jueves, 22 de septiembre de 2011

CONTROL

Las cosas que nos hacen la vida más fácil y mejor, son las que das por supuestas y no valoras.

Antes de que nadie se ponga trascendental y empiece a hablar de lo importante de la salud, el amor, la familia y demás obviedades, voy a aclarar que hoy me refiero a la más básica de esas cosas y la menos mística:

El control de esfínteres.

Pasados los 3 años, para la mayoría de la gente, algunos más para otros, el control de esos fluidos corporales es una cosa que se da por controlada y que no ocupa memoria: está chupado, no hay problema, es un tema que sabemos solucionar y no se piensa en él nunca. Creemos que lo tendremos controlado siempre, lo damos por supuesto y nos permitimos hacer bromitas con el tema: “me meo de la risa”, “creí que me cagaba de miedo”.

Ja, ja, ja...como mola burlarse de la naturaleza y de las funciones fisiológicas…como mola y qué sobrados vamos. Pero la Naturaleza es muy cabrona y gana siempre, así que se agazapa y en algún momento de tu vida viene a vengarse de tu soberbia y la que se descojona es ella.

La Naturaleza llega y te ataca. Empiezas a notarlo, pero no te preocupas, “lo tienes controlado”. Crees que sin problema aguantarás hasta el final de la reunión, del paseo, de la carrera, de la cita, hasta que el o ella se vaya, hasta que haya un baño, hasta que encuentre sitio para aparcar, hasta que tu jefe deje de echarte la charla, hasta que pase el puto atasco.

Después llega la fase en la que eres consciente de que esta no es una vez como las demás, no es una vez cualquiera, percibes el componente de venganza que hay en el momento y sabes que tendrás que emplearte a fondo. Intentas distraerte, pensar en otra cosa, hacer fuerza, te concentras en lo que te están diciendo aunque sabes que no te estás enterando.

Posteriormente empiezas a visualizar una solución al conflicto, una vía de escape. No puedes postergarlo más, estás llegando al límite de tu resistencia física y solo pensar en lo que puede pasar si superas ese límite te hace ponerte enfermo...asi que dejas de intentar controlarlo y piensas en una solución, un plan B. ¿Y si me levanto en medio de la reunión y digo que tengo una emergencia, salgo corriendo por el pasillo, subo dos pisos, llegaré a tiempo al baño? ¿Y si dejo de correr y me meto entre esos árboles? ¿Y si le digo que espere un momento, que deje de besarme que tengo que ir al baño, romperé el romanticismo? ¿Y si me bajo del coche en medio de la autovía, dejo la puerta abierta, salto el quitamiedos y me pongo ahí, total no me conoce nadie?

Lo que estés haciendo o intentando hacer deja de tener importancia...toda tu vida gira en torno a lo que habías dado por supuesto y ahora resulta que no puedes controlar: te meas o te cagas sin solución.

Ante este drama fisiológico no somos iguales. Ellas son más de “me meo” y ellos son más de “me cago”.

Ellos, ante el “me meo”, no tienen problema. Cualquier sitio, cualquier momento es bueno. Solucionan el problema en medio minuto sin mucha complicación (por lo menos hasta que llega el momento próstata). La discreción no es una prioridad en esos momentos y les da igual el sitio: una pared, un árbol, un váter repugnante, contra la barra del bar, contra un coche, contra otro…cremallera abajo y alivio absoluto y ojos en blanco. Van sobrados y se permiten descojonarse de ellas: Joder... ¿otra vez te estás meando? ¿Otra vez a buscar un baño?

Ellas no dicen nada. Están concentradas, cruzando las piernas, intentando evitar mirar la tónica que la camarera está echando la copa, el agua que el jefe está bebiendo, la lluvia que cae en el cristal del coche. Después pasan a valorar si aguantaran la media hora de cola que hay en el baño y cuando deciden que no, salen a buscar un sitio a ser posible discreto para poner el culo en media luna y solucionar el problema.

Ellos son capaces de competir mientras mean.

Ellas no, pero a cambio pueden mantener una conversación sin perder el hilo con el culo en media luna.

Ellos dicen: si es que además siempre vais en pandilla... ¿os vais a perder? ¿Se puede saber de qué habláis?

Hablan de venganza. Se descojonan pensando en el momento en que la Naturaleza se vengue de ellos…porque: Ellos “se cagan”.

Los tíos, vuelven a su más tierna infancia y ante el ataque de la naturaleza se encuentran con que no son capaces de controlar su peristaltismo de masa (Juan dixit).

Ellas son capaces de disimular bastante bien. Son capaces de sentarse en el cine a ver una película en una primera cita y aguantar toda la película sin que se note que no se están enterando de nada de lo que ocurre en la pantalla, puede que ni siquiera se note que tiene sudores fríos cuando una de las protagonistas decide soñar con una ola que inunda la habitación y otra decide suicidarse ahogándose en un rio. Aguanta con las piernas cruzadas y una pose impertérrita y visualiza como de deprisa tendrá que correr cuando aparezca el primer título de crédito para llegar al baño con cierta dignidad. Pero todo esto no se le nota nada.

Ellos sin embargo son un show de síntomas.

Vas andando por la calle con ellos, o estás tomando una copa, o cenando o viendo una peli y de repente se quedan paralizados, como si les hubiera caído un rayo, como si hubieran tenido un rapto místico. Después de la parálisis, viene el sudor sin control...la frente, las orejas, la nariz, el cuello.

Ellas ya saben lo que les pasa, pero se hacen las tontas: ¿te pasa algo? ¿Tienes calor?

- ¿Calor? No…tengo sudores fríos.

Y con la mirada perdida…empiezan a murmurar: necesito un baño, necesito un baño

- Bueno, pues ahora cuando lleguemos a….cuando terminemos con….
- No...no lo entiendes…¡¡¡tiene que ser ya!!! ¡¡¡ahora!!!!

Literalmente se cagan.

Y no les vale cualquier sitio. Son muy suyos. Para mear y descojonarse de ellas les vale cualquier sitio poco discreto y mugriento...pero cagar les parece un trabajo artístico y no puede ser aquí te pillo, aquí te mato.

¿Quién no conoce a un tío que para mear el baño de tíos les parece un sitio idílico y sin embargo para plantar un pino tiene que ir al de tías porque “es que está más limpio”...sin comentarios.

Eso si…salen supersatisfechos...como si hubiera sido algo que habían elegido hacer, un rapto de inspiración y no un momento de regresión a la infancia en el que hubieran pagado por llevar un pañal puesto.

Así que sí, todos tenemos nuestro momento de acordarnos de lo importante que es no dar nada por supuesto, no descojonarnos de la naturaleza y valorar en su justa medida el control de esfínteres.

Y hasta aquí los momentos escatológicos del día.

37 comentarios:

Pablo dijo...

"poner el culo en media luna·.. Que grande!!!!

Primens????

Kobal dijo...

Lo has clavado Molinos :D

Anónimo dijo...

Yeah, mi control es legendario, mis esfínteres son de acero.
Pero recuerdo un episodio en Granada, tras llegar al mediodía y tapear, fuimos a descansar y por la noche, cerca de la plaza de toros, mientras tomábamos unas tapas noté ese sudor frío.
Pero no me importó, con cara de poker me encaminé al aseo y encontré el fatídico letrero de "no funciona".
Arg!... el bar contiguo tenía una cola impresionante para entrar al aseo.
Menos mal que había otro bar cerca y allí encontré mi salvación.
El problema fue que nada más salir, noté otra vez el sudor frío... y así comenzó mi epopeya y cual odiseo me encaminé al piso donde dormía sin tener muy claro donde estaba y haciendo "paradas estratégicas" cada 5 min.
El horror, el horror.

Totoro dijo...

Sr. Bimbo.. estoy llorando (de la risa...jijijiji que maloooo es comer tapas en segun que sitios.. pero que maloooo).

Moli... COMO LA VIDA MISMA.. y que razon tienes.

Anónimo dijo...

Ahora me río, pero imagínate que estrés, intentando recordar como se volvía al piso de mi amigo y con las cataratas del Niágara amenazando con aparecer periódicamente (cada 5 min, no exagero).

Luego ya en México, y como ataque preventivo, me tomaba un fortasec todas las mañanitas. Conseguí vencer al mal de Moctezuma durante 8 días, y eso que comíamos en puestos callejeros la mitad de los días.

El niño desgraciaíto dijo...

Totalmente de acuerdo. Mis mayores problemas viendo la luz al final del túnel son por irme la pata abajo.

Lo que no entiendo es por qué te mofas de ese momento de satisfacción. Es casi como vencer a la Parca. Y pocas veces puedes presumir de tamaña victoria.

Diva Gando dijo...

Yo, que soy muy meona, no tengo ningún inconveniente en dejar una reunión, hacer parar un coche si no lo conduzco yo en un área de servicio y dado el caso (el jueves pasado) hacer un pis en la cuneta de la carretera para lo cual tengo un truco infalible y muy discreto.

Y lo bien que te quedas...

Ariadna Valdés dijo...

Amé tu post. Yo suelo pensar en el control de esfínteres, mucho más seguido de lo que me gustaría aceptar. Yo podía controlar y apretar durante horas, para cualquier situación sin ningún problema... pero mi cuerpo un día se puso en huelga y ahora ya no puedo hacerlo (por lo menos no tantas horas). Es terrible esa sensación, sobre todo cuando tú aguantas y aguantas, y tu pareja es el turista más grande de TODOS los baños de conocidos, familia, restaurantes, bares y demás. Porque eso sí, cuando él "se caga" no se aguanta y le vale en dónde estemos... imagínense la pena constante de que 15 minutos después de su desaparición alguien te pregunta: ¿Y A**?

Chirly dijo...

Por supuesto que si. Cagar, junto con comer y dormir es de los tres momentos que Dios regaló al ser humano para poder sobrellevar con alguna recompensa el penoso caminar diario por este mundo.

Hay tres momentazos al día sin los que no habría conseguido llegar al día de hoy y son el momento de tumbarme en la cama, la cena (el fin de semana y vacaciones este momentazo se repite tres veces al día; desayuno, comida y cena), y plantar el pino diario.

Uno puede comer cualquier mierda por ahí mientras anda de aquí para allá, uno puede dar una cabezada en el metro, el cercanías o el autobús y uno puede aliviarse en cualquier sitio inmundo, y si, solucionar el problema fisiológico, pero desperdiciaría la oportunidad de hacer algo por lo que ese día valga la pena.

Por eso, no se si por ser hombre o simplemente una persona inteligente que aprovecha cada oportunidad que la vida le da para ser feliz soy capaz de aguantar las ganas de giñar hasta llegar a mi casita y hacerlo en condiciones, y reconozco que además yo le aporto al tema un punto estoico: cuanto más me aguanto mayor es el momento de éxtasis. Casi un orgasmo.

En fin, hoy lo has clavado y es verdad, mear no es lo mismo.

Anónimo dijo...

"casi" me meo de la risa. Real como la vida misma. Lo has clavado.
Saludos,
Alba

NáN dijo...

Al final, como dice el padre del protagonista en la última de Houellbecq, en la cena de Navidad (única ocasión en la que se ven en todo el año): "El problema es que pierdo materia".

Y aprovecho para un consejo utilísimo: quien vaya a ver "Biutiful" en un cine, que orine antes: la peli dura 150 minutos, de los que un porcentaje apreciable está dedicado al chorro percutiente de Bardem.

jota dijo...

Yo como anécdota de "me cago" fue en el bus que bajaba a la facultad. En aquellos tiempos unos de los mejores baños para "soltar un ofidio" eran los de la Facultad de Derecho de la Complutense. Todas las mañanas despues de tomar el cafelito, pincho de tortilla y copita de coñac había que salir corriendo hacia los baños (había en todas las plantas) que brillaban gracias a doña María y su equipo.
El problema que una mañana bajando en el bus me dió un apretón tempranero y creí que me cagaba allí mismo. Tuve que bajarme en la parada de Medicina y buscar unos baños allí. Dificil situación porque me indicaban donde estaban pero yo entre tanto pasillo y el cruce de piernas no conseguía encontrarlos. Encontré eso si un patio y cuando me disponia a espapurrear todo lo que llevaba dentro escuché unas voces que me pusieron en guardia y salir disimulando. Al final lo encontré y me devolvió la vida. Situación terrible.

TXABI dijo...

Una maratón ya es larga de por sí (42,197 kilómetros)... pero no te imaginas lo larguíííísima que se te hace cuando tienes un amago de apretón en el kilómetro 29, sabiendo lo que aún te queda por delante... y por detrás !.
(Maratón de Donosti 2010).
En cambio corriendo, sí puedes -y lo haces- parar en cualquier lado a "mear" (cosa que tienen más jodidito las corredoras, que tienen que buscar "refugio"... es injusto).

Gonzalo Viveiró Ruiz dijo...

Iba a hacer un comentario...y me salió un post

Elena de Troya dijo...

Ellas son más de “me meo” y ellos son más de “me cago”.

jajajajajajaja.

Ya lo dice el dicho: -¿Qué haces?´
-Aquí MEAndo sin saber lo CAGO

Anónimo dijo...

Yo me mee encima en un bar d copas por no poder desabrocharme los pantalones. Tenia 23 años, antes me daba vergüenza contarlo, ahora me descojono.

Pikifiore dijo...

Me encanta lo del culo en media luna :D. Cuanta razón llevas hija, yo la verdad es que cuando llega el momento lo paso fatal,no puedo apurar porque entonces no llego,jajaja.Cuando voy a eventos tipo conciertos, fiestas de pueblo o espectáculos al aire libre ya salgo de casa pensando en lo mal que lo voy a pasar...

Di Vagando rocks dijo...

MO, igual si te lo hubieras planteado habrías adivinado q no puedo con la escatología. Directamente, aun estoy sonrojada después de tu post. Del NUmber 1 aún, no sé, pero divagar del NUmber 2!!! Tía, muy mal. Vuelvo bajo mi duvet.

La Ibu dijo...

Pues yo creo que después de leer este post me voy directita a plantar el pino de la tarde jajajajaja


Saludos mamarrachiles!

Burbuja dijo...

Otra frase antológica "poner el culo en media luna" XDDDD Aún me estoy riendo!

Ana María dijo...

Oh, Moli, y la carita descompuesta que te ponen cuando van a explotar, y tú piensas... Luego no me llamas meona por mi santa madre xD

Juas, y en verano mejor que en invierno, que poner el culo en pompa nevando de romántico nada.

Una vez entré en tromba en casa, tirando el bolso y el abrigo en el suelo al grito de "quitaaa, que me meooooo" y por poco no me meo encima. Había como dos grados bajo cero, los dedos estaban absolutamente entumecidos y morados del frío y los levis eran button fly, que vale cuando te da un apretón y le quieres echar un polvazo a un tío contra una pared, pero no cuando te meas como si se acabara el mundo :S

Por un momento pensé: "o me meo encima o me rompo los dedos, lo que sea antes".

Yo soy meona de invierno, como dice mi madre: "tienes el punto flojo, porque como hace más frío, pues te aguantas menos..." Soy la que se conoce todos los baños de todos los sitios, claro está.

Hermano E. dijo...

Uno de los peores ratos que he pasado en mi vida fue ir a hacerme una ecografía respetando las instrucciones que te dan: “Beba 1 litro de agua 1 hora antes de la eco": Grave error, con beber 1 vaso es mas que suficiente.

Todavía se me ponen los pelos como escarpias al recordar la sala de espera llena de gente, y yo cruzando la piernas de un lado a otro, mirando alternativamente al reloj y al techo, y sin poder entender porque en la SS no respetan la hora acordada en la cita cuando se trata de un asunto de vida o muerte.

Mary dijo...

Comenzare a pensar mas en el control de esfinteres y lo que ha hecho por mi vida.

sasha dijo...

jejejejejejeje, qué bueno...

Anita dijo...

Yo siempre he sido de mear poco, aunque cada vez aguanto menos. Pero, ¿qué me decís las que habeis parido por vía vaginal, de los ataques de tos cuando andas justita?

Arlet dijo...

Ellos dicen: si es que además siempre vais en pandilla... ¿os vais a perder? ¿Se puede saber de qué habláis?

Jajajajajajjaja, buenísimo! las palabras justas que utilizan!

Te animo a pasarte por mi blog ¡Sorteamos varios pares de zapatos infantiles!
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sin más palabras dijo...

Ellos son más de “me cago”.... ¡Me despiporro viva"

Mi Camino dijo...

JAJJAJAJAJJA....
Buenísimo este post.
Pa mearse de la risa... A ver si encuentro un buen baño....

Al Neri dijo...

No sé por qué las mujeres son mucho más estreñidas.

El problema que plantea usted es grave, pero irse de viaje unos días y no ir al servicio también es jodido.

XAquí dijo...

Sobre que las mujeres somos más estreñidas, verdad verdadera, es por que tenemos una cosita ahí apretando las tripas que le dicen
útero. De todas formas mi gran momento triunfal fue de me cago, el de me meo lo domino mejor por mor de mi educación en colegios monjiles.

Trapitos al Sol. Indiscreciones de una empleada doméstica dijo...

Yo sufro del mal de inodoro. Aguanto hasta que tengo un inodoro a la vista.

Elena de Troya dijo...

Todos estos comentarios sobre tan humano tema de la lluvia amarilla y el tronco movil demuestran una una vez más que: "Semos perzonas. Perzonas humanas".

Tita dijo...

Juaaaaaaaaaaaaas ¡buenisimo! todo, de cabo a rabo ¡Ole!

Has descrito perfectamente a mi santo, la frente perlada de sudor, y ese aaaansia por llegar a SU baño o alternativa de gran calidad.

Ahora ya no habla, solo me dice: "Voy asi"

Y pone la boquita como para decir "O" y saca un poco la lengua.

Muy grafico el, ¡me parto!

semilla dijo...

¡¡Muy bueno y divertido a la para que realista!!! yo que soy una meona impenitente no me planteo tantos problemas, si me meo, me meo y ya puede estar el rey a mi lado que me voy al baño....por mear he meado hasta en la Mezquita azul..¡¡¡¡que asco!!! pero cuando aprieta no puedes evitarlo, no me corto un duro y auqnue no he llegado a lo de las niñas de ahora que mean en cualquier sitio con el culo al aire (lo juro lo he visto)....,he meado detrás de coche, en el campo, al borde de la carretera...soy famosa entre mis amigos y conocidos, la meona mundial.....sería más sencillo si tuviera "aparato" pero es lo que hay y el ingenio te ayuda a sobrevivir.-......

Lola dijo...

uy, pues entonces yo entonces temas yo soy como un tío...

Lola dijo...

No se cómo he escrito tan mal, parezco borracha.

Quería decir que en estos temas yo soy como un tío, ( o la excepción que cumple la regla).

JuanRa Diablo dijo...

Recuerdo unos cinco minutos (como cinco horas) conduciendo tieso como una escoba, sin apenas apoyar culo en asiento, blanco, respirando como una parturienta.
Aquello dijo :Voy! Y venía de verdad!

Me faltó una décima de segundo para cagarme encima.

Qué grande! Ha sido todo un documental sobre situaciones extremas xDDD