Hace 10 años yo era una pipiola con un curro sin remnunerar que me encantaba: trabajaba de gratis en el Museo de América. Ahí estaba yo de curri total, cuando recibí una llamada que propició que hoy tenga este blog:
- Moli, JS necesita alguien para currar. Le he hablado de ti. Que le llames y vayas el lunes.
- Vale, pero yo de libros de colores no tengo ni puñetera idea.
- Da igual, le he dicho que eras superespabilada.
Así que allí me presenté yo, con pinta de tener idea de lo que iba el curro y mi curriculum en la mano. La verdad es que no sé para qué lo llevaba porque lo que yo había hecho y lo que iba a hacer, no tenían absolutamente nada que ver. Creo que pretendía que JS viera que por lo menos sabía leer y escribir.
- Hola soy moli.
- Vale, yo soy JS. Este es tu despacho. Yo me voy. Adiós.
- Pero..er…y ¿qué hago?
- Adiosss
Y así comenzó una bonita relación laboral que dura ya 10 años.
Al principio recuerdo que pensaba: ¿qué hago yo aquí, trabajando con este tío? JS es de pocas palabras y muy serio. La verdad es que al principio impresiona. Me acojonaba hasta cuando llamaba por teléfono.
Ring, ring. Yo descolgaba el teléfono
- Soy JS. Quiero el informe de tal, llama a no sé donde, necesito un coche y organiza reunión.
- Vale, pero es que…
- Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.
Me ponía de los nervios que ni dijera hola, ni adiós y me colgara a mitad de frase.
Colgaba y empezaba: mecagoenlalecheesquehayquejoderseconelteléfonodeloshuevos...
Decidí que ir a decírselo era de nenazas: es que me molesta que me hagas eso. Adopté la táctica del espejo, hacer exactamente lo mismo que él.
Ringg ringgg.
- Soy Js.
- Vale…ha llamado esto, la reunión es no sé dónde y el coste de los libros verdes es tal.
Y colgaba.
A los dos minutos volvía a llamar: ¿me has colgado? Noo..Para nada, es que ya te he dicho todo lo que te tenía que decir.
Poco a poco y gracias a esto, mejoraron mucho nuestras comunicaciones telefónicas.
Cuando empecé a currar con él como no tenía ni idea de lo que esperaba de mi, decidí que lo mejor era ser yo. Si le gustaba fenomenal y sino le gustaba pues volvería a mi mundo vocacional de los museos a morirme de hambre.
Lo bueno es que le gustó, pero yo pasé mucho miedo. Recuerdo la primera vez que le corregí un discurso que estábamos preparando. Lo había releído unas 20 veces y sabía que una referencia mitológica estaba mal. Decidí que lo mejor era decírselo, así que con dos cojones entré y le dije: JS, esto está mal y así no se entiende la referencia.
Me miró con cara de: que narices tienes piltrafilla.
Cogió el papel, lo leyó y me dijo: tienes razón. La parte mala es que ahora los discursos los escribo yo..y es un coñazo.
JS es como todos los jefes para algunas cosas:
Da por supuesto que el planeta sabe lo que él quiere, cómo lo quiere y cuando lo quiere y piensa que dar explicaciones es una pérdida de tiempo.
Lo quiere todo ya, ahora o mejor ayer.
Por supuesto pierde los papeles, no sabe dónde ha dejado las cosas e intenta echarme a mí la culpa. Cuando por fin resulta que están debajo de su barbilla..me deja esbozar una sonrisita de: ya te lo había dicho.
Me echa broncas que no me corresponden, simplemente porque tiene más confianza conmigo. Bueno, por eso y porque la gente llora y entonces le desarman. Le dan pena y acaba consolándolos. Yo no lloro y se puede desahogar mejor.
Siempre me está dando consejos de los que yo paso olímpicamente: no te cases, no tengas hijos, no tengas otro hijo.
Si le digo que tengo una mala noticia, siempre contesta: ¿estás embarazada? La parte buena es que cuando le digo que no, cualquier otra cosa le parece menos grave, aunque sea que los libros verdes se han hundido de rendimiento.
Me deja decirle cosas que nadie más le dice. Otras no me deja decírselas, aunque sabe lo que pienso. Y otras no las sabe, y no se las digo porque no soy mema y sé hasta dónde puedo llegar.
Cuando bajamos a comer siempre se hace el que come menos: a mi póngame la mitad de lo que le ha puesto a la señorita. Y yo digo en alto: si, que tiene que dejar hueco para el helado que se aprieta de postre.
Si me da consejos siempre le digo: no seas padre. Eso le jode mogollón.
No soporta que esté cabreada.
No somos amigos, ni falta que nos hace. No compartimos casi ningún gusto. Mejor dicho, ninguno. Todo lo que le gusta a él, a mi me horroriza y él no tiene ni idea de lo que me gusta a mi. La gente que a él le cae bien, serían candidatos a la lapidación por mi parte y los que me caen bien a mi, él los tiene sentados en la boca del estómago. No le gusta mi música, ni a mi lo que él me canta. Muchas veces sus corbatas me parecen espantosas y él sería incapaz de decir lo que llevo puesto aunque su vida dependiera de ello. No tiene sentido del humor pero con mi malvada ironía consigo que se ria a carcajadas...eso sí, siempre sin público. Tiene un prestigio que mantener.
Por supuesto y no hace falta decirlo, opina que el ingeniero es un santo.
En fin, han pasado 10 años y nos llevamos muy bien. Eso se ve en fabuloso baile dialéctico que nos marcamos cuando me llama por teléfono:
Ringgg
- Buenos Días JS.
- Ave Mª Purísima moli…(JS siempre me llama por mi apellido), ¿qué tal estás?
- Pues aquí, echándote de menos y esperando a que llegues para iluminarme el día en los libros de colores.
- Pues tengo una mala noticia…no voy a ir..Tengo unas reuniones fuera.
- No me creo ese disgusto.
- Lo imagino, pero la vida es dura Moli. Sé que soportarás mi ausencia con estoicismo.
- No te preocupes que me encargaré de que tus súbditos no hundan la empresa.
- Bien, sabía que podía confiar en ti.
A lo mejor pensáis que esto es peloteo, pero no lee mi blog.
Por supuesto que no se parece a Bruce,pero siempre es buen momento para poner una foto suya.