lunes, 25 de abril de 2011

CANNERY ROW de John Steinbeck


He empezado este post 3 veces.

No me gusta ninguna.

Así que voy a dejarme de preámbulos y preliminares y voy a decir lo que quiero decir lo más claramente posible:

- Steinbeck es un dios de la escritura.

- En mi vida he leído a nadie que sepa crear unos personajes tan de carne y hueso, tan reales que casi puedes levantar la vista del libro y verlos delante de ti.

- Sabe describir como nadie. Lo hace tan de puta madre que cuando lo estás leyendo tienes escalofríos de lo real que es.

- Jamás dice obviedades como “tenía el mentón cuadrado y los ojos oscuros como una noche sin luna”. Esas descripciones te dejan frío como lector. Steinbeck crea un personaje a través de las sensaciones que provocan en otro...como la vida misma. Lo que te define frente a otro no es que tengas los ojos marrón oscuro ni que seas bajito...si no lo que el otro siente al mirarte o cuando tú le miras fijamente. Eres las sensaciones que provocas. Eso es lo que te describe para el otro. Y Steinbeck lo sabe y lo cuenta acojonantemente bien.


Doc es el propietario y encargado del laboratorio de Biología del Oeste. Doc es algo bajito, engañosamente bajito, ya es que es enjuto y muy fuerte y en un rapto de ira puede resultar muy fiero. Lleva barba y su rostro es mitad Cristo mitad sátiro, un rostro que expresa la verdad. Se dice que ha sacado a más de una chica de un problema para meterla en otro. Doc tiene las manos de un hábil cirujano y una mente serena y cordial. Doc se quita el sombrero para saludar a los perros cuando pasa en coche y los perros lo miran y sonríen. Puede matar cualquier cosa por necesidad, pero es incapaz de herir los sentimientos de nadie por placer. Tiene un gran temor: mojarse la cabeza. Así que, en verano o en invierno, siempre lleva un sombrero de loneta. Podría sumergirse en la marisma hasta el pecho sin sentir la humedad, pero una gota de lluvia en la cabeza le produce pánico. ( …) Doc podía oír cualquier clase de estupidez y convertirla en una suerte de sabiduría. Su mente no tenía límites ni había urdimbre alguna en su compasión. Podía hablar con niños, decirles cosas muy profundas y hacer que le entendieran. Vivía en un mundo de maravillas y emociones. Era lascivo como un conejo y dulce como el infierno. Todo el que lo conocía quedaba en deuda con él. Y todo el que pensaba en él inmediatamente pensaba: Realmente debería hacer algo bueno por Doc.”

Lascivo como un conejo y dulce como el infierno”...un absoluto crack.

Terminas de leer y sabes exactamente como es Doc...y quieres conocer a Doc, quieres hacer algo bueno por él...lo que sea...a pesar de que sería capaz de matar por necesidad.

Hazel detestaba que ocurriera eso porque le obligaba a rebuscar en su cerebro una respuesta y rebuscar en el cerebro de Hazel era como vagar a solas por un museo desierto. El cerebro de Hazel estaba atestado de objetos descatalogados. Nunca olvidaba nada pero nunca tenía ganas de poner orden en sus recuerdos. Todo era arrojado junto como se arrojan los aparejos de pesca al fondo del bote: anzuelos y cabos y sedal y cebos y arpones, todo en una maraña

Sé exactamente como es la memoria de Hazel...se parece muuucho a la mía.

Y también tiene sentido del humor...fino y para listos...pero mola tanto.

Alguien debería escribir un ensayo erudito sobre los efectos morales, físicos y estéticos del Ford Modelo T en la nación americana. Dos generaciones de americanos saben más sobre las válvulas del Ford T que sobre el clítoris, más del sistema planetario de las marchas que del sistema solar. Con el modelo T, parte del concepto de propiedad privada desapareció. Unos alicates dejaron de tener propietario y una bomba de neumáticos pertenecía al último hombre que la hubiera usado. La mayoría de los bebés de este periodo fueron concebidos en Fords Modelo T y no pocos nacieron en ellos. La teoría del hogar anglosajón resulta tan quebrantada que nunca se recuperó”.

Y sabe ser poético sin resultar almibarado

es la hora de la perla: el intervalo entre el día y la noche, cuando el tiempo se detiene y se examina a sí mismo”.

¿Qué libro es? “Cannery Row”. Es un libro breve, sin historia, solo personajes que entran y salen sobre el fondo de ese arrabal de Monterrey:

Cannery Row, en Monterrey, California, es un poema, un hedor, un ruido chirriante, una cualidad de la luz, una tonalidad, un hábito, una nostalgia, un sueño. Cannery Row es el orden y la dispersión, la hojalata y el hierro, la herrumbre y la madera astillada, las aceras descascarilladas, los solares invadidos de hierbajos y las pilas de escombros, las conserveras de sardinas construidas con chapa acanalada, los bares ruidosos, los restaurantes y los prostíbulos y las pequeñas tiendas de comestibles atestadas y los laboratorios y las cabañas”.

Lo hueles y lo ves.

No pasa nada...los personajes aparecen y desaparecen...no hay principio ni final...simplemente es la vida pasando por delante de tus ojos.

Si alguien va a lanzarse a escribir ficción debería leerlo sin falta. Puede pasar dos cosas...que aprenda a hacer algo medianamente parecido o que decida dejar de escribir al compararse con Steinbeck y dedique su tiempo a alguna otra cosa como por ejemplo...mmmmm...escribir un blog.

Corred a leerlo, malditos.

miércoles, 20 de abril de 2011

Vacaciones (III)



Pasar la tarde en un banco, en la montaña, con vistas a un valle precioso,

leyendo, cogidos de la mano, y cuando empieza a ponerse el sol,

mirarse y emprender el regreso a casa... ASÍ SÍ

lunes, 18 de abril de 2011

Vacaciones(II)


Ayer fui a correr al Pantano de Eriste.


Es un recorrido espectacular. Un sendero llano que discurre paralelo a la orilla y va entrando y saliendo del bosque que llega casi hasta el agua. Al fondo las cimas del parque del Posets Maladeta. Si vas temprano por la mañana, el agua está quieta y el reflejo es increible.


Iba corriendo mientas pensaba en Stendhal. De ahí y gracias a mi fabulosa capacidad para el pensamiento lateral, enlace Stendhal, con Italia, el Renacimiento, el hombre universal, los libros, mi libreria favorita..y por último mis planes imaginarios para venirme a vivir aqui. Exactamente los mismos planes que idee en octubre, la ultima vez que estuve por aqui.


Empecé a reirme yo sola acordándome de mi ultima carrera por ese sendero. Me pasó una cosa tan ridícula que solo he sido capaz de contárselo a una persona.


Seguí riendome mientras aceleraba el ritmo. No había ni el tato. Al fondo, saliendo de una zona de bosque vi venir a un par de paisanos de la zona. Los dos vestidos de marrón oscuro y con bastones. Yo iba vestida de verde fosforito, como dice NáN..de tia que viene del futuro a enseñarte a usar la lejia.


Al cruzarnos, nos saludamos:


Buenos días


Buenos días guapa.


Segui corriendo más feliz que una perdiz. Es una gilipollez pero un piropo inesperado siempre mola.

domingo, 17 de abril de 2011

Vacaciones (I)


Antes de las vacaciones siempre hay dos millones de cosas que hacer y no quiero hacer ninguna. Hay que organizar y planear. No quiero.


Me siento como un general enfrentado a una nueva campaña militar.Tengo que pensar todos los posibles movimientos, investigar las condciones que me encontraré, planear los avituallamientos necesarios e inventar una estrategia. A pesar de no querer enfrentarme a esa situación, lo hago y elaboro un fabuloso plan de ataque, una estrategia que seguro que triunfa.


Me giro entonces para dar las órdenes pertinetes a mi batallón y me encuentro con que detrás de mí no hay nadie...las pelusas corren por el pasillo. Fin de mi fantasia militar. Ya no soy Rommel, ni Von Paulus, ni Zuchov...soy una madre...¡Mierda!


Ahora no vale mi pésima imitación diaria de la madre, ahora hay que ser "más madre".Soy la responsable absoluta del plan para que todo quepa en las maletas,todo quepa en el maletero, que no se olvide nada supuestamente indispensable ( una princeza por ejemplo). Además hay que sincronizar relojes para salir en hora, llegar a comer a un sitio adecuado para M., y alcanzar el destino a tiempo para organizar el desembarco.


Yo no quiero hacer nada de todo eso. Quiero alguien que venga y me lo de todo hecho.


Quiero una madre o mejor un ama de llaves con la que seguro que no discutiria por meter mis vaqueros mugrientos en la bolsa o más libros de los que seré capaz de leer.


Finalmente me resigno a mi suerte de plebeya sin ama de llaves y preparo maletas sin método, organizo sin excel e inteto minimizar el sufrimiento que esas tareas me producen haciéndolas muy deprisa.

Durante el viaje en coche, mientras respondo n veces a la pregunta: " ¿ Queda mucho, muchísimo o en breve?", voy dandole vueltas a todo lo que se me ha podido olvidar: ropa de esqui, jerseys, medicinas, comida de M, libros, la tablet, el cargador, el mp3, las zapatillas de correr, el sujetador de correr....¡Mierda, mi chupa de correr!


Llegamos. Deshago maletas, organizo comidas, preparo camas mientras sueño con vivir en Dowton Abby...


A pesar de estar de vacaciones, me siento acelerada, me noto nerviosa. No consigo relajarme.


Traigo de Madrid el ritmo diabólico de la ciudad, la prisa por llegar, por hacer, la ansiedad de cumplir una rutina, de organizar, la urgencia por lograr que todo sea como tiene que ser...


Entonces me paro.


Salgo fuera. Respiro hondo y pienso que ya estoy aqui. Ya no tengo que ser un general, ni una supermadre, ni siquiera mi versión cutre de madre.


Soy yo y estoy aqui.


Esto es "casa" y estoy de vacaciones.