miércoles, 9 de febrero de 2011

DESPERTARES

El momento del día en el que soy más yo, es el momento de despertarme. En ese momento soy un gremlin asustado.

Normalmente soy una persona muy regulera. Tengo mucha mala leche, soy egoísta, rencorosa, valoro una buena venganza, la modestia no está entre las virtudes que me adornan, no sé matemáticas, no tengo pulgares oponibles, mi paciencia es limitadísima y no tengo culo.

Todas esos graves defectos y muchísimos más que no se pueden contar, se elevan a la enésima potencia cuando me despierto. En el instante justo en el que paso de estar dormida a estar despierta y consciente, en ese momento...soy un gremlin.

Da igual que haya dormido mucho o poco. Bueno, no da igual, cuando cometo la imprudencia de salir un jueves y acostarme a las 4 de la mañana para luego levantarme a las 8 con una holgura craneal de campeonato e ir a currar, soy un gremlin venenoso.

Supongo que dormida soy muy mona. No tengo ni idea. Quitando algunas etapas de insomnio atroz, no tengo muchos problemas para conciliar el sueño. Eso sí, tengo el sueño ligero y me despierto con casi cualquier alteración de mi entorno. Si duermo con alguien y ese alguien se da la vuelta en la cama, tose, estornuda o cualquier otra cosa me despierto. Si ladra putoperro me despierto, si hay pajaritos me despierto, si pasa una moto me despierto, si pobrehermano se ducha a las 6 de la mañana me despierto, si el ingeniero efectúa su fabuloso baile mañanero de “que tío más silencioso soy que no hago ni un ruido” mientras pulula por toda la casa, no solo me despierto si no que valoro el divorcio como una opción que mejoraría mucho la vida en la tierra.

A pesar de eso, no me molesta despertarme con ruido. Eso me da igual, lo que me revienta es despertarme. No quiero. No me gusta. Soy feliz en mi sueño fabuloso. Siempre sueño y casi siempre me acuerdo. Cuando abro los ojos y soy consciente de que me he despertado, la mayoría de las veces puedo retroceder y recordar perfectamente lo que estaba soñando. Si era un sueño molón tardo unos instantes en darme cuenta de que no es real, que se ha esfumado...y que yo soy un gremlin.

Abro los ojos, soy consciente de que estoy despierta y odio a todo el planeta. A todos. No se libra nadie. Todo el mundo me cae mal, todos son horribles y nadie me comprende. Deseo una catástrofe nuclear, una epidemia de ebola o incluso reencarnarme en lombriz...lo que sea menos levantarme.

No tiene nada que ver con los libros de colores. En vacaciones me pasa exactamente igual. Me despierto y sencillamente no quiero hacerlo. No quiero estar despierta y no quiero levantarme. MI cama es perfecta...todo lo que hay fuera es feo y no me gusta. Soy un gremlin.

Cuando me doy cuenta de que no hay más remedio que salir de mi nido perfecto y levantarme, me siento en la cama. Creo que es el momento del día en el que estoy más cerca de un llanto tipo candy candy…no quiero...no quiero. Un gremlin llorón…esa soy yo al despertar. Cuando me despierto, dejo de ser lo monísima que soy durmiendo y sé que tengo que enfrentarme a todas mis taras e idear un plan para que pasen lo más desapercibidas posibles para el resto de la humanidad.

Es un trabajo durísimo, y cada mañana es igual de desesperante. Me siento en la cama y pienso…no quiero.

No quiero que me hablen. No quiero que me den besos. No quiero que me toquen. No quiero ni que me vean. Quiero ser invisible y disfrutar de ser un gremlin hasta que me ducho.

Desde que tengo hijas...es peor claro. Ahora ya no puedo despertar y compadecerme de mí misma muchísimo y pensar que nadie me quiere y que sería feliz si pudiera quedarme en la cama hasta que me escupieran las sábanas. No, ahora tengo que levantarme y despertar a mis churumbeles.

Me levanto. Me pongo mi sudadera mugrienta y con los pelos parados y los ojos pequeños pequeños voy a despertar a laz princezaz. Las pobres han tenido mala suerte y en vez de despertarse con una madre de mejillas sonrosadas diciendo cosas bonitas como “arriba princesas” o cualquier otra majadería de esas…ellas tienen que lidiar con un gremlin cabreado que intenta no pagarlo con ellas. Y es peor, claro.

M, como debía estar en la cola de “dulzura para regalar” cuando Dios repartió los dones, me ve asomarme por la barandilla de su cama…y sencillamente abre sus ojazos azules, sonríe y dice: Buenos días…..y yo intento que mi gruñido suene lo más cariñoso posible.

C. como obviamente es hija mía, compite conmigo por ver quién es más gremlin. Obviamente también, ella lo consigue más, porque yo soy un gremlim madre y no puedo llorar y meterme debajo del edredón y pedir caricias y ser un completo coñazo hasta que llegamos a desayunar.

Si no hay que madrugar es igual. El trance es igual de desagradable. Me levanto y arrastro los pies. Desayuno por inercia. Bebo café pero no me sabe a nada. Tomo tostadas pero me daría igual que fueran de poliespam...yo sigo acordándome de mi cama y pensando si todavía quedará algo de calorcito debajo del edredón.

Normalmente soy una gran conversadora, pero no puedo articular palabra hasta que n me ducho. Incluso en un despertar amoroso de esos del planeta del amor no me pidas que vocalice nada. NI siquiera pretendas que murmure…No se me puede hablar por las mañanas.

Al contrario que los gremlins…una vez que me he duchado todo vuelve a su sitio. Con el pelo mojado recupero la prestancia de una tía con las cosas claras y que parece saber qué hacer con su vida.

lunes, 7 de febrero de 2011

LOS CANSINOS

Cansinismo: dícese del estado de ánimo que hace de una persona un auténtico coñazo para los que le rodean.

Causas que provocan el cansinismo:

Llegada al planeta del amor.
¿A que es mono mi novio? Y ¿Sabes lo que hizo ayer?? Y... ¿a qué no sabes que me dijo? ¿Te he contado que dice que nunca ha estado con nadie como yo? Y entonces se fue y me mandó un sms y yo le contesté, y él me dijo…..

Salida del planeta del amor.
Yo no voy. Estoy hecha polvo. Nunca en mi vida voy a encontrar a alguien así, porque él era maravilloso y estupendo y era amor verdadero y claro, tú no lo entiendes (Y ¿por qué coño me lo cuentas entonces?) y entonces no lo entiendo porque me mandaba sms y claro...si me manda sms será porque todavía le gusto, voy a mandarle un sms y si contesta es que todavía le gusto y si no contesta es que le gusto pero se hace el interesante……

Maternidad en el lado oscuro.
Mi niño es el que mejor come. Mi niño es el que mejor anda. Mi niño ya sabe leer. ¿Que tu niño todavía no sabe atarse los zapatos? Mi niño duerme toda la noche. MI niño no me deja dormir en toda la noche. Yo ya no leo porque solo me dedico a mi niño. No puedo ir, porque mi niño. No puedo ver la tele porque mi niño. No sé de qué me hablas a mí solo me interesa mi niño. ¿Te he contado lo que ha hecho mi niño?

Un hobby convertido en obsesión vital.
¿Te he contado que me voy a una convención de aficionados a las amoladoras a probar el nuevo modelo T36? Me voy a gastar 300 euros en una nueva amoladora. No puedo ir porque voy a cazar amoladoras. Me encantaría ir pero es temporada de amoladoras

Ser cantautor, tener una guitarrita, un taburete y 3 amigas que te dicen que eres sensible.

Nadie está a salvo de tener un momento de cansinismo.

Todos podemos tener un tema que nos preocupe, nos obsesione y no nos deje pensar en otra cosa en un determinado momento.

Todos podemos ser cansinos en algún momento, empezando por mí. Sé que soy muy cansina con el tema de Bruce, con mi cumpleaños y cuando era más pequeña era una protesta con patas. Todo el día quejándome y protestando por todo…era insoportable de cansina que era. “Yo no quiero”, “pues a mí no me gusta”, “Pues eso me parece mal”, “Pues yo creo que no”…y así hasta el infinito.

Lo peligroso no son los momentos de cansinismo, no. Un momento de cansinismo puede enfocarse de muchas maneras. Puedes tomártelo con humor, puedes contarlo esperando que te den consejo, puedes no contarlo y simplemente decir: mira estoy con la cabeza en otra cosa, o puedes sentarte a desmenuzar lo que sea que te obsesiona con 3 copas y 3 amigos y hacer de la elucubración un arte. Eso puede molar. Si lo cuentas bien, cuando toca, y dejas que los demás hablen, que seas un peñazo aleteando en el planeta del amor puede estar gracioso.

Lo peligroso es la gente cansina por naturaleza.

No puedo con ellos.

Un cansino se percibe hasta en la forma de moverse: arrastran los pies, miran hacia abajo pero por el rabillo del ojo otean una víctima a la que taladrar con su tema y cuando se acercan siempre sonríen con cara de “ya te tengo...la chapa que te voy a calzar”.

El problema de la gente cansina no es que tengan una obsesión vital. Es que son un puto coñazo.

Los cansinos son siempre siempre...muy aburridos. Son la gente más aburrida del planeta. Están poseídos por una sola idea vital que les acompaña permanentemente y que son incapaces de dejar de lado para ver un poquito más allá. Les hables de lo que les hables…volverán a lo mismo.

Se convierten además en gente previsible. Les ves venir y sabes de qué te van a hablar. Da igual lo que tu digas o intentes decir...ellos están a lo suyo. Ni siquiera necesitan que les des pie…te ven y hala a abrasarte. Es más, no quieren que les des pié, no quieren una diálogo o comprensión. No, quieren un puto frontón que les devuelva sus argumentos tal cual.

Porque esa es otra…no se te ocurra discrepar con un cansino….digamos que no son gente permeable a la crítica constructiva. “No sé por qué me dices eso, yo sé lo que digo y tú no tienes ni idea”.

Los cansinos además son inseguros. Más allá de lo que sea que les obsesiona no saben qué hacer, así que cuando tienen que ir un poquito más allá, entran en bucle. Cómo no saben improvisar repiten los mismos argumentos eternamente.

Si alguna vez consiguen salir de su rueda y preguntan por tu opinión, es casi peor…porque entonces te abrasan: ¿y tú qué crees? ¿Y no crees que yo? ¿Y si hago? ¿Y si no hago? ¿Y si le digo? Por supuesto no esperan que contestes algo sincero y efectivo...es más...creo que ni siquiera necesitan que contestes…es todo un ejercicio de elucubración mental para seguir con lo mismo. Con escucharse tienen suficiente.

Hay otro tipo de cansinos que son los que en vez de tener un tema vital al que se pasan la vida dando vueltas, lo que tienen es una actitud vital coñazo. Es esa gente a la que le ves venir desde lejos…todooo es un problema, y todooo les parece un esfuerzo sobrehumano y todo es de mucho sacrificio.

Son previsibles...sabes lo que van a decir antes incluso de que ellos lo hayan pensando.

Un cansino no piensa. Sólo da vueltas alrededor de un mismo argumento eternamente.

Cuando veo a un cansino sufro transformaciones físicas: resoplo, tengo escalofríos, valoro las posibilidades de huída que tengo y cuando no hay escapatoria, mi cara dibuja una sonrisa que dice “No pares, no hables conmigo, no me hagas esto, pasa de largo”.

Los cansinos no detectan mi sutil lenguaje corporal y se lanzan a contarme lo que sea que les preocupa esperando comprensión por mi parte. Y no la encuentran. Mis respuestas suelen variar entre: Perdona, ¿Me decías algo? …y ¿Y a mí qué? …o si es un cansino de confianza algo como…” De verdad que no entiendo como coño puedes ser tan cansino...”

Me encantaría alguna vez encontrar un cansino tan de confianza que me dejara hacer lo que me pide el cuerpo cuando estoy con ellos, que es cogerle de los hombros, agitarles y decirles mirando muy fijamente….

Pero ¿como coño se puede tener tan poca sangre en las venas?? ES PA BI LA y deja de ser un coñazo.

Puede parecer que odio a los cansinos y que es lo peor, pero no. Lo peor que le puede pasar a alguien con respecto a mí, es que los despeñe por el barranco de la indiferencia. Los cansinos están junto con los tristes y los impresentables...a un paso de caer en ese barranco….pero mientras me saquen de quicio, están a salvo.
El barranco de la indiferencia me ha molado...ha sonado a La Princesa Prometida...voy a pensar a quien despeño por ahí.

domingo, 6 de febrero de 2011

IT HAD TO BE YOU.- FRANK SINATRA

Para un domingo espectacular, nada como Frank.




Why do I do, just as you say
Why must I just, give you your way
Why do I sigh, why don't I try to forget

It must have been,
That something lovers call fate
Kept me saying: "I have to wait"
I saw them all,
Just couldn't fall 'til we met

It had to be you, it had to be you
I wandered around, and finally found
The somebody who
Could make me be true,
And could make me be blue
And even be glad, just to be sad
Thinking of you

Some others I've seen,
Might never be mean
Might never be cross,
Or try to be boss
But they wouldn't do
For nobody else, gave me a thrill
With all your faults, I
Love you still
It had to be you, wonderful you
It had to be you

viernes, 4 de febrero de 2011

BUEN HUMOR Y SUERTE BRUTAL

Estoy de buen humor.

Llevo toda la semana de un humor estupendo. Sin motivo y sin razón. Es más, si me pongo a pensarlo hay varias cosas por las que debería estar de mal humor, pero no.

Este es el buen humor que mola. El que es sin razón y sin motivo. Simplemente es buen humor.

Hacía tiempo que no me pasaba. Empecé a notarlo el domingo por la tarde cuando volvía de Los Molinos. Iba por la carretera, miré por el retrovisor y allí estaban laz princezaz desnucadas con la baba colgando.

Mamá ¿podemos dormirnos?
No, por supuesto que no.

En vez de cabrearme y empezar a combustionar al visualizar la llegada a casa que me esperaba...sonreí, puse la música más alta, empecé a cantar y pensé " estoy de buen humor. Es un poco raro un domingo por la tarde..pero sí..me parece que estoy de buen humor. No lo voy a remover mucho, no vaya a ser que sea una falsa percepción y se estropee".

Pero no se estropeó. El lunes continué mi racha ascendente de buen humor. Estaba contenta y feliz. No feliz absurdamente..si no feliz en plan...qué bien estoy.

El martes me pasó una cosa tan increíble que mi buen humor siguió subiendo enteros.

Llegué a la gasolinera de Parla donde quedamos los de la ruta. Llegué la primera, como siempre. Al bajarme del coche, cogí el bolso, la bolsa de la piscina y fui andando hacia el coche de lémur. Miré al suelo y pensé: ¿ Como es posible que se me haya caído la funda de las plumas ahí si acabo de bajarme del coche?

Entonces me pasó como en las pelis...me vi a mí misma hacia atrás, retrocedí en el tiempo hasta la tarde noche del lunes cuando al llegar a Parla a coger mi coche y no encontrar las llaves en el bolso, lo vacíe entero para encontrarlas. En ese proceso, se debieron caer las plumas en su funda y yo no me había enterado.

Flipada, me agaché y las recogí.

¿Cómo coño había podido tener tantísima suerte?
Había perdido las plumas sin enterarme.
Las había perdido en Parla...en una gasolinera, en un polígono.
Nadie lo había cogido en más de 12 horas tirado en el suelo. ¿Nadie tuvo curiosidad al ver eso en el suelo? o ¿Es que ni lo vieron?
Ningún coche ni ningún camión les había pasado por encima.

Y lo más alucinante de todo. Yo podía haber aparcado el martes por la mañana en cualquier otro sitio y entonces en mi ruta hacia el coche de lémur no habría pasado por ahí y no lo hubiera encontrado.

Sigo pensándolo y me sigue pareciendo increíble. Probablemente he quemado mi reserva de buena suerte para los próximos 20 años pero ya me preocuparé de eso más adelante.

Encontrar algo que ni siquiera buscas...alucinante.

En fin, que estoy de buen humor. Y cuando estoy así..canto muchísimo. Mal, pero canto muchísimo.

Y bailo.


Nada como Van Morrison para este estado de ánimo. Un tío que cuando está de mala leche es el mismísimo demonio...pero cuando está de buenas..es el mejor y da un buen rollo espectacular.

Aquí una versión en directo.