El candidato ideal deberá responder al máximo de los requisitos deseados:
Lo más importante es que yo le guste, que me quiera como público.
No soy científica, no estudié una carrera de ciencias y la física me da
miedo, pero soy curiosa, una lectora voraz y tengo un nivel de
comprensión lectora bastante aceptable. Soy crítica, observadora y capaz
de establecer relaciones entre lo que leo y lo que ya conozco. Si estás
interesado en esta relación deberás apreciarme como público objetivo. Es
fundamental para que lo nuestro funcione que tengas interés en tenerme como
lectora, que quieras engancharme con tu blog.
Si me acerco a tu blog de divulgación científica y lo primero que percibo
es un tono displicente de superioridad intelectual provocado por ser “de
ciencias” frente a los que estudiamos algo de “letras”, interpretaré que allí
no soy bien recibida y que tu blog no tiene ningún interés en tenerme como
lectora. Pensaré que tu blog es sólo para otros científicos, para
compartir las ideas geniales que tenéis o para discutir temas sesudos y
me iré por donde he venido a buscar a otro que si me quiera.
Quiero que tu blog me provoque interés, que me ponga mariposas en el
estómago. Necesito que tus posts tengan un título que me active la curiosidad,
algo que me haga pensar “parece que hice bien en fijarme en él, tiene algo
interesante que contarme”.
Por ejemplo, algo como “Los comienzos de la apofenia cuántica” no es nada
sexy o a lo mejor sí, pero para otro tipo de lectores, no para un lector
medio como yo. “Apofenia cuántica” no me dice nada, no sé lo que es la apofenia
y el término “cuántica” me remite vagamente a la física...pero no me atrae lo
más mínimo. Es más, me provoca rechazo. Es igual que si vas a viajar a Atenas y
quieres buscar información sobre el Parthenon. Buscas un blog que te
cuente cosas chulas sobre ese monumento. Si encuentras uno con un post titulado
“Cómo interpretar la historia que nos cuentan los relieves del Parthenon”
obviamente te molará más que algo como “Iconografía morfológica de las metopas
del friso oriental” que te hará correr despavorido en círculos pensando que
aquello no es para ti. Pues “los comienzos de la apofenia cuántica” es un
título que hace correr despavorido a cualquiera que no sea apofeno
cuántico...si es que existe.
Necesito saber al comenzar a leer qué es lo quieres enseñarme, qué es lo
que quieres que aprenda o que haya aprendido al terminar de leer. Tengo que
centrar mi atención y mi comprensión lectora y que me marques qué es lo
importante. Tú eres el que sabe, tú marcas el camino. Si tu post es una
disgresión tras otra, me dispersaré, me descentraré, me perderé y los
nervios por no entender lo que quieres decirme harán que nuestra relación
termine. También puede ser que me esfuerce mucho y consiga llegar al final pero
si te has dispersado mucho puede que mi sensación al terminar sea ¿Y? ¿esto
es todo? ¿qué he sacado de aquí? y puede que no vuelva.
Voy a acercarme a tu blog despacito, con prevención y puede que hasta con
un poco de miedo. Sé perfectamente que soy una ignorante científica con
mil lagunas y por eso me acerco a tu blog, para intentar llenar esas lagunas y
aprender de ti. Tengo la actitud adecuada y quiero dedicar tiempo a leer
eso que me quieres contar, lo último que necesito es un texto hostil,
farragoso y plagado de términos y conceptos que no entiendo, palabras que para
mí no significan nada. No te estoy pidiendo que banalices la
ciencia, ni que utilices un lenguaje propio de Dora la Exploradora, pero
encadenar conceptos complejos sin una breve explicación no es buena idea. No
tienes que pensar el texto para que lo entiendas tú y tus colegas sino
para que lo entienda yo. Piensa en mí al escribir.
No des nada por supuesto. Es mucho mejor que me repitas algo que ya conozco
a que asumas que yo lo conozco y esa suposición abra un agujero negro en
nuestra relación.
Házmelo fácil pero no demasiado fácil. No te lances a un alarde de
erudición que yo no soy capaz de valorar porque para mí todo aquello no tiene
el menor sentido, pero tampoco necesito que te vayas al otro extremo y me
expliques las cosas como en Barrio Sésamo. No me trates como si fuera imbécil.
Necesito saber qué quieres enseñarme, que me digas qué tengo que mirar,
dónde fijar mi atención y que lo hagas con un lenguaje que me permita
entenderte y que además no me aburra.
Esto es fundamental. Nadie quiere aburrirse, ni en el cine, ni en una cita,
ni leyendo un blog. No me aburras. Se ameno, interesante, chispeante e
ingenioso. No, no te equivoques. No quiero un cómico, ni un monólogo del club
de la comedia pero tampoco quiero tener que sujetarme los ojos con palillos
mientras líneas y más líneas de de aburrimiento aparecen en la pantalla.
Un blog de divulgación científica no es un libro de texto, no es una
revista científica, no son apuntes de la carrera. No es algo para estudiar.
Leer tu blog de divulgación científica no es una obligación. Muy al contrario
tiene que ser un placer, pero no nos equivoquemos, no quiero un placer fácil.
Estoy dispuesta a esforzarme, a recurrir a mis conocimientos de COU
ocultos en algún pliegue de mi cerebro, a otras lecturas y a cualquier recurso
que me permita seguirte porque sepa que al final el premio será gordo, pero no
puede ser un placer tan dificil de conseguir que me haga abandonar y pensar que
tu blog no es para mí, que estás fuera de mi alcance.
Necesito también que en el post en cuestión me des algo a lo que agarrarme,
algo que yo reconozca y que al comenzar a leer me haga saber que ahí podré
asirme y a partir de ahí seguir escalando, una pequeña satisfacción que me haga
seguir leyendo para desde ahí saltar a entender el siguiente paso y pensar “esto
lo he entendido” “me ha quedado claro”.
No te enrolles. Sé que eres listo y sabes muchísimas cosas pero no me las
quieras contar todas de golpe. Enséñame sólo un poco, déjame con ganas de más,
de volver otro día a verte, a ver qué más me quieres contar y que puedo
aprender contigo. No me gustas por todo lo que sabes, por todo lo que parece
que sabes. Me gustarás si sabes contármelo y contigo aprendo.
Una vez establecido el contacto, es obvio que nuestra relación no va
a ser fácil. Tu blog de divulgación científica y yo tenemos poco en
común. Para que nuestra relación avance y se consolide, ambos debemos dar
un paso para acercarnos y hacer un esfuerzo por gustar al otro, por entenderle.
Prometo esforzarme por entenderte, pero tú tienes que hacer un esfuerzo
por hacerte entender.
No te pases
de listo y prometo currarme los comentarios y hablar de ti a mis amigos.
Publicado originalmente en el número 12 de la
revista de divulgación científica Journal of Feelsynapsis.