“Debo afirmar sin rodeos: nunca digan a nadie con quien están hablando que saben cómo se siente a menos que, en ese preciso momento, se estén apuñalando con el mismo cuchillo, en el mismo sitio y en el mismo corazón en que se se esté apuñalando el interlocutor. Porque en caso contrario, no tendrán ni idea.”
Acción de Gracias. Richard Ford
La gente tiene una malsana curiosidad por saber, por conocer las circunstancias de una separación. Quiere conocer qué ha pasado, cómo ha podido ocurrir y qué es lo que esa pareja ha hecho mal para convencerse de que ellos están a salvo.
1.- ¿Qué ha pasado?
Da igual lo que haya pasado, no es asunto de nadie más que de la pareja. A la mayoría de la gente (incluida yo) le cuesta muchísimo asimilar (de hecho, le da pánico) el concepto "dejamos de querernos", "ya no nos queríamos". La gente quiere un motivo grave, espectacular, algo contundente y que lo mantenga a salvo de que a ellos les pueda pasar. Un meteorito, una erupción volcánica, tráfico de armas, una familia paralela en Minessotta es lo que la gente quiere escuchar como motivo de una separación. Algo que les haga respirar aliviados y pensar: "puff...a mí eso no me va a pasar ni de coña".
Dejar de quererse y no conformarse con la rutina cómoda es algo que le puede pasar a todo el mundo y que la gente prefiere no ver.
Así que no preguntes a no ser que quieras enfrentarte a una respuesta que no quieres oír.
2.- ¿Lo has pensado bien?, o su variante ¿No podíais aguantar más? o su tercera variante ¿No podíais arreglarlo?
Vamos a ver. Uno no decide separarse de hoy para mañana, ni siquiera del mes pasado para este. Es una decisión que se piensa, se repiensa, se arrincona, se esconde, se saca, se airea, se pasea, se le da la vuelta, se mira por todos los rincones, se vuelve a guardar, se vuelve a sacar en un proceso agotador que incluye mil veces el pensamiento "preferiría no hacerlo".
Un volcán no estalla de repente, un terremoto no sucede en un segundo. Una separación tampoco. Las cosas van mal, hay signos, situaciones y síntomas que se obvian, se parchean y se esconden hasta que se reune el valor necesario para afrontarlo.
No ofendas a nadie pensando que es una decisión tomada a tontas y a locas.
¿Aguantar? ¿Puedes vivir con un brazo roto? ¿Con un dolor permanente? Puedes acostumbrarte, claro que puedes, pero también puedes curarte amputando cuando ya has intentando curarte de todas las maneras posibles. ¿Acostumbrarte a vivir con dolor o angustia? ¿Para qué? ¿Por qué? ¿Qué sentido tiene? Un dolor que no se cura siempre va a más... o se enquista hasta que estalla y entonces es muchísimo peor.
Así que sí, el divorciado lo ha pensado bien, no podía aguantar más porque no tiene sentido y no, no podía arreglarlo porque ya lo intentaron.
3.- ¿Por qué no te has quedado tú con la casa, los niños y pasta?
Lamentablemente creo que esta es una pregunta que solo se hace a las mujeres. Y es tan repugnante que sencillamente no merece contestación pero si hay que darla se da.
Porque no. Porque al contrario de lo que tú crees que harías, muchas mujeres no tienen ninguna intención de putear a sus parejas y lo que nos parece más justo es la custodia compartida. Lo más justo y lo mejor para todos.
4.- Yo me moriría sin estar con mis hijos.
Esta frase lleva implícito el "yo soy mejor padre/madre que vosotros porque aguantaría lo que fuera con tal de estar con mis hijos".
Estupendo por ti, pero te aseguro que no te morirías sin estar con tus hijos porque separarse no implica desaparecer de la vida de tus hijos a no ser que una de las partes o las dos partes se dediquen a putearse y tirarse los hijos a la cabeza.
Puedes separarte y, ¡tachán!, puedes estar sin tus hijos cuando sea necesario y aún más espectacular, tus hijos están felices, contentos y satisfechos porque no tienen la sensación de estar "sin", sino la sensación de estar "con".
He descubierto que a mucha gente le da pánico pensar que sus hijos sean seres independientes.
5.- Mis hijos no lo entenderían.
Este es un mantra fabuloso. Tus hijos no lo entenderían y los míos si lo hacen. ¿Quiere decir eso que los tuyos son más sensibles y los míos más bobos?
Vuestros hijos son igual de inteligentes que todos los niños, si no entienden por qué os separáis, por qué esa es la mejor opción... la culpa es vuestra. Así de sencillo. Y si se lo toman fatal, la culpa también es vuestra.
Todas estas frases y algunas otras por el estilo son ofensivas y molestas. Nadie conoce la relación de otra pareja y nadie sabe ni tiene por qué saber qué ha ocurrido. Y sobre todo, no preguntes nada cuya respuesta te vaya a hacer pensar en algo que sencillamente prefieres no ver.
Lo mejor que puedes decir es "no ha debido ser fácil, pero seguro que es para mejor."