No me causa admiración que te hayas construido un armario pudiendo comprarlo en los almacenes de un tio sueco que ya se ha dedicado a explotar gente que lo hagan mejor y más barato.
El bricolaje, junto con la física y la enseñanza de adolescentes es uno de los motivos que me empujarían a la prostitución. Es decir, si las opciones para ganarme la vida pasaran por uno de esos tres campos, iba directa a la Casa de Campo.
El bricolaje es otra de esas cosas absurdas que se ha hecho así misma una buena campaña de márketing y si eres mañoso o te gusta hacerlo la gente te mira con admiración. A mi me caeis mal, mañosos del mundo.
Para hacer bricolaje necesitas que una serie de circunstancias confluyan:
Como todos curramos ( menos mi amigo J), tienes que estar dispuesto a dedicar tu tiempo libre a algo tan sumamente coñazo como colgar los rieles de las cortinas, poner los apliques del baño o colgar lámparas. Es decir, invertir tiempo de no hacer nada, en realizar una actividad que vas a hacer mal, en la que probablemente salgas herido y además provocará peleas con tu pareja y te joderá el resto del fin de semana. No hay nada como colocar estantes para frustrar un futuro polvo, la imagen esa de la joven pareja que pinta la habitación y acaba revolcándose es mentira, probablemente habrán roto antes de ponerse de acuerdo en el color.
Tienes que tener muchísima paciencia. Da igual que tengas un millón de herramientas ocupando espacio en tu casa y cogiendo polvo, cuando te pongas a hacer lo qué sea que has decidido te faltarán el destornillador adecuado para los rieles, los clavos para las estanterías, los tacos que necesitas para colgar o el casquillo no será el adecuado. Te cabrearás sobre manera, y tendrás que peregrinar de ferretería en ferretería porque casualmente lo que necesitas no lo tendrán en las 3 primeras.
Tienes que tener en mente que tu vida de pareja, que tú te la prometías tan féliz: el fin de semana, los dos sentados en el sofá contemplando tu obra, es una utopía inalcanzable. Mientras tú te has ido de peregrinaje ferretero, has dejado todo por medio porque “ vuelvo enseguida y lo termino”. Has dejado todo empantanado, la escalera, el buscametales, la taladradora, el destornillador eléctrico cargando, el nivel, el metro, los tacos que no sirven, los tornillos que no sirven, los cables al aire..etc. Tu pareja que ya estaba hostil a este plan, observa el campo de batalla en su salón y se hostiliza mucho más: “ de verdad que no entiendo esto, podíamos haber llamado a alguien y por 200 euros estaría todo puesto y sin todas estas mierdas por medio”.
Cuando llegues a casa, por supuesto sin la pieza adecuada pero con otra parecida y una nueva herramienta completamente innecesaria, te enfrentarás a la hostilidad de tu pareja y su poca comprensión hacia tu magna obra:
- A mi me da igual los tacos que pongas y cómo lo hagas, pero qué quede bien.
- ¿ No vas a ayudarme?
- No. Te dije que llamáramos a alguien.
- No, no..eso sale carísimo. Yo lo hago.
Tienes que estar dispuesto a las críticas a tu trabajo. Esta es la parte que peor llevan los “bricolajistas”.
- Ya esta
- ¿Cómo qué ya está? Esa estantería está torcida.
- ¿ Torcida? ¿Torcida con respecto a qué?
- A mi no me lies. Si pongo un libro se cae. No está bien.
- No está bien, no está bien…pues lo haces tú.
- Si lo hago yo, llamo a alguien
- ¿ te crees que somos millonarios?
- Tú verás, pero los libros se caen.
Las revistas de bricolaje son igual de dañinas que las del gremio de “futuros padres” y las de “moda para mujeres independientes”. Igual que las de padres, te hacen creer que podrás estar vestida de azul celeste sentada en tu sofá con un bebe regordete haciendo gorgoritos toda la baja de maternidad y las de mujeres te hacen creer que es cuestión de organizarse el que tu armario sea un sitio apetecible, del que coger ropa para vestirse, las de bricolaje te hacen creer que compensa pasarse un fin de semana vestido con un pantalón de peto y una gorra arreglando mierdas caseras.
- Pues tú compras revistas de cocina y tus recetas no se parecen a las de la foto.
- Ya, tienes razón
- Pues lo mismo.
- No, lo mismo no. Mi bizcocho incomible con sabor a azufre está en la basura y tú estantería torcida está colgada en mi salón para toda la eternidad.
- No está torcida.
- Lo qué tu digas.
Con estas premisas, recibo en el día de hoy la siguiente lista:
• Pintar en el salón el manchón de agua de la pared
• Arreglar los carriles de los visillos del salón y/ó
• Colocar estores
• Grifo de cuarto de baño
• Manguera de ducha
El bricolaje, junto con la física y la enseñanza de adolescentes es uno de los motivos que me empujarían a la prostitución. Es decir, si las opciones para ganarme la vida pasaran por uno de esos tres campos, iba directa a la Casa de Campo.
El bricolaje es otra de esas cosas absurdas que se ha hecho así misma una buena campaña de márketing y si eres mañoso o te gusta hacerlo la gente te mira con admiración. A mi me caeis mal, mañosos del mundo.
Para hacer bricolaje necesitas que una serie de circunstancias confluyan:
Como todos curramos ( menos mi amigo J), tienes que estar dispuesto a dedicar tu tiempo libre a algo tan sumamente coñazo como colgar los rieles de las cortinas, poner los apliques del baño o colgar lámparas. Es decir, invertir tiempo de no hacer nada, en realizar una actividad que vas a hacer mal, en la que probablemente salgas herido y además provocará peleas con tu pareja y te joderá el resto del fin de semana. No hay nada como colocar estantes para frustrar un futuro polvo, la imagen esa de la joven pareja que pinta la habitación y acaba revolcándose es mentira, probablemente habrán roto antes de ponerse de acuerdo en el color.
Tienes que tener muchísima paciencia. Da igual que tengas un millón de herramientas ocupando espacio en tu casa y cogiendo polvo, cuando te pongas a hacer lo qué sea que has decidido te faltarán el destornillador adecuado para los rieles, los clavos para las estanterías, los tacos que necesitas para colgar o el casquillo no será el adecuado. Te cabrearás sobre manera, y tendrás que peregrinar de ferretería en ferretería porque casualmente lo que necesitas no lo tendrán en las 3 primeras.
Tienes que tener en mente que tu vida de pareja, que tú te la prometías tan féliz: el fin de semana, los dos sentados en el sofá contemplando tu obra, es una utopía inalcanzable. Mientras tú te has ido de peregrinaje ferretero, has dejado todo por medio porque “ vuelvo enseguida y lo termino”. Has dejado todo empantanado, la escalera, el buscametales, la taladradora, el destornillador eléctrico cargando, el nivel, el metro, los tacos que no sirven, los tornillos que no sirven, los cables al aire..etc. Tu pareja que ya estaba hostil a este plan, observa el campo de batalla en su salón y se hostiliza mucho más: “ de verdad que no entiendo esto, podíamos haber llamado a alguien y por 200 euros estaría todo puesto y sin todas estas mierdas por medio”.
Cuando llegues a casa, por supuesto sin la pieza adecuada pero con otra parecida y una nueva herramienta completamente innecesaria, te enfrentarás a la hostilidad de tu pareja y su poca comprensión hacia tu magna obra:
- A mi me da igual los tacos que pongas y cómo lo hagas, pero qué quede bien.
- ¿ No vas a ayudarme?
- No. Te dije que llamáramos a alguien.
- No, no..eso sale carísimo. Yo lo hago.
Tienes que estar dispuesto a las críticas a tu trabajo. Esta es la parte que peor llevan los “bricolajistas”.
- Ya esta
- ¿Cómo qué ya está? Esa estantería está torcida.
- ¿ Torcida? ¿Torcida con respecto a qué?
- A mi no me lies. Si pongo un libro se cae. No está bien.
- No está bien, no está bien…pues lo haces tú.
- Si lo hago yo, llamo a alguien
- ¿ te crees que somos millonarios?
- Tú verás, pero los libros se caen.
Las revistas de bricolaje son igual de dañinas que las del gremio de “futuros padres” y las de “moda para mujeres independientes”. Igual que las de padres, te hacen creer que podrás estar vestida de azul celeste sentada en tu sofá con un bebe regordete haciendo gorgoritos toda la baja de maternidad y las de mujeres te hacen creer que es cuestión de organizarse el que tu armario sea un sitio apetecible, del que coger ropa para vestirse, las de bricolaje te hacen creer que compensa pasarse un fin de semana vestido con un pantalón de peto y una gorra arreglando mierdas caseras.
- Pues tú compras revistas de cocina y tus recetas no se parecen a las de la foto.
- Ya, tienes razón
- Pues lo mismo.
- No, lo mismo no. Mi bizcocho incomible con sabor a azufre está en la basura y tú estantería torcida está colgada en mi salón para toda la eternidad.
- No está torcida.
- Lo qué tu digas.
Con estas premisas, recibo en el día de hoy la siguiente lista:
• Pintar en el salón el manchón de agua de la pared
• Arreglar los carriles de los visillos del salón y/ó
• Colocar estores
• Grifo de cuarto de baño
• Manguera de ducha
Menos mal que tengo el blog para desahogarme.