miércoles, 2 de octubre de 2013

¿QUÉ HACES CON TU DÍA?


Coaching emocionales, claves para mejorar tu vida, claves para aprovechar tu tiempo, como conseguir éxito en lo que te propones, los diez pasos para empezar a cambiar tu vida. Las revistas, los periódicos, los medios, las redes están llenos de artículos, posts y referencias de este tipo.

¿Una fiebre nueva provocada por la crisis? ¿Una ola de buen rollo bienintencionado aunque un poco inocente para intentar mejorar el ánimo de la sociedad? ¿Una manera de dar esperanza haciéndonos creer que podemos cambiar algo?

Este fin de semana he descubierto que no.

En 1910, ¡¡1910!!  Arnold Bennett publicó "Cómo vivir con 24 horas al día" un libro de escasas 100 páginas que se lee en un rato. Comienza con un breve ensayo que se titula "Apuntes sobre el éxito".

Lo primero que hace Bennett es explicar como hay una oleada de artículos en la prensa de Reino Unido, (en 1910 repito) sobre el tema del éxito y que prácticamente cualquier periodista ha escrito sobre ello. Advierte también que él no está muy de acuerdo con esa idea y que sabe que sus opiniones contrarias a esta corriente de propagación del éxito no van a ser bien recibidas. (Exactamente igual que ahora)

«La mayoría de quienes opinan sobre el éxito tienen un corazón tan inequívocamente bueno que terminan escribiendo cosas perversamente falsas. La base de su argumentación es que prácticamente cualquiera que se lo proponga pueda tener éxito. Esto es, en una palabra, mentira. Precisamente el meollo de la noción de éxito consiste en un alejamiento de la masa de las personas corrientes, acaso la única característica común a los distintos tipos de éxito. Dirigirse a toda la población, como hacen estos escritores y decirle a la masa cómo alejarse de sí misma es una soberana estupidez».

Estoy en parte  de acuerdo con Bennett y en parte no. Creo que mucho de lo que se escribe ahora sobre éxito y emprendimiento no va asociado a gente de buen corazón, sino directamente a la oportunidad de negocio. En una época de crisis, desesperanza y desánimo...cuando hay poco margen de maniobra, uno se agarra a lo que puede y por eso todos esos consejos, listas, artículos y posts florecen. La gente, el público, la sociedad desesperada demanda alguna solución y si se la dan mascada mejor. Muchos de esos escritos y autores lo hacen por que han visto la oportunidad de negocio...y no me parece mal, cada uno se intenta solucionar la vida como puede, pero no creo  en el buenismo como espíritu motivador de ese tipo de artículos.

«No hay peor consejero en materia de cómo tener éxito que el típico triunfador. Raramente entiende las razones de su propio éxito. Cuando una revista generalista le pide que cuente sus experiencias para que sirvan como guía a la juventud de todo el país, le resulta imposible ser natural y sincero. Sabe el tipo de respuesta que se espera de él y cuenta que llego a Londres sin un céntimo en el bolsillo o alguna heroicidad de esta índole. El periodista lo publica y queda contento con el tono edificante de la entrevista, pero la verdad está en otra parte».

¿Quién no ha leído un millón de artículos que empiezan "desde su humilde origen en....?

Bennett se está refiriendo al éxito de "triunfador" por llamarlo de alguna manera que es básicamente el mismo concepto que tiene la mayoría de la gente actualmente. Bennett distingue entre el éxito en las ciencias, el éxito artístico, el poder político y "amasar un dineral".

Con respecto a esto,  creo que estamos peor que hace un siglo. La mayor parte de la población asocia éxito a tener una pasta gansa que le permita una vida de lujo y cero preocupaciones. Además, se aspira a conseguir ese dineral de la manera más superficial posible: jugando al fútbol, saliendo en la tele y cosas por el estilo. No estoy diciendo que todo el mundo opine eso, pero lamentablemente si salimos a la calle y preguntamos qué es éxito muchas respuestas irán asociadas a "tener mucho dinero" o "ser famoso". Poca gente considera una vida exitosa ser un gran científico o el hecho de que tu trabajo te encante y te de para vivir.

Hay sin embargo otro tipo de éxito que Bennett si considera al alcance de todo el mundo pero que sin embargo poca gente quiere o si quiera considera.

«Si la naturaleza humana fuera más perfecta de lo que es, el éxito significaría lograr un profundo conocimiento de uno mismo y una filosófica paz interior, objetivo que quizá estaría al alcance de la mayoría de los mortales».

En el resto del libro Bennett explica como conseguir ese conocimiento de uno mismo o esa filosófica paz interior intentando aprovechar nuestro tiempo. Lo primero que explica es una obviedad, algo tan obvio que se nos olvida todos los días.

«Los filósofos han explicado el espacio. No han explicado el tiempo. Es la materia inexplicable que da forma a todo. Con él, todo es posible. Sin él, nada. El suministro de tiempo que recibimos cada día es realmente un milagro, un asunto asombroso si se examina con detenimiento. Resulta que te levantas por la mañana y ¡tachán!...como por arte de magia te embolsas veinticuatro horas más del tejido puro del universo de tu vida. Es tuyo. Es la más preciada de las posesiones. Una materia prima única en su especie, que te llueve encima de un modo también único. Fíjate. Nadie puede quitártela. Es a prueba de ladrones. Y nadie recibe ni más ni menos que tú».

Con un tono irónico y mucho humor inglés, Bennett va desmontándonos (un siglo antes) todas las excusas que nos damos diariamente para no enfrentarnos al hecho de que no estamos "viviendo" y "aprovechando el tiempo", sino sencillamente pasando por la vida con la excusa de que tenemos mucho trabajo, muchas cosas que hacer y que cuando terminamos con todo, estamos demasiado cansados.

«¿Quién de nosotros no se dice a sí mismo, se pasa la vida diciéndose "Cuando tenga tiempo cambiaré esto y lo otro"? Nunca tendremos más tiempo. Tenemos todo el tiempo que hay».

¿Qué propone Bennett para no "pasar por la vida"? Pues dedicar un poco de tu tiempo a pensar, a ejercitar la mente. A leer, a ir a conciertos (es 1910...el mundo del ocio no era un parque temático como ahora,  había menos opciones) Dedicar tiempo a lo que sea que te sirva a ti mismo para no estar trabajando ni pasando las horas.  Encontrar algo que te guste y te apetezca hacer o a lo mejor no te apetezca de primeras porque te da pereza, porque no tienes tiempo, porque el sofá mola más o porque perder el tiempo en twitter es más descansado...pero dedicar parte de tu tiempo a algo que te llene y te haga "vivir". 

«Ahora bien, en el cultivo de la mente, uno de los principales factores es precisamente experimentar ese esfuerzo o resistencia, ocuparse de una tarea ante la cual parte de nosotros nos urge a realizarla y parte de nosotros nos urge a escaquearnos». 

Bennett lo explica muy bien pero yo añadiría que la balanza entre querer hacer algo que sabes que te va a molar y sentar bien y escaquearte en el sofá...no ocurre solo con el cultivo de la mente. Ocurre lo mismo si te aficionas a correr, nadar, el scrabble o el submarinismo. Y también ocurre si tienes que planchar...

Y por último Bennett nos advierte contra el fracaso si decidimos intentar tener un poco más de "vida" y menos de "pasar por aquí". Es bastante sabio y sabe que la fuerza del sofá, la tele y el Candy Crush es poderosa...así que nos dice que nos tomemos con calma el intento de aprovechar mejor nuestro tiempo y estemos preparados para fracasar al principio y empezar poco a poco...sin muchas ambiciones.

«No estoy de acuerdo con aquello de que en todo caso es mejor fracasar a lo grande que obtener una victoria pírrica. Soy fan de las victorias pírricas. Un fracaso glorioso no conduce a nada. Una victoria pírrica puede conducir a una victoria no tan pírrica.

Me encanta la frase "soy fan de las victorias pírricas". Lancémonos hacia objetivos pequeños que nos den pequeñas satisfacciones, puede que al acumular muchas de éstas consigamos algo más grande...mucho más grande.

«Existe toda una industria del éxito que se nutre de engañar a la mayoría con la complicidad tácita de la minoría»

Hay que leer a Bennett para darnos cuenta de que todo lo que nos pasa ya ha pasado antes y disfrutar de una buena lectura que nos enseñe algo sin sentir que nos están timando.

lunes, 30 de septiembre de 2013

EL SASTRE, EL PERRO Y BLANCA SUAREZ

 
Ella. En el  sofá, su manta, su chocolate, una comedia romántica elegida para ese momento justo.  
Suspiros, sonrisas, emoción...unas cuantas lágrimas de emoción.
 
Llega él.
 
- Pero, de verdad, no entiendo qué le ves a estas películas...si es que te lo crees todo. ¡Es una película!
- Ya lo sé...no soy tonta, pero es tan bonita.
- Si, pero es que eso no es real. No hay ningún tío que haga esas gilipolleces de amoríos.
- Bueno...a veces pasan esas cosas.
- Nadie aparece por sorpresa a decir "Te quiero"...¿Qué pasa si ella no está en el curro o está con otro?
- Bueno...que tú no lo hagas, no quiere decir que no sea posible.
- Que no, que no es real. Que las tías os creéis estas cosas y luego claro, llegamos los tíos normales y esperáis que hagamos estas cosas.
- Pero él es guapísimo....
- Ese tío seguro que no es tan guapo y se tira pedos como todos.
- Que ya lo seeeee...
 
**************
 
Él. Su sofá,  la película que sea, partido, el informativo, el tiempo, "Empeños a lo bestia".
 Sale esto.
 
 
 
 
Mandíbula caída. Vista fija, orejas de punta...rabo alerta. Lo que viene siendo  posición de un perro perdiguero.
 
Llega ella.
 
- A ver, recupera el sentido.
 
Él la mira sin verla...con mirada de foca monje.
 
- Espabila, que es un anuncio.
- Madre mía...cómo está de buena esa tía.
 
Unas cuantas "reflexiones" encontradas en twitter sobre el tema: 
 
"Masturbarse nivel anuncio Intimissimi" @mediotic
"El anuncio de Intimissimi con Blanca Suárez es lo mejor que se ha hecho en el mundo de la televisión, de la publicidad y de la humanidad"@AlexSancheski
"El anuncio de Blanca Suárez para Intimissimi es capaz de resucitar a un muerto" @alefonca
 Y mi favorito "Al Director del anuncio de Intimissimi hay que darle 2 ó 3 oscars ya" (no he conseguido encontrar al autor)
 
- A ver, esa tía no es real.
- ¿Cómo que no es real? Claro que si.
- Si, existe y es muy guapa pero como me dices tú a mí, eso no es real.
- ¿Cómo que no? Claro que es real.
- Que no. Blanca Suarez es muy guapa pero te aseguro que no se levanta así.
- ¿Y tú como lo sabes?
- Porque nadie se levanta peinada y maquillada.
- Eso no es lo importante...
- Claro que sí, Blanca Suarez está espectacular en ese anuncio porque la han peinado, maquillado y lo que es más importante, le han colocado las peras y le han dicho "ponte así...echa hombros para delante para sacar canalillo".
- No es verdad...
- Claro que es verdad...¿qué sabes tú de sujetadores push up?
- No sé nada porque tú no tienes.
- Claro que tengo..pero no quedan así...porque ESE ANUNCIO ES MENTIRA.
- Que no...además, da igual. Vale, el sujetador no hace eso..pero ella es guapísima.
- Que sí, que ella es muy guapa, que eso no lo discuto. Pero que lo que a vosotros es mola es la pose esa de gata en celo revolcándose en la cama.
- Si...
- Y eso es imposible. Si te revuelvas como una gata en celo con ese sujetador...se te salen las peras seguro.
- Y ¿Cuál es el problema?
- Mierda...lo he enfocado mal. Bueno, a lo que iba, que nadie se levanta, se peina, se maquilla, se pone la ropa interior y se revuelca en la cama con carita de "hazme tuya"...a no ser que sea por dinero, que es lo que ha hecho Blanca Suarez.
- Me estás reventando la fantasía.
- ¿A que jode? Pues eso es lo que me haces tú a mi con las películas románticas.
 
 
Somos todos iguales pero cada uno se deja "engañar" por lo que le apetece.
 
Ellas disfrutan (en general eh...que ya sé que ahora hordas de tías que odias las pelis románticas van a entrar a decir lo que sea) suspirando por una peli romántica de muchísimo amor y muchísima emoción y pensando lo que molaría un momentazo romántico de ese tipo....
 
Ellos disfrutan viendo un anuncio de lencería donde una chica guapa se revuelca y pone cara de "ven, , tómame medidas y córtame por la mitad" y pensando lo que molaría ser sastre y coserla a puntadas.
 
Sinceramente, creo que ellas tienen más posibilidades. 
 
 
 

viernes, 27 de septiembre de 2013

UNA DOCENA DE CITAS QUE DEMUESTRAN QUE (CASI) TODO ESTÁ EN LOS LIBROS

 

Hace muchos años había un programa  sobre libros en televisión presentado por Sánchez Dragó, que tenía una sintonía espantosa pero que decía una gran verdad “Todo está en los libros” ( si pincháis y se os queda la canción un día entero en la cabeza, será bajo vuestra responsabilidad)
 
Todo está en los libros. Los libros están llenos de historias, de conocimientos, de sentimientos, de sensaciones, de ideas, de pensamientos, de deducciones, de relaciones...de todo. Al abrir un libro y comenzar a leer no sabemos lo que nos espera, no sabemos si nos gustará, si nos llegará, si lo odiaremos o si se quedará enganchado a nuestra vida para siempre, pero cualquier cosa que sintamos y pensemos en nuestra vida tiene una cita, una frase en algún libro del mundo que la refleja y que cuando lleguemos a encontrarla diremos: es justo así.
Rebuscando en mis cuadernos de lecturas, he recopilado unas cuantas citas (creo que más de doce) sobre diferentes aspectos de la vida de todos...o casi todos.
 
1.- Enamorarse.
 
No es lo mismo enamorarse que enamorarse. Nos enamoramos muchas veces o creemos enamorarnos muchas veces, hasta que llega la vez que dices “ joder...era esto”. Y eso también lo han dicho en los libros.
 
“María se apartó un mechón de pelo de los ojos. Su frente, tan alta y oval, le recordó a Leonard la cara que se suponía que tenía Shakespeare. No estaba seguro de que debiera decirle esto, así que optó por cogerle la mano cuando concluía su movimiento y permanecieron en silencio durante un minuto o dos, como había sucedido en su primer encuentro. Ella entrelazó sus dedos con los de él, y fue en aquel momento, más que luego en el dormitorio o cuando, más tarde aún, hablaron de sí mismos con mayor libertad, cuando Leonard se sintió irrevocablemente unido a ella. Sus manos encajaban tan bien, la unión era tan intrincada, inquebrantable, había tantos puntos de contacto…A la escasa luz, y sin sus gafas, no distinguía cuáles eran sus propios dedos. Sentado en la fría habitación que se iba quedando a oscuras, con la gabardina puesta, agarrado a la mano de ella, sintió que estaba desprendiéndose de su vida. El abandono era delicioso. Algo manaba de él y a través de su palma penetraba en la de ella, algo subía también por su brazo, se extendía por su pecho y le oprimía la garganta. Su único pensamiento era una repetición: asi que es esto, es así, es esto…El inocente de Ian McEwan.
 
El amor y la verdad, esa es la relación fundamental, el amor y la verdad. ¿Han dicho alguna vez tanta verdad como cuando se enamoraron por primera vez? ¿Han visto el mundo tan claramente?Una historia del mundo en diez capítulos y medio de Julian Barnes.
 
“Hola- dijo susurrando, y nos miramos mientras ella apagaba las luces. Siempre hay ese miedo a la decepción, a que no salga bien, pero desde el primer momento ambos supimos que eso no debería preocuparnos”. ¿Por qué corre Sammy? de Budd Schulberg.
 
2.- El duelo.
 
Cuando uno sufre la pérdida de un ser querido, cree que nadie ha sentido una pérdida así de atroz, que el dolor es tanto y tan increíble que es imposible verbalizarlo y que nadie ha sabido jamás explicarlo.
 
El dolor por la pérdida nos resulta un lugar desconocido hasta que llegamos a él. Anticipamos (lo sabemos) que alguien cercano a nosotros puede morir, pero no imaginamos más allá de los días o semanas inmediatamente posteriores a esa muerte imaginada. Incluso interpretamos erróneamente la naturaleza de esos pocos días y semanas. Si la muerte es repentina, es posible que esperemos sentirnos conmocionados, pero no esperamos que la conmoción sea arrasadora, que trastorne a la vez el cuerpo y el espíritu. Es posible que esperemos sentirnos postrados, inconsolables, locos por la pérdida pero no esperamos estar literalmente locos, personas enteras que creen que su marido está a punto de regresar y necesita sus zapatos. En la versión del dolor que imaginamos, la pauta a seguir es la “recuperación”. Prevalecerá un cierto movimiento hacia delante. Los peores días serán los primeros. Imaginamos que el momento más duro de la prueba será el funeral y que tras él se iniciará esa hipotética recuperación. Cuando anticipamos el funeral nos preguntamos si lograremos “superarlo”, esta a la altura de las circunstancias. ( ...) No sabemos que ese no será el problema. No podemos saber que el funeral en sí mismo será anodino, una especie de regresión narcótica, arropados por el cariño de los demás y por la gravedad y significado de la ocasión. Ni podemos saber – y ahí reside la diferencia fundamental entre como imaginamos el dolor y cómo es en realidad ese dolor – la interminable ausencia que sigue al hecho en sí, el vacío, la absoluta falta de sentido, la inexorable sucesión de momentos en los que nos enfrentaremos a la experiencia del sin sentidoEl año del pensamiento mágico de Joan Didion.
 
3.- La tristeza.
 
La pena y la tristeza (que no son exactamente lo mismo) son sentimientos comunes a todos, pero pasa como con el duelo, siempre creemos que lo que nos pasa a nosotros es distinto, hasta que un día lo encuentras.
 
Guardamos el dolor en cajas. Resulta sorprendente de qué manera una simple palabra puede abrirlas y arrojarnos su contenido a la caraPandora en el Congo de Albert Sánchez Piñol.  
 
Lo triste es, sin embargo, lo alegre no. Lo triste deja una huella, una marca, una cicatriz; lo alegre pasa como el aire, sin dejar señal alguna. Cuando recuerdo algo alegre casi se vuelve triste por la nostalgia, ya pasó. Pero si es algo triste lo que recuerdo, ahí está y vuelve a aparecer el mismo dolor. Quizá, solo quizá, con los años, muchos, muchos años, se logre mitigar ese dolor, pero se mitiga sólo porque va dejando de ser. La misma melancolía no es sino un recuerdo que se ignora”. Tiempo de llorar y otros relatos de María Luisa Elio.
 
Es fácil decir “El tiempo todo lo cura y  esto también pasará. La gente olvidará y cosas como esa cuando se trata de algo que no te afecta. Pero cuando te afecta no pasa el tiempo, la gente no olvida y tú estás en medio de algo que no cambiaCannery Row de John Steinbeck.
 
4.- La conversación perfecta.
 
La definición de la conversación ideal, esa que solo se encuentra muy de vez en cuando.
 
“Poco a poco me fui relajando y entrando en la conversación. Kitty tenía un talento natural para hacer hablar a la gente y resultaba fácil charlar con ella, sentirse cómodo en su presencia. Como me había dicho el tio Victor hacía mucho tiempo, una conversación es como tener un peloteo con alguien. Un buen compañero te tiraba la pelota directamente al guante de modo que es casi imposible que se te escape: cuando es él quien recibe, coge todo lo que lanzas, incluso los tiros más erráticos e incompetentes. Esto es lo que hacía Kitty”. El Palacio de la Luna  de Paul Auster.
 
Sus conversaciones a media voz, incluso las más vacias, estaban llenas de significado, como los diálogos de PlatónDoctor Zhivago de Boris Pasternak.
 
5.- Amor verdadero.
 
Y no, no he dicho farolero.
 
La satisfacción en el amor es algo que, en general, se da por supuesto. Sin embargo, opino que soportar el amor no es algo racional, salvo que por algún que otro desliz momentáneo. Llevo quince años casada con el mismo hombre y soy incapaz de explicar porqué aún me atrae  como objeto erótico. Lo hace, pero ¿por qué? ¿No debería haberse extinguido ya todo? El motivo no es que estemos tan unidos ni que nos conozcamos tan bien el uno al otro. Todo eso solidifica nuestra amistad, no nuestra atracción. La atracción permanece porque hay algo en él que no consigo alcanzar, algo extraño que nos separa. Me gusta contemplarle de lejos. Lo sé. Me gusta mirarle cuando está en una habitación llena de gente y parece un desconocido, para luego recordar que le conozco y que más tarde regresaré a casa con él”. Una súplica para Eros de Siri Hustvedt.
 
6.- La depresión.
 
Ese pozo negro sin salida, sin puertas, sin ventanas. Donde no hay salida y lo peor es la certeza de saber que no la hay.
 
En la depresión, esta fe en el rescate, en el final restablecimiento, falta por completo. El sufrimiento es inconmovible, y lo que hace intolerable la situación es saber de antemano que no llegará ninguno remedio: ni un día, una hora, un mes o un minuto. Si se da una ligera mitigación, sabe uno que es sólo temporal; la seguirá más tormento. Aún más que dolor, es desesperación lo que apabulla el alma”. Esa visible oscuridad de William Styron.
 
7.- Desamor.
 
Millones de libros escritos sobre desamor, y que levante la mano el que no sepa de lo que hablo.
 
“Imaginemos que el amor de nuestra vida se esconde bajo mil millones de piedras. No puede haber nada peor. O sí,  que viva en una esquina de la vida y no quiera saber nada de nosotrosPandora en el Congo de Albert Sánchez Piñol.  
 
"No hay nada tan alentador como como saber que en alguna parte, una mujer que te gusta está pensando en ti y sólo en ti. Pero no hay nada tan hiriente como que ninguna mujer piense en ti. O peor todavía, que una mujer haya dejado de pensar en ti por culpa de tu estupidez. Es como mirar por la ventanilla de un avión y descubrir que la tierra ha desaparecido. No hay otra soledad que se le pueda comparar”. El periodista deportivo de Richard Ford.
 
8.- La relación con los hijos.
 
Tener hijos es algo que te sobrepasa de tal manera que cada día te sorprende tenerlos y haberte convertido en padre. Uno nunca se acostumbra a ser padre porque cada día es distinto. Es un aprendizaje continuo sobre la marcha en el que además no se puede aplicar lo que aprendiste cuando tú eras hijo, porque ahora no vale...ahora eres padre.
 
“No es fácil perder una discusión con tu hijo adolescente. Cuanto tus hijos ya son más altos que tú, solo te queda la autoridad moral, que es un arma muy débilPenélope y las doce criadas de Margaret Atwood.
 
La paternidad en sí misma no proporciona una sabiduría que merezca la pena impartir”
“Así, pues, lo peor de ser padre es mi sino: ser adulto. No hablo el lenguaje adecuado; no me enfrento a los mismos temores y contingencias y oportunidades perdidas; mi sino es saber demasiadas cosas y sin embargo tener que estar parado, como un farol con la luz encendida, esperando que mi hijo vea el resplandor y se decida a acercarse al calor y la luz que le ofrece calladamente”. El día de la independencia de R. Ford.
 
9- La relación con nuestros padres cuando ya somos adultos.
 
Hay un momento clave en la vida en que tus padres dejan de ser tu punto de apoyo y tú pasas a ser su punto de apoyo. Pasa en un día, en un momento. El rayo de la vulnerabilidad de tus padres te atraviesa y ya no hay marcha atrás. Pasas de estar anclado a ser el anclaje y da miedo.
 
“El momento en que reconoces por primera vez que tu padre es vulnerable al prójimo es bastante duro, pero cuando comprendes que es vulnerable a ti, que aún te necesita más de lo que tu ya no crees necesitarle a él, cuando comprendes que podrías asustarle, incluso dominarle si lo desearas...en fin, es una idea tan contrapuesta a las inclinaciones filiales corrientes que no parece tener sentido”. Me casé con un comunista de Philip Roth.
 
“Quizá sea algo característico de la relación con nuestros padres: la sensación de que se debería alcanzar alguna meta, luego la constatación de lo que inevitablemente es esa meta, para volver a centrar la atención en el aquí y ahora. A lo que está solo aqui”. Mi madre, in memoriam de Richard Ford.
 
10- La muerte.
 
Estamos programados para no pensar en nuestra propia muerte, para saberla posible pero creerla poco probable a pesar de que puede ocurrirte en cualquier momento. Pararte y pensar en esa posibilidad es tan aterrador que sencillamente no podemos hacerlo.
 
“Nacer no es una experiencia, porque es accidental: nos pasa sin más, involuntariamente. La muerte si constituye una experiencia, puesto que nos sobreviene contra nuestra voluntadDiarios  1984-1989 de Sandor Marai.
 
“Porque la fuerza más intensamente turbadora de la vida es la muerte. Porque la muerte es muy injusta. Porque una vez que has saboreado la vida, la muerte ni siquiera parece mortal”. Elegía de Philip Roth.
 
11.- Sexo
 
Y no, no hablo de cincuenta sombras de nada.
 
Porque en el sexo no existe un punto de estancamiento absoluto. No existe ninguna igualdad sexual y no puede existir, ciertamente, ninguna en la que las asignaciones sean iguales, el cociente masculino y el cociente femenino en perfecto equilibrio. No existe ninguna manera de manejar métricamente esa cosa salvaje. No es un cincuenta por ciento, como en una transacción mercantil. Estamos hablando del caos de Eros, de la desestabiliación radical que es la excitación. Con el sexo vuelves a estar en el bosque, vuelves a estar en la ciénaga. Es un intercambio de dominio, un desequilibrio perpetuo. ¿Vas a eliminar el dominio?El animal moribundo de P. Roth.
 
“Con esto no quiero decir que mi relación con ella se hubiera vuelto más bestia, más hosca, que hubiera perdido su ternura. No, diría que fue la única vez en mi vida en la que experimenté un deseo total hacia una mujer, del que participaba todo lo que hay en mí: el cuerpo y el alma, el deseo y la ternura, la nostalgia y la enloquecida vitalidad, el ansia por lo impúdico y en ansia de consuelo, el ansia de un momento de placer y de un abrazo eterno”. La broma de Milan Kundera.
 
12.- El conocimiento a nuestra alcance.
 
Todo está en los libros y ahora mismo todo está en la red. Eso no quita valor al conocimiento, sino que nos ha vuelto más perezosos. Tenemos todo el conocimiento a nuestro alcance y sabemos menos que nunca. La creación sin embargo sigue siendo tan ardua y valiosa como siempre y sólo está al alcance del que vence esa pereza por saber.
 
“Desde la invención de la imprenta, el saber por el saber no constituye ninguna virtud: para acceder a él no hay más que acercarse a la estantería donde se alinean infinitos volúmenes de enciclopedias que registran y explican todos los datos imaginables. Antes de Gutenberg, el conocimiento en todas sus acepciones entrañaba un gran sacrificio, pues había que buscar incansablemente la materia que se deseaba aprender. En cambio, hoy en día la erudición ha dejado de representar un sacrificio: si uno no sabe todo acerca de lo que habla es por simple pereza. La auténtica virtud reside en ofrecer algo nuevo y original a partir de estos conocimientos previos (...) Ya no es difícil saber, pero crear algo nuevo a partir de los datos sigue siendo tan árduo hoy como lo ha sido siempreDiarios  1984-1989 de Sandor Marai.
 
Por supuesto, no podía terminar el post sin una cita de libros...en una película.  
 
“The best momments in reading are when you come across something- a thought, a feeling, a way of looking at things-which you had thought special and particular to you. Now here it is, set down by someone else, a person you have never met, someone even who is long dead. At it is if a hand has come out and taken yoursThe history boys de Alan Benet.
 
Empieza el fin de semana...tiempo para leer.
 
Publicado originalmente en Unadocenade
 

 

miércoles, 25 de septiembre de 2013

PIES PARA QUÉ OS QUIERO


Tobillo, empeine, planta, puente, dedos. ¿Cómo se llama la parte mullida justo antes de los dedos? ¿Almohadillas?
 
Pie cavo. Pies planos. Pie romano. Pie egipcio. Pie griego.
 
¿Cuánto es un pie?
 
¿Qué número calzas?
 
Aprender a andar. Correr. Caminar. Saltar. Pisar. Patalear. Cojear.

Ponerse en pie. De puntillas.
 
Andar descalzo por la playa. Quemarse con la arena.
Andar descalzo por casa. ¿Dónde estarán mis zapatillas?
Andar descalzo por la noche...darse con la pata de la cama y ver las estrellas.
 
Creer a pies juntillas.
 
Sacar los pies del tiesto.
 
Poner pies en polvorosa.
 
¿De qué pie cojeas?
 
Oro. Plata. Oro. Plata. Oro. Plata. Monta y cabe. Yo elijo.
 
Pies negros.
 
Pies quietos.
 
Mi pie izquierdo. Descalzos por el parque. Footloose. Forrest Gump. Six feet under.
 
Sin pies ni cabeza.
 
Calzarse.
 
El placer de descalzarse.
 
Hobbits.
 
La tortura de las botas de esquiar.
 
Olor a pies. Patada mortal. 
 
Ampollas. Rozaduras. Juanetes. Papiloma. Un tirón en la plana en medio del mar.
 
Sacar los pies de las sábanas por la noche. Volverlos a meter.
 
Un masaje de pies. ¿Un motivo para que te maten? ¿Un remedio después de un esfuerzo? ¿Mimos en un sofá?
 
No verse los pies.
 
Fetichismo de pies. Tacones. 
 
Plantillas.
 
Huellas. Mis huellas. Las tuyas. Seguir las de otros.
 
Un clásico, pies fríos entre las piernas del otro.