No es lo mismo hablar que tener una conversación. La gente confunde abrir la boca y soltar lo primero que se le ocurre sin ningún tipo de interactuación con el otro, con conversar.
Hablar es fácil, hablar mucho es facilísimo, hablar sin que tenga el más mínimo interés para el otro está chupado. Lo difícil es tener una conversación que mole.
Las conversaciones que molan son siempre por sorpresa. Nunca sabes cuándo van a ocurrir, pueden ser en persona con alguien a quien ves todos los días, pueden ser por teléfono con un amiga, pueden ser en un bar con otros 4 alcohólicos como tú, pueden ser con tus hijos, o con un desconocido que acabas de encontrarte o incluso por mail o msn.
Las conversaciones que molan no tienen por qué ser serias, ni versar sobre un tema “profundo”. Pueden ser sobre cualquier cosa. La chispa salta y lo que tú dices, notas como le llega al otro y provoca en ese otro/s una respuesta adecuada y que hace que tú devuelvas esa pelota (ya sé que me repito...pero ya lo dijo Auster).
Las conversaciones que molan exigen un esfuerzo, pero las que no molan lo exigen mucho más. En las que molan estás en alerta, atento, expectante para dar lo mejor de ti y poder continuar con ese mágico momento, te esfuerzas pero compensa. Das lo mejor de ti porque eres consciente de que esa charla merece la pena y no quieres que se termine.
Cuando la charla es un horror y no se puede huir, te esfuerzas y cada palabra que dices te cuesta un mundo porque lo que realmente quieres es quedarte callado, meterle la servilleta en la boca al interlocutor o fingir afonía o, en los peores casos, muerte súbita.
De las conversaciones molonas se pueden sacar muchas cosas buenas. A lo mejor aprendes algo, o te das cuenta de algo que no sabes y que te gustaría saber, te ríes hasta tener agujetas, te descubres explicando algo que nunca habías sido capaz de verbalizar y te das cuenta de que no era porque no supieras sino porque no tenías la audiencia adecuada. Descubres la satisfacción que tu atenta escucha está provocando en el otro, le escuchas con interés y lo que le contestas hace que sepa que te interesa lo que cuentas y en un raro momento “Melania” disfrutas de ese momento de buenismo hacía otro. También puedes acabar llorando y aún así que sea genial.
Esas conversaciones no se olvidan, permanecen en el recuerdo y puedes evocarlas cuando quieras y provocan en ti la misma sensación de excitación o de risas o de buen rollo que te provocaron en su momento. Da igual que fueran absurdas completamente, profundas por un motivo que ha pasado a la historia o que el tema del que trataban haya dejado de interesarte..ese momento de comunicación perfecta no se olvida.
En una buena conversación no hay que contarlo todo. A lo mejor no es el momento, ni el lugar, ni la ocasión. Lo que se diga tiene que ser porque se quiere decir. No hay porque tener esa puta manía de contarlo todo y de “me voy a sincerar totalmente”, no hace falta. Se puede ir perfectamente poco a poco, creando la expectativa de lo que queda por contar, de que hay algo más. La expectativa de que esa conversación pueda continuar en un futuro también mola mucho.
De algunas de esas conversaciones increíbles han salido posts para este blog, pero no es eso lo que las hace estupendas. Tengo varias con los de Montes, que son gente segura para esto de las buenas charlas: tenemos ésta sobre grosores, ésta sobre lo poco que nos gustan las tías con brazos cortos, otro gran momento conversador sobre las rupturas, tengo otra genial con mis hermanos el año pasado en el veraneo franquista, sentados en la cocina, salió este tema y todavía me río al acordarme de la sintonía entre todos. La sensación que me provoca su recuerdo es lo que las hace geniales. Me acuerdo de dónde estaba, qué tiempo hacía, lo que dijimos cada uno de los que estábamos y cómo sentí que aquella conversación era “especial”.
Lo malo de esto es que cuando uno se acostumbra luego la cháchara diaria se convierte en un suplicio y me descubro a mi misma pasando muchísimo tiempo sin nada que decir. Lo bueno es que en cualquier momento, sé que me llevaré la sorpresa de encontrarme con otra conversación genial.
Por supuesto, hay veces que no hace falta decir nada, está todo ahí.
Eso también mola mucho.
Hablar es fácil, hablar mucho es facilísimo, hablar sin que tenga el más mínimo interés para el otro está chupado. Lo difícil es tener una conversación que mole.
Las conversaciones que molan son siempre por sorpresa. Nunca sabes cuándo van a ocurrir, pueden ser en persona con alguien a quien ves todos los días, pueden ser por teléfono con un amiga, pueden ser en un bar con otros 4 alcohólicos como tú, pueden ser con tus hijos, o con un desconocido que acabas de encontrarte o incluso por mail o msn.
Las conversaciones que molan no tienen por qué ser serias, ni versar sobre un tema “profundo”. Pueden ser sobre cualquier cosa. La chispa salta y lo que tú dices, notas como le llega al otro y provoca en ese otro/s una respuesta adecuada y que hace que tú devuelvas esa pelota (ya sé que me repito...pero ya lo dijo Auster).
Las conversaciones que molan exigen un esfuerzo, pero las que no molan lo exigen mucho más. En las que molan estás en alerta, atento, expectante para dar lo mejor de ti y poder continuar con ese mágico momento, te esfuerzas pero compensa. Das lo mejor de ti porque eres consciente de que esa charla merece la pena y no quieres que se termine.
Cuando la charla es un horror y no se puede huir, te esfuerzas y cada palabra que dices te cuesta un mundo porque lo que realmente quieres es quedarte callado, meterle la servilleta en la boca al interlocutor o fingir afonía o, en los peores casos, muerte súbita.
De las conversaciones molonas se pueden sacar muchas cosas buenas. A lo mejor aprendes algo, o te das cuenta de algo que no sabes y que te gustaría saber, te ríes hasta tener agujetas, te descubres explicando algo que nunca habías sido capaz de verbalizar y te das cuenta de que no era porque no supieras sino porque no tenías la audiencia adecuada. Descubres la satisfacción que tu atenta escucha está provocando en el otro, le escuchas con interés y lo que le contestas hace que sepa que te interesa lo que cuentas y en un raro momento “Melania” disfrutas de ese momento de buenismo hacía otro. También puedes acabar llorando y aún así que sea genial.
Esas conversaciones no se olvidan, permanecen en el recuerdo y puedes evocarlas cuando quieras y provocan en ti la misma sensación de excitación o de risas o de buen rollo que te provocaron en su momento. Da igual que fueran absurdas completamente, profundas por un motivo que ha pasado a la historia o que el tema del que trataban haya dejado de interesarte..ese momento de comunicación perfecta no se olvida.
En una buena conversación no hay que contarlo todo. A lo mejor no es el momento, ni el lugar, ni la ocasión. Lo que se diga tiene que ser porque se quiere decir. No hay porque tener esa puta manía de contarlo todo y de “me voy a sincerar totalmente”, no hace falta. Se puede ir perfectamente poco a poco, creando la expectativa de lo que queda por contar, de que hay algo más. La expectativa de que esa conversación pueda continuar en un futuro también mola mucho.
De algunas de esas conversaciones increíbles han salido posts para este blog, pero no es eso lo que las hace estupendas. Tengo varias con los de Montes, que son gente segura para esto de las buenas charlas: tenemos ésta sobre grosores, ésta sobre lo poco que nos gustan las tías con brazos cortos, otro gran momento conversador sobre las rupturas, tengo otra genial con mis hermanos el año pasado en el veraneo franquista, sentados en la cocina, salió este tema y todavía me río al acordarme de la sintonía entre todos. La sensación que me provoca su recuerdo es lo que las hace geniales. Me acuerdo de dónde estaba, qué tiempo hacía, lo que dijimos cada uno de los que estábamos y cómo sentí que aquella conversación era “especial”.
Lo malo de esto es que cuando uno se acostumbra luego la cháchara diaria se convierte en un suplicio y me descubro a mi misma pasando muchísimo tiempo sin nada que decir. Lo bueno es que en cualquier momento, sé que me llevaré la sorpresa de encontrarme con otra conversación genial.
Por supuesto, hay veces que no hace falta decir nada, está todo ahí.
Eso también mola mucho.
34 comentarios:
Uy si ya has escrito ota vez... toi feliz molinos a guelto...!!!
Edc..alguien tiene mogollón de ocio laboral...y no miro a nadie...
Moli con querida Elsa (tias con los brazos cortos) simplemente me descojone, perdon por el taco.
Reitero menos mal que has vuelto uff¡¡¡
También tengo ocio laboral ja ja ja
Fabuloso..ya somos 3..igual hasta podemos tener una conversación interesante...XD
Vamos a hacer un campeonato de cazaprimer, hoy ya tengo dos puntos en el de Diva (que chuli lo que ha escrito hoy...) y en el tuyo.
Recuerdo conversaciones de estar un poco pedete con unas jarras frias, en una terraza escondida de verano a las tres de la mañana,luna llena,noche tibia, el camarero poniendo las sillas sobre las mesas... y pensando: Tras cuatro horas hablando todavia no le he dicho nada...
¿Campeonato de caza primer? no vale..tu estás todo el día pegado al ordenador...
y lo que mola..saber que no hay que decir nada? que está todo ahí??...de todos modos tú eres un loro..no me creo nada.
Hala viva los coments como chat...
Eso de que no trabajo es la tipica frase que me dice viveiro, que sospechoso...
Y para su conocimiento estamos ya de jornada veraniega...(8-15) lo que pasa es que hoy Di me ha picado...
Yo vivo con un gran conversador, aunque suele expresarse mejor por escrito. Curiosamente nuestras mejores conversaciones son de viaje en el coche o con un café fuera de casa.
Totalmente de acuerdo con la cita de Auster.
Esto es un chat?. Por si acaso que sepas que aun tengo contigo una conversacion pendiente.
Gintonics o café?
MOMENTO MELANIA???? JAJAJAJAJA AY MOLI HOY ESTÁS Q TE SALES!!!!
E.
Edc..como vivís algunos....
joder algo bueno tendria que tener el mes de junio no???? chatear en los blogs concursos de cazaprimer la sustancia de la life.
Tardo más en leer todo lo que decís en coments que en los propios posts xD
Por cierto, moli, te echaba de menos :)
Vale: si nos ceñimos al tema; hay conversaciones, efectivamente que dejan huella, porque se realizan en momentos muy especiales en los que nos sale nuestra vena sentimental, nuestra vena reflexiva o nuestra vena alegre y fiestera.
En mi caso debo confesar que el alcohol estuvo muy pocas veces presente en ellas. Será que predominaron las filosóficas y las dedicadas a consolar a algunos y algunas a los que hirieron, bien el amor, como decía aquella canción o bien otras penas tan dolorosas como esa pero de dimensión más serias.
¿Sabes? yo estoy necesitando una buena charla, de esas de horas y horas...
Es el post más interesante que he leído en mucho tiempo. No puedo añadir nada que lo mejore :)
Justamente porque te impiden estas conversaciones es por lo que cada vez me gustan menos los bares de copas al uso: chunda cunda a toda pastilla que no te deja oir ni tus pensamientos y oscuridad que te impide ver al interlocutor.
Estoy contigo, los ingenieros (no sólo de montes) tenemos una conversación cautivadora :)
Mierda, no puedo jugar a cazaprimer. Estoy casi ahogada de curro. Si os aburrís del jueguecito os doy un poco. Por mucho excel y pisto que nos demos la mayoría de lo que hacemos lo puede hacer casi cualquiera (y vosotros sois mucho más listos que eso).
Leer tu entrada ha sido parecido a tener una de esas conversaciones molonas. Me ha encantado.
Lo de las conversaciones guays está muy bien, pero siendo realistas, mira que es complicado tenerlas. Me conformo con alguna frase sustanciosa de vez en cuando, de esas que se te quedan en la memoria y luego citas en otras conversaciones. Esas que, con la experiencia que vamos acumulando, salen de nuestra propia vida y son verdades como templos.
MALVANTESA
"Cuando la charla es un horror y no se puede huir, te esfuerzas y cada palabra que dices te cuesta un mundo porque lo que realmente quieres es quedarte callado, meterle la servilleta en la boca al interlocutor o fingir afonía o, en los peores casos, muerte súbita".
Que gran frase, casi hago un post con ella como tu con la de Auster. Y es que hay gente plana, que hablas dos horas con ellos...y acabas como tu dices.
Pues yo no sé de qué tipo soy, pero te he hecho caso y me he pillado "Historias de Nueva York".
Como bonus, "Lincoln" de Gore Vidal (para compensar, que el de Enric es muy cortito)
soy una LAD, total, pero mi TAD amateur es defectuoso y efectivamente, siempre rezongando con respecto al TAD profesional. Genial Moli.
A veces, el secreto de una buena conversación -aunque suene a paradoja- es que el otro/a, o tu mismo/a, sepa escuchar... El silencio del otro -mostrando interés en lo que dices- facilita la conversación, aunque ésta sea casi un monólogo.
Tienes razón con lo de los distintos tipos de conversaciones. Puedes hablar con gente a la q le gusta lo q a ti (libros, cine, viajes etc): muy fácil. Particularmente divertidas son las conversaciones q llamo en modo "hora tonta" (te ríes de las mayores paridas). Luego está la conversación por email (o por blog, ehem...). O la conversación "intensa" sobre temas más políticos/planteamientos vitales, etc. A altas horas dan bien.
En todas ellas, para mi un punto importante es poder decir lo q piensas abiertamente y lograr, entre todos, un cierto "modo crítico". Donde todos piensan lo mismo, nadie piensa mucho, dice el dicho. En esto del bloguerío, en lo q Diva et moi somos novatas, a mi me gusta "la caña", tanto como el masaje. Una de cal... exactamente igual q en las conversaciones frente a frente.
Hablando de caña, Moli, he de decirte aquí, bien alto, que el ínclito Chico De La Consuelo es el instructor HTLM por antonomasia no sólo de Vetusta, sino de la blogosfera entera. Su saber no tiene fín, y gracias a su buen hacer, la q firma puede enlazar cositas como ésta
ésta
Ha-ha-ha (trueno)
Maléfica
PS: :) ji, era por crear un poco de disensión en este granconsenso, no me lo tengáis en cuenta. A diva le pongo Paco Ibáñez.
A veces me gusta estar en compañía de gente con la que no hace falta que tú digas nada. Es impresionantemente entretenido.
Di Paco Ibáñez no y Bumbury tampoco.
NOLOSSOPORTO...
Di...mi furia caerá sobre ti...ponerme un enlace a Bumbury en mi blog está penado con el castigo máximo..empieza a temblar y no te escondas que te encontraré.....uhahahahaha...
No nooo MOli, q ha sido Maléfica.
Diva, ah, no sabía... que no te gusta Paco Ibaniez?
PS: Please, una oportunidad, escuchad esta canción,ahh me encanta. No es de Bunbury, sino de Mauricio Aznar. Si no podéis con esta versión, entonces aquí teneis a los
Mas Birras
Ah, y las iras de Consuelo's y Viveiro's caerán sobre vosotras si os metéis con los Birras...
Di...tengo curro..para variar..no me puedo estudiar el manual de consuelo...pero no dejes de ver a este BUmbury..que si que mola...
http://www.youtube.com/watch?v=TSEZGhEDJsc
:):) Muy bueno... y han sido benévolos. No puedo defenderle mucho pq no soy fan
Me alegro de la cita de Bennet. Nos identificamos con ella tb.
Esta es la entrada que más me gusta.
Acabo de conocerte y paso más horas de cara a las cosas que te pasan que pensando en las que me pasan a mi.
De mayor quiero ser como tú.
Un beso y sigue así de ácida, molas trillones.
Joder, me acaba de dar un bajón considerable. Hace mucho, mucho que no tengo una conversación, un hablar "molón"....Y lo echo de menos.
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