Han pasado 6 meses del 2012. 28 libros. Ni uno de la biblioteca. Todos regalados.
Liberación de Sandor Marai. Alguien que me conoce muy bien, me lo regaló nada más ser editado. Era Sandor Marai y la IIGM así que tenía todas las papeletas para gustarme, aunque Marai siempre es un riesgo. Un riesgo y una certeza de tristeza.
Retrata la vida de Erzsebet, una joven de 23 años en los últimos días de la II Guerra Mundial en Budapest, cuando los rusos están a las puertas de la ciudad. Cuenta la guerra, como el conflicto es al principio algo inverosímil, luego algo lejano que se va acercando y finalmente está tan presente en su día a día que no es capaz de pensar en sí misma más allá de la Liberación, del final de la guerra.
Es una novela triste, atormentada y que va dejando mal cuerpo según se lee y al terminarla. Marai la terminó en septiembre de 1943, cuando realmente no sabían que iba a suponer la liberación, pero tú desde tu posición de lector del siglo XXI sabes lo que ocurrió cuando finalmente la guerra terminó. Se parece muchísimo en el tono y en lo que cuenta a “Una mujer en Berlín”, son dos libros sobre mujeres en la guerra, a la llegada de los rusos a sus ciudades, enfrentadas a ser despojadas de todo lo que las hacía “humanas” y el instinto de supervivencia que las hace sobrevivir.
“ Hacía semanas que se sentía presa de un cansancio terrible: el cansancio que deriva de un esfuerzo físico descomunal, cuando el alma aún cree poder soportar las penas pero el cuerpo se rebela sin avisar, el estómago se revuelve, y todo el organismo queda tan impotente como si lo hubieran envuelto en un sudario de plomo. Es el mismo cansancio que se experimenta en ciertas jornadas estivales de feroz canícula”.
“La tierra murmura en si bemol” de Mari Strachan. Regalo de Espasa. Un coñazo supremo. “La Sonrisa de las mujeres” era una oda al cursilísimo más pasteloso del mundo pero no pretendía ser otra cosa. “La tierra murmura” es una mezcolanza de cosas sin mucho sentido: una niña insufrible tipo La elegancia del erizo, un pueblecito con sus gentes rollo novela costumbrista, unas hermanas diferentes rollo Mujercitas, un misterio familiar turbio y desagradable con el mismo interés que mirarte crecer las uñas de los pies y unos personajes que dan ganas de matar. Se lee fácil pero aburre como una mala tv movie. Nunca pensé que diría esto, pero si queréis una lectura fácil, sencilla y de amoríos que no agreda…mejor La sonrisa de las mujeres.
El niño perdido de Thomas Wolfe. Otro regalo de cumpleaños. Es una novela corta, estructura en cuatro partes unidas y a la vez sin conexión. Cada una de ellas tiene entidad por si sola y podrían ser relatos sueltos. Las cuatro juntas forman una historia, la historia de Grover Wolfe, un niño de once años.
Me ha recordado un poco a Cannery row y a Steinbeck y me ha gustado muchísimo. Un escritor como la copa de un pino.
“Digamos simplemente que era América, que era el Sur. Familiar como la carne y la sangre de un hombre, familiar como los vientos de marzo, como una garganta irritada, como la nariz cuando te pica, como el barco colorado lleno de paja y desolación. O como abril, abril y un enamoramiento salvaje. Digamos que era simplemente todo esto, escueto, desolado, como un bizcocho, adorable, lírico y maravilloso. Digamos simplemente que era difícil de explicar. América, viejos ladrillos con aspecto de bizcocho, un almacén y abril. Y el Sur”
“Últimas noticias del Sur” de Luis Sepúlveda y Daniel Mordzinski. Otro regalo de Espasa que vino acompañado de estas palabras: “una pequeña joya”. Pues no me ha parecido una pequeña joya, me ha flipado, me ha encantado.
Es un libro de viajes escrito a medias. Luis Sepúlveda hace los textos y Daniel Mordzinscki unas fotos increíbles, todas en blanco y negro. Viajan a Argentina, pasan brevemente por Buenos Aires, pero el grueso de las experiencias son en su recorrido por la Patagonia hasta llegar a la punta sur, al “fin del mundo”. Es una sucesión de paisajes, de experiencias, de personajes, de anécdotas que Sepúlveda cuenta magistralmente con el tono y la cadencia justos, consiguiendo transporte a los paisajes de la Patagonia, inmensos, desolados y con cielos inabarcables. La gente que vive allí es acogedora y mítica, personajes de un mundo que se acaba, se agota y que son conscientes de ese fin.
Es un libro tierno, conmovedor, tranquilo, pausado, curioso, entrañable, cargado de humor y de la conciencia de estar vivo. Me ha encantado, de lo mejor que he leído este año y además, supongo que gracias a las fotos...es un libro que huele especial.
“El hermoso edificio rezumaba nostalgia. Todo Buenos Aires está cubierto por una pátina de nostalgia, en ningún caso melancolía, porque los buenos tiempos de una sociedad llena de proyectos existieron; también existió la ciudad foco de irradiación cultural y cosmopolita y abierta. La pobreza digna también existió. Se siente nostalgia de lo arrebatado, no de lo imaginario”.
“Hazañas y chapuzas bélicas” de Guy Brecher. Regalo de cumpleaños de Juan. Primer libro que abandono en muchísimos años. Llegué a la página 247 y dije, ni una más...paso de seguir perdiendo el tiempo. Brecher es una especie de versión pirata de Bill Bryson con el tono de Michael Moore. Vale, con esta descripción parece que puede tener algo bueno y no es así. Es un tipo gordo (en 247 páginas lo dice unas 20 veces) enamorado de las guerras, que considera que las guerras molan muchísimo. Se repite, es idiota, y a fuerza de querer ser provocador resulta altamente irritante. Sobre España tiene un par de reflexiones acerca de Cataluña y el País Vasco que en fin…no le iban a granjear amigos por aquí.
Estupor y temblores de Amelie Nothomb. Regalo de Nán por mi cumpleaños. En un mes he leído dos libros de esta autora, y aunque éste sea su supuesta obra maestra, me ha gustado menos que el anterior.
Amelie cuenta sus experiencias trabajando con japoneses en una gran compañía, Yumimoto. A través de los problemas que tiene allí compara el modo de vida y la cultura y el pensamiento japonés con el occidental. El retrato que hace de las mujeres japonesas representadas en su jefa, Fubuki Mori es descarnado y despiadado y para mí lo mejor de la novela.
El resto de la novela en la que Amelie parece una completa mema me ha sacado de quicio. Los japoneses y su cultura resulta muy lejano para un observador occidental, cuesta entenderlos y currar con ellos debe ser complicado pero se supone que Amelie se ha criado allí, es una tía lista y además habla japonés. ¿A cuento de qué se comporta como una completa imbécil? ¿Para tener material para escribir esta novela? Desde que ese es el motivo de su comportamiento, algo en plan “a ver hasta dónde puedo aguantar para luego poder contarlo”...la historia pierde interés. Y si todo es elucubración intelectual para crear un personaje, tampoco me ha molado. No dejaba de pensar en que si el personaje principal no fuera tan imbécil la historia hubiera podido ir a más.
No está mal pero no me ha parecido una obra maestra, ni una brillante reflexión sobre nada. Definitivamente me moló bastante más el que leí el mes pasado de ella, “Cosmética del enemigo”.
Para terminar el mes, “Leer la mente. El cerebro y el arte de la ficción” de Jorge Volpi. Otro regalo, éste porque sí. Es un ensayo, bastante sesudo, sobre lo que significa leer ficción, para qué sirve si es que sirve para algo y los mecanismos que funcionan en nuestro cerebro para reconocer la ficción, a los otros, la realidad y a nosotros mismos”
Hay un mogollón de ideas y de conceptos digamos “científicos” que probablemente se me escapen, le seguiré dando vueltas, lo hablaré con el mi pedante favorito y luego lo mismo me calzo un post sesudo sobre el tema. Por ahora un par de citas:
“ En una novela o en un cuento nunca vemos a los personajes, sino que un personaje – o más bien, las ideas que forman a un personaje – nos invitan, primero a identificarnos con él y solo después a representarlo de manera visual. Al imaginar un personaje contamos con una libertad inusitada, pues sus ideas se mezclan de maneras radicalmente distintas con las ideas (o experiencia) de cada lector particular”
“Enfrentarse a lo desconocido revitaliza el cerebro: de allí la relevancia estético de lo incierto o la fascinación que experimentamos por el suspenso, el misterio y el terror. Desconocer lo que va a ocurrir más adelante supone un desafío- un juego darwiniano- que nuestra mente no puede dejar de encarar y resolver (). Hemos sido moldeados par a resolver problemas o al menos intentarlo”
“La ficción se inaugura, pues, no cuando el primer humano miente, sino cuando los demás reconocen su mentira y prefieren ignorarla”
Ha sido un buen mes. Veremos el siguiente.
Ah. Dejo aqui el enlace a un artículo de Julian Barnes que se llama " Mi vida como biblíofilo", una delicia para todo aquel al que le gustan los libros y leer.
13 comentarios:
Eso de identificarte con los personajes aparece en The Better Angels of our Nature y según el autor es un motivo importante para la disminución de la violencia. El pensar como si fuéramos otro aumenta nuestra empatía más allá de nuestro círculo familiar.
Me apunto ese de viajes!
Vaya, pensé que te gustaría más el de Amélie Nothomb...Aunque está claro que no siempre se puede coincidir.
De los otros me apunto el de Thomas Wolfe, es nombrar a Steinbeck y pierdo el sentido, jejeje.
Buffffff ¡como te cunde! yo he tardado todo el mes en terminar A sangre fría...desesperante (tardar tanto digo)
Me he reido con lo de La tierra murmura en Sí bemol...joer, hay títulos que hablan por sí solos...
Me apunto Thomas Wolfe de momento, que lo tengo pendiente y me has picado. Sigo con Truman Capote que me ha atrapado, y hasta que no lea todo lo que pueda conseguir de él...creo que no voy a parar.
Me encanta leer, aunque os veo muy sesudos con la lectura. Mi criterio es otro: soy capaz de enterarme dealgo si lo leo a las 12 de la noche cuando por fin he terminado de planchar, pesa mucho o poco para sostenerlo bien, ahora en verano, mientras estoy, si lo consigo, tumbada en la playa o la piscina, admite lectura con un ojo, es decir a la vez que miro como mi hija come tierra o sin saber nadar salta cual sirena donde la piscina mas cubre. Es decir en este caso deberían de venir plastificados, me refiero a los libros no los niños. Así que creo que no me vale ninguno de estos,
Creo que este verano retomare asterix y mafalda. No me para mas, quizás en otra vida o en otro momento de esta....
Aunque sé a ciencia cierta que el 90% de los libros que reseñas no me los voy a leer, me encanta leer tus posts de libros.
Ya sabes que te quiero por tu fisico, no por tus lecturas.
Suena muy bien el de últimas noticias del Sur. Sobre todo para mí que he estado en los Andes y que tengo una hermana que vive en Buenos Aires. Así que aquel paisaje maravilloso entre un lugar y otro que vi desde el avión es la Patagonia de Sepúlveda y Morzinsky.
Yo este mes sólo he leído tres libros ( y estoy con dos ahora) así que no voy a hacer post, me espero a finales de julio y hago uno de dos meses.
Pues yo también me voy a apuntar al Wolfe...Sandor Marai me gusta pero no me gusta leer tristezas... Amelie me produce estupor y a veces me dan temblores por que no la entiendo y no me hace gracia. Agradezco cuando dices que no sigues conun libro...(si llego a tiempo, yo no lo empiezo).
Hola Moliiiiiii! pues yo me leí Maus haces unas semanas, y me ha emocionado!
Pero me cabo de terminar " Un verano sin hombres" de Siri; me ha enganchado y me lo he leído del tirón, pero el final me ha dejado un poco desencantada. Algunos trozos un poco rollo, pero a ver si te lo lees y haces la crítica que me gustaría saber tu opinión.!!
Qué interesante parece el libro de Sepúlveda. Me gustó mucho Patagonia Express, del mismo autor. Es un libro maravilloso.
Rectifico un año y medio después... además de por tu físico también te quiero por alguna de tus lecturas, la de sepulveda por ejemplo.
LO más parecido a lo que cuentas de lo que me he leido de Sepulveda es Patagonia Express libro al que también alude otro comentarista anterior.
Autopublicidad (pero en un post poco comentado, que es como menos publicidad)
un post en el que le declaro amor eterno a sepulveda
Publicar un comentario