sábado, 12 de febrero de 2011

12 DE FEBRERO.- 38 AÑOS

Por fin es 12 de febrero.

Por fin ayer acabé con los 37 años. Ese asqueroso número primo, impar y muy chulito pasó sus últimas horas conmigo ahogado en ginebra.

Tengo una holgura craneal que no es mía y que creo que me traje a casa a última hora. " Moli..a casa que esto se está haciendo muy largo".

Tengo un mogollón de regalos: una pulsera con una piedra de kriptonita, 8 libros, dos bañadores que me están grandes, un vestido, un bolso, 2 collares...un pulboy, un cd de Van Morrison,un dolor de pies bastante chulo y esta supercamiseta.

He tenido un fabuloso caminito de chuches al final del cual me esperaban otros 4 libros de mi lista de "lecturas pendientes"..Amor perdurable de McEwan, Las memorias de Speer, arquitecto de Hitler, otro sobre la II GM en Asia y Stasiland. Si, vale..me he convertido en una friki de la IIGM.

Hoy es 12 de febrero.

Suena esta canción en modo repetición.

Por fin cumplo 38 años. Par y pasa.

Gracias Efe por el dibujo.

viernes, 11 de febrero de 2011

EL RINCÓN DE LOS DESCEREBRADOS

Lo reconozco. Esta semana estoy poco inspirada. La emoción suprema que me embarga porque mañana es mi cumpleaños tiene mi cerebro en una continúa ebullición que me ha hecho pasarme la semana recorriendo mi amplio espectro emocional (mi amigo Juan Dixit), alternando fases de buen rollo total con fases de cómo me molaría poder desaparecer una temporada. Recorrer mi espectro emocional absorbe mucha energía así que lo reconozco, tengo poca inspiración bloguera.

¿Qué se hace cuando se tiene poca inspiración bloguera y sin embargo se quiere publicar algo?

Se recurre a otros.

¿A quiénes?

A los descerebrados.

Sé que no contesto los comments. Algunas veces me gustaría pero no tengo tiempo y otras veces me gustaría pero no se me ocurre nada lo suficientemente ingenioso que decir. He quemado mis reservas de agudeza al escribir la chorrada del día.

A lo que iba. Voy a aprovechar esta falta de inspiración y la cantidad de comments para responder algunos en un post.

De la semana pasada…alguien preguntó si tenía perro porque salía en una foto con laz princezaz. Ese perro es “putoperrodeloscojones”..habitante de la casa de molimadre en Los Molinos. Es un labrador, muy mono, muy blanco y pesado de mil pares. Se come absolutamente todo lo que dejes en el jardín..menos a las niñas…y es un llorica. Yo creo que su comportamiento errático se debe a una crisis de personalidad provocada por el singular proceso por el que le pusimos nombre. Ya lo conté por ahí pero primero hicimos una votación entre todos los habitantes de la casa, salió elegido Bob, le estuvimos llamando así 3 meses y cuando todos volvimos a Madrid menos Molimadre, ella aprovechó la ocasión y decidió a golpe de decreto cambiarle el nombre, y pasó a llamarse Peter. Un follón y más para un perro.

Gonzalo, Javi y Chirly tenían una duda existencial. ¿Qué diferencia a una cansina de una tía buena en bolas que pide a gritos una guitarrita?

Es facilísimo:

- Una cansina con guitarrita es Rosana. Grita muchísimo y dice cosas de desamor. Ves el nombre y da pereza...es automático. La oyes cantar y dices..pero cómo no te va a dejar si eres una plasta. Otra cansina de ese estilo...es Rosa León.
- Una “dame una guitarra que canto en bolas”, es flaquísima, tiene que llevar el pelo largo y lacio, es pechito, tiene que susurrar cosas ininteligibles y que parezcan misteriosas aunque en realidad esté diciendo “ voyacomprarjudiasssverdesss” y cuando los tíos la ven lo único que piensan es en quitar la guitarrita del medio. Carla Bruni. (Las tías piensan en arrearle con la guitarrita en la cabeza...a la misteriosa de las narices...)
- Si es tetazas y lleva el pelo rizado y guitarrita..es Dolly Parton.

Para mí está clara la diferencia.

Alguien preguntó si había tenido un ex novio cantautor. No, entre los ingenieros, que son mi grupo de intersección más numeroso, los cantautores no se dan mucho...creo que es más rollo de letras y esas cosas. Una vez salí con un tío que me escribía unos poemas infernales….y sí, era un poco cansino…era muy cansino de hecho…pero eso ya lo conté.

El barranco de la indiferencia tiene algunos habitantes. Es raro que acabe echando a alguien ahí porque me parece lo más triste de todo, cuando te has cansado tanto de alguien que te da exactamente igual que exista o que no exista….es casi peor que el barranco del olvido...porque si se te olvida alguien a lo mejor en un momento te llega un recuerdo y puede ser bueno o malo o provocarte alguna reacción. El barranco de la indiferencia es…sé que existes pero me eres completamente indiferente...no me provocas la más mínima reacción. Es mucho más triste.

El martes conté como me despierto por las mañanas. No estoy orgullosa de ello, me encantaría despertarme como un jilguero de la mañana. Esa gente que salta de la cama y piensa...qué bien, un nuevo día empieza y ya es todo vitalidad, le apetece hablar, hacer chistes, todo energía y buen rollo…Yo no soy así. Soy muy desagradable por las mañanas pero no lo hago aposta...simplemente no doy más de sí al despertar.

Otro tema introducido por Gonzalo y Chirly de nuevo. No tengo culo, es un hecho. No pasa nada, se convive con ello tranquilamente y tiene sus cosas buenas. No sé lo que son las cartucheras, no tengo celulitis, nadie me hace chistes sobre usar mi culo de bandeja y no hago eso de “ponerme algo largo para disimular el culo”….Digamos que mi concavidad viene del otro lado y si a eso le sumáramos culo...creo que sería demasiado ¿cómo decirlo? sinuosa.

Y por último pero lo más importante, los anónimos. De aquí solo tengo que puntualizar dos cosas. Primero que a mí me parecen estupendo los anónimos, no tengo problema en que la gente comente así, si lo tuviera hubiera quitado esa opción. Es verdad que a mí me molaría más buscarme un nombre...aunque solo fuera por firmar...pero supongo que es una cuestión de egocentrismo y por eso yo tengo un blog...pero ya digo que no me importa nada.

Y segundo, los anónimos pretendidamente ofensivos, por alguna extraña razón siempre me inspiran para escribir algo y eso es algo que les agradezco infinitamente.

Y ahora sí que para terminar y porque si no lo digo reviento y además este año he sido superdiscreta……

MAÑANA ES MI CUMPLEAÑOS………

…pero eso será mañana…

jueves, 10 de febrero de 2011

ANÓNIMOS

El mundo del comentario bloggero da para todo tipo de elucubraciones. Hay todo un mundo de fauna y flora entre la gente que comenta (comentamos) blogs.

Blanco Humano escribió un post genial sobre los tipos de comentarios, y aunque podría pasar alegremente por encima de esa referencia y calzarme un post digamos que “ligeramente” inspirado en el suyo, no es mi estilo y yo voy a dedicarle esta entrada a los comentaristas anónimos.

Los hay de varios tipos:

El de una vez y ya.

Éste es el que va brujuleando por los blogs, pincho aquí y ahora aquí, y ahora acullá y va leyendo. No sabe bien cómo ha llegado a infiltrarse en esa maraña de blogs y de repente un día decide comentar. No sabe si volverá a hacerlo o no, no sabe bien por qué le ha picado hoy el interés en comentar y ni se molesta en pensar que podría no comentar como anónimo. Abre la pestaña de comments, escribe lo que sea y le da a comentar por defecto. Piensa que nunca más volverá a comentar y pasa de mirar las opciones..”comentar como anónimo” le parece lo más fácil.

El de quiero comentar pero las opciones de blogger me dan vértigo.

Entra, lee, quiere comentar, le da a la opción de comentarios, contempla el cuadro en blanco, piensa que comentar. Cierra la ventana. Dice...”qué cojones, tengo algo que decir”…vuelve a abrirla, respira hondo, escribe su comentario y cuando le da publicar ve que tiene que elegir entre 4 opciones.

Pincha en cuenta de google...y sale un mensaje “el sistema te solicitará….blablabla”...Mierda... ¿Qué sistema? ¿Qué me va a pedir? Paso, paso...

Empieza a ponerse nervioso y a dudar de si ha sido buena idea comentar, él que estaba tan feliz siendo un lector sin voz en los blogs. Pero ya que ha escrito algo, sigue adelante…

Pincha en “Open ID”...no tiene ni puta idea de lo que son los dibujitos pero a lo mejor lo explican al pinchar. No, mierda...más opciones que tampoco sabe rellenar. El pánico empieza a apoderarse de él, pero no hay dolor…y sigue adelante.

Pincha en “Nombre/url”…NO PUEDE SER… ¿más opciones? Comienza a pensar que la gente que comenta blogs tienen superpoderes o algo... ¿por qué ellos saben rellenar esas cosas y él no?...Empieza a hiperventilar y a pensar que definitivamente aquello no es buena idea…y ya desesperado y como última opción…

Pincha en “Anónimo”. Y Alehop…ahí está. Sencillo, fácil y sin opciones. Satisfecho de haber encontrado la solución, pincha en publicar comentario y lo ve publicado al lado de los demás comentarios y piensa…” Ya me he estrenado. Molo mil y nadie se ha enterado de que manejo internet de manera un poco regulera”.

El tímido.

Uno llega a un blog más o menos popular, esto es que tenga 4 comentaristas y cuando le da a comentar empieza a pensar que lo mismo se está colando en una fiesta privada, que allí todos se conocen y que total qué va a aportar y que su comentario no pinta nada, pero por otro lado él también tiene algo que decir sobre la cría del ornitorrinco enano en áticos de Murcia...porque casualmente él tiene un ornitorrinco enano y vive en Murcia…así que decide dejar el comentario pero sin dar muchas pistas y por eso se queda como Anónimo. Que parezca que no es él…algo como de tapadillo, qué no se note.

El paranoico de la seguridad en internet y que sospecha que google tiene un tío un Silcon Valley siguiendo sus pasos.

Yo comento pero paso de crearme una cuenta en google, porque luego usan los datos que has dado y te localizan con un programa espía y entran en mi cuenta del banco y me saquean el dinero y ven mis mensajes y se lo pasarán a mi jefe y él me preguntará que hago perdiendo el tiempo brujuleando por blogs en vez de hacer lo que sea que tengo que hacer por la mierda de sueldo que me pagan. Así que sigo perdiendo el tiempo y comentando pero soy “anónimo”.

El ya no quiero ser anónimo pero no sé cómo se hace y me resigno.

Llega a un blog, se lo piensa, comenta un día. Le mola, vuelve, comenta otro día. Comienza a intercambiar comentarios con otros comentaristas que le llaman “Anónimo 1”..., decide que eso no le mola y cuando quiere crearse una cuenta en google...entra en pánico al ver las opciones. Se siente inútil pero decide que ya no quiere seguir siendo anónimo, ahora que ha conseguido ser ocurrente y que la gente identifique sus comentarios tiene que ponerse nombre. Gran momento…el de elegir un nick, no es cosa de tomárselo a broma. Hay que elegir algo, que hago, que me pongo, algo raro o mi nombre que es normal, no lo sé, dudo, luego interneteo, qué hago…ayayay...que no me decido. Ya está “Anónima Marta”. Con dos cojones.

El anónimo que no lo es porque sabe que el bloguero sabe quién es.

Rollo misterioso y con mensaje oculto. Comento algo tan personal que sé que tú vas a saber quien soy sin necesidad de poner mi nombre. Y sí, sé quién eres...pero... ¿no sería más fácil mandarme un mail? Pero si te hace ilusión por mí no hay problema.

El anónimo que ya no lo es pero no sabe cambiarlo.

Estos siempre me dan susto. Me salta el comment al correo y pone “Anónimo”...lo abro y al final viene firmado.

El anónimo cobardica masoquista.

Llega al blog no se sabe muy por qué. Lee algo que no le gusta, lee algo con lo que no está de acuerdo, y en vez de hacer caso de la sabiduría popular que dice que “no hay mejor desprecio que no hacer aprecio”…decide que va a dejar un comentario supuestamente ofensivo y ocurrente a partes iguales.

No debe estar muy convencido de poder ser ofensivo y ocurrente cuando en vez de dejarlo dicho con un nombre, el que sea, lo deja como anónimo. Ya lo he dicho más veces, no tengo nada en contra de los anónimos...pero si quieres ser molón y ofensivo y además te crees ocurrente... ¿por qué no firmar? ¿Porqué no poner un nombre al mismo nivel de ocurrencia que tu comentario? Qué se yó...algo como “eltontodeloscojones”...o algo así. Que a mí me da igual…pero ¿acaso quieres que venga otro anónimo y se haga pasar por ti? Sé que te tienes en alta estima...pero te juro que hacerse pasar por un absurdo condescendiente que deja comentarios estúpidos es facilísimo.

De estos hay alguno últimamente. Pues nada chato que lo disfrutes...nunca pensé que pudiera ayudar a la comunidad masoquista sin tener que vestirme de cuero, pero ya veo que sí. Tú llegas, lees, no te gusta y sigues leyendo como un campeón...supongo que sufriendo muchísimo por lo malísima que soy...pero aún así...tú sigues. Como no creo que seas “san anónimo”...lo dicho, supongo que te va el masoquismo.

Que te lo disfrutes, campeón.


Y de nada.

miércoles, 9 de febrero de 2011

DESPERTARES

El momento del día en el que soy más yo, es el momento de despertarme. En ese momento soy un gremlin asustado.

Normalmente soy una persona muy regulera. Tengo mucha mala leche, soy egoísta, rencorosa, valoro una buena venganza, la modestia no está entre las virtudes que me adornan, no sé matemáticas, no tengo pulgares oponibles, mi paciencia es limitadísima y no tengo culo.

Todas esos graves defectos y muchísimos más que no se pueden contar, se elevan a la enésima potencia cuando me despierto. En el instante justo en el que paso de estar dormida a estar despierta y consciente, en ese momento...soy un gremlin.

Da igual que haya dormido mucho o poco. Bueno, no da igual, cuando cometo la imprudencia de salir un jueves y acostarme a las 4 de la mañana para luego levantarme a las 8 con una holgura craneal de campeonato e ir a currar, soy un gremlin venenoso.

Supongo que dormida soy muy mona. No tengo ni idea. Quitando algunas etapas de insomnio atroz, no tengo muchos problemas para conciliar el sueño. Eso sí, tengo el sueño ligero y me despierto con casi cualquier alteración de mi entorno. Si duermo con alguien y ese alguien se da la vuelta en la cama, tose, estornuda o cualquier otra cosa me despierto. Si ladra putoperro me despierto, si hay pajaritos me despierto, si pasa una moto me despierto, si pobrehermano se ducha a las 6 de la mañana me despierto, si el ingeniero efectúa su fabuloso baile mañanero de “que tío más silencioso soy que no hago ni un ruido” mientras pulula por toda la casa, no solo me despierto si no que valoro el divorcio como una opción que mejoraría mucho la vida en la tierra.

A pesar de eso, no me molesta despertarme con ruido. Eso me da igual, lo que me revienta es despertarme. No quiero. No me gusta. Soy feliz en mi sueño fabuloso. Siempre sueño y casi siempre me acuerdo. Cuando abro los ojos y soy consciente de que me he despertado, la mayoría de las veces puedo retroceder y recordar perfectamente lo que estaba soñando. Si era un sueño molón tardo unos instantes en darme cuenta de que no es real, que se ha esfumado...y que yo soy un gremlin.

Abro los ojos, soy consciente de que estoy despierta y odio a todo el planeta. A todos. No se libra nadie. Todo el mundo me cae mal, todos son horribles y nadie me comprende. Deseo una catástrofe nuclear, una epidemia de ebola o incluso reencarnarme en lombriz...lo que sea menos levantarme.

No tiene nada que ver con los libros de colores. En vacaciones me pasa exactamente igual. Me despierto y sencillamente no quiero hacerlo. No quiero estar despierta y no quiero levantarme. MI cama es perfecta...todo lo que hay fuera es feo y no me gusta. Soy un gremlin.

Cuando me doy cuenta de que no hay más remedio que salir de mi nido perfecto y levantarme, me siento en la cama. Creo que es el momento del día en el que estoy más cerca de un llanto tipo candy candy…no quiero...no quiero. Un gremlin llorón…esa soy yo al despertar. Cuando me despierto, dejo de ser lo monísima que soy durmiendo y sé que tengo que enfrentarme a todas mis taras e idear un plan para que pasen lo más desapercibidas posibles para el resto de la humanidad.

Es un trabajo durísimo, y cada mañana es igual de desesperante. Me siento en la cama y pienso…no quiero.

No quiero que me hablen. No quiero que me den besos. No quiero que me toquen. No quiero ni que me vean. Quiero ser invisible y disfrutar de ser un gremlin hasta que me ducho.

Desde que tengo hijas...es peor claro. Ahora ya no puedo despertar y compadecerme de mí misma muchísimo y pensar que nadie me quiere y que sería feliz si pudiera quedarme en la cama hasta que me escupieran las sábanas. No, ahora tengo que levantarme y despertar a mis churumbeles.

Me levanto. Me pongo mi sudadera mugrienta y con los pelos parados y los ojos pequeños pequeños voy a despertar a laz princezaz. Las pobres han tenido mala suerte y en vez de despertarse con una madre de mejillas sonrosadas diciendo cosas bonitas como “arriba princesas” o cualquier otra majadería de esas…ellas tienen que lidiar con un gremlin cabreado que intenta no pagarlo con ellas. Y es peor, claro.

M, como debía estar en la cola de “dulzura para regalar” cuando Dios repartió los dones, me ve asomarme por la barandilla de su cama…y sencillamente abre sus ojazos azules, sonríe y dice: Buenos días…..y yo intento que mi gruñido suene lo más cariñoso posible.

C. como obviamente es hija mía, compite conmigo por ver quién es más gremlin. Obviamente también, ella lo consigue más, porque yo soy un gremlim madre y no puedo llorar y meterme debajo del edredón y pedir caricias y ser un completo coñazo hasta que llegamos a desayunar.

Si no hay que madrugar es igual. El trance es igual de desagradable. Me levanto y arrastro los pies. Desayuno por inercia. Bebo café pero no me sabe a nada. Tomo tostadas pero me daría igual que fueran de poliespam...yo sigo acordándome de mi cama y pensando si todavía quedará algo de calorcito debajo del edredón.

Normalmente soy una gran conversadora, pero no puedo articular palabra hasta que n me ducho. Incluso en un despertar amoroso de esos del planeta del amor no me pidas que vocalice nada. NI siquiera pretendas que murmure…No se me puede hablar por las mañanas.

Al contrario que los gremlins…una vez que me he duchado todo vuelve a su sitio. Con el pelo mojado recupero la prestancia de una tía con las cosas claras y que parece saber qué hacer con su vida.