jueves, 22 de diciembre de 2011

LIBROS ENCADENADOS.- Noviembre - Diciembre








Moli, tienes que hacer el post de libros encadenados de noviembre y diciembre.
Lo sé,
Tienes que hacerlo ya...porque la semana que viene tendrás que hacer el resumen anual y dos posts de libros en una semana hacen bola y ahuyentan lectores.
….te digo una cosa...ahuyentar lectores no me parece tan mala idea la verdad…
Al tema.








La broma de Milan Kundera. De este autor sólo había leído “La insoportable levedad del ser” y ni siquiera recuerdo de qué iba así que me enfrenté a “La Broma” casi virgen en Kundera. Me ha gustado mucho y seguro que no se me olvida porque toda la historia me ha parecido tremenda. A partir de unas frases escritas por un joven como una broma en una postal a su novia, Ludvick ve como toda su vida cambia de rumbo sin que él pueda o sepa cambiarlo. La broma y las consecuencias que le acarrean serán una especie de germen del resto de su vida. Todo girará en torno a la superación primero y la venganza después. Los personajes tienen 37, 38 años y sin embargo me han parecido extrañamente mayores, como con sus vidas acabadas. Y he encontrado también un hilo que conecta este libro con “El cero y el infinito” que leí hace poco. Las ideas comunistas, los ideales de la sociedad comunista vueltos del derecho y del revés para al final enfrentarse a la desilusión ante su fracaso. Como Rubachof, Ludvick se ve enfrentado al absurdo de haber perdido años y energía lamentándose por haber sido excluido de unas ideas que ahora le resultan falsas.

Ludvick comienza siendo un personaje con “prestigio” tanto para el lector como los demás personajes y termina siendo patético y digno de lástima por el absurdo de su vida y su incapacidad para ver su vida sin mirar a través del cristal de la broma. Su venganza acaba siendo patética y muy poco satisfactoria...que es lo peor que puede ser una venganza.

El quid de la cuestión estaba en la imposibilidad del retorno. Todas las situaciones básicas de la vida son sin retorno. Para que el hombre sea hombre tiene que atravesar la imposibilidad de retorno con plena conciencia. Beberla hasta el fondo. No puede hacer trampas. No puede poner cara de que no la ve

 
“El pájaro espectador” de Wallace Stegner. De los tres que he leído de Stegner este es el que menos me ha gustado. Es otro autor que siempre escribe lo mismo. Un personaje mayor que desde el presente realiza un ejercicio de memoria con su propia vida y sus propios recuerdos o los de alguien de su familia. El narrador siempre es una persona mayor, con su escepticismo y su sabiduría vital y todas sus manías y prejuicios adquiridos a lo largo de los años.

En este caso Joe, tras la llegada de una postal inesperada, recupera y lee para él y para su esposa el diario que escribió 20 años antes durante un viaje a Dinamarca. Se intercalan los episodios de su vida actual con los recuerdos. Para mí, ambos hilos no acaban de encajar bien y no encuentran el tono para discurrir juntos teniendo sentido. Tampoco he conseguido entender a los personajes que me han parecido desdibujados y poco consistentes y la trama danesa es sencillamente increíble y chirría mogollón. A pesar de estas para mí carencias, se lee fácil y entretiene pero si alguien quiere conocer a Stegner mucho mejor empezar por “En un lugar seguro”.

Por definición, un prejuicio es la declaración del principio de que quien lo sostiene no tiene intención de analizar nada. Lo que no demuestra que esté equivocado. Y qué reconfortantes resultan


“Berlín. Ciudad de Piedras” de Jason Lutes. Un lector anónimo me lo recomendó en algún post y lo saqué de la biblioteca. Trata sobre la vida de Berlín de 1928. El clima social, los nacionalsocialistas empezando a emerger, los comunistas, los judíos, la situación de las mujeres, los obreros, los periodistas. Es un dibujo muy frio, en blanco y negreo y muy sobrio. Me gustó y me falta leer la 2ª parte.


1984 de George Orwell. Un clásico que no había leído. Me ha encantado. Tiene una primera parte en la que describe como es la vida en 1984: los hablaescucha, el Ministerio del Amor, de la Paz, El Partido, el Gran Hermano, los proles, la neolengua, las rutinas de Winston, los minutos del odio, etc. que se me hizo un poco ardua. Ahora cuando repaso la lectura y mis sensaciones al leerlo, supongo que la idea de Orwell era que a través de esa primera parte el lector entrara en el ambiente agobiante, pesado y opresor de 1984. Y lo consigue, para cuando empieza la historia entre Winston y Julia, respiras y te das cuenta de que según has ido leyendo y metiéndote en la historia has terminado por no respirar, por contener el aliento y casi miras por encima del hombro sospechando que te espían.

Su historia, la de Winston y Julia es una especie de oasis. Sabes que no durará, que es imposible que acabe bien, que les pillarán y será horrible pero mientras dura, todo parece ir mejor, ser menos opresivo, parece haber algún tipo de espacio para la libertad individual, para tener libertad de pensamiento y de sentimiento. Piensas, vale es horrible pero siempre queda espacio para ser uno mismo, lo que eres no te lo pueden quitar.

Cuando todo termina de forma abrupta, el rayo de luz que iluminaba la historia se apaga y todo vuelve a ser gris y frio. Y el lector lo siente, frio y opresión. La parte final con los interrogatorios se parece mogollón a “El cero y el infinito” (va a tener razón Judt con que fue una obra de referencia en su momento que ahora ha caído en el olvido).

Un clásico que hay que leer.

El poder no es un medio, sino un fin en sí mismo. No se establece una dictadura para salvaguardar una revolución, se hace la revolución para establecer una dictadura. El objeto de la persecución no es más que la persecución en sí misma. La tortura solo tiene como finalidad la misma tortuta. Y el objeto del poder no es más que el poder. ¿Empiezas a entenderme?”


Alto riego de Richard Russo. Compré esta novela en la Feria del Libro Antiguo de otoño. Es la cuarta novela suya que leo y es la que menos me ha gustado aunque es un autor que siempre resulta agradable.

La historia de Ned atrapado entre sus padres. Vive primero con su madre en un entorno protegido y estable, que se quiebra cuando ella se enamora de quien no debe. Ned pasa entonces a vivir con su padre, San hall, un rufián, borrachín, con una vida caótica en que Ned se sumerge y acaba encajando.

Es una novela lentísima, en la que Russo describe con todo lujo de detalles cualquier acción, consigue a veces ser un poco desesperante. El detallismo en la descripción de la vida cotidiana es una característica de Russo en todas sus obras, pero creo que en esta se excede.

Nunca fui muy dado a la sinceridad...ni siquiera de niño”.


“El libro de los amores ridículos” de Milan Kundera. Me ha gustado menos que “La Broma” y creo que Kundera como Roth, como Russo, o como Auster escribe siempre la misma historia. Puede que sea porque en el fondo escriben sobre ellos mismos, sobre cosas que son, cosas que les gustaría ser o cosas que no es gusta ser pero que son inevitables.

En este caso es una colección de relatos cortos, todos sobre “amores”, algunos más ridículos que otros pero todos con un toque muy machista, y con machista me refiero a muy desde el punto de vista de un tío que no intenta ser políticamente correcto para nada. Kundera escribe siendo muy tío, muy hombre, mira a las mujeres como objetos y sabe cómo le gustan esos objetos: jóvenes, guapas y deseables. Sin embargo, la mayoría de sus hombres acaban con mujeres que no se ajustan a esas características y acaban con ellas no por amor, ni siquiera por atracción física si no por pena, por obligación, porque esas mujeres son un recuerdo de algo, porque creen que otro las encuentra deseables y quieren “mear en esa esquina”…todos motivos ruines y mezquinos.

Ellas resultan más ridículas que patéticas. Cuando acaban con esos hombres tienen siempre una actitud como de agradecimiento y sometimiento personal absurda. Lo peor además es que Kundera las describe como “mayores” y tienen 40 años.

Me ha gustado y se lee fácil. Las mejores historias son las que se alejan más del esquema típico. La mejor para mí, es la del profesor que se ve atrapado en su propia red de mentiras que comienza con una mentira piadosa y tonta.

“Esto responde a una especie de curioso principio – le dije a Martin- la mujer fea espera lograr algo del esplendor de su amiga más guapa: la amiga guapa, a su vez, espera reflejarse con mayor esplendor si la fea le sirve de telón de fondo, de ahí se desprende que nuestra amistad se vea sometida a continuas pruebas”.


84, Charing Cross de Helena Haff. Llevaba años leyendo reseñas sobre este libro, encontrando referencias por todas partes y nunca había conseguido acordarme para sacarlo de la biblioteca o para comprarlo. Gracias a un amable lector que me lo ha regalado he subsanado este vacío lector.

Se lee fácil, entretiene y se termina. No hay más.

Me ha desilusionado probablemente porque me había creado demasiadas expectativas (parezco nueva) y las expectativas las carga el diablo. Sabía que la historia iba sobre una lectora y un librero que empezaban a intercambiar cartas y pensaba que ese carteo avanzaría hacia algo...incluso tenía la idea de una historia de amor.

En realidad es un intercambio de cartas pidiendo y sirviendo libros con un poco de contenido personal y muy poco por tarde de él. Ella me cae mal, es demasiado naif, demasiado…no encuentro la palabra, pero me carga. Además dice una cosa que me saca de quicio y me parece una completa majadería “Solo me interesa lo que de verdad ha pasado y contado por quien lo ha visto”...es decir, es tan guayyy que no lee ficción. Es boba.

Él me mola, es un señor, muy inglés. Pausado y calmado. Con clase. Leyendo lo imaginaba contestado a las cartas de la loca americana y pensando para sus adentros...por dios que no venga nunca a Londres.

Es un libro fácil y entretenido y con las expectativas adecuadas al producto supongo que puede ser una pequeña delicia.

Estoy terminando Freakonomics pero creo que lo dejaré para el post de la semana que viene, o lo mismo me calzo un post sobre él en exclusiva. No lo he decidido aún.

Fin del ladrillo.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

DE COACHING...

Tenéis que pensar en las cosas que os hacen felices. No tenéis que pensar en que ojalá llegue el viernes y entonces esperar al viernes para ser felices. Hoy es el primer día del resto de tu vida y hay que disfrutar de las cosas obligatorias y también de las voluntarias...como este curso

¿Voluntario? ¿Voluntario? ¿WTF? ¿Cómo que voluntario? ¿Tengo pinta de estar aquí voluntariamente? Mejo no digo nada…voy a hacerle caso y me voy a poner zen…total tengo que estar aquí “voluntariamente” 7 horas. Veamos las cosas buenas…me han dado un rotulador de esos gordos de profesora que me flipaban, la vida es guay…32 años después puedo poner mi nombre “Moli” en una cartulina con forma de flor y que cuelgue de mi silla.

“Hoy vais a aprender a gestionar vuestro estrés. A ver ¿Qué os genera estrés?

Pues estar aquí mordiéndome la lengua pero supongo que eso no es lo que quieres oír, así que mejor no digo nada.

A ver Moli...a ti ¿que te estresa?

Si me preguntas así...no voy a poder callarme. Tú lo has querido.

Pues mira, me estresa llegar a casa después de hacerme 180 km y encontrarme a mis hijas nada más abrir la puerta saltando y gritando: ¡¡Mamáaa he traído 3 circulares!! ¡¡Lee!! Mamá ¿qué hay de cena? ¿Y de comer mañana? Mamá...tengo que hacer un camello de cosas recicladas. Mamá…he perdido el bañador. Mamá…M me ha pegado. Mamá…C se ha metido conmigo.

Por la cara que ha puesto el coach, claramente no estaba preparado para esta respuesta. Obviamente esperaba algún otro tipo de stress. Eso le pasa por preguntar a quien no debe. Le he descolocado, pero realiza una bonita pirueta, pasa de mi stress y suelta el rollo que tenía preparado que es para gente que trabaja en empresas de mucha actividad….

En la vida se puede tener 3 actitudes. La actitud padre que es normativa, ejemplar, sigue las normas y no se sale del sendero de lo aprendido. Es la actitud con la que se educa y la tienen las personas que en el trabajo son muy partidarios de la jerarquía y un reparto de las tareas bien definido

Ya…y por el tono con el que lo está diciendo no le parece bien. Debe ser una actitud de poco coaching, pero en fin, yo no digo nada, que para qué, voy a pintar otro rato con este rotu tan chulo.

“La siguiente actitud es la actitud niño. Te dejas llevar por las emociones, estás comparándote todo el rato con otro y diciendo cosas como “yo trabajo mejor y él gana más dinero”, y te basas en la experiencia para gestionar los conflictos. Por ejemplo dices...estás siendo niño cuando dices cosas como “este libro de color verde no va a funcionar porque yo lo sé” Ahí estás siendo niño

A tomar por saco la actitud zen...aqui tengo que decir algo.

Perdona…
¿Si, Moli?
No estoy nada de acuerdo con eso que acabas de decir.
¿Por qué?
Pues porque no creo que cuando usas tu experiencia para desechar un producto en los libros de colores estés siendo niño.
Pues si lo eres, porque te estás dejando llevar por tu experiencia.
Si claro, por tu experiencia profesional. Como has analizado 1000 libros verdes y sabes cuales funcionan y cuáles no…tiras de esa experiencia profesional.
Error…
¿Cómo que error? ¿Error de qué?
Porque te basas en una experiencia del pasado….
Si...en una experiencia profesional que aplico a mi actividad laboral.
Pero te dejas llevar por tus emociones.
Que no. Te lo voy a explicar más claro. Yo leo un libro verde que me emociona, me vuelve loca y me fascina y en vez de dejarme llevar por mi emoción…tiro de mis conocimientos y experiencias profesionales y digo: tengo que desecharlo porque no va a funcionar.
¿Ves?
¿Qué es lo que tengo que ver?
Pues que haces que el pasado te condicione, actúas como un niño. El futuro es lo que tú quieres que sea….
Venga pírate….pensé que estábamos discutiendo en serio...si me vas a salir con las flores, las nubes y dibuja tu propia aventura, paso.
¿Ves?
¿Qué veo? (que me estás sacando de quicio…coño...eso es lo que veo)
Te estás retirando…eso es lo que hacen los niños. Yo no quiero discutir con la Moli niño…quiero discutir con la Moli adulta.
¿Qué los niños se retiran?? En fin…debe ser en el mundo de color azul celeste donde vives tú...en el mio son más de jugar a agotarte...pero lo que tu digas.
Voy a esperar a que salga tu Moli adulta.

Me estas recordando a Molimadre mogollón y eso no es nada bueno...ni para ti...ni para mi y…te digo yo donde te va a mandar la Moli adulta….como salga.

martes, 20 de diciembre de 2011

¿QUÉ PINTA TIENES EN TWITTER?

En twitter eres una foto y 140 caracteres.

Una imagen vale más que mil palabras, así que tu foto en twitter vale mucho más que tus 140 caracteres, que seamos sinceros la mayoría de las veces no dicen nada. Los míos y los de casi todo el mundo.

A lo que voy. Elegir la foto de twitter no es cosa que haya que dejar al buen tuntún, ni a un impulso irrefrenable, ni a tu por otra parte nulo criterio sobre tu belleza personal, ni por supuesto decir “bah...pongo esto y ya lo cambiaré”.

No, no, no.

Twitter es como la vida real: injusto, frívolo y con poca tendencia a profundizar. Es decir, por muy estupendo que seas, por mucho ingenio que tengas y aunque tu capacidad de síntesis sea espectacular…la foto es importante. Por supuesto, si estás hecho para soltar perlas en 140 caracteres con el tiempo a la gente le dará igual que tu foto sea una adoquín de adobe de casa de tu abuela…y serán conscientes de tu ingenio, pero tú entonces querrás cambiar esa imagen y ya no podrás. Estarás atrapado en tu idea de “bah, pongo esto y ya lo cambiaré cuando sea una tuitstar”. Mal, la gente no lleva bien los cambios.

Una vez captada la idea de la importancia de la imagen, veamos que encontramos por ahí. ( Nota: no son categorias excluyentes, pueden coincidir varias)

Foto “porque yo lo valgo”.
Todo aquel que pone una foto suya, un primer plano a ser posible en el que a pesar de que lleven sombrero, estén de lado, la toma esté hecha desde abajo, a contraluz o de ladillo...es evidente que son ellos. Es la típica foto que tu madre ve y te reconoce: ¡¡ese es mi niño!!

Les mola esa foto, se ven bien, guapos, triunfadores, muy ellos mismos o muy como les molaría ser. Es una foto que dice " este soy yo, con dos cojones y esto es lo que digo. Soy una persona segura de mí misma"

Normalmente hacen un uso bastante profesional de twitter, diciendo cosas más o menos inteligentes o más o menos interesantes y colgando enlaces a cosas de interés (para el público que les sigue, se supone). Por supuesto, a la vez pueden decir sandeces, como todos, pero normalmente son profesionales.

Los de la foto personal siempre imponen un poco. Los ves y dices…eh...este tio se toma esto muy en serio, voy a pensármelo mucho antes de decirle nada.


 
Dibujito de uno mismo.
Aquí hay varios tipos. Los que se dibujan a sí mismos y los que cuelgan dibujos de ellos hechos por otros.

En la primera categoría están los que tienen habilidades manuales que les permiten dibujarse o caricaturizarse. No tienen tanta confianza en su imagen como para colgar una foto, pero ¡¡saben pintar!!Y entonces hacen alarde de esa habilidad y además todo el mundo sabe que un dibujo es mono y mueve a la indulgencia. " Eso que ha dicho es una tonteria..pero la caricatura mola, démosle otra oportunidad

En  la segunda categoría, están los que cuelgan dibujos hechos por amigos o por los propios hijos, obviamente estos dibujos se diferencian fácilmente. Si utilizas un dibujo de ti mismo que te ha hecho un amigo o es que te ves gracioso y quieres transmitir esa imagen o estás enamoradísimo del dibujante y eso te parece una prueba de amor total, decirle al mundo en twiter que tu imagen es la que te ha hecho él/ella.

Los que cuelgan dibujos hechos por sus hijos…dicen al mundo…soy padre, me mola y mis hijos son lo más. Es decir, babean orgullo paternal que también está muy bien.
Estos son más campechanos, más de andar por casa, imponen menos y siempre parece más fácil interactuar con ellos.

Los de animales.
Estos me fascinan, los hay con animales de verdad y con animales de mentira. Conejos, dinosaurios, perros, gatos, bichos voladores, pajarracos…Los imagino tímidos, abriendo la cuenta en twitter y pensando… ¿qué foto pongo? ¿Hay que poner foto? Yo paso de poner una mía…pero claro si no pongo nada…mmmm... ¿Qué hago?...ya lo sé...voy a poner este lindo minimo que no es el mío pero que se le parece porque yo no soy nadie sin mi gatito.

O...

No quiero poner una foto mía pero quiero decirle al mundo que aquí estoy y que así soy yo...pero sin que se note…asi que pongo a mi chucho, mi conejo o mi ornitorrinco.

Estos suelen provocar ternura…o asco, depende del bicho.

Las fotos de películas, actores o ídolos de cualquier tipo.
¿Qué dicen estos?

A mí me gusta esto…así que cuidadín con meterte con ello.

Los que mantienen la misma imagen que en el blog.
Primero fue el blog y luego twitter. Ya pasaste por el dolor de buscar la imagen al abrir el blog y cuando llegas a twitter alegremente saltas por ese paso, miras por encima del hombro y dices: yo esto ya lo tengo hecho.

Los mutantes.
Los hay estacionales. La elección de la imagen varía dependiendo de la época del año. Que llega el otoño…pues hojitas secas sobre su avatar. Que es hallowen pues a tunear su imagen para parecer Morticia Adams, que es Navidad pues a cascarse un gorrito de Santa, que llega la primavera…pues florecitas, que hace 40 grados, pues bikini o unas olitas.

Los hay anímicos. El cambio de imagen obedece al estado de ánimo, a con que pié se hayan levantado. Que están eufóricos pues un dibujo sonriente, que están de bajón algo en blanco y negro, que lo que están es hostilizados pues un niño con cara de no respirar….Entre los anímicos hay una subespecie especialmente molesta que son los montaña rusa, cada mínima emoción exige un cambio de avatar...son muy cansinos.

Estos crean confusión en twitter, hacen que sea necesario leer quiénes son y sus tweets para reconocerlos porque mirando la pantalla piensas… ¿desde cuándo sigo yo a alguien tan cursi como para tener amapolas en su avatar? Y resulta que es un tío que empezaste a seguir en enero cuando había colgado un muñeco de nieve.

Perturban la TL y exigen mucha concentración.


Cosas raras
Imágenes raras. Fotos trucadas. Montajes. Detalles muy concretos de algo más grande que hacen posiblsu identificación.

Estas imágenes dicen  que son un escondite. Tienen su gracia porque cuando encuentras a alguien con una de esas, intentas ampliarlas, girarlas, sacar la lupa, mirarlas desde otro ángulo y luego piensas..¿alguna vez tendré confianza para preguntarle qué coño es su avatar?


Imágenes supuestamente provocativas de contenido sexual.
Lo que dicen es.."caca, culo, pedo, pis". Es la típica gente que se rie con el chiste de "mistetas".


Fotos supuestamente sexys de uno mismo.
No serás tan sexy cuando necesitas anunciarte en twitter.


Los huevos.
Elegir mal la imagen es una mala idea, pero dejar por defecto el huevo que pone twitter es aún peor.

Los huevos dicen…tengo miedo...no sé que hay aquí, solo me estoy asomando y me da mucha vergüenza…¿me va a doler?...mejor no me miréis. No sé si quiero quedarme...a lo mejor me voy a casa. Mejor me quedo en una esquina.

Desde aquí os lo digo, la peor idea en twitter…son los huevos.

lunes, 19 de diciembre de 2011

ENSAYO SOBRE EL CALCETÍN

Los calcetines son una prenda con multitud de matices, pero hay que saber mirarlos.

Alguien con poca amplitud de miras puede pensar que un calcetín es una funda para meter los pies y que no te rocen los zapatos, que no se te congelen los pinreles y que por lo menos temporalmente contengan el intenso olor que tus píes son capaces de expeler si son sometidos a temperaturas extremas. Ese alguien los clasificará en calcetines oscuros para llevar con zapatos y calcetines blancos para llevar con zapatillas.
Obviamente ese alguien se está perdiendo entender y comprender el maravilloso y complejo mundo de los calcetines.

Los calcetines son una prenda capaz de lo mejor y de lo peor.

Para sacar lo mejor de ellos, hay que saber usarlos y prestarles atención. Son pequeños, se hacen bola y normalmente el cajón donde se guardan es una especie de maraña impenetrable en el que ellos pugnan por la supervivencia y por salir del cajón y ver mundo. Por las mañanas, los calcetines son lo último que te pones, vas con prisa, llegas tarde y no tienes tiempo de pensar. Con ese stress, abres el cajón y miras. “¡nosotros!!, ¡¡Cógenos a nosotros!!”, “¡¡acuérdate de que nosotros somos un par molón!!...solo los que han conseguido trepar hasta la parte de arriba del cajón son capaces de decir esas cosas. Los demás, están atrapados en la parte de abajo y en la parte de atrás y no pueden decir nada. Tú tienes que ser capaz de elegir los correctos procesando información a toda leche: llevo botas y está lloviendo, y además voy a ir a la piscina...asi que vale, no se van a ver y pueden ser de rayas de colores aunque tenga una reunión superimportante, pero no pueden estar muy gastados porque luego en la piscina si que voy a quitarme las botas…mmm…vale...mejor los negros altos y abrigados por si calan las botas. Y optas por la opción segura y sin arriesgar. Normalmente los calcetines negros y sus primos los calcetines lisos y de colores oscuros no gritan nada cuando abres el cajón. Van de sobrados y saben que los necesitas, asi que pasan de todo y tranquilamente esperan a que los busques. Saben que si has decidido que ellos son los que necesitas revolverás todo el cajón hasta encontrarlos…

Los calcetines de colorines, rayas, ovejas, hojas de marihuana y demás motivos imaginativos y molones tienen un uso más restringido, más lúdico y aunque a primera vista puedan parecer infantiles y poco importantes, no lo son para nada. Imaginemos que ligas, que ligas ahora, con 40 palos y un poco de experiencia. Quedas con un alguien, vas al cine o a cenar, ambos saben lo que va a pasar pero tampoco hay prisa. Llegas a casa, es el momento de sentarse en el sofá y quitarse los zapatos (para empezar). Vale, todos pensamos en qué es lo siguiente que vas a quitarte…pero...si has escogido bien los calcetines, ese momento puede ser increíblemente sexy. A lo mejor luego te quitas los calcetines y también tus pies son increíblemente atractivos (como es mi caso) pero a lo mejor no…pero da igual, para cuando te quitas los calcetines ya da igual todo…pero ese momento calcetinero habrá molado mucho si has jugado bien tus bazas. Puede ser un momento divertido, sorprendente o tierno.  Para ellos desaconsejo mucho el calcetín de deporte de decatlón...con la marca estampada...Artengo...Artengo es una palabra que desconcentra.

En estas ocasiones además, conviene hacer caso a los calcetines. Si se les desprecia o ignora, se tomarán la revancha y al día siguiente (si la noche ha sido buena) o al terminar cuando haya que huir, se esconderán en los sitios más insospechados y es posible que opten por quedarse a vivir en esa nueva casa. ¿Quién no ha vuelto a casa con un calcetín de menos, alguna vez?

Los calcetines son una prenda amiga, no te dejan porque engordes o adelgaces. No son traicioneros, no tienes una talla dependiendo de la horma como sus amigos los zapatos y además permiten patinar por el suelo. Los calcetines son simpáticos.

Los calcetines son importantes. Si tienes un mínimo de inquietud eres capaz de entender la inmensa complejidad de su mundo.

Pueden ser gordos para cuando hace mucho frio o para que las madres puedan decir...” te están un poquito grandes pero con un calcetín gordo, perfecto”. Pueden ser finos para los que se resisten a abandonar el verano y no quieren ponerse calcetines gordos en octubre o para los que, como yo, no quieren abandonar los calcetines en mayo porque sería reconocer que la primavera ha llegado.

Pueden ser altos, que te lleguen casi hasta la rodilla, de esos que te abrazan la pierna y no se mueven y cuando te los pones dices…ayy...que calcetines más gustosos. Pueden ser cortos, a media pantorrilla, son esos que te compraste por error, son incómodos pero no tan incómodos como para recordarlos de una vez a otra. Abres el cajón, te los pones, te pasas el día agachándote a tirar de ellos pretendiendo que suban más y jurando que no volverás a ponértelos…pero se te olvida al llegar a casa y volverás a utilizarlos.

Pueden ser de un color que vaya con todo y que te compraras pensando que eran una apuesta segura o pueden ser de un color absurdo como morado intenso y que cada vez que los veas al final del cajón pienses ¿por qué me compré esto?

Pueden ser una prenda superespecializada o eso dicen, pueden ser para correr, para esquiar, para jugar al golf, para el pádel, para el tenis, para cualquier deporte que se te ocurra...incluso hay unos espantosos y completamente inútiles para nadar. O pueden ser calcetines de batalla, compras un pack con 6 exactamente iguales que te pones todos los días hagas lo que hagas.

Pueden ser calcetines de la suerte que asocias a algo bueno que te ocurrió un día y entonces optas por ponértelos cuando te estás jugando algo. Pueden ser calcetines del buen rollo, calcetines molones que solo al verlos en el cajón te hacen sonreír y pensar que solo por tenerlos puestos hoy el día no será tan asqueroso. Pueden ser divertidos si son de rayas y con dedos, estos debo confesar que da pereza ponérselos pero una vez que vences esa pereza...son geniales. Pueden ser viejos, estar gastados por el talón pero aún así los sigues manteniendo porque les has cogido cariño, porque te da pereza tirarlos o porque son los únicos marrones que tienes. Pueden ser incomodísimos y provocar picores insoportables, pero tampoco los tiras…los arrinconas al final del cajón y quedan ahí, en una esquina…hasta que te decides a hacer orden en ese cajón y entonces los ves, los coges y dices “Ni sabía que tenía estos calcetines y no me los pongo nunca. Debería ponérmelos más”.

Los calcetines también pueden ser fuente de polémica y frustración. Para la polémica solo se necesitan un par de pares parecidos y un hermano o hermana…la lucha por saber a quién pertenecen esos calcetines puede llegar a cotas de crueldad jamás imaginadas por los hijos únicos. Y sobre la frustración calcetinera…se puede escribir un tratado: ¿Dónde coño está la pareja de mi calcetín favorito?? ¿Otra vez la lavadora ha devorado mis calcetines??? ¿Por qué siempre los míos??

Los calcetines además, son la prueba del algodón del amor para las tías…si él está en calzoncillos y calcetines y aún así se te cae la baba…es amor verdadero.