Se puede ser cursi, absurdo y vivir en un mundo rosa lleno de nubes de algodón rosa plagado de Hello Kitty gigantes y después a mucha distancia, se puede ser el periodista que ha escrito este maravilloso artículo con el que me he estado descojonando toda la mañana.
Ni drogada con setas alucinógenas, borracha de ginebra hasta las trancas y torturada con una sesión de bambú bajo las uñas sería capaz de escribir algo como esto. Quizás por eso no me gano la vida escribiendo.
Todo el artículo es para enmarcar, pero hay algunos párrafos tronchantes.
“Según su círculo íntimo, “son iguales: químicamente buenos, cariñosos y tan sensatos que a veces dan ganas de sacudirles y decirles algo… Son sensatos, pero no tienen miedo a nada. No son apocados, no va por ahí la cosa. Es una mezcla extraña, pero que a Felipe y a Leonor les funciona. Son idealistas, se entusiasman con las cosas, sienten curiosidad, les fascinan los nuevos proyectos, miran hacia delante y, al tiempo, tienen un punto muy reflexivo, nada impulsivo. Son serenos y valientes."
¿Químicamente buenos? ¿Qué es químicamente buenos? ¿Se drogan? ¿Felipe y su hija toman drogas buenistas que te convierten en un ser adorable y achuchable? En ese caso, que se las pasen a Letizia que parece más aficionada a las tortillitas de tranquimazines para desayunar. Los que no somos químicamente buenos ¿Qué somos? "Señoría, confieso que robé pero en mi defensa declaro que está en mis procesos químicos".
Según el "círculo íntimo" que es como decir "los siete jefes de las tribus más antiguas de Mesopotamia", es decir nadie tiene ni idea de quienes son, Leonor es básicamente Dora la Exploradora, curiosa, mira hacia delante, le gustan los nuevos proyectos y es reflexiva, nada impulsiva. Lo dicho, como Dora que lo pregunta todo 20 veces antes de hacer nada.
"¿Cómo habría logrado casarse Felipe con una plebeya divorciada si no fuera un tipo que sabe lo que quiere y está dispuesto a correr riesgos? Felipe y Leonor son tranquilos, pero cuando quieren algo en serio, entra en juego una mente de estrategas incansables. Deben ser los genes de una familia, los Borbones, que lleva siglos actuando en política. Y en eso el padre y la hija son iguales”.
Jajajajaja, grandes risas. ¿De verdad que Felipe se ha podido casar con una plebeya divorciada porque sabe lo que quiere y corre riesgos? ¿Seguro que ha sido por eso? Yo no digo nada pero... ¿no habrá tenido algo que ver que es un tío que es príncipe, está forrado y no tiene ni una puta preocupación material? Porque claro si todo esto viene de ser un tío con las cosas claras, supongo que aceptamos como "tíos con las cosas claras que corren riesgos" a todos los hombres de 60 años millonarios que se casan con mujeres de 25.
"Plebeya divorciada", espero que el periodista haya escrito esto con una peluca de tirabuzones empolvada de blanco mientras esnifaba un poquito de rape y se ajustaba los bombachos y la casulla. Menos mal que se contuvo y no puso a continuación "¡Que le corten la cabeza!"
"Entra en juego una mente de estrategas incansables" Lloro de risa. Llamar a los caprichos de una niña de 8 años "mente de estratega incansable" es tal virguería eufemística, que me pongo en pie y aplaudo a rabiar al periodista y a los 7 oráculos de Delfos del círculo íntimo.
"En ese sentido, explican que Leonor es una “mediadora por naturaleza”, dispuesta a poner paz y concordia en las grescas escolares. Aficionada a buscar argumentos que reconcilien a las partes. Es imaginativa y trata de buscar un punto intermedio en las cosas."
Vamos a ver, vamos a ver, vamos a ver. Si todo esto es verdad, sinceramente creo que el puesto de Princesa de Asturias se le va a quedar muy corto a Leonordora, yo la veo preparada para ser directamente la Reina Amidala de la Guerra de las Galaxias con un toque de Kofi Annan y una pizca de Premio Nobel de la Paz. Por favor, que la manden ya a Oriente Medio, Afganistán y cualquier comunidad de vecinos que ande a la gresca.
"Leonor está siendo educada por sus padres en la adquisición de ese sexto sentido regio que consiste en calar a los interesados o a los que pretendan aventar la vida de su hogar."
¿Sois discretos con vuestra vida privada? ¿no le contáis a todo el mundo vuestra vida? Pues ya sabéis, tenéis un sexto sentido regio, corred a agradeced a vuestros padres que os educaran en su adquisición. Sólo os falta un padre con genes de estratega y una madre que sea plebeya divorciada y ya podéis ser reyes.
"Otra fuente directa atribuye esta frase a doña Letizia que resume su pasión por Leonor y Sofía: “Amo profundamente a estos dos seres como cualquier madre del planeta. Cada día las miro y me quedo embobada por el hecho de que sean mis hijas”
Pienso muy seriamente en superar mi miedo a las manualidades y plantarme en la puerta de "ese rincón perdido en las 16.000 hectáreas del monte del Pardo (50 veces el tamaño del Central Park neoyorquino), donde 4.000 gamos, 3.600 ciervos y 500 jabalíes pacen entre encinas y alcornoques, rodeado por una tapia histórica de ladrillo de 80 kilómetros de perímetro, la heredera al trono siempre será “Leonor" con una pancarta llena de corazones que diga "Leti por favor abre un blog de madres, necesitamos tu sabiduría maternal en azul celeste con fondo beige".
Llamar a tus hijas "dos seres", claro que ahora que lo pienso, para ella llamarlas princesas como hago yo debe sonarle a poca cosa. Mucho mejor "seres".Pero se queda corto, "seres de la creación" hubiera sido ya lo más.
"Una de las obligaciones de los nuevos Reyes es enseñar a su primogénita que el camino no será fácil. Nunca será libre. Jamás podrá elegir su camino. Ya está trazado. Ha nacido para servir. Su trabajo será un servicio público sin horarios, intentando ser útil a la nación y sus ciudadanos."
Leo y releo este delirante párrafo y mi mente enferma elucubra una imagen mental de Leonordora como Gracita Morales "¿Quieren algo los señores?" enfundada en un albornoz de Rocky y la música de Eye of the Tiger mientras un clon de Letizia pero en negro le dice "la fama cuesta y aquí habéis venido a sudar". Todo muy loco...pero claro, yo no tomo drogas buenistas.
“Doña Letizia es una experta en nutrición, a la que le interesa el procedimiento dietético y científico de la cocina, un asunto al que se ha dedicado activamente a través de su colaboración con la Organización Mundial de la Salud y la FAO, a cuyas reuniones de trabajo asiste en Ginebra”, explica una fuente de su entorno."
Esto ha tenido que escribirlo con la "fuente de su entorno" apuntándole con un revolver en la cabeza porque sino no me explico tamaña mamarrachada. ¿Letizia que pesa 43 kilos y tiene pinta de oler lechuga como todo alimento básico es una experta en nutrición? ¿Qué coño es que le interesa el procedimiento dietético y científico de la cocina? ¿Hace diagramas en una pizarra sobre la cantidad de calorías por plato de lentejas que come Leonordora y su hermana? ¿Estudia el procedimiento por el cual se coagula la sangre al hacer un filete a la plancha? Vale, podría aceptar todo eso, pero ¿de verdad me está diciendo el periodista que en la Organización Mundial de la Salud en Ginebra intercambian recetas? La cumbre de vergüenza ajena que estoy escalando con este artículo creo que va a ser difícil de igualar.
"Una banda sonora del hogar de los Borbón-Rocasolano cuando cae la tarde es algo así como: “Mami, tenemos que terminar el trabajo de reciclaje para el cole; mami, el disfraz de la función; mami, el PowerPoint del rombo; mami, los zapatos me hacen daño; ordena tu mesa, mi vida; ¿has hecho las fichas? Mañana tengo que salir a comprar camisetas interiores. Mami, mira qué esquema tan chulo para estudiar las autonomías. ¡Niñas, a la ducha!”.
Supongo que al periodista se le ha olvidado decir que hay también risas enlatadas que se escuchan de fondo como en toda sitcom que se precie. "Ordena tu mesa, mi vida" al caer la tarde, en las horas del horror. Lloro de risa.
Con las últimas fuerzas, las lágrimas de la risa cayéndome por la cara y pasando más vergüenza ajena que en toda mi vida escalo el último repecho de esta pieza de cursilería periodística sólo al alcance de unos pocos, muy pocos.
El párrafo final....
"La última escena de la jornada, con las luces de Madrid recortándose en los ventanales de La Zarzuela, es la sesión de mimos y cuentos. Son obligatorios. Letizia lee textos infantiles con su perfecta dicción de antigua periodista televisiva y pone voces a cada uno de los personajes con aire teatral. Las niñas se parten. Su padre prefiere leerles algo más sosegado en inglés. Después apagan la luz. Mientras salen de su cuarto, quizá la pareja real piense un momento cómo será la vida de su hija primogénita; de esa niña que tal vez un día será reina."
Sinceramente, no puedo añadir nada. No estaría a la altura.
Brindo con un chupito de ginebra por Leonordora... como diría Dora ¡Cheers!