viernes, 16 de septiembre de 2011

VIERNES DE FIESTAS: Molirecuerdos


Este fin de semana en la moliconcepción temporal del año se acaba oficialmente el verano. Da igual que siga haciendo este calor asqueroso, infernal y sin sentido, se acaba el verano, por fin.

Viernes de fiestas es una fecha en el molicalendario como mi cumpleaños, los reyes magos, san canelón o el cumpleaños de las princesas.

Las fiestas de Los Molinos no tienen nada especial frente a otras fiestas de otros pueblos. Son como todas, pero puedo recorrer toda mi vida pasando por distintos recuerdos de las fiestas.

Cuando era canija, las fiestas eran unos días raros. Muchas veces ya habíamos empezado el colegio pero seguíamos en Los Molinos, mis padres apuraban el veraneo franquista hasta octubre. De repente...llegaba el fin de semana y la rutina de levantarte, jugar, piscina, comida, siesta, piscina y más juegos se rompía. Había que ir al encierro por la mañana, nada de piscina. Cuando tienes 8 años esto es un drama. Te arrancaban de tu rutina de piscina chupi y te llevaban andando con un calor de mil pares de narices al pueblo a ver el encierro. Yo no le encontraba la gracia claro, hacía mucho calor (¿he dicho alguna vez que el calor saca lo peor de mi?), había mucha gente, y para conseguir ver algo de los toros tenías que pasarte una hora sentada en un palo mirando gente pasar. Tus padres intentaban compensarte o más bien conseguir acallar tus protestas “ me quiero ir a casa”, “ yo me quiero ir a la piscina”, “tengo calor”, “me aburro”, comprándote patatas fritas o un martillo de caramelo. Las patatas funcionaban como solución para callarme. Los martillos de caramelo eran mala idea, eran pegajosos, difíciles de desenvolver y a nada que te descuidaras se te había pegado el pelo al puto martillo. “ Mamaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa….se me ha pegado el pelo”.

Otro gran momento cuando eras cani y ese si molaba, eran los fuegos del sábado por la noche. Era un momento mágico...tus padres te bañanan y después no te ponían el pijama...¡¡te ponían vaqueros, jersey y chupa!! (Es curioso el fenómeno de amplitud térmica en las fiestas…a mediodía mueres deshidratado y por la noche por congelación), cenabas y luego se salía de casa. No dabas crédito…era tannn especial. Bajabas a la plaza del pueblo y asistías con la boca abierta a la exhibición de fuegos y al momentazo en el que de un palo saltaban unos petardos, se desenroscaba una imagen del Cristo de la Buena Muerte y sonaba el himno nacional. Te ibas a dormir sintiéndote tann mayor.

Con 12 o 13 años, las fiestas suponían un momento de libertad, de sentirte mayor. Te dejaban bajar al encierro con tus amigos, y ese sentimiento de “que mayor soy”...conseguía mitigar el calor de mil pares de cojones, el polvo asqueroso de los caminos y perderte la piscina ya no era un drama, casi se agradecia, te libraras de ese momento de vergüenza de dios mio...me ha crecido el pecho…tengo que sacar chepa. Por supuesto, pasarte dos horas subida a un palo para ver pasar los toros, ahora molaba, eran dos horas de cotilleo a ver si pasaba menganito y te miraba ( nunca te miraba) o fulanito o quien fuera. Con esa edad recuerdo perfectamente un encierro en el que por alguna razón, me ofusqué muchísimo y para mostrar convincentemente mi hostilidad hice un corte de mangas... ...sin percatarme de que molimadre me estaba viendo. Obviamente, se acabaron las fiestas para mí.

Cuando el nivel hormonal subía y toda tu existencia giraba en torno al momento “salir”, es decir, con 15 o 16 años, las fiestas eran el mejor momento del verano. Se suponía que los padres abrían la mano, te dejaban salir por la noche “es que son fiestas” y había menos control. Se suponía todo eso…y en molicasa se descartaba por completo.

- ¿salir por la noche? ¿A qué? ¿Con 15 años? Ni lo sueñes. Como mucho el sábado y a la 1 en cuanto acaben los fuegos derechos a casa.

Te sentías tan desdichada por no salir por la noche sabiendo que todos tus amigos estaban por ahí de juerga. Era tan deprimente levantarte por la mañana y bajar al encierro pronto y ver aparecer a tus amigos horas después con cara de “me acosté a las 3”…sentías que te lo estabas perdiendo todo y estabas deseando que acabaran las fiestas para volver al ritmo normal en el que todos hacíamos lo mismo.

Con esa edad recuerdo perfectamente un día que mi padre se apiadó de mi desdicha o estaba hasta el moño de verme con cara de ajo y me dejó salir el jueves de fiestas. Recuerdo estar bailando enfervorecida en un bar subida a un poyete, mirar hacia la puerta y ver aparecer su cara sonriendo, mirar el reloj y hacer un gesto diciendo...” se acabó lo que se daba”. Nos metió en el coche a 2 amigas, el hermano de una de ellas con un pedo de colores y a mí. Arrancó, se giró y dijo

- ¿qué Javier…demasiada agua, no??

Más adelante en mi vida, las fiestas han sido una época de descontrol total. De beber hasta morirme, de no dormir hasta extremos increíbles, de llevar al límite mi resistencia física. Recuerdo perfectamente con 22 años o así, despertarme un miércoles después de llevar sin parar desde el domingo y ponerme a llorar pensando que todavía me quedaban 4 días de juerga sin fin y encontrarme al borde del colapso. NI que decir tiene, que se me pasó el llanto y seguí al mismo ritmo.

En fiestas también fue uno de mis grandes momentos etílicos…me desperté en mi cama sin saber cómo había llegado allí. Me duche como pude, me vestí y bajé a la cocina para encontrarme con unas palabras escritas en la pizarra de la cocina completamente ininteligibles pero con mi letra. Aquello me dio mala espina...pero me deslicé fuera de casa para irme a currar. Lo peor vino, cuando me monté en mi coche y no me llegaban los pies a los pedales. Obviamente alguien más alto que yo, había cogido mi coche y me había traído a casa…15 años después no he conseguido recordar quien fue ese alguien.

En fiestas también y completamente por sorpresa...” no puede ser que este tío de verdad esté queriendo ligar conmigo, me lo estoy imaginando o voy más borracha de lo que me creo”…ligué con uno de los tíos más guapos con los que he estado nunca. (Ahora que lo pienso esto se me pasó en “mi no vida amorosa”)

Desde que tengo a laz princezaz vivo las fiestas de otra manera. Maquino como colocarlas el viernes para poder salir a beber como si no hubiera mañana, me levanto el sábado con una resaca mortal y una holgura craneal de la que creo que no voy a recuperarme nunca. El cuerpo me pide quedarme en la cama agonizando por mi falta de control sobre mi ansiedad etílica...pero ellas no perdonan: ¡¡vamos a los toros!!! ¡¡Vamos a los toros!!!!...y haciendo un ejercicio supremo de amor maternal, me levanto, engullo unos ibuprofenos y bajo andando con la caloreta infernal al “encierro chico” primero y al encierro de mayores después.

Sufro, pero encontrarme con mis amigos de toda la vida...con la misma mala cara que yo, las gafas de sol, el pelo mojado de la ducha, mirando los castillos hinchables donde nuestros churumbeles son felices me reconforta. Entonces Fede dice:

- Moli...estamos fatal pero ayer lo dimos todo en la plaza. Esta caña es para ti…o nos mata o aguantamos hasta la noche.

Ese momento mola mil.

PS: la foto ya la había puesto, pero es que me mola mucho y no se me ocurre nada mejor para ilustrar este post. Y no lo explico más. Ah..y tengo exactamente la misma pinta. Me parto.

jueves, 15 de septiembre de 2011

MALDAD Y ENTUSIASMO

No sé muy bien cómo va a salir esto, pero llevo dos días sin publicar y no puede ser. A ver si por no practicar voy a perder el ritmo. Esto es como todo, no se te olvida, pero pierdes destreza y si lo dejas mucho cuando vuelves a ello tienes hasta agujetas…así que a practicar.

En teoría el entusiasmo y la maldad no tienen mucho que ver a no ser que uno sea un malvado muy entusiasta lo que lamentablemente le hace perder efectividad en su maldad y además digamos que la maldad no está bien vista.

En lo que se parecen el entusiasmo y la maldad es que para sentirlos como se merecen hay que ser conscientes de uno mismo, de lo que está sintiendo. Hay que pararse y decir…eh...estoy entusiasmado y mola mil…o estoy siendo malo y no hay donde esconderse ni justificación, lo estoy siendo.

Primero la maldad.

Hablo de la maldad porque si. Hacer algo que sabes que está mal a propósito. NO hablo de hacer mal a alguien haciendo algo que a ti te satisface de otra manera, o de hacer mal sin darte cuenta, no. Hablo de ejecutar una acción sabiendo que está mal y con la única justificación de causar mal al otro y además de esa acción la única satisfacción que sacas tú es el daño que causas.

Si...claro...ninguno hemos hecho eso jamás en la vida…todos somos buenísimos y tenemos un buen fondo y nunca hemos hecho algo asi. Pues tengo mis dudas. El problema es que no mola ser malo, y para ser malo hay que ser consciente de ello...no mola decir...he sido malo, me he portado mal. No está bien visto, así que lo enmascaramos de mil maneras…la peor de todas es: si, lo que hice estaba mal...pero es que la otra persona había sido mala antes.

Correcto. La otra persona ha sido una completa hija de puta por el motivo que sea. X, pero si tú haces algo que está mal con el único motivo de causarle mal…estás siendo igual de malvado. Admítelo, se coherente, no te justifiques. Decidiste ser malo, hacer algo para putear y lo has hecho.

Ya está. No me vengas ahora con “no es que X se lo merecía porque antes”…me da igual. Me da igual quien fuera X y lo que hiciera. Tú has hecho una maldad y apechuga con ello.

Que conste que no estoy diciendo que no haya que ser malo. Eso lo decide cada uno en sus circunstancias y no vivo en los mundos de Hello Kitty (a pesar de la campaña de C por decorarme la casa con la gata de los cojones) y todos tenemos un fondo de maldad aunque todos hayamos llegado al acuerdo de esconderlo al fondo a la derecha y no enseñarlo.

A lo que voy es que si eres malvado por la simple satisfacción de serlo, por venganza...asúmelo, vive con ello y no lo justifiques. Hay que asumir que no somos perfectos ni la gente esa que sale en los anuncios que no se mancha nunca, quiere a sus vecinos y su máximo problema es quitar una mancha absurda de césped en una rodillera del pantalón.

Y además un malo arrepentido es un completo fiasco..como Dart Vader...molaba mil hasta que salió con lo de Luke soy tu padre..toda mi infancia queriendo ser Darth Vader y respirar como si tuviera mocos y al final descubro que era un fraude. Nada peor que un malo con conciencia.

Ahora la parte amable.

Al entusiasmo le pasa más o menos lo mismo. El entusiasmo es un sentimiento que necesita de la conciencia de sentirlo para desarrollarse plenamente. La tristeza, por ejemplo, llega y te arrasa, no puedes hacer como que no está, una oleada de pena provocada por nada en concreto llega un día, en un momento y puedes optar por bracear para intentar salir de ella o dejarte arrastrar.

Al entusiasmo no le pasa eso. El entusiasmo no llega, el entusiasmo se crea. Para sentirlo hay que querer algo, hay que tener interés por algo, hay que dejar que lo que sea (la fórmula 1, los libros, Bruce, la física cuántica, los peces de colores, la repostería, el futbol, escribir, los gintonics o lo que sea) que te guste, te llegue a apasionar. Hay que construir ese entusiasmo por lo que sea y disfrutar de él...decir...joder…¡¡como me mola este libro!! O ¡¡como me flipa esta canción!! O ¡¡de puta madre que he conseguido hacer una tarta de cumpleaños para mi hija con barritas de Kit Kat!! (1)….y hay que ser consciente de que uno está entusiasmado…nota el cuerpo en tensión, todo su cuerpo en tensión porque hay algo que le llega, que le toca, que le hace sentir más vivo…algo con lo que vibra.

El entusiasmo es además, un sentimiento que hay que mimar. Y es un sentimiento muy muy difícil de compartir precisamente porque aquello que nos lo provoca es extremadamente personal. Estas dos circunstancias hacen que sea un sentimiento frágil...muy frágil y que si te lo rompen te dejará hecho polvo. No hay nada peor que la frase “yo no sé qué interés le ves a esto”…como respuesta a un entusiasmo verdadero… te deja arrasado.

Hay que mimar el entusiasmo propio y tener muchísimo cuidado con el entusiasmo de los demás…a no ser que quieras ser malo a propósito...porque entonces, joderle el entusiasmo a alguien es una manera fácil y muy efectiva de hacer el mal.

Eso sí...cuando consigues transmitir el entusiasmo por algo que te interesa a otro alguien…y no solo ese alguien lo capta si no que se interesa y percibes como se va entusiasmando poco a poco ( aunque nunca llegue a tu nivel )….es un sentimiento que vale millones.

No pasa casi nunca...pero cuando pasa es la leche. Y hay que ser conscientes de que te está pasando…para disfrutarlo como se merece.

Y sé que hay miles de entusiastas de Darth Vader cuando molaba por ahi....

(1) Homenaje a mi amiga Anniehall y su reposterexia.

lunes, 12 de septiembre de 2011

EDITORIALES, CRÍTICAS Y "CONSTRUCTIVIDAD"

En mi humilde opinión al mundo del libro le está pasando un poco como le pasó al de la música, anda como pollo sin cabeza.

El negocio hasta ahora estaba claro: conseguías a un autor consagrado, editabas sus obras, hacías una campaña de publicidad en prensa escrita, en especiales culturales, en algún programa de radio o tele y cruzabas los dedos a ver si sonaba la flauta y las ventas iban bien. Si el autor por el que habías apostado era un completo desconocido, entonces cruzabas los dedos, ponías velas, rezabas todo lo que sabías y esperabas que sonara la flauta

Los especiales culturales, las críticas de libros y las reseñas en los periódicos cumplían su misión: daban noticia de la publicación de novedades, recomendaban libros y criticaban otros.

Todo este esquema de negocio se ha ido resquebrajando y ahora mismo está completamente desarticulado.

Para empezar cada vez se venden menos libros. La gente lee poco, los libros son caros y con la llegada del libro electrónico el sector editorial no ha sabido adaptarse y ha favorecido la piratería, pretender que se paguen 14 euros por un libro electrónico es empujar a la gente a buscarse la vida.

El siguiente problema es que ya no hay hueco en los medios para la promoción literaria. A la prensa escrita no le interesa un artículo sobre libros nuevos, ni la crítica literaria. (De la tele y la radio ni hablamos). Es un tema que ha quedado relegado a los especiales culturales.

Y ahí llegamos al siguiente problema, esos especiales culturales están en manos de empresas editoriales que en una mano controlan el especial encargado de las críticas y en otro la editorial que publica el libro a reseñar. Obviamente la objetividad queda si no fuera de la ecuación, digamos que en un segundo plano. El resultado de esta combinación es que las reseñas literarias han pasado a tener cero credibilidad: si son de mi mismo grupo editorial el libro mola mil...y si es de otro grupo...sencillamente no existe. (1)

En resumen, actualmente se venden pocos libros, no se encuentran canales de promoción con impacto en las ventas y las publicaciones sobre libros digamos que han sufrido bastante descrédito y al lector avezado le resultan poco o nada creíbles en sus opiniones.

Al mismo tiempo en internet hay una enorme cantidad de blogs donde se recomiendan, critican, vapulean o despellejan libros. Son blogs de gente anónima a la que sencillamente le mola leer y decide un buen día dejar su opinión por escrito en la red, tanto para recomendar algo que le ha gustado muchísimo como para avisar a posibles incautos contra lecturas espantosas. Esos blogs tienen mucho público y sus opiniones sirven a muchos lectores a la hora de elegir sus lecturas.

Hasta ahora el mundo editorial había pasado millas de esos blogs, supongo que los grandes gurús editoriales y de marketing, veían aquellas páginas como un club de lectura de biblioteca, y no eran capaces de cuantificar el valor que las críticas de esos blogueros tenían en para otros lectores. Digo “no eran capaces de cuantificar” por ser políticamente correcta porque sinceramente creo que las editoriales directamente menospreciaban o ignoraban esos blogs. Supongo que pensaban algo del tipo: ah sí...hay unos mataos que comentan libros…pues muy bien.

Ahora esos dos factores se han encontrado...y supongo que en las editoriales han tenido un diálogo de este estilo.

- oh vaya...parece que no vendemos un libro ni para atrás y lo que es peor, ni siquiera conseguimos que se hable de ellos en ninguna parte. A ver si al final a resultar que vamos a necesitar a los mataos con blogs porque resulta que tienen tirón y que si recomiendan un libro eso repercute en las ventas.
- Pero...será una repercusión mínima, ¿no? Mucho mejor ir a Ana Rosa a que hable del libro.
- Si, pero Ana Rosa dice que tururú, que si no lo ha escrito Belen Esteban ni de coña. Y solo si el libro es de amoríos, autoayuda o hay misterios pseudoreligiosos con tensión sexual no resuelta.
- Pues de esos no tenemos ninguno...porque publicamos autores nuevos, recuperamos clásicos, recopilaciones de cuentos.
- Ya...somos culturetas.
- Y ¿que hacemos?
- Lo que te digo...los de los blogs…si hablan del libro pues eso será publicidad.
- Bueno, no perdemos nada. Les mandamos el libro gratis, sabemos que se lo leerán porque son mataos con blogs pero tienen pinta de honrados y que hablen del libro.
- Venga.

Los editores buscan blogueros que reseñen sus libros

Leo esta noticia que me llega por el twitter de Alba Editorial y me parece buena idea. Antes de que alguien entre a llamarme listilla y demás, yo no estoy en la categoría de “mataos con blog de libros”...asi que no pensaba en que me tocara a mi este tema, pero por puro espíritu ciéntífico pregunte a Alba Editores.

esto es verdad? Te dejarán reseñar un libro aunque la reseña sea un despelleje?”
Albaeditores contestó:

Publicar un libro es un proceso largo y complejo, debes sentirte orgulloso del trabajo realizado y no supone garantía alguna...

Con todos mis respetos a Albaeditorial… ¿qué tiene que ver el tocino con la velocidad? Por supuesto que publicar un libro es un trabajo de mil pares y hay que dar palmas con las orejas si se consigue...pero... ¿que tiene que ver eso con lo que pregunto? Me está dando a entender que como ha sido mucho trabajo ¿no se puede criticar?

Pregunté otra vez porque no quiero ser malpensada.

Lo que pregunto es si la editorial va a admitir que al reseñar un libro seas crítico o solo aceptará publicidad positiva

Albaeditorial me contesta

La crítica debe ser constructiva, lo importante es el debate y el blog debe estar abierto a opiniones de otros usuarios”.
Vale. Así que lo que quieren es que hagas algo “Constructivo” entendiéndose constructivo como “chupi”.

Tras estas averiguaciones tengo una serie de reflexiones sobre el tema:

Primero, leo varios blogs de listos con gafas que hablan de libros. Unas veces estoy de acuerdo con lo que opinan y otras veces discrepo. Me resultan útiles y creíbles precisamente porque no son “constructivos” por definición. Y desde luego, si alguno de ellos empieza a deslizarse por la pendiente de “constructividad” directamente sale de mi reader. Sencillamente no me creo que todo lo que leas sea estuplendido, y que todo te guste, así que mientes y si mientes no me sirves como referente de lecturas. Si la editorial exige una crítica constructiva, el valor que tiene el criterio del bloguero se esfuma.

Segundo, si tú eres una editorial, apuestas por un libro y lo publicas tienes que confiar en el criterio que tienes como profesional del ramo. Y precisamente por esa profesionalidad tienes que saber que unas veces acertarás y otras no. Y que a veces habrá que lidiar con la frustración de comprobar que te equivocaste o que una obra que tú encuentras valiosa no encuentra el eco que esperabas. Las críticas “no constructivas” no son inútiles, pueden servirte para reafirmarte en tu criterio porque realmente crees en él o para replanteártelo. Si todo es “constructivo” y “chupi”...perderás el criterio que tengas...todo lo que haces mola y ya está.

Tercero, desde un punto de vista puramente mercantilista...cualquiera sabe que cualquier publicidad es buena...incluso la destructiva. Hay mucha gente que encuentra un placer insano en llevar la contraria: ¿qué molinos ha dicho que los ojos de los cocodrilos es una mierda? pues me lo voy a comprar solo para poder decir que a mí me gustó.

Cuarto, basándome en mi experiencia y a pesar de que, repito, yo no tengo un blog literario...si a mí me llamaran de una editorial para que reseñara uno de sus obras señalándome que “la critica debe ser constructiva”, declinaría educadamente el ofrecimiento, así que supongo que con esas premisas no van a encontrar muchos blogueros dispuestos...a no ser que estén dispuestos a pagar las críticas constructivas con una cantidad de pasta suficiente como para compensar la pérdida de prestigio que el “constructivismo” acarreará para esos blogs. Y si, todos tenemos un precio...yo también, pero que te paguen pasta por escribir críticas constructivas no hace esas críticas valiosas.

Quinto, estoy de acuerdo en que debe haber debate y distintas opiniones. Si tienes un blog público en el que admites comentarios, tienes que estar dispuesto a aceptar críticas. Limitándome al tema literario, cuando yo pongo un libro a parir o lo ensalzo hasta la estratosfera, me parece completamente lógico que alguien llegue y diga “Cannery Road me ha parecido soporífero”, “A mí La caja negra me ha parecido un coñazo” o “El último encuentro no es para tanto”. Son opiniones tan valiosas como la mía aunque no las comparta. Eso sí, si alguien viene y me dice que “El amor patético”, “El vestido rojo” o el libro ese horroroso de japos que leí el año pasado es una obra maestra...me preocupo...y pienso...Dios mio... ¿pero quién me lee?

Sexto, no soy tan ingenua como para pensar que la editorial va a dar palmas con las orejas si dices que su libro no te ha gustado o que te ha parecido malo. Entiendo que eso no es lo que buscan, pero reconocer desde el principio que solo podrán ser críticas constructivas, creo que les restaran voluntarios. Sinceramente, como estrategia para conseguir que les lean, era mejor mentir “Oh si, podéis escribir lo que queráis”…y luego si no les gusta pues con tachar al bloguero de su lista lo tenían apañado.

Por último, en este año he tenido trato con tres editoriales que me han enviado sus libros. A las tres les pregunté lo mismo “Si lo leo y no me gusta ¿podré despellejarlo en mi blog? Porque si la respuesta es no, no me lo envíen”. En las tres ocasiones, las editoriales contestaron que confiaban plenamente en que me gustara y que podía decir lo que me apeteciera.

Y si, me ha quedado muy largo...y admitiré todo tipo de críticas.

(1) Como los grandes grupos de comunicación engloban radios, tvs y prensa escrita..el factor “los de mi grupo molan mil y los otros no existen” ocurre igual en radio y tele.

viernes, 9 de septiembre de 2011

MÁS BRUCE: I´M ON FIRE



Es la segunda versión que cuelgo de esta canción...y no será la última...
Esta versión es de hace 20 años, de la época en la que un concierto de Bruce duraba 5 horas porque entre canción y canción Bruce hablaba y hablaba y hablaba.
Aqui no para de rajar hasta el minuto 1:50...luego suspiraaa...con un suspiroooo...pufff y luego...I´m on fire.

jueves, 8 de septiembre de 2011

TRABAJO

Fríamente y con las ideas claras uno sabe cómo debe tomarse los distintos aspectos de su vida.

Lo malo es que fríamente, con las ideas claras y sin dejar entrar un atisbo de subjetividad en nuestros pensamientos, conseguimos estar más o menos 2 ó 3 minutos al día.

Con esa frialdad lo suyo sería tomarse el trabajo como una actividad que realizas a cambio de dinero para poder vivir. Lo suyo sería que todo el mundo pudiera currar en algo que le gustara, que no echara mil horas y que consiguiera un salario digno.

Claro que lo suyo también sería tomarse las rupturas amorosas sin hacer un drama, la educación de los hijos con calma y sin agobios y la política como una de las siete plagas del apocalipsis que nos ha tocado sufrir.

Pero lo suyo está jodido…y es chungo de conseguir, así que normalmente nos tomamos las rupturas de pareja como un misterio insondable lleno de incógnitas idiotas, soportamos mal la frustración ante los sorprendentes resultados de nuestros afanes como padres y rechinamos los dientes al leer la sección de nacional de la prensa.

Por lo mismo, la mayor parte del tiempo nuestra percepción del curro está alejadísima de “lo suyo”. El curro es para unos buenos, para otros malo, para otros directamente no es, para otros una condena, para otros un triunfo, un sufrimiento, una manera de perder el tiempo, una manera de ocuparlo, una manera de huir…hay mil maneras de tomárselo y de que te afecte lo que haces o dejas de hacer.

No eres tu trabajo, pero gran parte de lo que eres es como tu trabajo te hace sentir.

Tu trabajo te puede hacer sentir afortunado si se parece mínimamente a lo que soñaste hacer cuando tenias 10 años, y lo que es más importante eres consciente de ese parecido.

Tu trabajo te puede hacer sentir aliviado si simplemente eres consciente de la suerte que tienes al tener uno.

Tu trabajo te puede hacer sentir monótono y rutinario. Y da igual que seas Frank de la Selva o que pongas tapones a un tetrabrik.

Tu trabajo te puede hacer sentir miedo. Miedo a perderlo y miedo por la responsabilidad.

Tu trabajo te puede hacer sentir ilusionado a la vez que acojonado si es un reto nuevo. Sabes que eres capaz pero el pepito grillo que llevamos siempre dentro no para de saltar y decir “ y si es demasiado para ti??, ¿ y si no puedes? ¿ y si te pasaste de listo?”

Tu trabajo te puede hacer sentir activo y con la mente despierta. Si te hace sentir así, deberías dar palmas con las orejas.

Tu trabajo te puede hacer sentir satisfecho. He venido, he hecho lo que tenía que hacer, me voy y aqui dejo mis pensamientos laborales hasta mañana.

Tu trabajo te puede servir para tener la mente ocupada de otros problemas de tu vida. Te puede servir de refugio pero no solucionará el resto de tus marrones.

Tu trabajo te puede hacer sentir práctico, “vengo, curro, me pagan y me voy”. Esta es la actitud más adecuada a tener la mente fría y clara.

Tu trabajo te puede hacer sentir una piltrafa. Contra esto hay que pelearse muchísimo y recordarse como un mantra…da igual la estupidez que haga, me pagan y me voy a casa y yo no soy mi trabajo.

Tu trabajo te puede hacer sentir desbordado. Montañas de cosas por hacer y ni siquiera saber por dónde empezar.

Tu trabajo te puede hacer sentir incredulidad...” ¿de verdad tengo tanta coña como para tener este curro con este dinero y que encima me mole?

Tu trabajo te puede hacer sentir desilusión “No puedo creerme que se lo hayan dado a otro, yo era la persona adecuada”. Aquí hay que recurrir otra vez a...esto es curro, me pagan y me voy. Y si no funciona, psicología comparativa...” vale, le han dado el curro que yo me merecía...pero yo molo mil”.

Tu trabajo te puede hacer sentir frustración, “mierda, mierda, mierda…cuanto inútil suelto sin dejarme hacer las cosas bien”. Para esto, lo mejor es acostumbrarse.

Tu trabajo te puede hacer sentir tristeza, agobio y ganas de llorar. Puedes ir al curro con los dientes apretados, los puños cerrados y notando tu cuerpo más en tensión que si se te acercara Gerard con cara de faena.

Tu trabajo te puede hacer sentir poderoso, ir sonriendo por los pasillos, poner mirada de suficiencia y pose de dominio del mundo. Si no eres cirujano de trasplantes o bombero recién salido de un edificio en llamas con alguien en brazos…sencillamente eres gilipollas.

Y aunque cueste creerlo, tu trabajo te puede hacer feliz cuando consigues algo que te propusiste, te moló hacerlo, te pagaron bien por ello y no sacrificaste el resto de tu vida por ello. A esto no te acostumbres, pero disfrútalo si te ocurre.

martes, 6 de septiembre de 2011

MATERNITY (LXXIX): Frases comodín

Un par de consideraciones previas:

- Hay gente que opina que a los niños siempre hay que decirles absolutamente toda la verdad. Yo no.

- A tus hijos les pareces omnipotente, no porque seas tú, que también,..sino porque eres “un mayor” y un mayor puede hacerlo todo. Hay gente que no se acuerda de cómo se sentía cuando era cani, pero yo si me acuerdo, perfectamente. Ser mayor era poder absoluto, era poder hacer lo que quisieras y todo bastante molón excepto: la renta, limpiar la plata y guardar las alfombras.

Con estas dos consideraciones previas: no decir toda la verdad si es mejor no decirla y sabiendo que laz princezaz consideran que yo lo puedo todo, me paso el día sumergida en conversaciones en las que para salir airosa tengo que emplear las frases comodín.

No siempre funcionan, pero dan tiempo antes de llegar a la respuesta correcta.

Un ejemplo…

Molicuñado se hace el tío molón y se pasa todo el verano diciéndole a laz princezaz que va a llevarlas a un bosque donde hay unos recorridos superchulos para hacer por los árboles. Sigue todo el verano haciéndose el enrollado y el día antes de volvernos a Madrid les promete llevarlas por la tarde y hacer algún recorrido.

Molicuñado se echa una siesta de mil pares y para cuando llegamos al bosque, es demasiado tarde para hacer nada. A M le flipa el bosque, los recorridos que hay, quiere ponerse un arnés y trepar por todas partes.

- No puede ser cariño...están cerrando, se está haciendo de noche.
- Es que yo quiero hacerlo...sé hacerlo mamá.
- Si, lo sé...pero hoy no puede ser. Otro día.
- ¿Mañana?
- No, mañana no puede ser, nos vamos a Madrid.
- ¿El sábado que viene?
- ¿El sábado? Bueno…” ya veremos”.

YA VEREMOS. Es la frase comodín de todos los padres del planeta. Es como no decir nada. Es como decir “Si no hay más remedio lo haremos el sábado que viene”. Es como decir “Si de aquí al sábado que viene no sale un plan mejor, más chulo, más barato y sobre todo que no signifique sufrir por la integridad física de mi primogénita lo haremos”. Es como decir “a ver si de aquí al sábado que viene se le ha olvidado”. Es como decir “No te digo que no para que no te lleves el disgusto ahora y no te digo que si para que no lo grabes en tu memoria de elefante y estés toda la semana diciendo “el sábado vamos” “el sábado vamos”.

Realmente tú quieres decir eso...que ya veremos que pasa, porque no sabes que pasará de aquí al sábado. Pero ella eso no lo entiende, si tú quieres ir, eres mayor...puedes hacerlo.

YA VEREMOS no soluciona nada, pero da margen. El problema es que los niños juegan a acortar ese margen, son astutos y conocen sus cartas.

¿Ya veremos qué?
Pues ya veremos si hace bueno.
Pero si hace bueno... ¿venimos?
Si hace bueno ya veremos...
Vale, vale...pero si sale un sol radiante...entonces ¿es que si?
Bueno...a ver...a lo mejor hay que esperar a que crezcas un poco.

CUANDO CREZCAS. Otra frase comodín. Es como no decir nada o decirlo todo. Puede significar muchísimo en plan putada…..”Cuando crezcas podrás hacer esto tan chulo que te he enseñado y que por tanto se puede ver pero no se puede tocar y por tanto soy una cabrona como madre” y provocarás frustración en tu churumbel.

O puede significar una promesa de recompensa al hecho de crecer “Mira que cosa tan chulísima te está esperando cuando crezcas”…lo que viene siendo...creando expectación. Lo suyo es venderlo así porque además los churumbeles no controlan el concepto temporal del crecimiento.

- Entonces si crezco mucho podremos venir.
- Si
- Y si bebo mucha leche, creceré mucho y parecerá que tengo 12 años y podré hacer los recorridos de mayores, ¿no?
- Si creces mucho si.
- Y ¿vendremos?
- Bueno...si hace bueno, creces mucho y por supuesto…depende de cómo te portes.

DEPENDE DE CÓMO TE PORTES. Tercera frase comodín del mundo mundial. Esta no siempre funciona, para que surta efecto, el premio a conseguir por un comportamiento adecuado tiene que ser adecuado a las expectativas generadas. “Que haya macarrones de comer depende de cómo te portes” no suele funcionar. Un vil plato de pasta que más pronto o más tarde saben que van a degustar no compensa 24 horas de conciencia sobre su comportamiento y control sobre su conducta. Pero una excursión por las copas de los árboles en un bosque acojonante…compensa mucho. Es lo mismo que si viene tu jefe y te dice “depende de cómo te portes te doy un pilot nuevo azul”...pues tú le miras y piensas “uy que susto..prefiero la muerte” y sigues a lo tuyo. Pero si viene tu jefe y te dice “tu plus de 400 leuros depende de cómo te portes”…la cosa cambia.

“Ya veremos”, “Depende de cómo te portes” y “Cuando crezcas” no solucionan el problema pero dan tiempo. A lo mejor alguien me lee (alguien sin hijos probablemente) y dice:

- Dile que si vais a ir. Error. Y si sucede algo no previsto que impide la excursión. ¿Y si jarrea? ¿Y si cierran el parque? ¿y si hay una rebelión de ardillas que están hasta el moño de ver humanos triscando por sus pinos? Si dices que si…y luego es que no...la decepción en sus caritas no te dejará dormir en días...porque ellos no entenderán porque no has podido conseguir que abrieran el bosque, porque la lluvia es un impedimento si además a ti te encanta y porque las adorables ardillas están contra ellas.

- Dile que no vais a ir. Error. Eso hubiera supuesto una llantina horrible, con lágrimas perfectas cayendo de sus increíbles ojos azules por su carita de princeza y un disgusto emocional en M que me hubiera hecho sentirme horriblemente culpable.

El uso inteligente de las frases comodín sin embargo, ha conseguido que M esté bebiendo leche como si le fuera la vida en ello “Mami, esta leche es fresca... ¿hace crecer más que la normal?” y portándose tan bien que hasta ha aprendido a ducharse sola “Mamá...soy mayor...cierra la puerta que lo hago yo sola”.

También pregunta compulsivamente por la previsión meteorológica pero eso es un efecto colateral que estoy tratando de controlar…

Y de aquí al sábado QUEDA MUCHO

lunes, 5 de septiembre de 2011

SOBRE LEER..reflexiones variadas.

Empecemos por una obviedad para cualquiera que haya estado perdiendo el tiempo un poco por aquí: me flipa leer.

Desde que tengo uso de razón, que por otro lado es una frase completamente idiota, he estado leyendo sin parar. No sé estar sin leer, no sé estar sin un libro entre manos y otro esperando. No siempre he leído igual y hay muchas cosas que he ido cambiando.

Antes jamás releía..en el último año y medio he descubierto el placer de releer y creo que voy a seguir haciéndolo. Releer tiene casi más riesgo que leer de primeras. En principio y alguien como yo que jamás lee contraportadas y huye de recomendaciones excesivamente entusiastas, se lanza a leer sin expectativas previas..bueno si, uno espera que le guste, le entretenga, le haga pensar…pero no espera jamás que sea un libro que le deje del revés. Eso solo pasa con algunos libros.

Cuando eso pasa es una experiencia para guardar en una caja y enseñársela solo a unos cuantos escogidos. Y esa caja solo la puedes volver a abrir si estás dispuesto a pasar por la desilusión de que un libro que te dejó del revés con 14, 23 o 27…te deje complemente frio ahora. La culpa no es del libro...es como los amantes...o los antiguos amores...tuvo su momento y pasó...pero la desilusión puede ser brutal. Esperas un polvo con fuegos artificiales y te encuentras con un misionero con la ropa puesta.

Por eso releo con muchísimo cuidado y solo cuando concurren otro tipo de circunstancias más allá de mi interés por rememorar esa experiencia.

Otra cosa que no hacía antes era sacar libros de la biblioteca...solo compraba...quería que fueran “mios”. Pero un día, y dado que vivía a 100 metros de una de las mejores bibliotecas de Madrid decidí entrar y desde entonces soy usuaria compulsiva. No he dejado de comprar, pero me mola ir y deambular con mi lista de libros buscando lo que quiero, me mola indignarme con los que no los devuelven a tiempo y me mola cuando uno no me gusta y pienso...la pasta y el sitio que me he ahorrado. Antes de tener mis cuadernos de lecturas no me gustaban los libros de las bibliotecas porque al devolverlos perdía mis páginas con esquinas dobladas…ahora me da igual, copio todo lo que me ha molado y ahí se queda. Además, si un libro me ha gustado muchísimo…acabaré comprándolo por si acaso me da para releerlo.

¿Qué más?

Leer en una pantalla. Desde reyes tengo mi tablet y sí he leído varias cosas en ella. Ahora también tengo un superteléfono en el que también puedo leer. No lo hago. Le veo la utilidad, me resulta cómodo, es cómodo, no me molesta la pantalla y tiene muchas cosas buenas pero si me das a elegir prefiero el papel. En el libro electrónico no puedo doblar las esquinas...y eso me jode. Si, puedo poner una marca, puedo subrayar pero no es lo mismo…una marca hecha en la pantalla no tiene emoción...es solo una marca. Si doblo una esquina, cuando vuelvo a esa página noto la emoción que algo que hay ahí me causó...si la he doblado dos veces busco ansiosamente qué es lo que me llamó la atención, que es lo que me hizo pararme y doblar la esquina. Releo la página conteniendo la respiración, acelerando la lectura según voy avanzando y ¡bang! Ahí está otra vez. Si dejo una marca en la pantalla...esa vuelta a descubrir esa emoción me la pierdo...saltará automáticamente...y sinceramente no es lo mismo.

Me gustan los libros en papel porque si le recomiendo a alguien un libro y me dice que le está encantando...puedo ir a mi estantería, abrir mi ejemplar y ver “Reyes 2003" y sé exactamente en qué momento ese libro entro en mi vida. Con el libro electrónico también, con ver en qué fecha lo agregué a la estantería ya conozco esa información, pero tampoco es lo mismo.

Y el libro en papel puedo prestarlo…puedo darte “mi” libro. No uno parecido, igual, de la misma edición, no. Puedo darte el “mío”, puedes leer el mismo que yo tuve en mis manos y puedes ver mis esquinas dobladas. Por supuesto esto no se hace con todo el mundo, yo lo hago con muy poca gente, poquísima y es otra experiencia que te pierdes con el libro electrónico. Cuando ese libro vuelve a mis manos (en mi casa, después de haber pasado por mis 3 hermanos y molimadre) el libro está manoseado, usado, es mi libro enriquecido por la visión que de él ha tenido la persona a la que se lo he prestado. No es algo tangible materialmente pero sí emocionalmente...incluso cuando me lo devuelven y me dicen: “a mi tampoco me ha gustado tanto”...eso está ahí.

Bueno, pues a pesar de que me mola más el libro en papel no soy una cerril para estas cosas, bueno y para casi ninguna la verdad. El sábado leí varios artículos sobre el futuro del libro, el libro en internet y experiencias “más allá del texto” con el libro. En lo de las experiencias más allá, siempre hay cantidad de intensos y cantidad de tíos que hacen cosas espantosas o auténticas tomaduras de pelo,  pero me he tomado la molestia (bueno...tenia mucha curiosidad la verdad) de bucear en el ELO ( Organización de Literatura Electrónica) y he encontrado algunas cosas muy chulas.

No son libros en papel, ni siquiera son para leer estrictamente, pero a mí me han molado y por eso los dejo aqui.

"The Child"..parece un viodeclip con letras, pero no lo es. Hay que saber leer para seguir lo que cuenta. Me gusta la música también.


"The Sweet Old Etcetera". Este es más interactivo, hay que ir pinchando y toqueteando.


Ya digo que no son estrictamente libros pero me han gustado. Ah, otra cosa por la que no me gusta leer en la pantalla ni siquiera en el curro es porque no puedo usar mi boli rojo y mi boli rojo..mola mil.

viernes, 2 de septiembre de 2011

LIBROS ENCADENADOS (Julio-Agosto)


6 libros en dos meses, incluyendo uno de vacaciones. ¿Qué me está pasando? Me temo que la combinación de felicidad absoluta mezclada con estrés total ha mermado mi capacidad de concentración para la lectura. O estoy en las nubes levitando feliz y con el libro sobre las piernas sin concentrarme o estoy apretando los dientes, conteniendo el nudo en el estómago y pasando la vista por las líneas sin enterarme…



El hombre del traje gris” de Sloan Wilson. No sé de donde había cogido la referencia, pero lo vi en la Feria del Libro Antiguo de Primavera y lo compré. Me molan las ediciones de Libros del Asteroide.

Otra vez más, son los años 50 y en Estados Unidos. Un joven matrimonio con tres hijos sumido en su rutina que de repente se enfrenta a un cambio de trabajo de él y una mudanza para toda la familia que provoca un proyecto vital nuevo para todos. Él, Tom Rath me parece un insulso, conmocionado por sus experiencias en la IIGM, incluida la de haber tenido un hijo ilegítimo pero que se pasa toda la novela sin tomar una sola decisión a la primera. Ella, Betsy, es un personaje inexplicable, a veces parece tontas y otra una lumbrera, y nunca sabes con qué actitud conseguirá más de su marido. El ambiente laboral de los años 50, rollo Mad Men, está bien reflejado. Me ha recordado un poco a “Vía revolucionaria” de Richard Yates, pero aquel era muchísimo más descarnado y amargo.

Es una novela entretenida y fácil de leer, así que la recomiendo para eso.

“El camino del tabaco” de Erskine Caldwell. Este libro viene con historieta al canto. Escribí a la editorial Navona para contarles unas erratas que había encontrado en un libro suyo, Cannery Road, y el caso es que me contestaron muy amablemente. Les remití a mi elogiosa crítica del libro en mi blog (de vez en cuando hay que hacerse un poco de autobombo) y como debió gustarles me mandaron dos libros de Erskine Caldwell de regalito. ¡¡Gracias Navona!

Caldwell es solo para fuertes, para lectores con huevos y que aguanten el tirón. Cuando lees “El camino del tabaco” vas tragando polvo, lo notas en la garganta y en los ojos, es el mismo polvo que se levanta en el desierto donde viven los personajes en plena depresión de 1929. El estilo es polvoriento, amargo, raspa en la garganta...pero es lo que va a lo que cuenta. No se puede contar toda esa miseria material y espiritual con un estilo dulce y almibarado. Es un libro áspero...no hay tregua ni un pasaje tranquilo en el que puedas descansar de tanta miseria. Es duro, pero refleja lo que fue aquella época. La familia Lester es pobre y miserable y cuando se llega a esos extremos de supervivencia no hay moral ni educación, ni nada. Todo es sórdido, todo es pura supervivencia.

No lo sé- contestó Dude- Cuando volvimos a ponernos en camino, seguía en la cuneta. El carro le había caído encima y le había aplastado.; tenía los ojos muy abiertos, pero no conseguí arrancarle una palabra. Parecía estar muerto.

Esos negros están siempre haciéndose matar; por lo que parece, no hay modo de impedirlo”.

“Las aventuras de Johnny Bunko” de Daniel H. Pink y dibujos de Rob Ten Pas. Es el comic de esta época, regalo de mi proveedor habitual de comics que dirige mis pasos por este nuevo campo de lectura. Es una especie de libro de autoayuda o de coaching para encauzar tu vida laboral o para ayudarte a saber qué es lo que quieres conseguir con el trabajo (fuera de lo obvio...trabajar poquísimo y ganar mucha pasta). Es un manual de autoayuda para Bunko, administrativo cutre en una multinacional al que de repente se le aparece al romper unos palillos chinos una especie de hada tocacojones que le va dando collejas y explicando que es lo que está haciendo mal. El dibujo no tiene nada que ver con ninguno de los comics que había leído antes, me he reído y he sacado alguna idea curiosa para mi futuro laboral, que dado los tiempos que se avecinan, seguro que me servirá para algo. ¡Gracias proveedor habitual...quedo a la espera del siguiente!


Tras la lectura ligera de Bunko, me enfrente a las “Memorias" de Albert Speer que tenía pendientes desde mi cumpleaños. 1000 páginas con las memorias del arquitecto de Hitler, escritas durante los 20 años que pasó en Spandau tras el proceso de Núremberg.

Es interesante (para quien le guste el tema, obviamente) ver desde dentro la historia del III Reich. El ascenso de Hitler y su poder que si te crees a Speer parece casi hipnótico. Speer miente como un bellaco y lo cuenta como si él desde el principio hubiera sabido que Hitler no era trigo limpio. Se centra en su labor como arquitecto y sus planes megalomaniacos y completamente desproporcionados de construcciones en Berlín fundamentalmente. Pasa de puntillas sobre su papel como Ministro de Guerra empleando mano de obra esclava sacada de campos de trabajo y puestos a currar en condiciones infrahumanas.

Speer se va inventando todo un papel en el que incluso insinúa que intentó atentar contra Hitler. Por supuesto, casi todos los que rodeaban a Hitler eran unos débiles y jamás se enfrentaban al Fhurer mientras que él siempre mantuvo una actitud crítica. Creo que si en vez de 1000, hubiera escrito 2000 páginas habría terminando declarando que era una especie de cruce entre James Bond e Indiana Jones con unas gotas de Bourne.

Ha sido interesante, pero demasiado largo y solo apto para frikis del tema.

“Dulce jueves” de John Steinbeck. Tras la maravillosa experiencia de Cannery Road, tenía que seguir con Steinbeck y más sabiendo que en esta novela se repetían los personajes de Cannery. Ha sido una lectura especial, muy especial…me ha flipado y me ha encantado y dejad de leer este post ahora mismo, y corred a comprar el libro y leerlo. Es una maravilla.

Son los mismos personajes de Cannery, pero aquí además de aparecer y desaparecer, todos juegan un papel en la historia principal, en el encuentro de Suzy y Doc. “Dulce jueves” es el libro que los conecta a todos.

Como siempre que algo me gusta mucho, me quedo sin palabras que reflejen lo muchísimo que me ha flipado, me quedo corta y me jode muchísimo. Solo diré, que he llenado 7 páginas de mi cuaderno rojo de apuntes de este libro y que cuando lo releo ahora me sigue emocionando como la primera vez (oh por dios...sueno para abofetearme) Por supuesto Steinbeck sigue siendo el amo escribiendo.

Solo un par de párrafos que quiero que queden aquí.

Siempre es difícil empezar a concentrarse. La mente corre como un pollo, tratando de rehuir el pensamiento aunque el pensamiento sea la mayor recompensa del hombre”.

No hay nada que yo puedo hacer. Dicen de los amputados que recuerdan la pierna que perdieron. Bueno, yo recuerdo a esta chica. No estoy entero sin ella. No estoy vivo sin ella. Cuando ella estaba conmigo, yo me sentía más vivo de lo que lo he estado nunca, y no solo cuando ella era agradable. Incluso cuando nos peleábamos yo estaba completo. En aquel momento no me daba cuenta de lo importante que era, pero ahora sí. No soy un idiota. Sé si no la consigo tendré momentos horribles. Una y otra vez, desearé no haberla conocido nunca. Pero también sé que si fracaso nunca seré un hombre completo. Viviré una media vida gris y me lamentaré por mi chica perdida cada hora del resto de mi vida. Como reptiles pensativos que sois, os estaréis preguntando: ¿Por qué no esperas? ¡Mira más allá! ¡Hay mejores peces en el mar! Pero vosotros no estáis involucrados. Dejadme que os diga que para mí no solo no hay mejores peces: no hay ningún otro pez en todo el mar. El mar resulta solitario sin ese pez”.

Pufff….

Para terminar la ronda “El Doctor Zhivago” de Boris Pasternak, un clásico. He visto la película un par de veces pero hace tiempo y no recordaba bien la historia más allá de mucha nieve, ella muy rubia, muchos trenes, trineos del amor y Omar Shariff con su bigote. No esperaba por tanto que la novela se asemejara mucho a mi idea poco concreta pero tampoco esperaba que fuera tan triste. No hay apenas momentos felices y los escasos que se dan se ven siempre empañados por la certeza de la tragedia que les rodea o que está próxima a llegar. No voy a contar la trama porque entonces destripo el libro, pero lo recomiendo como novelón trágico en medio de la revolución rusa y las nieves. Una advertencia última, los autores rusos son todos unos cachondos y les gusta jugar al despiste…en todas las novelas rusas los personajes tienen 25 nombres...algo asi como si en español a un personaje que se llamara Jose María Lopez...le llamaras unas veces así, en la siguiente página Chema, en la siguiente solo López, en la siguiente JoseMa, en la siguiente Pepe López...y así hasta el infinito. Tú te vuelves loco hasta que consigues centrarte…si es que lo consigues.

En fin, como conclusión...salid a comprar Dulce Jueves y ya me daréis las gracias luego.

jueves, 1 de septiembre de 2011

MOLIDOCUMENTALES: El Gordo Cabrón

Antes de llevarnos a engaño o montarme un pollo...y no tengo el cuerpo para pollos de ningún tipo…voy a aclarar que todos tenemos un amigo gordo. Un amigo gordo al que queremos con locura, es gordo entrañable, es gordo amoroso, es gordo con cariño, es un tío que le ves llegar y te alegra el alma y el espíritu y te suelta la risa. ¡Qué coño!! No es gordo, como diría Obelix es "bajo de tórax".

No hablo de ese gordo...a ese gordo le haré un día una loa.

Hablo del gordo cabrón, y desgraciadamente nadie está salvo de tener uno de esos en su vida. Hoy voy a prevenir a los descerebrados que caigan por aquí por si acaso no saben de lo que hablo o han llegado a la tierna edad que tengan sin toparse con ese tipo de personajillo.

La primera característica del gordo cabrón es su capacidad camaleónica que le hace parecer a primera vista un gordo entrañable. Algo parecido a lo que pasa con las gulas…que parecen angulas pero no lo son, ahora que lo pienso es peor que lo de las angulas, porque si te comes un plato de gulas no te sabrá igual pero no te joderá la vida. Confundir un gordo cabrón con uno entrañable es peligrosísimo. Bien, entonces...el gordo cabrón domina el arte del camuflaje, hay que andar avispado.

El gordo cabrón no es compacto, siempre siempre es fofo, blandengue y en un 90 % de los casos brilla. Suda y brilla...con brillo pegajoso. Tiene el culo gordo. Un gordo entrañable es compacto y puede ser tripón pero nunca son culones. Un gordo cabrón es colgón.

Se acerca siempre sonriendo. Nunca parece estar serio...hay que estar alerta, es la sonrisa de la muerte, el beso del mafioso, el brillo de Transfer.

Nunca va directamente, si quiere hablar contigo de lo que sea, dará mil circunloquios. Nunca viene y te dice lo que quiere, porque no quiere decirte nada, lo que quiere es sacarte información. Si eres una presa fácil (que las hay) y consigue engatusarte con sus sonrisas...probablemente se vaya con todo lo que necesita saber a cambio de una migaja de información que tú crees que es vital y que sin embargo pronto te darás cuenta de que todo el mundo sabe. Ejemplo típico...el gordo cabrón que había en todas las pandillas, y que nadie sabía porque estaba en el grupo. A base de observar conseguía información de unos y de otras y luego traficaba manipulando esos datos...y venia a preguntarte cosas para al final soltarte que al tio que te gustaba le había oído decir que tú le molabas. Tú te venías arriba por esa información, dejabas de verle como gordo cabrón y le veías como gordo entrañable y le contabas tu vida. Al final él se marchaba frotándose las manos al más puro estilo malvado de peli porque a cambio de nada había conseguido información para seguir manipulándote.

Un gordo cabrón es una portera, con todos mis respetos para las porteras. Es el máximo nivel que se puede alcanzar en cotilleo. Todo lo sabe y todo lo propaga. Valiéndose de su condición camaleónica, en un primer momento consigue información de todo el mundo, la almacena y la guarda para cuando pueda hacer uso de ella.

Por supuesto, un gordo cabrón jamás guarda un secreto, probablemente sea más seguro abrirte un blog y escribir en el tu secreto más inconfesable que proporcionar cualquier dato a un gordo cabrón.

Un gordo cabrón manipula, a las personas y la información.  Si se rie delante de ti..ten por seguro que se rie de ti, se rie porque sabe que te va a pasar algo malo. Es el típico que venía sonriendo por el pasillo en la facultad y te decia: ¡¡ han salido las notas de numismática!!, ¿las has visto?, No..no me ha dado tiempo..." Ah..pues has suspendido"...decía satisfecho con una sonrisa letal.

Un gordo cabrón jamás te mira a los ojos cuando te habla. No sostiene la mirada..mira a traves de ti, mira a lo que hay detrás...Un gordo cabrón es un cobarde. 
Jamás hay que fiarse de un gordo cabrón. Si te insulta puedes darle un margen de confianza. Si te dice que es tu amigo, que quiere lo mejor para ti o que se preocupa por ti y lo que te pase…CORRE LO MÁS RÁPIDO QUE PUEDAS, PONTE A SALVO. Estás más segura si un miembro de los Corleone te da dos besos que si un gordo cabrón se hace pasar por tu amigo. Es más peligroso que se te acerque un gordo cabrón sonriendo que levantarte con   con una cabeza de caballo en la cama.
Un gordo cabrón no tiene sentimientos. Es completamente inmune a la ironía, el sarcasmo y la puya inteligente. Utilizar cualquiera de esas armas contra él es perder el tiempo y desperdiciar inteligencia.

Si de verdad quieres joder a un gordo cabrón, lo mejor que se puede hacer, lo que funciona siempre y les hace apretar los dientes, cerrar los puños y apretar el culo, es decirle cuando se ha puesto a régimen y ha adelgazado:

- Fulano...hay que ver como te estás poniendo…se te ve hermoso...

Porque si...un gordon cabrón…en el fondo es un gordo renegado.

Que se joda.

martes, 30 de agosto de 2011

PARQUES TEMÁTICOS

A mi me gusta ir a hacer turismo, ir a ver ciudades, pueblos, pasear por las calles, ver monumentos ( con moderación), tomar algo en un bar, comprar algun recuerdo horrible para regalar a alguien que odias o comprar una delicia culinaria para recordar el viaje cuando vuelvas a casa, hacer fotos y todas esas cositas que se conocen como hacer turismo.

Lo que más me mola de ir a hacer turismo es sin duda pasear, sé si una ciudad o un pueblo me gustan si soy capaz de imaginarme, de visualizarme viviendo ahí o comprándome una casa, o si veo un cartel de “se vende” y anoto el número y al mismo tiempo imagino un día perfecto en esa casa.

Si no soy capaz de verme viviendo allí o pasando una temporada, pues bueno..la ciudad o el pueblo me gusta pero sin alardes. Si paseo a la carrera mientras me pregunto que cojones hago ahí..directamente no me ha gustado nada.

Para poder visualizarte viviendo en otro sitio, ese sitio tiene que tener vida de verdad y no ser un parque temático del turismo.

El síndrome del parque turístico me saca de quicio y está acabando con todo el encanto de los supuestos pueblos o ciudades con “encanto”. No es un fenómeno solo español pero como nosotros somos lo más de lo más llevando las cosas al extremo pues hemos elevado el síndrome parque temático a cotas jamás alcanzadas en mi visitas al extranjero.

¿Cómo saber si estás haciendo turismo en un parque temático?

1.- Por la carretera que da acceso hay montones de autobuses de turistas. Montones. No uno, ni dos, ni tres. Montones.

2.- Lo primero que viene señalizado al acercarse al supuesto enclave con encanto es el “parking de proximidad”..que se define básicamente por estar a tomar por culo de lo que quieres ver. Si es un parking de los de proximidad buenos, buenos..de los fetén..estará ubicado en una extensión enorme sin una puta sombra donde tu coche alcanzará fácilmente los 42 grados. Por supuesto si es invierno y empieza a nevar..por ese parking no pasa la quitanieves. Hay que ser avisapado y coger todo lo que necesites del coche al dejarlo aparcado porque repito no está próximo. Si es de los parking de proximidad Premium de luxe..en cuanto salgas de él verás que para alcanzar el enclave turístico tienes que subir una cuesta con un 15 % de inclinación por donde bajan coches que no se dejaron engañar como tú, sin aceras y por donde hordas de pringados como tu empujan carritos de coches y cargan con bolsas.

3.- Hay un “centro de acogida turístico”. Es como la taquilla aunque no cobren. Son todos iguales, amplios, acristalados, y con amables señoritas vestidas de uniforme detrás de un mostrador que te dicen: “ estamos aquí” y señalan con una cruz un punto..” lo que tiene que visitar está por aquí” y trazan un círculo que ocupa más o menos la mitad del mapa que tienen desplegado” y “lo más importante es esto, esto y esto”. Sonrien y acto seguido te dicen “ si quieren pueden comprar la mastersuperguay pulserita con la que pueden entrar a todo y ahorrarse un 1 %”. Como estás en modo “me lo creo todo”..compras la pulserita sin pensar que ni de coña te va a dar tiempo a ver todo eso antes de que tu coche se funda en el parking de proximidad. Por supuesto en el centro de acogida, lo suyo es arramplar con todos los folletos disponibles..son gratis y para algo servirán. Hay que cogerlos sin mirar “ noches de pasión en Calahorra”, “ fiestas infantiles de verano en bollulos” ( aunque sea enero)…”Escultores distinguidos de Méntrida” ( este es muy fino), “ flora y fauna del pico que hay al fondo del pueblo después de subir 6 horas de cuesta” ( no piensas ni ir..ni has visto el pico..pero hay que cogerlo)..” primeros auxilios del turista”…” cuidado con el carterista”…y así todo. A las malas te servirán para hacer fuego o para abanicarte.

4. Ya puestos a pasear por el enclave uno es incapaz de imaginarse viviendo ahí, básicamente porque no vive nadie. Un concepto mal entendido del aprovechamiento del tirón turístico ha hecho huir a toda la población que vivía ahí. Un listo llego y dijo…” coño, que a estos que vienen les molan las armaduras”…y le compró a su abuelo el ultramarinos de toda la vida en la calle principal y puso una sucursal de armaduras hechas en Taiwan, el abuelo se fue al campo y los vecinos ya no tenían ultramarinos para comprar comida. Lo mismo paso con el sobrino del de la panadería, el de la pescadería, el de la carnicería, el colmado de la esquina, la ferretería, la papelería y el típico almacen de pueblo donde había de todo. Ahora vas por la calle y venden, armaduras, mazapanes, mermeladas típicas, armaduras, mazapanes, mermeladas…uy..aqui tb hay escudos…y aquí hay armaduras de mazapán…Todo precioso pero claro, los abuelos se fueron de las casa del pueblo porque para comprar una barra de pan tenían que coger el cercanías..asi que abandonaron el centro. ¿ Y quien compró las casas? Empresas y oficinas…y para que los que curran ahí pudieran comer algo más que mazapanes y mermeladas..habia que hacer algo.

5.- Comer es caro de cojones. Tienes dos opciones..optar por alguna de las maravillosas cadenas de comidas rápidas que hay en tu ciudad y en todas con lo cual el “ encanto” de la visita se diluye o decantarte por “ Casa Pepe” que parece auténtico. Y lo es, Pepe es un auténtico visionario o eso, o llego tarde a venderle el local a su primo. El caso es que Pepe pone un “menú típico cántabro/ vasco/ manchego” a un precio popular…20 euracos por ejemplo. Siempre hay alquien que dice…” pero serán raciones grandes”…Ja…Pepe no es tonto y sabe que no tienes escapatoria. Te da de comer lo que le apetece, y poco y además cuando lo piensas te das cuenta de que ese menú típico es primo hermano del “menú del dia” que por 9 euros comes en el bar que hay debajo de tu curro en tu ciudad sin encanto.

6.- Si quieres comprar un recuerdo, hay que ir preparado para saber que ese recuerdo se parecerá sospechosamente al que habías comprado la semana, el mes o el año anterior en otro enclave turístico situado a 800 km. La parte buena es que sabrás donde compraste cada uno porque suele venir el nombre bien grande. Eso si, si compras algo de comer tendrás más problema..todo es “ artesano”…aunque tú jurarías que debe tener algo más que artesinitud porque no es lógico que una mermelada buena en el super de tu barrio cueste 4 euros y aquí te claven 8…pero no te vas a poner milindris con el dinero ahora…

6.- Paseas por ese enclave por la noche y no hay luz en las ventanas de las casas. Nadie entra y sale de los portales. No vive nadie. No eres capaz de imaginarte allí viviendo..no eres capaz de visualizarte allí…

Si cuando llegas al coche..suspiras de alivio…es que has estado en un parque temático. Otra ciudad u otro pueblo que se han cargado.

viernes, 26 de agosto de 2011

EL SILENCIO

Soy una gran conversadora y,  como he dicho siempre,  la falsa modestia no sirve para nada.

Algunos pensarán que hablo mucho, y en algunos momentos es verdad, puedo tender al lorismo, pero en general soy divertida, ingeniosa y sé de lo que hablo. Si no se de que hablo, me callo...prefiero hacer el ridículo borracha y bailando a meter la gamba hablando de lo que no sé, como por ejemplo, física o fútbol.

Ya hablé de lo que mola una buena conversación, pero que aprecie el intercambio oral inteligente de opiniones, chascarrillos, conocimientos, absurdeces o sentimientos no quiere decir que no sepa valorar el silencio.

El silencio mola mucho pero no es para todo el mundo. Para saber apreciar un buen silencio hay que estar dispuesto a ver qué tienes en la cabeza tú solito, y hay mucha gente que o bien no tiene nada más que eco (y seamos sinceros...nadie quiere saber que es un simple) o lo que tiene no le mola nada y prefiere ignorarlo. En medio del fragor de una conversación se puede pasar por alto lo que tengas o no en la cabeza…en el silencio es imposible.

Para apreciar un silencio además, hay que saber interpretar los de los demás. No hay nada peor que que venga alguien a decirte “estas muy callado, ¿en qué piensas?”…y rompa tu mágico momento. Hay que dejar a la gente con sus silencios, sobre todo porque si no sabes interpretarlo te puedes llevar una buena leche.

El silencio dice mucho pero hay que escucharlo.

No todos los silencios son iguales. Los silencios son la ausencia de ruido, pero esa ausencia de ruido, de estímulo auditivo, se percibe de muy distinta manera en cada ocasión.

Silencio tras romper algo cuando eres canijo. En medio del fragor del juego o la pelea, algo se rompe, alguien llora, alguien se ha hecho daño…y como por arte de magia se hace un silencio total. Es sorpresivo y dura poco, muy poco. Contienes la respiración, cierras los ojos, subes los hombros y esperas lo que sabes que vendrá a continuación: ¿Qué ha sido eso? ¿Se puede saber qué has hecho?

Silencio de compromiso. No sé quién eres, ni siquiera quiero saberlo, estamos aquí en la misma habitación por alguna circunstancia ajena a nosotros y no tenemos el más mínimo interés en conocernos y por alguna extraña razón los dos somos lo suficientemente inteligentes como para no empezar una conversación estúpida sin ningún interés sobre el tiempo, tus hijos o qué coño hacemos aquí.

Silencio hastiado.  No voy a hacer ni un esfuerzo más por intentar que me comprendas, me da igual.

Silencio en el que se desea la invisibilidad. Hay dos ejemplos típicos. Por un lado es el silencio que sigue a un metedura de pata increíble en una reunión social, por ejemplo en un tanatorio, alguien cuenta un chiste sobre un muerto delante del familiar del finado que se ha ido a visitar, lo cuenta…y se hace un silencio sepulcral ( espantoso juego de palabras..pero no podía contenerme), el del chiste quiere en ese momento desaparecer. Otro caso de este silencio en el que se desea el superpoder de la invisibilidad, es el que sigue a la frase del profesor: a ver...voy a preguntar….

Silencio “tengo que aguantar sin decir nada porque como diga algo me pongo a llorar”. Es interesante como la articulación vocal puede provocar llanto incontrolable. Puede ser un silencio alegre o de pena suprema.

Silencio “me voy a callar porque como abra la boca te hundo, gilipollas de los cojones”. Se aprietan los puños, se aprietan los labios y  se intenta controlar las palabras que pugnan por salir de tu boca mientras visualizas el post que vas a dedicarle al susodicho.

Silencio explosivo. Es el que se está acabando, el que se nota acelerarse en su desarrollo y es imposible de controlar. Aunque quieras mantenerlo no habrá manera, se acelera, se acelera y al final se rompe. Puede ser cómodo y molón si por ejemplo el final va a ser “Te quiero” o incómodo y agresivo si se rompe con un “Vete a la mierda”.

Silencio decepcionado. “Me rindo, no me entiendes”.

Silencio de la soledad de no tener con quien hablar, ni con quien compartir. Este es muy triste. Es el que no se quiere.

Silencio post orgásmico del tipo bueno. “Esto ha sido tan increíble que no puedo ni hablar y además cualquier cosa que dijera se quedaría corta”. Es un silencio que mola mucho, es de colores.

Silencio post orgásmico del tipo malo “Esto ha sido un error”. Es un silencio horrible…hace bola.

Y luego está el que más mola de todos…

El silencio compartido. No hace falta decir nada porque está todo ahí, está todo por decir. El conocimiento y la expectativa y la ilusión de todo lo que queda por contar y oír se disfruta en silencio. Es el silencio de conocerse y disfrutarse sin necesidad de hacer alardes. Es el silencio que se comparte con quien estas en armonía, en resonancia. Paseas, lees, vas en el coche. No hace falta decir nada. Es un silencio en el que se nada, uno se empapa, dejando que te resbale sabiendo que cuando se rompa te sentirás bien por haberlo disfrutado.

Y por último intentar convertir un silencio incómodo en uno cómodo es muy difícil, yo diría que imposible. Como diría Morente ”eso es más difícil que llorar por gusto

jueves, 25 de agosto de 2011

EN CICELY (III): El baile

La noche iba a ser muy larga, lo estaba viendo. Para intentar minimizar los efectos de la fiesta en mi ánimo, me largué a dar un paseo al mirador de la Iglesia. Había llovido, nubes, ligera brisa, el campo, las montañas, luz del atardecer, mis pasos en el empedrado…

…y Studio 54 atronando en la plaza...con el Waka Waka.

Studio 54 es un tío con una mesa de mezclas, un portátil y un tubo de esos que echan humo. El tío iba vestido y repeinado como si fuera a pasar horas pinchando música dance en una discoteca de diseño en Ibiza y no poniendo canciones para 60 personas en un pueblo pirenaico…ridículo pero debo decir que un profesional: entregado a la causa como un campeón.

A esa hora del atardecer, en la plaza, y tras la deserción del ingeniero y su nueva pandilla de amigos, solo quedaban laz princezaz y su nuevo grupo de amigas, enfervorizadas bailando el waka, waka y algo de Carlos Baute de mucha vergüenza ajena…

..Intenté pasar por allí sin que me vieran, para llegar a mi banquito del mirador…pero es chungo en una plaza tan pequeña así que me vieron...

- Mamiiii ¡¡¡ven a bailar!!!- No, no...ahora no, que no he bebido lo suficiente, digo...que no me apetece…
- ¿Dónde vas?
- Al banco del mirador…
- Voy contigo. ¿Puedo ir en bici?

Me fui con M al mirador. Iba contándome la problemática que había tenido con sus amigas y la tienda de tatuajes que habían montado por la tarde en la plaza. “Papi ha venido y ha traído a todos sus amigos, y todos se han hecho tatuajes… ¿has visto el de Papá? Es con purpurina...bueno pues teníamos 8 euros pero resulta que M, la que no soy yo, se los ha cambiado a la otra M que tampoco soy yo por 3 euros...y ¡¡ahora no tenemos nada! voy a subir la cuesta y me tiro sin frenos…miraaaaaa…

Subió la cuesta y bajo a tumba abierta, para al final del camino, derrapar y tirarse en plancha a acariciar a un perro negro…”Hola bonito….”

Cuando llegué a su altura,  había un amable señor canoso con cara de buena persona.

- M no lo toques mucho….
- No te preocupes...si es buenísimo y le encantan los niños.
- Ya, ya...si no es por el perro...es que a ella le dan alergia...
- No pasa nada…mamá...me lavo las manos y ya esta, casi no me pica - es tan mona cuando dice eso a la vez que se le pone la cara como un balón de fútbol...
- ¿eres su madre?
- Depende…esto...si.
- Es monísima...y como monta en bici…y tiene una hermana que va como una loca... ¿no?
- Si...
- Las he visto estos días...van siempre vestidas iguales…es que yo vivo en la casa de al lado de la iglesia (Una casa que es una pasada). ¿Sois del pueblo?
- Bueno...tenemos casa aquí desde hace 12 años.
- ¿De Madrid?
- Si
- ¿eres la que te casaste aquí?
- No...esa fue mi hermana.

Tras despedirme del amable señor, volví a casa porque la hora de la cena del pueblo se acercaba. Molimadre había terminado la tortilla y la mousse de chocolate y yo intenté despertar al ingeniero con escaso resultado.

En la plaza ya estaba reunido todo el pueblo. Unas parrillas gigantes asaban longaniza de Graus y Panceta y todo el mundo estaba sentado en mesas corridas con su tortilla y un plato de jamón y queso de la zona delante…ah...y vino de Calatorao.

- Madrileñaaaaaa...os hemos guardado sitio.
- Estupendo...pues aquí estoy…pero...José Mª... ¿qué llevas en la frente? ¿un tatuaje de purpurina?
- Si...tu marido me ha convencido para ponérmelo...20 euros les he dado a las niñas…por cierto... ¿donde anda tu marido?
- Durmiendo…
- Pero vete a despertarle…esto no es lo mismo sin él…

Empezó la cena y si éramos 70 comensales más el pincha ibicenco despistado había longanizas y panceta para 300...en Aragón todo es a lo grande. Comí poco porque mi estómago seguía del revés pero le aparté un platito al ingeniero por si decidía hacer una aparición estelar.

La hizo tras enviar a M a despertarle.

- Enginyerrrrrrr…ya era horaaaaaaaa….
- ¿Qué tal amigos??
- Siéntate…. ¿vino?
- ¿vino? Casi mejor que no…..mejor cerveza.
- Moli...esto está salado...el jamón, el queso, la panceta, la tortilla…la cerveza no está fría...No sé, no me encuentro, no me encuentro…
- Ya...no me hagas caso...pero lo mismo es un poco de resaca y mal cuerpo…
- Para nada...estoy perfecto.

Sinceramente yo quería que tuviera una resaca infernal para así poder acabar con la tortura social cuanto antes. Vale que iba a sufrir a Studio 54 toda la noche, porque se oía por todo el pueblo, pero pensé que lo llevaría mejor metida en mi cama y con mi libro…por un momento me dejé llevar y me visualicé leyendo tranquilamente….

..Parezco nueva.

Tan pronto como acabó la degustación/ competición de ricos postres populares, retiraron las mesas. El pincha despistado se subió al estrado, manipuló su mesa de mezclas, se puso los cascos, activó el humo hortera de bolera para alegría y alborozo de las nuevas generaciones y un pasodoble atronó todo el valle...Era el momento de huir...pero no estuve rápida.

No bailaba ni el tato...Ah no...Espera…yo sí bailaba. Manejada como una peonza por el ingeniero con su polo amarillo en mitad de la plaza, con todo el pueblo mirando y laz princezaz jaleando. No sabía dónde meterme...hasta que por el rabillo del ojo visualicé a Molimadre dando vueltas con José Mº y su tatuaje de purpurina en la frente…Me quedé tan flipada que casi me vuelvo a dejar atrapar para bailar “El torito bravo” de El Fary….pero salí corriendo a tiempo.

El resto de la noche fue por el estilo. Pulule por los aledaños de la plaza asistiendo a la exhibición de baile de mi familia. Los habitantes de Cicely resultaron ser sosos para el baile y ni siquiera tal despliegue de movimiento por parte del ingeniero, gintonic en mano, consiguió animar la fiesta. Pensé que la falta de acompañantes haría que nos retiráramos pronto.

…parezco nueva…

Lo bailaron todo...absolutamente todo, los 3 en pandilla: Rafael Carrá, Lolita, Shakira, la chica ye ye...todo...Yo lo intenté, incluso pedí un gintonic en la barra clandestina que habia en el local social..pero aquel brebaje no era gin tonic...Me resigné a  mi suerte y acabé bailando..sobria y con público jaleando.

A las 2 de la mañana conseguí llevarme a los 3 casa…M que ya no sabía ni como se llamaba, ni en que planeta vivía ni podía mantenerse en pie, el ingeniero diciendo “ me lo he pasado fenomenal” y C agarrada como un fardo de patatas y gritando “me quiero quedar mazzzzzzz”

Fue un día larguísimo…..y me queda la postfiesta o como la nueva pandilla del ingeniero organizó el plan de ver un Madrid- Barsa en la plaza del pueblo y yo era la única del Madrid, pero eso ya veremos si lo cuento.