miércoles, 29 de junio de 2011

OTRA VEZ JUDT

De vuelta con Judt. Terminé el sábado “El refugio de la memoria” y pensaba dejarlo para el post de libros encadenados, pero me temo que iba a fagocitarme el post, así que por ese motivo y porque no tengo ganas de escribir sobre otra cosa, le voy a dedicar un post gafapasta plagado de reflexiones de garrafón.

El libro me ha encantado y ocupa la nada despreciable cantidad de 5 páginas de anotaciones en mi cuaderno de lecturas. Sólo los libros que me fascinan consiguen superar la página y media de notas.

“El Refugio de la memoria” es una recopilación de ensayos o artículos que funcionan como una especie de testamento vital de Judt. Encerrado en un cuerpo que ya no le responde pero con la cabeza perfectamente lúcida, reconstruye su pasado y sobre esos recuerdos va a haciendo unas brillantísimas reflexiones sobre muchos temas: la infancia, la educación, el poder del lenguaje, viajar, las mujeres, la enseñanza, las revoluciones, su relación con Israel, el significado de ser judío..etc.

Judt escribe con inteligencia, con ironía, con conocimiento, con paciencia, con crítica y autocrítica, con humor. A Judt se le lee con placer. Cuando llegas al final de un capítulo, levantas la vista del libro y dices: cuéntame más, sigue hablando. Tiene una cabeza increíble, una capacidad de argumentación impresionante y una inteligencia brillante. Y en este libro además, es accesible para todo el mundo, es entretenido y ameno. Te engancha y te fascina.

Como a lo mejor creéis que soy una exagerada y que me invento cosas cegada por un ataque de gafapastismo culturetas, me lo voy a currar y voy a copiar algunas cositas de las que cuenta en su libro.

Antes de nada, todas estas reflexiones las hacía por la noche cuando estaba ya muy enfermo. Le acomodaban en la cama, en una postura que no le doliera mucho porque él era incapaz de moverse y se enfrentaba a horas de insomnio en soledad. Judt dedica esas horas a bucear en sus recuerdos y a ordenarlos para a la mañana siguiente poder dictarlos. Para no olvidar todas esas ideas y pensamientos recurre a una regla nemotécnica, recuerda un chalet suizo donde pasó unas vacaciones con sus padres. Realiza recorridos mentales por la casa, y va colocando los recuerdos en las distintas habitaciones y rincones para a la mañana siguiente realizar ese mismo recorrido mental recuperando los pensamientos nocturnos.

“Las noches improductivas son frustrantes de un modo casi físico. Desde luego no puedes decirte: “Vamos deberías estar orgulloso por el siempre hecho de haber conservado tu cordura, ¿dónde está escrito que, además, tuvieras que ser productivo? Y, sin embargo, siento cierta culpa por haberme rendido al destino tan fácilmente. ¿Quién podría hacerlo mejor en tales circunstancias? La respuesta es, naturalmente, “un mejor yo” y es sorprendente lo a menudo que desearíamos ser una versión mejorada de nuestro yo actual, aún siendo plenamente conscientes de lo difícil que ha sido llegar hasta donde estamos”.

En el capítulo titulado “Austeridad” habla sobre su infancia en la posguerra inglesa, el concepto de austeridad tanto de en los usos como en las maneras políticas. De ahí parte a comparar lo que distingue a los políticos que reconstruyeron el mundo después de la II Guerra Mundial con lo que tenemos ahora…

Attlee fue un representante ejemplar de la gran época de reformadores eduardianos de clase media: moralmente serios y ligeramente austeros. ¿Quién de entre nuestros actuales líderes pretendería acreditar lo mismo, o incluso comprenderlo?
La seriedad moral en la vida pública es como la pornografía: aunque difícil de definir, sabes que lo es cuando la ves. Describe una coherencia entre intención y acción, una ética de responsabilidad política. Toda política es el arte de lo posible. Pero el arte también tiene su ética
”.

La abundancia de recursos que dedicamos al entretenimiento solo sirve para escudarnos frente a la pobreza del producto: lo mismo que en política, donde la cháchara incesante y la retórica grandilocuente enmascaran una profunda vacuidad.




Lo contrario de la austeridad no es prosperidad sino luxe et volupté. Hemos sustituido utilidad pública por comercio sin límites, y no esperamos de nuestros líderes aspiraciones mayores. 60 años después de que Churchill solo pudiera ofrecer “sangre, esfuerzo, sudor y lágrimas”, nuestro muy señor presidente de la guerra – a pesar del hiperventilado moralismo de su retórica- no podía pensar en nada mejor en el despertar del 11 de septiembre de 2001 que en pedirnos seguir de compras. Esta visión empobrecida de la comunidad – “unidos” en el consumo- es todo lo que nos merecemos de los que ahora nos gobiernan. Si queremos mejores gobernantes tendremos que aprender a pedir más de ellos y menos para nosotros. Un poco de austeridad estaría bien
”.

Aquí reparte para todos y tiene muchísima razón.

¿Qué más? Judt habla en otro capítulo sobre educación y meritocracias. Analiza las reformas educativas llevadas a cabo en UK desde los años 60 encaminadas a promover supuestamente la “igualdad”.

Las universidades son elitistas: les concierne seleccionar a la promoción más capaz de una generación y educarla en esa capacidad, forzando una renovación de la elite y rehaciéndola consecuentemente. Igualdad de oportunidades e igualdad de resultados no son la misma cosa. Una sociedad dividida por la riqueza y por la herencia no puede corregir esa injusticia camuflándola en las instituciones educativas- negando diferencias de capacidad o limitando posibilidades selectivas-, mientras en nombre del libre mercado favorece una diferencia entre ricos y pobres que aumenta de manera constante. Eso es mera jerga e hipocresía.”

No se puede decir mejor. “Igualdad de oportunidades e igualdad de resultados no son la misma cosa”. Judt habla de las universidades pero aquí es igual en el colegio. ¿Que estupidez es esa de no poner 0 a los niños para que no se frustren? ¿Qué tontería es aprobar por aprobar para que no se queden atrás y no tengan un trauma? Que lo tengan y se frustren y vean que como no se esforzaron no consiguen lo mismo que los que si hicieron ese esfuerzo. A mi es que me parece tan de cajón que me exaspero. Descerebrados profesores que me leéis...ya sabéis que estoy con vosotros...sois unos héroes.

Y por último un párrafo que al leerlo me recordó a Oz y su libro “Contra el fanatismo”.

A diferencia del desaparecido Edward Said, creo que puedo comprender e incluso sentir empatía con los que saben qué significa amor a un país. No considero esos sentimientos incomprensibles, simplemente no los comparto. Pero, con el tiempo, esas lealtades fieramente incondicionales – a un país, a Dios, a una idea o a un hombre- han llegado a aterrorizarme. La fina capa de la civilización reposa sobre lo que bien podría ser una fe ilusoria en nuestra humanidad común. Pero ilusoria o no, haríamos bien en aferrarnos a ella. Ciertamente, es esa fe- y las restricciones que impone a la mala conducta humana- la que debe anteponerse en tiempos de guerra o de malestar social.”

Y todo esto lo escribió postrado en una cama, sin poder moverse, con picores de nariz que no podía aliviar por si solo mientras todos nosotros dormíamos como benditos.

Hay que leer a Judt.

He encontrado este enlace a una entrevista en la que habla de " EL olvidado siglo XX" otro de sus libros.

14 comentarios:

TXABI dijo...

Y esos ojos...?

El niño desgraciaíto dijo...

Tengo ganas de leérmelo y más después de el post.

molinos dijo...

Txabi los ojos bien auqnue al final del día me duelen y sigo con colirio.

ND..te gustará. Y lo he visto online.

B dijo...

Pues no lo encuentro on line, así que, en cuanto pueda volver a comprarme libros (en Enero) me compraré algo de Judt, que tiene bastante buena pinta.

Los Moli-libros molan. En mi lista de libros leídos este mes, hay dos!!

Portarosa dijo...

¡Gracias!

Anónimo dijo...

Hola, te leo desde hace poquito. Seguí tu recomendación de Oz, así que no me perderé esta.

Ah! y espero las siguientes.

Carol

Tita dijo...

Eres tan convincente, y tiene tan buena pinta....

Mafalda dijo...

Cambio de trabajo. Y en esta semana en la que me debo presentar pero no tengo nada que cumplir te encontré a través de otro blog.

Primero, me estas entreteniendo en esta semana de "nada", voy por junio de 2009 y me esfuerzo por contener la risa la mayoría de las veces. Gracias.

Segundo, me encanta saber que hay otro alguien como yo de borde, transparente y 'personal'. Es tranquilizador saber que somos más. Te quieres casar conmigo?

Tercero, probablemente yo sea esas cientoypico entradas desde Argentina. No te asustes, no te acoso.

NáN dijo...

Gracias, Molinos. Solo veo claridad e inteligencia. A ver si se me pega un poco.

XAqui dijo...

Bueno, el libro muy bueno.
La ética subyacente a lo que has copiado es realmente difícil de transmitir y percibir si no has vivido en esas condiciones de precariedad. Yo la he encontrado en gente que pasa de los 70 y en algún emigrante, pero no en sus hijos. Es difícil vivir de esa forma, si no se aprende a valorar algo como el tiempo y lo que tienes.
El ocio hoy en día, si se entienden unos 40 años -mira,los que tengo, vaya- como hoy en día, es justamente uno de los blindajes mentales para alcanzar a comprender a esta gente.

Anónimo dijo...

De entrada recelo de los escritores judíos.
Algo me dice que los judíos juntaletras me quieren comer el coco y por siaca paso de ellos.

Si, soy antisionista y pienso que los judíos huelen mal.

Don Mendo.

Hans dijo...

Sugerente, desde luego. Y muy de acuerdo con la diferencia entre losmandatarios de otrora y su concepción ética del mundo y los de hoy, y su visión cosmético estadística.

Dani Torregrosa dijo...

Doy fe de que este libro es sensacional. Lúcido y sencillamente vital.

Gracias por la recomendación :-)

Salud!

Anónimo dijo...

Este me lo lei. Me gusto y lo recomende y gusto. Sul.