viernes, 2 de enero de 2015

Lecturas encadenadas. Diciembre y resumen final


Empecé diciembre con un libro que sabía que iba a odiar pero que tenía que leer. Sé que es absurdo pero de vez en cuando tengo estos arranques. Perdida de Gillian Flynn era justo lo que esperaba una memez de historia disfrazada de intriga. Es igual que una tv movie de Antena 3 de los sábados por la tarde. Ella es rubia y se cree lista, él es guapo y se cree listo y la realidad es que los dos son idiotas y viven en un mundo dónde increíblemente todo el mundo es más idiota que ellos así que ellos parecen super astutos. No son astutos, son memos. Voy, vengo y por el camino me entretengo y el libro es un coñazo. Lo terminé para poder despellejarlo a gusto y para saber hasta dónde había sido capaz la autora de retorcer la historia. Es increíble como partiendo de una premisa absurda consigue llegar a un final inverosímil en el que no hay marcianos, ni una isla que desaparece ni un hada madrina. 

Me parece recordar que al estrenarse la película hubo cierta polémica porque decían que el libro iba contra las mujeres o algo de eso. No entiendo la crítica, todos los personajes son idiotas, independientemente de su género. Me falta ver la peli para someterme a la tortura completa.

La editorial Turner tuvo la amabilidad de enviarme Hacer el bien de Matt Sumell a pesar de que mi opinión sobre Las esposas de los Álamos que también forma parte de su nueva colección "El cuarto de las maravillas" no había sido precisamente buena.

Hacer el bien es la historia de Alby, alter ego de Matt Sumell, que al perder a su madre entra en una espiral de lo que podríamos llamar vida sucia. El tipo de descenso a los infiernos, introspección, rescate de recuerdos, inconsciencia vital, borrachera descontrolada y sinceridad desbordada tan típica de muchas novelas americanas.

Es una novela que engancha al principio; Alby cae bien. Quieres saber quién es, qué le ha pasado, qué le va a pasar. El problema es que en algún momento a Sumell los saltos temporales se le van de las manos y acabas un poco desorientado y sin saber muy bien dónde estás y lo que es peor si te importa. Por otro lado es una sensación de dar vueltas sobre ti mismo que se parece mucho a la sensación de espiral en la que se vive en una situación de luto. El problema es que las espirales tienen salida y Sumell parece más bien dar vueltas en un círculo sin fin. A pesar de todo esto, me ha gustado y se lee con agrado. Tiene algunos diálogos muy brillantes de un humor bastante negro.

Una cuestión de fe de Enric González. Este libro tiene toda una historia. El día que yo presenté mi libro, Enric hacía de librero en "Tipos Infames" y obviamente yo no podía ir. Nán tuvo el detallazo de ir a ver a Enric, comprar el libro y hacer que me lo dedicara "Para Molinos que ya es vieja amiga con un abrazo y un gran beso"  Enric puede escribir de lo que quiera que yo lo leo todo con pasión, devoción y entrega adolescente.

En este caso Enric habla de fútbol que como todo el mundo sabe es un tema que me motiva cero, pero he devorado el librito más feliz que una perdiz, con una sonrisa en la cara y disfrutándolo como una enana. Se lee como si le estuvieras escuchando, como si se estuviera tomando una copa y fumando mientras te cuenta esas historias, esas ideas, esas reflexiones. Lo imaginas sonriendo porque tú también estás sonriendo al leerlo. Siempre te quedas con ganas de más, de decir "sigue, no pares, cuéntame más".
"Lo que llamamos "historia" no es lo que ocurrió, sino lo que se ha escrito sobre lo que ocurrió. Y lo que se ha escrito se corrige, se reescribe y rectifica día a día desde un presente continuamente cambiante. Y hechos desnudos e indiscutibles se disfrazan de forma distinta en cada época, bajo una condición: la narración histórica es siempre la que más satisface a los grupos dominantes en la sociedad. Por poner un ejemplo chusco, si España se convirtiera en una república islámica, el relato de lo que ahora se llama Reconquista cambiaría por completo, aunque los hechos fueran los mismos". 

Por supuesto lo recomiendo para todos. ¡Ah! casi lo olvido, habla de su equipo, de El Español. De la historia, sus recuerdos como seguidor, su sufrimiento.... pero eso es lo de menos.


Al servicio del Reich: La física en tiempos de Hitler de Philip Ball ha sido otro envío de Turner. ¡Mil gracias! Como su propio nombre indica este ensayo trata sobre qué ocurrió y como se comportaron los científicos y concretamente los físicos y más concretamente Planck, Heinsenberg y Deybe cuando los nazis llegaron al poder. Es un libro interesantísimo por lo que cuenta de ciencia y por sus reflexiones sobre lo fácil que nos es a nosotros juzgar como buenos o malos desde nuestro cómodo sillón del siglo XXI.

La premisa de Ball para sustentar el libro es contar la historia de Peter Deybe, el más desconocido (por lo menos para el público de mi nivel)  de los tres científicos que he mencionado antes. Deybe fue siempre considerado un militante anti nazi que hizo todo lo que pudo contra ellos hasta que se exilió a Estados Unidos. En 2006 un libro lo presentó como colaborador de los nazis incluso cuando ya trabajaba para los americanos. Se desató una gran polémica que hizo que se quitara su nombre a un instituto en Holanda, a unos premios... Ball se propone contar la historia de la ciencia en tiempos del III Reich y presentar la figura de Deybe, no para rehabilitarle sino para mostrar que no todo es blanco o negro. Es un libro muy muy interesante que recomiendo a todo el mundo por sus reflexiones sobre historia, sobre el papel de la ciencia y sobre el comportamiento moral de cada uno de nosotros.  He copiado muchísimos párrafos en mi cuaderno de aprender.
"Una de las lecciones vitales que hemos de aprender del desastre alemán es la facilidad con que un pueblo puede verse absorbido por el marasmo de la inacción; basta que sus individuos se dejen llevar por la marrullería, el oportunismo y la cobardía, para que estén irrevocablemente perdidos". 
"Cuando oímos decir en defensa de los físicos alemanes que no todos los hombres puede ser héroes, debemos recordar esta observación: no se trata de cuan inquebrantable sea nuestro valor, sino de cuanto puede tolerar nuestro sentido moral". 

He terminado el año maravillándome con la segunda y tercera parte de El Cuarteto de Alejandría:

Balthazar  y Mountolive.  Ya conté en verano que había empezado la relectura de esta tetratrología de Lawrence Durrell porque cuando la leí por primera vez con 20 años sentí que era demasiado joven, demasiado inexperta, demasiado inocente para apreciarla. Tenía esa sensación pero no estaba segura de que iba a pasar al volver a ella y sencillamente me ha maravillado. No recordaba casi nada de la historia ni de los personajes y ahora mismo que estoy con la última parte, estoy inmersa en el calor de Alejandría en la época anterior a la II Guerra Mundial, con unos personajes centrales vistos desde mil puntos de vista y rodeados de todo un universo de personajes secundarios que crea Durrell. Estoy fascinada y contentísima por haberlo releído. Con 20 años no era su momento, lo es ahora.

De Balthazar:
"La ciencia es la poesía del intelecto y la poesía es la ciencia de los efectos del corazón". 
En 2014 he leído 67 libros, mejor marca personal de todos los tiempos. No tiene mayor importancia pero me sigue sorprendiendo la cantidad de tiempo que dedico a leer sin por ello dejar de hacer otras cosas.

De los 67 libros, 7 han sido escritos en castellano, 11 por mujeres, 5 han sido relecturas, 20 de no ficción y 7 comics. Bastante variado. Durante el año he repetido a Steinbeck, Siri Hustved, Pinilla y Lawrence Durrell. He leído un par de ellos espantosos pero no tanto como para entrar en  mi ranking de libros espantosos de todos los tiempos. (Me he currado un tablero de pinterest muy chulo con todas las lecturas y las citas correspondientes) 

Ha sido un gran año lector. ¿Alguien ha leído alguno de los que he recomendado o desaconsejado en todo el año? 

miércoles, 31 de diciembre de 2014

lunes, 29 de diciembre de 2014

Dos hombres y un año

Hoy quiero dedicar este post a los dos hombres que han hecho que mi año fuera mejor, que me han ayudado a llegar al final. Dos hombres a los que nunca se lo podré agradecer bastante. El Ingeniero Estoy orgullosa de nosotros. De los dos. Muy muy orgullosa. Hemos hecho algo dificilísimo que nadie sabía como iba a salir, ni siquiera nosotros. Cuando te haces novio de alguien, o te casas o te vas a vivir con alguien tienes una expectativa de cómo será el futuro. Esa expectativa suele ser optimista por tu parte y la de tu pareja, y también por parte de tu entorno. Empiezas con una perspectiva optimista que luego va mejor o peor... pero cuando te separas resulta que la expectativa es la de encaminarte al infierno en la tierra. Nosotros no teníamos esa expectativa, creíamos firmemente en que saldría bien, en que tendríamos una buena relación (como siempre) y que las princezaz estarían fenomenal. Nos encontramos sin embargo con un entorno que no daba un duro por nosotros y a lo más que llegaba era a una duda incrédula colmada de augurios pesimistas: "bueno sí, os lleváis bien... pero ya veremos luego" No ha sido así. No somos pareja, no somos amigos. Somos algo que no sabemos definir y que no necesitamos definir hacia fuera. Nos sirve a nosotros y a las princezaz. Nos hace felices cuando estamos los cuatro juntos haciendo cosas y también cuando estamos separados. El Ingeniero y lo que hemos construido durante este año, lo que estamos construyendo a pesar de todo y de todos, me ha servido de apoyo, de soporte, y me ha dado tranquilidad. 
"No te preocupes por nada" No hay nadie en el mundo al que le desee más felicidad que a él. Juan Nunca le podré agradecer bastante todo lo que ha hecho por mí este año. Yo he estado a 2.000 km de mi zona de confort porque he llegado allí revolcada por las olas... Juan ha nadado 2.000 km saliendo de su zona de confort para ir a buscarme y evitar que me ahogara. Ha extendido su brazo largo cuando me estaba hundiendo para sacarme de los pelos a flote. Me ha hecho el boca a boca cuando ya no podía respirar. Me ha sacado de la cama cuando no quería levantarme. Me ha aguantado llorando hasta que le he empapado la camiseta, "no sabia que se podían tener tantas lágrimas". Me ha llamado 20 veces a pesar de que le colgaba hasta que se lo he cogido. Me ha apuntado en su lista especial de "personas que pueden despertarle de la siesta". Me ha dejado un armario de su cocina para guardar todas las guarrerías de comer que me gusta tener cuando vemos una peli. Me ha regalado su batamanta nórdica. Ha visto conmigo todas las pelis que le he sugerido. Ha leído muchos de mis posts antes que nadie. Me ha acompañado a una reunión de frikis de ciencia y ha sido el conejillo de Indias de mi primera charla. "No te pongas nerviosa, lo vas a hacer fenomenal". Me ha obligado a dejarme el pelo largo y por ahora parece que ha acertado. Me ha acompañado a conferencias y yo he ido con él de compras para ayudarle a elegir unos pantalones. Me ha obligado a comer, a beber, a hablar y a ir de vacaciones. Ha organizado una cena sueca en su casa con mantel y cubiertos. Me ha escuchado hablar sin parar entre lágrimas y mocos tumbada en una hamaca en su cuarto mientras él me escuchaba de pie. Me ha enseñado un video de ballenas varadas estalladas y de tíos que construyen catapultas. Ha madrugado más que yo para ducharse antes y dejarme dormir. Hemos compartido, una vez más, unas vacaciones geniales y me ha enseñado a ponerme los tapones para dormir. Ha leído en internet sobre cómo ayudarme, qué darme, qué decirme, cómo escucharme y ha pensado en llevarme a una sesión de drogas alucinógenas con un chamán (eso lo tenemos pendiente). Somos amigos, muy amigos. Hemos renunciado a intentar explicar qué somos, sonreímos cuando nos miran con incredulidad ¿pero no sois pareja? "No te preocupes, vas a estar bien" Nada me da miedo si estoy con Juan.
Dos hombres que están en mi vida y por los que soy una chica con muchísima suerte.


jueves, 25 de diciembre de 2014

Un aperitivo y un reencuentro

Los Molinos es un sitio pequeño donde la ley de los seis grados de separación no se cumple ni de coña. Lo más alejado que puedes estar de alguien es un grado, dos si es un completo desconocido recién mudado o alguien que ha vivido secuestrado en su casa por una secta de mormones aterrizados en una nave espacial.

Los Molinos es un pueblo con poco comercio pero con una sobre abundancia de bares. A mí me recuerda mucho a "Obelix y Compañía" pero sin tanta variedad: un bar, un bar, un bar, una cervecería, un bar...

Los Molinos es un pueblo con una gran tradición de montar aperitivos que se escapan totalmente de control y acaban en cualquier cosa que no tiene nada que ver con la mesura en el comer ni en el beber y normalmente de noche cerrada. 

- "Moli, soy Paula. ¿estás en Los Molinos hoy? Llego al aperitivo tardío, me encantaría vernos.
- Estupendo, aquí te esperamos. 

Pobrehermano Mayor, las princezaz y yo salimos para el aperitivo.

- Pobrehermano, me ha escrito Paula. Va a llegar un poco tarde.
- Uy, pues yo no la veo, este año me lo pienso tomar con calma. Un aperitivo light.
- ¿Cómo de light? ¿Cómo el de hace dos años cuando llegaste a la cena de Nochebuena a las 11:30 de la noche?
- Ese año la culpa fue vuestra. Me acosté la siesta...
- ¡a las 9 de la noche!
- Me acosté la siesta y en vez de levantarme a gritos, entrasteis y me dijisteis: venga... que nos vamos. Y claro así no me levanté. 
- Vale, vale...pero que Paula llegará a las 3 y media o las 4. 

3 horas y media después, 4 bares completados, todos mis familiares saludados, amigos por todas partes,  n rondas de cervezas terminadas, dos princezaz hambrientas, desesperadas y considerando pedir un cambio de madre, ¡apareció Paula!

Entre Paula y yo hay un grado muy muy escaso de separación y nos tenemos un cariño inmenso. En su casa estaba Pobrehermano Mayor cuando murió mi padre. Uno de los recuerdos más absurdos de mi vida ocurrió cuando en el funeral de mi padre, en una iglesia aborratada de gente que se acercaba a saludarme, una amiga de mi hermano Gonzalo que tendría 14 años casi se muere de la emoción porque el padre de Paula era su ídolo y estaba acompañándonos ese día y nos pidió permiso para pedirle un autógrafo. Pobrehermano Pequeño y Paula hermano también eran y son amigos...algunos de los perros que hemos tenido vinieron de casa de Paula, yo paseo por El Roto y ella va a correr por allí  y mil cosas más.

Los caminos de la red son inescrutables y asombrosos y después de años de no saber de Paula y su familia más que de oídas lejanas, un buen día abro twitter, me encuentro un retuit que pone "Paula" y digo: ¡coño, si es Paula! y de ahí retomamos el contacto virtual: yo la veo a ella con todos sus éxitos profesional y ella me ve a mi...mmmm..lo que sea que hago yo. La he visto dar charlas, publicar artículos, correr de madrugada convirtiéndose en una maldita runner, la he visto sufrir como una campeona corriendo el marathon de NY y conseguir terminarlo. Y la veo con su pelo liso y perfecto y recuerdo su melenón de rizos a lo Annie McDowell pensando en el tiempo que se tirará en la peluquería. 

De hecho es lo primero que le pregunto al verla porque ya estoy completamente empapuzada de cerveza. 

- Pero Paula...¿cómo consigues tener el pelo asi? La gente fliparía si conociera tu melena. 
- Jajajaja...una pasta en tratamientos.

Después de un par de rondas más, muchas risas y de presentarle a las princezaz que definitivamente han decidido hacer como que no me conocen y se han sentado al fondo del bar a jugar al ajedrez... me retiro a casa para conseguir llegar a la cena en un estado decente. 

Inmortalizamos el momento en una foto innoble y decidimos repetir muy pronto. 


*A Pobrehermano Mayor se le fue de las manos el aperitivo... pero esa es otra historia.