Érase una vez una primogénita que estaba hasta el moño de que sus padres la estuvieran todo el día mangoneando y diciéndole qué era lo que podía o no podía hacer. Estaba también harta de que le prohibieran hacer todo lo divertido “ no vayas al bosque”, pero cuando los absurdos de sus hermanos pequeños: Hansel y Gretel se piraron sin decir nada a nadie, les pilló una bruja y hubo que mandar a los Geos a buscarlos, sus padres en vez de echarles la bronca del siglo, le montaron el pollo a ella y le dijeron: la culpa es tuya por no haberles vigilado bien, para algo eres la hermana mayor y tienes que ser responsable.
Ricitos estaba por tanto, hasta los mismísimos ricitos de su familia y un buen día decidió hacer caso a esa frase tan de su madre: un día me voy a ir..y a ver entonces cómo os las apañais.
Cogió la puerta y los rizos y se las piro al bosque.
Tenía un plan. Había decidido que iba a cambiar de familia. Quería ser hija pequeña.
El bosque de los cuentos estaba lleno de familias de todo tipo, seguro que conseguía acoplarse a alguna familia y ser la hija pequeña adorable, la “Pobre Ricitos de Oro”.
Se encontró primero con una cabra soltera y 7 cabritillos.Sopesó sus posibilidades, pero una madre soltera y 7 energúmenos era mal plan. Además ya había un listillo pequeñajo que no estaba segura de poder eliminar.Tenía la posibilidad de llamar al Sr. Lobo para solucionar ese pequeño problema, pero seguirían siendo 6 cabritillos y no era buen plan.
Poco después encontró un rastro de miguitas de pan, tenía hambre y se las fue comiendo, si le decian algo ya diría que habían sido los pajaritos. All final se encontró con una panda de tíos encabezados por un canijo qué ¡vaya por Dios! era otro listillo. Le dijo que se llamaba Pulgarcito y que se estaban repartiendo el bosque para vender drogas buenas...” y naturales” le dijo guiñándole el ojo. Le ofrecieron un curro como gancho, al fin y al cabo era rubia, pero Ricitos tenía un plan y juntarse con esa panda de malotes encabezados por un canijo con botas de macarra no se ajustaba para nada. Además, no llevaba ni minifalda ni tacones.
Después de tropezar con una yonki con una capa roja, unos cerdos emporrados y un pato feo que se creía un cisne, Ricitos empezaba a estar un poquito desesperada, pero no tanto como para pensar en volver a casa y escuchar a su madre decir: ¿ ves? Si es que así no hay manera...si me hicieras caso...
Siguió caminando y llegó a una casa chula en un claro del bosque, lo que viene siendo una casa molona de cuento. Dió un par de vueltas para ver si había alguien y ensayó su mejor cara de “pobrecita” que había aprendido tras un minucioso análisis de las caras que los cabrones de sus hermanos pequeños ponían a sus padres. Lo tenía todo ensayado, saliera quien saliera, pondría ojitos, haría que las lágrimas se acumularan en sus ojos y luego las dejaría rodar por su cara hipando dulcemente a la vez, una actuación espectacular.
Allí no había ni el tato, pero decidió entrar a echar un vistazo, cotillear y ver si le convenía aquella casa para sus propósitos.
Como ya he dicho, era una casa molona, si acaso un exceso de pelo por todas partes, pero Ricitos no tenía problemas con eso. Su hermano Hansel era un cerdo redomado que tenía siempre la habitación hecha un asco “ Ricitos, ayuda a tu pobrehermano a recoger” y su hermana Gretel podía cambiarse de ropa 15 veces al día y tirar toda la ropa al suelo compartiendo espacio vital con las revistas Superpop que consultaba como un oráculo. “ Ricitos, no puede ser que tengáis así la habitación, haz el favor de ordenarla” Los pelos le daban igual, definitivamente.
En aquella casa, todo estaba por triplicado: 3 sillones, 3 camas, 3 sillas, 3 tazones...mmmm...¡¡qué buena pinta tenía esto! Ricitos vió la luz...¡¡su plan de ser la hermana pequeña era una mierda, era poco ambicioso!!! ¡¡ahora lo veía claro!!! ¡¡Quería ser hija única!! ¡¡Califa en lugar del Califa!!! ¡La favorita de mamá! ¡¡La preferida de papá! Un padre y una madre ( peludos, pero no iba a ponerse purista con esto) para ella sola, idolatrándola, dándole todos los caprichos y haciendo fotos compulsivamente en su ceremonia de graduación...
...Ricitos estaba feliz...salto por las sillas y rompió la pequeña, se comió lo que había en los tazones..saltó en las camas mientras daba gritos enloquecida....¡¡iba a ser una mimada!!!
..pero claro, antes de conseguir eso iba a tener que librarse de un pequeño problema.Allí ya eran tres: había que eliminar al pequeño peludo de la ecuación para que todo encajara.¿Qué podía hacer?
¿El Sr. Lobo?...mmm...no, demasiado fácil.
¿ Acusarle de falso narcotráfico ayudada por los 3 cerditos?...demasiado complicado...
¿ Intentar colarle en la banda del canijo zapatones?...seguro que le pedían algo a cambio...
¡¡lo tenía!!
¿conoceis el oso de Lost?
Pues eso.
Ricitos era primogénita, tenía recursos y sabía cómo usarlos.