- Moli, ¿ dónde vas de vacaciones este año?
- A Comillas.
- Puff...al norte..que pereza..como te haga malo.
- Me da igual que haga malo. Me encanta la lluvia, el fro y la niebla.
- Ya, eso dices ahora..pero si tú vivieras en mi ciudad odiarías la lluvia..estarías harta.
Pues no, no estaría harta. Y no odiaría la lluvia.
Me encanta que llueva, que haya nubes, viento, niebla. Me parece mucho más divertido que la solanera perenne. La lluvia me inspira, me pone de buen humor o me lleva a pozos de nostalgia fabulosos donde me encanta chapotear.
La lluvia es más divertida, puede llover mucho, poco, puede ser calabobos, puede ser gran tromba, puede caer que haga daño o ser tan fina que casi no te des cuenta. Puede caer suavemente o golpear las ventanas con fuerza. Puede caer de nubes negras o grises como panza de burro ( aunque en Los Molinos dicen que esas nubes son de nieve)...puede venir con una gran tormenta y puede convertirse en granizo o nieve. Todo un mundo de posibilidades.
El sol y la caloreta perenne me ponen de un mal humor que doy miedo y además son un aburrimiento. Llega junio y en Madrid y en la ciudad imperial sale el sol y ya está...eso será todo lo que verás hasta septiembre. Un sol de justicia y un calor infernal. Salgo de los libros de colores a las 6 de la tarde y sé exactamente como se siente un pollo al meterlo en el horno.Una brisa caliente te quita hasta las ganas de respirar. Un asco.
La lluvia me encanta y tengo muchísimos buenos recuerdos asociados a ella.
Llovió el primer verano que pasé en Comillas en el año 1985. Jamás había pasado el verano en el norte y venia con el gen interiorizado de Madrid, el de "es verano caloreta infernal". Flipé con la lluvia, el viento y me encantó poder usar mi sudadera azul de "cool cat" todo el mes. ( Esa sudadera todavía la tengo...y la uso, para desesperación de molimadre)
Llovió a mares la primera vez que volé en avión. Dublín- Cork en una avioneta con una lluvia de mil pares. Como iba renegando de Molimadre por no haberme avisado de lo de la avioneta...no pasé miedo.
Llovió todos y cada uno de los 26 días de mi primer mes en Irlanda. " Es el peor verano en 50 años" me decían...a mi me encantó.
Llovia el día que con mi ex, Fede y su chica y El Vasco nos bajamos de Los Molinos a Madrid a una fiesta de Icade. Era un plan muy raro, conducía yo el coche del padre de mi ex, que creo recordar que en ese momento no era mi novio si no que teníamos algun tipo de relación raruna y autodestructiva. La fiesta era de pijos de Icade en un garito que habia en los sótanos de Torreuropa y habia barra libre. Las copas eran de plástico y decidimos guardar los vasos de las copas que nos fuéramos bebiendo para al final, saber quien habia bebido más. Hicimos torres de vasos igual que las que hace Obelix con los cascos de los legionarios. Cuando nos lo bebimos todo y se acabó la fiesta,salimos a la calle y nos dedicamos a "pisar charcos"...tantos que nos calaron los vaqueros hasta la cintura. Saltamos y chapoteamos tan contentos...y muy borrachos.
Llovia el día de mi boda. A lo bestia...aunque no lo suficiente como para evitar que los delincuentes de mis amigos hicieran luchas con antorchas encendidas..lo bueno es que descubrimos que esas antorchas no se apagan facilmente.
Llovia en Pontevedra en el viaje de fin de novios...tanto que dentro del bolsillo se nos estropeó el movil del agua que caló.
Me gusta despertarme en Los Molinos o en la caza de laz montanaz en mitad de la noche y escuchar la lluvia cayendo sobre el tejado.
Llovía a mares un dia de junio que llegué de trabajar a Los Molinos y me encontré un dedo de agua en el salón porque el sumidero del patio no habia dado a basto con la tromba que había caído.
Llovía el día que decidimos hacer turismo con las princezaz y visitar un castillo cerca de Ainsa. Llovía al salir de la caza de laz montañaz y llovia al llegar al castillo, aún así salimos del coche...anduvimos 100 metro y tuvimos que volver al coche para desnudarlas. La vuelta a casa fue de mucho miedo...llovia tanto que pensé que el parabrisas no aguantaría e imaginé todo tipo de tragedias en la carretera. Aún así, cuando llegué a casa, fui feliz escuchando la lluvia en el tejado.
Llovía en mi segunda visita a NY. Entré a comprar un paraguas en el metro...y un señor negro trajeado le decía al vendedor " This is bullshit material"...mientras tiraba el paraguas al suelo. Compré uno..y 9 años después sigue funcionando.
Llueve ahora mismo, mientras escribo esto, en mi último dia en Comillas y me encanta.
En cuanto acabe, saldré a pasear.
Y no hay nada más romántico que un paseo bajo la lluvia...
Este video ya lo puse hace muchísimo..pero es que me encanta....