lunes, 19 de agosto de 2019

Catorce años

Catorce años. Como escribí cuando los cumplió tu hermana, se acabó la infancia. Llevo todo el año experimentando el final de esa etapa, me aferro a que me des algún abrazo cuando te lo pido y a que sigas contestando "muchísimo" cuando te pregunto cuánto me quieres pero sé que se me está acabando. No quiero ponerme nostálgica ni renegar de la adolescencia porque tus trece años, los que se acabaron ayer, han sido tan divertidos como deseábamos que fueran hace justo un año.  

Releo lo que te escribí el año pasado, cuando cumpliste trece, y veo que hemos cumplido bastante a rajatabla lo que nos proponíamos. Han sido divertidos porque sigues siendo divertida, como siempre lo has sido, desde que eras un mico y hablabas todo con la z (gracias infinitas a mi yo de treinta y cuatro años que se puso a transcribir todas esas conversaciones) hasta ahora que no callas ni debajo del agua.  Las conversaciones contigo están sembradas de frases bombas que nos dejan a todos fuera de juego. «Mamá, ¿has cumplido tus sueños?», «Yo voy a conseguir una beca de un banco porque voy a pensar una idea buenísima, algo que todo el mundo necesite y que sea muy necesario, por ejemplo, papel higiénico» o tus infinitos ¿Y si? que me agotan pero que no quiero que terminen. Ahora que estoy viviendo los quince de tu hermana, prefiero un millón de "Y sis" al caminito de monosílabos que nos espera a la vuelta de la esquina. 

Hemos viajado.  Hemos respondido a la pregunta que me hacías cada vez que echábamos la primitiva «Mamá, si te tocara, ¿lo primero que haríamos sería ir a NY?» El viaje de tu vida: Nueva York. Verte caminar, mirar hacia arriba recorriendo las avenidas, reconocer los edificios, los lugares de tus series favoritas, descubrir contigo Central Park y el MoMA, pasear bajo la lluvia, coger el metro, escuchar ópera en el parque, contarte la historia del Concorde, enseñarte el avión de Top GUn, descubrirte America de Simon & Garfunkel mientras veíamos la Estatua de la Libertad desde un barco, plantarnos delante del Dakota y al volver a Madrid ver La semilla del diablo contigo. También has estado en Hong Kong y Taiwan porque tienes la suerte de tener una abuela genial que vive allí y que quiso celebrar su 80 cumpleaños con toda su familia. Descubrir Asia, descubrir que la extraña allí eras tú «Mamá, hoy nos han hecho fotos en un restaurante» me decías cuando me llamabas desde el otro lado del mundo. Allí descubriste la Mafia y apunté en la lista de pelis pendientes, para ver con vosotras, la trilogía del Padrino cuando me contaste que «la abuela vive cerca de la casa de un mafioso pero es un mafioso bueno porque si haces lo que él quiere no te hace nada». Está claro que necesitas unas clases de mafia siciliana. Aunque también has estado en Sicilia en una boda. Definitivamente en los trece años has viajado demasiado, tenemos que plantearnos los catorce como algo más calmado, más tranquilo.

Las pelis de miedo siguen sin asustarte pero te aterrorizaste con la escena de Chernobyl en la que los hombres suben al tejado a tirar los restos radiactivos, te hiciste bolita en el sofá porque no querías mirar. Adoras a los perros, a Shawn Mendes y la moda y puedes llegar a ser agotadora hablando de las tres cosas. 

Cuando tu hermana cumplió catorce yo tuve miedo, un miedo irracional porque no sabía lo que me esperaba. Ahora sí lo sé y tengo un miedo más real, más justificado. No tengas prisa en pasar los catorce, pasémoslos tranquilas, aburrámonos de rutina, veamos pelis, háblame de influencers, de moda y de maquillaje y sigue taladrándome con preguntas. Continua siendo curiosa, presumida e inquieta y, por favor, no empieces con los monosílabos. Todavía no. 

Feliz cumpleaños, princesa pequeña.

PS: la foto que ilustra el post ha sido elegida tras un largo proceso de negociación entre la homenajeada y la autora. 

7 comentarios:

manuti dijo...

Feliz cumpleaños. Con los ojillos acuosos de padre.

Anónimo dijo...

Felizidades!
Prinzesa pequeña!
Y que cumplas muchos más!


Viajar, todo el mundo viaja en mayor o menor medida, pero así, como vosotras lo haceis es viajar con mayúsculas. Todo un lujo. Quė afortunadisísimas sois!

Anónimo dijo...

Preciosas palabras, y me emocionaron.
Me dio un poco de risa que...ya sé que es un chiclé: vivo en NY y vivir aquí es horrible si no eres millonario. Es un buen sueño que cumplir si toca la lotería.
Disfrutad de lo que tenis en España que se echa tanto de menos aquí, y de vuestro tiempo juntas, quizás nunca lleguen los monosílabos.

Noemí Gomez dijo...

Testigo de cómo la vida pasa y nos atraviesa... Pase lo que pase seguro que esa complicidad perdura. Feliz cumpleaños y que cumpla muchos más.

Anónimo dijo...

Felicidades Clara!
Es un oasis venir aqui a leer a tu madre, nada de lo que te puedas avergonzar ( tu no sabes lo que ha sido tener una madre que abre la puerta del probador estando aun semidesnuda para preguntar a la depemdiente random del corteingles). La foto es una buenisima eleccion. Y el texto me ha emocionado. ¡¡ que cumplas muchos mas!!

María dijo...

Lo importante es que se encuentren a sí mismas y sean felices. Si lo haces bien, un día volverán a tocar a tu puerta y se darán cuenta de que nunca se habían ido del todo, de que al final tu eres su mejor amiga.
Solo te queda esperar con paciencia mientras vives tu vida, siempre disponible para todo lo que les puedas dar mientras se alejan...

Lo+ dijo...

Muchisissisismas felicidades Molinos a tí y a tu Prinzeza.

Quizá no lleguen nunca los monosílabos y quizá lleguen otras manifestaciones de la adolescencia. Seguro que llegan. Disfrutalas todas ellas y cuentanoslas por favor!!

Yo tengo 2 hijos varones y solía decir que yo tenía " dos iguales para hoy, como el cupón" pero no. Yo tengo 2 hijos varones que han pasado su adolescencia de maneras diversas y hoy con 25 y 23 años de edad, sigo disfrutando de ellos, Riéndome con ellos, viajando con ellos ( menos). Paciencia, inteligencia y buen humor te sobran , Molinos.