viernes, 30 de abril de 2021

El cuello no engaña

Cuando leí, hace un par de semanas, el libro de Sara Mesa, me llamó la atención que para la protagonista fuera un drama sospechar que había dejado de ser un imán para los hombres. ¿Cómo? ¿Qué ya no les gusto? Me sorprendió porque es una sensación a la que yo no me he enfrentado jamás: nunca he sentido que había dejado de gustarles porque nunca había sentido, ni remotamente, que les gustara. Y pensé: mira que bien, una frustración de la que me he librado. 

Ayer terminé un libro que llevaba años en mi lista de lecturas pendientes: El cuello no engaña y otras reflexiones sobre ser mujer de Nora Ephron. El libro cuenta lo que describe el título y alguna más, como mi capítulo favorito dedicado a los años que vivió en un apartamento en el edificio Apthorp y como se enamoró de esa casa. Yo pasé por un proceso parecidísimo cuando tras años de pasar por delante del edificio de la calle Viriato 22, acabé viviendo en él. Todavía hoy, dieciséis años después de haberme ido de allí, fantaseo con volver a esa casa. Antes de ayer le mandé un mensaje al casero: «No se te ocurra venderlo sin decírmelo antes o, mejor, déjamelo en herencia». 

Pero no quería hablar de casas y pisos sino de como Nora tiene preocupaciones a las que yo también soy ajena. Resulta que, según ella y sus amigas y algunas de las mías, a partir de los cuarenta y tres años, a las mujeres se nos cae el cuello. ¿Se me ha caído el cuello? pensé al leerlo. No tenía ni idea de esto. Claro que, hasta hace como seis meses, tampoco sabía que tenía el párpado caído y que hay una operación para eso que se llama blefaroplastia. «Yo no tengo párpados caídos» dije. «Claro que sí, como todas», me dijeron. Nora habla también de todas las cosas que tienes que hacer diaria, semanal o mensualmente para no venirte abajo completamente: peluquería, manicura, pedicura, depilación, régimen, ejercicio. Yo solo hago el básico de todas esas cosas, el mínimo común compatible con tener un aspecto digamos adecuado. Todo lo demás me da pereza y además tengo un nivel de escepticismo muy alto sobre si la realización de ese esfuerzo estético tendría una recompensa adecuada o que a mí me pareciera adecuada.  Nora hasta dedica párrafos enteros a la necesidad de teñirse hasta los ciento cincuenta años porque es la única manera de parecer joven. Según ella los sesenta son los nuevos cincuenta y los cincuenta los nuevos cuarenta gracias al tinte. También cree que gracias al teñido las mujeres de mediana edad podemos acceder al mercado laboral. Todo esto lo he leído mientras por el rabillo del ojo, a mis cuarenta y ocho años, veía mi pelo blanco. No sé, Nora, a lo mejor tú tienes toda la razón pero ni de coña vuelvo al tinte. 

Con todo esto quiero decir que la ventaja de no haberte considerado nunca un pibón, ni haber sido un imán para los hombres y tener una apariencia completamente normal y anodina es que cuando llegas a rozar los cincuenta te ves estupenda. ¿Por qué? También lo dice Nora, a los cuarenta y mucho adquieres mucha seguridad en ti misma y eso hace que te veas estupenda. El problema es que si con veinticinco no tenías seguridad pero tu culo miraba al cielo, no eras capaz de sujetar tres lápices con el pecho y no parabas de ligar, la seguridad que te dan los años quizá no te compense. Pero mira, en algún momento de la vida, las normales teníamos que tener una ventaja evolutiva. Vernos estupendas al hacernos mayores sin echar de menos la cara de pan, los complejos y el sentimiento de patito feo que teníamos de jóvenes. 

No estoy exagerando ni pretendiendo que esto se llene de comentarios diciendo «Oh, pues a mí me pareces guapa». (Por supuesto y lamentablemente sé que habrá algún comentario diciendo "estás todo el día hablando de ti" y me alegrará porque seguro que a Nora cuando publicó su libro se lo dijeron también). Aprendí a posar en las fotos con 41 años en un viaje a Francia y solo ha sido a partir de ese momento cuando he sido capaz de mirarme en las fotos sin sentir bochorno. Y si miro antes de ese momento, la única vez en que me arreglé y me sentí guapa de verdad conocí al que sería mi marido. 

Yo no sé si la edad es buena o mala como concepto absoluto pero para mí es definitivamente buena. Nunca fui deportista en mi juventud, nunca fui un pibón, nunca hice cosas extravagantes ni corrí aventuras. No tuve el vientre plano ni el culo respingón. No tomé drogas, no fumé. Es verdad que las resacas ahora son bastante más incapacitantes que con veinticinco pero, por lo demás, estoy mejor ahora y, sobre todo, más a gusto. No añoro, para nada, mis veinte, ni mis treinta. 

Ahora me veo, como me ha dicho Lupe al hacerme unas fotos: divertida y luminosa y me parece genial. Mejor que nunca, diga lo que diga mi cuello. 

24 comentarios:

Anónimo dijo...

No puedo estar más de acuerdo. Yo misma soy igual en eso. Hace 10 años que no me tiño el pelo, acabo de cumplir 50 años y me siento estupendisima. Y como nunca he sido un pibón ni de lejos, con la edad no he perdido nada, nunca lo había tenido jejeje.

Muchas gracias por expresarlo infinitamente mejor que yo.

Eva

andandos dijo...

Pues no sé, preguntaré a mi mujer.

Un saludo

lolo dijo...

El cuello, y lo demás, se caen porque se cansan. Cuando estábamos tremendas no lo sabíamos pero es ahora cuando somos tremendas. Tal cual; pelo blanco, morenas o con mechas. Aún sin saber posar, mas allá de los cincuenta. Eniestas por dentro y por fuera...descansen,arr.

Phaskyy dijo...

Pues yo, al mirarme en el espejo, hay días que no me reconozco si busco a la de 30.
Pero es verdad que si me miro por dentro me siento genial. Mucho más mayor y también mucho más segura.
Así que yo hago como tú. Me arreglo lo que considero necesario para verme bien pero sin estresarme.
Por dentro soy Jeniffer López y con eso me sobra. Jaajajajja.

Anónimo dijo...

Claro Moli. Todo el mundo aspira a quitarse las inseguridades de la juventud y alcanzar los cincuenta lo antes posible para que ya se la sude todo. Y nosotras, las mujeres, las primeras. Todos los días en la tele, en internet o en una entrevista en el periódico te encuentras con una señora estupenda que declara sentirse mucho mejor ahora a los cincuenta que a los veinte.

Pero mucho mejor, excepcionalmente mejor, ni punto de comparación. Ahora sí , ahora con esta edad y esta sabiduría adquirida vamos a arrasar. Ahora es por fin cuando empezamos a disfrutar( lo de la juventud fue un ensayo mustio y lleno de contratiempos). Más y mejor que nunca, divertida y luminosa, no como a los veinte que daba susto verte.

Por favor, Moli, deja ya de vendernos la burra del estupendismo. Estoy hasta los ovarios de que en la tele, en los blogs y en las páginas de moda me cuenten que lo mejor de mi vida sexual, espiritual, social y cultural empieza a los cincuenta y que en cuanto deje atrás el trasto de la juventud voy a ser una mujer milagrosa, segura, disfrutona y resolutiva.

Igual de tanto repetirlo, las mujeres nos lo acabaremos creyendo. Igual hay hombres tan tontos que se lo han creído ya.

Pilar dijo...

Para mí, la menopausia ha sido maravillosa, salvo porque mi cuerpo Ha descubierto la gravedad. He empezado a cuidarme más. Por lo menos para reconocer me en el espejo.

Tita dijo...

45. Mi cuello (¿Que cuello?) No está caído. Está relleno.

Dice la sabiduría popular, que a partir de los 40 eliges cara, o culo. Y que o te ajamonas, o te amojamas.

Anónimo dijo...

No te habías enterado ? Lo mejor del mundo es ser menopausica y tener canas jajaja! El q no se consuela es porque no quiere

Anónimo dijo...

Anonima lo has escrito perfecto. Lo unico quecse puede ser a mediana edad es mas espiritual, mas sabia( algunas). Pero tambien una mala edad para convertirte en una estirada y una vinagre cuidado!!

CARMEN MINGOTE dijo...

Es la primera vez que escribo y estoy totalmente de acuerdo contigo.
Acabo de cumplir 54 años y tampoco quiere teñirme mis primeras canas, parezco ya un poco la mala de los 101 Dalmatas, pero me siento muy orgullosa, lo que ya me esta costando es ver mi cuello que tambien se esta empezando a caer.
Pero creo que hay que afrontar el paso de los años, que no pasa nada, lo importante es ir cumpliendo.
Tambien tengo entendido que es por culpa de leer que agachas la cabeza, pero lo prefiero asi que no estar enganchada al movil.
Lo que no llevo tambien son ya mis kilitos que van en aumento y mido 1,50 pero es lo que hay, me digo, no me voy a consumir.

Anónimo dijo...

Escribes "Pero mira, en algún momento de la vida, las normales teníamos que tener una ventaja evolutiva. " ¿ De verdad ? Es decir, que llevas treinta años resentida con las mujeres que hemos recibido un mejor reparto en la lotería genética y ahora te imaginas que la edad y la gravedad han igualado por fin la contienda. Es un pensamiento consolador si no fuera porque es falso. Las que tuvimos mejor suerte en el reparto tenemos también la mala costumbre de envejecer mejor. Pero es que además lo valiente habría sido quitarse el complejo de patito feo hace 20 años. Pasar de sentirse el patito feo a que te de igual todo a los 50 es lo que lo que hacéis casi todas. Si te contara la cantidad de tonterías que hacen mis amigas para fingir que están ya de vuelta de todo, me faltarían los dedos de los manos. Eso sí, no pongas en duda el relato, que se molestan. Todo mejor que nunca y genial.



molinos dijo...

Anónimo, lo de que llevo treinta años resentida te lo has inventado tú. Y yo no he dicho que no envejezcan mejor, no lo sé. Ni siquiera sé como envejece mi hermana o mi madre. Si sí como lo estoy haciendo yo y si tú no te lo quieres creer pues estupendo, me parece maravilloso.

Me alegro muchísimo que fueras guapa, que lo sigas siendo y que estés envejeciendo fenomenal y contentísima diciéndole a tus amigas que es imposible que si son feas se vean bien con cincuenta.

Anónimo dijo...

Para la anómina de ayer de las 21:55, yo tuve la también la suerte de ser guapa y sería maravilloso que con mi sabiduría de ahora tuviera aquel cuerpo y aquella cara. Mis amigas menos agraciadas también se encuentran estupendas, no tiene esplendor que echar de menos y tienen infinitamente más suerte que las tuyas, por no tener una amiga tan cabrona como tú, que además de envejecer resentida (o eso te venía de antes?) desprecia de ese modo el bienestar que sienten llamándolas tontas.

Anónimo dijo...

Te has tenido que equivocar de hora. Será la emoción del momento. A pesar de lo que os guste creer, yo no llamo feas a mis amigas, como se ha inventado Molinos, ni soy tan cabrona como piensas. Simplemente he señalado que lo de arrastrar toda tu juventud complejos de adolescente mortificada y luego llegar a los cincuenta y creerte, de repente, la reina del mambo simplemente porque el envejecimientos del resto de las mujeres te aporta un plus de seguridad a final de mes, me parece una estrategia de una inmadurez abismal.

Lo he visto muchas veces a mi alrededor y me parece ridículo porque , además, resulta que es algo que los hombres no hacen. Es algo que hacemos nosotras. Los hombres harán otras cosas pero eso no.

Y tampoco tengo problemas por decirlo a la cara, no os preocupeis que no voy a perder mis amigas por eso: es la ventaja de ser adultas, que podemos contarnos también las cosas que no nos gustan. Y creer que se es más libre o más estupenda simplemente porque la oportunidad de ser rechazadas ya no resulta tan acuciante, a mí , personalmente, me parece una tragedia.

Estupendo o estupenda es aquel o aquella que enfrenta sus miedos y arriesga su libertad y gana o pierde , no quien se pinta el pelo de fucsia y disfraza de estupendismo lo que no es más que la institunalización de una renuncia. Pero, claro, como soy tan cabrona y estoy tan resentida, y en aras del buen rollo que debe imperar entre los comentaristas de cualquier blog , lo más seguro es que Molinos no publique esta réplica. No pasa nada.

molinos dijo...

Anonima guapisima. Gracias por participar. Estas suspendida en comprension lectora pero no pasa nada. Me alegro muchisimo de que seas guapisima, sigas siendolo, te creas madurisima e inteligente. Has pensado en abrirte un blog? Seguro que tus lectores aprenderian muchisimo.

Anónimo dijo...

La anónima de 13:09 no suspende en absoluto en comprensión lectora.
Lo deja meridianamente claro y pienso exactamente lo mismo que ella cuando habla de la cantidad de tonterías que hacen y dicen la gente de 50 que se cree de vuelta de todo. Edad peligrosa para algunas.

Anónimo dijo...

Molinos tu ultimo comentario te retrata muy bien

molinos dijo...

Pues claro que me retrata muy bien. Eso pretendía.

Es curioso como con 48 años y catorce de blog sigo sin entender que lleva a gente que no me soporta ni a mí ni a lo que escribo a venir aquí a sufrir leyéndome. No consigo entenderlo, lo confieso. Si vosotros tuvierais un blog no os leería pero es que además jamás perdería el tiempo comentando que no estoy de acuerdo con vosotros porque consideraría que mi tiempo vale más que perderlo con gente a la que desprecio.

No sé que os lleva a esto pero vamos que me da igual.

Para vosotros la perra gorda: soy idiota y tengo una edad peligrosa y me engaño.

Ahora os invito a comentar en algún post sobre lecturas, por ejemplo.

Anónimo dijo...

Ya te has enterado que es tener blog y twitter que la gente comenta cuando está de acuerdo y cuando no.

Pero estaría bien si siempre fueran puntos de vista distintos pero con educación.

Anónimo dijo...

Yo soy una anonima que no está de acuerdo y no pasa nada es otro punto de vista.
Me acabo de leer Acido sulfurico de Amelie Nothomb.

Anónimo dijo...

Yo estoy totalmente de acuerdo en darle caña a molinos. Por tener un bloq y hablar de ella y de su ombligo, por ser plasta, gafapasta, ombliguista y dejarse canas. Ya está bien hombre, eso de dar el coñazo y no ser una más. De qué vas; tanto libro, tanto postureo, tanto yo mime conmigo.

Eres un coñazo que ha perdido la frescura y que hablas de la regla. De verdad; club #hatemolinos pero ya.

...y encima podemita feminazi con casa en la montaña.

Anónimo dijo...

¡Jo, Molinos!, ¡qué heavy! Para una que no te pone vivas y bravos, va y se te va la olla. Tienes que ir al gimnasio a ejercitar una mijita tu umbral de tolerancia antes de que muera de inanición.

Anónimo dijo...

....uy lo que te ha dicho el de las 12:08.......

Anónimo dijo...

Madre mía, cuanta burra anónima. Las han soltado a todas.
Sí, a mí también 😂
Qué vida más triste para tener que poner a caer de un burro a alguien por no pensar como vosotras.
Pero, lo que me río, eso no tiene nombre.
Gracias Anónimas,por ser tan pencas.