martes, 18 de septiembre de 2012

PRIVILEGIOS

Esperanza ha dimitido.

Habrá quien haga la ola, de palmas con las orejas y se sienta un poco rollo la liberación de Paris porque la considera un mal bicho, habrá quien se sienta compungido y desamparado porque la considera una súper líder y habrá a quien le de completamente igual porque hace tiempo que la despeñó por el barranco de la indiferencia.

Dimitir no es un hecho bueno en sí mismo. En España es un hecho insólito y como ocurre tan poco, hay voces que dicen “ha dimito, aquí no dimite nadie y ella sí”, como si fuera un mérito.

¿Qué tiene de meritorio que dimita?

Nada.

Pensándolo bien, es un privilegio. Otro más de los que tienen los políticos. No todos, los políticos “puros”, esos que no han hecho nada más en su vida más que estar ahí, esos a los que llaman “animales políticos”.

Dimitir como lo ha hecho Esperanza es un privilegio. Es otra prueba más de que por mucho que se llenen la boca con el plural comprensivo “nosotros los ciudadanos” “nosotras las mujeres” “nosotras las madres”, son de otra galaxia, de otro planeta y no tienen ni idea de lo que es la vida real.

He leído por ahí los motivos de su dimisión. Dan muchos y variados, pero todos y cada uno de ellos no hacen más que demostrar mi teoría de que viven en otro planeta.

Resulta que hace un año, su máxima aspiración vital era ser Presidenta otra vez, una campaña electoral superagresiva porque quería ser elegida fuera como fuera. Es elegida, con un mandato para 4 años. Te presentas para 4 años. No es que fuera sorpresa que la eligieran y le dijeran “Eh, Espe...que esto es para 4 años”. No, ella sabía a qué se presentaba. Adquirió una responsabilidad, se comprometió por 4 años…y con eso se llenaba la boca...

Ahora “está cansada y cree que ha llegado el momento de dejarlo”. ¿Qué está cansada? ¿Que está cansada? Ella y ¿cuantos más de los que trabajamos? ¿Cuanta gente hay que todos los días se levanta dice “estoy agotado” y cuenta los años que le quedan para jubilarse?

“Ha perdido la ilusión por el proyecto”. Me descojono. Ahora resulta que para ganarte el sueldo hay que tener ilusión por el proyecto. No me jodas. ¿Cuanta gente va todos los días a un trabajo que no es que no le haga ilusión si no que le hace llorar?

“Tiene muchos desencuentros con su jefe. No está de acuerdo con sus decisiones”. …vaya por Dios. Pobrecita. Su jefe hace cosas sin consultarle, se pasa sus opiniones por el forro, prefiere a otros y no le pasa la manita por el lomo. Poooobre Espe.

“Quiere estar con su familia”. Estupendo. La vida familiar es lo más importante, todos lo sabemos. Es más, hay hordas de gente a la que le gustaría pasar más tiempo con su familia.

¿Estoy criticando a Espe por dimitir? No. Está en su perfecto derecho y ni me va ni me viene. Me da exactamente igual.

A lo que me refiero, es que no es una heroína ni un ejemplo a seguir, ni una cumbre de coherencia personal ni nada por el estilo.

Es una privilegiada. Que porque ha perdido la ilusión, se ha peleado con su jefe, está cansada y quiere pasar más tiempo con su familia, puede bajarse de la responsabilidad adquirida que ella había querido, llegar un lunes al curro y decir...”Pues no respiro y lo dejo”. Porque si, porque puede permitírselo.

Porque todos pensamos muchas veces que estamos hartos de nuestro curro, no nos acordamos de lo que era la ilusión por el curro, nuestro jefe es imbécil, estamos agotados y nos encantaría pasar más tiempo con nuestras familias…pero entonces vemos el Excel en el techo del cuarto...vemos los ingresos y los gastos y apretamos los dientes y seguimos currando.

No perdamos el criterio, dimitir es solo para privilegiados. 

lunes, 17 de septiembre de 2012

FATAL

Imaginemos un hipotético diálogo habitual y cotidiano con gente que me conoce.

Hola Moli ¿Qué tal?

¿Qué puedo contestar yo?

Muy bien” con una gran sonrisa y riendo, contestaré en el 40 % de los casos.

Ese “muy bien” significa que es un bonito día, que estoy de buen humor y que en general no me puedo quejar.

Bien” con una sonrisa y un tono alegre y despreocupado será mi respuesta en un 40 % de las ocasiones.

Ese bien significa: las cosas van y no te voy a decir si bien, mal, regular o de puta angustia porque ni es el momento, ni la ocasión, ni me apetece y esta es una conversación intrascendente, pero que en general todo funciona correctamente y no me perturba.

Mal” con una sonrisa y un tono agradable y despreocupado será mi respuesta en un 10 % de las ocasiones.

Ese “mal” significa que las cosas van mal pero que no vamos a hablar de ello pero tampoco a fingir que todo es de color de rosa, pero que como soy una tía fuerte y echada para adelante, las cosas van mal pero no tan mal como para sobrepasarme o no en este momento que estamos aquí saludándonos y charlando de bobadas.

Muy mal” con una sonrisa en la que me tiembla la boca y a la que sigue una broma de humor negro que distraiga la atención, será mi respuesta en un 7 % de los casos.

Ese “muy mal” significa que las cosas van de puta angustia y que he tenido un breve momento de debilidad al decírtelo, pero que vamos a hacer como que no lo hemos oído y seguiremos con la charla sobre generalidades, que es lo que toca.

“Fatal” con una sonrisa en la cara y con gafas de sol puestas contestaré en el 3 % de los casos.

Ese “fatal” significa que las cosas van muy mal, muy mal y que lamentablemente Me has pillado en un momento bajo, o despistada o algo y en vez de contestarte lo que esperas que es “bien” mira por donde me ha salido la verdad “Fatal”.

 
Si has sido uno de los agraciados con la respuesta “Fatal” hay una serie de cosas que me joden hasta el infinito que hagas.

1.- La contestación “Eco”. ¿Fatal?

Si, cojones, he dicho fatal, no he dicho anal, ni panal, ni pañal. He dicho FATAL.

2.- La incredulidad. ¿Fatal? No puede ser.

¿Cómo que no puede ser? ¿Te crees que soy imbécil y no tengo criterio? O peor... ¿me estás acusando de mentir?

3.- Menosprecio hacia mi FATAL. “Venga ya, seguro que no es para tanto

Pero vamos a ver, en los años que me conoces ¿cuantas veces te he dicho “Fatal”?. Ninguna. Así que si ahora te lo digo…ES VERDAD. No soy una llorica que se queja por todo, asi que si me quejo, es por algo.

4.- Consejos idiotas. “Piensa que podía ser peor”.

Sí, claro...ahora que lo dices, podía ser peor...podías ser la única persona en la tierra con la que hablar de mis problemas, pero gracias a Dios acabo de descubrir que lo que va a ser esto es la última vez que hablo contigo de mis problemas.

5.- Comparativas idiotas. “Hay gente que está mucho peor que tú”.

¿Y?? Seguro que no han ido a cometer la gilipollez de decirle “fatal” al primer idiota menos empático que un sacapuntas que han encontrado.

Y sobre todo, no me vengas con “Moli no seas cínica”. El cinismo y el cabreo me mantienen en pie. Por ejemplo ahora, el cinismo me va a servir para no ponerme a llorar pensando que las cosas van mal y encima van peor porque he cometido el error de hablar contigo. El cabreo me hace prometerme a mí misma, que jamás volveré a hablar de esto.

Así que la próxima vez que te conteste “Fatal”, haz como que no me has oído, finge que he dicho “Bien” o mucho mejor, no me preguntes y yo podré seguir fingiendo que me pareces alguien con criterio y tú podrás seguir con tu fantasía de “Moli siempre está de buen humor”.

viernes, 14 de septiembre de 2012

CAMPAÑA ELECTORAL (I): las dudas.

Un descerebrado me dice: ¿Vótame!! ? ¿Eso es todo lo que se te ocurre? ¿Acaso está prohibido hacerse autopromoción o es que has perdido la imaginación?

Que cabrito. Y lo peor es que tiene razón. “Vótame” es un slogan muy pobre, como de partido electoral. No dice nada, suena a como qué me da vergüenza, a que tengo poco interés, o peor, a que tengo poca confianza en mis posibilidades. Ahora que lo pienso, parezco Obelix gritando bajito “Comprad, comprad mis hermosos jabalíes”. Mierda.

Seguro que si me aplico puedo hacerlo mejor y alguna idea ocurrente e ingeniosa (aparte del soborno) para conseguir el voto aparece aleteando desde el fondo de mi cerebro.

Me pongo a ello. A pensar algo. Ya está. Con dos cojones, voy a hacer una campaña electoral que no se parezca a ninguna otra: una campaña divertida, ingeniosa y que no sea para nada cansina.

Que idea más guay. Mi falsa modestia bloguera aletea feliz y se relaja porque ya tiene post para mañana.

De repente, otro descerebrado suelta en twitter una indirecta: Juro por esta tierra virtual que jamás votaré al bloguero o bloguera que haga campaña y pida votos para ganar un premio!! ¿Y la dignidad?

Mierda. ¿No mola una campaña? ¿Qué hay de malo en pedir votos? Empiezo a dudar.

Si te presentas a un premio es porque crees que hay alguna posibilidad remota de ganar o de quedar finalista. Si además es un premio que depende de que te voten, lo suyo es pedir el voto, porque aunque los descerebrados son listísimos y muy aplicados, digamos que se dispersan y si no les abraso, son capaces de olvidarse de votarme. Es más, si no pido el voto ¿cómo van a saber qué me presento? ¿Acaso no debería haberme presentado? Este es un premio de los buenos, ni siquiera tiene patrocinador ni premio. ¡¡ Si gano me darán una estatuilla de metacrilato!! En el fondo soy una heroína, como gane a ver donde pongo una estatuilla de metacrilato. ¿Cuál es la gracia entonces? Joder, pues que si lo ganas,  no ganas nada, sencillamente ganas porque hay mucha gente a la que le gusta lo que haces y se toma la molestia de votarte. Y eso mola mil.

¿Mi dignidad? ¿Qué tiene que ver mi dignidad? Escribo porque me gusta y sobre lo que me gusta y si lo que escribo le gusta tanto a la gente como para meterse en el infernal sistema de votación de Bitácoras y apoyar el blog…creo que mi dignidad está perfectamente a salvo.

Las dudas me corroen. ¿Qué hago? ¿Hago la campaña? ¿Me callo? ¿Voy por la calle con pancartas pidiendo el voto? O ¿me hago la digna y digo “A mí los premios me dan igual”?

Mientras estas dudas me corroen, llego a una decisión salomónica: empiezo la campaña con mis dudas.

Gracias a los dos descerebrados inspiradores.

Para votar: pinchad en la columna de la izquierda donde pone Premios Bitácoras. Ya están rellenos las categorias a las que me presento. Hay que validarse con facebook o twitter y darle abajo a votar. Adivinar las letras infernales y listo. Lo sé, es un sistema del demonio.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

UNA DOCENA DE CURSILISMOS QUE SON INTOLERABLES






Nadie está a salvo de tener un momento de cursilismo. Lo cursi nos acecha en cada esquina, en cada momento de debilidad, de blandenguería. Uno se levanta queriendo al planeta, a sus hijos, a su pareja, a su casa o a su coche y sin comerlo ni beberlo se puede encontrar haciendo algo muy muy cursi.

Mientras lo cursi se circunscriba a algo íntimo, privado y a ser posible entre personas que tendrán la clase suficiente como para jamás hablar de ello en público, digamos que es tolerable.

Cuando lo cursi sale del ámbito privado y toma el poder, es el mal. Lo cursi es poderoso y hay cantidad de gente débil y sin criterio que no sabe resistirse y además cree que todas esas cosas cursis que no tiene reparo en mostrar son de una gran elegancia y todo el planeta está deseando contemplarlas y envidiarlas.

Ya lo he dicho, lo cursi es poderoso.

1.Habitaciones de la casa en shock cromático de colores pasteles



Esas casas donde te enseñan los dormitorios y todo es exactamente del mismo tono, con la funda del edredón a juego con las cortinas, la alfombra, la pantalla de la lámpara, los cojines, las sábanas. Hasta los libros de la mesilla (en caso de haberlos) parecen colocados ahí porque van a juego con lo demás. En los cuartos infantiles el cursilismo se está haciendo muy poderoso y llegando a unas cumbres espantosas.


2. Coordinación en el vestir



Llevar a tus hijos vestidos iguales tiene un pase, puede ser cómodo a la hora de comprar y cómodo para localizarlos en el parque. Ir vestido a juego con tu pareja y con todos tus churumbeles no dice “como moláis” dice “¿estarán todos de acuerdo o ella les ha drogado para conseguirlo? No sé cuál de las dos opciones me da más miedo”

3. La acumulación de símbolos cursis.



Una caja de bombones es algo romántico. Un ramo de flores es un precioso detalle. Una joya puede tener su público. Una caja de bombones con forma de corazón, un ramo de flores con forma de Cupido, una joya que sea un corazón partido es completamente innecesario y no multiplican el amor, más bien lo reducen al ridículo.


4. Las invitaciones de boda intensas



Todos estamos de acuerdo en que el “los Srs de tal y de pascual les participan el enlace de sus hijos…” es horrible, pero algo como “Llegaste a mi vida como las olas a la orilla y nuestros alientos se fundieron para hacerse uno contemplando la inmensidad azul que nos rodea para siempre”…da ganas de vomitar.


5. El patinaje artístico



Es un deporte cursi. Admitámoslo. Deslizarse es de por sí una actividad cursi a no ser que se haga cuesta abajo, completamente descontrolada y con riesgo claro de acabar con contusiones graves. Deslizarse por el hielo poniendo posturitas y embutido en unas mallas moradas con brillos es algo muy cursi…y es curioso como ellos resultan muchísimo más cursis que ellas.

6. Motes cariñosos dichos en público



Si tienes un problema con el nombre propio de tu pareja y te resulta dificil combinar su nombre con la expresión amorosa, entiendo que inventes motes cariñosos: churri, cariño, cari, micari, boni, mi osito de peluche, mi amorcito o lo que sea…pero jamás jamás jamás hay que pronunciarlos en público. A tu amorcin lo mismo le da igual...pero los que lo escuchan jamás olvidarán ese “ cari...a que a ti te gustan mis lentejas?”…y una vez que has oído como a alguien le llaman “boni” es imposible volver a tenerle ningún respeto.


7. Nuestra canción



Parejas que tenéis una canción:la primera vez que os visteis, el primer beso, el primer polvo, la primera reconciliación, lo que sea, guardadlo para vosotros. Si suena en una fiesta, en la radio, en la charanga de la plaza del pueblo...absteneos de decir “¡¡es nuestra canción!!”…no lo sabéis pero imaginar en qué contexto alguien tiene a Shakira como cumbre de su amor no es agradable.


8. El Telva, el S Moda, el Yo Dona



Portadas cursis, artículos cursis, entrevistas cursis, reportajes iluminados para que todo parezca que ocurre al atardecer en la campiña Toscana, recomendaciones de libros atrozmente cursis, todo un festival de bobadas cursis que ofenden a cualquiera y que además son increíblemente caras y absurdas.

9.Los gatitos



Internet se creó para salvar a los gatos. Son unos animales muy desagradables a los que sin embargo hay que reconocer sus andares elegantes. Miles de cursis encubiertos llenan la web de fotos de gatos amorosos con letras sobreimpresionadas y frases como “soy tu gato mimoso”. Si es con osos, no se la causa pero es menos cursi aunque igual de ofensivo.


10. Un mal uso del PowerPoint



El PowerPoint es demasiado sencillo de utilizar. Hordas de cursis del planeta han visto una herramienta poderosa para inundar el correo de los demás con espantosas presentaciones llenas de cascadas, atardeceres africanos, fondos marinos con corales con letras doradas que aparecen con sabios consejos para vivir como “escucha a tu corazón”. Abres eso y dices ¿Por que tiene este tío mi correo? Y ¿ escuchar mi corazón? No me oigo ni mis pensamientos con la banda sonora de Glen Medeiros que le ha metido el tío al PowerPoint.


11. Coreografías de amor en las bodas



¿El vals esta pasado de moda? Vale. ¿No sabéis bailar el vals? Estupendo. Si sois muy buenos bailarines atreveos con el tango, algo que deje a los invitados flipados y pensando en cómo os lo vais a pasar en la noche de bodas...pero por favor nada de coreografias Dirty Dancing. Un respeto por esa gente que se ha gastado la pasta para ver cómo te casas...ninguna amistad sobrevive a una coreografia Dirty Dancing.


12. . La natación sincronizada



Lo he dicho al principio, el cursilismo es poderoso, muy poderoso.

¿Creamos un deporte en el que unas tías tengan que llevar unos bañadores muy brillantes, con cristales, escamas, lentejuelas, pedrería, a ser posibles dorados, plateados, rosas, tengan que sonreír permanentemente aunque lleven medio minuto sin respirar y se muevan a la vez en perfecta coordinación como si fueran presa de espasmos nerviosos que les provocaran ganas de estirar al máximo las puntas de los pies y mirarse las manos mientras se mueven a lo egipcio?

Si, y hagámoslo olímpico y que lo retransmitan a todo el mundo.

El Dios del cursilismo ha acariciado gatitos este mes de agosto mientras asistía a su triunfo.

Republicado de Una docena de