lunes, 28 de abril de 2014

Más detalles: Torturismo.

Molimadre está mejor. 

Tras mi momento de sensibilidad extrema que sospecho que ella no ha leído, todo ha vuelto a su ser. No sé si habrá sido el destino, el cosmos, el horóscopo o una convivencia continuada de 96 horas...pero volvemos a dónde estábamos antes. 

Unas cuantas perlas sobre nuestra relación, para que no penséis que somos una peli americana. 

Viernes, todooo el día en el hospital, las dos solas. 

- Ya estoy aquí.
- Ah bien, hoy estás muy mona. 
- ¿Ayer no lo estaba?
- Bueno...no me acuerdo. 

****

Molimadre duerme. Lleo. Duerme mucho. Leo muchísimo. 

- ¿Ya te has despertado? ¿Damos un paseo?
- No estaba durmiendo.
- Mamá, has roncado.
- ¿Roncar? ¿Yo? Siempre eres tan exagerada...
- Mamá...te juro que has roncado.
- Imposible. 

****

- Mamá, me voy a ir ya...en media hora viene Molihermana, pero yo me tengo que ir porque no llego a recoger a las niñas.
- No te preocupes, estoy bien. Me quedo aquí sentada leyendo. Vete sin problemas.
- ¿Seguro que no te importa? ¿necesitas algo?
- Nada, nada. Vete. 

Me voy a Los Molinos con las princesas. Suena el teléfono. 

- ¿Has conseguido entrar en casa?
- Mamá, estamos hablando por el fijo...¿tú que crees?
- Ay hija, no sé...cómo eres tan torpe con las llaves y las puertas. 
- Tu confianza en mi me abruma...¿qué tal la tarde?
- Pues vino tu hermana al rato de irte tú y me echó la bronca porque había ido al baño sola. 
- Joder mamá, pues claro...es que eres la leche. ¿No podías esperar?
- Tenía que ir al baño y como me habías dejado sola.
- Joder, pero si te pregunté si necesitabas algo.
- En ese momento no necesitaba ir.
- Mamá, ¡eran 20 minutos! 
- Te estás poniendo insoportable....relájate anda. 

****

Sábado por la mañana. El grupo de "Molihermanos" de wasap está onfire organizando la salida de Molimadre del hospital. 

- Pobrehermano, ¿qué tal ha pasado la noche?
- Ella muy bien. Yo regular.
- ¿Qué ha pasado?
- Que ha roncado como un gorila. 
- Ja. 

******

Sábado tarde. Las visitas vienen y van. Yo voy y vengo también. Café, pastas, chocolates. Princesas. El médico de Molimadre viene y se organiza una sesión de ordenador para ver las radiografías y las fotos de la operación con detalladas explicaciones del médico. Yo paso mucho del tema. 

- Moli, ¿no quieres ver esto?
- No mamá, ya estás operada, es lo que tú querías y ya está. Que te recuperes pronto es lo único que me importa.- Respuesta para ganar el Premio Nobel de Hijismo.
- Pues resulta que no me han hecho lo que yo pensaba.
- ¿te has operado de algo sin saber qué te hacían? Dime que por lo menos era esa pierna. 
- A ver...no es eso....
- Mamá, sí es eso. Tu médico ha explicado una operación que no tiene nada que ver con lo que tú nos habías contado. O tu médico miente, cosa que dudo o tú nos has contado lo que has querido.- interviene la voz de sabiduría suprema de Molihermana. 

- Pobre Tito Vilanova...que pena y que mal rollo me ha dado.
- A mí me operaron hace mil años de la glándula parótida porque tenía un bulto.
- Bueno mamá...eso te crees tú, visto lo visto de como te enteras de tus operaciones lo mismo lo que te hicieron fue quitarte las amígdalas.- Tras ganar el Premio Nobel me despeño hacia el huerfanismo a la velocidad de la luz y consigo quedar fuera del testamento en un nanosegundo.
- ¡te voy a pegar con la muleta! ¡lo que tengo que aguantar!
- Mamá, se han reído todos...me lo has dejado a huevo. Me apuesto lo que quieras a que Molihermana también ha pensado el chiste. 
- Jajajaja...sí, yo lo he pensado...pero me he callado a tiempo. 
- Voy a ir a por "el palo de las arañas para pegarte".
- ¿Corriendo? ¿Al sprint?.- me vengo arriba en mi venganza, estoy ya fuera de control. 
- Pero qué graciosita eres...qué graciosita. 

*****

- Mamá, te dejo aquí acostada. Cualquier cosa que necesite, me mandas un wasap y bajo de mi cuarto. Cualquier cosa, no te levantes sola ni hagas bobadas.
- No, no...tranquila.

Subo. Me pongo el pijama. Me acuesto. Abro el libro. 

"Baja". 

Bajo, la ayudo a levantarse. Se vuelve a acostar. Subo. Me acuesto. No pongo el movil en silencio y duermo con él en la oreja porque me da pánico que me llame y no enterarme....su venganza podría ser terrible. Por supuesto, no pego ojo. 

A las 9 de la mañana me levanto. 

- Mamá, ¿Qué tal noche has pasado?
- INFERNAL.
- ¿Infernal? Y ¿por qué no me has avisado? ¿por qué no nos has llamado?
- ¿qué ibas a hacer? ¿arreglarme los cojines? 
- Pues no lo sé, lo que hiciera falta...
- Ya bueno...yo no quería molestar pero he pasado una noche horrible y estoy fatal e incomodísima....
- Joder mamá, no me lo eches en cara ahora, tenías que habernos avisado. 
- Si claro y que luego te vayas por ahí quejando de lo mala madre que soy. Y te hagas la víctima. 
- ¿Quién se está haciendo la víctima hora? Había pensado hacer calabacines y champiñones salteados para acompañar la carne. 
- ya....
- Ya ¿qué? ¡no te parece bien?
- No bueno, yo no digo nada. Estoy aquí sin poder hacer nada, pero ¿por qué no haces mejor calabacines rellenos de gambas?
- Pero ¿no decías que no decías nada? ¿Quieres calabacines rellenos de gambas? Pues dilo. 
- No se te puede decir nada. 

Confieso que huí, dejando los calabacines a la mitad. Abandoné a Molihermana cocinando mientras Molimadre le daba instrucciones sentada en la cocina con la pierna en alto. Soy ruin pero no podía más. 

Lo último que escuché ayer al salir por la puerta fue..."Ay tu pobrehermano...la lata que le estoy dando". 

En fin, todo va viento en popa a toda vela hacia los niveles acostumbrado de "torturismo" entre nosotras.

(Ja. Si tenía alguna oportunidad de heredar algo...con este post acabo de eliminarla).

viernes, 25 de abril de 2014

Los detalles.

Voy conduciendo y pensando dónde estaba hace un año. 

El 23 de abril de 2013, pasé la tarde en la Librería Gaztambide firmando libros. Fue una gran día  y allí estabas. Como siempre, llegaste tarde, con unos afte eight de regalo y diciéndole a todo el mundo que sabías que yo estaba atacada de los nervios. Estabas feliz, aunque no dijeras nada y mucho más nerviosa que yo. Te vi, lo sentí, nos emocionamos y no dijimos nada porque somos muy del Sr. Lobo. 

Este año voy camino  del hospital. Llevo a las princesas. Estás bien, no te vas a morir ni estás enferma. Te han operado porque de alguna manera absurda y que no consigo entender, has decidido que necesitas una prótesis de cadera para poder seguir haciendo “vida normal”. Lo que tú consideras vida normal con casi 70 palos: subir el Aneto una vez cada dos años, esquiar, hacer parapente, montar en bici, raquetas en la nieve, conducir 7 horas...y un millón de cosas más. 

Se que no es grave, se que estás bien. Dolorida y quejándote porque eres una enferma fatal, pareces un hombre en eso, pero todo ha salido perfecto. 

Se me escapan dos lágrimas. Me siento boba. 

Pienso como una adulta, como una tía razonable y me digo que estoy siendo sensiblera e idiota, que no te va a pasar nada....y luego pienso que te pasará, más pronto que tarde, te pasará lo inevitable. 

Conduzco y recuerdo el momento exacto en que pensé que en algún momento no estarías, dejarías de estar. 

Fue hace 13 años, vivía en mi casa de la calle Viriato y no lo estaba pasando bien. De hecho, lo estaba pasando tan mal que decidiste venir a “espabilarme”. Nunca has sido de consolar, eres más de espabilar. Mientras esperaba a que llegaras, pululaba y en un determinado momento  me senté en el banco -alfeizar de la enorme ventana de madera gris que daba al jardín delantero de aquella casa. Me sentía morir y entonces te ví aparecer por la calle, tranquila, caminando con tu gabardina gris y tu bolso. Llovía un poco. Apareciste por el lado derecho y te miré mientras llegabas al telefonillo del jardín. Y en ese momento, pensé “algún día no estará y no la veré nunca jamás”. Fui dolorosamente consciente de ello y lloré por una ausencia que todavía no era. 

Me recompuse antes de que subieras y luego discutimos por alguna majadería como mi absurda colocación de los muebles, el orden de los armarios de la cocina o mi ropa. 

Hoy, mientras voy al hospital soy otra vez consciente de esa ausencia que no es, que no ha llegado todavía y pienso tonterías. Pienso en quién se pondrá la horrible y viejísima bata de cuadros que usas en Los Molinos en invierno. Pienso en si seré capaz de encontrar las sábanas bajeras que se ajustan a la cama de mi cuarto en ese maravilloso armario de ropa blanco que tienes y que sólo tú entiendes. Pienso en quién hará torrijas en Semana Santa y lo que es peor la pularda rellena en Navidad. Pienso en que la nevera estará ordenada y sin tupers sorpresa. Pienso en que tendré que aprender a coser algo o llevar los dobladillos grapados. Pienso en que nadie me dirá “tú no lo sabes, pero eres guapa porque tienes un brillo especial en los ojos” (apuesto a que no te acuerdas de esto, fue un extraño momento de amor entre nosotras). Pienso en que nadie me sacará de quicio hasta hacerme llorar. Pienso que las princesas ya no tendrán a su “abu”. Pienso en que tu cuarto se quedará vacío, en la increíble cantidad de cosas que tienes guardadas y que sólo tú eres capaz de encontrar en ese caos clasificatorio en el que vives y que sólo entiendes tú. Pienso en que ya no habrá nadie que me diga con superioridad “Ja, ves como tenía razón al guardar esto en 1987”. Pienso en quién me dirá “Eso no tiene gracia”. Pienso en que ya no veré esa cara de “qué graciosita te crees y qué poquita gracia me haces”. Ni la de “eres una listilla”. Pienso en quién sacará cada Navidad las cajas de adornos con cosas guardadas desde hace 60 años, pienso que yo no seré capaz ni de encontrar esas cajas.  Pienso en que ya no podré quejarme de no ser la favorita...ni de ser la primera opción para tirar de la avioneta. Pienso en que ya no te oiré jamás decir “bueno, hoy no vas mal vestida”. Pienso en cómo lloraré a moco tendido cuando abra un cajón y haya dos millones de cajas cada una llena de botones de un determinado color. Pienso en que nadie me acariciará la cabeza y me dirá “sé que te pasa algo...no quieres contármelo pero dime que estarás bien”. Ya no seré la princesa de nadie. Pienso que Pobrehermano Mayor ya no será el favorito. Ya no habrá violetas en casa ni golosinas del Lidl escondidas para que no nos las comamos. Pienso que ya nadie hará cocido y me dirá “se que no te gusta pero a tus hermanos les encanta”. No escucharé más historias que empiecen por “Tu pobrehermano”. 

Todo esto son bobadas, pero yo ya sé que que las bobadas se hacen enormes y  son lo importante,  lo más importante. Son las cosas que me dolerán. No será la pena, ni la ausencia...serán esas tonterías. 

Pienso en quién se sentará en tu sitio en la mesa de la cocina, usará tu servilletero y se encargará de ese millón de detalles que sólo tú ves y que se que se perderán aunque intente aferrarlos. 

No me hagas esto y diga lo que diga Pobrehermano Mayor, aférrate a la vida. 

Y que sepas que te prohibo que vuelvas a operarte de nada, ni siquiera de un uñero. 


miércoles, 23 de abril de 2014

Leer te cambia la vida.


Tienes dos años y tu madre acaba de acomodarte en el “corralito”. Te deja allí sentada, con tu vestidito blanco, al sol de marzo que entra por la terraza y entre todos los juguetes que deja a tu alrededor para entretenerte, no se sabe si a propósito o por descuido, deja un catálogo, una revista de brillantes páginas de colores. Se va a atender a tu hermano de un año y cuando vuelve al cabo de un rato alertada por la falta de ruido, te encuentra sentada con la revista en las piernas, pasando las páginas hacia delante y hacia atrás.

Estás en la guardería, llevas un pichi gris. Polo, jersey y calcetines rojos. “Sit down in the yellow line”. Unas cartas maravillosas, mágicas, aparecen en las manos de tu profesora. “Mi mamá me mima. Yo mimo a mi mamá”. Estás harta de esas frases y quieres pasar a las siguientes, quieres ver el resto de las cartas, aprender el resto del juego para poder conocer todas las letras, saber todas las palabras.

Estás en casa de tus abuelos, en la pared hay cuadros de caballos, crees que pintados por una de las hermanas de tu abuela que era una maravillosa pintora. Tus tíos se afanan en conseguir que lo logres. Te sientan en medio de la habitación, se ponen muy serios.

- Repite despacio. Ca
- Ca.
- Ba.
- Ba.
-Llo.
- Llo.
- ¡Bien! Ahora seguido caballo.
- Callabo.
- Vamos Moli...con lo bien que lees..¿no lo ves aquí escrito?
-Callabo.

Tienes 7 años, es tu cumpleaños y tu madre te regala el primer libro que le regalaron a ella. “Celia lo que dice”. Un libro de mayores. Lo coges y lo devoras, ese y toda la colección. Nunca te gustó Celia, no se parece a ti, no tiene nada que ver contigo. Tu eres responsable, preocupona y nada traviesa...pero eso da igual, te encantan sus libros. Lees Los Cinco, y los Hollister, y elige tu propia aventura y todos los Asterix.

Tienes 9 años. Lees tan bien que te eligen para hacer de narrador de El Gato con Botas. Tu madre te hace un chaleco, un sombrero y unas calzas de tela de sofá. Pareces un juglar y te da mucha vergüenza pero lo haces fenomenal. Tus padres compran una casa nueva en Los Molinos, la primera noche estás tan fuera de lugar y tan asustada porque entren bichos por la ventana que la pasas leyendo todos los cuentos que los anteriores inquilinos han dejado en la casa.  Alguien te regala Konrad el niño que salió de una lata de conserva”.

Tienes 12 años y tu madre harta de que la acoses con “no tengo nada que leer” te da una novela vieja, viejísima, con el papel marrón áspero. Un papel que no  has visto nunca y no se parece al de tus otros libros, “Río Perdido” de Zane Grey. El oeste, vaqueros, indios, vacas, ganaderos malvados, damiselas e historias de amor. Leiste todos los que había en casa de tus abuelos, la estantería completa uno detrás de otro.

Lees compulsivamente, a cualquier hora en cualquier sitio. Quieres leerlo todo, así que vas a las estantería de tu casa y como ya tienes 15 años no preguntas. Vas cogiendo aleatoriamente o eso te crees tú, todavía no sabes que los libros te eligen. Lees “El amante de Lady Chaterley”, “Cien años de soledad”, “Conversación en la catedral”, "Guerra y Paz", "Éxodo", "La colmena,  la serie completa de “Los Reyes Malditos”, los “Episodios Nacionales contemporáneos”. Lo lees todo.

Tienes 21 años y le regalas a tu hermano pequeño “Konrad el niño que salió de una lata de conservas” y le escribes una dedicatoria.

Tienes 24 años, lees y empiezas a apuntar los libros que lees en un cuaderno que acarreas a todos lados. Sólo los títulos. En la última página escribes los libros que te gustaría leer. No lo haces con orden y muchas veces olvidas hacerlo. No es sistemático.

Tienes 28 años. Le regalas al Ingeniero todos los libros que has ido leyendo en tu vida y que crees que le gustarán. La mayoría de ellos le gustan.

Tienes 32 años, una casa nueva, y dos hijas. Un día de diciembre, sin pensarlo, siguiendo un impulso compras un precioso cuaderno rayado con una ilustración japonesa con el firme propósito de a partir de enero empezar a  llevar un registro exhaustivo de lo que lees. En enero de 2006, con tu caligrafía de colegio de monjas e intentando no tachar, lo empiezas con un libro de Wallander.  Ese mismo año, coges tu ejemplar de “Todo cuanto amé” y te plantas a que Siri Hustdvedt te lo dedique ante la atónita mirada de Pedro Almodóvar, ni siquiera sabes cómo eres capaz de articular palabra.

Tienes 33 años, te vas de viaje a Berlín pero por listos perdéis el avión. Volvéis a Madrid a hacer tiempo y en un mercadillo de libros usados, El Ingeniero decide comprar “Berlín. La caída: 1945” para leer algo sobre la ciudad a la que váis a intentar llegar en otro avión por la tarde. Llegaís y te enamoras de la ciudad. Al volver, sólo quieres leer cosas sobre Berlín...lo lees todo, lo que sea sobre Berlín y la II Guerra Mundial: Stalingrado, ,Berlín. La caída: 1945, Stalingrado (Biblioteca Antony Beevor), Una mujer en Berlín ...todo. 

Tienes 36 años y tienes un blog desde hace un año. En un rapto de inspiración te das cuenta de que los libros que has leído en enero y febrero estaban extrañamente “encadenados”, en cada uno has encontrado algo: un nombre, un lugar, una situación o una sensación que lo enganchaba con el anterior y decides empezar a escribir sobre lo que lees en el blog y lo llamas “Libros encadenados”

Tienes 37 años y charlas con P sobre libros y la II Guerra Mundial. “Moli, tienes que leer Maus”. Lo apuntas en tu lista de libros que quieres leer. Al acercarse tu cumpleaños, Juan te llama y te pregunta qué quieres. “Quiero que me regales Maus”.  

Tienes 38 años, lees Maus  pocos días después de tu cumpleaños. Fascinada, impresionada y cautivada. Te encanta. Escribes sobre él en  tu cuaderno el 23 de febrero de 2011.  Al terminar el mes, escribes tus libros encadenadoscon una entusiasta recomendación para que todo el mundo lo lea. Hablas sin cesar de Maus, lo recomiendas, lo regalas, lo relees.

Alguien lee tu recomendación. Alguien que no te conoce y que tú ni siquiera sabes que existe decide conocerte porque has leído Maus y has escrito sobre ello.

“...por qué no lo leía y por qué empecé a leerlo”...pone en el mail de ese alguien. 


Sentada en tu mesa de comedor, en pijama, con tu pluma y tu cuaderno japonés,  no lo sabías...pero ese día leer te cambió la vida.  

lunes, 21 de abril de 2014

Vacaciones al sol


Tras 15 años, he pasado la Semana Santa en Los Molinos. 

Excepto para trabajar, he ido todo el día con unos vaqueros rotos (2 pares distintos), uno de los cuales se me caen y según Pobrehermano Mayor "te están fatal", pero a mí me encantan. 

He dormido bastante y lo mejor es que cuando me he despertado, he abierto la ventana, he cogido el libro y he seguido en la cama. He merendado crepes y M, comió las primeras crepes de su vida y le encantaron, un nuevo campo de alimentación para ella se abre ante mi: crepes con todo.  

Aperitivos en la cantina. Como si tuviéramos 60 años. Sentados al sol con el tinto de verano y la tapa correspondiente, viendo pasar los trenes, arreglando el mundo y comentando el Hola. "Moli, ver contigo el Hola es otra dimensión". 

Aperitivos que pasan a ser comidas, y luego meriendas hipercalóricas  con GT y te descojonan todos los planes de ser responsable que te habías planteado pero que te hacen llegar a casa a las 11 de la noche más feliz que una perdiz y pensando que eres una chica con muchísima suerte. 

He discutido sobre por qué odio los tangas y me han sugerido que me deje el pelo largo como "algo radical que puedes hacer ahora". Por supuesto, no pienso hacer eso: ni llevar tanga ni dejarme el pelo largo. 

He visto "Almosf famous" y me he enamorado de Billy Crudup. He leido tirada en la hamaca a David Foster Wallace y he sentido como literalmente me arrasaba, es como una apisonadora. Me he embarcado en un viaje por América con Steinbeck y su perro. He pensado que me encantaría hacer un viaje largo en coche y poder contarlo luego....siempre hacia el norte, nunca hacia el sur. 

He comido chocolate blanco con cornflakes, leche condensada y pipas caducadas por encima de mis posibilidades. He nadado 10 km en 5 días y tengo una contractura en la espalda también muy por encima  de mis posibilidades. 

He descubierto que mis hijas manejan el lenguaje muy bien y con mucho peligro. 

- Mamá, ¿qué significa lazy?
- Lazy es vago, perezoso.
- ¿Yo soy lazy?
- ¿Tu qué crees?
- ¿Eso es sarcasmo? 

El Roto es mi nuevo sitio favorito en Los Molinos. Está precioso y fue un paseo genial. Nos falta ir con bocadillos a pasar el día. Amor de princesas y PAGS.

He discutido sobre qué haría si me tocaran 100 millones de euros, a quién se lo contaría y qué haría después. Lo tengo clarísimo. Se lo diría a mi familia, mis mejores amigos y luego me compraría un vestido con muchísimo vuelo y un corpiño y bajaría la escalera de los libros de colores diciendo: A dios pongo por testigo que en mi vida volveré a poner un pie en Mordor.  He descubierto que Pobrehermano Mayor si le tocaran a él me compraría un puesto de chuches en Los Molinos para que me sacara unas perrillas. Sin comentarios. 

He hecho leña fina, he quitado malas hierbas, he pulverizado herbicida y he montado en bici. He hecho compañía a Juan mientras hacía de handy man (¿Qué opinamos de los tíos con peto?) en su casa cribando arena en una tarea completamente absurda pero que le pega todo. Mientras él cribaba yo hablaba de Steinbeck. 

He escrito mails torrente y ni un solo post pero se me han ocurrido mil ideas. Castillos en el aire. Viajes. Planes. 

Y por fin, han salido las lilas.



martes, 15 de abril de 2014

Ensayo sobre el bañador.


Para ir a nadar hay que tener siempre en mente la regla de los 5 dedos: bañador, toalla, chanclas, gafas y gorro.

Son las cinco cosas imprescindibles para ir a nadar. Bueno, imprescindible imprescindible sólo hay una.

Puedes probar a nadar sin gafas y cerrar los ojos confiando en no salir cegado por el cloro, puedes secarte con tu ropa interior o al aire contoneándote debajo de los secadores esos del demonio, puedes intentar nadar sin gorro un par de largos antes de que te llamen la atención y puedes ir sin chanclas rezando para no pillar ningún hongo...pero NO puedes nadar sin bañador.

El bañador es por tanto lo más importante, lo fundamental y sin embargo se le suele prestar poca atención hasta que se tiene la epifanía, hasta que se alcanza la sabiduría suprema. Para que nos hagamos una idea de lo que hablo, el bañador es tan importante como las zapatillas para correr...o más. Sí, más.

El camino que lleva a esa sabiduría es sin embargo largo.

Cuando uno decide empezar a nadar, lo normal es que opte por una inversión mínima. No se sabe cuánto te va a durar la Fuerza de Voluntad, el dinero o las condiciones espacio temporales para ello, así que se opta por coger lo que se tiene por casa.

En el escalón más bajo de esta escalada está el bikini de tiras.

Es alucinante pero hay gente (mujeres, obviamente) que van a nadar a piscinas olímpicas con bikinis de triángulo, cordelito y mínima expresión de tela. Entiendo que es posible que no tengan otra cosa por su casa pero ¿en qué cabeza cabe creer que vas a poder nadar con eso? Es materialmente imposible nadar como Dios manda con esos bikinis. Descubres que lo que haces en la playa con esos bikinis es chapotear...y no se parece en nada a dar brazadas contundentes que te hagan avanzar. Pierdes aliento, fuerzas y los nervios viendo como vas perdiendo la braga y como tus pechos (los de quien sean y aunque sean mínimos) parecen tener vida propia y salirse por todos lados. Además, es inevitable que las gomas se abran y hagas resistencia. Nadar con uno de esos bikinis es como intentar chuscar con un mono de esquiar puesto. Lo intentas, te calientas y te frustras.

Un escalón por encima está el bañador de playa para él y para ella.  Para él suele ser un bañador tipo bermuda de colores brillantes, de muslo ancho y que se ata con cordel. Para ella, un traje de baño completo muy mono, con sus tirantes, su espalda al aire, sus adornitos y su estampado.

Estos tampoco sirven para nadar bien.

Él descubre que esas bermudas tan cómodas para hacer el idiota en la piscina o coger olas, para ir por la playa con el dinero para la caña, el móvil y las llaves, son una trampa mortal para nadar. Se inflan, se arrugan, se pegan a las piernas....rozan. Rozan mucho y escuecen. Él, siempre competitivo, se ve frenado en su impulso natatorio por esa especie de bolsa multicolor que lleva atada a la cintura. Se ve frenado bien porque hace resistencia o porque descubre que el cordelito que tan orgullosamente se ha atado, inexplicablemente se afloja y va perdiendo el bañador. Tiene dos opciones, parar y hacerse un nudo tan fuerte que la posibilidad de quedarse sin circulación de cintura para abajo sea un hecho o nadar sujetándose el bañador cada 3 brazadas.

Ella descubre que el bañador es una mejora considerable con respecto al bikini absurdo, pero aquel atuendo ideal en la playa o en la toalla tampoco sirve para nadar. Tiene mucho escote o la ingle demasiado baja o demasiado prieta, el tejido hace bolsas que se llenan de agua haciendo resistencia, los tirantes se deslizan y aunque intente obviar los síntomas sabe que llegará al final del largo con una teta (o las dos) descolocada y libre.

Estos atuendos son como chuscar con los vaqueros puestos.

Avanzando un escalón más está la visita a Decathlon a comprar un bañador "para nadar". Obviamente se opta por algo barato que parezca bueno, que tenga pinta de que al ponértelo va a parecer que sabes lo que haces. Con tu bañador Tribord vuelves a tu piscina más feliz que una perdiz. Te lo pones en el vestuario y te sientes bien. Tu bañador es nuevo, nadie te va a confundir con un principiante que trae su bañador con arena de playa y brillas.

¿Brillas? Aquí es donde está el fallo.  Pronto vas a descubrir el horror de esos bañadores "baratos que parecen buenos". Son de "lycra de puticlub", de purpurina, del material de las diademas de los chinos.

Brillan y aprietan pero NO sujetan. Esos bañadores, tanto para él como para ella, son como ir en bolas pero untado de aceite brillante.  Se pegan. Brillas y vas marcando hasta la cicatriz del cordón umbilical. Se te ve todo, de un negro brillante y lustroso. Literalmente pareces una foca lustrosa (da igual que peses 50 kilos)...toda tu piel brilla embutida en ese tejido que resulta que tampoco sujeta dentro del agua. Todo lo que sobresale, sobresale más. En el vestuario, al desnudarte, descubres además que ese tejido se queda como baba mojada después y que al cabo de unos cuantos usos (muy pocos) es baba mojada transparente. Se me olvidaba decir que en el caso de ellos, estos bañadores son siempre demasiado cortos, como pantaloncitos cortos, negros, pegados...y brillantes. Y sí, a ellos también se les marca todo.

Este atuendo es chuscar con ropa interior...una mejora pero igual de frustrante y muy muy poco digno.

Cuando ya estás desesperado y resignado a intentar disfrutar del baño con lo que sea, aunque sea a costa de tu dignidad estilística, un día decides hacer un dispendio y te compras un bañador BUENO. Uno que cuesta pasta, uno caro con una etiqueta más larga que tu brazo y de marca. Un día es un día...y total, llevas la toalla corporativa de tu empresa y una mochila de Bob Esponja así que puedes gastarte dinero en un bañador.

(El de ellas es negro o azulón (siempre) y con espalda alta. El de ellos es negro (siempre) y les llega hasta casi la rodilla.)

Una pasta. Te sientes culpable, piensas que te lo mereces, te sientes culpable, piensas que te lo mereces, te sientes culpable...te lo pones en el vestuario y lloras de emoción. Efectivamente, es como ponía en la etiqueta "una segunda piel", pero no de foca lustrosa o de prostituta de los años 80. No, es una segunda piel suave y recia. Eso es, recia. Todo encaja, todo se sujeta y joder...hasta pareces más alto y más esbelto.

No te confías, ya sabes que en el agua todo se encoge y es allí dónde fracasaste en las anteriores etapas natatorias. Pero no. El bañador segunda piel es maravilloso, al mojarse no se adhiere a tu cuerpo como un plástico baboso, sencillamente se acopla a tu cuerpo, sujeta todo con la debida tensión pero permitiéndote moverte con libertad y despreocuparte de que nada se salga de su sitio.

Estás cómodo, te deslizas sin preocupaciones y sabes que por fin has alcanzado el nirvana natatorio.

La prueba definitiva para saber si por fin ya tienes ¡el bañador de tu vida! es que al salir, te da pena quitártelo...estás tan cómodo y te sienta tan bien que te quedarías a vivir en él.

Y sí, esos bañadores son como chuscar como se debe: son fuegos artificiales con la pareja perfecta.




domingo, 13 de abril de 2014

Leer y olvidar.

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¿Has leído "La Regenta"? ¿Has leído "Crimen y Castigo"? ¿Has leído el último de Paul Auster? ¿Y el de Vargas Llosa? ¿Leíste cuando eras joven “El Guardian entre el centeno”, “Mujercitas” o “El Señor de los Anillos”?

Si la respuesta a cualquiera de estas preguntas o alguna parecida que incluya el título de un libro es No, la consecuencia será que la lista de “libros pendientes”, “libros que debería leer” o “libros que me apetece leer”... se verá aumentada. Es una lista que no termina nunca, por cada título que sale de ella, suelen entrar 2 o 3 como mínimo. Si además estás suscrito a varios blogs de libros en la red, sigues cuentas de editoriales en twitter, te dejas aconsejar por tu librero y tienes un amigo lector de confianza.. .tu lista será interminable, casi infinita. Darte cuenta de que jamás vas a tener tiempo suficiente para leer todo lo que quieres marca un punto en tu pasión lectora, un punto terrorífico... pero eso es otra historia y será contada en otra ocasión.

¿Qué pasa cuando contestamos que sí hemos leído un libro, cuando recordamos haberlo leído?

El siguiente paso es tratar de recordar ese libro. Sabes que lo has leído, recuerdas dónde transcurría la trama, recuerdas vagamente algún personaje y puedes decir algo como “sí, iba de una mujer que se enamora de un sacerdote en una ciudad que es Oviedo pero no lo dicen” o “Sí, va de un joven que pasea por Nueva York”. Pero... realmente, ¿cuánto recuerdas por tu lectura y cuánto crees que recuerdas por artículos, impresiones o citas que has leído después?

¿Qué más puedes contar del libro que sí has leído?

Intentar recordar un libro es hacer un ejercicio de memoria que activa algo más que nuestro recuerdo de lo escrito, recordar un libro es más que recoger el eco de la historia, la trama y los personajes.

Al intentar recordar un libro, primero “lo vemos”. Recordamos cómo era el ejemplar que leímos. Si era muy grueso, si por el contrario era fino, si formaba parte de una colección o si era un ejemplar suelto. 

Es posible que sepamos si nos lo prestaron, nos lo regalaron, lo sacamos de la biblioteca, lo compramos o lo heredamos de nuestros padres.

“Vemos” su portada. Sabemos de qué color era y muy vagamente tendremos una visión de la ilustración que había en la cubierta. Es curioso, he comprobado que raramente nos fijamos bien en esa ilustración. Casi nadie recuerda qué era exactamente la imagen de la portada, es más una sensación de colores o de estados de ánimos que una imagen nítida: “era azul”, “era de noche”, “había un campo, unos zapatos, un barco”. Y esto ocurre incluso mientras estamos leyendo el libro.

Después, no siempre, somos capaces de vernos a nosotros mismos con ese libro. Sabemos dónde lo leímos: en el metro yendo al trabajo, en unas vacaciones en la playa, en el colegio por obligación, durante una convalecencia, durante noches y noches sin dormir porque te tenía atrapado o durante días y días de no avanzar porque te quedaste atascado.

A pesar de que trae a primer plano todas esas impresiones sensoriales, es posible que la historia del libro flote en un limbo en tu memoria. Sabes que lo has leído, sabes cómo era el libro, sabes dónde lo leíste, puede que incluso sepas en qué lugar de tu estantería está colocado... pero no sabes qué te hizo sentir, ni qué pensaste, ni siquiera sabes si te gustó mucho o poco.

Sólo algunos libros consiguen mantenerse en tu memoria indelebles y encender todos tus recuerdos. 

Nunca sabes qué libros serán ni por qué. No tienen porqué ser los grandes clásicos, ni obras maestras, ni libros conocidos, ni la última novedad.

Los libros que recuerdas y que te dejan huella son siempre especiales, son como enamorarse.

Uno olvida un ligue, un rollo de una noche, una relación que fue más risas que otra cosa, pero un enamoramiento no se olvida. Se recuerda siempre, se recuerda el objeto del enamoramiento y las sensaciones que nos producía.

O no.

A la pregunta de ¿Has leído tal? Puedes contestar que No, puedes poner ese libro en tu lista, comprarlo, conseguirlo, que llegue a tus manos... empezarlo y darte cuenta que sí lo has leído, que ya lo habías leído. Puedes darte cuenta al comenzar o cuando lleves unas cuantas páginas...”cómo me suena esto... hasta que llegas a un punto que dices “yo a ti te conozco” y de golpe, sin previo aviso... todo lo que no habías sido capaz de recordar, porque ni siquiera sabías que tenías recuerdos sobre ello, se agolpa en tu cabeza. Como una película: la historia, la trama, los personajes, el ejemplar que leíste, quién eras tú cuando lo leíste por primera vez, dónde estabas....y lo que es peor... cómo te gustó.

WhenYouAreGone-blog
 Y te sientes fatal. Te sientes fatal por haberlo olvidado, por haberlo borrado de tu mente, por ni siquiera ser consciente de que lo habías olvidado.

Ese libro te gustó, te encantó, ahora lo reconoces, ves cada cosa que te gustó de él, tropiezas con las frases que te engancharon en su momento y ¿lo has olvidado? ¿Un amor así y lo has olvidado?

Te quedas perplejo y piensas: ¿cuántos libros más he olvidado? Miras tu estantería, recorres los lomos, ves los títulos y piensas...¿Cuánto os recuerdo?

Y es que aunque creas que no, leer es olvidar. 

Sólo la relectura o los encuentros imprevistos con antiguos “amores” libros... te harán recordar lo ya leído o ser consciente de lo que has olvidado.

La relectura también tiene sus problemas... pero también es otra historia que será contada en otra ocasión.

Post inspirado por este artículo de The New Yorker. “The curse of reading and forgetting” y publicado en Pisandocharcos.

viernes, 11 de abril de 2014

Pintadas de mi vida.



"Remember our names we love this game". Una pintada gigante en un paso elevado que cruzo todos los días dos veces para ir y venir a Mordor. Son letras gigante, más altas como yo (vale, sí, eso no las hace gigantes) silueteadas en negro y rellenadas en blanco sucio. A lo mejor no era sucio en su momento pero se ve así. Al final de la pintada hay un muñecajo horroroso que estoy convencida que incluso yo podría haber pintado, aunque jamás en mi vida he manejado un spray de esos de pintar paredes y cuando me pongo a pintar normalmente hago caracoles.

"Remember our names we love this game". ¿Qué significa? ¿Quién ha ido hasta ese paso elevado en una autopista alejada del centro y de cualquier núcleo de población para poner eso? "Acuérdate de nuestros nombres, nos gusta este juego" ¿Por qué no están los nombres? ¿Cómo voy a recordarlos? O ¿sois vosotros los que un día de juerga, de pedo, un día de "a que no hay huevos" fuisteis por la noche hasta ese sitio en el fin del mundo a escribir eso y fue una especie de recordatorio para el futuro? ¿os acordáis? ¿Pasáis todos los días como yo, veis vuestra pintada y pensáis en por qué lo hicisteis? ¿Qué juego?

"El kiko les desea el doble de lo que ustedes a él" pone en la lona del camión que cada dos días adelanto de camino a Mordor. Letras amarillas sobre fondo azul.  Me fascina este rótulo. No sé que pinta tiene "El kiko" porque cuando le adelanto no puede mirarle, es un camión enorme y es imposible que llegue a vislumbrar la ventanilla en la que supongo que asoma el codo de "El kiko" pero me intriga muchísimo. Me fascina la mezcla de la cercanía de "El kiko" con el formalismo del "ustedes". Si pusiera "Francisco les desea"...o incluso "Paco..." pero ¿El kiko? ¿El kiko te habla de usted? ¿Cuántos años tiene El kiko? ¿Por qué su nombre no va en mayúscula? ¿Por qué me trata de usted? En cualquier caso a mi me gusta su rótulo, siempre que veo su camión le deseo lo mismo, que cambie de trabajo. El kiko lleva el camión petado de cerdos vivos. Si él me desea lo mismo, que cambie de curro...estamos casi a punto de conseguirlo. Un momento. Espero que cambiar trabajos no se intercambiarlos. "Moli les desea a ustedes el doble de lo que ustedes a ella" no sería para nada lo que yo pondría en mi camión....

"Se te ven las bragas". Grandes letras negras en un sólo trazo sobre una pared color crema, exactamente a 25 metros de la Molicasa en Los Molinos, en la pared de una caseta eléctrica. Puede llevar fácilmente 15-18 años y cualquiera que llegue a casa por primera vez, al bajarse del coche lo primero que dice es ¿Se te ven las bragas? Creo que fue la primea pintada que las princesas leyeron. ¿Cuándo surgió? ¿Cómo? ¿Quién la puso ahí? No lo sé. ¿Tiene algo que ver conmigo o con Molihermana? Lo más lógico es pensar que sí, que algo tiene que ver puesto que está prácticamente en la puerta de nuestra casa. ¿Alguna noche de borrachera descontrolada terminó con alguien lo suficientemente despechado como para escribir eso? ¿Es una pintada de despecho? Se te ven las bragas como acusación....¿no deberían verse? ¿no debería llevar?  Y ¿quién la hizo? No veo a ninguno de mis amigos escribiendo algo tan poco concreto, ellos serían  más de escribir algo en clave, rollo "Enigma".  En cualquier caso, cada vez que salgo de casa, antes de meterme en el coche pienso ¿se me ven las bragas? y sonrío.

Y ahora leed queriéndome mucho para que no os de vergüenza ajena...

Lo confieso públicamente, "Moli corazón con flecha Fulano".  Después de 6 años de blog creía que ya había contado todas las cosas ridículas sobre mí pero hoy he recordado ésta mientras pensaba en pintadas.  A la tierna edad de 14 años, una noche de invierno en Los Molinos me tocó salir a sacar la basura al contenedor. Era domingo y ese era uno de los últimos preparativos antes de volver a Madrid. Cogí la bolsa, me puse el abrigo porque hacía frío y mientras abría la puerta del jardín y salía a la calle, iba pensando que me quedaba una semana hasta volver a Los Molinos y ver al objeto de mi enamoramiento adolescente (que por supuesto no sabía ni que yo existía, de hecho es el primer protagonista de mi "no vida amorosa" y lo pasé por alto en su momento) y en una oleada hormonal de sentimiento adolescente decidí que tenía que dejar constancia de ese momento de exaltación amorosa. Dejé la bolsa en el suelo, miré a mi alrededor y la única superficie que encontré susceptible de ser la base de mi pasión amorosa fue el cartel indicador de "Cuartel de la Guardia Civil" colocado a 5 metros de la puerta de mi casa.

Ya tenía dónde, pero ¿con qué? No podía entrar a por un rotulador ni pintura ni mucho menos spray. Por aquel entonces era una chica con recursos (absurda y patética pero con recursos) y cogí una piedra con un borde afilado y me puse a grabar en la chapa metálica mi declaración de amor. A mí me pareció que la tarea no me había llevado mucho tiempo pero cuando volví a entrar en casa, mi padre me dijo ¿Dónde has ido? No esperó respuesta ni me hizo mucho más caso, pero fue justo en aquel momento cuando me di cuenta de la magnitud del  error que había cometido (uno de los primeros debidos a mi ya legendaria impulsividad),  fui consciente de que en cuanto saliéramos a la calle, el cartel de "Guardia Civil" con mi absurda declaración iba a estar a la vista de toda mi familia.

Ha seguido allí años, 25 para ser más exactos.

Ahora cuando me entran esos ataques, tengo un blog y no necesito buscar una piedra con un borde afilado.

martes, 8 de abril de 2014

Saris y fútbol: las princesas y Beckham.


Ver películas con las princesas no es verlas otra vez, es descubrirlas.

Película: Quiero ser como Beckham. 
Circunstancias del visionado. Esta película lleva en cola de visionado mucho tiempo porque desde que las princesas tienen pandilla pasan millas de mí y no encuentran el momento de sentarse a ver una película conmigo. Llevamos meses esperando para verla y por fin, ha llegado el momento. Merienda cena y princesas en pijama. C su pijama rosa con perritos y sus tacones de Disney morados y M con su pijama de Spiderman.

Quiero ser como Beckham versión C. 

Empieza la peli, imágenes de un partido de fútbol.

PARA, PARA, PARA ¿ES OTRA PELÍCULA DE FÚTBOL? .- superseria de pie con los brazos en jarras y taconeando.
¿Cómo que otra? ¿Qué película de fútbol hemos visto? Nunca hemos visto pelis de fútbol.
¿Cómo que no? Me hicisteis ver una superrollo de unos prisioneros que jugaban para salir de la cárcel o algo...un rollo patatero. 
¡Ah si! Evasión o victoria. 
Ni evasión ni victoria...era fútbol. ¿Está es de fútbol? Porque yo paso. 
Que no...que es de chicas, que te va a gustar. 

¿Son indios? 
Si. 
¿Cómo el tío Joe y los primos?
Sí, más o menos. 
¿Por qué el tío Joe si es indio no lleva turbante?
Porque es indio de la India pero no es hindú. 
No lo entiendo. ¿Papá puede llevar turbante? 
jajajaja...podría pero tampoco. 
Yo creo que le quedaría bien...Bueno, me gustan los vestidos de las indias. ¿Puedo tenerlos yo?
Tú ya tienes saris...te los trajeron de la India. 
Sólo tengo uno y en la película han dicho que una novia india necesita 21 saris. 
Tú no eres una novia india.
Pero podría serlo...podría casarme con el primo Luis y llevar 21 saris

La chica inglesa es altísima y flaquísima. 
Si, 
Y no tiene tetas. 
¿Perdona? 
Se ha puesto esa camiseta brillante que ni es camiseta ni nada y no tiene tetas. 
¿Y?
Y nada. Solo lo señalo. 

Quiero ser como Beckham versión M. 

¿Quien es Beckham? 
¿Cómo que quién es Beckham? Un jugador de fútbol superfamoso. 
¿Super famoso de cuando? ¿Viejo? 
¿Cómo que viejo?.- lloro amargamente ante la brecha generacional entre mis hijas y yo...aunque sospecho que ni la mitad de lo que lloraría Beckham al saber que para mis princesas es más o menos un dinosaurio extinguido. Por supuesto, renuncio a explicarles el cameo de Gary Lineker al principio de la película y lloro más amargamente por saber quién es Lineker.

¿No le dejan jugar al fútbol? Mira, es como yo. 
No, como tú no. Tú no juegas al fútbol ahora porque no estabas estudiando bien y por eso no te dejamos ir. 
Ya claro...pero ¡ella se escapa! 
Err...si, pero tú no puedes hacer eso. Eso está mal. 
Pero a ver mamá, ¿tú quieres que ella juegue al fútbol porque es lo que más le gusta y te parece injusto que sus padres no le dejen?
Si claro. 
Aja....y ¿Qué pasa conmigo?
¡Ella saca sobresalientes!
Eso es lo de menos....es injusto. Y además yo ni siquiera tendría que cruzar una calle para ir a mi entrenamiento. 

Mamá, la madre de la chica rubia no se entera de nada. Cree que a su hija le gustan las chicas. 
Si
Te prefiero a ti que por lo menos te enteras de algo. 
Vaya...gracias cariño. 
Pero si te pones esas pintas de cursi que lleva ella ya no te preferiré. 
Vale, voy a devolver la pamela verde que me he comprado para llevarte a tu próximo partido de fútbol. 
¿estás siendo sarcástica? 
Ja. 



Termina la peli. Conclusiones finales.

Chicas, ¿os ha gustado?
Muchísimo mamá...si las bodas indias son siempre tan animadas yo quiero una boda india. Y voy a llamar al tío Joe...necesito más saris. 
A mí me ha encantado. Necesito esas botas de fútbol. ¿Puedo conseguir un trabajo para comprarlas? ¿Me dejarías ir a una universidad al extranjero a jugar al fútbol? 


La próxima sesión es "Cantando bajo la lluvia" y ya tengo miedo.


PS:  la hermana cursi que se casa en la película...es ¡Kalinda en The Good Wife!. 

viernes, 4 de abril de 2014

The Good Wife para dummies


¿De qué va The Good Wife (TGW)?

Abogados y abogadas van y vienen y por el camino se entretienen.  Sin más. ¡Ah si!

¿Quien es quien en TGW?

Alicia Florrick es la buena esposa. O se supone. No queda claro. Tampoco importa. Su marido, que es un impresentable con pinta de político español casposo la engaña con varias prostitutas. Ella, muy digna o muy pringada o algo, decide que le da igual, que está por encima del bien y del mal. O no. No le da igual y está muy dolida. No se sabe y ya he dicho que tampoco importa. Es tan espontánea como hacer la primera comunión. Es  una tipa que permanentemente tiene cara de tener un palo metido por el culo o de estar estreñida. Cuando sonríe parece que dice "estoy haciendo un esfuerzo sobrehumano porque si sonrío más...me voy por las patas abajo",  que sé que casa mal con la cara de estreñida pero es así. Para saber si está en modo "perdono a mi marido" o en modo "vas a arder en el infierno por cabrón" hay que fijarse en el estilismo del personaje. Si lleva colores pastel o claros y el pelo retirado de la cara es que está en modo buen rollo, si va de negro y con el pelo por la cara está en modo leona ofendida. En este modo es cuando se chusca a su marido en unos polvos pretendidamente pasionales que a mi me resultan cutres.  

Peter Florrick o el mal marido. Ya he dicho antes que tiene pinta de político español casposo. Lo mejor que se puede decir de él es que es alto. Lo peor que rezas para no verle de cintura para abajo en ningún plano porque sabes que lleva los pantalones demasiado subidos. ¿Es malo? Pues a ratos. No queda claro si quiere volver con su mujercita o le da igual. Tampoco importa. 

Los hijos de la buena esposa y el mal marido. Dos, niño y niña. Algún día alguien tendrá que hacer un estudio serio sobre los hijos en las series americanas. ¿Por qué siempre son pareja mixta? ¿Por qué nunca hay ningún hijo que no parezca sacado de un manual? Los niños son cargantes, listillos y muy pesados. La transformación de la hija desde niña pringada a pin up religiosa es sencillamente descacharrante.

Jackie, la abuela. La típica suegra cabrona. ¿Por qué se sabe? Porque se sujeta el pelo con un lacito. Si te sujetas el pelo con un lacito o eres Mafalda o eres una mala muy pesada. No  hay más opciones. 

Will Gardner. Obviamente es la parte contratante de la segunda parte de Alicia Florrick. Mi problema con estos dos es que tienen la misma química sexual que el embrague y la palanca de cambios de mi coche...tienen un breve momento de conexión, muy breve...y luego cada uno a su rollo y sin ningún tipo de TSNR que resulte creíble. La TSNR para ser creíble tiene que ser un elefante en medio de la habitación que sea imposible de esquivar, si es una lombriz camuflada con la moqueta que hay que buscar con microscopio,  ni es creíble ni emocionante ni tiene la más mínima gracia.  Con este actor además tengo un problema, no ha envejecido bien...bueno, ni bien ni mal. Le veo y sigo pensando en qué momento se va a poner el uniforme del colegio del Club de los Poetas Muertos. Me pone lo mismo que Harry Potter, cero.  Si a eso añadimos que las escenas de sexo en esta serie están hechas metiendo la cámara tan cerca de los personajes que parece que les vas a poder contar los poros de la piel y que él no sale sin camiseta JAMÁS...pues sinceramente, me creo que sea virgen. 

Kalinda. Es investigadora. Va y viene embutida en un estilismo ATROZ consistente en minifaldas chonis con cazadoras de cuero apretadas y trepada en botas de streaper. Eso si, profesionalmente es un crack...sin ella, los abogados no tendrían con qué entretenerse. A mí me resulta un poquito increíble que armada con una libreta cutre descubra los más alucinantes secretos de todo el mundo pero bueno...si me creo que va cómoda con esa ropa porqué no me voy a creer que con una moleskine pueda salvar a alguien de la pena de muerte. No me voy a poner pejiguera. Ah, se me olvidaba que Kalinda es bisexual o lesbiana o heterosexual o directamente ameba. No queda claro y tampoco importa. 

Carry Agos. Abogado compañero de Alicia. Mi problema con este personaje es que me dan ganas de arroparle y darle un cola cao. No me lo creo ni por un segundo. No es malo, ni bueno, ni listo ni tonto. Le mola Kalinda o no. Es amigo de Alicia o no. Eso sí, el traje le queda como un guante y cuando se viste de "casual" es de los pocos en la serie que no da grima. 

Diane Lockhart, abogada jefa de Alicia y socia de Will. Es una mujer muy lista y que se pasa toda la serie llevando unos collares enormes y acojonantes. Tan enormes y acojonantes que la mayor parte del tiempo me distraen de lo que está diciendo. De todos los personajes es el único medianamente coherente. El novio que se echa a pesar de ser republicano y defensor de las armas es el tío que más me gusta de toda la serie...con muchísima diferencia. La verdad, no sé si esto dice algo en mi favor, pero es la verdad. 

Es obvio que no me creo  ninguno de los personajes y que casi ninguno me gusta. Ayer pensaba que es un poco como comer pipas o alpiste, en realidad no me gusta, podría no comérmelo...pero al final me pongo y cuando me he querido  dar cuenta me he comido el paquete entero y pienso "¿por qué?" 

¿Quiere decir esto que es una mala serie? Para nada. De hecho es bastante buena, es un culebrón muy bien hecho, con un buen look, tramas que te enganchan lo que dura el capítulo y cuenta con el atractivo añadido de que no ocupa memoria. Me trago el capítulo, me desconecto de la realidad un rato y cuando se acaba se me olvida completamente. Sé que no me dejará síndrome de abstinencia ni me sentiré huérfana cuando se acabe. 

¿Os la recomiendo? Si, tanto como comer pipas.  


miércoles, 2 de abril de 2014

¿Cómo se hace un anuncio para manipularte?



Todos sabemos o creemos saber que la publicidad es mentira, que todo lo que te meten por los ojos con los anuncios de televisión es una burda falsedad y que todos somos tan listísimos que lo captamos.

Y es así. Más o menos. Casi siempre. Cuando estamos avispados y despiertos y sacamos nuestro lado crítico y objetivo. Pero la mayor parte del tiempo, estamos en "stand by" y cuando nos ponemos a evocar  desayunos vemos a una tía en micropijama tomando cereales o a una madre sonriente untando galletas o a una pareja de profesionales tomándose un café en una cocina impoluta, luminosa y amplia. Pensamos en madres y bebes y todo es azul celeste sobre una decoración beige con la madre peinada como para ir de boda. Pensamos en coches, en viajes, en cenas, en juguetes....y todo está condicionado por las imágenes de la publicidad.

Este video es una genialidad. Pone en imágenes un poema GENIAL en el que te cuentan exactamente cómo colocar imágenes y palabras para venderte algo, una imagen de marca, un organismo, la labor social de una empresa.

Lo más acojonante de todo, lo que da más miedo... es que a pesar de saber que es un video y un texto que pretende resaltar el uso manipulador de las palabras y las imágenes, estás viendo el video y estás enganchado.

Todo está pensado para engancharte. Escuchas las palabras, sonríes... piensas que cierto es todo pero ahí te quedas.

No sólo son las imágenes, lo que muestran. Es el montaje, es la luz  y la voz.

Escuchad la voz, una voz de un hombre mayor, cascada, grave, rasposa. La voz de la experiencia que te dice "soy alguien en quién confiar. Escúchame. Cree lo que te digo."

El original del poema lo podéis encontrar aquí. 

La traducción es de mi cosecha, cualquier mejora ser agradecerá.






Pensamos primero
en vagos términos  que sean sinónimo de progreso
y las encajamos con imágenes de un tren de alta velocidad.

La ciencia
está haciendo muchas cosas
que puede que tengan o no tengan algo que ver con nosotros.

¿Ves como ese chico con una bata de laboratorio sostiene una cubeta de precipitación?
Eso significa que investigamos.
Ponemos aquí una foto del ADN.

Hay un montón de gente en el mundo
sobre todo en India
¿Ves como somos parte de la economía global?
Mira estos agricultores en China.

Pero también hacemos negocios en USA
o queremos que tú pienses que los hacemos.
Mira esta cosa que hace energía eólica en Indiana
y este operario con la cara sucia.
Ufff.

Además, nos preocupamos por el medio ambiente en líneas generales
Aquí ponemos una poderosa corriente de agua
y gente plantando árboles.

Puede que nuestras políticas tengan relación con estas
vistas panorámicas de Costa Rica.

En el ambiente de alta velocidad en el que vivimos
una stop motion con imágenes de una ciudad de noche
con coches circulando rápidamente
hace que pienses en hacer cosas de manera eficiente
y el tiempo pasa.

Para que no pienses que somos una entidad sin rosto
mira a toda esta gente atractiva
algunos hablando y riendo
y unos primeros planos de gente pasándose unas latas de comida
en una escena que evoca el servicio a la sociedad

Igualdad
Innovación
Honestidad
Y progreso
Son todas palabras que elegimos de una lista.

Nuestros beneficios son increíbles
como este hombre que mira hacia arriba y señala
un rascacielos o una cometa
mientras sonríe y explica algo a su hijo.

Usando una proporción ajustada
de asiáticos, negros, mujeres y hombres blancos
nos aseguramos de representar tus necesidades
o por lo menos los de una parte de tu raza
en nuestros anuncios.

¿Pusimos un bebé aquí?
¿Qué tal un anciano aborigen cuyas arrugas al sonreír evoquen la felicidad y la sabiduría de los pobres?
Sip.

Mi consejo, activad el cerebro para detectar todo esto en cualquier anuncio que os entre por los ojos.

Este post está en MNM si quieres difundirlo.


martes, 1 de abril de 2014

Lecturas encadenadas.- Marzo


Ha sido un gran mes. Recomiendo a los cuatro autores que he leído. Ninguno es nuevo, todos son viejos conocidos (Salter el que menos) y no me han defraudado.  

Tras la devastación lectora del mes de febrero con libros durísimos, opté por empezar marzo con algo ligero, entretenido y que me absorbiera y para eso lo mejor son los padres de la novela nórdica policíaca.

El abominable hombre de Saffle es la sexta entrega de la serie de Martin Beck. Un asesinato, una investigación sin adn, sin teléfonos móviles, sin internet. Sin complicaciones, sin grandes temas pero y esto es fundamental sin agredir la inteligencia del lector. Fabulosa para desconectar.


Este año me tocó en el Amigo Invisible de mi casa regalar a Molimadre y como soy un poco perra, le regalé un libro que yo quería leer. Esto está muy feo pero en mi descargo diré que sabía que a ella también le gustaría aunque sabía también que le parecería un poco "pobre" como regalo porque es un libro bastante corto y Molimadre es de las que se disfruta los libros cuanto más tochos mejor. De hecho, cuando días después comentamos los regalos dijo: 

- Mi amigo invisible ha sido un poco cutre...un librito fino. 

Me hice la loca, claro. 

El cementerio vacío de Ramiro Pinilla. Pinilla es un autor que no me canso de recomendar, creo que con escaso éxito pero me da igual. Me encanta lo que escribe, unas cosas más que otras, y me parece un escritor al que hay que conocer porque se puede aprender mucho de él y de su vida. Da gusto leerle. 

Esta novelita "poliaca" es la continuación de "Sólo un muerto más" del que ya hablé por aquí y que es la guinda a la trilogía "Verdes valles, colinas rojas". Confieso que éste me ha gustado menos que el anterior pero aún así  disfrute y lo devoré en un par de días. Estamos otra vez en Getxo, otra vez Koldobike y Samuel Esparta, el librero metido a detective que investiga un crimen por amor del que acusan a un "maketo". 

He aprendido que lochobacos es sinvergüenzas y me ha encantado la leyenda de los cementerios costeros. Las parejas que se entierran juntas, que incluso años después se entierran al lado de su amado, confiando en que al llegar la noche, podrán escabullirse por el fondo de la tumba y llegar al mar para pasar la eternidad juntos. 
"El encanto, también amoroso o fundamentalmente amoroso, que esconde esa hermosa leyenda de los cementerios que se vacían y prometen una eternidad en el mar. Es algo muy poético y que asombra a quienes suponen a los vascos algo toscos. 
- No es el mar, sino la mar. Y eso no sucede en todos los cementerios, sólo en los costeros"

 La última noche de James Salter. Este va a ser el año de Salter, si nadie lo remedia veo que me voy a leer todo lo que tenga publicado. Éste me lo regalaron por mi cumpleaños y lo empecé nada más terminar el de Pinilla y lo terminé el día siguiente. Volví al principio y lo releí entero. 

Es una colección de relatos, todos sobre parejas. Lo que se cuenta cuando estás en pareja, lo que se sabe sin decir, las seguridades que se tienen y que se desvanecen o se transforman en relatividades con las que hay que vivir aceptándolas o negándolas. Salter habla de y por las mujeres. No nos saca favorecidas pero si muy reales. A veces un poco idealizadas y otras veces muy perdidas... entre ambos extremos nos vemos muchas veces. 

El último cuento "La última noche" (pinchando en el enlace está la versión completa en inglés del relato) es el que da título al libro y es espectacular y espeluznante. Cuando lo terminas, tienes que volver a leerlo inmediatamente descubriéndolo desde otra perspectiva que resulta aún más alucinante, viendo como Salter lo ha construido. Una maravilla. Dice Muñoz Molina "Es ese cuento que uno da a leer de inmediato a la persona querida, urgiéndole a dejar de lado cualquier otra tarea" y es justo así. Es un relato increíble que quieres compartir con el otro, leerlo en alto. 

Otro de los relatos, Bangkok también me ha gustado mucho. No lo destripo pero es un relato con mucha violencia e intensidad emocional transmitida a través de un diálogo incisivo y ágil entre una pareja que se está haciendo daño con lo que se dicen, lo que no se dicen y lo que saben que tendrían que decirse y no se dirán. Todo está ahí.  

Otra cosa curiosa es que en las historias de Salter aparecen muchos perros y siempre juegan un papel en la historia, simbolizan algo. 

"Una cosa sí había visto: cuán cerca podía estar el hombre de la catástrofe por más seguro que se sintiera. Él había visto cambiar situaciones, malograrse una cosa detrás de otra. Era algo que podía suceder sin previo aviso."

Algo va mal  de Tony Judt ha sido el tercer libro del mes que tenía pendiente desde Reyes. He doblado tantísimas esquinas que como alguien me dijo parecía que estaba haciendo papiroflexia con el libro. 

Judt realiza un repaso a la situación social, política y económica "actual", aunque él murió en 2010 y que creo que no imaginó hasta dónde íbamos a ser capaz de llegar en el desastre. Él no pudo imaginarlo ni vivirlo y nosotros con su muerte hemos perdido la oportunidad de poder conocer su análisis de la situación. 

Judt explica como se formó el Estado del bienestar y se trabajó por una sociedad igualitaria tras los desastres de la primera mitad del siglo XX y como desde los años 70 hemos asistido a un paulatino desmantelamiento de esa sociedad igualitaria, primero poco a poco y en los últimos años a una velocidad y con una virulencia que nos habría resultado increíble hace 15 años. Casi todas las cosas que dábamos por supuestas y con las que contábamos para nuestro futuro y el de nuestros hijos ha saltado por los aires y todavía estamos dando vueltas mirando a nuestro alrededor pensando como ha sido posible y lo que es peor sin ninguna idea constructiva en mente. Ni unos, ni otros. 

Dejo algunas solo de sus citas...pero recomiendo su lectura como todos los de Judt, siempre se aprende algo incluso aunque no estés de acuerdo. 

"La desigualdad es corrosiva. Corrompe a la sociedad desde dentro. El impacto de las diferencias materiales tarda tiempo en hacerse visible, pero, con el tiempo, aumena la competencia por el estatus y los bienes. Las personas tienen un creciente sentido de superioridad (on inferioridad) basado en sus posesiones, se consolidan los prejuicios hacia los que están más abajo en la escala social, la delincuencia aumente y las patologías debidas a las desventajas sociales se hacen cada vez más marcadas. El legado de la creación de riqueza no regulada es en efecto amarga". 
"La confianza no se puede institucionalizar. Una vez que se desgasta es practicamente imposible restablercerla. Y ha de ser alimentada por la comunidad - la colectividad -, pues ninguna persona puede imponer a los demás, ni siquiera con las mejores intenciones, una confianza recíproca". 
"Quienes afirman que el fallo es del "sistema" o quienes ven misteriosas maniobras detrás de cada revés político tienen poco que enseñarnos. Pero la disposición al desacuerdo, el rechazo o la disconformidad - por irritante que pueda ser cuando se lleva a extremos - constituye la savia de una sociedad abierta. Necesitamos personas que hagan una virtud de oponerse a la opinión mayoritaria. Una democracia de consenso permanente no será una democracia durante mucho tiempo." 
"Nos hemos liberado de la premisa de mediados del siglo XX- que nunca fue universal, pero desde luego sí estuvo generalizada- de que el Estado probablemente es la mejor solución para cualquier problema dado. Ahora tenemos que librarnos de la noción opuesta: que el Estado es - por definición y siempre - la peor de todas las opciones". 

Igualdad, confianza, pensamiento crítico e ideas.

 Eso es lo que necesitamos.

 Lo llevamos claro.