jueves, 24 de octubre de 2013

LECTORA CURIOSA E INQUIETA BUSCA BLOG DE DIVULGACIÓN CIENTÍFICA PARA RELACIÓN ESTABLE


El candidato ideal deberá responder al máximo de los requisitos deseados:  

Lo más importante es que yo le guste, que me quiera como público.

No soy científica, no estudié una carrera de ciencias y la física me da miedo,  pero soy curiosa, una lectora voraz y tengo un nivel de  comprensión lectora bastante aceptable. Soy crítica, observadora y capaz de establecer relaciones entre lo que leo y lo que ya conozco.  Si estás interesado en esta relación deberás apreciarme como público objetivo. Es fundamental para que lo nuestro funcione que tengas interés en tenerme como lectora, que quieras engancharme con tu blog.   

Si me acerco a tu blog de divulgación científica y lo primero que percibo es un tono displicente de superioridad intelectual provocado por ser “de ciencias” frente a los que estudiamos algo de “letras”, interpretaré que allí no soy bien recibida y que tu blog no tiene ningún interés en tenerme como lectora. Pensaré que  tu blog es sólo para otros científicos, para compartir las ideas geniales que tenéis o  para discutir temas sesudos y me iré por donde he venido a buscar a otro que si me quiera.

Quiero que tu blog me provoque interés, que me ponga mariposas en el estómago. Necesito que tus posts tengan un título que me active la curiosidad, algo que me haga pensar “parece que hice bien en fijarme en él, tiene algo interesante que contarme”.

Por ejemplo, algo como “Los comienzos de la apofenia cuántica” no es nada sexy o a lo mejor sí, pero  para otro tipo de lectores, no para un lector medio como yo. “Apofenia cuántica” no me dice nada, no sé lo que es la apofenia y el término “cuántica” me remite vagamente a la física...pero no me atrae lo más mínimo. Es más, me provoca rechazo. Es igual que si vas a viajar a Atenas y  quieres buscar información sobre el Parthenon. Buscas un blog que te cuente cosas chulas sobre ese monumento. Si encuentras uno con un post titulado “Cómo interpretar la historia que nos cuentan los relieves del Parthenon” obviamente te molará más que algo como “Iconografía morfológica de las metopas del friso oriental” que te hará correr despavorido en círculos pensando que aquello no es para ti. Pues “los comienzos de la apofenia cuántica” es un título que hace correr despavorido a cualquiera que no sea apofeno cuántico...si es que existe.  

Necesito saber al comenzar a leer qué es lo quieres enseñarme, qué es lo que quieres que aprenda o que haya aprendido al terminar de leer. Tengo que centrar mi atención y mi comprensión lectora y que me marques qué es lo importante. Tú eres el que sabe, tú marcas el camino.  Si tu post es una disgresión tras otra, me dispersaré, me descentraré, me perderé  y los nervios por no entender lo que quieres decirme harán que nuestra relación termine. También puede ser que me esfuerce mucho y consiga llegar al final pero si te has dispersado mucho puede que mi sensación al terminar sea ¿Y? ¿esto es todo? ¿qué he sacado de aquí? y puede que no vuelva.

Voy a acercarme a tu blog despacito, con prevención y puede que hasta con  un poco de miedo. Sé perfectamente que soy una ignorante científica con mil lagunas y por eso me acerco a tu blog, para intentar llenar esas lagunas y aprender de ti.  Tengo la actitud adecuada y quiero dedicar tiempo a leer eso que me quieres contar,  lo último que necesito es un texto hostil, farragoso y plagado de términos y conceptos que no entiendo, palabras que para mí no significan nada. No te  estoy pidiendo que  banalices  la ciencia, ni que  utilices un lenguaje propio de Dora la Exploradora, pero encadenar conceptos complejos sin una breve explicación no es buena idea. No tienes que pensar el texto para que lo entiendas tú  y tus colegas sino para que lo entienda yo. Piensa en mí al escribir.  

No des nada por supuesto. Es mucho mejor que me repitas algo que ya conozco a que asumas que yo lo conozco y esa suposición abra un agujero negro en nuestra relación.

Házmelo fácil pero no demasiado fácil. No te lances a un alarde de erudición que yo no soy capaz de valorar porque para mí todo aquello no tiene el menor sentido, pero tampoco necesito que te vayas al otro extremo y me expliques las cosas como en Barrio Sésamo. No me trates como si fuera imbécil.

Necesito saber qué quieres enseñarme, que me digas qué tengo que mirar, dónde fijar mi atención y que lo hagas con un lenguaje que me permita entenderte y que además no me aburra.

Esto es fundamental. Nadie quiere aburrirse, ni en el cine, ni en una cita, ni leyendo un blog. No me aburras. Se ameno, interesante, chispeante e ingenioso. No, no te equivoques. No quiero un cómico, ni un monólogo del club de la comedia pero tampoco quiero tener que sujetarme los ojos con palillos mientras líneas y más líneas de de aburrimiento aparecen en la pantalla.

Un blog de divulgación científica no es un libro de texto, no es una revista científica, no son apuntes de la carrera. No es algo para estudiar. Leer tu blog de divulgación científica no es una obligación. Muy al contrario tiene que ser un placer, pero no nos equivoquemos, no quiero un placer fácil. Estoy dispuesta a esforzarme, a  recurrir a mis conocimientos de COU ocultos en algún pliegue de mi cerebro, a otras lecturas y a cualquier recurso que me permita seguirte porque sepa que al final el premio será gordo, pero no puede ser un placer tan dificil de conseguir que me haga abandonar y pensar que tu blog no es para mí, que estás fuera de mi alcance.

Necesito también que en el post en cuestión me des algo a lo que agarrarme, algo que yo reconozca y que al comenzar a leer me haga saber que ahí podré asirme y a partir de ahí seguir escalando, una pequeña satisfacción que me haga seguir leyendo para desde ahí saltar a entender el siguiente paso y pensar “esto lo he entendido” “me ha quedado claro”.

No te enrolles. Sé que eres listo y sabes muchísimas cosas pero no me las quieras contar todas de golpe. Enséñame sólo un poco, déjame con ganas de más, de volver otro día a verte, a ver qué más me quieres contar y que puedo aprender contigo. No me gustas por todo lo que sabes, por todo lo que parece que sabes. Me gustarás si sabes contármelo y contigo aprendo.

Una vez establecido el contacto, es obvio que nuestra  relación no va a ser fácil.  Tu blog de divulgación científica y yo tenemos poco en común. Para que nuestra relación avance y se consolide,  ambos debemos dar un paso para acercarnos y hacer un esfuerzo por gustar al otro, por entenderle. Prometo esforzarme por entenderte,  pero tú tienes que hacer un esfuerzo por hacerte entender.

No te pases de listo y prometo currarme los comentarios y hablar de ti a mis amigos.  

Publicado originalmente en el número 12 de la revista de divulgación científica Journal of Feelsynapsis.

martes, 22 de octubre de 2013

UNA VEZ MÁS, LA MAGIA DEL BLOG.


"Estoy sentado en un avión de salida hacia Madrid. Mañana estaré por allá. Me encantaría comprar tu libro y lograr coincidir contigo de alguna manera a ver si me lo firmas".
 
Cuando recibes este correo de alguien que viene desde el otro lado del océano, sabes que tienes que hacer lo que sea para conseguir arrancar 10 minutos de tu marathoniana jornada diaria entre Mordor y el mocho para conocer a ese descerebrado que muestra un interés completamente desproporcionado en conocerte. 10 minutos sólo...para no alargar la posible decepción al verme llegar.
 
"El lunes, a las 16:15 en la Puerta del Museo del Prado que da al Jardín Botánico".
 
Silencio al otro lado de la red. Como no tengo nada que perder, al fin y al cabo yo tengo que pasar por allí de todos modos, decido ir igual a la cita fantasma. Voy pensando en lo acertado de mi elección de punto de encuentro, pensando que es un sitio por el que seguro que andarán cerca porque es muy turístico. Caigo en la cuenta de que no andarán por allí, cuando llego, aparco en la puerta y tras congratularme por mi suerte, me doy cuenta de que es lunes y el Museo del Prado está cerrado.
 
Decido sentarme a esperar. No tengo nada que perder. Si aparece estupendo y si no aparece pues por lo menos lo habré intentado.  La plaza del Jardín Botánico es un buen sitio para esperar y más sin turistas. Árboles enormes, un día nublado y poco tráfico, un sitio tranquilo.  Saco el libro oteando de vez en cuando...aunque caigo en la cuenta de que no tengo ni idea de qué pinta tiene el descerebrado. Tengo que confiar en que él si me reconozca.
 
Suena el móvil. "Número desconocido". Mierda, ¿quién será?
 
- Moli...soy yo. Estoy aquí en el Starbucks...¿dónde voy?
 
Un maravilloso acento, un tono de voz suave y dulce. Le pega todo.
 
- Según miras al Museo todo a la derecha. Allí en una plaza estoy sentada.
- ppiiiiiiii.
 
Se cortó. Estupendo.
 
Mi plan de seguir leyendo tranquilamente se va al garete. Me pongo "un poco" nerviosa. ¿Me pongo de pie? ¿sigo sentada? ¿bordeo el museo en la dirección en la que creo que van a venir? pero..¿ y si no vienen por ahí y eligen venir por la acera de enfrente? ¿y si no me reconocen al cruzarse conmigo porque esperan verme en la plaza?
 
Mejor me quedo aquí, paralizada de nervios y disimulando.
 
Cuando ya creo que se han perdido, aparecen. Se que es él por la sonrisa y los brazos abiertos para saludarme.
 
- Moli por fin. ¡Qué ganas tenía de conocerte!  Estas igual que en las fotos pero más guapa y más joven.
- ¿Habéis encontrado bien el sitio? ¿Por qué me has colgado el teléfono?.- no soy nadie esquivando la emoción del no saber que decir.
- Lo hemos encontrado bien, pero es que me quedé sin batería y te hemos llamado desde una cabina. Estos son mis primos que también querían conocerte.
- Nos ha hablado tanto de ti que es como si te conociéramos y vamos a leer tu libro.
- Mil gracias de verdad.
 
Diez minutos de maravillosa conversación, una dedicatoria con mi pluma y tinta verde, muchas risas y un montón de fotos. Así fue nuestro encuentro.
 
"asd" fue la primera contribución de Oswaldo a este blog.
 
Hacerme feliz por encontrarnos y demostrarme una vez más que abrir este blog ha sido una de las mejores cosas que he hecho en la vida, ha sido la última.
 
 
 
 
 
 
 
Mil millones de gracias.

lunes, 21 de octubre de 2013

MI DIENTE 29 AÑOS DESPUÉS.


29 años después lo recuerdo perfectamente.

Un pasillo largo con las clases de 4º de EGB al principio y las de 3º al fondo. 6 clases en total. Yo estaba en 4º B, la segunda puerta a  la derecha. Las aulas tenían una puerta de madera de color cerezo y  grandes ventanales por los que se veía el pasillo.  En el lado izquierdo estaban los armarios para dejar los abrigos y los babys. De madera de cerezo con rejilla en las puertas. En los días de lluvia jugábamos a escondernos allí y hacer el idiota. El suelo del pasillo era de granito pulido de un color entre rojo y  granate con trocitos blancos, seguro que esto tiene algún tipo de nombre técnico que desconozco.  

Ese día, debía llover y por eso mis compañeras estaban en el pasillo jugando o charlando. Entré por el fondo del pasillo y un poco antes de la puerta de mi clase, por alguna extraña razón,  se me cruzaron los cables. Me quité el abrigo, lo colgué en el armario, cogí mi baby dije:

- Chicas, poned las manos así.

Las dos me miraron extrañadas. Recuerdo sus caras y sus nombres perfectamente. Eran dos de las niñas más altas y más grandes de la clase, todo lo grande y alta que se puede ser con 11 años. Les hice juntar las manos y con los cables totalmente cruzados, les dije: a ver si podéis conmigo.

Y me tiré en plancha.
Y no pudieron conmigo. Obviamente.

Me di de bruces contra el bonito suelo granate con pintitas blancas. En un ataque de dignidad , me levante como pude, me reí y me fui al baño. No eran más de 20 pasos pero durante esos 20 pasos pensé que me había convertido en un monstruo. Llegué, me miré en el espejo y allí estaba mi diente partido. Menos de lo que me había parecido al tocarme con la lengua pero mucho más de lo que me hubiera gustado.

Volví a clase y durante las dos horas siguientes me destrocé la lengua contra el filo del diente.


29 años después recibo una llamada de Molihermana.

- Moli, no te asustes.
-Ya estoy acojonada...qué pasa.
- M se ha dado un golpe muy fuerte en la cara en el patio del colegio.
- Voy corriendo.

29 años después sigo con el diente roto. Hay gente que no se da cuenta a pesar de conocerme desde hace años, hay otros que sin embargo lo ven en foto "tienes un diente roto".  Muchos en estos 29 años me han dicho "a ver si se te va a terminar poniendo negro" o "¿por qué no te lo arreglas?" o "no te lo arregles nunca...es sexy y no serías tú sin ese diente roto". 

29 años después recuerdo el dolor que sentí al darme contra el suelo. Un dolor cortante, penetrante y que me dejó fulminada por unos segundos.

29 años después, sé que ese dolor fue una mierda comparado con el dolor que sentí al ver a M con sus preciosos dientes partidos, sus preciosos ojos azules inundados de lágrimas y su  voz entrecortada diciéndome: Mamá...lo siento, no lo he hecho aposta.

Joder. Es que todo le pasa a ella.  

viernes, 18 de octubre de 2013

OCTUBRE TIENE R PERO NO ME GUSTA POR ESO.

“He had never liked October. Ever since he had first lay in the autumn leaves before his grandmother’s house many years ago and heard the wind and saw the empty trees. It had made him cry, without a reason. And a little of that sadness returned each year to him. It always went away with spring.” —Ray Bradbury
 
Me gusta Bradbury y me gusta este fragmento (que también estaba guardado en mi archivo de "cosas que lo mismo me inspiran alguna vez") pero al contrario que a ese él, me gusta octubre.
 
Tiene r así que según el dicho popular es un mes bueno para el marisco, aunque la verdad es que esto no me afecta mucho. Me encanta el marisco pero no recuerdo la última vez en que disfrute de una mariscada. No me gusta octubre por eso.
 
Octubre es el mes de estar acoplado a la nueva rutina. Tras el estrés de septiembre y todo lo que lleva, volver a organizar la rutina de invierno, llenar la despensa, organizar los menús, los horarios y todo lo demás, octubre es cómodo. Me siento como si mirara a mi alrededor, todo estuviera ordenado, limpio y recogido y ya pudiera decir "ahora a mantenerlo y descansar". Pero tampoco me gusta octubre por eso.
 
En octubre veo amanecer cuando llego a Mordor. Unos amanaceres acojonantes que muchos días me hacen pensar, "si fuera uno de esos locos de las fotos lo petaría en Instagram". Pero tampoco me gusta octubre por eso. Y además, soy una fotógrafa atroz.
 
En octubre puedo llevar calcetines sin que se me recuezan los pies y puedo andar descalza por casa sin que se me congelen. Es una razón buenísima para que me guste octubre...pero no la principal.
 
En octubre puedo hacer,  sin cargo de conciencia, esa absurdez  que es arropar a las princezaz cuando están dormidas. Entro, las miro y las tapo hasta las orejas como si viviéramos en Minnesotta. Tengo que esperar a diciembre para además, remeter la ropa y dejarlas casi embalsamadas, pero me mola arroparlas como si las estuviera salvando de la pulmonía o la escarlatina, me siento la madre de Mujercitas.....pero tampoco me gusta octubre por eso. Confieso que en agosto también las arropo con la sábana...
 
Octubre es un buen mes para mi cocina. Hay luz natural todo el día y ni me aso de calor ni me congelo como en un iglú. No tengo que ir mediodesnuda ni vestida con ropa térmica.  Parece una cocina de esas de las películas...es una buena cocina pero con un problema de refrigeración, pero por supuesto octubre no me mola por eso.
 
En octubre empieza el otoño. Puede que se pase un tiempo secuestrado por el calor pero al final acaba llegando y además lo huelo. Me flipa el otoño. Ya sé que también es otoño en noviembre pero no es lo mismo, en octubre lo estreno. Me mola la sensación de tener toda la estación por delante...aunque luego se pase volando.
 
En octubre estuve en Nueva York, en Paris, en Praga, en Berlín, en Viena. Es un buen mes para viajar...aunque no pueda viajar.
 
En octubre puedo ir a la playa con vaqueros, camiseta de manga larga, calcetines y pasear mojándome los pies y pensando "No está tan fría. Molaría bañarnos". Aunque no me bañe en octubre...la playa en octubre es lo mejor. Pero como vivo a 500 km de la playa tampoco tendría sentido que me molara octubre por eso.
 
Octubre es un buen mes para estar triste y un buen mes para estar contenta. Es un mes para hacerme estar eufórica si estoy feliz y chapotear en una pena calma si estoy triste.
 
Me gusta octubre porque se ven los árboles. Soy increíblemente consciente de los árboles en octubre. Los veo y los oigo.
 
Me gusta octubre porque es par.  
 
Me gusta octubre porque es silencioso.
 
Me gusta octubre por lo mismo que me gustan todas las cosas que me flipan...porque me hace más yo.  


*La foto es de Irati en octubre 2011 y por supuesto no la hice yo.