hay que hacer, pero que vas postergando y postergando. Toman impulso por la mañana “de hoy no pasa” y se van desinflando durante el día, cuando llega la noche vuelven a remontar “Mierda, se me ha vuelto a pasar…de mañana no pasa”.
Las de ¿Qué tal? ¿Qué haces?
¿Qué tal? ¿Qué haces?
Nada…aquí… ¿y tú?
Pues igual.
Pues luego hablamos.
Vale.
No aportan nada, pero son rutina y se hacen. Si no las haces y sin que nadie sepa por qué te acusan de pasar. “Claro, como hoy no hemos hablado”…Y tú piensas...¡¡pero si eso no es hablar!!!
Las que no quieres que te cojan.
Llamas, dejas sonar 3 veces y cuelgas pensando “debe de ser mal momento. Yo ya he cumplido, si quiere algo, verá mi llamada perdida y me devolverá la llamada” Lo que de verdad esperas, es que no te llamen.
Las interminables.
Hola.
Hola...mmm... ¿quién eres?
Soy C. Nunca me reconoces.
Perdona cariño, ¿qué tal? ¿Qué has comido?
Lo que tú habías preparado. .- pero qué listilla es...coño.
Y ¿estaba bueno?
Sí, pero yo quiero macarrones. ¿Qué vamos a cenar?
Son las 2 de la tarde, ya lo pensaré luego.
¿Macarrones?
No te aguanto…Bueno...hasta luego.
No, ¿qué haces?
Trabajar.
¿En qué?
Estoy leyendo un libro verde.
¿Y cómo se llama?
Jóvenes salvajes.
Pero... ¿son salvajes ellos o hay leones?
No hay leones...
Ellos son salvajes…
Voy a colgar…
¿Qué has comido?
No he comido...
¿Vas a comer macarrones?
Adiossssssss
Llamadas a tu madre.
Hay gente de llamada diaria a su madre. En este caso, la llamada se parece mucho a la “Querido diario”. "Hola Mamá, me he levantado, he desayunado, hoy me he puesto el vestido negro porque tengo una reunión y lugo como con una compañera y esta tarde tengo y haré de cena..blablablabla"
Hay gente, como yo, que es más de…”de hoy no pasa que llame a mi madre”…combinado con...” mierda...llevo una semana sin llamar”. Una vez que decides llamar, suena, aguantas la respiración y esperas a ver cuál será la reacción. Hay dos posibilidades:
- Hola cariño… ¿cómo estás? Y entonces te arrepientes de ser tan mala hija y no haber llamado antes.
O
- Hombre, la niña perdida y hallada en el tempo. Ya iba siendo horita de que te dignaras, que no sé nada de tu vida. Es que ni te preocupas por mí, ni por tus hermanos, sólo vas a lo tuyo. Seguro que ahora me llamas para pedirme algo…
Y entonces se transforma en una llamada de de las “no quería que me cogieran”.
Por último están las llamadas que estas deseando hacer. Cuando quieres hablar con alguien sin distraerte. No vale llamar desde cualquier sitio, ni en cualquier lugar. Se busca el momento adecuado y luego se llama. Puede ser para contar algo, para que te consuelen o al revés...para que te cuenten y para consolar. Estas son las que pasan volando, cuelgas y te quedas repasando la conversación y dándole vueltas.
Oh, casi olvido las mejores de todas, las de “solo tengo un minuto y llamo para decirte que te quiero. Hasta luego”.