Lo sé.
Lees esto con casi 40 años y piensas “yo esto lo tengo superado”. Es más, lo tienes superado y con un poco de suerte has conseguido arrinconar esos meses que pasaste chapoteando en la autocompasión en los más profundo de tu mente..
Ahora es el momento de recordarlos y recopilar toda tu patética experiencia y dar una serie de sabios consejos a los incautos que todavía no hayan superado esa etapa.
1.Asume desde el minuto 1 que vas a hacer cosas patéticas
Es inevitable, nos pasa a todos. Vas a hacer cosas patéticas y lo que es peor tendrás pensamientos aún más patéticos que solo evitarás llevar a la práctica porque en el último momento pensarás “como alguien se entere de esto..me muero de la vergüenza”. Y no las harás, no porque no quieras, sino por las posibles consecuencias en tu reputación.
2. Huye de las canciones románticas
No escuches baladas ni canciones románticas. Casi mejor evita cualquier canción con letra. Es el momento de descubrir la música clásica. Tu alma atormentada que nada en autocompasión, se empeñará en desentrañar cada letra de cada canción buscando un mensaje o bien de autoayuda o bien que refleje exactamente como te sientes. Es mentira. La canción la escribió un tío para hacerse rico: NO es tu canción, NO habla de ti.
3. Pensaras que espiar no es tan malo
Y no es malo si lo que pretendes es robar la fórmula de la Coca Cola o secretos nucleares. Espiar para saber que hace tu ex, es malísima idea. Lo que descubras no te va a molar nada y ni siquiera te hará rico.
4. Tendrás visualizaciones chungas. Evítalas
Visualizarás a tu ex feliz, a tu ex contento, a tu ex por la calle como en un anuncio de colonia. Y al mismo tiempo te visualizarás a ti mismo viejuno, en una butaca, tapado con una manta de cuadros y rodeado de gatos. Tampoco eres original en esto…nos ha pasado a todos. No te recrees en eso.
5. No a la disección
Nada de jugar a los forenses del amor. Nunca, bajo ningún concepto hay que entrar a diseccionar cada palabra, gesto, movimiento, beso o abrazo de tu relación. No sirve para nada y además te llevara a conclusiones erróneas y muy dañinas.
6. No fantasear con el momento arrepentimiento del otro
No va a pasar. Deja de elucubrar que algún día volverá porque se dará cuenta de que eres el amor de su vida. Es un pensamiento reconfortante, pensar que el sufrimiento absurdo al final tendrá recompensa, pero es falso. Eso no pasa nunca o casi nunca…y si te va a pasar, mejor que sea por sorpresa.
7. Ten piedad de tus amigos
Tus amigos te quieren y les jode verte sufrir. Pueden acompañarte en una sesión de terapia, en dos, en tres, pero no puedes abrasarles eternamente con “ ¿ tu crees que cuando me dijo que …? “ ¿ a que tu también crees que volverá conmigo? Eso es cansino y les obligarás a mentirte o a ser cruel contigo.
8. Bórralo de tu existencia
Con las redes sociales y los móviles esto es chungo pero hay que hacerlo. Fuera el FB, fuera el twitter, fuera el mail, el número del móvil, todo. Borra los mails, los archivos, las fotos, entierra los regalos en el fondo de un cajón. En estos casos la amputación siempre es mejor que la lenta putrefacción.
9. Córtate el pelo
Sé que parece una gilipollez..pero funciona….esto..eh..eso me han dicho.
10. No llames jamás. No mandes sms. No mandes mails.
Si el impulso es incontrolable, párate y piensa que pasará si cuando hagas eso no hay respuesta por parte del otro lado. Exacto, te sentirás aún peor..así que abstente. Si esto no es suficiente, medita y piensa “ Si mañana sigo teniendo este impulso lo hago”. Te sorprenderás al comprobar como pasadas 24 horas sabes que aquel mensaje es mala idea.
11. Ni te acerques a la idea “ seamos amigos”
No vais a ser amigos. A lo mejor cuando las ranas críen pelo, esa opción es posible. Hasta entonces ni te lo plantees y menos si tienes la peregrina idea de que manteniendo la amistad, volverá el amor. No va a pasar.
12. Emborráchate y usa el humor negro
No te apetece. No te hace gracia. Lo que quieres es tu manta, tu sofá, tu tarrina de helado y regodearte en autocompasión mientras te reafirmas en la idea de que lo vuestro era especial. No. Nada como unas risas alcohólicas, un festival de humor negro a costa de tu love story y una buena resaca para empezar a superarlo.
Si has llegado hasta aquí leyendo y acaban de dejarte, sé exactamente qué estás pensando: lo mío es distinto, es peor.
Es el momento del alcohol.
Republicado por gentileza de Unadocenade