miércoles, 13 de noviembre de 2013

UNA MAÑANA CON JUAN


Me salta el wasap el miércoles. Es Juan. ¿Por qué no se pone foto? Si yo fuera él me pondría una foto de esas que tiene que parece un modelo maduro de moda de El País Semanal. Yo tengo foto en el wasap haciendo el imbécil y ni parezco una modelo, ni madura, ni nada...Se lo comentaré. 

- Hola guapa, ¿nadamos el fin de semana? 
- Si, claro. Yo iré los tres días, viernes, sábado y domingo. 
- El viernes no puedo tengo plan y el domingo baloncesto con mi equipo de viejunos. ¿sábado?
- Perfecto. ¿A qué hora quieres ir? ¿A las 10 cuando abran?
- ¿A las 10? ¡eso es prontísimo! ¿Por qué madrugas tanto?
- ¿tanto? En fin...¿a qué hora quieres ir? 
- ¿ a la 1? 
- cojonudo..partiendo toda la mañana, pero vale...por ti lo que quieras. 
- yo también te quiero guapa...hablamos el sábado. 

Sábado por la mañana. Pululo por Los Molinos: me despierto, abro la ventana, leo, desayuno, desayuno otra vez con las princezaz, leo, paseo, escribo...preparo la bolsa de la piscina. Salta el wasap del tío sin foto.

- Buenos días guapa. 
- Buenos días...¿ya te has caído de la cama?
- Si. 
- ¿Solo?
- Jajajaja..si, paso de que se queden a dormir. ¿vamos a nadar?
- Si claro...te estoy esperando. ¿estás preparado ya?
- ¡¡Noooo!! Me acabo de levantar...necesito una hora todavía. 
- Eres lo peor. 
- Yo también te quiero guapa...en una hora me recoges. 

Me dedico a pulular mientras pienso como puede ser que un tío soltero y sin hijos necesite  una hora desde que se levanta para estar preparado para ir a la piscina. Un tío soltero y sin hijos que no va a ducharse porque lo hará después de nadar y que no desayuna porque ahora está inmerso en una teoría alimentaria absurda que dice que es malo desayunar. Supongo que se habrá puesto a ver porno. 

Por fin, llega la hora de encontrarme con el atractivo modelo. Paso por su casa y sale a la puerta vestido como si fuera daltónico y le hubiera robado los pantalones a alguien que pesa 20 kilos más y con una camiseta que le queda ombliguera.  El muy cabrón está elegante de todos modos. Le odio. 

Se monta en el coche con una bolsa de deporte que debe haber reciclado de los juegos olímpicos de Moscú y que no ha lavado desde entonces. Siempre lleva la bolsa sin cerrar. 

- Hola guapísima. ¿has visto que día te he preparado? 
- Si...un día estupendo. Sol y frío. 
- ¿Qué tal la semana?
- De puta angustia. 
- Vaya...haberme llamado. 
- No, porque lloro y siempre dices que mi amplitud emocional te descoloca. 
- Bueno, pues te me llamas y lloras y yo mientras tanto veo porno y eso equilibra todo. 
- jajajajajajajaja...vale. Debería haberte llamado.

Llegamos a la piscina. Somos una pareja curiosa. Él es gigante y yo canija. Vamos hablando sin parar de gilipolleces o cosas muy serias hasta que entramos cada uno en su vestuario...y retomamos la conversación exactamente en el punto en el que la hemos dejado cuando nos volvemos a encontrar en la piscina.  

- Juan, te veo el culo. 
- ¿ y qué? 
- A mí me da igual, pero tienes rota la costura del bañador. Muy rota. En cuanto te pongas a nadar es posible que se descosa del todo y montes un bonito espectáculo. 
- ¿me cambio? 
- Yo creo que sí...pero tú verás. Estas muy sexy enseñando el culo, con tus gafas jumbotron...
- ¡No te metas con mis gafas! ¡ Son panorámicas y con ellas se ve todo!
- Son horribles, te hacen parecer un empanao y además ¿qué quieres ver en la piscina? ¿Que estás haciendo? 
- Escupir en las gafas para que no se empañen. 
- Joder..con ese tamaño de gafas se te va a secar la boca. 
- Mierda, del esfuerzo he notado que se me rompía más la costura. 
- Exacto...ya te veo medio culo. 

Por fin nos ponemos a nadar. Compartimos calle. Yo soy inconfundible con mi bañador segunda piel y con el gorro y las manoplas rosas (mataría a  mí yo del pasado que los compro) y Juan también porque además de sus gafas panorámicas lleva un tubo como de snorklear pero de nadar. Un tubo que sirve para no tener que sacar la cara para respirar. 

- Ese tubo es absurdo. Pareces un buceador que se ha perdido.
- Deberías probarlo Moli...es una nueva dimensión nadando. No te agotas.
- Yo no me agoto. ¿No me has visto? 
- Cierto perra. Pareces una sardinilla dando vueltas sin parar a la piscina.
- nananananana...venga. A por los 80 largos. 

Nadamos 70-80 largos depende del día. A pesar de lo grande que es Juan y de que sus brazos son casi igual de largos que mis piernas, mantenemos un ritmo de brazada que hace que nunca nos molestemos mutuamente.  Salimos contentos, felices y bastante satisfechos. 

Tras mi paso fugaz por el vestuario para ducharme y vestirme, me toca esperar unos 10 minutos en el pasillo a que Juan salga de su vestuario. Le oigo hacer pandilla en el vestuario con otros machotes. Le oigo hablar de rodillas, cartílagos, las excelencias del baloncesto frente al fútbol y pontificar sobre lo horroroso que es desayunar. 

- Hola guapa...¿llevas mucho tiempo esperando?
- Se me ha secado el pelo...asi que imagina. Y que sepas que desde el pasillo se oye toda la conversación. 
- Bueno es saberlo..a veces hablamos de sexo. 

Le acompaño después a la compra. Una compra absurda. Una compra de tío maniático. Mientras pululamos tenemos una conversación muy seria, muy seria sobre un tema muy importante...interrumpida por comentarios absolutamente estúpidos. Somos una peli de Woody Allen. 

- Canónigos, rúcula..me encanta la rúcula, escarola. 
- Compra berros...a mí me gustan los berros. 
- No puedo. 
- ¿Por qué? ¿No te gustan? ¿Has leído alguna absurdez en internet?
- Me encantan, pero la bolsa solo pesa 100 gramos...
- ¿YYYY??
- Que mis ensaladas son de 150 gramos.
- ¿YYYYY? Compras dos bolsas de 100 o 3 bolsas de 100 y así usas bolsa y media por ensalada. 
- Eso es un follón de gramos..ni hablar. Solo bolsas de 150 gramos. 
- Estás enfermo o loco o te ha entrado cloro por la nariz con el tubo ese absurdo de nadar. 
- ¡ QUE DESASTRE!! 
- ¡Qué pasa ahora?
- No hay fanta zero de naranja. 
- Pero..¿eso existe?
- Claro, es mi bebida favorita....
- Vámonos ya...antes de que te acabe pegando con algo.

Volvemos a casa comiendo monedas de chocolate que Juan me ha comprado para compensarme de mi semana infernal. 

- ¿Ha sido muy horrible tu semana?
- Espantosa. 
- Podría ser peor, podría llover. 
- ¿Mañana a la misma hora? 
- Por supuesto, guapísima. Y ya sabes, si quieres llorar, me mandas un wasap que ponga "porno", lo busco y te llamo y hablamos. 

Y así todos los fines de semana.  Tengo mucha suerte. 

lunes, 11 de noviembre de 2013

PETE NO ES MI TIPO PERO...


Pete no es mi tipo para nada y sin embargo me tiene enganchada. 

Pete es alto, americano, rubio, campechano y con cara de ser feliz permanentemente.  Habla con los árboles, lleva chalecos acolchados,  es un cursi de tres pares de narices y dice muchísimo "oh, esto es hermoso". Son todo características que en cualquier otro ser humano me harían salir corriendo despavorida en dirección contraria agitando los brazos y perdiendo los zapatos, pero Pete tiene algo que compensa todos esos despropósitos y que hace que si lo conociera en persona me abalanzara sobre él. 

Pete construye casas en los árboles. 

Casas de verdad, unas casas acojonantes. 
En árboles de verdad, árboles grandes en medio de bosques preciosos. 
Casas preciosas para vivir en un árbol. 
Amo a Pete. 

Pete hace esto en un programa de televisión superadictivo en el que en una combinación letal enseña bosques acojonantes, abraza árboles, dice "oh ¿no es hermoso? " y dibuja los bocetos de las casas preciosas. 

El programa es siempre igual pero eso a mí no me importa. Quiero a Pete y sus casas. 

Pete vive en el estado de Washington que por si alguien no lo sabe está en la punta oeste de Estados Unidos. Normalmente el programa empieza con Pete fingiendo hacer algo interesante: galletas, escribir, leer o mirar al vacío. Menos las galletas, todo lo demás lo hace tumbado en unas redes gigantes que tiene colgadas entre los árboles de su jardín. 

Su hija o su mujer le sacan de su ensimismamiento creativo al grito de: ¡Ha llamado un cliente! 
- ¿Un cliente? ¿De verdad?- Pete, por alguna extraña razón no se fía de su familia. 
-¡Si! y quieren que les hagas una casa en el árbol.- gritan ellas emocionadas. 
- ¿Una casa en el árbol? ¿De verdad?.- A ver Pete...eres el tio que construye casas en los árboles..¿para qué te iban a llamar? 
- ¡Si!! ¡ De verdad!.- 
- ¡Oh, esto es hermoso! gente que quiere que le construya una casa...que emocionante.- Pete es siempre así, no tiene memoria a corto plazo y no recuerda que es a eso a lo que se dedica. 
- ¿De dónde era el cliente?- pregunta mientras se baja de la red como un trapecista de circo pero con su chaleco acolchado donde pone "Tree Master". 
- Del estado de Nueva York.- contesta su hija. 
- Ah...Nueva York ¡qué hermoso!.- A Pete todo le parece hermoso. Lo que a mí me deja flipada sin embargo es que no diga ¿Nueva York? Pero si eso está a tomar por culo, exactamente a 4.500 km. Una distancia absurda para que te llamen para un trabajo, es cómo si te llaman a Madrid para que vayas a hacer algo a Moscú. Y yo pienso ¿No hay más constructores de casas en todo Estados Unidos? Pero vamos que a Pete le parece cojonudo hacerse 4.500 km para ver a un cliente...le parece hasta hermoso. 
- ¿Y qué presupuesto tienen?.- pregunta Pete con los pies en la tierra y saliendo un poco de su mundo de luz y color. 
- 180.000 dólares.- contesta la hija impertérrita. 

Pete no dice nada a esto pero yo grito en el sofá ¿ 180.000 $ PARA CONSTRUIR UNA CASA EN EL ÁRBOL???  QUIERO SER LA HEREDERA DE PETE. 

Pete luego aparece  conduciendo mientras se reafirma en la suerte que tiene: "Estoy feliz porque estos clientes quieren una casa en un árbol, no hay nada como una casa en un árbol...¡oh qué hermosos árboles veo por aquí!" 

Pete no dice nada de los 180 mil dólares pero supongo que también está un poco feliz por la pasta que se va atufar. 

Llega a la casa y allí le reciben siempre como si fuera Santa Claus. 

- ¡Oh Pete! Has venido! ¡Qué ilusión que hayas venido!.- dice la pareja de los 180 mil dólares. Tener tanto dinero parece que les ha hecho olvidar que Pete ha venido porque le han llamado...no porque se haya dejado caer por allí. 
- ¡Si! Aquí estoy qué hermoso es todo.- Pete tiene razón...la joven pareja tiene una "segunda residencia" acojonante en medio de un bosque increíble. 
- Si, nos gusta mucho pero querríamos una casa en el árbol. Una gran casa en el árbol para nuestras dos hijas y para poder recibir a nuestros amigos y hacer barbacoas. 
- ¡Oh qué estupendo! Una barbacoa.- A mí, lo de la barbacoa me perturba...no me parece la mejor idea subirte a un árbol (de madera) y hacer fuego a 7 metros de altura rodeado de ramas de madera...pero a Pete le parece cojonudo. El cliente siempre tiene la razón. 

Tras este diálogo tan inteligente, Pete y la joven pareja se van a pasear por los jardines de la casa que por supuesto son gigantes y están llenos de árboles enormes, preciosos y superchulos. Pete hace un paripé fabuloso en el que va diciendo "oh aquí tenéis un enorme y precioso roble blanco...pero no haremos la casa en él porque simplemente es perfecto y no le oigo pedírmelo" o "estos pinos blancos son maravillosos pero son ya ancianos y es mejor que el final de su vida lo disfruten"...hasta que de repente se lanza corriendo hacia unos árboles  y dice "No me puedo creer que tengáis estos maravillosos robles de poste...3 la distancia justa que necesitamos para una hermosa y magnífica casa en el árbol. La veo. Los árboles me han hablado". Si le pones un corpiño y música de fondo está igualito a Julie Trinos en Sonrisas y Lágrimas. 

(Me río siempre en esta parte, aunque el mejor día fue el que hizo el paripé con unos árboles y el dueño llego y le dijo " Si, Pete ese árbol es muy chulo pero está fuera de los límites de mi propiedad" )

Pete hace entonces unos dibujos superchulos de como ha pensado que va a ser la casa: una escalera  para subir a la pasarela, luego un puente colgante de 12 metros y luego una casa con mirador, dormitorio, una pequeña cocina y una terraza para sentarte a ver atardecer sobre el bosque de tu jardín.  LA QUIERO. 

La joven pareja da palmas con las orejas y se pira. 

Pete llama entonces a su cuadrilla de trabajadores (todos bastante noruegos) y empieza entonces la parte más aburrida del programa. Es la parte que justifica que este programa vaya en el canal de machotes Discovery Max. Se ponen a construir  la casa, se suben a los árboles, tiran poleas, ponen pernos, ajustan tornillos. Llega siempre el camión con todo el material y se queda atascado en el barro. Siempre hay algo que misteriosamente no ajusta pero Pete lo soluciona mientras dice "¿No es hermoso como va surgiendo la casa como si siempre hubiera estado ahí " y suspira. Aquí siempre sale una motosierra y Pete llora porque tienen que cortar una rama...

La joven pareja vuelve a ver cómo van las obras. Pete los subo a 7 metros de altura y les dice

- ¿Qué os parece? ¿No es hermoso?

Ellos tienen cara de querer vomitar del vértigo  que tienen pero les da miedo desilusionar a Pete que está tan emocionado y le dicen: ¡ohhh..es hermosísimo!! y se van. 


Cuando los aguerridos noruegos de Pete han terminado de montar la casa y se van más felices que perdices. Pete llama a unas curris que vienen con todo tipo de muebles y cosas de Ikea y dejan la casita en el árbol preparada para lo que sea: los muebles, las alfombras, las camas, los platos, las mesas, los adornos...absolutamente todo preparado. Una pasada. 

Pete entonces, a medio camino entre sufrir un síndrome de Stendhal o llegar al orgasmo, recibe a la joven pareja y los conduce al pie del árbol obligándoles a mirar el suelo. 

- ¡Ya podéis mirar! 
- ¡¡ohhhhhhh!!
- ¿No es hermoso?? 
- Es lo más hermoso que hemos visto nunca...es maravilloso, alucinante. Oh Pete eres el mejor, has hecho realidad nuestros sueños. 

Pete alcanza entonces el orgasmo, monta a sus noruegos en la furgoneta y se pira contando a cámara que es más feliz que una perdiz porque hacer casas en los árboles es lo mejor que puedes hacer en la vida porque los árboles son hermosos. 

De los 180 mil dólares no dice nada...pero sospecho que esto también le hace un poquito feliz. 

Menos mal que Pete  no es noruego...me tendría a su merced.

Otras adicciones televisivas aquí. 

Como veo que tenéis curiosidad...el programa de Pete es los viernes por la noche...un día buenísimo. 

viernes, 8 de noviembre de 2013

ME LEES.



Me lees y te ríes. 
Me lees y te aburres. 
Me lees en diagonal. Y lo dejas a la mitad. 
Me lees y me relees. 
Me lees y te cabreas por qué no soy capaz de colocar las comas en su sitio, confundo sino con si no y sólo pongo ..cuando deberían ir ...
Me lees y piensas "joder, esto justo me ha pasado a mí".
Me lees y piensas "¿Cómo se le ocurren estas gilipolleces?"
Me lees y piensas "Nunca lo había pensado así".
Me lees y dices "paso del rollo de los libros". 
Me lees y apuntas algún libro para comprar cuando pases por una librería. 
Me lees y crees que la mitad me lo invento. 
Me lees y te quedas pensando que hay muchas cosas que no cuento. Y te provoca curiosidad y a veces rabia. 
Me lees e intentas buscar entre líneas algo más. 
Me lees y te gusta lo que crees ver entre líneas. 
Me lees y no te gusta lo que crees ver entre líneas. ¿Qué habrá querido decir con eso? 

Me lees y te gustaría conocerme más. 
Me lees y me odias sin conocerme. 

Me lees y te caigo mal.
Me lees y te pongo de los nervios. 
Me lees y te avergüenzas.
Me lees y no quieres leerme. 
Me lees desde hace mucho y piensas que antes escribía mejor. 
Me lees desde hace mucho y crees que he ido mejorando. 
Me lees y lloras. 
Me lees. Me relees y vuelves de vez en cuando sólo por un post determinado. 
Escuchas a Bruce y te acuerdas de mi. 
Me lees y tienes curiosidad.
Me lees y piensas "esta tía es gilipollas"
Me lees y piensas que debería escribir algo más serio. 
Me lees y piensas que ya es hora de que escriba algo frívolo, tonto y divertido. 
Me lees y te convenzo de algo. 

Me lees y te vas.
Me lees y te dejo indiferente. 
Me lees y te quedas para siempre. 


Me lees y te parece demasiado largo. 
Me lees y quieres que escriba más. 

Me lees y te preguntas cómo puedo escribir tanto.
Me lees y te pregunta porqué tardo en actualizar. 
Me lees y querrías preguntarme muchas cosas. 

Me lees y te dan ganas de pegarme. 
Me lees y me insultas. 

Me lees y me mandas por mail y me cuelgas en fb. 
Me lees y buscas en el perfil una dirección para escribirme. Piensas que no. Luego que si. A lo mejor otro día. 
Me lees y piensas ¿Por qué no escribe sobre...?
Me lees y piensas "no tiene ni puta idea". 
Me encuentras y me lees. 
Me lees y me olvidas. 
Me lees y me quieres. 

Escribo.  


miércoles, 6 de noviembre de 2013

LECTURAS ENCADENADAS.- Octubre.








Octubre  ha sido un mes regulero de lecturas: 4 libros y 4 relatos de Cheever. 3 hombres y una mujer. Dos ingleses, un francés y un israelí. Ningún ensayo y ningún comic. Los 4 libros han sido de la biblioteca...malos tiempos para comprar. 







"Buen trabajo" de David Lodge. Cuando descubro a un autor y me gusta, siempre me lanzó a buscar más libros que me haya podido perder hasta ese momento. De Lodge ya hablé este verano y de lo mucho que me había gustado "La vida en sordina" y por eso saqué de la biblioteca "¡Buen trabajo!". Esta búsqueda del autor encontrado no siempre funciona bien y en este caso la novela de Lodge me ha entretenido pero poco más.

Es la historia de Victor, un empresario industrial de mediana edad que por un absurdo programa del gobierno que pretende unir Universidad y Empresa tiene que convivir con una joven profesora de literatura feminista. Él conservador y de mediana edad, ella progresista, liberada y joven. Él calvo, ella pelirroja. Ingleses. En fin, la historia avanza por donde tiene que avanzar con algunos toques de humor inglés que la hacen entretenida pero sin aportar mucho. Creo que además, es una novela que ha envejecido mal. Se publicó en 1988 y es un fiel reflejo de esa época, de las preocupaciones y problemas de ese momento pero 25 años después se ve hasta naif. Algunas de aquellas preocupaciones han pasado a la historia, otras se han agravado y otras siguen exactamente en el mismo punto, como la preocupación por la brecha que existía entonces y existe ahora entre Univerisad y Sociedad.

No es una mala novela y la recomienda como lectura entretenida pero poco más...no doblé ninguna esquina.



"Las grandes familias" de Maurice Druon. A Druon lo descubrí cuando tenía 12 ó 13 años. Su colección de "Los reyes malditos" estaba y está en el despacho de casa de Molimadre en Madrid...y en la casa de todos mis tíos. Son unos libros que he releído varias veces, he recomendado y he regalado siempre con mucho éxito. Son libros míticos en la Molifamilia. No había leído nada más de él y en algún blog me encontré con una reseña sobre esta novela. 

Lectura en diagonal. Esa es la frase que define mi experiencia con esta novela. La historia de un par de grandes familias parisinas a principios del siglo XX no me ha interesado nada, no me creo nada y me aburro. Literalmente he paseado la vista por las líneas hasta terminarlo. Es la primera parte de una trilogía que por supuesto no voy a leer. Prescindible completamente pero CORRED  a leer la serie de "Los reyes malditos", esa es una maravilla. 



"Conocer a una mujer" de Amos Oz. Si sólo hubiera leído este libro en todo el mes hubiera merecido la pena. Lo cogí de la biblioteca porque me apetecía volver a Oz...rebusqué entre lo que había en la estantería y éste fue el que me llamó. 

Oz cuenta la historia de Yoel,  un funcionario jubilado que tras la muerte de su mujer en Jerusalen, se traslada a Tel Avivi a vivir, con su hija adolescente, su madre y su suegra. Pasa los días sin hacer nada, entregado al bricolaje por obligación, pensando y reflexionando sobre su vida, su mujer, su trabajo, sobre él mismo. 

Es un libro triste, de alguna manera claustrofóbico, emocionante, monótono a propósito como lo son la vida de todos, intenso, reflexivo.... Al leer me dolía esa reflexión permanente sobre uno mismo y sobre las relaciones con los que supone queremos y que sólo en contadas ocasiones conocemos de verdad. Las mujeres en los libros de Oz, las parejas de sus protagonistas, las protagonistas son siempre solitarias, viven encerradas en sí mismas y sufren. Creo que Oz retrata en todas algo de su madre que es para él alguien que no consigue entender a pesar de estar continuamente reflexionando sobre ella y su vida. 

Mientras lo leía se me ocurrió la expresión "libros que duelen", éste es uno de ellos y tengo alguno más que entraría en esta categoría.  Otro día escribiré sobre ese tipo de libros. 

"Tú eres una persona muy inteligente, ingeniosa incluso, y también honesta. No hay duda. Pecto como un palo. Una buena persona. pero resulta que te faltan tres cosas importantes: primero, no tienes deseo. Segundo, no tienes alegría. Y tercero, no tienes compasión. Si me preguntas, capitán, son tres cosas que van juntas en el mismo paquete. Si falta, supongamos, la número dos, faltan también la uno y la tres. Y a la inversa. Tu situación es terrible. Ahora será mejor que vuelvas a entrar. Estamos empezando a mojarnos. Adios. Cuando te veo casi me entran ganas de llorar". 

Oz es sólo para valientes. Lo aviso. 



Sobre la belleza de Zadie Smith. Llegué a este libro por NáN y Di y los mails culturetas que intercambiamos con mensajes como "Moli, haz el puto favor de leer X que tenemos que hablarlo". Normalmente el libro X provoca que discutamos porque ellos se ponen muy sesudos y yo soy más andar por casa en mis análisis de libros...y al final siempre decimos: esto lo hablamos emborrachándonos. 

A lo que iba. De Zadie Smith sólo había leído una recopilación de relatos en la que ella era autora de uno espantosa y editora del resto que eran igual de horripilantes, así que sólo el mensaje de "haz el puto fvor" me hizo sacarlo de la biblioteca.   

"Sobre la belleza" cuenta la historia de dos familias más o menos enfrentadas por una enemistad ideológica y académica entre los dos padres que son profesores universitarios. Howard Belsey, es británico y blanco y está casado con Kiki, una belleza afroamericana que ahora pesa 120 kilos que es un dato que no sé porqué extraña razón parece importarle muchísimo a Zadie. Tienen 3 hijos post adolescentes (negros obviamente) que están tratando de encontrar su sitio en la vida mientras ven como la crisis de la mediana edad afecta a sus padres. La otra familia está encabezada por Monty Kipps, también catedrático pero conservador y haitano...y negro. Las idas y venidas de ambas familias se entrecruzan tanto en la vida como en la universidad...a veces con momentos trágicos y otras veces con bastante humor. La raza, la clase social y la necesidad de justificar lo que uno tiene o ha conseguido están muy presentes en todo el libro. 

Es una novela entretenida pero tampoco me ha fascinado. Sobre familias replanteándose su existencia me gustó muchísimo más "Las correcciones" de Franzen. 

Sigo con Cheever y sus relatos. Han caído tres este mes y me quedo con esta cita de uno ambientando en Roma (para variar) y que se llama "The bella lingua". 

"Homesickness is nothing, she said angrily. It is absolutely nothing. Fifty per cent of the people in the world are homesick all the time. But I don´t suppose you´re old enough to understand.  When you are in one place and long to be in another, it isn ´t as simple as taking a boat. You don´t really long for another country. You long for something in yourself that you don´t have, or haven´t been able to find". 

En resumen. Los valientes a por Oz, los demás a por Lodge, Zadie y los Reyes Malditos. 

Y Cheever forever...ya estáis tardando.  

Y con esto y un bizcocho...hasta los encadenados de noviembre.