jueves, 22 de marzo de 2018

Estar en casa

Cuando tienes hijos y no tienes ni idea del follón en el que te estás metiendo estás lleno de ideas completamente idiotas a veces increíblemente optimistas y otras veces absurdamente pesimistas sobre lo que supondrá la llegada de esos seres a tu vida. Algunas de las ingenuamente optimistas y de más arraigo mental en el imaginario social son: la hora del baño del bebé o niño pequeño como una cumbre de felicidad hogareña y doméstica; la tarde en el parque rodeada de pajaritos viendo a tus hijos mientras supuras amor hacia ellos, el momentazo de recogerlos en el colegio, etc. Todas esos momentos tan falsos, tan de cartón piedra, tan de desfile de película Disney los tenemos grabados a fuego en la mente y nos hacen creer a todos que cuando nuestros hijos son pequeños es el momento en el que hay que llegar pronto a casa. 

«Pero si tus hijas ya son mayores» me dicen, «pueden estar solas». Sí, mis hijas pueden estar solas pero en un nuevo y sorprendente  giro argumental de la vida maternal, he descubierto que, ahora, con doce y catorce años, necesitan más que nunca que o El Ingeniero o yo estemos en casa con ellas. 

«Estar con ellas» no es «Cuidarlas». No llego pronto a casa porque tenga que recogerlas del colegio, ni darles la merienda, ni cuidarlas, ni preocuparme de qué se bañen ni darles la cena. Ellas se cuidan solas, no necesitan que las cuidemos, necesitan que estemos con ellas.  A veces, solo que estemos. 

Cuando eran pequeñas llegaba corriendo a casa porque tenía que recogerlas del colegio y jugar con ellas y bañarlas y darles la cena. Llegaba corriendo porque "tenía" que hacer todas esas cosas con ellas porque parecía que si no las hacía yo ( o El Ingeniero) estábamos haciéndolo mal, en algo estábamos fallando.  Con el tiempo he descubierto que es, ahora, cuando tienen los años que tienen, cuando de verdad tenemos que ser nosotros los que estemos con ellas. Es ahora cuando se dan cuenta de que estás llegando más tarde o de que cuando les dices "en veinte minutos estoy" estás mintiendo y vas a tardar una hora. Es ahora cuando te esperan. Me esperan. 

No quiero dar la impresión de que es una espera idílica. No llego a casa y mis brujas adolescentes salen a recibirme con abrazos y besos, para nada. Llego a casa y la entrada y el salón está a oscuras. «¿Hola?» grito desde la puerta. «Holaaaaa» me contesta alguna desde su cuarto. Avanzo por el pasillo a oscuras y, al fondo, la luz de sus lámparas de estudio ilumina la lámina de Sonia Delaunay que tenemos al fondo del pasillo. Camino hasta la puerta y me asomo mientras me quito el abrigo, el bolso «¿Qué pasa? ¿Qué tal el día?» Toda su indiferencia se esfuma y las dos  se levantan de sus mesas para empezar a contarme un millón de tonterías mientras me cambio de ropa. Se atropellan, se interrumpen, discuten y yo, la mayor parte de las veces, me pierdo en los mil detalles de lo que me están contando. «Venga, volved a terminar los deberes y luego seguimos» 

No las baño, ni las persigo, ni les ordeno el cuarto, ni les plancho la ropa. No juego con ellas ni tengo que acompañarlas a los cumpleaños. No necesitan nada de eso, no necesitan que las cuide en cosas prácticas pero necesitan que yo esté en casa por las tardes. Podrían estar solas y, de hecho, algunas tardes están solas y no pasa nada... pero que su padre o yo estemos en casa les crea seguridad, un lugar seguro, un sitio dónde ser ellas. 

Cuando eran canijas cualquiera podía bañarlas o prepararles la cena. No sabían si llegábamos pronto o tarde o si esa tarde nos estábamos retrasando. Cualquiera podía leerles un cuento o jugar con ellas a los cliks. No estoy diciendo que el vínculo no sea importante pero, no hay que engañarse, puede que haya alguien que les haga mejor la cena o sea más divertido en el parque.  

Ahora que no necesitan nada de eso porque todo lo pueden hacer solas, lo que necesitan es ser hijas y eso sólo lo pueden ser  conmigo o con su padre. Solo conmigo o con su padre pueden tener determinadas conversaciones. Y no hablo de charlar sobre el sentido de la vida o problemas existenciales, hablo de charlar sobre nimiedades absurdas, sobre detalles minúsculos. Hablo de intercalar bromas familiares que solo tienen sentido para nosotras y que sé que durarán para siempre. Hablo del momento en el que desde el baño gritan que no tienen papel higiénico o que no encuentran su bañador del colegio. Hablo de mediar entre ellas porque están discutiendo por cualquier bobada. Hablo de estar en casa, de ser casa para ellas. Hablo de que ellas sientan que nos preocupamos por sus cosas, lo sienten y lo saben. Todas esas cosas que son las que dan la seguridad de tener un sitio en el que te quieren y quieres. Que estemos con ellas las hace ser hijas y, creo,  les da seguridad.  
  
Mis hijas son mayores y pueden estar solas, pero yo quiero llegar pronto a casa para estar con ellas, no para cuidarlas. Por eso, la conciliación va más allá del bebé y el niño pequeño porque ,más pronto que tarde, descubres que cuando más importa que estés con tus hijos es cuando ya no necesitan que los cuides. 

39 comentarios:

Unknown dijo...

Me ha gustado mucho,yo aún estoy en la primera etapa(5 años) y además recién separada,esa etapa donde las cosas se acumulan y te agobias un poco queriendo llegar a todo...Pero tu texto me ha hecho anticipar el deleite de cuando ya no necesite estar conmigo,pero sí quiera estarlo.
Ya sé que según crecen llegan muchos otros problemas( me he reído varias veces con tus peripecias con dos cuasi adolescentes) pero también disfrutas de otras cosas.Siempre he dicho que cada día mi hijo me gusta más, mucho más que cuando era bebé desde luego,porque es más él, con su propia personalidad,así que tengo ganas de saborear las mieles y las hieles de cuando sea una persona independiente de mi.
Gracias Moli,por todas las cosas que nos das sin probablemente ni sospechado.

Aurora dijo...

¡Cúanta razón!

Marina dijo...

Me siento muy muy identificada. Con 2 chicos adolescentes tengo sensaciones parecidas. El mayor, 16 años, me dijo el otro día que le gusta que esté con ellos en casa por las tardes

Me encanta como lo has descrito. No siempre estoy de acuerdo contigo, pero escribes que da gusto leerte.

Marina dijo...

Me siento muy muy identificada. Con 2 chicos adolescentes tengo sensaciones parecidas. El mayor, 16 años, me dijo el otro día que le gusta que esté con ellos en casa por las tardes

Me encanta como lo has descrito. No siempre estoy de acuerdo contigo, pero escribes que da gusto leerte.

Anónimo dijo...

Lo verbalizas genial. Nosotros estamos igual...y en los trabajos no lo entienden....

Ana dijo...

Las mías son algo más pequeñas que las tuyas y este curso tengo sensaciones muy parecidas a las que cuentas. En cuanto llego a casa es un bombardeo de información de cosas que les pasan en el colegio, de tareas, de cosas que más bien piensan en alto. Sueltas no tienen ningún tipo de relevancia pero me parece más importante estar ahí y más difícil porque ahora llega el momento de educar y dar ejemplo.
Me reconforta leer que no soy la única que lo pienso así que gracias por compartirlo. Da gusto leerte siempre.

Anónimo dijo...

Me ha gustado muchisimo Moli. Y tienes razon. Toda la razon! Es un momento de mucha necesidad. Yo lo pase sin mis padres cerca y...creo que me hubiera dado mucha paz tenerles al lado, aunque sea para poder ignorarlos.

sonia dijo...

Sí.Estar,es importante.Sí,aunque no te hagan ni caso porque están con sus cosas.

Maite la Bona Virino dijo...

Maravillosamente lo has contado.
Cuando son más mayores pueden hacer ya muchas cosas. Pero necesitan saber que estamos ahí para hablar, escuchar, apoyarles y quererles incondicionalmente. 💜💜💜

Anónimo dijo...

Yo tengo un bebé de 5 meses recién cumplidos. Se llama Rodrigo, Rodriguete... Estoy sola en mi ciudad y no tengo pareja ni familia que me ayude y soy autónoma...una locura. Lo dejo en la guardería a las 9:30 y lo recojo a las 17:30 (ahora no salgo del despacho al mediodía) y me dedico a él hasta que llega su hora de dormir. El momento del baño es su favorito del día... y el mío. Me gusta creer que es un momento especial para los 2.

Ana R. de Agüero dijo...

Siempre te leo y nunca comentó, pero este post es una maravilla y quería agradecértelo.

Anónimo dijo...

Me ha encantado el post, he descubierto una faceta nueva de la maternidad que aún no he visto, pero que veré. Y me ha hecho recordar mi propia adolescencia, sola por las tardes porque mis padres trabajaban y la verdad, sí les echaba de menos (aunque ese recuerdo estaba enterrado y no lo sabía).

Eva M.

regaliz dijo...

Iba leyendo y pensando lo que dices al final: ¡somos casa!, seguimos siendo cada!. Me encanta

Silvia Tonzan dijo...

Pues es verdad.!!!! Yo creo que algo se me quedo en el corazon cuando viví esa soledad en casa de adolescente. Gracias por reflexionar sobre ello. Yo también lo haré.

Mamacorrecaminos dijo...

Es curioso. No recuerdo las tardes de mi adolescencia. Al leer este post me he puesto a recordar...y nada. Pero mis padres trabajaban los dos, así que con ellos no estaba. ¿Tendrá relación?

Anónimo dijo...

Hace unos años estaba en un grupo de teatro amateur y una de las compañeras que tenía dos hijos dejó de ir. Yo no lo entendía. “Pero si son más mayores, y antes venías”. Su respuesta siempre era con una semisonrisa enigmática: “ Ya, pero ahora tengo que estar “.
Ahora lo entiendo.

Ana Fernández dijo...

Me ha encantado. Mis tres fieras aun son pequeños pero me has dado una nueva forma de ver el ahora y el futuro, que parece que no pero llega muy deprisa. Siempre es un placer leerte.

Carlos R dijo...

Me he sentido identificado hasta en el apodo de El Ingeniero (que es mi profesión). Comparto el concepto. De hecho, el lunes comienzo a trabajar a tiempo parcial para tener tiempo para Mi y para Mi Familia, por ese orden. Porque si bien es cierto que los chicos necesitan tiempo, nosotros necesitamos nuestro espacio también como se es independientes de ellos y como parejas.

Marta dijo...

Me has hecho hasta llorar... No soy madre, pero soy hija, y aún hoy me encanta llegar a casa de mis padres, que ni siquiera es la misma en la que me crié, y sentirme "en casa" sólo porque están ellos. O guardar una semana para irnos juntos de vacaciones y que mi gente me mire horrorizada, ir de vacaciones con dos viejos, para qué... Pues para estar con ellos, disfrutar con ellos, enseñarles cosas... Ser casa, simplemente estando juntos.
Espero que dentro de veinte o treinta años tus hijas lo vean igual, y que tengan unas vidas maravillosas e independientes que se aún mejores cuando pasen ratos compartidos contigo y con el Ingeniero.

Anónimo dijo...

Tengo un hijo de 14 años y el otro día hablando con una amiga, le decía exactamente eso. Ahora tengo que estar más pendiente de él. Por todo lo que dices y porque el mío es un adolescente de manual y, necesita que alguien esté más pendiente y, le marque límites y...libertades.
Ahora es cuando más creo que "realmente" me necesita....aunque, menos caso me haga. Porque está más tiempo en su habitación, en su mundo, en sus cosas, pero yo estoy ahí!
Pasa una feliz Semana Santa.
Yo me lo llevo unos días porque estos mini viajes nos sientan fenomenal y nos reúnen de esas distancias del día a día.
Pilar

Jose dijo...

Parece que ha cambiado el cuento.

http://www.cosasqmepasan.com/2018/01/la-nada-adolescente.html#.WrTNnT_kTDc

Me alegro. :)

m dijo...

Hola, es verdad, creo que de pequeños te necesitan de una manera y de mayores de otra, pero tienes que estar.
Los míos con 7 y 11 están todavía en la primera fase, pero en breve pasaremos a la segunda, que es igual de importante. Aunque creo que en los trabajos no lo entienden igual.

Myriam González Gil dijo...

Yo estoy aún en la primera fase, pero me has hecho pensar en lo que viene. Gracias por compartirlo ;-)

Beatriz dijo...

Que bonito. Aunque soy madre, la sensación de ser hija y que te cuiden y te den seguridad es algo que tengo tan dentro... hace unos meses un día me di cuenta de que ya no tengo ese papel, porque mis padres necesitan que les cuide, soy yo la que les da seguridad. Me hizo sentir súper vulnerable y durante unas semanas estuve perdida, hasta que entendí que no podía hacer otra cosa que devolverles ese sentimiento de seguridad que ellos me dieron tantos años a mi. Me ha encantado leerlo y lo tendré en cuenta cuando mi hijo crezca.

Anónimo dijo...

Esto tan bien explicado lo tendría que publicar en mi trabajo. No me entienden cuando no quiero ganar 200 miserables euros mas tan sólo cambiandome a la tarde ( ahora trabajo de 8 a 3). Porque mis hijos ya son mayores. Bueno 13 y 16 y tampoco hay padre...

Anónimo dijo...

Estar en casa es estar en lugar seguro. Para ellas/os y para nosotros.

Me ha gustado.

Saludos

Fdo. Aquel viejo blog marlei.

Anónimo dijo...

Entonces la nada adolescente es casa?

Anónimo dijo...

Interesante y muy bien contado!

Estos días pensaba en tu metáfora de la casa. Cómo abres la puerta de tu vida-casa a quien quieras y le pasas hasta donde te parece. Còmo la decoras, cómo evoluciona...

Hoy, al leerte, entiendo mejor la idea de tu casa física, tu vida y lo que realmente es parte de tu vida. Me gusta el resumen o conclusión de Ser Casa.

Por otro lado ya menos abstracto te entiendo y comparto la idea del post hasta el punto de haberlo pensado y hablado ya. Cada vez me cuesta mås dejar solos a los niños, porque siento que tengo que estar ahí. No porque me lo pidan ni lo valoren...

Gracias y buena semana
Enja

Anónimo dijo...

Interesante y muy bien contado!

Estos días pensaba en tu metáfora de la casa. Cómo abres la puerta de tu vida-casa a quien quieras y le pasas hasta donde te parece. Còmo la decoras, cómo evoluciona...

Hoy, al leerte, entiendo mejor la idea de tu casa física, tu vida y lo que realmente es parte de tu vida. Me gusta el resumen o conclusión de Ser Casa.

Por otro lado ya menos abstracto te entiendo y comparto la idea del post hasta el punto de haberlo pensado y hablado ya. Cada vez me cuesta mås dejar solos a los niños, porque siento que tengo que estar ahí. No porque me lo pidan ni lo valoren...

Gracias y buena semana
Enja

Kermita dijo...

Yo que pensaba que llegar a la adolescencia significaria no tener que correr mas al acabar el trabajo o los fines de semana...

Creo que los chicos son diferentes y menos charlatanes en general, el mio desde luego que si, pero aun asi nos echa de menos cuando llega a casa y no hay nadie y nos tiene que esperar un par de horas solito. Y me llena de tristeza pensar que esta en su cuarto contando los minutos que faltan para que alguien llegue a casa y por fin ya no este solo!

Es verdad que cada edad tiene sus desafios, y este de verdad que no me lo esperaba. Pero tambien es verdad que estoy aprendiendo a conocerle como persona y casi me entra melancolia pensar que un dia esa persona se ira de casa a vivir su vida y ya no me esperara mas!

el chico de la consuelo dijo...

Me ha gutao mucho.
Y eso q los post paternales no me gustan
Bss

Lou Perea dijo...

Ese es mi pensamiento, esa es mi pelea. Veo que se me acaba la reducción de jornada y me parece imprescindible estar con ellos. Cuanto mayores son más te necesitan, Ma necesaria es una referencia en sus vidas, esto es de locos

Lou

Anónimo dijo...

Me ha gustado muchísimo y además me encanta comprobar que es una de las cosas que yo he tenido clarísimas desde que nacieron. Que me necesitarán en las tardes de su adolescencia, en ese día a día constante, para compartir batallas. También me tranquiliza saber que estoy en lo cierto cuando pienso que nanny puede leerles el cuento para que yo no muera de agotamiento, que esto es una carrera de fondo. Estoy muy muy harta de que me digan que la crianza «es cada vez peor», que no se lo que me espera y que «ya verás cuando crezcan». Me tranquiliza mucho leerte y que existas porque si solo tuviera esas referencias del 1.0 estaría desesperada de preocupación.
Y efectivamente, sin lugar a dudas Lo De La Conciliación va mucho mas allá de la etapa bebé. Es más, ni siquiera es la más importante...
gracias. Violeta.

Anónimo dijo...

Moli, hazme caso, aunque parezca que lo que dices es una tontería no es nada trival.

Gracias. Como tu yo también estoy curada de espasmo. Paciencia. Los que a cada paso que dan en la vida creen y nos hacen saber al detalle que todo, dicen, por fin lo saben. ¡Que pesadoooooosssss

Belén

Anónimo dijo...

Yo cogí mi jornada reducida teniendo 12 la mayor. Casi nadie en mi entorno lo entendió. Bañarles, hacerles la cena etc.. es importante pero ESTAR siendo mayores es vital.
De ahí a llorar con el post o a pensar que porque lo escribe molinos alguien se ratifique en su idea original.... E incluso se tranquilice...pufff.
Chicos hay mucha gente como molinos ahí fuera que no escribe blogs.. Y que son igual de trendy, chupis, bohochic y superprofesionales. En serio!

Mariajo dijo...

Verdad verdadera. No hay tiempo de calidad. Hay tiempo, y es a su lado, aunque sea jugando en paralelo. Es el momento de estar, estar y estar.

Ana de Cestaland dijo...

Mi madre... sabia mujer madre de 4... cuando nos ve a mi hermana y a mí yendo como pollos sin cabeza para estar cuanto más tiempo posible con nuestros hijos (el mío es el mayor de ambas con 7 años y medio) me dijo hace poco lo mismo que comentas tú.
Que es más importante estar ahí y estar disponible a la edad de tus hijas que a la edad de mis hijos (entre 7 y 2).
Imagino que tiene razón...
pero yo por si acaso, sigo a lo mío...
intentando cada día la locura de la conciliación sin rendirme!!!! :-)

Tita dijo...

Se me pasó este post. Es así...por eso es diferente en nuestro idioma casa de hogar.

Cuantos días me pregunta la mayor, como Clara, A que hora vienes?

Besos

marthabaz dijo...

me ha encantado, y estoy totalmente de acuerdo. Yo tengo uno de 19 y una de 12, y cuando argumento "no puedo ir a esto, quiero estar en casa con x (o y)" también tengo que escuchar el "si ya son mayores", pero siento y sé que las cosas para ellos no van igual cuando están solos en casa que cuando estamos nosotros también con ellos. Pueden, sí, y lo están a veces, pero están mejor si estamos uno u otro o los dos. Me ha gustado mucho, porque es algo que no sabía cómo explicar y tú lo has dicho muy bien "ser casa para ellos", qué bueno