No os metáis con mis decerebradOs.
Me molan los descerebradOs.
Son unos campeones. 82 comentarios en un post sobre la regla, 11 de tíos y algunos han tenido los huevos de comentar por primera vez en ese post, cuando efectivamente había poco que decir sobre el tema. Lo dicho, unos campeones.
¿Por qué me leeís vosotros?
Soy tía, madre, currante, puede ser un puto coñazo permanente, me meto mogollón con la forma de ser de los tíos o en su forma de ver la vida, no me gusta la ciencia, ni el futbol, ni el bricolaje. Creo que los tíos tienen la misma empatía que un picaporte, les pongo miles de pegas a su técnica sexual, y solo considero que hay uno perfecto en el universo….nada como para que los descerebrados con cola me lean contentos y felices. Y sin embargo me leen y parece que les gusta.
¿Por qué?
Puede que sea porque yo siempre quise ser tío, lo sigo queriendo. Como sé que físicamente es imposible, me esfuerzo mucho por alcanzar su sabiduría vital. Me dedico a analizar lo que me pasa como si tuviera cola. Quiero pensar que mis años de entrenamiento han conseguido, por lo menos, acercarme a esa meta. Si no puedo ser tío...quiero por lo menos poder pensar como ellos. A veces me despisto y me encuentro navegando por pensamientos completamente despegados de la realidad y de una complejidad absurda que me sumen en la más absoluta de las infelicidades…pero entonces me paro y digo: eh…eh...piensa como un tio. Y entonces noto como sobre mi desciende la calma y la tranquilidad.
Quiero valorar la sencillez de las opciones. Me gusta / No me gusta. Lo quiero/ no lo quiero. Me apetece/ No me apetece. No merece la pena meter más variantes en la ecuación... ¿para qué? Las variantes infinitas y la suma de factores en la toma de decisiones provocan siempre confusión y un bucle infinito que no tiene ningún sentido.
Mi visión de la maternidad ideal tiende muchísimo a parecerse a la paternidad común. A lo mejor pensáis que cuando hablo del papel de los padres me meto con ellos. Para nada, es admiración y envidia a partes iguales. Yo quiero ser tío y padre…a poder ser de princezaz...para ser primero un héroe, luego el cómplice contra la bruja de la madre, luego sufrir absurdamente pensando que ellas se están chuscando a uno como yo y luego babear de abuelo.
Me siento especialmente orgullosa de haber sufrido mi epifanía particular y poder decir con completa seguridad: Si, el físico es importante. Si estás espectacularmente bueno y me pones a mil...me da igual que no sepas hablar.
El sexo sin amor mola mucho. Que no digo que los tíos no valoren lo estupendísimo que es el sexo con amor…pero no hay que ponerse pejiguero y llenar la cama de sentimientos para disfrutar de un intercambio de fluidos.
Tengo un nivel de empatía espectacular que me sirve para pensar como un tío si quiero en la resolución de problemas y en el planteamiento vital. Por ejemplo, como es la regla para un tío.
Para empezar es algo asqueroso. Bueno, sangre a borbotones saliendo por donde ellos entran sinceramente no es plan apetecible. A pesar de lo asqueroso que es, podrían soportarlo si no conllevara nada más que un cierto disgusto físico...pero no. Sufren durante esos días las transformaciones en su pareja fuera de cualquier lógica. Las tías nos ponemos completamente insoportables, lo sabemos, ni siquiera nos soportamos a nosotras mismas. Queremos que nos dejéis en paz, que nos cuidéis, que nos tengáis pena, que no nos tengáis pena, que nos deis mimos, que os piréis por ahí 4 días, que os ocupéis de todo, que no os ocupéis de nada, que nos preguntéis que nos pasa, que no nos lo preguntéis pero que sepáis que nos pasa..y todo esto en fabulosos intervalos de unos 30 segundos. LO entiendo, es un sinvivir…y sois unos sufridores natos.
Me encantaría pensar que es porque soy increíblemente atractiva, tengo una mente brillante y chispeante, soy divertida y molo millones.
Pero seamos sinceros, los tíos SOMOS una piña. Me leéis porque quiero ser como vosotros y a mis espaldas os descojonáis de mis intentos.
Cabrones.
Y acordaos que la susceptibilidad ..es de tías.