
De todos modos lo normal es que tu proyección le dé al otro en un ojo, le pase rozando la oreja o directamente caiga en un hoyo que hay entre los dos y la conversación sea de todo menos interesante.
Sobre conversaciones fabulosas ya hablaré otro día, hoy voy a las que hay que evitar.
Conversaciones con nivel de comunicación cero.
Los participantes aparentan ser de la misma especie animal pero su nivel de comunicación es el mismo que entre, pongamos por ejemplo, un lémur y una lagartija.
Lémur: me voy a comprar un Q5.
Lagartija: Ah.
Tía, un Q5, que mola mazo.
¿Qué es un Q5?
¿Cómo que es?? Es un coche!!!..
Ah..Un coche..
Un Q5 con tropecientos caballos, llantas nose como, y tal y pascual y todos los extras.
¿Extra de queso también?
¿Qué?
Nada, festival del humor. ¿Y qué marca es?
¿Cómo qué marca es?? AUDI.
¿Audi? Esos son de padre, ¿no?
¿Como que de padre? Es un todoterreno que trae blablablablablabla y es precioso y lo voy a comprar blanco.
¿Blanco? Mi Ibiza mugriento blanco es horrible y el Q5 ¿No? Pues no lo entiendo.
Obviamente el lémur no ha elegido el público adecuado para su proyección sobre su coche. Buscaba una proyección de admiración y se ha encontrado con que la lagartija le manda proyecciones de indiferencia total.
Conversaciones con eco
- El jueves hay reunión en el cole y el viernes médico. Así que nos organizamos para ir cada uno a una cosa, ¿vale?
- Err..vale.
- ¿Vale qué?
- Cada uno a una cosa….
- ¿Qué cosas?
- Err..pues dos cosas.
- Ya...¿quieres que te diga con que letrita empiezan?
Claramente las proyecciones no llegan a su destino. El eco de la propia proyección en interlocutor 1 provoca proyección de sarcasmo.
Conversación competición.
- ¿Qué tal?
- Pues nada, he estado fatal, con problemas de curro, enferma y eso. Lo he pasado fatal, un horror.
- ¿Fatal? Por favor, si yo te contara..yo he estado blablablablablablabla… ¿qué te pasa ahora?
- Que tenías razón, ahora sí que estoy fatal.
La proyección llega pero te la devuelven elevada a la enésima potencia que no es lo que buscabas.
Conversación a evitar.
- Tenemos que hablar.
Ves venir la proyección tan claramente que mejor huyes.
Conversación en la que eres ignorada.
- Hola moli
- Hola JS
- ¿Qué tal?
- Bueno, pues con mucho lío porque además..pasa que…me tienes que solucionar estoy decirme si finalmente haremos esto o aquello con los libros verdes..
- Ya..vale..mira..queria que blablablablablabla.
- Bueno, pues con mucho lío porque además..pasa que…me tienes que solucionar estoy decirme si finalmente haremos esto o aquello con los libros verdes..
- Ya..vale..mira..queria que blablablablablabla.
Ni siquiera te necesitan para proyectar...
Conversación en la que tienes todas las de perder.
- Moli, ¿que te vas a poner para la boda de la semana que viene?
- Pues el vestido negro de las flores.
- Ya….
- Ya ¿qué?
- Ya nada.
- Mamá, por favor..suelta lo que sea que se están poniendo los nudillos blancos de agarrarte a la mesa y aguantarte.
- Conmigo no te pongas condescendiente.
- ¿Condescendiente? A ver, ¿qué cojones le pasa a ese vestido?
- Moli..tacos ni uno.
- ¿QUÉ LE PASA AL VESTIDO?
- Haz el favor de no ponerte a la defensiva ni histérica.
- ¿ME QUIERES DECIR QUE LE PASA AL VESTIDO? ¿ES FEO? ¿ME QUEDA MAL?
- ..nada, si te vas a poner así…nada..pero..
- ¿Pero qué?? ¡Que me vas a volver loca!!
- Sí, claro..y ahora la culpa es mía. No se te puede decir nada...
- ¡¡EL VESTIDO!!!
- Nada, pero ahora que te has quedado en la raspa porque no te pruebas este que blablablablablabla….
Este es el peor caso, las proyecciones de mi madre me acaban convirtiendo en una lagartija que responde con eco...y que por supuesto no llevará el vestido negro.